A Consuelo Ruiz Vélez-Frías, en justo homenaje
M. Àngels Claramunt Armengau
Se definía como un Quijote luchando contra los molinos de viento. Era una mujer bajita y delgada, de ojos vivarachos y voz aguda. No tuve la suerte de conocerla personalmente, pero me llegaron noticias suyas pocas semanas antes de su muerte. De la mano de Emilio y Natalène, sus acompañantes en sus últimos años, sus discípulos, conocí a este portento de mujer. Me interesó todo de ella, y este interés ha ido en aumento sin cesar a medida que iba conociendo más detalles de su vida, de su legado.
Su máxima era apelar a la inteligencia. Ella se declaraba feminista «en el buen sentido de la palabra». Denunciaba a menudo el trato vejatorio que recibían las embarazadas: estire la pierna, muévase hacia aquí, hacia allá... sin darles explicaciones, como si fueran un perrito, ejemplificaba Consuelo. Extremadamente clara y didáctica.
No se cansó nunca de clamar por el derecho que merecen las mujeres de recibir explicaciones, de tomar la responsabilidad de su propio parto, que nadie decida por ellas. Su objetivo principal en la preparación al parto era que las mujeres salieran sabiendo más de lo que sabían y con sentido de la responsabilidad en ese maravilloso proceso.
Es justo y necesario que se la conozca, que sus escritos salgan a la luz, sus palabras. Sus enseñanzas son absolutamente vigentes. Todo lo que denuncia es lastimosamente actual, todo lo que explica de un modo tan didáctico, absolutamente necesario, aún.
Consuelo me cautivó tanto por lo que escribía como por cómo lo hacía: su estilo claro y directo, sus comparaciones extremas, ilustrativas, su ironía, sus ejemplos; tan fuera de lo común; su gracia para la poesía, su extensa cultura. Fue una mujer lúcida; una mujer sabia que le tocó vivir en una época de dureza extrema y aún así se dedicó en cuerpo y alma a los demás; a mejorar la vida reproductiva de la mujer, a abrirnos los ojos.
Mis criterios de edición han sido ordenar los escritos de manera que resultaran amenos y que el/la lector/a mantuviera el interés por cómo transcurrieron los avatares de su vida y de la vida del país; hay datos históricos valiosísimos en sus papeles, también he pretendido respetar al máximo la versión original de la autora, haciéndome ver, como editora del texto, lo menos posible.
Espero y deseo que este merecido homenaje sea una contribución más a reconocimientos futuros. Consuelo Ruiz Vélez-Frías debe figurar entre los más grandes nombres de la obstetricia de este país.
M. Àngels Claramunt Armengau es profesora de Lengua Catalana, escritora, miembro del Grupo de Apoyo a la Lactancia ALLETA, cofundadora del foro «Superando un aborto» y doula. Ha recopilado, corregido y ordenado los textos de Consuelo que aquí se publican.