CORAZÓN DE ACERO
Prólogo
A veces vemos lo que queremos ver. Y no vemos más allá de lo que está en nuestro
alrededor. Vemos lo que
consideramos que es importante para nosotros. Sin interesarnos en
lo demás.
Hasta aquel instante en que
algo o alguien hace cambiar nuestra vida y nuestro mundo de un
golpe. Y a nosotros mismos en un abrir y cerrar de ojos. Y es duro
toparse con esa realidad.
Y más cuando eres alguien que
te has negado a vivir con sueños. Soñar a veces lastima, por lo que
es mejor la realidad, aun cuando sea tan cruda. O era lo que solía
creer, lo que solía decirme a mi misma. Antes de abrirle el corazón
a alguien que no esperaba que llegara. A alguien que me negaba
creer que llegaría y que ahora me hace sentir confundida o
seguir como si nada ocurriese en mi vida.
Pronto he de irme. No le he
dicho nada ni las razones que me hacen hacerlo. Mis ojos están
llenos de lágrimas. Nunca pensé que me encontraría de esta manera.
No… Nunca. Y me siento desvanecerme en cada segundo que pasa. Sé
que no puedo verle a la cara. Eso destrozaría mi vida. O todo lo
que queda aún de ella. Y necesito fuerza, aunque es lo que menos
tengo en este instante.
Respiro profundamente, las
manos me tiemblan, me duele el corazón. Quizás por esta razón me
negaba a enamorarme. Pero me enamore de él, fe su carisma. De su
sencillez y forma de ver la vida.
De un soñador que encontró la
forma de entrar en mi corazón, en este corazón que se negaba a ser
abierto y ahora que lo está no quiere decirle adiós, sin antes
poder decirle qué me lleva a marcharme lejos. Sin poder decirle mis
razones ni mis motivos secretos.
Mientras escribo esta carta, estoy
escuchando Cry de Mandy Moore. Y no puedes imaginar lo duro que ha
sido empezar a escribir para mí, algo que deseaba guardar en mi
silencio. ¿Por miedo?,¿por cobardía?, no lo sé. Y tal vez tú menos
que yo lo entiendas. Nunca imagine que me encontraría en estas
circunstancias, si he de serte sincera.
Matthew, estoy enferma, y por tal
razón no quería que te acercaras a mí. Vine a Galway este mes, no
tan solo porque Emily me había invitado a conocer uno de mis países
favoritos. Sino para despejar mi mente de la realidad en que se ha
convertido mi vida desde hace tres meses. Tengo cáncer. Estoy en
tratamiento. O lo estaba. Ya que no funcionó en mi cuerpo. Por lo
que debo operarme. Ha sido la respuesta que acabo de recibir muy
dolorosamente del doctor que lleva mi expediente médico, vía
telefónica, al haber ya visto los último exámenes que me he
hecho, y le había enviado por mail.
Se me hace un nudo en la
garganta, y en verdad lo siento… Siento haberte mentido. Lo siento…
Lo siento. Sólo puedo decirte que si muero en la operación, me iría
con la sensación de que al haberte conocido fui bendecida. Y si tus
ojos es lo último que recuerdo, entonces sabré que mi camino estuvo
bendecido también.
Tú has sido el mejor regalo
que me ha dado la vida. Sin ti, pensaba solo en ese camino triste
que caminaba sola. Que me obligaba a recorrer por mi misma, y así
evitar que alguien llorara por mí, si llegaba ese día que tanto he
temido. Pero cuando te cruzaste en mi vida. No sé que hiciste en
mí. No sé como lograste derrumbar las barreras que había habido
dentro de mí. Y convertiste en mí a una Adrianne que no conocía
realmente. A alguien que deseaba volar sin alas cuando estabas
cerca de ella y la hacías sonreír como nunca antes había sonreído.
Me cambiaste… Me hiciste soñar. Me hiciste
amar.
Ahora cada mañana que
despierto, te amo más que nunca, queriendo jamás apartarme de ti.
Los momentos que estamos juntos, le oró a Dios para que duren para
siempre. Te has convertido en mi fuerza y en todo lo que necesito…
tal vez nunca sea valiente en entregarte yo misma esta carta en tus
manos. No lo sé. Sin embargo, algo que si sé es que debo decirte mi
verdad. Que estoy enferma. Y que no quiero dejar este mundo sin
decirte cuanto te amo. Y agradezco a la vida por que estas a mi
lado.
Un mes
atrás…
Dublín, Otoño 2011…
Había llegado a aquel lugar. Un
sueño inimaginable hacia tanto tiempo atrás, ahora estaba en frente
de mí. En frente de mis ojos, bajo aquel viaje que había hecho por
mi propia decisión, para alejarme de la tensión que me rodeaba.
Necesitaba respirar. Salir de todo lo que me hacía sentirme
desvanecida, aunque no sin fuerza para seguir luchando. No había
dejado de creer que todo saldría bien. Aun cuando había alejado de
mí cualquier deseo de conocer a alguien. Y enamorarme en ese
tiempo. Era fotógrafa. Y había elegido la invitación de mi amiga
Emily después de pensarlo tanto. Irlanda siempre había sido para mí
un lugar realmente mágico. Y de hermosos paisajes…
_ Disculpa, debes ser la amiga de Emily.
Hola, soy Matthew McInerny. _ dijo al verme salir, mostrándome el
letrero que tenía mi nombre_. Se le hizo tarde y me pidió que
viniese por ti. Estaba preocupada que no supieses como
llegar.
_ Hola, soy Adrianne Villanueva._ dije a
medio sonreír. Mostrándome seria como solía hacerlo siempre.
Poniendo mi invisible barrera.
_ Déjame ayudarte._ dijo al ver que me había
costado mover de nuevo mi maleta.
_ Gracias… Pero puedo sola._ dije sin ser
tan cortante.
_ No es de caballeros aceptar un no
referente a eso de una chica Y ya me lo esperaba. Emily me había
dicho que tal vez no aceptarías que te ayudara con tu equipaje.
Pero como aprecio mi cuello. Te ayudare… Mi automóvil está
estacionado cerca._ dijo mientras me daba cuenta que él realmente
no aceptaría un no. Además ya Emily lo había puesto sobre aviso.
Quizás temiendo a que yo hiciese fuerza. Aunque me había prometido
no decirle a nadie sobre mi enfermedad.
Me di por vencida, sabiendo que nada
ganaría con mi negativa. Tenía todo de perder. Además se podía
apreciar que realmente él no me dejaría salirme con la mía. Por lo
que cedí. Por nada más. Aunque al observarlo, pude detallar
que era un hombre joven. De 32 años. De hermosos ojos verdes
avellanas y cabellera castaña. Alto y muy bien parecido. Sin que me
sorprendiera realmente.
Estaba reacia a querer conocer
a alguien. Y a enamorarme. Pero a veces el corazón tiene razones
que la razón misma no entiende y a veces desconoce. Pero también la
misma vida tiene momentos que ni el corazón, ni la razón,
puede entender, llenando al mismo tiempo de sucesos y de
incertidumbre que por más intentemos obviarlas o creer que jamás
sucederán… sucede para nuestra desgracia o para nuestro
bien.
Capitulo
1
En el trayecto a casa de mi amiga, me
mantuve en silencio. Contemplando el hermoso paisaje que se abría
delante de mí, haciéndome querer detenerme y fotografiarlo. Pero no
me sentía en confianza. Y no quería estarlo con aquel acompañante
que tenía en el asiento de piloto. Con él, ni con nadie del genero
masculino. Mis razones yo tenía y consideraba
validas.
_ ¿Es hermoso?_ dijo al interrumpir mis
pensamientos.
_ Ah…_ gire a mirarlo, sin comprender a que
se refería.
_ Te preguntaba si te parecía hermoso…_
sonrío con picardía, mirándome a los ojos.
_ Ah… Ok… Sí…_ fingí
desinterés.
_ ¿Eres de muy pocas
palabra?
_ No sé a que te refieres…
_ Emily me había contado que eras muy
conversadora cuando apreciabas un lugar que te encantaba… Y me
contó que eres una eterna enamorada de Irlanda. Que estabas ansiosa
de venir…
_ Creo que Emily te ha hablado mucho de
mí…
_ Quizás…_ sonrió al ver como yo desviaba mi
mirada hacia mi ventana con aquella actitud que le causaba
extrañeza. Era tan opuesta a como me había descrito Emily_. Galway
siempre ha sido mi hogar, desde que era un niño, por lo que siempre
he estado acostumbrado a escuchar más de alguien que se queda
fascinado por su belleza…
_ Entonces, he de disculparme por no ser una
de esas personas… No soy muy conversadora realmente. Posiblemente
Emily exagero sobre mí…_ dije afirmando mi distancia. Sin mostrarle
mi alegría de estar allí. En Irlanda al fin.
Cuando llegamos, Emily y su
familia me dieron una bienvenida calurosa. Emily me abrazó con
tantas fuerzas. Hacia tanto años que no nos veíamos. Pero seguíamos
siendo las mejores amigas de siempre.
_ Gracias, Matthew…_ le dijo una vez más
Emily antes de que él se marchara_. ¿Vendrás en la noche a cenar
con nosotros?
_ Esta noche no creo… Tengo un trabajo
pendiente. Y me ocupare de eso esta noche. No fue nada…_ me miró en
ese instante_. Las dejare sola. Imagino que tendrán mucho de que
charlar…Fue un placer conocerte, Adrianne.
_ Gracias… Igual.
Había sido una respuesta
por cortesía. Nada más… Pero sin querer sentirlo, había visto algo
en mí que le causaba intriga. Y era algo que no era normal en él.
No era de esos hombres que solían intrigarse por una mujer tan fría
y distante como lo era yo en ese instante.
Pero, ¿qué le hacía mirarme con
aquella curiosidad? ¿Qué le hacía desear descubrir a la Adrianne
que se ocultaba, sin realmente no le debía interesar en lo más
mínimo? ¿Acaso era cierto que a veces era mejor no criticar un
libro por su portada sino por su contenido?
Se rio de si mismo. Empezaba a
fallarle la cabeza. Sí, era eso. Nada más eso se le podía ocurrir a
él en ese instante.
_ Ves una linda chica de ojos castaños y te
sientes de esta manera…_ se burló de si mismo mientras conducía en
su automóvil a su casa_. Es mejor que te la quites de la
cabeza…
Lejos de allí…
Me disponía a subir a la que
sería mi habitación. Emily me miraba con cierta curiosidad. Aun
cuando en frente de sus padres no había querido comentarlo. Siempre
había sido algo discreta. Y era algo que no podía evitar. Pero en
ese instante deseaba saber que me había pasado en todo ese
tiempo.
_ Esta será tu habitación… Espero que sea de
tu agrado.
_ Es preciosa…_ me acerque a la ventana_.
Tiene hasta una hermosa vista.
_ Sí… Y más cuando empieza el
otoño…
_ Vives en un lugar realmente hermoso…
¿Sucede algo?_ le pregunte al verla algo incómoda.
_ No… Nada.
_ Sigues igualita… No has cambiado para
nada. Siempre la discreta Emily a la que se le tiene que sacar las
palabras._ sonreí.
_ Realmente te estaba observando desde que
Matthew se despidió de ti… Fue como si hubiese visto a otra
persona. Te sentí como cambiada…No me hagas caso. Debes estar
cansada por el viaje. En verdad estoy apenada contigo. Pensé que
saldría más temprano de la última clase que tenía que dar en
la mañana. Pero se me hizo más tarde de lo esperado. Tuve que
llamar a Matthew. Siempre me termina auxiliando como cuando
estudiábamos juntos en el colegio. Es una linda persona y un
gran amigo.
_ Sí, ya me di cuenta… ¿Cómo de la
familia?
_ Sí…
_ ¿Tu novio?-
_ ¡No!… ¿Novio?... Nada que ver. Más bien
como mi hermano no de sangre. ¿No te agrado?
_ Es un chico agradable…_ dije mostrando mi
desinterés_. Y si a ti te agrada, a mí también.
_ Es un soñador que ama Galway… E Irlanda.
¿Qué tal estuvo el viaje?
_ Algo agotador realmente…_ sonreí
agradeciendo en mi silencio que hubiese cambiado de tema_. Pero al
fin estoy aquí… Y valió la pena…
_ Y yo encantada a que hayas venido… Aunque
de seguro dejaste un corazón roto en New York que se negaba a que
vinieras. ¡Y no me digas que me equivoco!
