El Escritor está bastante tentado de dejar de escribir.

El Escritor está mortalmente aburrido de inventar historias.

Lord Byron murió de fiebre reumática, o de tifus, o de uremia, o de malaria.

O lo mataron sin querer sus médicos, que le practicaban constantes sangrías.

Stephen Crane murió de tuberculosis en 1900. De habérsele concedido la duración promedio de la vida actual, habría vivido hasta bien entrada la Segunda Guerra Mundial.

Esta mañana caminé hasta el lugar donde los barrenderos tiran la basura. Dios mío, fue hermoso.

Dice una carta de Van Gogh.

Bertolt Brecht murió de un infarto. Aterrado por la idea de que lo enterraran vivo, había rogado que le atravesaran el corazón con un estilete una vez declarado legalmente muerto. Cosa que hizo un médico tratante.

Señor Coleridge, no llore. Si el opio realmente le hace bien, y debe consumirlo, ¿por qué no va y lo consigue?

Preguntó la madre de Wilkie Collins.

William Blake vivía y se vestía con una mugre inconcebible, y no se bañaba casi nunca.

La piel del señor Blake no mancha, aportó su esposa Catherine.

Cuando tenía la edad de ellos yo dibujaba como Rafael. Pero me llevó toda una vida aprender a dibujar así.

Dijo Picasso en una muestra de arte infantil.

Una novela sin ningún tipo de indicio de argumento, le gustaría idear al Escritor.

Y sin personajes. Ninguno.

El Globe Theatre se quemó por completo el 29 de junio de 1613. ¿Alguna obra nueva de Shakespeare, aún no publicada en cuartillas, se habrá quemado con él?

Albert Camus, en la única ocasión en que estuvo con William Faulkner:

El tipo no me dijo ni tres palabras.

Nietzsche murió después de una serie de infartos. Pero su enfermedad final, y su locura, fueron casi con seguridad consecuencia de la sífilis.

Una vez a W.H. Auden lo arrestaron por orinar en una plaza pública de Barcelona.

Una vez a Frans Hals lo arrestaron por golpear a su esposa.

Sin trama. Sin personajes.

Que sin embargo induzca al lector a seguir pasando las páginas.

No hubo heridos en el desastre del Globe Theatre. A un hombre se le prendieron fuego los bombachos, pero consta en registro que las llamas fueron aplacadas con una jarra de cerveza.

Cuando Dickens conmocionó a la Londres victoriana al separarse de su esposa, fue Thackeray quien deslizó que era a causa de una actriz. Dickens no le habló por años.

No lo digáis en Gat ni lo anunciéis en las calles de Ascalón.

George Santayana, leyendo Moby Dick:

Por más que me salteé mucho, quedé atorado en la mitad.

Tales de Mileto murió en su asiento mientras miraba una competencia atlética.

Pero yo conocí bien a ese monsieur Beyle, y nunca me convencerán de que un frívolo como él pudo haber escrito obras maestras.

Dijo Sainte-Beuve.

Sin acción, la quiere el Escritor.

Es decir, sin sucesión de eventos.

Es decir, sin que se indique el paso del tiempo.

Y que así y todo se llegue a algún lado.

El cuento de viejas, repetido por Sócrates, de que Tales estaba a menudo tan enfrascado en mirar las estrellas que una vez se cayó dentro de un pozo.

E incluso se rieron de él las lavanderas.

Jack Donne, solían llamar al joven John Donne.

Edipo se arranca los ojos, Yocasta se ahorca, ambos inocentes; la obra ha llegado a una armoniosa conclusión.

Escribió Schiller.

Verdi murió de un infarto.

Puccini murió de cáncer de garganta.

De hecho, con principio, medio y final.

Incluso con un dejo de tristeza en el final.

¿Qué porridge comía Keats?

Preguntó Browning.

¿Cuál es la utilidad de ser bueno con un pobre?

Preguntó Cicerón.

Bertrand Russell era tan inepto, físicamente, que nunca pudo aprender a prepararse un té.

Immanuel Kant no lograba afilar la pluma con un cortaplumas.

John Stuart Mill casi no sabía hacer un nudo simple.

La leyenda del siglo VI de que San Lucas era pintor.

E hizo un retrato de la Virgen María.

El violín de Tartini.

Que se hizo añicos en su estuche cuando él murió.

Con insistencia, Brahms usaba los pantalones demasiado cortos.

A veces incluso les metía tijera a las botamangas.

Una novela sin escenario.

Sin el así llamado mobiliario.

Ergo, finalmente, sin descripciones.

André Gide murió de una enfermedad de los pulmones.

Releyendo la Eneida en su lecho de muerte.

Fue mientras, como aprendices, hacían reproducciones de los frescos de Masaccio en la Santa María del Carmine cuando Miguel Ángel criticó los dibujos de Pietro Torrigiano:

Hueso y cartílago cayeron como galleta, le diría más tarde Torrigiano a Benvenuto Cellini.

Respecto de la nariz de Miguel Ángel.

El más grande genio de nuestro siglo, llamó Goethe a Byron.

El más grande genio de nuestro siglo, llamó Byron a Goethe.

Iván Turguénev, a los diecinueve, durante un incendio a bordo:

¡Sálvenme! ¡Soy el único hijo de mi madre!

Catulo, que amaba a una mujer a quien llamó Lesbia pero cuyo verdadero nombre puede haber sido Clodia.

Propercio, que amaba a una mujer a quien llamó Cintia pero cuyo verdadero nombre puede haber sido Hostia.

Ambos, hace dos mil años enteros.

Gustav Mahler murió de endocarditis.

Louis-Ferdinand Céline murió de un aneurisma cerebral.

Una novela sin motivaciones centrales predominantes, quiere el Escritor.

Por lo tanto, asimismo, sin conflictos y/o confrontaciones.

Rudolph Kreutzer nunca interpretó la sonata Kreutzer.

Una de las delicias ennoblecedoras del Paraíso, según lo prometió Tomás de Aquino: ver cómo allá abajo torturan y asan a los condenados.

La amistad entre Samuel Beckett y Alberto Giacometti.

Richard Strauss: ¿Por qué tienes que escribir así? Tienes talento.

Paul Hindemith: Herr Professor, usted hace su música y yo hago la mía.

Porto D’Ercole. Donde murió Caravaggio.

Muy probablemente de malaria.

En una taberna.

Georgia O’Keeffe murió ciega.

Vi una representación de Hamlet, Príncipe de Dinamarca, pero ahora las viejas obras comienzan a disgustar a esta era refinada.

Dice el Diario de John Evelyn en su entrada del 26 de noviembre de 1661.

Sin temas sociales, es decir sin retrato de la sociedad.

Sin descripción de las maneras y/o moral contemporáneas.

Categóricamente, sin política.

Vulgar y soso, dijo Ruskin de Rembrandt.

Hermano de Dostoievsky, lo llamó Malraux.

Cualquiera sea la razón, Jean Sibelius no escribió una nota en los últimos treinta años de su vida.

Kierkegaard murió de una infección pulmonar.

O de una enfermedad de la columna.

Presunción de Karl Barth:

Que aunque tal vez los ángeles solo toquen Bach cuando alaban a Dios, entre ellos tocan Mozart.

Teofrasto declaró que el sonido de la flauta podía curar la ciática.

Por no hablar de la epilepsia.

Alexander Pope murió de hidropesía.

John Milton murió de gota.

Teofrasto dijo que el sonido de la flauta hubiera curado eso también.

Nunca nadie pintó un trasero de mujer mejor que Boucher, dijo Renoir.

Una novela enteramente sin símbolos.

Roberto de Nápoles: Giotto, si fuera usted, con este calor dejaría de pintar por un rato.

Giotto: También yo, definitivamente; si fuera usted.

Matthew Arnold murió de un ataque al corazón mientras corría un tranvía en Liverpool.

Algunos hijos de Dickens:

Alfred Tennyson Dickens. Henry Fielding Dickens. Edward Bulwer-Lytton Dickens. Walter Landor Dickens. Sydney Smith Dickens.

Algunos hermanos de Walt Whitman:

George Washington Whitman. Andrew Jackson Whitman. Thomas Jefferson Whitman.

Isabel I, de visita en la Universidad de Cambridge, dio una conferencia en griego.

Y después conversó más informalmente con los alumnos en latín.

Thomas Mann murió de flebitis.

La probabilidad de que Anne Hathaway no supiera leer.

Anne Hathaway.

La tal vez menos que ociosa especulación de que Colón haya sido judío.

El espacio es azul y por él vuelan los pájaros.

Dijo Werner Heisenberg.

En definitiva, una obra de arte sin tema siquiera, quiere el Escritor.

No hay obra de arte sin tema, dijo Ortega.

Una novela cuenta una historia, dijo E.M. Forster.

Si eres capaz de hacerlo, no es alarde, dijo Dizzy Dean.

Jenócrates murió al tropezar con una olla de bronce en la oscuridad y romperse el cráneo.

Brunelleschi se hizo instalar un restaurante temporario con bodega en lo más alto de la catedral de Florencia mientras construía su gran cúpula; para que sus obreros no tuvieran que salvar toda esa distancia al ir a almorzar.

Máximo Gorki murió de tuberculosis.

¿O lo mandó matar Stalin?

Baudelaire murió tras quedar paralizado y privado del habla por la sífilis.

Estaba cansado y enfermo. Me quedé mirando el fiordo a través de la ventana. El sol se ponía. Las nubes estaban rojas. Como sangre. Sentí como si un grito atravesara la naturaleza.

Dijo Edvard Munch.

Solo puede haber sido pintado por un loco.

Dijo Munch del mismo lienzo.

Pico della Mirandola, sin siquiera treinta y uno, murió de una fiebre no identificada.

William Butler Yeats murió de insuficiencia cardíaca.

El día de su muerte fue un día oscuro y frío.

Leigh Hunt una vez vio a Charles Lamb besar el Homero de Chapman.

Henry Crabb Robinson una vez vio a Coleridge besar un Spinoza.

De hecho, era sabido que Lamb fingía sorprenderse de que la gente no diera las gracias antes de leer.

Horse Cave Creek, Ohio, donde nació Ambrose Bierce.

Giorgione probablemente murió de peste.

Ninon de Lenclos.

La solitaria, melancólica vida de Matthias Grünewald. ¿Era completamente cuerdo?

¿Lo es el Escritor, creyendo que puede llevar a cabo lo que tiene en mente?

¿Y previendo tener algún lector?

Hay una sola persona con derecho a criticarme, ¿entienden? Y es Picasso.

Dijo Matisse ya entrado en años.

Arthur Koestler era un extranjero enemigo en una celda de aislamiento de una prisión de Londres al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, cuando se publicó Oscuridad a mediodía.

El papa Joan, conocido también como Juan VII, 855-858.

Que murió cuando lo sorprendió el parto durante una procesión papal entre San Pedro y San Juan de Letrán.

No se menciona la escritura en la Ilíada. Cada uno de los mensajes es difundido oralmente.

Lo cual por cierto indica que ninguno de los guerreros griegos, durante diez años en Troya, ha mandado jamás una carta a su casa.

¿Es Juan 8:6-8 el único lugar del Nuevo Testamento donde se lo ve a Jesús escribiendo, aunque más no sea marcando la tierra con un dedo?

El Salon des Refusés.

Le Déjeuner sur l’Herbe.

Joseph Conrad murió de un ataque cardíaco.

¿El Escritor existe siquiera?

¿En un libro sin personajes?

–¿Y tú quién eres? –dijo él.

–No me confundas –dije yo.

Dice Tristram Shandy VII 33.

El odio al burgués es el comienzo de toda virtud, dijo Flaubert.

Di la verdad, pero dila sesgada –

Como una especie de mantra, a veces Kant recitaba una lista de gente que había vivido mucho, con la esperanza de igualarlos. Llegó a los ochenta.

La cara de Gluck estaba picada de viruela.

La cara de Haydn estaba picada de viruela.

La cara de Mozart estaba picada de viruela.

Ludwig Wittgenstein murió de cáncer de próstata.

Mi mente y mis dedos han trabajado como condenados. Homero, la Biblia, Platón, Locke, Lamartine, Chateaubriand, Beethoven, Bach, Hummel, Mozart y Weber me rodean. Los estudio, los devoro con furia.

Escribió Liszt a los veinte.

Obviamente el Escritor existe.

No como personaje sino como autor, aquí.

El Escritor está escribiendo, por el amor de Dios.

“Paisaje de la multitud que orina”, llamó Lorca a uno de sus poemas de Nueva York.

Las mujeres solteras no deberían bañarse, dijo San Jerónimo. Nunca. Y deberían adoptar la miseria más deliberada.

Para no fomentar la tentación en el mundo.

Safo era pequeña y morena.

Aunque Rafael la hace rubia y carnosa en su Parnaso del Vaticano.

Horacio era petiso y gordo.

Cosa que él mismo admitió en las Sátiras.

Sobre el llamado a la puerta en Macbeth.

Tardaron once días en encontrar el cuerpo de Paul Celan tras su caída del Puente Mirabeau.

Nelly Sachs murió el día de su funeral.

Solo cuando se representaba Eurípides iba Sócrates al teatro.

Rossini, sobre la Symphonie Fantastique:

Qué bueno que no sea música.

La granja Sabina.

¿Es decir que el Escritor puede tener jaquecas, entonces?

El Escritor puede tener jaquecas.

A menudo Walter Scott inventaba epígrafes para sus capítulos, fabulaciones que decían lo que necesitaba que se dijera, y después ponía Obra antigua o Anón. como la supuesta fuente.

Paul Robeson murió de neumonía e insuficiencia renal.

La Biblia del rey Jacobo, el Primer Folio; ambos durante Jacobo I.

Quien, por otra parte, no le pagó a Chapman el estipendio real por sus traducciones.

Según Plutarco, a César lo apuñalaron veintitrés veces cuando murió.

Dvořák, a Sibelius: He compuesto demasiado.

Brahms, a Dvořák: Es cierto que escribes un poco apresuradamente.

La sexta esposa de Norman Mailer tenía la misma edad que su hija mayor.

¡Oh, tiempo, fuerza, dinero y paciencia!

Sí que tiene jaquecas el Escritor.

De hecho, también Virgilio las tenía.

Y Wordsworth.

Robert Lowell entraba y salía reiteradamente de hospitales psiquiátricos.

Theodore Roethke entraba y salía reiteradamente de hospitales psiquiátricos.

Habiendo sido Roethke, al menos una vez, llevado con esposas.

Madame Butterfly se desarrolla en Nagasaki.

Y con tal avidez empujaban hacia el cuerpo, y tantos puñales se cruzaban, que se lastimaban entre ellos; Bruto, en particular, recibió una herida en la mano, y todos estaban manchados de sangre.

Anna Ajmátova murió tras una serie de ataques al corazón.

¿Una plegaria para decir antes de leer la Orestíada?

¿Antes de Kafka?

Wee Willie Keeler medía un metro sesenta y seis.

Balzac medía uno cincuenta y ocho.

Schubert medía uno cincuenta y seis.

Keats medía menos de uno cincuenta y cinco.

Una hiena que escribe poesía sobre las tumbas, llamó Nietzsche a Dante.

Las exactas palabras de Martín Lutero en referencia al origen, en el Monasterio de Wittenberg, de los principios centrales de la Reforma protestante:

Este conocimiento que el Espíritu Santo me concedió en el excusado de la torre.

Anne Bradstreet murió de lo que entonces se denominaba tisis.

Sabrina bella:

Escucha desde donde estás sentada

Debajo de la fresca ola cristalina.

Domenico Scarlatti era conocido por persignarse con veneración cuando hablaba sobre el talento de Handel en el órgano.

Este es un retrato de Iris Clert si yo lo digo.

Dijo Robert Rauschenberg en un telegrama a una galería de arte de París.

Piero di Cosimo fue hallado muerto al pie de unas escaleras.

Hagia Sophia.

Una mujer llamada Mrs. Simon:

Que vio a un anciano en un tren sacar la cabeza por la ventanilla durante una implacable tormenta de noviembre y dejarla allí fuera diez minutos completos.

Y un año más tarde en la Royal Academy se topó con Lluvia, vapor y velocidad de Turner en exhibición.

Chi son? Chi son? Son un poeta.

Che cosa faccio? Scrivo.

Lavoisier fue guillotinado durante el Régimen del Terror.

De la sagrada curiosidad de la investigación, hablaba Einstein.

Paul Gauguin murió aparentemente de un ataque al corazón.

Os lo ruego; dadme permiso para salir de aquí;

no me siento bien: enviad el acta a casa

y la firmaré.

Cuando vi una puesta de esta obra en Drury Lane, una hermosa y pálida dama inglesa estaba de pie, detrás de mí, en el palco; lloró profusamente al final del cuarto acto y no dejaba de gritar: ¡Están perjudicando al pobre hombre!

Escribió Heinrich Heine.

La suposición de que Shylock es el mercader a quien se refiere el título.

James Joyce e Isaac Babel una vez fueron invitados a la misma cena.

E come vivo? Vivo.

Esto es una novela si el Escritor o Robert Rauschenberg lo dicen.

Golder’s Green, donde enterraron las cenizas de Sigmund Freud.

En el cementerio judío donde también está enterrada Conchita Supervía.

Antes de que los normandos trajeran despair, la palabra anglosajona era wanhope.

Una vez Edmund Wilson le dio un puñetazo en la cara a Mary McCarthy.

Los frecuentes ciervos y venados en Lucas Cranach. Los perros ladraban cuando los veían, dijo alguien.

Como se decía que los pájaros que entraban en la catedral de Sevilla picoteaban la fruta en el San Antonio de Padua de Murillo.

U otros pájaros en una historia idéntica sobre unas uvas en un panel de Zeuxis dos milenios antes.

Más grande que cualquiera de nosotros, llamó Yeats a Rabindranath Tagore.

Descartes tuvo una hija ilegítima, llamada Francine, a quien amaba mucho. Y que murió a los cinco años.

Wanhope.

La mezzo de Joan Sutherland, llamaban al principio, livianamente, a Marilyn Horne.

Wagner insistía en que Jesús no era judío.

Y en que Brahms sí.

Murillo murió tras una caída de un andamio.

Rudyard Kipling y Angela Thirkell eran primos.

Voy a beber hasta morir, hizo saber Modigliani.

Pero murió de meningitis tuberculosa.

Numerus clausus.

Ludwig Geyer.

Y de pronto comprendí que finalmente tendría que matar al elefante. La gente esperaba eso de mí y tendría que hacerlo.

Gladstone leyó la Ilíada treinta veces.

Defoe, sobre la misma obra:

La fábula de un cantante de baladas para ganarse un centavo. Todo por el rescate de una puta.

Benny Goodman murió de un ataque al corazón mientras practicaba Mozart.

Eleonora Duse murió de neumonía. En Pittsburgh.

No existe bahía frente a China, para que de allí surja la aurora como un rayo, en ningún lugar cerca de ningún camino a Mandalay.

Primo Ruddy.

Yo tenía veinticinco y él se acostaba con todas las mujeres, y a los veinticinco eso no se tolera, ni siquiera de un poeta.

Dijo Marie Laurencin de una ruptura con Apollinaire.

Esto es incluso un poema épico, si el Escritor lo dice.

Sin que se requiera la corroboración de nadie.

Thomas Hardy trataba mal a los sirvientes.

Tolstoy peor todavía.

Esfuerzo, envidia, carencia, el mecenas, la cárcel. La sinopsis que hizo Samuel Johnson de la vida del poeta.

Desánimo y locura. El resumen que hizo Wordsworth del final de la misma.

Una vez Henry James se escondió detrás de un árbol para evitar tener que pasar un rato con Ford Madox Ford.

La actriz en la vida de Dickens fue Ellen Ternan, veintisiete años menor que él. Dickens le dejaría mil libras en su testamento.

Prácticamente todos los hogares de la Norteamérica puritana tenían una versión de El progreso del peregrino.

¡Dejad que el padre de la criatura junte los frutos por vos!

Todas las tardes, durante cuarenta años, Bernini iba caminando hasta el Gesù para rezar.

Cranmer vio cómo quemaban en la hoguera a Latimer y a Ridley no más de cinco meses antes de que a él mismo le dieran muerte de la misma manera.

Head Tide, Maine, donde nació Edward Arlington Robinson.

Cuchulain es ilegítimo.

Arturo es ilegítimo.

Gawain es ilegítimo.

Roland es ilegítimo.

¿Cómo se llama ese castillo que se alza aquí cerca?

Lo llaman Agincourt.

La leyenda de que Tycho Brahe murió cuando le explotó la vejiga tras una interminable noche de tomar cerveza.

Djuna Barnes escribía en la cama. Maquillada y peinada.

Edith Wharton escribía en la cama. Esparciendo las páginas por el piso para que un secretario las levantara antes de pasarlas a máquina.

Sea hombre, maestro Ridley.

Hank Cinq.

Kavafis murió de cáncer de laringe.

Pechorin.

Raramente, si es que alguna vez, haberlo pensado:

Que Marcel Proust jadeaba todo el tiempo.

¿También San Agustín, que era igualmente asmático?

Ofir, de donde venían el oro y el sándalo y el marfil y los simios y las joyas preciosas y los pavos reales. La cual se menciona una docena de veces en siete libros diferentes del Antiguo Testamento.

Y de la cual nadie nunca descubrió la ubicación.

Incluso también una secuencia de cantos que esperan ser numerados, si el Escritor lo dice.

Ingres pasó quince años haciendo retratos a lápiz de turistas en Roma.

La bomba va a explotar en el bar a las trece veinte.

El relato de Cellini sobre el fundido de su Perseo.

La inexplicable lógica según la cual Thackeray se convenció de que en verdad Desdémona sí tuvo un romance con Casio.

