Editorial - Axxón 143
Inolvidable
por Eduardo J. Carletti

Voy a utilizar este editorial para ofrecer
alguna de mis impresiones sobre la reciente actividad que pude
disfrutar —que pudimos disfrutar más de cien personas que espero
que, como yo, lo hayan vivido con gran placer—, en mi caso gracias
a la invitación con la que me honró la Fundación Ciudad de Arena.
De otra manera no habría podido estar allí.
Todos los que fuimos parte de ese viaje alucinante deberíamos
agradecer y reconocer, de todas las maneras posibles, los tremendos
esfuerzos de Gabriel Guralnik, gestor y motor de esta aventura, y
su equipo. En algunos momentos me sentí culpable al ver sus caras
de preocupación, cansancio y tensión porque algo no salía tal como
se había planeado. Nosotros entretanto disfrutábamos.
Yo creo que este tipo de esfuerzos deben ser aplaudidos,
reconocidos y apoyados. No cabe la posibilidad de hacer críticas de
ningún tipo. Siento enormes deseos de ayudar y encolumnarme detrás
de ideas tan excelentes como la que tuvo Gabriel y llevó a la
realidad —excelente realidad— a pesar de las dudas que algunos
sentíamos —lo confieso— cuando nos comentaba sus
proyectos.
Lo que logró Gabriel con su Fundación en este tiempo es enorme,
enorme. Felicito su capacidad para movilizar burocracias estatales
y lograr que ayuden a impulsar cosas de una manera que muchos no
hemos logrado en años. Todos sabemos que no es fácil, y mucho menos
cuando aún no hemos salido de la crisis.
Yo creo que el viaje fue algo extraordinario, yo lo viví así. Fue
una aventura capaz de despertar la imaginación de un tronco
petrificado. Los lugares y la manera elegidos, inmejorables.
Vivimos situaciones fantásticas gracias a los paisajes, la
situación y la predisposición que generaba el ambiente, algunas
absolutamente imprevistas e imprevisibles, como la visita de nada
menos que ¡Philip K. Dick! en persona (o alguien tan parecido que
nos hizo alucinar a todos los que notamos su fugaz presencia, sólo
por un rato, en la estación del Tren patagónico en Viedma), por dar
un ejemplo.
Quizás otros estén acostumbrados, pero a mí me pareció tremendo que
nos recibieran los intendentes (intendentas) de los pueblos donde
hicimos visitas, que nos agasajaran de muy exquisita manera, y que
mucha gente de esos lugares ofreciera su tiempo y sus capacidades
artísticas para entretenernos. De verdad me impacta y me conmueve.
Agradezco a toda esa gente para quienes nosotros éramos
celebridades de visita, quizás algo para recordar y comentar
durante un buen tiempo.
Y hay muchos detalles más que se pueden nombrar: la selección de
material para el cine (excelente), que funcionó durante todo el
viaje, el servicio del ferrocarril (la buena onda de sus
empleados), la selección de vídeos que se emitieron en los ómnibus,
la simpatía y energía de las chicas del equipo de Gabriel,
etc.
Me queda un recuerdo imborrable, y no lo digo por quedar bien.
Gracias, Gabriel, gracias Fundación, gracias a todos los que
compartieron tiempo conmigo. Fue una aventura para la cual parece
haber sido hecha a medida la palabra: INOLVIDABLE.
Eduardo J. Carletti, 1 de octubre de
2004
ecarletti@axxon.com.ar