_ ¿Bromeas?, ¿yo? ¿la reina del
hielo?-
_ Si que has cambiado_ dijo al mirarme
sorprendida y extrañada.
_ No creo en el amor… Ya te lo he dicho. La
cuestión es que tú no me has creído. Hace tiempo que deje de creer
en el. Me hice amiga de la soledad… Y creo que fue lo mejor en todo
este tiempo. Heme aquí… No necesito a nadie para ser
feliz.
_ ¿No crees en el amor?_ me había preguntado
sin poder creérselo. Tiempo atrás, yo era una soñadora inapta del
amor_. Nunca me explicaste el porque… Es que te escucho y te veo en
persona, y no lo creo. Es como si viese a dos personas físicamente
iguales, y internamente, tan distintas.
¿En quién me había convertido
todo ese tiempo? ¿Quién había hecho que me volviese en un témpano
de hielo? ¿Quién había hecho que me encerrara de esa manera en que
ya ni yo misma me reconocía?... Mi enfermedad solo había hecho que
se afianzara aún más aquella decisión pasada.
_ No quiero hablar de ese tema… No creo en
el amor. Y es así y punto. Para creer en el tendría que encontrar
no a un príncipe azul. Sino a un sapo verde que después de besar se
convierta en un príncipe…
_ Adrianne, si eres cruel…
_ No, no lo soy… Soy realista. En
conclusión… Los sapos verdes solo se encuentran en los
cuentos de hadas…Por lo que no existe ningún peligro de que conozca
a alguno.
Capitulo
2
En frente de Emily había una chica
enigmática que realmente ella no conocía. Pronto se marchó,
dejándome en aquella habitación, para permitirme descansar. Algo
que le agradecí en silencio también. El trayecto desde Dublín
a Galway en automóvil también me había agotado, y aún más, cuando
me había prohibido descansar, mientras Matthew conducía. Al mismo
instante, en que sin querer, me detenía en frente del espejo de
cuerpo completo que se encontraba en aquella
habitación.
Me miré casi inmóvil. Era yo de
nuevo en frente de ese yo en quien me había convertido. Que hasta
me sorprendía yo misma. ¿Quién era? Me cuestionaba al detallarme.
Ese yo que se reflejaba en el espejo era tan opuesto a mí. Por lo
que deje de mirar al espejo. Mientras me susurraba a mi
misma: <<Es quien ahora eres.
>>
Me senté en la cama, y me
dispuse a buscar en mi bolso mi ipod, para recostarme un momento.
Los pensamientos seguían llegando a mi mente. Aturdiéndome,
golpeándome, queriendo debilitarme. Me encontré en ese instante al
prender mi ipod con “Nothing Else Matters” de Lucie Silvas.
Recordándome la promesa que me había hecho a mi misma. Si quería
seguir adelante. Ser siempre fuerte, nunca, pero nunca jamás, debía
permitir desmoronarme.
_ Realmente mil gracias,
Matthew-
_ ¿Para eso me llamas?_ le había preguntado
Matthew, al sonreírse, mientras contestaba aquella llamada
telefónica_. Sabes que puedes contar conmigo siempre. ¿Para que
están los amigos?
_ Sólo que pensé que te habías quedado
pensando si habías hecho lo correcto… Te vi muy serio al
marcharte.
_ Es que tengo mucho trabajo hoy…_ respiró
hondo, mirando su reloj de pulsera. Eran las 7:00 P.M, y hacia
media hora que había llegado a su propiedad_. Emily, ¿puedo hacerte
una pregunta?-
_ Claro que sí, ¿qué pasa?-
_ ¿Realmente Adrianne es la amiga que me
habías descrito todo este tiempo, la que conociste hace cinco años
atrás, cuando te dio la locura de hacer un curso de fotografía en
New York?
_ Matthew… ¡Obvio!... ¿Por qué lo
preguntas?
_ Solo es una pregunta…No me hagas caso.
¿Mañana entonces se mantiene el plan de llevarla, después de que
llegues del trabajo, a recorrer Galway?
_ ¿Siendo tú el guía turístico?_ sonrió_.
Más que encantada. Sé que a ella le encantara escucharte narrar
historias y tu forma tan apasionada de hablar de
Galway.
_ Bueno, pasare por ustedes al
mediodía.
Respiro profundamente,
mientras cierro los ojos y me susurro a mi misma, lo que una vez
escuché en una canción, que la vida debería ser como un juego de
cartas, en la cual si cometemos un error, podemos volver a empezar
de nuevo. O debería ser como conducir un automóvil, si uno se
pierde mientras va conduciendo a un lugar desconocido, al menos se
puede contar con el sistema de navegación, o con un mapa, o los
letreros que se van encontrando en la vía, para así volver a
retomar aquel camino que hemos perdido. Irónicamente, aunque duela
admitirlo, no hay ningún manual que nos diga cómo vivir la vida
para evitar equivocarnos. Lamentablemente no hay
instrucciones cuando se trata de amor, porque una vez que hacemos
algo, no lo podemos deshacer. Es así de simple. Y ahora que lo sé,
desearía al menos poder tener un control remoto para así poder
retroceder el tiempo y viajar para atrás, regresar al aeropuerto de
Dublín aquel día en que nuestras vidas se unieron y ser diferente a
quien fui, no lo sé…
Al día siguiente, mientras me
disponía a sentarme un momento en el jardín. Antes de salir junto
con Emily, quien estaba por llegar. Aproveche y saque uno de
mis libros favoritos. Era “La última canción” de Nicholas Sparks.
Por lo que me senté en un lugar en donde pudiera estar sola conmigo
misma.
_ Sabía que te encontraría
aquí…_sonrió Matthew al encontrarme sola en aquel lugar,
colocándose detrás de mí, mientras yo me giraba para mirarlo
algo asombrada.
_ ¿Tú? ¿Qué haces aquí? ¿Por qué me buscabas
a mí?
_ Si, yo… Que recuerde bien no soy un
fantasma para que me mires de esa manera… Emily me pidió que me
adelantara. Siento interrumpir tu lectura. Creo que he llegado en
mal momento.
_ No importa…_ dije secamente, cerrando el
libro y poniéndome de pie_. Y sé que no eres un
fantasma.
_ ¿Te sientes bien?
_ Sí, me siento bien… ¿Por qué lo
preguntas?_ dije poniéndome a la defensiva.
_ Estas algo pálida… Bueno, no creo que sea
tan feo para asustarte tanto._ dijo graciosamente_. ¿Por qué esta
tan sola?... Emily me hizo creer que te estabas preparando para ir
a los acantilados. Y esta haciendo buen tiempo para
ir…
_ ¿Cómo pretendes que reaccione una persona
que esta concentrada en su lectura, mientras espera a su amiga, y
llega alguien de la forma en que llegaste tú?... Aún el corazón me
salta. ¡Por dios, me diste un buen susto!... ¿De qué te ríes
ahora?
_ ¿Yo?... De nada.
_ ¡Sí, claro!, ¿acaso tengo cara de bufón de
circo?
_ Lo siento… En verdad lo siento. No te
molestes conmigo. Solo es que aún me pregunto en donde está la
amiga amable y agradable que me describió Emily… Siento que se
confundió de persona.
Lo fulmine con la mirada en ese
instante. ¿Qué se creía él para hablarme de esa manera, cuando
apenas nos conocíamos y ni éramos amigos?
_ Lo lamento, espera. No te vayas, soy
un idiota-
_ Yo no te pedí que vinieses a buscarme. Ni
sabía que te ibas a unir a la salida.
_ ¿Por qué tienes que estar siempre a la
defensiva?
_ No estoy a la defensiva… Además no es tu
problema si lo estará…
_ Bueno, es un buen punto. Pero yo quiero
hacer la paz no la guerra contigo. Vamos a hacer una tregua,
¿sí?-
_ ¿Siempre eres así?_ dije tratando de
ocultarle lo irritada que estaba por tanta amabilidad de su
parte.
_ ¿Cómo así?
_ No importa…
Capitulo
3
Respiré hondo. Aquello no me
podía estar ocurriendo a mí. Y menos con él, el amigo de Emily, a
quien debía tratar como si me cayese de mil maravillas. Pero la
realidad era que él no ayudaba para nada.
_ Bien…_ sonrió un poco más, al mismo tiempo
que miraba su reloj_. Espero que Emily llegue pronto… Si nos da
tiempo hasta podemos iniciar primero con los acantilados de Moher.
Y hoy amaneció haciendo buen tiempo… Algo poco frecuente por
aquí.
_ ¿Los acantilados de Moher?_ dije fingiendo
desinterés. Pero no tanto. Ya que había leído sobre ese lugar. Y
era uno de los lugares a que quería ir.
_ Como te dije… Amo Galway. Por lo que
conozco cada rincón que se encuentra en cada lugar… Por eso me
encuentro aquí. Emily me pidió que fuese como el guía
turístico.
_ No te hubieses molestado… Probablemente
tienes muchas cosas que hacer. Y yo la verdad no quiero
interrumpir tus actividades diarias.
_ Tranquila… Es algo que también amo hacer.
¿Sabías que Galway es una ciudad que conserva su encanto medieval
que a menudo ha destronado la arquitectura georgiana en otras
ciudades?... El soplo del pasado aflora en todas las
callejuelas.
_ ¿Eres profesor como Emily?_ le pregunte
por curiosidad.
_ No… La verdad soy mi propio jefe…_ sonrió
un poco al ver que había logrado llamar mi atención_. Soy granjero…
Mi granja se encuentra a media hora de aquí, caminando. Quizás un
día pueda invitarte junto a Emily… Si eres una verdadera amante de
los paisajes irlandeses, quedaras enamorada de las verdes colinas
que podrás ver en el camino.
_ Lo tendré en cuenta…_dije manteniendo mi
distancia, mientras agradecía la llegada de Emily en ese
momento.
Que irónica puede ser la vida.
Ahora que estoy de pie, y puedo ver todo, siento cada aguijonazo de
lo que hice y deje de hacer.
_ ¿Qué pasa contigo, Matthew?_ le dijo Emily
al verlo mirarme fijamente de forma pensativa, mientras yo me
encontraba algo retirada, sacando fotos de aquel paisaje tan
maravilloso. A aquel paisaje espectacular y maravilloso, que me
brindaba los acantilados de Moher. Mientras el sonido del viento me
atrapaba. Alejando mis pensamientos de mi
realidad.
_ ¿Qué pasa conmigo?... No entiendo tu
pregunta.
_ ¿No entiendes mi preguntas?... No te
hagas. Matthew, no eres de los que suelen mirar y mirar a
alguien por tanto tiempo…_ sonrió con cierta picardía, mientras lo
acusaba con la mirada_. Es mi amiga… No lo vayas a
olvidar.
_ Y yo también soy tu buen amigo… Y te
conozco primero que ella.
_ ¿Y?…
_ Simplemente, tu amiga me intriga… Es como
si se ocultara a si misma ante los demás. Y también lo que le
interesa. Me pregunto por qué. Aún sigo buscando a la persona que
me describiste…
_ Apenas la estas conociendo. Dale tiempo…
Es una gran persona. Es un poco reservada. Solo
eso…
_ No lo pongo en duda…_ dijo observándome a
lo lejos. Como si me estudiara y me analizara en sus pensamientos.
Mientras yo ignoraba aquella conversación.
_ ¿Sólo qué?_ cruzó los
brazos.
_ Me intriga… Sólo eso.
_ No la presiones…
_ ¿Yo?
_ Sí, tú… A veces cuando te dispones a
ayudar a las personas no te pones a ver si realmente quieren ser
ayudadas.
_ No hare nada sin consultarte
antes…
_ ¿Por qué será que no te
creo?
_ ¿No merezco ni un voto de
confianza?
_ ¿En qué estas pensando?
_ Le hable de mi granja… Me gustaría que
fueran ambas. ¿Qué tal el fin de semana?
_ Matthew…
_ Sera solo una comida entre amigos… Y
quizás, también, sí me permite, hacerle un recorrido por mi
granja para mostrarles las bellezas que hay
alrededor.
_ Espero que solo sea eso… No me gustaría
encontrarme con otra cosa. Ella vino a conocer Irlanda… Sólo quiero
que recuerdes eso.