Christopher Smart murió loco. Y en la cárcel para deudores.

El Gesù, donde está enterrado San Ignacio de Loyola. La intachable piedad de Bernini…

Y sin embargo la indiscutible insinuación de orgasmo en su Éxtasis de Santa Teresa.

Romain Rolland murió de tuberculosis.

Sigrid Undset murió de un derrame cerebral.

La amistad entre Heine y Karl Marx.

Claude Lévi-Strauss, Maurice Merleau-Ponty y Simone de Beauvoir fueron alguna vez maestros en el mismo lycée.

La más grande poeta lírica que haya conocido Alemania, llamó Gottfried Benn a Else Lasker-Schüler.

Quien a los sesenta y cuatro fue golpeada con un hierro por unos jóvenes nazis en una calle de Berlín.

Marianne Moore una vez leyó un libro de Christy Mathewson sobre el arte del lanzamiento.

La prueba evidente de que Lawrence Durrell cometió incesto con una de sus hijas. Que más adelante se suicidó.

Lady Mary Wortley Montagu murió de cáncer de mama.

La vida de Lazarillo de Tormes.

No puedo soportar leer una línea de poesía; he tratado últimamente de leer a Shakespeare, pero lo encontré tan intolerablemente soso que me asqueó.

Dice la Autobiografía de Darwin.

Arnaut Daniel, en el Canto XXVI del Purgatorio, es el miglior fabbro original.

Byron no sabía de música.

Pope no sabía de música.

Johnson no sabía de música y tampoco mucho de arte.

Ernest Hemingway una vez desafió a Hugh Casey a una pelea de box. Casey noqueó a Hemingway una y otra vez.

Hemingway le pegó una patada en la ingle.

En un antiguo reloj solar de Ibiza: Ultima multis.

El último día para muchos.

Fayaway.

Mucho de lo que tenemos de Aristóteles no fue de modo alguno estrictamente escrito por Aristóteles. Sino que parecerían ser apuntes tomados por otros en las clases.

Los padres de Verdi eran analfabetos.

Como los de Abraham Lincoln.

Elegías a la República Española.

De Heródoto, sobre Termópilas:

Quiso la fortuna que en ese momento fueran los lacedemonios quienes hacían la guardia, y el espía los vio. Algunos se entretenían con ejercicios gimnásticos, otros peinaban sus largos cabellos. Ante esto el espía quedó maravillado.

Los espartanos, sobre rocas mojadas

sentados, peinaban sus cabellos.

Roman Jakobson, una vez que Maiakovski le leyó sus poemas nuevos:

Muy bueno. Pero no tan bueno como Maiakovski.

Si vamos al caso, el Escritor también tiene dolores de espalda.

Igual que Shelley.

Un poeta es un derrochador y un manirroto, porque nació para enriquecer las tabernas y convertirse en un mendigo.

Dijo Robert Greene.

Pero, para decirlo llanamente, lo considero un hombre honesto.

Dijo también Greene.

Una de las hijas de Robert Frost se volvió loca.

Uno de sus hijos se suicidó.

Christopher Marlowe, una indicación escénica:

El papa se persigna y Fausto le da un puñetazo en la oreja.

Puccini, entre sorbos de café, le dijo una vez a Lucrecia Bori que su vestido era demasiado pulcro para el último acto de Manon Lescaut, en el que Manon es indigente.

Y le volcó el café encima.

Versos de Propercio se encontraron copiados en paredes de Pompeya.

El informe en apariencia auténtico de que un médico le practicó una autopsia al abate Prévost tras una apoplejía solo para descubrir que había sido la autopsia lo que lo mató.

El que escribió que la pintura es un arte más elevado que la escultura era tan ignorante como una criada, dijo Miguel Ángel.

Refiriéndose a Leonardo.

Chopin murió de tuberculosis.

Una vez Salvador Dalí dio una conferencia en Londres con una escafandra puesta.

Y casi se ahoga.

Thomas Gainsborough, pintando a Sarah Siddons:

¡Maldita sea su nariz, madame! No termina más.

Katherine Ann Porter murió de Alzheimer.

La tumba de Palestrina, que alguna vez estuvo en San Pedro, por oscuras razones ya no existe.

Musicae Princeps, supo decir. Príncipe de la música.

¿Habrá estado al tanto Emily Dickinson de que lord Jeffrey Amherst dispuso que se enviaran mantas infectadas de viruela para que los indios harapientos se las encontraran durante la guerra franco-india?

La teoría de que William Davenant haya sido hijo ilegítimo de Shakespeare.

Novela sin héroe. Subtítulo, este, de La feria de las vanidades.

Aunque aquí, en parte al menos, solo se refiere a que el libro tiene una heroína.

Una vez Catulo escribió un poema en el que criticaba a César.

Y fue invitado a cenar.

Una vez Osip Mandelstam escribió un poema en el que criticaba a Stalin.

Y murió en el gulag.

Martin Heidegger, en 1933:

El Führer, y solo él, es la única realidad y ley alemana, ahora y en el futuro.

Henry Miller murió de insuficiencia cardiovascular.

B. Traven murió de cáncer de próstata y esclerosis renal.

Si, en efecto, Stephen Crane hubiera seguido viviendo cuarenta y tantos años más, ¿cuán diferente podría haber sido la jerarquía de las letras estadounidenses en ese período?

Ningún bebedor de agua escribió un poema que perdurara.

Dice Horacio en las Epístolas.

Un livre, c’est la mort d’un arbre.

Dijo St.-John Perse.

Si este trabajo le resulta difícil y tedioso de seguir, compadézcame, ya que he repetido estos cálculos setenta veces.

Escribió Johannes Kepler.

Italo Calvino murió de una hemorragia cerebral.

No hay una descripción de la belleza de Helena en ningún lugar de la Ilíada.

Curiosamente todo lo que se dice es que es como contemplar a una diosa inmortal.

Aunque los ancianos troyanos sí reconocen que no podría culparse a nadie por soportar una guerra a causa de ella.

Calderón de la Barca una vez fue arrestado por acosar monjas.

La traducción de John Dryden de las Vidas de Plutarco, eternamente en catálogo.

Que evidentemente Dryden no hizo, sino mandó hacer.

Un rostro por el cual envejecer, con cuyo sueño

ocupar la edad.

La conjetura, en la Antigüedad tardía, de que Eurípides había tenido dos esposas a la vez.

La vida consiste en lo que una persona se pasa el día pensando, dijo Emerson.

Jean-Paul Sartre tocaba el piano.

George Eliot tocaba el piano.

André Gide tocaba el piano.

La pintura tiene vida propia, dijo Jackson Pollock.

Henri Bergson murió de congestión pulmonar.

Paul Klee tocaba el violín.

Matisse tocaba el violín.

Jeremy Bentham tocaba el violín, el clavicordio y el órgano.

Schopenhauer fue encontrado muerto sentado ante su desayuno.

Tus mejores actos / serán rastros en el agua, escribieron Beaumont y Fletcher doscientos años antes de Keats.

Enséñame a escuchar las sirenas cantar, escribió Donne, trescientos años antes de Eliot.

María Antonieta posó para veinte retratos de Vigée-Lebrun.

Ana Bolena tocaba el laúd, el arpa, la flauta y el rabel. Y cantaba.

Voltaire, en un ánimo amable, sobre los judíos:

Un pueblo bandolero, atroz, aborrecible, cuya ley es la ley de los salvajes, y cuya historia es un tejido de crímenes contra la humanidad.

Si lo deseas, no es un sueño.

Dijo Theodor Herzl.

La palabra Biblia no aparece nunca en Shakespeare. Jesucristo es mencionado once veces.

Cy Young murió de un ataque al corazón.

Lou Stevenson, llamaban normalmente a Robert Louis.

Dante cita La consolación de la filosofía.

Chaucer cita La consolación de la filosofía.

Milton cita La consolación de la filosofía.

¿Qué está leyendo Hamlet en el Acto II Escena II, cuando Polonio le pregunta y Hamlet dice Palabras, palabras, palabras?

Polibio murió tras una caída de un caballo.

A los ochenta y dos.

Anacreonte murió atragantado con una semilla de uva.

A los ochenta y cinco.

Walter Scott rengueaba como secuela de la polio infantil.

La cuestión, que al parecer nunca se resolverá, de si el pie tullido de Byron era el izquierdo o el derecho.

Edmund Wilson y un joven Lionel Trilling una vez hicieron uso de orinales adyacentes en el baño de hombres de la New School for Social Research. Trilling quedó encantado cuando Wilson demostró familiaridad con parte de su obra.

¿Desde qué edificio alto lo habrá gritado quién, que el Escritor lo sabe tantas décadas después?

Santa Teresa de Ávila tocaba el tamborín.

La ortografía de F. Scott Fitzgerald:

Ullyses.

John Galsworthy murió de un tumor cerebral.

¿Ricardo Corazón de León sabía hablar inglés?

El viajero sin nada en los bolsillos silba indiferente cuando se cruza con el ladrón.

Dice en Juvenal X.

Kant tenía un retrato de Rousseau en la pared de su estudio.

Tolstoy, de estudiante, usaba una medalla con su propio retrato en lugar de su cruz ortodoxa.

El inutiblemente ilegible Libro Azul del Eclesiastés.

Heinrich Schliemann murió tras desplomarse con una fiebre no identificada en una calle de Nápoles.

George Gissing murió de neumonía.

Mirar a Edmund Kean. Como leer a Shakespeare de a fogonazos, dijo Coleridge.

Donatello, trabajando en su Zuccone, murmurándole a la piedra:

Habla, maldita, dime algo.

El papa Clemente XIV, sobre el San Bruno de Houdon:

Ese santo hablaría, si no fuera porque las reglas de su orden le imponen silencio.

Tengo que usar palabras para hablar contigo.

Y sir Lancelot se despertó y fue y buscó su caballo y montó por el bosque todo ese día y toda la noche, llorando.

Sherwood Anderson murió de peritonitis luego de tragarse un escarbadientes.

Recordando recién ahora en referencia a Houdon:

Que el Jefferson de la moneda estadounidense de cinco centavos y el Washington de la de veinticinco también están basados en bustos suyos.

Durante todo un milenio, hasta bien entrada la Edad Media, Menandro fue el autor más extensamente citado de la literatura occidental a excepción de Homero.

La más grande poeta lesbiana desde Safo, llamó Auden a Rilke.

En sus clases, Lilli Lehmann llegó a atarle las manos en la espalda a Geraldine Farrar para que dejara de gesticular.

Y una vez le arrojó un libro a Olive Fremstad.

¿Moisés era egipcio?

¿Como insistía Manetón dos mil doscientos años antes de Freud?

Fremstad. Que a su vez más tarde visitaría una morgue para evaluar el peso de una cabeza cortada antes de cantar Salomé.

Una nieta de Wagner trabajó de camarera en Schrafft’s, en Nueva York, durante la Segunda Guerra Mundial.

Cena en el estudio de Benjamin Robert Haydon, St. John’s Wood, 28 de diciembre de 1817:

Haydon. John Keats. Charles Lamb (ebrio). William Wordsworth.

Ataviado alegremente

un caballero valiente

por el sol y por las sombras...

Armado con partes hurtadas de aquí y de allá, garabateó Beethoven en broma sobre el manuscrito del Cuarteto de Cuerdas n° 14 en Do menor.

Y le provocó un ataque a su editor.

Leonardo es un pesado, de acuerdo con Renoir.

Mi cocinero sabe más de contrapunto, dijo Handel la primera vez que escuchó a Gluck.

Acerquémonos al fuego y veamos lo que estamos diciendo.

Thomas Girtin, que murió de tuberculosis a los veintisiete:

Si él hubiera vivido me habría muerto de hambre, dijo Turner.

Flaubert murió de lo que entonces se llamaba apoplejía, es decir, presumiblemente, de un derrame cerebral.

Si su extensión no se considera un mérito no tiene ningún otro, dijo Edmund Waller del Paraíso perdido.

Thomas Hardy escribió una biografía de sí mismo minuciosamente saneada y en tercera persona y la dejó para que su viuda simulara haberla escrito.

Ni un alma a quien hablarle de Bloom. Les pasé el capítulo a una o dos personas pero lo entienden tanto como el lado parlamentario de mi culo.

Le escribió Joyce a Frank Budgen.

Era sabido que Sarah Bernhardt dormía en un ataúd abierto.

Pope ofendió a tanta gente con La Dunciada que posteriormente nunca salió de su casa sin pistolas.

O su gran danés.

Philip Larkin murió de cáncer de esófago.

Pocas horas después, un diario de veinticinco tomos que había llevado por casi cincuenta años fue destruido por uno de sus albaceas.

Pérdida menor, presume el Escritor, que el entonces en proceso último tomo del de Sylvia Plath, destruido por Ted Hughes.

O la quema de las Memorias de Byron.

Cantando una canción

largo tiempo había viajado

en busca de El Dorado.

Esto es incluso una especie de mural, si el Escritor lo dice.

Marco Polo le dictó el relato de sus viajes a un compañero de prisión en la cárcel de Génova.

Jorge Luis Borges se casó con su segunda esposa a los ochenta y seis.

John Dewey se casó con su segunda esposa a los ochenta y ocho.

Si es solo comida lo que quiere, la encontrará, dijo ella con una voz tranquila, algo profunda, bastante fría.

Eugene O’Neill murió de neumonía bronquial en el cuarto de un hotel en Boston.

Alberto Durero murió de malaria.

Claro que posé. Tenía hambre.

El cuerpo de César yació en el Senado durante algunas horas antes de que los esclavos finalmente se lo llevaran en una camilla.

Con un brazo colgando, señala Suetonio.

Enrico Caruso murió de una infección pleural menor que se volvió fatal solo después de que un médico italiano evidentemente usara un instrumento sin esterilizar para revisarlo.

Xanadú. Kubla Khan. La tendencia del Escritor a malrecordar que realmente existieron.

Rustichello.

La ópera me aburrió.

Dijo Helen Traubel.

Nadie conoce a la Traubel que yo he visto.

Dijo Rudolf Bing.

Jean Harlow murió de un edema cerebral provocado por intoxicación urémica.

La amistad entre Claude Monet y Georges Clemenceau.

Schubert nunca pudo comprarse un piano.

18 de febrero de 1564. Miguel Ángel muere en Roma.

18 de febrero de 1564. Galileo nace en Pisa.

Shakespeare nace ese mismo año.

Isaac Newton nace el mismo año en que muere Galileo.

El retrato de Shelley que hizo Amelia Curran, que ha sido Shelley desde su primera reproducción en grabado en 1833.

Pero que fue considerado tan poco real que Mary Shelley siempre tuvo la intención de desecharlo.

Galileo tocaba el laúd.

Un irlandés traficante de pornografía, llamó Anthony Comstock a George Bernard Shaw.

Esta era la habitación del Sr. Bleaney.

Einstein murió de un aneurisma abdominal. Que según dijo uno de sus médicos fue el resultado de una sífilis terciaria.

Caspar David Friedrich.

Diego Rivera muy raramente se bañaba.

Dijo Lupe Marín, la segunda de sus cuatro esposas.

Roger Bacon probablemente no inventó la pólvora.

Una vez Alejandro Magno estaba pontificando sobre arte en el estudio de Apeles. Apeles le sugirió que cambiara de tema; no era nada apropiado que los jóvenes aprendices estuvieran riéndose nerviosamente a sus espaldas.

Ayot St. Lawrence.

El río Delaware, donde fueron esparcidas las cenizas de Einstein.

¡Hijo mío, piensa en el futuro! Con genio, uno puede morir. Con dinero, uno puede comer.

Dijo el padre de Cézanne.

¡No pasarán!

John Millington Synge murió de cáncer linfático.

También una vez Alejandro le encargó a Apeles que pintara a una de sus amantes, llamada Kampaspe. Apeles se enamoró de ella. Alejandro se la regaló al artista.

Festina lente: la celeridad debería armonizarse con la dilación.

Dijo sir Thomas Browne.

El padre de Gustav Mahler era tabernero.

Iván Goncharov estuvo esencialmente loco los últimos treinta años de su vida.

E insistió en que cada palabra publicada por Turguénev le había sido robada a él.

Después de la Restauración, el cuerpo de Cromwell fue desenterrado y colgado de una horca.

Tras su muerte en el campo de batalla, el cuerpo de Zuinglio fue mutilado y quemado sobre una pila de estiércol.

Y la hermana de Tubalcaín fue Naamá.

Rossini dijo que lloró la primera vez que escuchó a Paganini.

Flavio Josefo dice que prácticamente todo historiador antiguo posterior a Heródoto lo consideró un mentiroso.

A Godofredo de Monmouth lo llamaron mentiroso sinvergüenza en su propia época.

Thomas Otway murió indigente.

Dimitri Mitropoulos murió de un ataque al corazón mientras dirigía en La Scala.

La muerte de Patroclo, Ilíada XVI:

Aún mientras hablaba, la sombra de la muerte lo envolvió. El alma huyó de sus miembros y descendió a la casa del Hades, lamentando su destino, abandonando virilidad y juventud.

La muerte de Héctor, Ilíada XXII:

Aún mientras hablaba, la sombra de la muerte lo envolvió. El alma huyó de sus miembros y descendió a la casa del Hades, lamentando su destino, abandonando virilidad y juventud.

La palabra sinagoga en realidad es griega.

Y originalmente significaba asamblea cristiana.

Miniá.

Cerca había una gran roca. Se dio contra ella la cabeza, tras lo cual se quebró el cráneo y murió.

Dice la primera versión de Deirdre de los pesares.

El soneto de John Lyly sobre Apeles y Kampaspe.

El fresco de Tiepolo que muestra a Apeles pintándola.

La semiliteraria, semicoloquial, a menudo malsonante y por lo general irritante prosa de H.L. Mencken.

Benjamin Britten murió de una enfermedad cardíaca.

Aaron Copland murió de insuficiencia respiratoria provocada por una neumonía.

Virtualmente más allá de lo que el Escritor es capaz de imaginar:

Las algo así como ochenta obras perdidas, por cabeza, de Esquilo y Eurípides.

Las ciento diez perdidas de Sófocles.

Tobias Smollett murió de tuberculosis.

Botticelli parece haber firmado una sola pintura en su vida.

El simplón de Wordsworth y su poesía pueril, lo y la llamó Byron.

El padre de Sartre era oficial naval.

El padre de Lytton Strachey era general.

Flann O’Brien, sobre Brendan Behan:

Un patán.

Congreve escribió Así va el mundo a los treinta. Y vivió veintinueve años más sin escribir una sola palabra más para el teatro.

Nikos Kazantzakis una vez pasó dos años como contemplativo en el Monte Athos.

Como una mosca de largas zancas sobre la corriente

su mente se mueve sobre el silencio.

Nietzsche, sobre George Sand:

Una vaca que escribe.

Thomas Hobbes fue alguna vez el secretario de Francis Bacon.

Andrew Marvell fue alguna vez el de John Milton.

En todas las versiones de la leyenda, Galahad se establece invariablemente como descendiente directo de José de Arimatea.

Ergo como judío.

Asimismo Perceval.

¿Fue Lorenzo Ghiberti el primer artista de importancia que escribió una autobiografía?

Un amigo, cuando Oliver Goldsmith ejerció brevemente la medicina en Londres:

Ten la amabilidad de prescribirles solo a tus enemigos.

Louise Homer murió de trombosis coronaria.

Matisse: Dentro del arte moderno, indudablemente es Cézanne a quien más le debo.

Picasso: Fue mi único e inigualable maestro. ¡Cézanne! Para todos nosotros fue como un padre.

Esquilo nunca vio el Partenón.

Zora Neale Hurston murió en un asilo de asistencia social.

Y fue enterrada en una tumba sin nombre.

André Malraux murió de un coágulo en el pulmón.

Por principios, Bertrand Russell donó su considerable fortuna heredada a los veintipico. Y a partir de entonces se ganó la vida solo.

Wagner era cinco meses mayor que Verdi.

Wittgenstein era cinco meses mayor que Heidegger.

Elizabeth Barrett era seis años mayor que Browning.

Mont Sainte-Victoire.

Enrique Granados se ahogó mientras intentaba salvar a su esposa cuando su barco fue torpedeado por un submarino alemán en el canal de la Mancha en la Primera Guerra Mundial.

Pirro murió tras haber sido golpeado por una teja arrojada desde un techo.

Hit Sign Win Suit.

Whitman dijo que había leído El corazón de Midlothian doce veces o más.

Entre la ortografía de Wittgenstein, cuando escribía en inglés: Anoied. Realy. Excelentely. Expences. Affraid. Cann’t.

Plotino no empezó a escribir hasta los cincuenta años.

Goethe tenía setenta y ocho antes de empezar la segunda parte de Fausto.

Dos milenios antes de la princesa Diana, Virgilio, de visita en Roma, era forzado a refugiarse incluso en casas de desconocidos para huir de los admiradores que lo rodeaban por la calle.

Y esto cuando solo había escrito las Églogas y las Geórgicas; la Eneida sería póstuma.

A Virgilio apenas lo entreví, el propio Ovidio, más joven, hubo de decir.

Fulke Greville fue asesinado por un sirviente descontento.

Asculum.

Caído a manos de una bruja en Argos.

Justificar el trato de Hamlet hacia Ofelia.

Walter Johnson murió de un tumor cerebral.

Ya que debemos considerar que seremos como una ciudad sobre una colina.

Ladillas, bautizó Dickens a los críticos.

Cerdos, prefería D.H. Lawrence.

Samuel Barber era el sobrino de Louise Homer.

Southwell fue colgado y luego arrastrado y descuartizado en Tyburn.