Matthew sintió la extraña
sensación de reírse, pero se contuvo al ver la mirada de sobre
aviso de Emily. Ella le hablaba muy en serio. Y esa repentina
actitud de su amigo le preocupaba. Jamás imaginó que él actuaría de
esa forma al conocerme. Y nos apreciaba mucho a ambos, por lo que
lo menos que quería era que uno de los dos saliera herido. Y temía
saber quien de los dos saldría aún más herido, sin seguía
empeñándose a aquello que estaba prohibido.
Matthew. Matthew por querer
pisar un terreno que no debía.
_ Tranquila… Lo tendré en cuenta. Como una
marca en mi frente…
Aquel día él había visto una
media sonrisa en mí de satisfacción. De que estaba a gusto en aquel
lugar. Pero, sentía curiosidad de porque no quería mostrarlo.
Porque prefería mantenerme al margen. Ocultar mis emociones, si eso
era lo más normal entre los seres humano. Y a pesar de la
advertencia de Emily, quería descubrirlo. Sin entender porque
motivo o porque razón.
Más tarde, después de aquel
recorrido. Matthew se detuvo un instante en la bahía de Galway,
en “El Burren” y en Kinvara, antes de que el atardecer
llegase con sus matices de colores dándole paso al anochecer, había
logrado que tanto Emily como yo aceptáramos ir esa misma semana a
Loop Head. Otros acantilados, que se encontraba allí en el condado
de Clare.
¿Con qué precio a pagar?
Capitulo
4
Aquel fin de semana había
llegado para mi desgracia, encontrándome con aquel plan que Emily
intentaba convencerme de que aceptara. Me encontraba fuera de
lugar, con una rutina tan distinta a la que me encontraba en
Venezuela, después de haber abandonado Estados Unidos. Era cierto
que tenía que considerar que había pagado un pasaje nada barato
para reflexionar primeramente que actitud tenía que tomar en
Irlanda. Y los motivos que me habían llevado… ¿Acaso a eso no se le
podría llamar también turismo planificado?
Entenderán, entonces, cual fue
mi decisión final al visualizarlo de esa manera.
_ Tomen asiento…_ dijo Matthew al recibirnos
alegremente.
Algo que había creído imposible
por cuatro días, se había hecho real. Me encontraba allí, en su
hogar, en aquel almuerzo que él había planeado, con intensiones de
conocerme aún más y ver si lograba traspasar aquella barrera que se
encontraba en mí, como una armadura protectora.
_ Es bellísima tu casa…_ dije admirándola.
Sin realmente esperarlo de mi misma. Pero el asombro de ver que su
granja era tan opuesta a como me la había imaginado, me había hecho
expresarme de esa manera.
_ Gracias…Bueno, como no sabía que les
gustaría almorzar, me tome el atrevimiento de preparar dos platos.
Hice dos platos que amaba cuando mi madre los preparaba. Uno se
podía considerar algo vegetariano… Y otro lo opuesto a
él.
_ Si que te esmeraste…_ dijo sorprendida
Emily, quien conocía aquella arte culinaria, que había aprendido
Matthew de su madre.
_ ¿Quieren algo para beber? ¿Un refresco?
¿Agua? ¿Qué se les antoja?
_ Agua esta bien… Gracias…_ dije mientras
tomaba asiento.
_ Yo igual…_ expresó Emily_. ¿Quieres que te
ayude a preparar la mesa?
_ ¿Cómo crees? No… Son mis mi invitadas,
¿ok?... No tardare mucho.
Después de preparan la mesa y
servir la comida, sacó una botella de vino tinto de uno de los
estantes de bebidas que allí se encontraba. ¿Qué le podía decir?
¿No gracias, no bebo? ¿Estoy tomando medicamentos, y por lo tanto
no puedo beber?... Era lo único que se me ocurría en ese instante,
sin dar más explicaciones.
_ Espero que les guste… Adrianne, no sé si
te guste el vino tinto.
_ Me encanta… Gracias…_ expresé algo
comprometida al sentir su mirada sobre mí, y al recordarme que él
era amigo de Emily_. Pero no puedo beber en este
momento.
_ Ah… Ok, no lo sabía.
Perdóname…
_ Tranquilo… Tampoco es para tanto… Beban
ustedes por mí.
Emily sintió la desilusión de
Matthew de querer sorprenderme. Por lo que intervino en ese
momento. Veía que su amigo estaba empezando a cruzar una línea que
ella le había advertido que no cruzara.
_ Los irlandeses solemos ser muy
amables con nuestros invitados. Es por eso Adrianne… Pero
tranquila, Matthew y yo nos beberemos toda esta botella como si
también tú estuvieses bebiendo.
_ Gracias a ambos… Así me hacen sentir menos
culpable…_ dije y medio sonreí.
_ Este que les voy a mostrar primero, se
llama Colcannon. Esta elaborada con puré de
patatas, col, mantequilla, sal, y
pimienta. Espero que les guste…
_ Se ve bien…_ sonrió Emily, mientras yo no
veía más allá de lo que ella veía en ese instante_. Se ve
delicioso…
_ Eso espero…_ me miró, pero de parte mía no
encontró ninguna respuesta_. Este es Irish Stew. Es una especie
de estofado elaborado con carne de cordero,
patatas, cebollas y perejil. Aunque
aquí le decimos, en irlandés stobhach gaelach.
_ Hmmm… ¿En verdad cocinaste tú?_ pregunté
sorprendida, mientras el tomaba asiento.
Había logrado un comentario. Al
menos algo para iniciar una conversación amena y no distante esa
tarde.
_ Sí… ¿Es difícil creer que un hombre como
yo cocine?
_ Sí, un poco… Aunque me acabas de hacer
recordar a mi abuela. Aprendí a cocinar los platos típicos de mi
país gracias a ella.
_ Sería interesante probarlos algún
día…
¿Qué pretendía? ¿Lograr una
confianza que no estaba en mí dar? ¿Borrar por completo aquella
barrera que le impedía realmente conocerme? ¿Y por qué no se
dignaba a hacerle caso a Emily? ¿Por qué seguía insistiendo en
caminar aquel camino espinoso? ¿Acaso no le quedaba claro que si
estaba allí era porque Emily me había insistido tanto, hasta lograr
un <<Sí>>
lleno de resignación, de parte
mía?
Mientras tomábamos nuestro
almuerzo, comenzamos a hablar de cosas triviales. Sin embargo, algo
que Emily podía ver era que yo siempre me encontraba distante. Como
si me protegiese a mi misma. Y aunque éramos amigas, las razones de
mi nueva actitud, era algo de lo que no le quería hablar.
Preguntándose, al mismo tiempo, si Matthew no veía aquello
como señal. Él nunca lograría borrar esa distancia ni esa barrera
en mí.
_ Eres un buen cocinero…_ dije con una
sonrisa, sin dejar de ser distante. Simplemente había sido un
cumplido por cortesía.
_ Gracias…_ dijo, mientras recogía los
platos de la mesa y los llevaba a fregadero.
Emily y yo nos levantamos en
ese instante y nos colocamos detrás de él.
_ Déjanos hacerlo a nosotras, no nos hagas
sentir incómoda…_ expresó Emily.
_ Es que no es…
_ Por favor…_ le dije en un tono de suplica.
La verdad había sido suficiente su amabilidad para nosotras no
cumplir con algo de cortesía
_ Perdónenme, no quería hacerlas sentir
incómoda.
Era un almuerzo de amigos. Que
más daba que aceptara nuestro ofrecimiento.
Capitulo
5
Aquella tarde, descubrí que
Matthew era huérfano. Que había perdido a sus padres desde muy
joven y que por lo tanto había tenido que madurar desde muy
temprana edad, y a su vez, tomar las riendas de los negocios que
había heredado de su padre. El tiempo que pasaba en su tierra,
trabajando, era algo que le enorgullecía. A pesar que había día
buenos, y días malos, siempre sacaba algo positivo esos días que le
hacían amar aún más sus tierras. A su vez, el tiempo que les
dedicaba a sus caballos era algo que le apasionaba. Solo escucharle
hablar de ellos y cuanto amaba cabalgar, como buen irlandés, le
hacía a uno vivir su propio amor. Además de ocuparse de aquella
hermosa granja. Realmente estaba rodeada de paisajes
hermosos.
_ ¿Tú te encargas de todo esto, todos los
días?_ expresé sorprendida al ver lo inmensa que eran sus
tierras.
_ Suelo a veces tener un poco de
ayuda…
_ Mi padre a veces viene a darle una mano…_
expresó Emily, mientras yo miraba aquel caballo marrón a cual
Matthew se acercaba.
_ Este es mi caballo favorito… Macbeth. Es
un cruce de caballo de tiro y purasangre._ dijo al acariciar a su
caballo y a hablarle.
_ ¿Verdad que es hermoso?_ Emily me sonrió,
mientras ella hacía lo mismo que Matthew. Era la primera vez que
veía a un caballo tan de cerca.
_ Realmente…
_ ¿Sabes montar a caballo?_ me preguntó
Matthew con cierta curiosidad.
_ No… Nunca me he montado en ninguno…_sonreí
algo asombrada_. Aunque de pequeña me subía a los del
carrusel…
_ Eso no es montar…_dijo al reírse por mi
comentario ocurrente_. Si quieres Emily y yo te podemos enseñar… No
es difícil.
_ ¿Yo subirme a uno?_ sonreí pasmada por la
idea_. No, gracias… ya me veo tirada en el suelo. Y no por ustedes.
Sino por mí… No creo que sería buena alumna al subirme con un
manojo de nervios.
_ No te dejaremos sola…
_ Matthew es un excelente jinete… Pero si no
quieres, no te obligaremos.
_ Tendría que pensarlo… Pero sé que por los
momentos es un no.
_ La primera vez que me subí a uno, me
aterraba la idea de caerme… Mi padre me enseño a tener confianza…
Quizá por eso te digo que es fácil. Después que aprendí, todas las
mañanas salía a cabalgar. Amaba sentir el viento en mi cara. Sentir
la adrenalina… La velocidad…
_ Matthew, hasta estuvo en concursos de
equitación. Era muy bueno… Tiene varios premios.
_ Sí… Y fue gracias a mi padre…_ en ese
instante vi una sonrisa triste al recordarlo. Haciéndome ver así
cuanto extrañaba a sus padres_. Vengan, sigamos recorriendo. Aún
hay lugares muy hermosos.
Ahora entendía con mayor razón
su amor por cada rincón de aquel lugar. No tenía nada que
envidiarle a ningún otro sitio. Sin embargo, no sería yo quien le
dijera aquello. No… No estaba en mis planes hacerlo. Sin ni
siquiera imaginar en ese instante aquello que se proponía la
vida con nosotros.
Cuando llego el momentos de
despedirnos, sentí su mirada de nuevo sobre mí. Como si me
estuviese estudiando en su silencio.
¿Alguna vez han sentido que les
miran sin cesar?.... ¿Han sentido que si su propia alma pudiese ser
desnudada ante una mirada, ya las de ustedes lo hubiesen sido ante
alguien que jamás pensaron que podría hacerles sentir de dicha
manera?
Juro que aunque fingí
aparentar que no me percataba de aquello. Y que era fría como un
témpano de hielo. Su consistencia me inquietaba. Haciéndome rogar a
Dios que dejara de mirarme o ya Emily y yo nos marcháramos de
allí.
Sin saberlo él había llegado a
una conclusión. Se decía que a pesar de que en ocasiones mi
silencio se hacía tan frío e impenetrable. Y pudiese tener o fingir
en ocasiones un mal humorado temperamento, había en mi silenciosa
actitud una verdad que trataba de ocultar, para no delatar mi
realidad. Y era también lo que le ocultaba al resto del mundo, que
no me conocía, mi ser interior. Mientras cada día me colocaba una
armadura que me hacía ver tan enigmática y misteriosa para los
demás.
Aquello había hecho que en
ocasiones mis ojos castaños se viesen como apagados, cuando me
encontraba sola y algo pensativa. ¿Qué lo había causado? Él deseaba
saberlo, mientras me miraba, sin imaginar que aquello también había
ocasionado que alejara de mis pensamientos toda posibilidad de
querer volverme a enamorar… Como la soñadora que había sido
antes.
_ Entonces, ¿hasta mañana?_ nos preguntó,
antes de que Emily y yo nos dispusiéramos a marcharse de aquel
lugar. Ya que le había pedido ir caminando, para así contemplar
mejor aquel paisaje.
_ Sí… Después de desayunar. Sé que Adrianne
se muere por conocer Los acantilados de Loop Head, desde que lo
mencionaste, cuando estuvimos en Los acantilados de
Moher.