El Stabat Mater de Palestrina.

El de Pergolesi.

Sin excepción, descolocado al recordar que el capitán Ahab es un cuáquero.

De modo similar, necesitando un momento para que el significado preciso de arrastrado y descuartizado le entre en la cabeza.

Puede que Paracelso haya muerto tras una reyerta en una taberna.

Y su sandulia.

Gerhart Hauptmann era partidario de los nazis.

Igor Stravinsky admiraba a Mussolini.

Stabat Mater dolorosa

iuxta crucem lacrimosa

De Vivaldi. De Haydn. De Rossini.

De Poulenc.

La leyenda de que Gregorio Magno debió de ser arrastrado por la fuerza hasta San Pedro, cuando fue elegido papa.

Ningún hombre escribirá jamás una tragedia mejor que Lear, dijo Shaw.

The Burning Babe.

Orson Welles murió de un ataque al corazón.

Stephen Foster no llegó a saber qué lado ganó la Guerra Civil.

Miguel Ángel. Piero di Cosimo. Guido Reni. Pontormo. Tintoretto.

Todos los cuales querían que nadie se les acercara cuando trabajaban.

Piero y Pontormo lo convirtieron en patología.

Jacopone da Todi.

Anna Pavlova murió de neumonía.

Ronald Firbank murió de neumonía.

El pequeño Marcel, solían llamarlo a Proust. Toda su vida.

A.E. Housman, sobre la fuente más certera de inspiración poética:

Una pinta de cerveza, en el almuerzo.

Kirsten Flagstad, sobre el aspecto crucial para cantar Wagner:

Zapatos cómodos.

Les Saltimbanques, que inspiró la quinta de las Elegías de Duino:

Cuyo lienzo, en efecto, Rilke tuvo colgado sobre su escritorio durante meses mientras se hospedaba en una casa en Múnich.

Anthony Trollope escribía siete páginas por día, los siete días de la semana.

Y hasta empezaba un libro nuevo si terminaba uno antes de haber cubierto su cuota diaria.

Mil disculpas, te confundí con un escabel.

La primera esposa de Eliot, Vivien, insistía en lavar sus propias sábanas.

Incluso cuando estaba en un hotel.

Mi breviario, llamaba Montaigne a Plutarco.

Mientras que con frecuencia lo citaba sin ningún tipo de reconocimiento.

De lo cual también Séneca, tiempo atrás, había hecho una práctica.

Sinclair Lewis murió de un ataque al corazón.

Thomas Eakins una vez fue despedido de su puesto por sacarle el taparrabos a un modelo en una clase femenina de dibujo en Filadelfia.

El padre de Defoe era carnicero.

Sadi. Rumi. Hafez.

Muy probablemente Saulo de Tarso haya participado en la lapidación de San Esteban.

¿También era epiléptico?

¿Juan el Bautista era esenio?

Yo, con la ayuda de Dios, nací pobre.

Ralph Ellison murió de cáncer de páncreas.

Tarso. Siendo también donde llega Cleopatra, en su barca, a encontrarse con Marco Antonio.

Sobre el río Cidno.

En Turquía.

Tommaso Campanella pasó veintisiete años en un calabozo papal por herejía.

Una agencia de información sobre la condición humana, llamó Theodor Adorno a Kafka.

Shelley, a los diecinueve, fue expulsado de Oxford por publicar un panfleto sobre ateísmo.

Landor, a la misma edad, fue expulsado por dispararle a un compañero durante una discusión política.

Doscientas cuarenta y tres personas mueren en la Ilíada nombradas por su nombre.

Se mencionan ciento cuarenta y siete heridas distintas.

El retrato de Winston Churchill que hizo Graham Sutherland.

Que Clementine Churchill cortó en pedazos y luego quemó.

Exsultate, Jubilate. K 165.

Maria Stader.

La tendencia del Escritor a olvidar que hubo otras dos hermanas Brontë, apenas mayores, que murieron cuando Charlotte, Emily y Anne tenían ocho, seis y cuatro.

Tísica, la prole.

Boris Pasternak evidentemente murió de un cáncer de pulmón que se había extendido hacia la zona del corazón.

Peredélkino.

Nunca supe de ningún viejo que olvidara dónde había escondido su dinero, dijo Cicerón.

Autorretrato en un espejo convexo:

De 1524 data la versión de Parmigianino.

Filipo de Macedonia: Si llego a Lacedemonia, no dejaré piedra sobre piedra.

Los espartanos: Si.

Enrico Ferni murió de cáncer de estómago.

John von Neumann murió de cáncer de cerebro.

Haworth Parsonage.

Sonetos de Shakespeare / Nunca antes impresos. Una pequeña cuartilla, 1609:

Seis peniques.

But on a May morwening upon Malverne hilles

Me befel a ferly, of fairye me thoughte.

Jenny Lind murió en Malvern Hills.

Mi trabajo no es una obra premiada hecha para ser oída en el momento, sino que fue creada para durar por siempre.

Dijo Tucídides.

Pierre Bonard y Vasili Kandinsky eran cortos de vista.

Igual que Samuel Johnson y Tennyson.

Y Nietzsche.

Y María Callas.

Marshall McLuhan murió de un derrame cerebral.

Una vez Robert Lowell le dio un puñetazo en la cara a Jean Stafford y le rompió la nariz.

Que ya le había roto dos años antes cuando chocó el auto contra un muro de piedra por manejar borracho.

De cuando en cuando han muerto hombres, y se los han comido los gusanos, pero no por amor.

Bach y Handel, nacidos con veintiséis días de diferencia.

Sin haberse cruzado ni una vez.

Beethoven era zurdo.

Rembrandt trabajaba tan lentamente, en especial en sus últimos años, que se le hizo cada vez más difícil encontrar modelos.

Lo cual en buena parte explica los más de cien autorretratos.

Luisa Tetrazzini murió sin un centavo.

Tolstoy, cuando le preguntaron si había leído algo reciente de Maurice Maeterlinck:

¿Por qué habría de hacerlo? ¿He cometido un crimen?

Quienes escriben mal, y quienes nunca se atrevieron a escribir,

se vuelven críticos en venganza, por mero rencor.

–Dijo Dryden.

Diez para censurar a uno que escribe erradamente.

–Agregó Pope.

Lo llamaban Papá Haydn bastante antes de cumplir los treinta.

Jacopo. Gentile. Giovanni.

Para no hablar de la hermana Nicolosia, que se casó con Andrea Mantegna.

¿Fue Liszt el más grande pianista que alguna vez haya existido?

Planeando su Balzac, Rodin llegó a rastrear a un sastre que el novelista había empleado cuarenta años antes; y le encargó un traje con las medidas del muerto.

El debut de Birgit Nilsson en la Metropolitan Opera, como Isolda, fue reseñado en la portada del New York Times.

No soy excesivamente afecta a la poesía y no la leo con placer. Dentro de mis lecturas, los poemas ocupan un lugar muy pequeño.

Dijo Ingeborg Bachmann.

Rodin murió de congestión pulmonar.

Anabasis.

Tu última novela fue un fracaso. Tienes dos hijos maravillosos a tu cargo. ¿No crees que sea momento de considerar hacer algo económicamente más responsable con tu vida?

Esto es también hasta una autobiografía, si el Escritor lo dice.

Aléjate; la pobreza es contagiosa. Escribió Aphra Behn.

Anni 68 Cenzza Ochiali, firmó Canaletto un dibujo en 1766.

A los sesenta y ocho años, sin anteojos.

Handel murió ciego.

Gaddo. Taddeo. Agnolo.

Lodovico. Agostino. Annibale.

Liszt se sentaba y tocaba a primera vista lo que el resto de nosotros nos esforzaríamos por tocar para finalmente no llegar a ninguna parte, dijo Clara Schumann.

O John Bellini, como insistía en llamarlo Ruskin.

María Malibrán murió a los veintiocho tras ser arrojada de un caballo.

¿Ha perdonado el tiempo a Paul Claudel?

Ruskin murió de influenza.

A Anton Webern le disparó y lo mató un soldado estadounidense en Austria al final de la Segunda Guerra Mundial. Enteramente por error.

En una novela no debería haber nada que el autor no se animara a decir en voz alta en presencia de una muchacha, dijo William Dean Howells.

Kate Chopin murió de lo que aparentemente fue una hemorragia cerebral.

Recuérdenme sacarle algún dinero a este infeliz.

El padre de Piero della Francesca era zapatero.

Joseph Cornell vivió con su madre toda su vida.

Admiren a los mártires del reino de María la Sangrienta.

D.H. Lawrence murió de tuberculosis.

Charlotte Perkins Gilman era una sobrina de Harriet Beecher Stowe.

A los veintitantos, Joseph Brodsky fue sentenciado a palear estiércol en el Mar Blanco durante cinco años por lo que la Unión Soviética consideró parasitismo social.

Petrarca; y el San Agustín perpetuamente en su bolsillo.

Leyendo las Confesiones en la cima del Mont Ventoux.

Romney pintó a Emma Hamilton casi cincuenta veces.

Clit lit.

Nombrado maestro di cappella en San Marcos en 1613, a Monteverdi lo robaron unos bandoleros cuando se trasladaba hacia allí desde Cremona.

Terencio parecería haber muerto en un naufragio.

El cuarto estaba lleno de Sitwells. Y otra gente Sacheverell.

Jeanne Eagels murió de una sobredosis de heroína.

Plutarco dice que Jerjes miró la debacle de Salamina desde un trono de oro en la cima de una colina sobre el estrecho; rodeado de escribas que llegado el caso debían registrar el boato de una victoria.

Un rey sentado en la rocosa cima

que da a Salamina, nacida del mar.

¿Tuvo el padre de Kierkegaard una enfermedad venérea?

Un amable hombre de principios.

Llamó Pablo Neruda a Stalin.

Un santo y un mártir.

Llamó Ezra Pound a Hitler.

Mark Twain murió de una enfermedad cardíaca.

El único hermano de Rupert Brooke murió en la Primera Guerra Mundial no más de unas semanas después que el propio Brooke.

Château-Thierry, donde nació La Fontaine.

Cayendo ociosamente en la cuenta de que todos los artistas de la historia –hasta el siglo del Escritor– andaban a caballo.

Por ejemplo, Keats junto al Tíber todas las mañanas hasta no mucho antes de su muerte.

George Sand, desdeñando la montura amazona en una yegua favorita a la que por casualidad llamó Colette.

O veintitrés siglos antes Píndaro, que incluso les aseguraba a los lectores que sí habría caballos en el paraíso.

Salté hasta el estribo, y Joris, y él;

Dirck y yo al galope, al galope los tres.

Un monje le preguntó a Ts’ui-wei: ¿Con qué propósito vino de Occidente el Primer Patriarca?

Ts’ui-wei respondió: Pásame esa mentonera.

Tan pronto como el monje se la pasó, Ts’ui-wei lo golpeó con ella.

Todo tipo de reunión pública estuvo prohibida en Venecia durante una plaga en 1576.

Edicto que fue ignorado sin vacilaciones ante la muerte de Tiziano: tan merecedor se juzgó que era de un funeral de Estado.

A Helen. Poe tenía dieciséis.

Le Bateau ivre. Rimbaud tenía dieciséis.

Thanatopsis. Bryant tenía dieciséis o diecisiete.

Thomas Gray murió de gota.

Jean Genet fue informante pago de los nazis en la Segunda Guerra Mundial.

Colette, la novelista, murió de un paro cardíaco.

Salaz, maloliente, enfermizo.

Dijo Van Wyck Brooks de Joyce.

Mientras que tildaba a Rimbaud de desgraciadito neurasténico.

Berlioz, sobre los críticos:

¿De dónde salen? ¿A qué edad se los manda al matadero?

Adam Mickiewicz murió de cólera.

William Collins murió loco.

La igualmente ociosa revelación del Escritor de que todos esos mismos artífices ecuestres también pasaron por la vida sin inodoro.

¿Qué tipo de retrete externo tenía Peter Paul Rubens, por ejemplo?

¿Qué orinal disfrazado de baúl tenía Jane Austen?

Chaim Soutine murió de úlceras en el estómago.

John Steinbeck murió de una enfermedad cardíaca, poco temperada por un enfisema agudo.

Una vez Kandinsky invitó a Arnold Schoenberg a formar parte del profesorado de la Bauhaus.

Indicando magnánimamente que si bien por lo general no se aceptaban judíos, en su caso se haría una excepción.

¡Oh! ¡Celia, Celia, Celia caga!

Este es el lamentable estado de nuestra época: que los hombres del arte deban buscar limosna de los cormoranes, y los que más merecen queden ocultos debajo de los zopencos.

Dijo Thomas Nashe en 1592.

Durante dos décadas, a partir de sus veinticinco años, Paul Valéry no publicó una sola línea.

Wagner murió en 1883.

Cosima no, hasta 1930.

Dante Gabriel Rosetti murió de la enfermedad de Bright.

Tennessee Williams murió atragantado con la tapa de plástico de un espray nasal.

Elijamos albaceas y hablemos de testamentos.

O está loco o está leyendo Don Quijote.

Dijo Felipe III al ver a un estudiante golpeándose la cabeza y doblándose de risa histérica sobre un libro.

Perugino probablemente murió de plaga.

No hay nadie tan tonto como para elogiar el Don Quijote.

Dijo Lope de Vega.

El único Caravaggio del Metropolitan Museum, el temprano Alegoría de la música, no se conoció durante más de tres siglos.

Y alguien se alzó con él por menos de cien libras cuando se lo topó en una tienda de antigüedades inglesa.

¡Este solo puede ser el diablo o el propio Bach!

Nunca habrá fecha disponible para Marian Anderson en Constitution Hall.

Dijo el Constitution Hall.

Camus pasó la mayor parte de su vida adulta con tuberculosis recurrente.

Michael Tippett pasó tres meses en Wormwood Scrubs como objetor de conciencia en la Segunda Guerra Mundial.

El artillero de cola del Enola Gay usaba una gorra de los Brooklyn Dodgers.

Antonio Gaudí murió tras haber sido atropellado por un tranvía en Barcelona.

Blaise Cendrars murió tras una serie de derrames cerebrales.

La epidemia mundial de influenza de 1918-1919 mató a cuarenta millones de personas.

Incluyendo a Apollinaire. Y a Egon Schiele.

Y a los padres de Mary McCarthy.

Descartes y Pascal se encontraron dos veces.

Sin que ninguno quedara impresionado.

David Hume era extremadamente gordo; incluso se decía que rompía las sillas.

Edward Gibbon también se puso así.

Al igual que Amy Lowell.

¿Qué clase de orinal tenía el obispo Berkeley?

Enoch Arden.

El tipo de persona que siempre está en algún otro lugar cuando se aprieta el gatillo, fue la descripción que hizo George Orwell de Auden.

Orwell sobre Sean O’Casey:

Muy estúpido.

Sobre Steinbeck:

Espurio.

La Trahison des clercs.

Hasta los cuarenta años, Hermann Broch fue el gerente de la empresa textil de su familia.

Grazia Deledda murió de cáncer de mama.

¿Creéis que Alejandro deste modo lucía bajo tierra? ¿Y deste modo olía? ¡Puf!

No merece siquiera la molestia de condenarlo, dijo Gautier del Olympia de Manet.

En fecha tan tardía como 1874, Jacob Burckhardt se sintió autorizado a tildar a Jan Vermeer de intrascendente:

Mujeres leyendo y escribiendo cartas y esas cosas.

Se dice que Arquíloco murió en batalla.

El pensador más agudo que jamás haya nacido, llamó Kant a Kepler.

La primera traducción inglesa de Madame Bovary la hizo una hija de Karl Marx.

Que más tarde se quitaría la vida de manera muy similar a como lo hace Emma.

Una carta existente de Miguel Ángel se queja de un dinero que Luca Signorelli le pidió prestado y nunca le devolvió.

Siempre estaba golpeteando sobre algo: su sombrero, su faltriquera, la mesa, la silla, como si fueran el teclado.

Dijo Constanze.

Demasiadas notas, mi querido Mozart.

Quentin de La Tour murió loco.

Charlie Parker murió de neumonía y úlcera sangrante, aunque con la indiscutible colaboración del alcohol y las drogas.

Quinquerreme de Nínive desde la lejana Ofir.

La historia de Boccaccio sobre Giotto, a caballo, atrapado en una tormenta de agosto.

Jorobado Papista, lo llamaron a Pope en una publicación.

Maeterlinck murió de una afección cardíaca.

Beethoven, preocupado. Cruzando hasta el lavamanos para echarse agua en la cabeza, pasando por alto el hecho de que está completamente vestido.

Y aun en las eras por venir, los hombres nos convertirán en una canción que cuente nuestra historia.

Le dice Helena a Héctor sobre su destino.

Una vez Theodore Dreiser intentó sobornar a H.L. Mencken para empezar una campaña que lo promocionara para el Premio Nobel.

Después de la hoguera, los restos de Juana de Arco fueron arrojados al Sena.

Después de la hoguera, los restos de Savonarola fueron arrojados al Arno.

James Clerk Maxwell murió de cáncer abdominal.

Durante los treinta días de gracia entre su condena y la cicuta, Sócrates memorizó un largo poema de Estesícoro.

Quiero morir sabiendo una cosa más.

Solo debes caminar hasta sentir las piernas pesadas, y luego tenderte, y el veneno actuará.

Explica el carcelero en el Fedón.

Lo que sabía Pieter Brueghel sobre el verano.

Kipling, en Sussex, puede haber sido el primer autor que, en efecto, descartó los caballos, puesto que ya en 1902 poseía un automóvil.

Henry Adams tuvo un Mercedes en Francia en 1904.

John Fletcher murió de plaga. La muerte de Beaumont fue aparentemente registrada sin especificar la causa.

Nimiedades, decía Catulo de sus versos.

Hace dos mil años enteros.

La cumbre del absurdo en la postulación del sinsentido puro, o en el enhebrado de insensatas y extravagantes cantidades de palabras, antes solo registradas en manicomios, fue alcanzada por Hegel.

Dijo Schopenhauer.

En o alrededor de diciembre de 1910 cambió el carácter humano.

Sí, Virginia.

Ben Shahn alguna vez fue asistente de Diego Rivera.

Jackson Pollock alguna vez fue asistente de David Alfaro Siqueiros.

El compañero de cuarto de Richard Feynman, cuando ambos trabajaban en Los Álamos, era Klaus Fuchs.

Raymond Carver murió de cáncer de pulmón.

La semana pasada vi cómo desollaban a una mujer, y no creerías lo mucho que eso alteraba su persona, para peor.

¿Por qué parecería no haber una sola palabra escrita sobre Jesús hasta que Josefo lo menciona más de cincuenta años después de su muerte?

El padre de Rembrandt era molinero.

Más de una vez Corot agregó un par de pinceladas y firmó con su nombre la obra de otros pintores. Que de otro modo no habrían podido vender.

El San Vicente de Paúl de la pintura, llegaron a llamarlo.

Ned Ludd era débil mental.

Por lejos, los dos mejores estilistas que alguna vez hayan escrito en alemán fueron Heine y Nietzsche.

Dijo Nietzsche.

Lo pinté a mi propia imagen. Tenía seis y veinte años. Alberto Durero. 1498.

Nancy Barron, una loca del hospicio de Concord.

Inmortalizada porque Emerson oía sus incesantes gritos desde su estudio.

Racine murió de un absceso en el hígado.

Un fanático y un borrachín, llamó Thomas Babington Macaulay a James Boswell.

Simone de Beauvoir murió de neumonía.

Giambattista Vico murió de lo que parece haber sido Alzheimer.

Nunca ha existido un gran talento sin un dejo de locura, dice Séneca que dijo Aristóteles.

Todos los poetas están locos, corroboró Robert Burton.

Una buena locura, es como lo leyó Michael Drayton en el caso de Marlowe.

Gainsborough tocaba la viola da gamba.

Hacendado de Auchinleck.

Escrita con la imaginación de un salvaje borracho.

Dijo Voltaire de Hamlet.

No hay inmundicia concebible para la mente humana que no haya sido vertida en estas páginas imbéciles.

Dijo Alfred Noyes del Ulises.

Tom Macaulay, lo llamaban normalmente.

Jacques Offenbach murió de una afección cardíaca.

Jussi Björling murió de una afección cardíaca.

Donatello tenía extraordinarias cantidades de efectivo en una canasta que colgaba del techo de su estudio. Muy literalmente para que sus empleados o amigos se sirvieran cuando lo consideraran conveniente.

Séneca era usurero.

Ammannato, Ammannato, che bel marmo hai rovinato!

Qué hermoso mármol arruinaste. Dijeron los florentinos contemporáneos de su fuente de Neptuno en la Piazza della Signoria.

No más que un perpetuo Montón de Acertijos, halló Theobald en Donne.

Y la muerte creo que no es paréntesis.

Al menos dos personas se ahogaron en el Sena por la aglomeración camino al funeral de Victor Hugo.

Antonello da Messina murió de pleuresía.

El maníaco que le dio con un martillo a la Pietà de Miguel Ángel en 1972.

Su equivalente que pintó con aerosol “Kill Lies All” sobre el Guernica en 1974.

El segundo de los cuales más tarde abrió una galería de arte en SoHo.

Cuando tenía veinticinco años, a Knut Hamsun le dijeron que le quedaban tres meses de vida a causa de una tuberculosis descontrolada.

Y murió a los noventa y tres.

Oscar Wilde escribió Salomé en francés.

En attendant Godot.

Lawrence Tibbett murió tras un choque de automóviles.

Si es arte no es para todos, y si es para todos no es arte.

Dijo Schoenberg.

Tres o cuatro años después de la Guerra Civil, Thomas Carlyle le dijo al estadounidense Charles Eliot Norton que la esclavitud debería ser reinstituida.