Él sonrió al descubrir aquello,
por lo que sabía cuan impaciente me encontraba por ir a aquel
hermoso lugar. Sacar mi cámara y fotografía cada rincón de allí.
Aun cuando mi actitud distante pudiese contradecir o desmentir todo
aquello.
_ Te va a encantar…
No obstante, solo consiguió mi
acostumbrada actitud indiferente. Mientras lo miraba y sonreía con
una sonrisa de simple compromiso. No porque deseara
sonreír.
Agradecí en mi silencio a Dios
cuando Emily y yo nos despedimos y partimos de
allí.
_ Voy a derrumbar tus barreras… Voy a
conocer quien eres realmente._ se dijo Matthew al vernos alejarnos
de allí_. Aunque sé que estoy jugando con fuego. No puedo sacarte
de mi cabeza… No lo he logrado desde que te conocí en Dublín,
aunque ciertamente me propuse hacerlo.
Mientras caminábamos, me hundí
en mis pensamientos, recordándome sin querer, y sin entender el
porque en ese instante llegaban a mi mente, las tantas veces que
había caminado por la tierra de los sueños rotos. Tiempo atrás
había tenido muchas visiones de cómo sería mi vida, pero
dolorosamente había terminado comprendiendo que la felicidad era
solo una ilusión llena de tristeza y confusión. Y lo que me había
ocurrido tiempo atrás, me había convertido en un ser tan
descorazonado. Mientras sentía como las heridas de mi corazón
dolían un poco más.
_ ¿Sucede algo?_ me preguntó Emily algo
preocupada al verme tan pensativa.
_ No… No…_ dije al reaccionar, mostrando mi
mejor sonrisa.
_ ¿No quieres ir mañana a Loop Head? ¿Te
disgustó la idea de que Matthew se ofreciera de nuevo a hacer de
nuestro guía?
_ No…
_ Entonces, ¿por qué estas tan
callada?
_ Simplemente estaba contemplando el
paisaje…_ mentí para no hacerla sentir mal_. Perdona si te hice
pensar algo más. Aún se me hace increíble estar en este hermoso
lugar. Cuando me hiciste conocerlo por fotos, se convirtió en uno
de esos países que me prometí conocer algún día. Y heme aquí… Creo
que aún estoy soñando.
_ Y eso que aún no has visto nada… Durante
este mes te haremos conocer cada rincón, que desearas no marcharte
después.
_ Suena tentador…Pero sabes que no puedo
quedarme.
_ ¿Por tu enfermedad?
_ El médico me indicó que debo seguir
haciéndome exámenes. Sigo en tratamiento. Y se debe seguir
evaluando como voy evolucionando.
_ ¿Tienes miedo?
_ ¿Miedo?_ medio sonreí_. Un poco… No puedo
negarlo. Pero no puedo mostrarles eso a mis padres. Tengo que
seguir siendo fuerte…
_ Todo saldrá bien…
_ Eso espero… Eso espero…
_ Irlanda te ayudara a despejar esos miedos…
Veras como Matthew con sus historias y relatos te hace olvidar un
momento de eso.
_ No me imaginaba que había quedado huérfano
tan joven… Imagino que si no hubiese adquirido el compromiso que
obtuvo de joven, hubiese sido un gran profesor de historia. O un
excelente guía turístico.
Emily sonrió un poco triste en
ese momento.
_ La vida no fue justa con él… Cuando era un
joven de quince años su madre murió de Leucemia. Fue muy duro para
él perderla tan joven. Lo hubieses visto de niño… Era un niño que
amaba estar con su madre. Y de joven… De joven amaba hacerla
sentirse orgulloso de él. Siempre fue el mejor de su clase.
Mientras otros les daban dolores de cabeza a sus padres. Y desde
entonces, siempre ha sido un buen hombre. Aunque en ocasiones es un
cabeza dura referente al amor.
_ ¿Por qué lo dices?_ la mire con un poquito
de curiosidad.
_ Es un soñador que cuando se enamora, no
entiende como respuesta un “NO”.
_ Imagino que debe tener entonces muchas
admiradoras. O alguna novia.
_ Novia, no… Admiradoras, quizás…Pero, hace
años atrás una chica le rompió el corazón… Fue duro para él verla
como lo cambiaba por otro que deseaba un mejor futuro que ser un
granjero en Galway. Y verla vestida de blanco, el día que debió ser
su día de boda…
_ Wow… No me imaginaba que a alguien como a
él le hubiese pasado semejante cosa.
_ Nunca digas que te lo dije… Pero pensé que
nunca saldría adelante y se encerraría junto a su despecho. Él la
amaba… Realmente la amaba. Pero ella no valoró eso. Prefiero un
estatus social alto en Dublín.
_ Soy una completa tumba… No diré jamás
nada. Mucho menos a él…
_ De niños siempre le he admirado por su
forma de ser. Y aquello me hizo admirarlo aún más. Después de
decirse que ella no valía la pena. Siguió con su vida, como si nada
le hubiese pasado… Es un gran amigo.
_ Cualquiera al escucharte pensaría que
estas enamorada de él…_ dije con cierta picardía.
_ No… Nada que ver. Sólo te lo estoy
diciendo para que entiendas porque lo aprecio mucho. No es como los
hombres que uno suele conocer a veces. Él es diferente. Es una
persona en quien se puede confiar.
_ ¿Y su padre? ¿Qué paso con su
padre?
_ Murió hace diez años atrás… En un
accidente automovilístico mientras venía de Limerick. Parece que un
conductor extranjero se equivoco de carril, mientras venía
distraído. El padre de Matthew intentó evitar el choque frontal,
pero había sido muy tarde…
_ Imagino que ha sido muy duro para él todo
esto…
_ Ni te imaginas… Mis padres desde entonces
se convirtieron en unos padres para él. Por eso es que somos tan
unidos… No tiene más familia que nosotros.
_ Es admirable…
Aquella visión de Matthew me
hizo querer ser menos distante con él. Pero mis barreras eran más
fuertes de lo que yo pudiese desear. Aunque aquello que había
descubierto de él, había empezado hacer una pequeña brecha en mí,
tan pequeña, pero se estaba formando allí, en lo profundo de mi
corazón.
Capitulo
6
A la mañana siguiente, después
de que Emily y yo habíamos tomado el desayuno con su familia,
Matthew llego como había prometido. Subimos a su automóvil, minutos
después, mientras yo como de costumbre me sentaba en los asientos
de atrás.
Era un domingo realmente
hermoso. Y como el día anterior, prometía que haría un buen tiempo.
Algo extraño en esa época de año. Y más cuando Irlanda se
caracterizaba por tener un clima suave y húmedo debido a los
vientos del suroeste, así como a la influencia de la corriente
oceánica del atlántico norte. Y el movimiento constante de masas de
aire hiciera que el tiempo cambie rápidamente y se observen
infinitas variaciones entre la lluvia y el sol radiante. En esos
días había escuchado de Matthew un dicho que ilustraba el carácter
bruscamente cambiante del clima irlandés: << ¡Si no le gusta el tiempo, espere unos
minutos!>>
_ ¿Cómo es tu país?_ me preguntó Matthew al
ver que no participaba en la conversación que él tenía con Emily.
Sacándome así de mis propios pensamientos.
_ ¿Venezuela?
_ Sí…
_ Es realmente hermoso… Tiene lugares
realmente bellísimos como: La gran sabana. El Santo Ángel. Los
Roque…_ y empecé a describirle cada uno de esos lugares. Con la
perspectiva que tenia una fotógrafa como yo.
_ ¿Tienes fotos?
_ En mi laptop… Estuve en un concurso hace
tiempo. Y tenía que mostrar lo mejor de mi país por medio de mis
fotos…
_ Imagino que lo ganaste…_ dijo Emily al
girarse y verme_. No me habías dicho nada…
_ Realmente… No es algo de lo que me guste
hablar._ dije queriendo no seguir hablando más del tema, algo que
ellos vieron en mi mirada, al mismo tiempo que me disponía a
desviar mi miraba hacia mi ventana_. Pero si quieren puedo
mostrarles las fotos cuando regresemos.
_ Me encantaría…_dijo Matthew al verme por
el retrovisor.
Cuando llegamos a los acantilados de
Loop Head, el corazón se me puso tan pequeñito. Era realmente un
lugar hermoso, que nada tenía que envidiarle a los famosos
acantilados de Moher. Lugar del cual también había quedado
enamorada. Me subí el cierre de mi chaqueta, mientras me bajaba del
automóvil de Matthew, al mismo tiempo que me acomodaba mi
bufanda.
_ ¿Preparada?_ me preguntó
Emily.
_ Creo que jamás había estado tan
preparada…_le sonreí, mientras ella me tomaba por el brazo derecho
y Matthew nos veía que empezábamos a caminar.
_ No es justo que se me adelante siendo yo
el guía turístico…
Éramos los únicos que habíamos
decidido acudir esa mañana a aquel lugar. Algo que agradecía en mi
silencio. Mientras escuchaba el aullido del viento y el sonido de
las olas que golpeaban constantemente las rocas.
_ Ves hacia el norte… Son los acantilados de
Moher y las brumosas islas de Aran._ me expresó Matthew al
señalármelos.
_ Es hermoso… Realmente
hermoso…
_ Sí…_dijo, mientras sus ojos se quedaban
mirándome, buscando algo más. Como si quisiese ver a la verdadera
Adrianne, la que amaba estar en ese lugar_. Se dice que más allá
del atlántico, esta New York…
_ ¿New York?_ pregunté
sorprendida.
_ Sí…
_ Interesante…_ prendí mi cámara, ignorando
su mirada, y me dispuse a sacar fotos de allí. Y ser fotografiada
también.
Siempre había escuchado que
cuando una puerta se cierra, miles se abren a nuestro alrededor,
que a veces por miedo nos negamos a ver. O porque simplemente
estamos enfocados en esa puerta que se ha cerrado… Sin entender
porque. Quizás por que nos gusta torturarnos.
Siempre había escuchado que a
veces las cosas suceden por una buena razón. Razón que el tiempo
después nos muestra. No obstante, a veces nos negamos a verlo de
esa manera, mientras nos hacemos daño a nosotros mismo también. Y
ese quizá había sido mi caso, al encerrarme en mi misma y volverme
alguien tan distante y frío, aunque aquel día, aprendería algo que
me había negado.
No somos amos de lo que llaman
futuro.
_ ¿En qué piensas?_ me preguntó Matthew al
acercarse a mí, al verme quedarme pensativa, mirando el horizonte,
algo retirada de ellos.
_ ¡Me asustaste!…
_ ¿No te sientes a gusto en Loop Head?...
Pensé que te gustaría estar aquí.
_ Amo este paisaje… Solo que estoy impactada
por lo encantadores y mágicos que son tanto los acantilados de
Moher como los acantilados de Loop Head. Nunca pensé que podía
sentir tanta magia en Irlanda. Ni como se podía escuchar el viento
soplar con fuerza desde el Atlántico. Y como chocan las olas con
las rocas de ambos acantilados… La sensación es realmente
indescriptible. Hay que estar aquí para vivirlo…
_ ¿Segura?_ se sonrió, mientras miraba con
el rabillo del ojo a Emily, quien lo miraba con cara de querer
matarlo. ¿Acaso no había comprendido su buen
consejo?
_ Segura…_ medio sonreí.
_ ¿No me mientes?
_ ¿Por qué habría de
mentirte?
_ Tal vez porque te has quedado pensativa de
repente…
_ Simplemente estoy contemplando el paisaje…
Nada más._ dije y busque a Emily para unirme con
ella.
Su forma de querer acercarse a
mí me hacían sentirme incómoda, algo extraño en esos momentos en
mí. Por lo que procuraba mantenerlo a la raya. Distante de
mí.
Capitulo 7
El lunes y el
martes, el día amaneció nublado y lloviendo. Por lo que tuve que
quedarme en casa de Emily terminando de leer mi libro o ayudando a
la madre de Emily en la cocina. Me había llamado la atención la
gastronomía irlandesa y quería aprender un poco de
ella.
_ Es una lástima que ayer y hoy haya
amanecido el día lloviendo…_ me había expresado la madre de Emily.
Mientras la ayudaba a picar unas cebollas.
_ Por lo visto es algo normal en
Irlanda…
_ Sí, realmente, por lo que uno se
acostumbra al ver el cambio de clima…_ me miró con una sonrisa_.