O que los negros deberían ser directamente eliminados.

Inanición y/o masacre, amablemente se sugiere.

Durandarte. Olifante.

Hay que ser tonto para pararse deliberadamente y recibir el disparo.

Dijo Hardy cuando dejó de escribir novelas tras las exorbitantes denuncias de Jude el oscuro.

La esposa de Andrea del Sarto, Lucrezia.

¿Es concebible que haya sido desabusada durante todos esos años?

Elizabeth Bishop murió de un aneurisma cerebral.

La madre de Elizabeth Bishop murió loca.

Lessing murió de un derrame cerebral, aunque ya desgastado por un asma severo y unos pulmones dañados.

Plotino murió de lo que probablemente fue cáncer de garganta.

El padre de Rafael Sabatini fue profesor de canto de John McCormack.

Una deuda eterna y jamás olvidada que tiene el Escritor, desde la adolescencia:

Con Constance Garnett.

Medio chiflada. La primera evaluación de Thomas Wentworth Higginson respecto de Emily Dickinson.

Cyrano de Bergerac murió en un accidente que involucró la caída de una viga.

Mitsubishi fabricó los torpedos utilizados en Pearl Harbor.

Porsche fabricó tanques.

Oh, las chimeneas.

Robert Browning murió de un ataque al corazón.

Esto también es un perpetuo montón de acertijos, si el Escritor lo dice.

Simplifica, simplifica.

Durante un tiempo, Rossetti, Swinburne y George Meredith compartieron una casa en Chelsea.

Durante un tiempo, Domenichino, Guido Reni y Francesco Albani se alojaron juntos en Roma.

Los últimos tres se despreciaron mutuamente más adelante.

Siempre que fuera posible, Erasmo elegía médicos judíos.

Siempre que fuera posible, Montaigne elegía médicos judíos.

Rubens murió de arteriosclerosis.

Orwell murió de tuberculosis.

Kathleen Mavourneen.

Artemisia Gentileschi. Agostino Tassi.

Sir Thomas Wyatt murió de una fiebre no diagnosticada.

Heine murió de la parálisis de columna, presumiblemente sifilítica, que lo confinó a lo que él denominaba su tumba-colchón durante sus últimos ocho años.

Evidencia arqueológica de la realidad histórica de Teseo.

Didier. Férol. Langlois.

El siguiente disparo entró en un cerebro ya muerto.

Vicente Huidobro murió de un derrame cerebral.

¿Ben Jonson tenía noción de que Drummond de Hawthornden estaba anotando todo eso?

¡Cariño, no te imaginas lo que pasó esta noche en el baño de hombres de la New School for Social Research!

Ay, no. ¿Otra vez todo por dentro del pantalón?

No es necesario tener caspa para ser un genio, dijo Puccini.

Empecé a volver a casa por el puente.

Beethoven, Gluck, Schubert y Brahms están enterrados en el mismo cementerio de Viena.

Emerson, Hawthorne y Thoreau están enterrados en el mismo de Concord.

El padre de Isaac Bashevis Singer era rabino.

Marc Chagall era nieto de un shojet.

Braque, una imagen de Picasso en el momento de Les Demoiselles d’Avignon:

Tomando trementina y escupiendo fuego.

Con lo que el Escritor se recuerda a sí mismo que este Avignon era un burdel de Barcelona, no la ciudad.

Lo que hacen los artistas no puede llamarse trabajo.

Dice el Diccionario de lugares comunes de Flaubert.

La grosse Margot.

La prosa afectada, falsa, finalmente casi siempre chata de Vladimir Nabokov.

La fundamentalmente aburrida suma total de su obra.

Unos doce años después de Berlin Alexanderplatz, viviendo de limosnas como refugiado de guerra en California, Alfred Döblin se postuló para una beca Guggenheim. Con una recomendación de Thomas Mann.

Adivinen.

La amistad entre Lorca y Salvador Dalí.

Puede ser por años, y puede ser por siempre.

O incluso algún tipo de ópera polifónica, si el Escritor también lo dice.

André Chénier había publicado solo dos poemas cuando fue guillotinado.

Escéptico: ¿Y es posible que haya usted leído todas estas paredes llenas de libros?

Anatole France: Ni un décimo. Supongo que usted no usa su porcelana de Sèvres todos los días, ¿verdad?

Gabriele Münter.

Lise Meitner.

Prokofiev murió el mismo día que Stalin.

Aldous Huxley murió el mismo día que John F. Kennedy.

Nathanael West murió un día después que F. Scott Fitzgerald.

Hemingway murió un día después que Louis-Ferdinand Céline.

West y Fitzgerald habían cenado juntos una semana antes.

Machado de Assis era epiléptico.

El doble de bateadores son golpeados por un lanzamiento cuando la temperatura ronda los treinta grados que cuando ronda los veinte.

Rousseau estaba categóricamente convencido de la existencia de los vampiros.

La aguja de Gammer Gurton.

Goldengrove se deshoja.

A Eliot le llevó cuarenta años permitir que la palabra judío en Gerontion apareciera en mayúsculas.

Luego Abraham cayó de cara y rio.

16 de junio de 1904.

Stephen Dedalus no ha tomado un baño desde octubre de 1903.

Transnistria.

Edward Teller perdió un pie en un accidente de tranvías.

Pär Lagerkvist murió de un derrame cerebral.

Howells y Mark Twain una vez cancelaron una cena que habían planeado para Máximo Gorky: tras descubrir que la mujer con la que había viajado desde Rusia no era su esposa.

Se decía que Fra Angélico era incapaz de pintar un Cristo sin llorar.

En cuanto al Mundo, lo considero no una Posada sino un Hospital; y un lugar no para vivir, sino donde Morir.

Dice Browne en La religión de un médico.

El padre de Cola di Rienzi era cantinero.

Django Reinhardt pasó su infancia en una caravana gitana.

Y estaba considerablemente menos que alfabetizado.

César Vallejo murió de una infección intestinal.

Estuve leyendo La prima Bette. La estuve leyendo todo el verano. Tal vez nunca termine.

William Kapell murió en un accidente aéreo.

Dinu Lipatti murió de linfogranulomatosis.

Arquitas, que inventó el sonajero.

De lo cual Aristóteles, en efecto, toma nota en Política VIII 6, 1340b 25-28.

Chéjov murió de tisis.

Karl Ditters von Dittersdorf al menos una vez tocó el violín en un cuarteto de cuerdas en el que dos de los otros intérpretes eran Mozart y Haydn.

Beaumarchais murió de un derrame cerebral.

Alain-Fournier murió en acción en Francia a menos de dos meses de iniciada la Primera Guerra Mundial.

Protesilao, en el II de la Ilíada. El primer griego en saltar de los barcos a suelo troyano.

Y el primer asesinado.

Pilémenes. Que es fatalmente arponeado en la clavícula por Menelao en el V de la Ilíada.

Y por descuido es vuelto a mostrar vivo en el XIII.

Cayó, inmortal en un parte.

Calle 10 Este de Manhattan, donde creció Adelina Patti.

No hay ningún hipopótamo en esta sala en este momento.

Lamarck murió ciego.

Y fue enterrado en una fosa común.

Gehena.

Isaac Newton murió de complicaciones por una piedra en el riñón.

Ramanujan murió de tuberculosis.

¿Insignia? No tengo que mostrarte ninguna maldita insignia.

Una de las cartas de San Jerónimo a San Agustín tardó nueve años en ser entregada.

Capitolino. Palatino. Aventino. Celio. Esquilino. Viminal. Quirinal.

¿Qué existía antes del Big Bang?

¿Dónde?

Excluya a Dios de su respuesta.

Camille Pissarro estuvo sumido en la pobreza durante gran parte de su trayectoria profesional.

Alfred Sisley fue tal vez más pobre aún, y por más tiempo.

William Goyen murió de leucemia.

El columpio, de Fragonard.

Que William Carlos Williams tuvo la impresión de que era de Watteau.

Platón hablaba demasiado, dijo Diógenes.

Mientras que a Sócrates lo consideraba, directamente, un lunático.

Erasmo fue sin duda alguna el autor más famoso de su época. Tomás Moro incluso admitió estar encantado porque el solo hecho de ser su amigo mantendría vivo su propio nombre en la posteridad.

Una basura, lo llamó Lutero por otro lado.

Yo, oh, Platón, veo una mesa y un vaso. Pero no veo mesidad ni vasidad.

Las sorprendentes caminatas frenéticas de Dickens. De hasta cuarenta kilómetros; y a ritmo precipitado.

Œdipus Rex no ganó el primer premio en el concurso teatral el año en que se presentó por primera vez.

Cualquier filósofo contemporáneo que se atreviera a compararse con Leibniz podía en el mejor de los casos terminar deseando un rincón tranquilo donde ir a morir, dijo Diderot.

William Wycherley se casó con una segunda mujer, mucho más joven que él, a los setenta y cinco.

Y murió once días después.

George Herbert murió de tisis.

Las más odiosas de todas las criaturitas rastreras, llamó Landor a los críticos.

¿Una caminata? ¿Pero para qué?

Preguntó Auden en la casa de campo de alguien.

Dizzy Dean tuvo una educación inferior a cuarto grado.

Pero un sentido posdoctoral de los placeres de ese juego, dijo Marianne Moore.

Hemingway, sobre la acusación de traición a Ezra Pound:

Si Ezra tuviera algún criterio debería pegarse un tiro. Personalmente creo que debería haberse pegado un tiro un poco después del canto doce, aunque tal vez antes.

Disraeli dijo que había leído Orgullo y prejuicio dieciséis veces como mínimo.

La línea recta predomina en la naturaleza.

Dijo una vez Ingres.

Solo se encuentran líneas curvas en la naturaleza.

Dijo una vez Ingres.

Maud Gonne medía un metro ochenta y dos.

Ajmátova medía uno cincuenta y cinco.

Jessica Mitford murió de cáncer cerebral.

Ellen Glasgow fue enterrada en el mismo cajón que los restos exhumados de sus dos perros favoritos.

Venus Púdica. Venus Anadiómena.

La razón absoluta expiró anoche a las once.

Cuántos regios huesos sueñan

bajo esta pila de piedras.

–Escribió Beaumont respecto de la Abadía de Westminster.

Roger Martin du Gard murió de una afección cardíaca.

Arthur Honegger murió de una afección cardíaca.

Desacertado, Henry James salió a saludar al escenario en el estreno de su obra Guy Domville.

Y lo silbaron.

El hebreo del Éxodo 34:29-30 traducido literalmente dice que después de que Moisés bajara del Sinaí por segunda vez la piel de su rostro despedía rayos, queriendo decir que resplandecía.

Un error de traducción en la Vulgata decía que tenía cuernos.

Ergo Miguel Ángel. Etcétera.

Rameau murió de fiebre tifoidea.

Lovis Corinth.

Rilke escribía de pie.

Lewis Carroll escribía de pie.

Thomas Wolfe escribía de pie.

Robert Lowell y Truman Capote escribían acostados.

El Escritor se sienta.

Jens Peter Jacobsen murió de tuberculosis.

A menudo Balzac trabajaba dieciséis o dieciocho horas seguidas, y generalmente comenzaba a medianoche.

Inundado de café.

Gibbon murió de complicaciones infecciosas por hidrocele.

La arquitectura contemporánea es básicamente un plomo.

El Escritor también a veces habla solo.

Como hacía Yeats.

Como hacía Yeats incluso caminando por las calles de Dublín.

Loco como la bruma y la nieve.

Siendo los hechos de que se siente o hable solo no más que la renovada verificación de que el Escritor existe.

En un libro sin personajes.

Como fue señalado, siendo aquí no un personaje sino el autor.

Somos y no somos.

Dijo Heráclito.

Incluso con innumerables y obvios gustos y/o aversiones y ciertas preocupaciones manifiestas.

¿Cuán frecuentemente Anón. era una mujer?

Marcel Duchamp murió de cáncer de próstata.

Ya condenado por el cáncer de pulmón, Duke Ellington murió de neumonía.

La palabra gueto originalmente significaba fundición.

Hasta que los judíos de Venecia fueron forzados a vivir en una isla donde anteriormente había habido una.

Conocimiento no es inteligencia.

Dijo además Heráclito.

Tales, resolviendo la altura de las pirámides:

Simplemente hay que medir sus sombras cuando su propia sombra coincida exactamente con su altura.

La leyenda de que Leonardo, de joven, era tan fuerte que podía enderezar una herradura solo con las manos.

A Robert Capa lo mató una mina terrestre en Vietnam.

Fray Luis de León, volviendo a su salón de clase en Salamanca tras cinco años preso por la Inquisición:

Como estaba diciendo...

Hey, papá, ¿me calientas esto, por favor?

Una silla de taberna es el trono de la felicidad humana, dijo Johnson.

Hábitos alimentarios desagradables, allí o en cualquier otro lado, dijo Boswell que tenía Johnson.

Roald Dahl murió de leucemia.

Sin duda alguna hay algo peculiar en la condición de la retina inglesa.

Dijo Taine al ver una primera muestra de arte prerrafaelista.

Escucho que se acerca un caballo blanco.

G.K. Chesterton murió de insuficiencia cardíaca.

Hilaire Belloc murió, senil, a los ochenta y tres, cuando se le incendió la ropa al volcar carbón de una parrilla.

El padre de Hardy era albañil.

La madre de Turner murió loca.

Chadds Ford, Pensilvania.

En la radio, las primeras líneas de Chanson d’automne de Verlaine:

Siendo la señal, para la clandestinidad europea, de que la invasión del Día D se había puesto en marcha.

¡Jane! ¡Jane! ¡Jane!

Filippo Lippi murió de esquinencia.

Justificar a Juana de Arco.

Según Vasari, los ciudadanos comunes de Florencia quedaron tan impresionados por una Virgen de Cimabue que la llevaron en procesión desde su taller hasta la Santa Trinidad.

Anunciada con trompetas.

Es un aspecto de la probabilidad que ocurran muchas cosas improbables.

Dice Aristóteles que dijo Agatón.

Una imposibilidad probable es siempre preferible a una posibilidad poco convincente.

Agregó el propio Aristóteles, en referencia a la tragedia.

Wittgenstein tuvo sobrinos que lucharon en ambos bandos en la Segunda Guerra Mundial.

Meyerhold fue ejecutado por los sóviets.

Cavó una tumba del mismo largo que la forma de Pajom de la cabeza a los pies –tres anas rusas– y lo enterró.

Rubén Darío murió de cirrosis hepática.

Diderot murió de trombosis coronaria mientras cenaba.

Solía decirles: “Métanse con valor entre los ingleses”, y después yo misma me metía entre ellos.

Dijo Juana.

No podía librarse de la idea de que estaba maldito, y se habría ahogado intencionalmente si no se lo hubieran evitado por la fuerza.

Dice una crónica del monasterio donde Hugo van der Goes estuvo como lego.

Se sabía que bebía, lo cual empeoraba las cosas.

Dice la misma crónica.

Esto es incluso una disquisición sobre las enfermedades de la vida del arte, si el Escritor lo dice.

Wanhope.

John Reed murió de tifus.

Louise Bryant murió de hemorragia cerebral.

Ni para un filósofo sería fácil la vejez en las profundidades de la pobreza, dijo Cicerón.

Ni siquiera un tonto la encontraría tolerable, aun entre abundantes riquezas.

Maria Jeritza fue la primera Tosca que cantó Vissi d’arte tendida en el piso.

Solo porque accidentalmente la empujaron de un codazo del sofá.

Provino de Dios, decidió Puccini.

Aunque como Jeritza ostentaba un trasero demasiado obvio puso a Geraldine Farrar.

Venus Calipigia.

Louise O’Murphy.

Tiepolo y Francesco Guardi eran cuñados.

Richard Wright murió de un ataque al corazón.

La cuestión de Mijaíl Shólojov y la autoría de El don apacible.

La cuestión de Dmitri Shostakóvich y la autoría de sus Memorias.

Santa Teresa de Lisieux sabía La imitación de Cristo de memoria.

John Masefield murió de gangrena a los ochenta y ocho cuando se negó a que le amputaran una pierna lastimada.

Schopenhauer tocaba la flauta.

No tiene una buena comprensión del personaje. Ni talento dramático. Su diálogo es duro como una piedra.

Dijo Emerson sobre el autor después de leer Oliver Twist.

Camille Saint-Saëns ceceaba.

Mahler, descubriendo que Alma tenía una aventura con Walter Gropius.

Y pasando un día entero discutiéndolo con Freud.

¿Macbeth es impotente?

Hans Memling. Ese preciso modelo de un gran maestro menor, según Erwin Panofsky.

La leyenda de que como soldado, herido, empobrecido, Memling había empezado a pintar en agradecimiento a los monjes que lo albergaban.

Edward Arlington Robinson murió de cáncer pancreático.

La Betunería de Warren.

30, Strand.

Carl Maria von Weber murió de tuberculosis.

Ambrose Bierce peleó en Shiloh, en Stones River y en Chickamauga. Y fue herido en Kennesaw Mountain.

La historia de Rome Hanks y Kindred Matters.

Leónidas y los trescientos, que perecerían en las Termópilas.

Solo a quienes ya hubieran procreado hijos para dejar se les había permitido unirse al comando.

Dicho sobre George Washington, en la cumbre de la guerra contra los ingleses:

A veces tira y ataja una pelota durante horas con sus edecanes.

Nabokov parece haber muerto de una infección contraída en un hospital donde lo trataban por la gripe.

Paul Bowles murió de un ataque al corazón.

Jane Bowles murió tras un derrame cerebral.

Viernes está en la isla con Robinson Crusoe trece de los veintiocho años de Crusoe.

¿Por qué Defoe no le permite aprender a hablar más que un inglés pidgin?

¿Por qué Stephen Crane en realidad nunca establece que la batalla de La roja insignia del coraje es Chancellorsville?

La Scala fue severamente bombardeada en la Segunda Guerra Mundial.

La Staatsoper de Viena fue severamente bombardeada en la Segunda Guerra Mundial.

Hay tan poca gente que sabe hacer arte. –Julian Schnabel.

Uno menos de lo que él cree. –Robert Hughes.

En Coriolano, Shakespeare permite que alguien mencione a Catón.

Tres siglos antes de tiempo.

Y yo saldré a recibirte

iré hasta Cho-fu-Sa.

Pericles murió de plaga.

Stefan Lochner compró una casa en Colonia en 1442.

Konrad Witz compró una casa en Basilea en 1443.

Martin Schongauer compró una casa en Colmar en 1477.

Hans Baldung Grien compró una casa en Estrasburgo en 1527.

Paganini murió de lo que evidentemente fue cáncer de laringe.

Walter Pater murió de gota.

Está escrito en un estilo descuidado y humilde, en la lengua vulgar, la que hablan incluso las amas de casa.

Dijo Dante de la Comedia.

William Etty.

El Áxion estí.

Roma se estuvo incendiando durante toda la noche. Pasémoslo al mediodía y pierde algo de su significación milenaria, ¿o no?

Evidencia arqueológica de la realidad histórica de Gilgamesh.

Pergolesi murió de tisis a los veintiséis.

Laborare est orare. Trabajo es oración.

Decían los antiguos monjes.

Benedetto Croce murió de un derrame cerebral.

Robert Schumann murió loco, probablemente por la sífilis.

Mirad, aquí viene el soñador.

El padre de Sófocles fabricaba espadas.

John Dos Passos murió de insuficiencia cardíaca congestiva.

A Tyndale se le otorgó la indulgencia de ser estrangulado en la hoguera antes de prenderlo fuego.

Adiós a las armas:

De 1590, data la versión de George Peele.

Tratando de imaginar el estado del mundo moderno si Charles Martel hubiera sido derrotado en Tours.

La última hospitalización de Simone Weil fue ostensiblemente por tuberculosis y agotamiento. Sin embargo, un informe forense catalogó su muerte como suicidio por inanición.

La mujer estaba loca, dijo De Gaulle.

Mantegna usó un cadáver como modelo para una de sus Crucifixiones.

Géricault usó varios cuando pintaba La balsa de la medusa.

Veit Stoss murió ciego. E indigente.

La casi sin par popularidad de Eurípides en su época.

Los soldados griegos capturados y esclavizados tras la desastrosa expedición a Siracusa, de hecho, recuperaban su libertad si eran capaces de enseñar de memoria pasajes de sus obras.

De lo cual muchos eran capaces.

George Eliot tradujo a Spinoza.

Emma Lazarus tradujo a Yehuda Halevi.

El padre de Willem de Kooning era distribuidor de cerveza.

Anotación al pasar de Malcolm Lowry, en la que describe una visita a la habitación que usaba De Quincey en Lake District:

Prohibido fumar.

Solo dijo: Mi vida es sombría

Él no viene, dijo;

Dijo: Estoy cansada

Morir querría.

El primo Ruddy era habitualmente malhablado.

Flannery O’Connor murió de lupus.

En el siglo posterior a sus muertes, el nombre de Ben Jonson apareció impreso el triple de veces que el de Shakespeare.

Salathiel Pavy.

¿Por qué Joyce deja que Leopold Bloom crea que Saverio Mercadante era judío?

26 de abril de 1937. Un lunes.

Que también era el día de mercado en Guernica, que convocaba campesinos de los campos cercanos.

Sin importar con cuánta frecuencia, descolocado al recordar que no hay ningún tipo de color en el lienzo.

Una pequeña, vulgar y provinciana solterona de aspecto enfermizo.

Tal Charlotte Brontë, según George Henry Lewes.

Robert Southey murió de –cito– ablandamiento del cerebro.

¿Y qué saben de Inglaterra quienes solo

Inglaterra conocen?