Ojala Matthew llegue pronto. Le invite a almorzar con nosotros. Él
mejor que nadie puede hablarte sobre la forma como un granjero
puede ver el cambio climático.
_ ¿Matthew vendrá a almorzar?_ exprese
sorprendida, aunque no quise mostrar mi
descontento.
_ Sí…Espero que Emily también llegue
pronto.
_ Yo también lo espero…
<< ¿Acaso todo se habían confabulado en contra de
mí?>>. Me dije y luego me quite
esa idea de la cabeza. ¿Por qué no acababa por acostumbrarme a su
presencia? Quizás conocía las razones. Durante una semana su mirada
me había inquietado por completo. Odiaba sentirme observada por
él.
Ahora que me detengo, en este
instante, recordándome ese ayer. Me digo a mi misma que si me
hubiesen dicho tiempo atrás, antes de abordar aquel avión que me
llevo a Dublín, que me encontraría ahora en esta circunstancias.
Juro que me hubiese reído. No por orgullosa o por engreída. Sino
simplemente que siendo en quien me había convertido, siendo tan
fría como un témpano de hielo, jamás se me hubiese cruzado en la
cabeza que mi vida cambiaría de esta manera tan
drástica. Juro que me hubiese reído a carcajada. Lo hubiese negado
como visión futura. Pero no somos dueños del futuro, aunque
elijamos nuestro propio destino.
Realmente no hay manera
como expresar el dolor que uno puede experimentar en un momento
como este. Es como si algo o alguien te desgarrara todo tu ser. Y
te transformara de repente en un ser invisible ante los demás. Un
títere. Un arlequín. Un muñeco de trapo.
Me he repetido tanto tiempo:
“Las cosas siempre suceden por una razón”…Sin embargo, lo admito, a
veces refuto o me opongo a ese dicho. ¿Quién puede entender a mi
corazón?
El tiempo pasa lentamente,
mientras las lágrimas bañan mis ojos. El hielo que había estado en
mi corazón se ha descongelado. Y ahora lo inunda de dolor… Tengo
miedo. Mucho miedo. Miedo a que me odie por haberle ocultado esta
verdad en secreto.
Mientras yo trataba
alejarme. Mantenerlo en la distancia. No era la dueña del futuro
que empezaba a escribir nuestras vidas. Aunque el destino lo
escriba uno mismo. Pero hay cosas en la vida con la que es
imposible luchar. El amor. El amor puede derrumbar cualquier
barrera y derretir cualquier témpano de hielo. Y eso era lo que
Irlanda me habría de enseñar a aprender.
_ ¿Te gusta la lluvia?_ me había dicho
Matthew al detenerse detrás de mí, mientras yo me encontraba en la
cocina, mirando aquella lluvia en la ventana.
Me gire algo disgustada, antes
de hablar.
_ Voy a empezar a creer que te gusta
asustarme.
_ Siento mucho si lo hice…
_ No importa… Creo que tendré que
acostumbrarme a eso…
_ En verdad disculpa si te asuste… Te juro
que no era mi intención. Vine a buscar un vaso de agua…Y te
encontré aquí. Pensaba que habías subido a tu
habitación.
_ Había subido. Pero vine a tomar un poco de
agua también.
No le había dicho que había
subido a buscar aquel medicamento que me tomaba. No quería darle
más explicaciones que esa.
_ Pronto dejara de llover…
Veras…
_ La verdad no me importa si deja de llover.
Me encanta la lluvia.
_ Pensé que no. Pensé que te había
entristecido que amaneciera lloviendo hoy también.
_ Todavía tengo suficiente tiempo para
seguir viendo las bellezas de Irlanda.
_ ¿Te llegue a contar el origen del nombre
de Galway?
Lo miré con cierta
curiosidad.
_ No, que recuerde…
_ Los cursos de agua de Galway reflejan
todavía el eco de la historia y de los mitos de esta antigua
ciudad. Se dice que su nombre se debe a Galvia, una princesa de la
tribu Fir Bolg arrastrada por las olas.
_ Ok…_ fingí desinterés_. No lo
sabía.
_ Irlanda suele ser un país de muchas
historias y mitos… Y este es un buen ejemplo.
_ Interesante…
_ Estaba pensando invitarte a
Limerick…_soltó sin anestesia, cuando vio mis intenciones de
marcharme.
_ ¿A Limerick?_ me gire a verlo
asombrada.
_ Mañana tengo que ir a Limerick por
cuestión de negocios… Pensé que te agradaría ir conmigo. Y así
llevarte al castillo del Rey John. Es un castillo normados
construido en 1200. Llego a ser la mayor ciudadela anglonormanda
del oeste del país.
Lo mire a los ojos, intentado
descubrir que se traía tras aquella invitación a la cual no se
encontraba incluida Emily.
_ No quiero incomodarte…Además, por lo que
me estas diciendo, tienes que ir a Limerick por cuestión de
negocios.
_ Espera…_ dijo al detenerme, al cruzarse en
mi camino. Impidiéndome que saliera de la cocina_. No será ningún
inconveniente que me acompañes… Además, solo será algo que no me
quitara menos de una hora.
_ No lo sé…
_ Me encantaría que me acompañaras… Te dije
que Irlanda tiene muchos lugares hermosos. Y quiero
mostrártelos…
_ ¿Por qué si no he sido tan agradable
contigo?
_ ¿Por qué?_ me miró con una mirada que
podía decir más que las palabras mismas_. Porque me agradas… Y he
visto, aunque no lo admitas, que te gusta Irlanda más de lo que
puedan decir tus palabras…
_ Me agrada que ames tu país… Pero yo no te
contrate para que fuese mi guía turístico. Apenas te conozco…Y es
absurdo que te sientas comprometido con mostrarme las bellezas de
tu país. Gracias… Pero no creo que sea buena idea.
_ ¿Por qué no? ¿Por qué no sería buena idea
intentar al menos ser conocidos? ¿Por qué te ocultas en esa actitud
tan fría y distante?
_ Matthew, no quiero ser grosera contigo…
Pero, no gracias. No esta en mis planes dejar de ser quien
soy.
_ Un buen punto para permitirme conocerte y
hacer que me conozcas. Quizás me muestres así que me equivoco. Creo
que dentro de quien finges ser. Hay alguien
maravilloso…
Sin embargo, mi negativa fue
más fuerte que mi deseo de aceptar esa invitación.
Me aleje de allí. Subí a mi
habitación, excusándome con Emily, cuando me cruce con ella.
Deseaba descansar un momento.
Capitulo
8
Cuando la noche llego, y después de
haber cenado con la familia de Emily y mi amiga. Subí a mi
habitación como de costumbre. Emily me había visto el resto del día
algo acongojada, aunque lo ocultara, por lo que espero para hablar
conmigo. El momento indicado era en ese instante, por lo que subió
pocos minutos también en dirección a mi habitación. Necesitaba que
habláramos de amiga a amiga. Y quería ser discreta, sabiendo que en
mi interior había algo que me hacia ser así.
_ ¿Puedo pasar?_ dijo al tocar a la puerta y
a asomarse, sin cruzar el umbral.
_ ¡Por dios, claro que sí! Estas es tu casa…
¿Cómo se te ocurre preguntarme eso?
_ Sólo por si estas ocupada…_ dijo al cerrar
la puerta_. ¿Hablaste con tus padres esta tarde? ¿Cómo
están?
_ Extrañándome… Han pasado ya una semana sin
mí…Y a veces se preocupan exageradamente por mi salud. He tenido
que repetirles que me he sentido bien y que me estoy tomando mi
medicamento al pie de la letra… ¿Sucede algo?
_ Quería hablar contigo…_dijo al sentarse en
una silla que estaba en mi habitación.
_ ¿No me digas que será referente a
Matthew?…
_ No…
_ ¿Por qué será que no te creo? ¿Sabes que
me invitó a Limerick?
_ Sí, lo sé… Y le dijiste que no. Es una
lastima… Limerick es una ciudad hermosa.
_ Puedo ir contigo… O por mi propia cuenta.
No he querido molestarlo.
_ Para él no es ninguna molestia… Pero
entiendo tus razones. No lo conoces lo suficiente para tener tal
confianza con él. Por eso rechazaste su
invitación…
_ Exacto…
Me miró algo pensativa. Como si
quisiese preguntarme algo más.
_ ¿Qué quieres preguntarme,
Emily?
_ ¿Soy tan obvia?
_ Realmente sí…
_ Adrianne, ¿alguna vez piensas en el
futuro?
_ Pues claro… ¿Acaso no lo hace todo el
mundo?
_ ¿Y cómo crees que será?
_ Creo que cuando consigas a esa persona
especial que toda mujer sueña, serás muy feliz. Yo seré la madrina
de honor… O te demandare por daño moral a tu buena amiga sino me
eliges. Seguiremos siendo también las mejores
amigas…
_ ¿Y tú? ¿Cuál será tu futuro? ¿En verdad te
niegas a que esa persona especial entre a tu vida?
_ No creo que exista…
_ Adrianne…
_ Emily…_ dije secamente. Dándole la
espalda. Mientras hacia que buscaba algo, en una de las gavetas que
estaba en la mesita de noche, a la derecha de la
cama.
_ ¿Quién rompió tu corazón? ¿Cuándo sucedió?
¿Por qué no quieres hablar de eso?
Respire hondo.
_ Porque realmente duele recordar un pasado
que no vale la pena recordar…
_ Cuéntame que te paso… Quizás es lo que
necesites…No es bueno guardar tanto dolor en el
corazón…
Me negaba a llorar, pero en ese
instante mis ojos se humedecieron y las lágrimas empezaron a
bañar mi rostro. Mientras mi mente volaba a aquel pasado que tanto
me dolía recordar.
_ ¿Recuerdas las fotos que te mostré a ti y
a Matthew?
_ Sí…
_ Fueron un segundo juego que saque cuando
regrese a Venezuela, antes de volver a Estados Unidos. Unas semanas
antes había conocido a alguien que había visto mi trabajo. Me había
propuesto sacar más fotos para un concurso que se llevaría en New
York. En una importante revista… Y le creí… Le creí como una
verdadera tonta. Fue después de que te marchaste y regresaste a tu
casa. Yo me quede unos meses más… Estaba tan ilusionada por esa
propuesta… Tenía tan solo 21 años. ¿Puedes imaginar lo emocionada
que me encontraba? Empezaba a creer que alguien valoraba mi trabajo
y que se me abría un camino en mi vida. Un camino a una profesión
que me encantaba… Pero… No todo lo que brilla es
oro.
_ No entiendo… ¿Qué paso?
_ Le di las fotos que tenía en mi laptop
prometiéndole que sacaría unas mejores. El dichoso concurso se
basaba en tener que mostrar lo mejor de mi país por medio de mis
fotos…
_ ¿El concurso era una
mentira?
_ No… Era verdadero. La mentira, era él.
Hizo que también me enamorara de él…Me enamore de esa persona como
no tienes idea… Y me deje engañar como una tonta. Una verdadera
tonta… No todo lo que me dijo del concurso fue cierto. Era una vil
mentira… Yo solo me convertir en su títere. Su anzuelo para
conseguir lo que más deseaba. Un puesto en aquella revista como
editor de fotografía. Hizo pasar mi trabajo como suyo, mientras me
hacia promesas de amor para que no me percatara de lo que estaba
haciendo. Me estaba robando todo mi trabajo. Me utilizó hasta que
fue demasiado tarde para detenerlo y desenmascararlo ante esa
revista… ¡Por dios! ¿Quién iba a creerle a una novata como yo?
¿Quién me iba a creer si él cambio mi nombre por el suyo y ese
trabajo fotográfico no llevaba mi nombre ya?
_ Adrianne _ mencionó, pero no le escuché.
Estaba tan sumergida en aquellos recuerdos
dolorosos.
_ Jugo con mi corazón como quiso. Lo uso
como un trapo que se utiliza y luego se tira a la basura. ¿Y sabes
lo peor de todo?... Lo peor de todo es que estaba comprometido para
casarse con otra. Jamás me amó… Sólo me utilizó. Pude escucharle lo
que pensaba de mí cuando fui a su trabajo. Como se reía en mi
ausencia. Como se enaltecía por su forma de manipularme, sin que él
se percatara que le estaba escuchando. Yo acababa de llegar de
Venezuela para llevarle esas fotos que vistes. Fueron las únicas
que no pudo utilizar… Mi corazón se rompió en mil pedacitos ese
día, mientras desaparecía de su vida. Jamás regrese a New York…
Tome un vuelo de regreso a Caracas. Y he estado allí desde
entonces.