Una vez Gauguin trató de matarse con arsénico.

Pero vomitó.

¿Ese material se te ocurre cuando estás borracho?

Preguntó un primo de Faulkner.

Dittersdorf, no estás afinando.

Tintoretto murió de lo que parece haber sido cáncer de estómago.

Trollope murió de un derrame cerebral.

Milledgeville, Georgia.

Folletos gratuitos ya que el Señor proporciona los fondos.

Frank Lloyd Wright murió de un ataque al corazón tras una cirugía.

Hilda Doolittle murió de gripe, aunque ya había sido atacada por un paro cardíaco y un derrame cerebral.

Aun después de que Einstein en la playa se representara en la Metropolitan Opera, Philip Glass seguía conduciendo un taxi en la ciudad de Nueva York.

Hipatia fue apaleada hasta morir por fanáticos cristianos.

Tantum religio potuit suadere malorum, dijo Lucrecio.

Son estos los males provocados por la religión.

Emoción evocada en la calma.

Las mejores palabras en el mejor orden.

Vivaldi murió de nadie sabe qué.

De fuego interior, decidió poéticamente el registro eclesiástico vienés de 1741.

Un pervertido social y moral, llamó Theodore Roosevelt a Tolstoy.

Roosevelt sobre Henry James:

Un pequeño y miserable esnob.

Sobre Thomas Paine:

Un pequeño y despreciable ateo.

La tumba de Spinoza. En la Nieuwe Kerk de La Haya.

Caía así en todo el desolado cementerio de la loma donde yacía Michael Furey, muerto.

S.Y. Agnon murió de un ataque al corazón.

La segunda esposa de Dostoievsky, Anna, añadiendo una nota de encanto a un recuerdo de Dostoievsky yendo a empeñar algo:

Estuvo allí sentado por más de una hora; mi pobre, pobre Fedya. Tan dulce y tan brillante y absolutamente delicado, y tuvo que sentarse a esperar entre un montón de judíos.

Música repetitiva.

Cuando el lienzo está en el piso, me siento más cerca de él.

Dijo Jackson Pollock.

Marie Corelli era la hija de Charles Mackay.

Marcia Davenport, la de Alma Gluck.

Robert Penn Warren murió de cáncer de próstata.

Joshua Reynolds murió ciego.

Después de haber sido sordo durante la mayor parte de su vida.

Solo cuando el mundo mismo se destruya perecerán los versos de Lucrecio.

Dijo Ovidio.

Richard Brinsley Sheridan murió completamente endeudado.

Pero se le concedió un espectacular funeral en la Abadía de Westminster.

Molière murió tras reventársele un vaso sanguíneo en un ataque de tos convulsa tuberculosa y ahogarse con su propia sangre.

Panta rei, ouden menei.

Es muy difícil entender y apreciar a la generación que te sucede, dijo Matisse.

Solo sé que el verano cantó en mí

por un rato, que en mí no canta más.

El cabo de la vela estaba a punto de consumirse en el torcido candelero y expandía una luz mortecina por aquella mísera habitación donde un asesino y una prostituta se habían unido para leer el libro eterno.

La amistad entre Byron y Stendhal.

Según Heródoto, Jerjes literalmente ordenó que se le dieran trescientos azotes al Helesponto cuando una tormenta desmoronó un puente que acababa de construir para su invasión a Occidente.

Y como ocurrencia posterior también ordenó que decapitaran a sus principales ingenieros.

Gary Cooper murió de cáncer de pulmón.

Wilhelm Reich murió en la penitenciaría de Lewisburg.

Mary Wollstonecraft Godwin murió tras haber dado a luz a la niña que un día se casaría con Shelley.

Mary Wollstonecraft Godwin murió tras haber dado a luz a la niña que un día escribiría Frankenstein.

La madre de Fanny Brawne murió en un accidente en el que se le prendió fuego la ropa.

Cosas de las que uno desviaría la mirada incluso en un burdel.

Dijo Aretino en una carta a Miguel Ángel, condenando El juicio final.

Que al menos tres papas distintos, posteriormente, estuvieron cerca de eliminar.

Recordando rara vez que fue Congreve quien dijo que la música poseía encantos para calmar un pecho salvaje.

Recordando rara vez que fue Congreve quien dijo Ni el infierno tiene la furia de una mujer desdeñada.

En la misma obra.

Gente a quien no le compete eliminar repetidamente el Hughes de la lápida de Yorkshire que dice Sylvia Plath Hughes.

Moses Mendelssohn murió de un derrame cerebral.

Felix Mendelssohn murió de un derrame cerebral.

Slabtown, Tennessee, donde nació Grace Moore.

Si una noche de invierno sin ninguna otra fuente de calor el Escritor tuviera que quemar un Roy Lichtenstein... ¿escrúpulos?

Sin escrúpulos.

Kierkegaard era golpeado con regularidad por sus compañeros de escuela.

Yeats aussi.

Christina Rossetti murió mientras rezaba.

Se una notte d’inverno un viaggiatore.

El preferido de las musas, llamó Peele a Marlowe.

O Rare Ben Jonson.

Y ocurrió en esa disputa que el citado Ingram, en defensa de su vida, con el puñal mencionado del valor de 12 peniques, allí mismo le produjo al dicho Christopher una herida sobre el ojo derecho de dos pulgadas de profundidad & una pulgada de ancho; de la cual herida mortal el mencionado Christopher Morley murió allí mismo instantáneamente.

Capacidad negativa.

Sartre murió ciego.

Había sido estrábico.

Como Menandro.

Las habitaciones espléndidas y los muebles elegantes son para gente que no tiene pensamientos, dijo Goethe.

Hasta en un palacio es posible vivir bien, dijo Marco Aurelio.

Sin pasaporte están oficialmente muertos.

Ludwig Boltzmann tomó clases de piano con Anton Bruckner.

Eleanor Bull’s.

Deptford Strand.

Andrew Marvell murió de lo que llamaban fiebre recurrente. Probablemente en referencia a la malaria.

Que su médico diagnosticó mal.

Thackeray murió de lo que llamaban una efusión cerebral. Refiriéndose a una hemorragia o a un derrame cerebral.

Jacob Barsimson. Nueva Ámsterdam, 1654.

Lasse Virén.

Nadie, en ningún idioma, ha escrito jamás una novela que iguale o siquiera se aproxime a Clarissa, dijo Rousseau.

En un estante con la Biblia, Eurípides y Sófocles, dijo Diderot del mismo libro.

Hannah Arendt murió de un ataque al corazón.

Watteau murió de tuberculosis.

El pequeño Marcel, a los catorce, al preguntársele por la mayor infelicidad posible:

Estar separado de maman.

Estimado señor:

Estoy sentado en el cuarto más pequeño de mi casa. Tengo ante mí su reseña. En breve estará detrás de mí.

¿Los indios americanos no conocían la rueda?

Dies Irae.

Una mediocridad presuntuosa, llamó Tchaikovsky a Brahms.

Sin dudas la mejor poeta mujer de nuestro tiempo, llamó Hardy a Charlotte Mew.

¿Cómo conoce Gertrude todos los detalles físicos de la muerte de Ofelia con semejante exactitud?

¡Soldados! ¡Se está degradando a un hombre inocente! ¡Soldados! ¡Un inocente es deshonrado! ¡Larga vida a Francia!

Zola nunca se encontró con Dreyfus.

Max Reger.

El ejemplar de Virgilio que tenía Petrarca, con una nota al margen de su puño y letra sobre la muerte de Laura durante la peste negra, aún se conserva en una biblioteca de Milán.

Las tumbas quedaron deshabitadas; cuerpos amortajados

chillaban y murmuraban por las calles de Roma.

O una alternativa en prosa a La tierra baldía, si el Escritor lo dice.

Guillermo de Ockham también murió durante la peste negra.

Robert Burns tuvo nueve hijos ilegítimos.

Goya tuvo diecinueve hijos legítimos, de una sola mujer.

Y además varios otros.

Augustus John y su costumbre de palmearle la cabeza a todo chico que se cruzara por Londres:

Por si es uno de los míos.

Enferma mental. El término de Troilo para Casandra en Troilo y Crésida.

Lowell, Massachusetts, donde nació James McNeill Whistler.

Lowell, Massachusetts, donde nació Jack Kerouac.

Dies irae, dies illa

Solvet saeclum in favilla.

En una de sus reencarnaciones, Pitágoras fue pescado. Y en otra pájaro.

Dijo él.

Metensecosas.

En 1537, François Rabelais dio un curso sobre Hipócrates en la escuela de medicina de Montpellier. En griego.

La aventura de Diego Rivera con Paulette Goddard.

La aventura de Diego Rivera con Louise Nevelson.

Arreglo en gris y negro n°1: La madre del artista.

Para ser precisos.

¿Lo leíste alguna vez, ese Prima Bette? ¿Lo sigo leyendo?

Casi todas las deficiencias de la literatura francesa reciente se deben al ajenjo, dijo Daudet a fines del siglo XIX.

Anales 1 LXV. Donde Tácito, efectivamente, llama a las cosas por su nombre y describe una pala como un implemento para remover la tierra y cortar el césped.

Paul Klee murió de un paro cardíaco después de años de soportar la escleroderma.

Sarah Orne Jewett murió de una hemorragia cerebral.

Tomás de Celano.

He perdido mi juventud encadenado a este sepulcro.

Se quejó Miguel Ángel a Julio II.

L’homme est né libre, et partout il est dans les fers.

¿Por qué el Escritor nunca lo supo? ¿Qué es el líquido negro que mana de la boca de Emma Bovary muerta?

Oh, muerte, ¿dónde está tu aguijón?

Les Rougon-Macquart.

Montesquieu murió de neumonía.

Eliot cursó estudios de posgrado sobre la filosofía de F.H. Bradley, en parte en Merton College, Oxford, donde Bradley todavía era becario vitalicio.

Presumiblemente ignorando el rumor de que, de noche, Bradley salía a dispararles a los gatos.

Wallace Stegner murió tras un choque de autos.

Bradley murió de septicemia.

Liam O’Flaherty sufrió neurosis de guerra en el Frente Occidental en la Primera Guerra Mundial.

Probablemente Roger Bacon no haya inventado los anteojos.

Olvidando, al empezar a releer El villorrio, que antes del final su nombre pasará a ser Eula Varner Snopes.

Y que en otra novela de los Snopes se va a pegar un tiro.

Richard Bentley murió de pleuresía.

El maníaco que atacó La ronda nocturna de Rembrandt con un cuchillo para pan en el Rijksmuseum en 1975.

Su equivalente, que tajeó un Barnett Newman en otro museo de Ámsterdam en 1986; y otro Newman en el mismo museo una década después.

Nunca nadie hizo una estatua de un crítico.

Dijo Sibelius.

Viejo, andrajoso, desconocido, desprestigiado, endeudado, sin más que un ruidoso cuarto de alquiler donde trabajar.

Siendo esta la descripción de Gerald Brenan del hombre que escribía Don Quijote.

La aparente evidencia de que dos hermanas de Cervantes, y una sobrina, y su hija ilegítima, se hicieron prostitutas; y en el mismo período de mayor éxito del libro.

La aventura de Frida Kahlo con León Trotsky.

El mejor novelista francés de su era, llamó Gide a Simenon.

Dejando abierta la cuestión de cuál de sus más de quinientas novelas tenía en mente.

Deja de manosearme, dijo ella. Viejo jinete sin cabeza Ichabod Crane.

A Rilke le gustaba lustrar muebles.

Jackson Pollock horneaba pasteles.

Orígenes se castró a sí mismo.

Ningún artista tolera la realidad, dijo Camus.

Virgilio estuvo siete años escribiendo las Geórgicas.

Lo que resulta en un promedio de una línea por día.

Pablo Neruda murió de leucemia.

Nazim Hikmet murió de un ataque al corazón.

¡Qué hermoso es el amarillo!

Dice una carta de Van Gogh.

Sortes Virgilianae.

Childe Roland a la tumba oscura llegó.

Esta noche no debe haber toque de queda.

Dorothy L. Sayers murió de un derrame cerebral.

Si consideramos el Pez como un símbolo de Vida Divina de antigüedad inmemorial, no nos descarriaremos demasiado.

Jack Johnson murió en un choque de autos.

Nikos Kazantzakis murió de gripe.

Jessie Laidlay Weston.

La impresión de Laurence Sterne, cuando va por el primer tercio de Tristram Shandy, de que al libro le falta un prefacio.

Con lo cual inserta uno allí donde está.

El elogio claramente excesivo que hace Jack Donne de la joven hija de su mecenas; a quien nunca conoció o siquiera vio.

Si se hubiera escrito sobre la Virgen María habría sido muy bueno, le dijo Jonson.

William Saroyan murió de cáncer de próstata.

Una vez Somerset Maugham tuvo cuatro obras representándose simultáneamente en Londres.

¿Cuánto más grande de lo que ya es parecería la Odisea si nunca hubiera habido una Ilíada con la cual compararla?

San Juan de la Cruz era hijo de un tejedor.

J. Robert Oppenheimer murió de cáncer de garganta.

Maugham murió de un derrame cerebral.

Finalmente se volvió vulgar e infame y contrajo viruela, de la que murió.

Dicen las Vidas breves de Aubrey de una tal Elizabeth Broughton.

El papel soportará cualquier cosa que le escriban encima.

Dijo Stalin.

El mejor geómetra del mundo, sostuvo Hobbes que Descartes podría haber llegado a ser.

Pero que no tenía cabeza para la filosofía.

Kurt Weill murió de un ataque al corazón.

Turner era considerablemente menos que maniático con la limpieza.

El Lector.

Tal el apodo de Aristóteles en la Academia de Platón.

Un potro que patea a su madre.

Tal como lo llamó, por su parte, Platón tras un temprano desacuerdo.

Samuel ha-Nagid.

Dilo de una vez, por el amor de Dios, y termina con eso.

Le dijo William James a Henry.

Molokai. Junio de 1885.

Nosotros los leprosos.

Anagnostes.

Nadie es mi nombre, y Nadie me llaman.

Un paseo bajo el sol.

Una década después de la muerte de Nelson en Trafalgar, Emma Hamilton murió en la pobreza.

Evidencia arqueológica de la realidad histórica de Susan Sontag.

Santa Catalina de Siena era analfabeta.

Kafka era vegetariano.

Los ingleses creen que el jabón es civilización.

Dijo Treitschke.

Theodore Roethke murió de oclusión coronaria.

Por lo menos un periódico de Boston sugirió con absoluta seriedad que Whitman debería ser castigado a latigazos por Hojas de hierba.

Charlotte Salomon murió en Auschwitz a los veintiséis.

Pavel Friedman murió en Auschwitz a los diecinueve. O antes.

¿Realmente Moe Berg le habría disparado a Heisenberg?

Góngora murió de apoplejía.

Balzac incluyó más de dos mil personajes en su Comedia humana.

Hay 260.430 palabras en el Ulises.

Calvino murió de hemorragias en los pulmones.

Oświęcim.

Exeunt.

Molière nunca fue elegido miembro de la Academia Francesa.

Balzac nunca fue elegido miembro de la Academia Francesa.

¿Fue John Searle quien llamó a Jacques Derrida la clase de filósofo que desprestigia la mentira?

Adoro el olor del napalm por la mañana.

Josquin des Prés.

Llevó diez años después de su suicidio que la familia de Jeanne Hébuterne permitiera que sus restos fueran reenterrados junto a los de Modigliani en el sector judío de Père Lachaise.

Adelaide Procter. Mrs. Henry Wood.

Géricault murió tras caerse de un caballo.

Hindemith murió de un derrame cerebral.

Nabucodonosor. Que arrasó Jerusalén.

Y se volvió loco.

Y comió pasto.

El cardenal Spellman, de Nueva York, una vez le envió al papa Pío XII un automóvil Cadillac con manijas de oro macizo.

Wyatt Earp murió de cistitis crónica.

Porque se hizo de noche y los bárbaros no han llegado.

La insuperable proclividad al gin de Charles Lamb, la denominó Carlyle.

Frobisher. Hawkins. Drake.

Hitler tipeaba con dos dedos.

Mencken tipeaba con dos dedos.

Beethoven lavaba excesivamente.

Pentesilea.

La especulación de que Dante estuvo en París.

O incluso en Oxford.

La posibilidad de que en una misión política que lo llevó a Florencia Chaucer haya conocido a Boccaccio.

Charlotte Corday fue una sobrina nieta de Corneille.

Y dedicó la mañana a leer lo más cruento de Plutarco antes de apuñalar a Marat.

O un tratado sobre la naturaleza del hombre, si así lo etiqueta el Escritor.

Había contraído un gran resfriado y no tenía para ponerse más ropas que la piel de un oso que aún no había sido muerto.

Dijo Thomas Fuller.

Las papas no se conocían en la antigua Roma.

Los tomates no se conocían en la antigua Roma.

Las naranjas no se conocían en la antigua Roma.

Hume murió de lo que probablemente fuera cáncer de colon.

Edgar Degas no llegó a saber qué lado ganó la Primera Guerra Mundial.

Piet Mondrian no llegó a saber qué lado ganó la Segunda Guerra Mundial.

Flicka von Stade.

Manet murió de sífilis terciaria.

Truman Capote murió de enfermedad coronaria complicada por el abuso de drogas.

Marianne Moore enseñaba taquigrafía en la Carlisle Indian School, en Pensilvania, cuando Jim Thorpe era alumno.

Y cincuenta años después recordaría que una vez le sostuvo la puerta para que pasara.

La primera esposa de Debussy se pegó un tiro.

Como también una amante, anteriormente.

Caedmon era analfabeto.

La rue Descartes, donde murió Paul Verlaine.

La avenue Émile Zola, donde estuvo el último domicilio de Paul Celan en París.

Una calle en Madrid fue rebautizada en honor a Vicente Aleixandre mientras él todavía vivía allí.

¿Dónde es que queda el boulevard Herman Melville en Manhattan?

Doce cuadras al norte de la intersección ilusoria entre la calle Mark Rothko y la plaza Hart Crane.

La fama poética de Ausonio condena el gusto de su época, dijo Gibbon.

Pero en especial su esposa lo apremió para que lo intentara, puesto que era muy ambiciosa y ardía en insaciables deseos de llevar el título de reina.

Agregándose al total de lo que encontró Shakespeare en Holinshed, a partir de lo cual creó a Lady Macbeth.

La amistad entre Paula Becker y Clara Westhoff.

Claudia Muzzio era ilegítima.

Jenny Lind era ilegítima.

La segunda esposa de Voltaire era la hija de su propia hermana.

Una idea pasajera de Kurt Vonnegut respecto de la princesa Diana:

¿Sabemos si alguna vez leyó un libro?

Título de una composición inconclusa de Charles Ives:

Giants vs. Cubs, agosto de 1907, Campo de Polo.

Ives murió de una enfermedad cardíaca agravada por diabetes.

Bien, Bourrienne; tú también serás inmortal.

¿Por qué, general Bonaparte?

¿No eres mi secretario?

Dígame cómo se llamaba el de Alejandro.

Mmm... no está mal, Bourrienne.

El padre de Haydn era carretero.

La leyenda de que Donatello casi sobrenaturalmente se negó a morir hasta que su crucifijo común y corriente pudiera reemplazarse por uno tallado por Brunelleschi.

Pero ve, y si escuchas, ella te hablará.

Ocho personas se presentaron en el funeral de Robert Musil.

F. Scott Fitzgerald murió de una serie de ataques al corazón.

Su declaración de regalías más reciente indicaba que se habían vendido siete ejemplares de El gran Gatsby durante los seis meses previos.

La afirmación de que John Wesley dio más de cuarenta mil sermones.

Marc Blitzstein. Elliott Carter. Aaron Copland. David Diamond. Roy Harris. Walter Piston. Roger Sessions. Virgil Thomson.

Todos estudiaron con Nadia Boulanger en Fontainebleau.

Dave Brubeck estudió con Arnold Schoenberg y con Darius Milhaud.

Corbière murió de tuberculosis a los treinta.

Novalis murió de tuberculosis a los veintiocho.

Laforgue tenía veintisiete.

Básicamente toda justificación de la persecución por parte de la Inquisición estaba a mano en San Agustín.

Como la justificación de la censura está disponible para cualquiera en Platón.

J.R.R. Tolkien murió de una infección respiratoria mientras estaba internado por otra cosa.

Una vez Ausonio le escribió un poema al papel en el que escribía.

La fama literaria de La hoguera de las vanidades condena el gusto de su época.

Mary Mapes Dodge.

Index Librorum Prohibitorum.

No nos vengas con tus problemas. Si no puedes ganar suficiente dinero como para mantenerte, puedes tirarte por la ventana o ahogarte.

Lo cual María Callas negó con vehemencia haberle dicho a su madre.

El inmenso salón de la muerte.

Émile Verhaeren murió en una caída bajo un tren.

Arcangelo Corelli tenía pinturas de Brueghel y Poussin.

Adrienne Lecouvreur murió de lo que aparentemente fue cáncer de recto.

Aunque en la ópera de Cilea es envenenada, lo cual había sido un rumor.

Pero en cualquier caso fue enterrada a la luz de una antorcha en un terreno junto al Sena; como actriz, proscripta del campo santo.

Maria Caniglia. Magda Olivero. Renata Tebaldi.

Uno de los abuelos de Santa Teresa de Ávila era judío.

Jongkind murió loco.

Hugo Wolf murió loco.

Blake, la única vez que se encontraron, sobre los bocetos a lápiz de Constable: Vaya, esto no es dibujo, sino inspiración.

Yo siempre intenté que fueran dibujos, dijo Constable.

La peculiar inmortalidad de Sulpicia.

Seis poemas de amor, un total de cuarenta versos, y por lo general añadida en las obras completas de Tibulo.

Durante dos mil años enteros.

Callas murió en París, de un ataque al corazón.

Y fue llevada a enterrar desde una iglesia ortodoxa griega a la rue Georges Bizet.

Tatiana Troyanos murió de cáncer cervical.

El placer del Escritor al darse cuenta de que la última traducción de Rabelais que leyó la hizo el padre de Tanaquil LeClercq.

La carreta de heno.

Billy Holiday murió de una infección renal tras años de consumir heroína.

Mañanas, cuando las hojas están cubiertas de rocío, algunas son como joyas donde reluce la primera luz del sol.

Who but my darling Greensleeves?

Y estaba Arturo tan ensangrentado que nadie lo podía reconocer por su escudo, ya que toda su espada estaba cubierta de sangre y de sesos.

Sir Thomas Urquhart. Peter Motteux.

¿Miss Linda Stillwagon alguna vez vio el poema?

John Singer Sargent murió leyendo a Voltaire.

Por favor, señor, quiero un poco más.

¿Temple Drake alguna vez vuelve y se recibe en la Universidad de Mississippi?

Merle Hapes. Junie Hovious.

¿Es en Las alegres comadres de Windsor donde se menciona a Greensleeves? ¿Incluso dos veces?

Gluck murió tras una serie de derrames cerebrales.

Los gusanos se alimentan de Héctor, el valiente.

Siegfried Sassoon tiró al Mersey su Cruz Militar indignado por la devastación de la guerra.

Mina Loy, ya sufriendo una avanzada osteoartritis de columna, murió de neumonía.

En una de sus épocas menos equilibradas, Robert Lowell le hizo algunas revisiones en lápiz a Lycidas de Milton.

E insistió en que era el autor de todo el poema.

Una antología de notas de suicidio extraordinarias.

O de notas de suicidio en general. ¿Existe?

Dorothy Parker murió de un ataque al corazón.

Kenneth Tynan murió de enfisema.

No quiere que yo tenga vida propia.

Dice el Diario de Sonia Tolstoy.

Maquiavelo murió de espasmos de estómago no identificados.

Addie Joss murió de meningitis tuberculosa.

¿Alguna vez se nos dice de qué muere Addie Bundren?

A Lawrence Durrell lo encontraron muerto en un baño.

Paulette Goddard murió de una insuficiencia cardíaca.

¿Por qué el Escritor a veces parece admirar la Ilíada aún más cuando piensa en ella que cuando efectivamente la lee?

Augustus Montague Toplady.

Imbéciles ignorantes, es como John Webster repudió al público de teatro isabelino.

Marchaos a una cervecería.

Navegando por el lago Lemán, Byron y Shelley se tomaron el tiempo de homenajear la casa de Lausana donde Gibbon había escrito gran parte de Decadencia y caída.

Hey, papá, ¿me afilas esto, por favor?

Se decía que Theodore Watts-Dunton a veces escondía los zapatos de Swinburne; como método para evitar que bebiera.

Del Eclesiastés del rey Jacobo:

Una generación pasa y otra generación viene: pero la tierra aguanta por siempre.

De la versión revisada estándar:

Generación va y generación viene, mas la tierra siempre permanece.

De la Canción de Salomón del rey Jacobo:

Nuestras viñas tienen uvas más tiernas.

De la revisada estándar:

Nuestras viñas están en cierne.

James Baldwin murió de cáncer de esófago.

Michael Harrington murió de cáncer de esófago.

S.S. Orizaba.

Nunca escuchas música, ¿verdad?

Me pone nervioso.

Mozart era adicto al billar.

Frances Farmer murió de cáncer de garganta.

Martha Argerich.

André Breton murió de insuficiencia cardíaca precipitada por enormes ataques de asma.

Eddie Poe, lo llamaban comúnmente a Edgar Allan.

Leslie Howard murió en un avión derribado por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial.

William Gaddis murió de cáncer de próstata.

Velázquez despreciaba sin reservas a Rafael como pintor.

George Meredith murió de lo que se llamaba un resfriado.

Arrigo Boito murió tras contraer lo mismo en la iglesia.

John Gay murió de lo que llamaban cólicos pero muy probablemente era cáncer de estómago.

Una vez Wallace Stevens trabajó brevemente como periodista.

Y lo mandaron a cubrir el funeral de Stephen Crane.

Zane Grey era dentista.

Esta calavera es Helen.

Divinités du Styx.

El arte que no es propaganda no es arte, dijo Diego Rivera.

Culo de escritor.

Edgairpo.

Por un tiempo, de muchachos, Delacroix y Bonington compartieron un estudio.

Tony Lazzeri murió en una caída por las escaleras durante un ataque de epilepsia.

Por la mañana temprano voy hasta el pizarrón del fondo y dibujo un pequeño signo de dólar. Nadie se da cuenta. El portero que limpia los pizarrones todas las noches seguramente adivina por qué está allí.

Rachel Carson murió de cáncer de mama.

Santa Perpetua. Solicitando un alfiler para sujetarse el cabello: antes de guiar la espada del gladiador hacia su garganta en el circo de Cartago.

Tomás Moro. Bromeando en el patíbulo y corriéndose la barba hacia un costado: antes de ser decapitado.

¿Fue Beda el primer historiador en fechar los eventos a.C. y d.C.?

Lotte Lenya murió de cáncer abdominal.

Teresa Stratas básicamente había acampado junto a su cama durante semanas, para que no muriera sola.

No dejaré de temerle a Cartago hasta no saber que está completamente destruida, dijo Catón.

Un hijo de Ring Lardner murió peleando con el Batallón Lincoln en España en 1938.

Un hijo de Ring Lardner murió como corresponsal cuando su jeep chocó con una mina en la Segunda Guerra Mundial.

Sibelius murió de una hemorragia cerebral.

Pauline Viardot. Que cantó la primera interpretación de la Rapsodia para Alto de Brahms.

Y puede haber tenido un hijo ilegítimo con Turguénev.

Johann Uhr, el armero real.

Ford Madox Ford murió de insuficiencia cardíaca.

El alma cartesiana de Frank Sinatra.

Habiendo sido el subtítulo de un artículo académico real entregado en la Universidad de Hofstra en 1998.

¡Dios mío! Hasta las casas parecen dormidas.

Una hija de Theodor Herzl murió en Theresienstadt.

Una hija de Theodor Herzl.

Una de las hermanas de Edvard Munch se volvió loca.

Hogarth murió de una arteria rota.

Le debo el descubrimiento de que soy judío más a los gentiles que a los judíos, dijo Einstein.

En Florencia, en 1504, se celebró una reunión pública para decidir la ubicación del David de Miguel Ángel. Aún se conservan las minuciosas actas que muestran que tanto Leonardo como Piero di Cosimo, Filippino Lippi, Sansovino, Botticelli, Lorenzo di Credi y Perugino dieron su opinión.

Finalmente, la decisión la tomó Miguel Ángel.

Una bendición.

Dijo Elizabeth Barrett Browning del opio.

Casi me enamoré de la apacible muerte.

Vaslav Nijinsky murió de insuficiencia renal tras décadas de demencia.

O. Henry murió sin un centavo.

El mar del Norte, donde fueron esparcidas las cenizas de Karl Marx.

Avenida Djuna Barnes. Calle Anne Sexton.

Calcuta, donde nació Thackeray.

Bombay, donde Kipling.

Gaspara Stampa murió de lo que puede haber sido cáncer de útero.

Ovidio dejó el doble de obra que cualquier otro poeta romano.

Y dijo haber destruido infinitas páginas más, por insatisfactorias.

Henry Purcell murió de tisis.

Francis Thompson murió de tisis.

Richard Savage murió en una cárcel para deudores.

El ejemplar de Sófocles que estaba en el bolsillo de Shelley cuando se ahogó se encuentra en la Biblioteca Bodleiana de Oxford.

El Keats fue quemado con su cuerpo en Viareggio.

El Keats se lo había prestado Leigh Hunt.

Alejo Carpentier murió de cáncer de garganta.

Kant nunca en su vida estuvo cerca de una montaña. Parece probable que tampoco haya visto nunca el océano.

El asistente de Venus, Ovidio

que había sembrado

el nombre del gran dios del amor.

La historia de Marilyn Horne de que la primera vez que le pidieron que cantara Semiramide la única manera de conseguir una partitura fue robarla de la Biblioteca Pública de Los Ángeles.

En los cuatro cuadrantes del mundo, ¿quién lee un libro estadounidense?

Preguntó Sydney Smith en 1819.

El padre de Melville murió loco.

El padre de Schopenhauer se tiró de una ventana.

El largo martirio de ser pisoteado hasta la muerte por los gansos, llamó Kierkegaard a la lectura de las reseñas de sus libros.

Berchtesgaden.

Juden raus!

El Dios que te sostiene sobre la fosa del Infierno, casi como se puede sostener a una araña –o a algún insecto repugnante– sobre el fuego, te aborrece y está terriblemente enardecido.

Milón de Crotona.

El pintor más grande de nuestra era, llamó Magritte a Giorgio de Chirico.

Como era de esperar.

Jacob Epstein murió de insuficiencia cardíaca.

Carl Gustav Jung murió de insuficiencia cardíaca.

Todas las mañanas el autor de Fausto y de Werther me da un beso. A la tarde toco para él unas dos horas.

Anotó Felix Mendelssohn, a los doce.

¡Suéltame! ¡Quita tu mano, pajarraco barba gris!

Prontamente su mano deja caer.

¿Derek Lindsay era quién?

Longfellow murió de peritonitis.

Frank Norris murió de peritonitis.

Selma Lagerlöf murió de peritonitis.

Es inevitable la muerte del papa.

Béla Bartók murió de leucemia.

A Charles Péguy lo mataron al frente de un ataque en la primera batalla del Marne.

Alejandro, joven, domesticó a Bucéfalo –al que nadie lograba montar– sencillamente al percatarse de que se plantaba ante su propia sombra, y sacándolo al sol.

No lineal. Discontinuo. En forma de collage. Un assemblage.

Lo suficientemente autoevidente como para casi no necesitar que el Escritor lo diga.

Obstinada en sus referencias cruzadas y de críptica sintaxis interconectiva.

Aquí tal vez menos que autoevidente para los menos que atentos.

Ulrich Friedrich Richard von Wilamowitz-Moellendorff.

Laurence Sterne murió de pleuresía, tras años de hemorragias pulmonares.

Rousseau murió de un derrame cerebral.

Los documentos privados de Henry Ryecroft.

Gilles de Rais. Que fue mariscal de Francia a los veinticinco.

Y luchó junto a Juana en Orleans.

Y.

A menudo Baudelaire usaba guantes color rosa.

Martha Constantine, una joven atractiva, fue tratada con gran indecencia y crueldad por varios miembros de la tropa, quienes primero la raptaron y luego la mataron cortándole los senos. Que frieron y luego sirvieron ante algunos camaradas, que se los comieron sin saber lo que eran.

Registra el Libro de los mártires de Fox.

Clausewitz murió de cólera.

El príncipe, el rey, el emperador, el dios todopoderoso de los novelistas.

Llamó Wilkie Collins a Walter Scott.

Robin Vote.

Vom Kriege.

Walter Benjamin y Gertrud Kolmar eran primos.

Monet me cayó del cielo con una colección de cuadros magníficos. Ahora estoy alojando a dos artistas indigentes, puesto que también Renoir está aquí. Es como un asilo. Me encanta.

Decía una carta de Frédéric Bazille, cuatro años antes de morir a los veintinueve en la guerra franco-prusiana.

Joe Tinker murió de diabetes.

Johnny Evers murió de una hemorragia cerebral.

Frank Chance murió de tuberculosis.

La población de Atenas en la cumbre de sus logros era, como mucho, de doscientos setenta y cinco mil.

La población de la Florencia de Dante era, probablemente, de cuarenta mil.

Abbotsford.

La Santa Águeda de Piero della Francesca. La de Tiepolo. La de Zurbarán.

La de Ambrogio Lorenzetti.

Mary McCarthy murió de cáncer de pulmón.

Hermann Prey murió de un ataque al corazón.

Un double play te da dos veintisieteavos de un partido.

Señaló Casey Stengel.

La declaración de Harold Bloom al New York Times de que podía leer a razón de quinientas páginas por hora.

Culo de escritor.

¡Espectacular exhibición! ¡Pasen, damas y caballeros! Vean al profesor Bloom leer la edición de Random House del Ulises de James Joyce, revisada y corregida en 1961, en una hora y treinta y tres minutos. No escatima ni una página. ¡Inolvidable!

Burdeles parisienses. El único lugar donde pueden lustrarte correctamente los zapatos.

Dijo Toulouse-Lautrec.

Dryden, a un editor:

Hallo que todos los de su oficio son estafadores.

¿Fue Plutarco el primer escritor que aconsejó la bondad para con los animales?

De la Casa Funeraria William Wordsworth, en Hollywood, fue llevado F. Scott Fitzgerald para ser enterrado.

Leonardo tocaba la lira.

Tan asombrosamente bien que su mecenas, el duque de Milán, inicialmente lo admiraba más por eso que por su arte.

Modigliani y Soutine en un tiempo vivían en tal indigencia que compartían un único catre.

Durmiendo por turnos.

Una mente de segundo orden, definió T.E. Lawrence la de Shakespeare.

¿Qué dice? ¿No tiene una hora y media? Espere, espere. ¡Nuestro número especial de matiné, solo por hoy! Vea al profesor Bloom eviscerar la traducción de Pears-McGuinness del Tractatus de Wittgenstein: ¡ocho minutos y veintinueve segundos exactos! Garantizado.

Mine eyes have seen the glory

Of Rabindranath Tagore.

La visita de Paul Celan a Todtnauberg.

Galileo murió ciego.

Periodista: ¿Puedo ver a Georgia O’Keeffe?

Georgia O’Keeffe: Lo ha hecho.

Samuel Johnson, sobre la crítica:

Una mosca, señor, puede picar a un majestuoso caballo y hacerle dar un respingo; pero una no es más que un insecto y el otro sigue siendo un caballo.

¡Camas y daballeros, puntoycomistas y puntofinalistas, hibridados y palurdados!

Louis Sockalexis era epiléptico.

Alfred Stieglitz murió de un derrame cerebral.

El Samuel Butler que escribió Hudibras murió en la pobreza.

Una traducción latina de Marco Polo que alguna vez perteneció a Cristóbal Colón se conserva en Sevilla. Con setenta notas al margen de puño y letra de Colón.

En su mayoría, referidas a la ubicación del tesoro.

Jim Thorpe murió de un ataque al corazón.

En Pisa, cuando lo dejaban salir de su jaula militar para hacer ejercicio, a veces Ezra Pound balanceaba un palo de escoba como si fuera un bate de béisbol.

¿Quién finges que está lanzando, tío Ez?

¿Acaso no puede ver a Dizzy Dean, soldado?

De Suetonio, una descripción de Vespasiano:

Habitualmente con la expresión de quien hace fuerza para defecar.

Meyer Lansky estaba suscripto al Club del Libro del Mes.

La fotografía no es un arte.

Otra vez el Escritor hablando solo.

Como hacía Hölderlin, además de Yeats.

El Escritor sospecha que asimismo Hesíodo, aunque mucho más allá de cualquier posibilidad de verificación.

¡Te devolveré Catay!

Edwin Hubble murió de un derrame cerebral.

Sir Alexander Fleming murió de un ataque al corazón.

El editor del Novy Mir empezó a leer un ejemplar de prepublicación de Un día en la vida de Iván Denisovich en la cama.

Pero quedó tan impresionado que no solo se levantó sino que se puso un traje y una corbata para terminar de leerlo con lo que consideró que era el debido respeto.

El Samuel Butler que escribió Erewhon murió de anemia perniciosa.

Me parece que hay demasiada miseria en el mundo, dijo Darwin.

Cortés. 1519-1526:

Trescientos quince soldados. Dieciséis caballos. Siete cañones.

De todos los libros de todo tipo que existen, Homero es el primero y el mejor, dijo Chapman.

El poeta soberano, lo llamó Dante.

Sin saber leer griego.

De ese ardiente esplendor narrativo que parece haberse desvanecido del mundo cuando se completó la Ilíada, hablaba Gilbert Murray.

El padre de Irving Berlin era cantor de sinagoga.

El padre de Al Jolson era cantor de sinagoga.

Berlin murió a los cien. Solo de viejo, evidentemente.

George Santayana murió de cáncer de estómago.

Habiendo pasado sus últimos años atendido por monjas irlandesas en un convento de Roma.

Los investigadores de la literatura inglesa más o menos reciente ¿tendrán alguna idea, dentro de tres o cuatro siglos, de la diferencia de pronunciación entre los nombres de Yeats y Keats?

La aventura de Suzanne Valadon con Puvis de Chavannes.

Él cincuenta y cinco. Valadon diecisiete.

Uno de los hermanos de Wordsworth murió en un naufragio.

Otro fue profesor en Trinity College, Cambridge.

Un hermano de Walt Whitman murió loco.

Otro fue imbécil de por vida.

Fragonard murió de una hemorragia cerebral.

Chardin murió de hidropesía.

Cavendish, Vermont.

Un mariquita de pelo en pecho, llamó Zelda Fitzgerald a Hemingway.

Noventa por ciento rotario, colaboró Gertrude Stein.

George Bernard Shaw murió a los noventa y cuatro, de complicaciones tras quebrarse la cadera.

Valadon murió de un derrame cerebral.

Brian Moore murió de fibrosis pulmonar.

En 1817, los censores papales se negaron a permitir que la protagonista de la ópera Cenicienta de Rossini mostrara su pie desnudo. El libreto tuvo que ser reescrito sin el zapatito de cristal.

Conchita Supervía. Teresa Berganza. Cecilia Bartoli.

Raramente recordando que fue Menandro quien dijo Los amados por los dioses mueren jóvenes.

Charles Brockden Brown le envió a Thomas Jefferson un ejemplar dedicado de Wieland.

Telemann era el padrino de Carl Philipp Emanuel Bach.

Es notable que por lo general los niños aman a sus padres menos de lo que sus padres los aman a ellos.

Percibió Hegel.

Richard Burton murió de una hemorragia cerebral.

Club de la Muerte del Mes.

Ensor murió a los ochenta y nueve.

Habiendo producido toda su obra significativa antes de los cuarenta.

Thomas Wolfe murió de una tuberculosis que se le había expandido al cerebro.

Aferrado a la popa de una de las galeras persas en retirada en Maratón, un hermano de Esquilo murió cuando un hacha le cortó la mano.

Giacomo Leopardi murió de cólera.

C. Wright Mills murió de un ataque al corazón.

Tim, el mozo de cuadra.

La admisión de San Agustín de que ni él podía comprender el propósito de Dios al crear las moscas.

Jan van Eyck murió en Brujas en 1441.

Petrus Christus murió en Brujas en 1472 o 1473.

Hans Memling murió en Brujas en 1494.

Gerard David murió en Brujas en 1523.

Por el tenue aire púrpura de Dante vuelan quienes han manchado el mundo con la belleza de su pecado.

Dijo Oscar Wilde.

Dante no justifica el esfuerzo que se necesita para entenderlo.

Dijo Chesterfield.

Wilde murió de meningitis encefálica, casi con seguridad relacionada con la sífilis.

Meg Merrilies.

Ceci n’est pas un conte. Diderot, 1772.

Ceci n’est pas une pipe. Magritte, 1929.

Wilbur Wright murió de fiebre tifoidea.

Orville Wright murió de un ataque al corazón.

Treinta y seis años después.

Ortografía de Melville:

Don Quixotte.

August Strindberg era ilegítimo.

Ulises:

Un libro inculto e ineducado, me parece; el libro de un trabajador autodidacta, y todos sabemos lo deprimentes que son.

Sí, Virginia.

Port Arthur, Texas, donde nació Robert Rauschenberg.

Thelonious Monk murió de un derrame cerebral.

Charles Mingus murió de esclerosis lateral amiotrófica.

La Orestíada. Esquilo tenía sesenta y siete.

Orestes. Las Bacantes. Eurípides tenía setenta y seis y setenta y siete.

Filoctetes. Edipo en Colono. Sófocles tenía bastante más de ochenta.

Hillerich and Bradsby.

Gandhi sufría de constipación crónica.

Henry James sufría de constipación crónica.

Freud sufría de constipación crónica.

Vixere fortes ante Agamemnona, dijo Horacio.

Vivían hombres valientes antes de Agamenón.

Aretino murió de apoplejía.

Ariosto murió de tuberculosis.

Le Douanier Rousseau una vez le informó a Picasso que ellos dos eran los más grandes pintores vivientes:

Yo en el estilo moderno y tú en el egipcio.

Nueve en tercer lugar indica:

La viga cumbrera cede hasta quebrarse.

Adversidad.

Renoir sufría de reumatismo extremo y pulmones amenazadoramente congestionados, pero murió de un ataque al corazón.

Gaetano Donizetti murió loco.

Branwell-Emily-Anne: se fueron como sueños; se fueron como se fueron Maria y Elizabeth hace veinte años. Uno por uno los he visto quedarse dormidos sobre mi brazo.

Dijo Charlotte, entrada en años.

Dios es necesario y por lo tanto debe existir.

Bueno, entonces está bien.

Pero yo sé que no existe ni podría.

Eso es más probable.

Epis.

Once de los alumnos de Ernest Rutherford se convirtieron en ganadores del Premio Nobel.

Herman Hesse murió dormido a los ochenta y cinco.

Catulo murió a los treinta.

Pascal escribió ciertas Cartas provinciales doce veces.

Tolstoy hizo nueve versiones de su Sonata Kreutzer.