_ ¿Por qué nunca me lo
contaste?
_ ¿Por qué? Porque me sentía como una
completa tonta. Porque me había dejado engañar de esa manera…
Porque me avergonzaba de mi misma. Porque me sentía tan vacía.
Porque lo que quería era que se abriera la tierra y me tragara por
completo. Porque quería enterrar ese pasado. Porque no quería
recordar el daño que me había hecho a mi misma por ser una
soñadora.
En ese instante, Emily se
acercó a mí y le permití que me abrazara. Necesitaba llorar. Llorar
como antes no había llorado junto a una amiga. Alguien quien en
verdad pudiese escucharme.
_ ¿Por eso no crees en el
amor?
_ Sí, por eso… Y no creo que pueda
volver a creer en el… No quiero volver a creer en el. No quiero
volver a enamorarme… No quiero sentir ese dolor de nuevo. No
quiero… No quiero…_ dije mientras lloraba sin consuelo alguno.
Realmente había sido duro recordar todo aquello.
Capitulo
9
Emily ahora comprendía mi
actual actitud, y porque me protegía con aquella barrera que me
hacia ocultarme. ¿Qué podía decirme para quitármela, cuando yo
misma me prohibía hacerlo?
A la mañana siguiente, al no
poder dormir bien, me levante temprano. Busque una guía turística
que me había comprado antes de ir a Irlanda, y busque en ella
Limerick. Y me puse a leer y ver las fotos que se encontraban
allí.
_ Es realmente hermoso el castillo del rey
John. Debería animarme ir sola, al menos… ¿Qué difícil puede
ser?
Apague mi laptop, mientras
guardaba de nuevo aquella guía en mi bolso. Me levante y me dispuse
a caminar hacia la ventana. Se veía aún oscuro el cielo hacia el
occidente. Al mismo tiempo en que un gallo empezaba a cantar. Me
encontraba en la parte más famosa de Irlanda, por lo que debía
aprovechar en conocerla aún más, mientras descubría como llegar a
Limerick por mi propia cuenta.
_ Debo empezar a aprovechar el día
-
Fui al baño, tomé una ducha y
luego me vestí. Había empezado a escuchar sonidos en la cocina, y
me supuse que podía ser la madre de Emily. Me hice una cola de
caballo, mientras me miraba al espejo. Mis ojos castaños me miraban
como siempre, mientras me arreglaba mi cabello, que era del mismo
color de mis ojos, y algo liso ondulado.
Esa mañana me había puesto unos
jean con un suéter de cuello alto color verde oscuro. Tomé mi
bolso, verificando que no me faltara nada. Además de mi chaqueta.
Sabía que pronto amanecería y era mejor aprovechar la
mañana.
_ Buenos días, señora O´Hara
-
_ Adrianne, ¿qué haces tan temprano
despierta?
_ Amanecí con muchas energías para seguir
conociendo la provincia de Connacht…O me anime a ir a la provincia
de Munster, específicamente al condado de Clare.
_ Y aún te faltan muchos lugares a cuales
ir… ¿Te apetece una taza de café?
_ Sí, gracias… La verdad ya tengo en mi mapa
lo lugares a los cuales debo ir… Quizás me anime a ir a la playa de
Ballybunion. O a Bunratty para ver el inmenso castillo que se
encuentra allí. Toparme en el camino con esos lugares tan
fascinante que se encuentran cuando uno menos espera cruzarse con
ellos.
_ Ciertamente…_ sonrió.
Tome mi desayuno con gusto.
Mientras ignoraba aquel automóvil que se detenía en la entrada,
hasta el instante en que alguien tocó la puerta. Y la señora
Shannon O´Hara, se acercó a abrir la puerta.
_ Si que has madrugado… No te esperaba tan
temprano._ dijo al abrazar a Matthew.
_ Dios siempre ayuda al que madruga…_ dijo
sonrientemente_. Sólo pasaba un instante. Estaba por marcharme a
una reunión de trabajo en Limerick…
_ Pasa, toma una taza de café, Emily aún
está durmiendo. Ya debe estar por levantarse, si estabas por
reunirte con ella. Adrianne esta desayunando en la cocina.
Estábamos hablando sobre su intención de salir sola esta
mañana.
_ ¿Esta despierta?_ preguntó asombrado. Casi
feliz de conocer esa noticia.
_ Sí, pasa a saludarla antes de que te
marches.
Caminó hacia la cocina. Ya yo
lo había escuchado y sentía tantas ganas de desaparecer en ese
instante. ¿A qué había ido él a la casa de aquella familia? ¿Y tan
temprano?
Rogaba en mí silencio que no fuese a
insistir en aquel viaje a Limerick al cual me había negado. ¿Acaso
no podía entender un no?
_ Hola…_ dijo sonriente al
verme.
_ Hola…_ le respondí por cortesía, mientras
se sentaba en la mesa.
_ Shannon me ha dicho que piensas ir por tu
cuenta a ciertos lugares del condado de Clare.
_ Sí… Realmente…
_ Toma Matthew…_dijo la señora O´Hara
mientras le daba su taza de café_. ¿Por qué no la invitas a
Limerick?... Y así también la llevas a los lugares que ella quiere
ver en Clare, a su regreso. No tienes que desviarte de tu camino.
Esta en la vía que debes tomar a Limerick.
Sus ojos me miraron. Era
lo que me faltaba a mí, para sentirme aún más
comprometida.
_ Yo no tendría ningún problema… Más bien,
me encantaría… ¿Y a ti, Adrianne?
Si las miradas mataran. Yo lo
habría matado en ese instante.
_ Acompaña a Matthew… Te va encantar el
viaje a Limerick y dejas así para otro día tu intención de recorrer
Irlanda sola.
_ Hmmm… No quisiera ser una molestia. La
verdad…_ expresé incómoda, ya que no quería verme como una grosera,
y menos en frente de la madre de Emily.
_ No lo serías… Te lo aseguro…_ se adelantó
Matthew al interrumpirme, mientras me miraba fijamente a los ojos.
Con un brillo que odie en ese momento.
_ Ya esta dicho… ¿Y que mejor compañía que
Matthew?_ sonrió la madre de Emily_. Tranquila que estarás en
buenas manos. Cuando Emily despierte le diré que te has ido con él
a recorrer Limerick. Estará más que contenta…
_ Yo… Bueno… Será… Está bien…_ dije,
esperando que Matthew se tomara su café y así marcharnos. Algo de
lo que estaba completamente segura, era que a solas le haría saber
lo molesta que estaba.
¿Quién me había mandado
a despertarme tan temprano? ¿Quién me había mandado a abrir mi gran
bocota y decir que quería irme sola a recorrer más lugares de
Irlanda? Allí tenía el resultado. Darle en bandeja de plata a
Matthew la oportunidad de salir juntos. Aunque ni fuese una
cita.
Subí en su automóvil.
Sentándome en el asiento de copiloto. Mientras me colocaba el
cinturón de seguridad y notaba aquella sonrisa que Matthew trataba
de ocultarme.
_ ¡Eres realmente insoportable!_ dije al
romper así el silencio. Mientras él se alejaba de aquel
lugar.
_ Perdóname… No fui quien se despertó tan
temprano para recorrer Irlanda por si sola. Además no podía ser
descortés cuando la madre de Emily propuso que me acompañaras.
¿Cómo crees que me vería?
_ Pudiste decir algo…
_ Y tú negarte por completo… Pero tampoco
dijiste nada. Por lo que no soy el único culpable.
_ ¿Por qué viniste, entonces, tan
temprano?
Su silencio fue mi respuesta.
Por lo que hice un soplido de disgusto.
_ Lo siento… No esperaba que estuvieses
despierta, realmente. Aunque no quería abandonar aún la idea de
lograr convencerte. Quería en verdad que vinieras conmigo y así
mostrarte Limerick.
_ ¿Nunca entiendes un “no”, verdad? ¿Qué tal
difícil resulta en tu diccionario entender su
significado?
_ Cuando me interesa algo… Realmente, su
significado llega ser para mí: <<No te detengas.
Insiste…>>
_ ¡Perfecto!...
_ Disfruta el viaje… Si a la final del día
sientes que no valió la pena. Entonces, en verdad, moléstate
conmigo… ¿Te parece?
_ ¿Y arrancarte la cabeza?_ dije en un tono
irónico al mirarlo fijamente a los ojos.
_ ¿Por qué no?_ sonrió, sabiendo que muy
difícilmente sucedería eso.
Capitulo
10
No puedo ignorar que aquel
recorrido rumbo a Limerick me hizo sentirme realmente encantada de
haber ido con Matthew. Él mientras tanto conducía, sabiendo que me
encontraba encantada de estar allí, por lo que puso un poco de
música irlandesa. Sabía, también, que no era momento de buscarme
conversación. Por lo que me observaba con el rabillo del ojo mirar
aquel paisaje, como un niño pequeño cuando se encuentra en un lugar
soñado.
Cuando llegamos a Limerick, lo
acompañe a donde se reuniría con otro granjero, que vivía en aquel
lugar. Hasta dejarlo solo, y quedarme en un rincón, mirando aquel
paisaje que se abría ante mis ojos.
_ Es más hermoso que en la guía… ¿Y yo
pretendía perderme esto?…_ me dije a mi misma, sin percatarme que
Matthew había regresado por mí.
_ Te dije que te
encantaría…
_ Definitivamente te encanta asustarme…_
dije al mirarlo con cara de pocos amigos_. Pensé que estabas
reunido.
_ La reunión era breve… Quiere comprar uno
de mis caballos de raza Irish Hunter.
_ ¿Y por qué no fue a Galway a hacer el
negocio?
_ Porque le dije que iba a pasar casualmente
por aquí… Ira el fin de semana a verlos. Y decidir cual le
gusta…
_ ¿Puedo hacerte una pregunta?_ medio
encerré los ojos. Tratando de contenerme. Sabía la respuesta que
iba a encontrar.
_ Por supuesto…
_ ¿Habías planeado que aceptara con la
excusa de que tenías que hacer un negocio, y así lograr que no me
sintiera como en un compromiso?
_ Posiblemente…
_ Eres… Eres increíble… ¡¿Me
engañaste?!
_ Técnicamente, no… ¿Acaso no me reuní con
Paul Connolly?
_ Pero pudiste llevarla en tu granja… No
aquí. Y él ya te hubiese comprado lo que te iba a
comprar.
_ ¿Y acaso si te invitaba, solo con la
intención de hacerte querer mostrarte Limerick, hubiese venido?
¿Verdad que no?
_ No…_ dije resignada. Ya estaba
allí.
_ Vamos hacer una tregua… Déjame mostrarte
los lugares que quiero y luego eliges que hacer
conmigo…
_ Muy graciosito…_ sonreí disgustada. Pero
acepte su propuesta de hacer un recorrido por aquel lugar. Algo que
a él le encantó.
<< Sé que estas disgustada. Pero me has dado algo
en que pensar el resto del día… Intentare transformar ese disgusto
en alegría… Aunque también te ves hermosa así disgustada, Adrianne.
>>
¿Tengo que ser sincera?...
Realmente, no sabría decir como, pero él transformó aquel disgusto
en admiración. Escucharlo hablar con ese acento irlandés, realmente
era encantador.
_ ¿Y ahora?_ me preguntó cuando salíamos del
castillo del rey John.
_ ¿Ahora? ¿Ahora, a que te
refieres?
_ ¿Sigo estando condenado? ¿O el veredicto
ha cambiado?
_ Sigues siendo culpable…_ dije y mire a sus
ojos. A esos ojos verdes avellanas que seguía mirándome de esa
forma en que me inquietaban_. Pero tenías razón… Es un lugar
bellísimo. Por lo que te perdono, brevemente.
_ Al menos es algo…_ se río a carcajadas_.
Si que eres difícil de convencer.
_ Sabes que estoy aquí, no por mí,
sino por ti…
_ Ok… Ok… No vayamos a discutir por eso. Ya
te he dicho que quiero hacer la paz, no la guerra contigo. Sacare
mi bandera blanca.
_ Tendré que considerarlo…
_ Es algo, al menos… Vamos a seguir
caminando…
Cuando llego el mediodía,
Matthew me invitó a almorzar con él. Realmente era difícil negarse,
por lo que acepte. Y fuimos a un Pub Irlandés que se encontraba
allí.
_ ¿Bailas?_ me preguntó mientras mirábamos
el menú, y decidíamos que plato elegir.
_ Disculpa…
_ Te pregunte si bailas…
_ No… La verdad nací con dos pies izquierdos
y dos oídos sordos.
_ Eso tiene solución…_
sonrió.
_ Ustedes los irlandeses si que aman la
música.
_ Realmente esta en nuestro ADN. Además
nuestra música habla de nuestra cultura. Es música hecha del
corazón… ¿Has escuchado algún músico irlandés?
_ Realmente… He escuchado a U2, a Sineád
O´Connor, a The Cramberries, a Boyzone… Y a
Westlife.
_ ¿Y te gustan?
_ Sí, porque no…
_ ¿Quién de todo te gusta
más?
_ Westlife.
_ ¿Westlife?_ dijo mirándome sorprendido,
encontrando otra respuesta que le mostraba que no era tan fría como
me hacia ver.
_ ¿Qué pasa?
_ Son buenos… Su música es muy
romántica.
_ Sí… ¿Por qué me preguntaste
eso?
_ Simplemente por
curiosidad…
_ Pensé que pretendías invitarme a bailar.
Pedir alguna canción de ellos…
Sonrió con
picardía.
_ No sería mala idea. Pero sería colocarme
una soga en el cuello en estos momentos… Además, cuando te invite a
bailar, quiero que esté Emily. Así aceptarías… No te sentirías tan
comprometida.
_ ¿Y quién te dijo que aceptaría salir a
bailar?
_ ¿Y perder la oportunidad de bailar con un
excelente bailarín irlandés?... Eso no tiene precio._ se hizo el
sorprendido, mientras me sonreía con cierta
picardía.
_ Es muy amable de tu parte que te preocupes
por dicho privilegio… Pero no me interesa aprender a
bailar.
_ Ya veremos…
_ Creo que acabas de decir que aprecias tu
cuello-
_ Ciertamente, pero hay sacrificios que
valen la pena-
Al ver la certeza y la
seguridad con que lo decía. Y la mirada con la que me miraba a los
ojos, preferí guardar silencio. Aquello en vez de molestarme me
causaba gracia. Realmente jamás había conocido a alguien como
Matthew.
Pedimos y almorzamos, mientras
el silencio volvía a hacernos compañía. En parte porque yo no
quería hablar.
¿Westlife?, ¿Con que te gusta ese grupo irlandés?,
interesante… Muy interesante…Muestra que dentro de ti hay alguien
romántico que ocultas en tu fría jaula de cristal… Poco a poco iré
conociéndote. Hasta derrumbar esas barreras… Un buen irlandés nunca
se da por vencido cuando encuentra algo que vale la pena
Capitulo
11
_ Mi madre me contó esta mañana… Te juro que
estaba que mataba a Matthew. No sabía que vendría, te lo
juro…
_ Valió la pena… Limerick me encantó… Además
de los lugares que se detuvo en el condado de Clare. Me encanto la
playa de Ballybunion. Y el castillo de Bunratty Y creo que le quedo
claro a Matthew que si lo vuelve a hacer. Lo
matare…
_ Seremos dos…
Nos sonreímos, mientras le
mostraba las fotos que había tomado ese día.
_ ¿Suele ser así con todas tus amistades?_
le pregunté por curiosidad.
_ Realmente… No. Eres la primera. Creo que
le agradas demasiado. O le intrigas…
_ ¿Le intrigo?... Wow…_ estaba completamente
atónita al saberlo.
_ Recuerda que todo este tiempo le describí
a alguien distinto a quien eres ahora…
_ Comprendo….
_ No te preocupes. Mañana hablare con
él…
_ Tranquila… Creo poder sobrevivir con todo
esto…_ me sonreí_. Jamás creí conocer a alguien como él. Sólo
intenta ser amable… Nada más.
_ ¿Segura?
_ Segura…
_ Bueno, te dejare descansar… Hasta
mañana.
_ Hasta mañana.
Después que ella salió, me metí
en la cama y me cubrí con el edredón hasta la barbilla. Afuera
empezaba a llover, mientras yo sonreía recordando como había caído
inocentemente en la excusa de Matthew.
Y sin poder creerlo, aunque me
causara gracia en ese momento. El rostro de Matthew llegó a mi
mente. No podía comprender como le podía agradar alguien que había
sido todo ese tiempo distante y fría con él.
_ Sigo pensando en ti, Adrianne… Si que te
me has metido en la cabeza. Y en los tuétanos. Y no comprendo cómo
ni por qué… Pero me esta gustando…_ decía Matthew mirando el techo
de su habitación, mientras estaba acostado y escuchaba el
sonido de la lluvia_. Realmente quiero conocerte… Conocer
seriamente a quien ocultas dentro de ti.
A la mañana siguiente, como de
costumbre, me desperté temprano. Pero el viaje del día anterior me
había agotado, por lo que después de desayunar. Me dispuse a tomar
otro libro de Nicholas Sparks. Este era: “Querido John”. Y salí al
jardín, sentándome en un banquito cerca de la sombra. Ese día,
Matthew no apareció durante todo el día, algo que agradecí. Aunque
en el fondo extrañaba discutir con él. Me ocupe de ayudar a la mamá
de Emily a preparar el almuerzo, mientras mi amiga llegaba. Y
después la cena.
Un día más había pasado
en Irlanda. Disfrutando de la vida en aquel lugar, mientras seguía
distrayéndome, ignorando un poco que estaba enferma. Quería estar
feliz y contenta. Y por eso había ido a Galway.
Pronto llego el
viernes.
_ Hola…_ dijo Matthew, al encontrarme al
mediodía en el jardín.
_ Hola…
_ ¿No te asuste esta vez, o
sí?
_ Realmente… Ya me sorprendía que no lo
hicieras…_ dije mientras cerraba el libro y le hacía ver el titulo
de aquel libro_. ¿A qué debo tu asombrosa visita?
_ Primero, para hacer formal la propuesta
que le hice a Emily.
_ ¿Cuál propuesta?
_ La de enseñarte a bailar… Te lo prometí
cuando estuvimos en Limerick.
_ ¿Bailar? ¿Te has vuelto loco de
remate?
_ Un buen irlandés no puede resistirse a
enseñarle a una bella chica a bailar.
_ Pues esta chica si que se resiste… No me
gusta hacer el ridículo.
_ No lo harás…
_ ¡Por dios! ¿Qué parte de que no sé bailar
y no quiero hacer el ridículo no entiendes?
_ Adrianne… No te niegues a aprender. Aún no
es tarde…
_ ¿Emily no está de acuerdo,
verdad?-
_ Le dije que era un asunto que habíamos
hablado… Y ella me dijo que si era así. Ella vendría esta noche al
Pub que solemos ir. Y aún no te hemos llevado…
_ Matthew… Si aprecias tu cuello. En verdad,
desistirás, ¿Ok?...
_ ¿Y si no?
_ Sencillamente no pienso ir a ninguna
parte…
_ ¿Vienes a Irlanda, y piensas marcharte sin
haber tenido la oportunidad de bailar con un irlandés?_ cruzó los
brazos, fingiendo hacerse el sorprendido.
_ Puedo vivir con eso… Te lo juro._ exprese
secamente.
_ Pues yo no…
_ No insistas… No iré…
Su sonrisa me decía más de lo
que él pudiera decirme.
_ No te quitaré más tiempo… Nos vemos en la
noche.
_ Pues, te quedaras esperándome sentado.
Pues de pie te cansaras.
_ Lo veremos…
Y él tenía razón. Se había
salido con la suya, pues alguien que apreciara ir a Irlanda. Tenía
que ir de noche a un pub irlandés. Por lo que aunque no quería ir.
Me encontraba con mi amiga y su familia en aquel
lugar.
_ Buenas noches…_ nos dijo al acercarse a
nuestra mesa. Habíamos llegado antes que él.
_ Hola Matthew… ¿Qué tal tu día?_ le
preguntó el padre de Emily.
_ Bien… Con los contratiempo de siempre.
Pero en general bien, pudo haber sido peor.
_ El domingo iré a
ayudarte…
_ Gracias Peter…_ en ese instante posó sus
ojos en mí_. ¿Cómo estas, Adrianne? ¿Qué te parece el lugar? ¿Ideal
para bailar?
_ Perfecto…_ dije en un tono sarcástico.
Mientras veía en sus ojos esa sonrisa de
triunfador.
Como era ya habitual en mí,
aquella noche no bebí. Sólo me limite a verlos beber. Mientras
escuchábamos la música en vivo. Emily se lo había advertido. Yo
realmente no me sentía a gusto en aquel lugar, en donde me veía
obligada a bailar con él.
_ Ven… Vamos a bailar…_ dijo al tomarme de
las manos, asombrándome a mi misma y a los padres de
Emily.
_ Yo…
_ No es difícil… Vamos. Te prometí un baile
irlandés.
_ Esta bien… Sólo uno.
¿Qué sucede en uno,
cuando todas las emociones vividas, están atrapadas y todas esas
palabras que se han hablado nos atan a la vida que tememos
mirar?
Sin quererlo, con Matthew cada
día aprendía una lección de vida. Aprendía que con cada nuevo paso
que tomaba, habría de encontrar respuestas que ni me
esperaba.
Había otro mundo dentro de mí,
que aunque me negaba a mostrarle, él estaba descubriendo. Sabía que
tras de esa apariencia había alguien. Alguien que necesitaba ser
descubierta. Sin ver que también había un secreto que callaba,
que no podía ocultar por mucho tiempo, aunque quisiera. Era
la causa de que me distanciara también de él. Porque también eran
la causa de que tuviese miedo de enamorarme.
_ ¿Te gusto?_ dijo al sonreír, mientras yo
intentaba no estrangularlo. Aunque la verdad la experiencia siempre
sería para mí inolvidable.
_ ¿Tengo que responderle a alguien como
tú?
_ ¿Es un cumplido o un
insulto?
_ Deberías tomar el que este más acorde
contigo… Por lo que tú sabrás.
_ ¿No me perdonaras jamás?
_ ¿Pensar perdonarte?... Alégrate que no te
mate en frente de esta multitud.
_ Buen punto… Pero, ¿me vas a negar que no
ha sido divertido?
_ Si aprecias tu vida… Es mejor que te
quedes calladito el resto de la noche.
Él sonrió al ver mi enojo. Me
podía comparar como una niña, que había sido llevada a algún lugar
sin querer y a regañadientes.
_ Entonces, estaremos así el resto de la
noche…_ hizo un gesto gracioso al mirarme.
_ ¿Qué más esperabas?... Resígnate a esta
idea. Como lo estoy haciendo yo
Capitulo
12
Sábado. Cuanto agradecí que llegara
el sábado. Mientras al despertar recordaba lo que había tenido que
vivir gracias a Matthew.
_ ¿Tienes una cara de pocos amigos esta
mañana?_ me dijo Emily al entrar en mi habitación, después de
desayunar en el comedor juntas_. ¿He dicho algo que te
disgustara?
_ ¿Acabas de nombrar al
responsable?
_ Pensé que estaban llevándose
bien…
_ Realmente… Hasta que se le ocurrió la gran
idea de enseñarme a bailar…Allí excavó su propia
tumba.
_ Lo siento mucho… Yo…
_ No eres culpable de nada. ¿Somos todos
adultos, no?
_ Pero es que yo hable con
él…
_ Siéndote sincera… Esta mañana no lo quiero
ver ni en pintura. Al menos en lo que perdure el día… Excúsame,
pero no quiero hacer nada donde él esté. No me apetece hacerlo. Y
más cuando lo que quiero hacer es ahorcarlo en este
momento.
_ ¿Qué te pareces si vamos, entonces, a
Kylemore Abbey? Esta en esta misma provincia. Es un castillo
victoriano de estilo neogótico. Y luego pasamos por Cong, para que
veas el castillo Asfhord, que antiguamente era la residencia de la
familia Guinness. Ahora es un hotel…
_ Está bien-
_ Déjame buscar mis cosas y nos
vamos.
La vi salir de mi habitación,
por lo que me dispuse a arreglar mi bolso y a buscar mi chaqueta.
Aquel recorrido me parecía increíble. Además de que no tenía que
verle la cara a Matthew. Emily se encerró en su habitación un
momento, cuando recibió la llamada de Matthew. Él sabía que
había metido la pata al fondo y que se había arriesgado mucho al
sacarme a bailar. Cuando la realidad era lo menos que
quería.