Le Douanier tocaba el violín.

Patrick White murió de un colapso bronquial como resultado de una pleuresía.

Manet y Mallarmé pasaron juntos prácticamente todas las tardes durante veinte años.

Sir Arthur Conan Doyle fue evidentemente la primera persona de Inglaterra en recibir una multa por exceso de velocidad.

Das Glasperlenspiel.

¡Wittgenstein, eres tú el que produce toda la confusión!

Susette Gontard murió de tuberculosis.

Thoreau:

¿Cuántos hombres han comenzado una nueva era en su vida a partir de la lectura de un libro?

María Bashkírtseva murió de tisis a los veinticuatro.

A August Macke lo mataron en Francia en las primeras semanas de la Primera Guerra Mundial.

A Keith Douglas lo mató una bomba de fragmentación a tres días de comenzada la invasión a Normandía.

Catalogue raisonné.

La escena del Hades en el canto XI de la Odisea, donde Odiseo le cuenta a Aquiles del extraordinario nerviosismo dentro del caballo de Troya.

Excepto por el propio hijo de Aquiles, Neoptólemo, que no veía la hora de atacar.

El supuesto, incluso en la Antigüedad misma, de que el mítico caballo en verdad había sido una especie de artefacto diseñado por un ingeniero para atravesar los muros.

Arturo Toscanini murió de un derrame cerebral.

Guido Cantelli murió en un accidente aéreo.

Necesitando unos segundos para recordar que será ese mismo Neoptólemo quien arroje al hijo bebé de Héctor desde las murallas después de la victoria griega.

Anaïs Nin murió de un paro cardiorrespiratorio mientras sufría un cáncer vaginal metastásico.

Robert Frost murió de una embolia pulmonar mientras sufría un cáncer de próstata metastásico.

Lo que me interesa es la angustia de Van Gogh, dijo Picasso.

Sir James Frazer murió ciego.

Thoreau murió de tuberculosis.

Turner le dejó una fortuna considerable a una fundación para artistas indigentes. Sus parientes se opusieron al testamento y se quedaron con el dinero.

¿Por qué el Escritor a veces parece admirar el Ulises aún más cuando piensa en él que cuando efectivamente lo lee?

¿Una plegaria para decir antes de leer La noche de Elie Wiesel?

¿Antes de Fuga de la muerte de Celan?

Swinburne murió de neumonía.

Joseph Heller murió de un ataque al corazón.

Alguna vez Puccini y Mascagni fueron compañeros de cuarto.

Mascagni se convertiría en simpatizante de Mussolini. Y terminaría su vida en desgracia en un sórdido hotel de Roma.

Se decía que Robert Burns había muerto por alcoholismo y/o enfermedad venérea.

Cien años más tarde los síntomas fueron reinterpretados como enfermedad cardíaca surgida de una fiebre reumática infantil.

Jean Armour.

John Bunyan murió de una fiebre no diagnosticada tras haber sido sorprendido por una tormenta mientras iba a caballo.

Kepler murió de una fiebre no diagnosticada tras un considerable viaje a caballo para cobrar un dinero que se le debía.

Whistler murió de una insuficiencia cardíaca.

Jack Kerouac murió de una hemorragia gastrointestinal provocada por la cirrosis hepática.

La tumba es un lugar bueno y privado

mas, creo, nadie allí yace abrazado.

Astianacte.

Siendo piloto de la Marina en Corea, Ted Williams voló varias veces como escolta de vuelo de John Glenn.

Sófocles jugaba a la pelota con mucha habilidad, dice en Ateneo.

Modifica y retoca las mismas frases sin cesar, y va de un lado a otro como un loco.

Informó un alumno de Chopin.

Stanislaus Joyce murió de una afección cardíaca a los setenta. En Bloomsday.

James Thurber murió de un tumor cerebral.

Beau Brummell murió loco.

Antoine Roquentin.

Thomas Hobbes hizo traducciones de Homero al inglés cuando tenía casi noventa.

No particularmente bien.

Ocho millas de libros.

Aristóteles, consultado sobre qué envejece más rápidamente:

La gratitud.

Desplazamiento de Boudreau.

Hobbes tocaba la viola da gamba.

Los padres de Ignazio Silone murieron en un terremoto.

Una vez James Laughlin le cambió una rueda pinchada a Gertrude Stein.

Una vez Samuel Beckett toleró todo un doble juego de New York vs. Houston en el Shea Stadium.

Podría morir, si lo deseara, simplemente con un pequeño esfuerzo, si pudiera desear, si pudiera hacer un esfuerzo.

La insistencia de Blake en que a los cuatro años había visto a Dios mirándolo por una ventana.

Amy Lowell murió de un derrame cerebral.

Vesalio fue condenado a muerte por la Inquisición por disecar humanos. Pero le permitieron resarcirse con una peregrinación a Tierra Santa.

Y luego murió cuando volvía, de sobreexposición al sol tras un naufragio.

Sestos. Abidos.

San Francisco de Asís probablemente murió de malaria.

Qué vano es, y qué fútil, lamentar a los muertos.

Dijo Estesícoro.

William Burroughs mató a su esposa mientras trataba de dispararle a un vaso colocado sobre su cabeza a lo Guillermo Tell.

El Libro de los muertos egipcio. Hecho de papiros e inscripciones en las pirámides que datan incluso de 1580 a.C.

O una variante contemporánea del mismo, si el Escritor lo dice.

El Escritor aquí, ya que estamos, haciendo lo posible –hasta donde se lo permite su memoria– por no repetir cosas que incluyó en obras anteriores.

Es decir, en esta instancia, tampoco las cuatrocientas cincuenta o más muertes que fueron mencionadas en su último libro.

Burroughs murió de insuficiencia cardíaca.

Grover’s Corners, Nueva Hampshire.

Tu última novela fue un fiasco.

Toda esta preocupación apenas implicando, presumiblemente, que el Escritor se está poniendo viejo.

Estocolmo, cerca de donde fueron enterradas las cenizas de Greta Garbo.

Van a abrir una calle a través de ellas.

Sí, dijo Bill.

Plutarco dice que, para obligarse a estudiar oratoria, una vez Demóstenes se afeitó media cabeza: de modo que le diera vergüenza salir de su casa.

Aunque con el Escritor ahora también recordando el estribillo del Lamento por los poetas de Dunbar, sobre la muerte de algunos como Chaucer y Lydgate y Henryson y Gower:

Timor mortis conturbat me.

El temor a la muerte me perturba.

¿Y de qué sirve un libro, pensó Alicia, sin dibujos ni diálogos?

No hay tal cosa como una película genial. Un Rembrandt es genial. La música de cámara de Mozart.

Dijo Marlon Brando.

Eliot murió de enfisema sumado a un corazón deteriorado.

Pound murió de un bloqueo intestinal.

Para nada sorprendido de que Rouault empezara su carrera trabajando con vitrales.

De él decía que era un explicador de pueblos; excelente si eras un pueblo, pero si no, no.

Otelo. Verdi tenía setenta y cuatro.

Falstaff. Verdi tenía ochenta.

Oficio de Difuntos.

La amistad entre John Donne e Isaak Walton.

Rodolfo Valentino murió de una úlcera perforada.

Trollope, según lo recuerda un compañero de estudios en Harrow:

Sin excepción el muchacho más desalineado y sucio que haya conocido.

Ben Shan murió de un ataque al corazón después de una cirugía.

Andy Warhol murió tras una cirugía de vesícula.

East Coker, para las cenizas de Eliot.

Roman Jakobson, oponiéndose a que un novelista, concretamente Nabokov, enseñara literatura en Harvard:

¿Debería un elefante enseñar zoología?

Arnold Schoenberg y George Gershwin eran compañeros de tenis.

John Donne. Anne Donne. Undone.

Camöens murió desconocido e indigente en una plaga.

Un teniente de Alejandro, antes de la batalla de Arbela:

No crea que tememos su inmensa cantidad, señor. Ellos no tolerarán el tufo a cabra que tenemos pegado.

Durante siglos, en Inglaterra:

El entierro de un suicida debajo de una carretera, idealmente en un cruce.

Y con una estaca de madera clavada en el corazón.

Bertolt Brecht escribió un poema sobre una de las peleas de Dempsey contra Tunney.

Jantipa era una arpía.

Vivir con ella me enseña a congeniar con el resto del mundo, dijo Sócrates.

Gershwin murió de un tumor cerebral.

Edward MacDowell murió loco, probablemente por sífilis.

Manolete. Islero. Linares.

La esposa de Johann Strauss, Jr., una vez le pidió un autógrafo a Brahms. Brahms apuntó la notación inicial del Danubio azul.

Y firmó Ay, no es de Johannes Brahms.

Ronsard me célébrait du temps que j’étais belle.

Wolfgang Pauli: Probablemente pienses que estas ideas son locas.

Niels Bohr: Lamentablemente no lo suficientemente locas.

Katyn.

Nanking.

La escena de Kyd en La tragedia española en la que Jerónimo encuentra el cadáver de su hijo colgando de un árbol en su jardín.

Luciano Pavarotti y su incapacidad para leer música.

Ronsard murió de gota.

Conan Doyle murió de una enfermedad cardíaca.

Una vez Fichte necesitaba desesperadamente que Kant le prestara dinero.

Kant dijo que no.

Frederick Exley murió de un derrame cerebral.

Joanna Baillie.

Auden era conocido por aparecerse en la ópera con un esmoquin manchado y pantuflas.

Samuel Johnson murió de hidropesía.

Gregor Mendel murió de hidropesía.

Albert Pinkham Ryder vivía en semejante suciedad –con su cama, incluso, desbordada de basura– que por lo general dormía en un pedazo de alfombra en el piso.

Willie Maugham, lo llamaban por lo general.

Archie MacLeish.

Joe DiMaggio murió el día del cumpleaños de Al Gionfriddo.

Scriabin murió de una infección en la sangre.

W.N.P. Barbellion.

Fantaseando con una beca de la Fundación MacArthur.

El Escritor hablando solo una vez más.

Como hacía Gogol, además de Yeats y Hölderlin y Hesíodo.

Locuaz, extrovertido, curioso, formidablemente erudito y agudo.

Stamford, Connecticut, donde murió Ezio Pinza.

Lakeville, Connecticut, donde murió Wanda Landowska.

Ese zopenco de John Stuart Mill, lo denominó Nietzsche.

Pasaje a la India. 1871.

Pasaje a la India. 1924.

Así y todo, Kant ayudó a Fichte a encontrar un puesto como profesor.

Jonas Salk murió de insuficiencia cardíaca.

O tu, Palermo.

El padre de George Gissing era boticario.

¡Soy un hombre perdido!, murmuré para mí mismo. ¡Damas y caballeros, soy un hombre perdido! Y lo repetía una y otra vez mientras seguía saltando sobre mi sombrero.

Augusta Leigh murió en la pobreza.

Ouida murió en la pobreza.

Mary Webb murió en la pobreza.

Jane Avril murió en la pobreza.

Jane Avril.

Monk Lewis murió de fiebre amarilla a bordo de un barco en el Atlántico.

Dos de los Le Nain murieron con dos días de diferencia uno del otro.

El tercero continuaría pintando por veintinueve años más.

Mill murió de lo que se denominó una fiebre local.

Hubert van Eyck murió en 1426.

Si es que hubo un Hubert van Eyck.

Una vez a Thorstein Veblen lo echaron de la Universidad de Chicago por –cito– andar detrás de las faldas.

Anaxágoras, en el exilio, cuando le dijeron que los atenienses lo habían condenado por impiedad:

La naturaleza nos condenó hace tiempo, a ellos y a mí.

Dashiell Hammett murió de cáncer de pulmón.

Raymond Chandler murió de neumonía, difícilmente repelida por un alcoholismo intransigente.

La pérdida del Eurídice.

Donde Hopkins rima portholes con mortals.

Beckett murió de complicaciones derivadas de un enfisema.

Una vez Einstein dio clases privadas para grupos pequeños en Praga.

Algunos de los cuales incluían a Kafka.

Montaigne no sabía nadar.

Lamentablemente tampoco Shelley.

Lavado de vajilla, llamó Carlyle a las novelas de Jane Austen.

Bazofia, llamó Steven Crane a Tennyson.

Antoine. Louis. Mathieu.

Orfamay Quest.

Sir Thomas Malory puede haber muerto en prisión.

Vincenzo Bellini murió de tuberculosis.

O de una inflamación intestinal.

Handel tenía varios Rembrandt.

Schoenberg dio clases en la Universidad de California, en Los Ángeles, durante ocho años tras dejar la Alemania nazi.

Y luego lo hicieron jubilarse con una pensión de 38 dólares al mes.

Roma ha hablado. El debate ha concluido.

¿Cómo será esto? Pues no conozco varón.

La sospecha de que Ambrose Bierce era suicida. Y tal vez ni siquiera fue a México.

Teresa Guiccioli tenía hemorroides.

Edith Wharton y su marido tenían cuartos separados.

Jones Very estuvo internado en el mismo manicomio del que sería paciente Robert Lowell un siglo después.

Doak Walker murió tras quedar paralítico en un accidente de esquí.

Abba Kovner.

Rimsky-Korsakov murió de un ataque al corazón.

Leonard Bernstein murió de un ataque al corazón aunque ya condenado por un cáncer de pulmón.

Una especie de filosofía de dependienta, opinó Lévi-Strauss de gran parte de Sartre.

Un antiestilo de colegiala eufórica, acusó Leslie Fiedler a Kerouac.

Wharton murió de una serie de derrames cerebrales.

Quemen sus sinagogas. Proscríbanlos por completo. Arrójenles excremento de marrana. Preferiría ser un cerdo que un Mesías judío.

Declaró amablemente Lutero.

Te dije no ir con goy borracho nunca.

Dice el fantasma del padre de Leopold Bloom.

Lo que el mundo sabría del Holocausto si hubieran ganado los alemanes.

Santa Maria delle Grazie, Milán. 1495-1498.

El tipo al que pusieron en la picota; no recuerdo su nombre.

En realidad sabes dibujar tan bien... ¿Por qué te la pasas haciendo todas esas cosas raras?

Picasso: Por eso.

Denme una lista de la lavandería y le pondré música.

Dijo Rossini.

Las chicas con sus vestidos de verano.

La amistad entre Menandro y Epicuro.

San Antonio era analfabeto.

Y no se bañaba. Nunca.

La ruta exacta por la que Aníbal cruzó los Alpes.

Que los historiadores no han determinado hasta el día de hoy.

Voltaire decía que creería en los médicos cuando encontrara uno que fuera centenario.

Y murió él mismo a los ochenta y cuatro, de uremia.

Que me pisoteen cien demonios si no hay más viejos borrachos que viejos médicos, dijo Rabelais.

¿Es Frans Hals el bebedor más documentado entre los antiguos artistas?

¿Addison se le acerca entre los escritores?

Walker Percy murió de cáncer de próstata.

Lillian Nordica. La primera estadounidense que cantó en Bayreuth.

George London. El primer estadounidense que cantó Boris Godunov en el Bolshoi.

Katherine Mansfield murió de tuberculosis.

Rube Waddell murió de tuberculosis.

14 de julio de 1789. Había siete prisioneros, en total, en el fuerte.

Un hombre puede morir solo una vez; le debemos una muerte a Dios.

El Coloso de Rodas se desmoronó en un terremoto en 224 a.C. Tres siglos enteros después, Plinio el Viejo escribiría sobre los monstruosos fragmentos de bronce que todavía yacían en el puerto.

George Herbert tocaba el laúd.

Nordica murió de neumonía tras un naufragio en el archipiélago malayo.

London murió tras años de parálisis causada por un derrame cerebral.

Una especulación interesante de La Fontaine:

¿San Agustín era tan sabio como Rabelais?

Después Werther se voló los tontos sesos –cierro comillas– mientras Charlotte seguía cortando pan y manteca.

Cares de Lindos.

Ann Rutledge murió de fiebre tifoidea. A los diecinueve.

Auden murió de un ataque al corazón en un cuarto de hotel.

Richard Tucker murió de un ataque al corazón en un cuarto de hotel.

Sucio, soso y falso.

Dijo R.L.S. de Tom Jones.

Yeats y Pound se casaron con primas.

Coleridge y Southey se casaron con hermanas.

Domenico Scarlatti murió indigente. Farinelli se ocupó de que cuidaran a su familia.

Nuestro primo americano.

Stevie Smith murió de un tumor cerebral.

Ava Gardner murió de neumonía.

1893. Sesenta pies y seis pulgadas.

Lillian Russell hizo todo lo posible por arreglar un encuentro con Amos Rusie.

La cláusula antisemita de la Carta Magna.

Y poderosos poetas muertos en su miseria.

Dreiser murió de un ataque al corazón.

Mencken murió de un ataque al corazón.

A niveles bárbaros de bebida, dice Arriano que se aficionó Alejandro hacia el final.

Autopista Edward Hopper. Cortada Susanne Langer.

Hasta Homero a veces cabecea, dijo Horacio.

Wordsworth a veces se despierta, admitió Byron.

Wordsworth a su vez sobre Byron:

Pervertido.

E.M. Forster murió de un accidente cerebrovascular masivo.

Solomon Grundy.

Supongo que mi principal fuente de fastidio para con él era que simulara no ser un escritor sino un estanciero; lo cual habría sido pretencioso aun si hubiera sido un estanciero.

Dijo Allen Tate en referencia a Faulkner.

Correggio murió o bien de un golpe de calor o bien de tomar agua podrida para aliviarlo.

Corregiosidad.

El poema de guerra más emotivo de la lengua inglesa es sobre una brigada de caballería que atacó en la dirección equivocada.

Dijo Orwell.

Tan seguro estaba Plinio el Joven de que las historias de Tácito permanecerían a lo largo de los siglos que le suplicó a Tácito que lo mencionara en ellas.

Los siglos, actualmente llegando a diecinueve.

Runnymede.

Rydal Mount.

Jean-Baptiste Greuze murió empobrecido y olvidado.

Dawn Powell fue enterrada en una fosa común.

El Escritor tuvo ocasión de ver brevemente a Faulkner.

Da la casualidad de que a Hemingway también.

No le veo sentido a leer, dijo Luis XIV.

Habiendo sido Plinio el Joven sobrino, no hijo.

Ty Cobb murió de cáncer de próstata.

A Faulkner, en un funeral. Pequeño y malicioso.

A Hemingway, sentado junto al ring.

¿Shane era su nombre o su apellido?

Faulkner, de hecho, parecido a un familiar político de Eula Varner.

No os sentéis sobre la fanega.

Está usted saliendo del sector americano.

Miguel de Unamuno murió de un derrame cerebral.

Glenn Gould murió de un derrame cerebral.

¿Cuándo y dónde murió la última persona que todavía creía en la existencia de Zeus?

Time flies like an arrow.

Fruit flies like a cantaloupe.

Cementerio de Green-Wood, en Brooklyn, donde está enterrada Lola Montez.

Bronislaw Malinowski murió de un ataque al corazón.

Vittorio Gassman murió de un ataque al corazón.

Lincoln nunca vio Europa.

La única persona del mundo a la que le habría gustado conocer, dijo Lenin, era a Charles Chaplin.

La única persona del mundo a la que le habría gustado conocer, dijo Eliot, era a Joe Louis.

Camille Pissarro murió de septicemia.

Le Douanier murió de septicemia tras desatender un corte.

¿Existe un solo libro de Jane Austen que logre no sacar el tema del dinero antes del final de la página uno?

Las escaleras de Odesa.

Isak Dinesen murió de lo que se consignó como emaciación.

W.S. Gilbert murió mientras trataba de rescatar a alguien que se ahogaba.

¿Qué edad tenía la Virgen María?

La tabla de Rogier van der Weyden en la que San Lucas dibuja el retrato de la Virgen.

Clay Allison murió desnucado.

¿Glenn Gould era otro que hablaba solo, o será que solo cantaba en voz alta?

Los versos incomparablemente horribles de Kenneth Rexroth basados en que la gente que compraba en Brooks Brothers provocó la muerte de Dylan Thomas.

Malcolm Lowry, sobre la misma muerte:

Bebimos a su salud, servimos una libación de gin a su memoria, y por algún motivo cortamos un árbol, también muerto, y a un viejo amigo.

Muerto el sábado.

Enterrado el domingo.

Rexroth murió de un ataque al corazón.

Jean Cocteau murió de un ataque al corazón.

El Réquiem alemán de Brahms:

Escucharlo es un sacrificio que a un hombre debería pedírsele solo una vez en la vida, dijo Shaw.

Oído al pasar, con frecuencia, por Jenófanes:

¿Cuántos años tenías tú cuando llegaron los persas?

En realidad, el Escritor ha escrito algunas novelas relativamente tradicionales. ¿Por qué se pone a hacer este tipo de cosas?

Por eso.

¿Pero dónde está tu amigo, papi?

Las ganancias de Melville por toda la ficción que escribió en su vida –durante más de cuarenta y cinco años– parecerían exceder apenas los diez mil dólares.

Minnie Hauk murió ciega. Cuando vivía de la caridad.

Lenin murió de una hemorragia cerebral.

La poesía de Juvenal no la menciona nadie en ninguna parte, en su época o hasta casi doscientos años después de su muerte.

Para la era de Petrarca y Boccaccio y Chaucer, se ha convertido en Oh, maestro Juvenal.

Palabras, palabras, palabras.

Vous sortez du Secteur Américain.

¿Lunita Laredo abandona al mayor Brian Tweedy, o muere joven?

¿Qué hora era cuarenta y cinco minutos antes del comienzo del tiempo?

La tienda Wanamaker’s, en Manhattan, donde Richard Strauss una vez dirigió conciertos.

En Accio, con el incendio de varias de sus naves, muchas de las tropas de Antonio fueron asadas vivas en sus propias armaduras candentes, dice Dion Casio.

Qué obra tosca, inmoral, infame y sin sentido es Hamlet, dijo Tolstoy.

Junto a arroyos muy anchos para saltarlos

Yacen muchachos de pies ligeros...

¿Clarissa sigue siendo la novela más larga de su idioma?

Debo morir algún día, y este es tan bueno como cualquier otro.

Dice un suicida en Rowley.

El comercio es totalmente inconsistente con la vocación de un caballero.

Dijo John Locke.

Salamina, donde fueron esparcidas las cenizas de Solón.

Kipling murió de una hemorragia por úlceras duodenales.

Alfred de Musset murió de insuficiencia cardíaca.

Puede que Lope de Vega haya llegado a escribir hasta mil quinientas obras. De las cuales sobrevivieron un tercio.

Thomas Eakins hizo la máscara mortuoria de Walt Whitman.

Camerado no está en un solo diccionario.

Duermen muchachas de rosados labios

En campos donde las rosas se marchitan.

Edmund Wilson murió de una oclusión coronaria.

Silas Tomkyn Comberbache.

Siendo este el nombre ficticio que una vez usó Coleridge en el regimiento de dragones.

Kilgore Rosewater.

Siendo uno usado por Kurt Vonnegut en un hospital.

Bix Beiderbecke murió de pulmonía mientras también enfrentaba el delírium trémens.

Fichte murió de una fiebre no especificada.

La amistad entre René Char y Martin Heidegger.

Carlomagno sabía leer pero no escribir.

Juana de Arco no sabía ninguna de las dos cosas.

¿Qué edad tenías, qué estabas haciendo, cuando te enteraste de que había muerto lord Byron?

Geneviève de Galard-Terraube.

Oliver Goldsmith tocaba la flauta.

Hopp, hopp! Hopp, hopp! Hopp, hopp!

El Pervigilium Veneris.

Gertrude Stein, a Jacques Lipchitz:

Además de Shakespeare y de mí, ¿quién piensas que hay?

Luis Buñuel murió de cáncer de conducto biliar y de hígado.

Tennyson, a los quince, lo grabó con una piedra filosa sobre una roca en el bosque:

Byron está muerto.

Una vez Samuel Pepys golpeó a su esposa en el ojo.

Para ser exactos, el 19 de diciembre de 1664.

Y después a la cama.

Salvatore Quasimodo murió de una hemorragia cerebral.

Parecerá que estoy muerto, pero no será verdad.

Zara Dolujánova. Irina Arjípova.

Tchitchikov.

Stein murió de cáncer de útero.

Berthe Morisot fue bisnieta de Fragonard.

Y se casó con el hermano menor de Manet.

Judah Halevi murió pisoteado por un jinete árabe en el Monte del Templo, en Jerusalén.

O murió de forma desconocida en Damasco.

San Lorenzo fue asado en una parrilla en Roma.

O fue decapitado.

William Ernest Henley murió de tuberculosis.

A los cincuenta y nueve, George Eliot se casó con un hombre veintiún años menor que ella.

Que en la luna de miel en Venecia saltó al Gran Canal desde el balcón del hotel.

¿Sabes si el profesor Bloom llevó algún libro?

Alguien dijo que tenía la obra completa de Joseph Conrad en veintiséis volúmenes. Es solo un crucero de fin de semana.

Conway, Nueva Hampshire, donde murió e.e. cummings.

Conway, Massachusetts, donde murió Jack Chesbro.

Eliot murió a meses de casarse, tras contagiarse un resfrío en un concierto.

El reino de los cielos, según se lo describe a Rilke Marina Tsvetáyeva tras una vida de privaciones:

No fregar pisos nunca más.

Pascal murió de convulsiones abdominales.

Valéry murió de cáncer de garganta.

La Guerre de Troie n’aura pas lieu.

Cuando nos desplomamos en la cama siempre pienso

en el pequeño Willy que está muerto, muerto, muerto.

De Quincey medía menos de un metro y medio.

Hogarth medía menos de un metro y medio.

James Stephens medía menos de un metro y medio.

Esto también es una especie de fuga verbal, si el Escritor lo dice.

Aunque tal vez siga siendo menos que autoevidente para los menos que atentos.

Si bemol mayor, op. 133.

Caer en la cuenta de que Juana no fue canonizada hasta dos décadas después de que empezara el siglo XX.

O Tomás Moro hasta 1935.

Jesús no orinaba ni movía el vientre, dijo Valentín.

Erasmo murió de disentería.

Lutero murió de apoplejía.

Mordechai Anielewicz. 19 de abril de 1943:

Nueve rifles. Cincuenta y nueve pistolas.

Estos rubios distantes me hacen sentir incómodo, dijo Einstein.

En 1914.

¿Dante quiere que el lector sospeche que Ugolino se comió a sus hijos o no?

Voy a seguir con mi trabajo, dijo Bernadette de Lourdes.

¿Cuál es?

Estar enferma.

François Boucher murió en el atril a los sesenta y siete.

Pintando el trasero de Venus.

La práctica del dibujo nunca es demasiada, dijo Tintoretto.

En forma dramática, no narrativa; con incidentes que despierten piedad y terror.

No obstante en muchos sentidos es también hasta una tragedia clásica, si el Escritor lo dice.

Muerto es ya, señora,

muerto y no está aquí.

No festejen, muchachos. Los pobrecitos se están muriendo.

La artista más grande que jamás haya vivido, llamó Mendelssohn a Jenny Lind.

La mejor de todos nosotros, llamó Callas a Rosa Ponselle.

William Carlos Williams murió tras una serie de derrames cerebrales.

John Cheever murió de un cáncer que se expandió desde el riñón a los huesos.

Cementerio de Woodlawn, en el Bronx, donde está enterrado Melville.

Cementerio de Woodlawn, en Ohio, donde está enterrado Addie Joss.

¡Oh, Flask, qué no daría por una cereza roja antes de morir!

Vosotros, todos los que pasáis por el camino, ¿no os importa esto?

Disraeli estaba plenamente convencido de que Mozart era judío.

Cagliostro murió en una mazmorra de la Inquisición.

Música cervecera alemana, llamó Nietzsche a Die Meistersinger.

Sde Boker.

A.E. Housman murió de una enfermedad cardíaca.

Shostakovich murió de una enfermedad cardíaca.

Café Guerbois.

El Bateau-Lavoir.

Noticias que siguen siendo noticia, es como Pound identificó a la literatura.

Hectic red.

Henry Adams murió de un derrame cerebral.

Addison murió de hidropesía.

En busca de El Dorado.

Y de Ofir. De la cual, todavía, nadie ha descubierto la ubicación.

El padre de Horacio fue un esclavo liberado.

El abuelo de Chéjov era siervo.

Marfil. Simios. Joyas preciosas. Pavos reales.

Sándalo.

Bangkok, donde murió Thomas Merton.

Tras caerse sobre un ventilador eléctrico cuando salía mojado de la ducha.

O en el otro extremo de la balanza hasta un volumen titulado La soledad del lector: el Escritor está dispuesto a apostar que algún alma quisquillosa lo aceptaría.

Depravado mayo.

Zenón fue alumno de Parménides.

Que fue alumno de Jenófanes.

Que fue alumno de Anaximandro.

Dice Diógenes Laercio.

Kalidasa era el hijo adoptivo de un carretero.

Yossele Rosenblatt.

Jack Dempsey murió de un ataque al corazón.

Nelson Algren murió de un ataque al corazón.

Congreve murió tras un accidente en un carruaje.

¿Por qué deberíamos honrar a quienes mueren en el campo de batalla? Un hombre puede demostrar el mismo coraje insensato al ingresar en sus propios abismos.

Dijo Yeats.

23 de febrero de 1821.

8 de julio de 1822.

19 de abril de 1824.

Los calamitosos últimos años de Swift:

Vértigo laberíntico, sordera, parálisis, afasia, demencia.

De Carson McCullers:

Apoplejía, parálisis, ataque al corazón, cáncer de mama, hemorragia cerebral.

Bertrand Russell, a los sesenta y seis, sobrevivió a la caída de un avión en el mar, en la que varios otros pasajeros murieron.

Sé que la muerte tiene diez mil puertas distintas

para que cada hombre encuentre su salida.

–Dice Webster.

James Clarence Mangan. Que murió de alcohol u opio o pobreza o abandono.

Y es mencionado una docena de veces en el Ulises.

Giulio Romano.

Que es mencionado en Cuento de invierno.

Bizet murió de una enfermedad cardíaca.

Hobbes murió de parálisis. A los noventa y uno.

Russell murió a los noventa y ocho, de neumonía bronquial.

Janáček murió de neumonía bronquial.

Scott murió por los efectos de un derrame cerebral.

A nadie le falta nunca una buena razón para suicidarse.

Dijo Cesare Pavese.

La chimenea echa humo y yo salgo de la sala. ¿Por qué te parece tan importante?

Preguntó Marco Aurelio.

Se fue cuando no era tiempo de ser viejo.

Dijo Henry James de la muerte de Stevenson a los cuarenta y cuatro.

He vivido bastante: el camino de mi vida

declina hacia el otoño de amarillentas hojas.

Smetana murió loco. Por la sífilis.

James murió de un derrame cerebral.

Gainsborough, en su lecho de muerte, a Joshua Reynolds:

Adiós hasta que nos encontremos en el más allá, nosotros y Van Dyck.

Shaw, Kipling, Housman y Stanley Baldwin fueron algunos de los que llevaron el féretro de Thomas Hardy.

Chaucer puede haber muerto de plaga.

Sir Philip Sidney murió de una herida de espada en el muslo.

Piensa en Flebas, que alguna vez fue guapo y alto como tú.

Lautréamont murió de tuberculosis a los veinticuatro.

Bonington murió de tuberculosis a los veintiséis.

Delacroix murió de lo que comenzó como un resfrío desatendido.

Wittgenstein tocaba el clarinete.

Lowry tocaba el ukelele.

Emmy Destinn murió de un derrame cerebral a los cincuenta y uno. Toscanini, Puccini y Caruso habían estado enamorados de ella.

Hic jacet Arthurus Rex quondam Rexque futurus.

El último libro que leyó Freud antes de morir fue La Peau de chagrin de Balzac.

El último libro que leyó Kafka antes de morir fue Verdi de Franz Werfel.

Un hombre sin pies, caminando con los tobillos.

Insistía alguien en haber visto en Hiroshima.

No se bebe después de la muerte. Dicen Beaumont y Fletcher.

No recibiremos cartas en la tumba.

Dijo Johnson.

Samuel Richardson murió de un derrame cerebral.

Henry Fielding murió de hidropesía.

Allí se quedó, avergonzado por el error de haber creído que es posible arrancar siquiera una hoja del laurel del arte sin pagar por ello con su vida.

Y si quieres, recuerda,

Y si quieres, olvida.

Georges Seurat murió de lo que probablemente fuera meningitis.

¿El Escritor todavía tiene jaquecas? ¿Y/o dolores de espalda?

Como desde el comienzo, ofreciendo no más que la renovada verificación de que existe.

En un libro sin personajes.

No siendo aquí un personaje, sino el autor.

Envejeciendo o no.

El Escritor está escribiendo, eso es todo. Todavía.

Chi son? Chi son? Son un poeta.

Che cosa faccio? Scrivo.

El acto de pintar transforma la mente del pintor en algo similar a la mente de Dios.

Dijo Leonardo.

Dios, el otro artesano.

Dijo Picasso.

Yo soy Dios.

Dijo Matisse.

–¿Y quién eres tú? –dijo él.

–No me confundas –dije.

You are no a de wrider, you are de espider, and we shoota de spiders in Mejico.

Copérnico murió de apoplejía.

Rimbaud murió de cáncer de hueso.

O de sífilis.

Adiós y sean amables.

Dicen las últimas palabras de la edición original de Anatomía de la melancolía.

Adiós a todos los que me desean suerte.

Dicen las últimas palabras de El viajero desgraciado.

El Greco fue enterrado en un monasterio de Toledo en 1614. Cuatro años después, por motivos que no fueron registrados, su cuerpo fue extraído de la cripta.

Para llevarlo adónde, nadie lo supo desde entonces.

¿Has visto alguna vez morir a alguien? Pues entonces te compadezco, pobre Severn.

Por todas partes he buscado la paz y la hallé solo en un rincón con un libro.

Dijo Tomás de Kempis.

Protágoras murió en un naufragio.

Frater, ave atque vale.

Charleville.

También está la tendinitis del Escritor.

Asimismo, otra vez, para ratificar su existencia.

Ben Jonson murió parcialmente paralizado por derrames cerebrales.

Y en la miseria.

Jane Austen murió de lo que llamaron neuralgia.

Una especulación más reciente se inclina hacia el linfoma.

Writer. Scrittore. Écrivain. Scriptor.

Hugo de Lincoln.

Simón de Trento.

Seis siglos después de Maratón, Pausanias todavía pudo leer los nombres de los griegos muertos grabados en columnas en el lugar.

Ocho siglos después de la muerte de Píndaro pudo visitar su tumba en Tebas, que entonces todavía existía.

Y la muerte no tendrá dominio.

Grover Cleveland Alexander murió solo en una pensión de Nebraska.

F. Scott Fitzgerald, visto por John O’Hara uno o dos años antes de su muerte:

Un hombrecito prematuramente viejo visitando librerías sin ser reconocido.

Madame, todas las historias, si se continúan lo suficiente, terminan en muerte.

Dijo Hemingway.

Longfellow, Emerson, James Russell Lowell, Oliver Wendell Holmes y Franklin Pierce fueron algunos de los que llevaron el féretro de Nathaniel Hawthorne.

Timor mortis conturbat me.

El temor a la muerte me perturba.

Más tarde Emerson también asistió al funeral de Longfellow, pero cuando sus propias luces ya se habían atenuado:

El caballero que hemos estado enterrando era un alma hermosa y dulce; pero se me olvida su nombre.

La vida consiste en lo que un hombre está pensando todo el día.

Mirando el incendio de Cartago en la Tercera Guerra Púnica, Escipión el Joven citó a Homero en la caída de Troya; después lloró.

Al caer en la cuenta de la propia mortalidad de Roma, dice Polibio.

Demasiado a menudo la longevidad no significa una larga vida sino una larga muerte.

Dijo Demócrito.

Deberíamos marcharnos cuando la obra se pone tediosa.

Dijo Cicerón.

Al igual que el nervio comprimido del Escritor.

Siempre encontramos algo que nos dé la impresión de que existimos, ¿verdad, Didi?

¡Yo soy real!, dijo Alicia, y rompió a llorar.

Cervantes murió de diabetes.

O de cirrosis hepática.

Blake murió de cálculos biliares.

Escipión el Joven habiendo sido nieto, no hijo.

El rumor, registrado por primera vez por un vicario de Stratford cincuenta años después, de que Shakespeare murió de una fiebre tras una noche de juerga con Jonson y Michael Drayton.

Dostoievsky murió de una hemorragia pulmonar.

Tolstoy murió de neumonía, con un empujoncito de la edad.

El testamento de sir Thomas Browne solicitaba que pusieran su ejemplar de Horacio sobre su cajón, en la tumba.

Botticelli pasó sus últimos años en muletas.

Y a merced de la caridad.

Botticelli.

Niels Bohr murió de un derrame cerebral.

¿Por qué en el Deuteronomio no hay una explicación para hacer morir a Moisés después de Pisga y no permitírsele cruzar hacia la Tierra Prometida?

¿Cuánto pueblo de Israel había, en el Éxodo?

Picasso murió de una insuficiencia cardíaca, en parte provocada por unos pulmones intensamente congestionados.

Matisse murió tras años de invalidez producto de operaciones por cáncer del duodeno.

La Derelitta.

Pero nadie conoce su sepulcro hasta el día de hoy.

Beethoven murió de hidropesía, después de haber padecido neumonía e ictericia.

Franz Grillparzer escribió el panegírico de Beethoven. Schubert participó del funeral.

Veinte meses después, Grillparzer escribió el epitafio de Schubert.

Schwanengesang.

La Grosse Fuge.

La vida tan corta, el arte tan largo de aprender.

Tantos han muerto que eran jóvenes.

O una vez más, la ciática del Escritor.

Platón murió a los ochenta u ochenta y uno, mientras asistía a una boda.

El sol es más grande que el Peloponeso.

Admitió Anaxágoras.

Esta historia de Jesús nos ha ayudado mucho.

Admitió el papa León X.

O a veces, por supuesto, hasta una especie de comedia, si el Escritor lo dice.

El libro de bromas de la muerte.

Solo tres personas siguieron el féretro de Stendhal.

Su obituario más largo consistió en tres renglones.

En uno escribían mal su nombre.

Tres.

No hay referencias contemporáneas a François Villon después de enero de 1463, cuando tenía treinta y dos años y ya había sido arrestado dos veces por haber matado.

Nunca nada, sin embargo, modificó la suposición de que murió de un cuchillazo o bien en el patíbulo.

François Villon.

Unas pocas décadas después de su apertura, los huesos de Voltaire y de Rousseau fueron robados del Panteón.

Y descartados nadie sabe dónde.

Santa Teresa de Lisieux murió de tuberculosis.

Santa Teresa de Ávila murió de hemorragia pulmonar.

Cuéntamecuento de tallo o piedra. Junto a las riberantes aguas de, las deaquíparaalleantes aguas de.

O incluso su propio Finnegans Wake sintético, si el Escritor así lo decide.

Aunque solo sea por no encajar en ninguna otra categoría pasible de ser sugerida.

Timor mortis conturbat me.

Es difícil hallar esos lugares hoy en día, y si lo hicieras no te serviría de mucho, porque allí no vive nadie.

Dijo Estrabón del pasado perdido.

Posiblemente hasta pensando en Ofir.

Nadie viene. Nadie llama.

Goethe murió de lo que comenzó como un resfrío de pecho.

Emily Dickinson murió de la enfermedad de Bright.

¿Y cómo muere el sabio? Como el tonto.

El silencioso ataque al corazón del Escritor.

La leyenda de que Pitágoras se dejó morir de inanición.

La leyenda de que Diógenes se suicidó simplemente conteniendo el aliento.

Solo ante la Muerte pedirá ayuda en vano.

Dice un coro de Antígona en relación con los bienes de un hombre.

Pareciera que la primavera se ha marchado del año.

Dijo Pericles, honrando a los muertos en la guerra.

Dante murió probablemente de malaria.

Rafael murió de una fiebre no resuelta.

O más probablemente de las excesivas sangrías que le practicaron sus médicos.

Ille hic est Raphael.

Se sabía que Virgilio tosía sangre, presumiblemente por la tuberculosis.

Que es casi con certeza lo que lo mató.

Sunt lacrimae rerum et mentem mortalia tangunt.

Dice el primer libro de la Eneida. Hay lágrimas por las cosas pasajeras, y las cosas mortales tocan la mente.

Réquiem. Treno. Marcha fúnebre.

Dickens murió de un ataque hemipléjico. En la cena.

Mozart murió de insuficiencia renal derivada de una nefritis. O de una infección estreptocócica. O de fiebre reumática. O de una hemorragia cerebral. O de envenenamiento con mercurio. O de envenenamiento con arsénico. O de agotamiento.

O de una posible sangría mal calculada, como Rafael.

Como Byron.

Lo que hacen los artistas no puede llamarse trabajo.

Wanhope.

Solo una persona, su secretaria, asistió al funeral de Leibniz.

Una.

La lobectomía del pulmón derecho del Escritor y las costillas resectadas.

El sonido del agua que se escapa de diques, sauces, tablones podridos, postes viscosos y enladrillado, me encantan esas cosas. Esas cosas me hicieron pintor, y estoy agradecido.

Dijo Constable.

El pequeño Marcel murió de neumonía bronquial, sumada a su eterno asma.

Bach murió de un derrame cerebral.

Donne murió de tisis.

Cuando la ciudad que ensalzo haya perecido, cuando los hombres a quienes les canto se hayan desvanecido en el olvido, mis palabras permanecerán.

Dijo Píndaro.

Non omnis moriar. No moriré del todo.

Dijo Horacio.

Per saecula omnia vivam. Viviré para siempre.

Dijo Ovidio.

Yis-ga-dal v’yis-ka-dash sh’may rab-bo.

Dime, te lo ruego, ¿cómo le va a la raza humana? ¿Se han erigido nuevos techos en las antiguas ciudades? ¿De quién es el imperio que hoy domina el mundo?

Preguntó uno de los monjes del desierto del siglo IV, la mayoría de cuyos nombres han quedado sin registro.

Se acerca el tiempo en que habrás olvidado todo; y en que todo te habrá olvidado.

Dijo Marco Aurelio.

Viento del oeste, ¿cuándo soplarás

para que llueva la lluvia leve?

Al novelista le corresponde crear personajes.

Dijo Alphonse Daudet.

La acción y el argumento pueden tener un papel menor en una novela moderna, pero no pueden ser dejados totalmente de lado.

Dijo Ortega.

Si eres capaz de hacerlo, no es alarde.

¿O es posible que no haya sido más que un género básicamente reconocible en todo momento, más allá de lo que aseverara el Escritor?

¿Nada más ni menos que una lectura?

¿Sencillamente una lectura no convencional, por lo general melancólica, aunque a veces incluso juguetona y ahora terminando?

Sobre las preocupaciones de un hombre viejo.

Dizzy Dean murió de un ataque al corazón.

El cáncer del Escritor.

¡Señor, si mi amor estuviera

 nuevamente en mis brazos y en mi lecho!

Después salgo de noche a pintar las estrellas.

Dice una carta de Van Gogh.

Adiós y sean amables.