_ Entonces, sigue
molesta.
_ ¿Qué crees?... Te lo advertí… Pero no me
quisiste escuchar. Ahora no quiere verte ni en pintura. Por lo que
solo saldremos nosotras dos sin ti…Ya te dije que la dejes
tranquila. Ibas a hacer de guía… No su sombra.
_ Emily…
_ ¿Has perdido la razón?… No sé si
molestarme contigo también. Te dije que era mi
amiga…
_ No puedo… No esta en mí. Por lo que no me
pidas que la deje tranquila. No puedo…
_ Te aprecio demasiado, Matthew… Pero
recupera la cordura. Ella ni le importas tú. ¿Qué pretendes?
¿Hacerte daño por alguien quien ni te mira? Va a ser dura la caída.
Estas volando muy alto…
_ Es muy amable que te preocupes por mí,
pero será mi caída…
_ Matthew, ella pronto regresara a
Venezuela. Ni siquiera la conoces lo suficiente para saber si ella
con el tiempo te mire…O si te quiera abrir su
corazón.
_ Eso tampoco lo sabes tú…
_ Que coste que te lo advertí… No seguiré
insistiendo. Me tengo que ir. Adrianne me espera.
_ Ok… Hasta luego.
Emily estaba molesta con Matthew por
lo cabeza dura. Se reunió conmigo en la sala y juntas nos subimos a
su automóvil. Sin hacerme saber sobre aquella conversación. Si
Matthew quería darse un buen golpe, él sería el único responsable.
Ya ella no le diría nada más. Ya él estaba muy grandecito para las
gracias. Que aprendiera al darse un buen golpe con la
caída.
Aquel día disfrute aquella
salida entre amigas. Y se había convertido en una de mis
favoritas.
Pero cuando llegue de nuevo
junto a Emily a Galway, me encontré con algo que no esperaba
encontrar en mi habitación.
_ Te lo trajo Matthew… Me pidió que lo
dejara en tu habitación._ me había expresado la madre de Emily.
Antes de dejarnos sola a Emily y a mí.
_ ¿Matthew?_ dije mirando a mi amiga sin
poderme creer eso.
_ Si quieres se lo devuelvo…_ dijo Emily
apenada.
_ Esta bien… Yo misma se lo llevare mañana.
Gracias…_ dije y me despedí de ella, excusándome de que estaba
agotada, mientras cerraba la puerta_. ¿Qué te traes, Matthew, que
no entiendes un no?... Sinceramente esto no me puede estar pasando
a mí._ abrí aquel obsequio, encontrándome con un libro de cuentos
de Oscar Wilde.
<< Es un pequeño detalle, para pedirte disculpa…
Son cuentos de Oscar Wilde, un escritor irlandés. Espero que te
guste. Sé que te gusta la lectura… Siento haberme comportado como
un tonto. Matthew… >>
_ ¿Un tonto?... Si que te quedaste cortó.
Mañana te tendré que entregar tu regalito. Aunque sea un lindo
detalle…
Ahora que me detengo a
pensar en ese ayer. Y siento a mi corazón latir tan triste.
Comprendo muchas de las cosas que no quise ver antes. Mientras me
preguntó: ¿Por qué cuando quería huirle al amor, Matthew se
encontraba allí, entrando en mi vida?
Sencillamente porque aunque
llevábamos dos vidas diferentes, al igual que dos líneas que nunca
se cruzan, la vida se estaba encargando de que nuestros
caminos se cruzaran. Aunque no estuviese en mi mente, ni en mis
planes enamorarme.
Capitulo
13
Me desperté antes de que
aclarase el cielo. Me bañé y me arregle, sabiendo que Matthew
estaría ya despierto. Preparándose para la jornada diaria en su
granja. Me coloque un gorro, dejándome así el cabello suelto. A su
vez de colocarme un suéter de color mostaza con una chaqueta verde
oliva. No quería que Emily se despertara antes de que estuviese ya
en camino a casa de su buen amigo. Sabiendo que era un asunto de
dos. No de tres. Por lo que no quería involucrarla en algo en lo
que me podía ocupar yo solita.
No me detuve ni siquiera a ver
el amanecer. Ni como las nubes se estaban concentrando en el oeste,
desde el mar. Sólo me dispuse a caminar y a caminar. Mientras
colocaba mis manos aguantadas, en los bolsillos de mi chaqueta.
Pronto tendría a Matthew frente a frente y eso realmente lo que me
importaba.
¡Que dios se apiadara de él!,
pues realmente me encontraba de mal genio. Con los apellidos bien
revuelto.
Matthew me vio a lo
lejos caminar hacia su propiedad. Estaba realmente enojada. Se
podía ver con cada paso que daba. Y la forma en que caminaba hacia
él. Como un tren que se ha ido a la deriva, al no tener el control
de los frenos.
_ Hola…_ dijo quitándose su gorro, mirándome
sin saber que más decir. Sabía que había cruzado una raya
peligrosa. Y la consecuencia de sus actos la tenía en frente de
él.
_ Hola… No te preocupes. No vine a matarte.
Solo vine a entregarte esto… _dije secamente al sacar aquel libro
de mi bolso_. Muchas gracias. Pero no lo quiero…
_ Es evidente que sigues molesta
conmigo.
_ No hay motivos más claros que los que
ambos conocemos.
_ ¿Siempre eres así tan
delicada?
_ No me busques la lengua… Que por ser el
amigo de Emily, estoy controlándome realmente.
_ Espera…_ dijo cuando me di la vuelta para
retomar mi camino de regreso_. ¿A qué le tienes
miedo?
_ ¿Miedo?...
_ Sí, ¿a qué le tienes
miedo?
_ A nada… Absolutamente a
nada.
_ Entonces, ¿por qué ese témpano que tienes
como barrera? Sé que la verdadera Adrianne se oculta tras esa
imagen impenetrable.
No dije nada. Sólo me limite a
continuar con mi camino. Odiándome por haber ido sola a aquel
lugar. ¿Qué había ganado? Absolutamente nada… Nada. Sólo
encontrarme con esas preguntas que yo misma me negaba a
responderme.
_ ¿A qué le tienes miedo?_ dijo al colocarse
en medio de mi camino. Mirándome fijamente a los
ojos.
_ ¿Qué te pasa? ¿Has perdido un
tornillo?
_ No… Sólo quiero saber la verdad. Por lo
que sácame de mi error…Pues una parte de mi se niega a creer
que quien finges ser, seas realmente tú.
_ ¡Quítate del medio, Matthew!... O te juro
que no respondo.
_ No lo haré hasta que respondas mi
preguntas…_ dijo firmemente.
_ No tengo nada que responderte…_ dije
molesta. Tratando de zafarme de su camino. Evitando ver sus ojos ya
que trataba de controlarme.
Logre avanzar un poco
más, al pesar que él me seguía los pasos. Se negaba a que todo
quedara hasta allí. Sin embargo, yo seguía caminando. Ignorándolo.
Odiándome por haber sido tan orgullosa y haber deseado restregarle
en su cara aquel obsequio que me había dado, para que así me dejara
en paz.
_ Por favor…
_ ¡Matthew, déjame en paz!... No te debo
ninguna respuesta a ti ni a nadie, ¿me entiendes
bien?
_ No… No te entiendo… ¿Y sabes por qué no te
entiendo? Porque tu actitud de siempre estar a la defensiva me hace
suponer solo una cosa… Estas huyendo porque sientes lo mismo que yo
siento por ti. Y te niegas a verlo con tus propios
ojos.
_ ¡¿Qué?!..._ expresé atónita, al detenerme.
Aquello no me podía estar pasando a mí_. ¿Te estas escuchando? ¿De
qué diablos estas hablando?_ lo miré seriamente.
_ No puedo sacarte de mi cabeza… Y juro que
lo he intentado, diciéndome que no debería sentir esto. Pero
te has convertido en alguien tan enigmático para mí. Y cuando yo
miró a tus ojos… En el fondo veo lo mismo.
_ ¡No seas absurdo!…
_ Entonces, se sincera conmigo… ¿Por qué te
escondes en ese témpano de hielo que te hace distante y
fría?
_ Es irracional continuar con esta
conversación…
_ Para ti…No para mí…
Se acercó más a mí y colocó sus manos en mis brazos. Necesitaba retenerme por más tiempo…
_ Mírame Adrianne,
mírame a los ojos y dime… ¿A qué le tienes miedo?
_ ¡Suéltame!... Ya te respondí que a nada…
Por lo que lo siento por ti si no me crees y te has hecho
ilusiones…
_ Entonces ¿Por qué huyes como si
fueses una niña? ¿Por qué esta actitud tan fría?
No dije nada. ¿Qué más podía
hacer o decir? Si todo lo que me rodeaba me traicionaba. Cuando él
rozo mi rostro, sin apartar su mirada. Haciéndome sentir el roce de
su respiración, también.
_ ¿En verdad no comprendes un “no”?_ dije al
mirarlo de nuevo a los ojos.
_ Cuando algo me interesa…
No.
_Pierdes tu tiempo conmigo. Déjame
ir…
_ ¿Alguien rompió tu corazón, verdad? ¿Por
eso eres así?...
No le respondí. No entendía que
me pasaba al mirar su mirada llena de súplica. Como pidiéndome que
le mirara.
_ ¿Cómo puedo hacerte ver que no te miento
cuando te digo que no quiero romper a tu corazón?... No soy de esa
clase de hombres.
_ Matthew…
_ Si lo hiciese, es como si hiriese al mío.
Y sé lo que se siente que le hieran el corazón a uno… Yo también
pase por eso.
_ Déjame ir… Por favor… No
insistas…
_ Mírame a los ojos… ¿Te gusto un poco,
verdad? ¿Por eso tu armadura y tu barrera de
hielo?
_ ¡NO!…_ dije al mirarlo como si lo
estuviese desafiando. Algo que realmente para mi sorpresa me había
costado hacer. ¿Acaso él podía ver más de lo que yo podía
ver?
_ Adrianne, en todo lo que pienso ahora, es
en ti… En la maravillosa mujer que ocultas y deseo conocer._
sonrió, sin imaginar la tensión que producía dentro de mí, como si
dos personas lucharan dentro de mí_. Cada día que pasa, solo
pienso en como descubrirla. Porque sé que es algo que vale la pena.
Un buen irlandés sabe cuando vale la pena luchar. Y como buen
irlandés, sé que no me equivoco cuando te miro y sé que no importa
cuantos no me digas. Cuanto más grande es el desafío que me pone,
más es mi deseo de conseguir el resultado que espero. Para que te
ame más, dime que no… Y veras como consigo esa llave a tu
corazón.
_ ¡Basta, Matthew!..._ mis ojos se habían
llenado de lágrimas, en aquel instante me solté de él y corrí no
muy lejos. Hasta detenerme.
No entendía que le ocurría a mi
propio corazón. Me estaba traicionando aún más, cuando las primeras
gotas de lluvia empezaron a caer del cielo. Y Matthew se acercaba
de nuevo a mí. Preocupado. Nunca se había imaginado que sus
palabras llegarían al fondo de mi ser y me harían llorar.
Derritiendo aquel témpano de hielo que me hacía tan impenetrable e
insensible.
_ Lo lamento… Lo lamento. No debí hacerte
llorar…
_ No deberías enamorarte de mí…_ dije en un
susurro a mirarlo a la cara. Sintiéndome tan indefensa. Y como una
niña pequeña llena de tanto miedo.
_ ¿Por qué?..._ dijo al rozar mi mejilla
derecha_. ¿Por qué no? ¿Qué fuerza mayor me impediría eso que
siento por ti?
_ Matthew…_dije en un tono de
suplica.
_ Ven… Hablaremos de eso en otro momento.
Esta lloviendo. Y puedes resfriarte… Ven. No te dejare que te
marches con este tiempo.
Capitulo
14
Entramos en su granja. Mientras
él me miraba preocupado. Me dejo en la sala, mientras iba en busca
de ropa seca y una toalla.
_ Cámbiate en el baño, no te vaya a dar
algo…
_ Gracias Matthew, pero no quiero causarte
molestia. Estoy bien así…
_ Hazme caso, por favor… ¿Acaso no ves lo
empapada que estas? ¿O es que quieres enfermarte?_ dijo mirándome
preocupado.
Lo miré con resignación,
mientras tomaba la ropa y la toalla, y me dirigía al baño, a su vez
que él se acercaba a la cocina a hacer café y algo para
desayunar.
Cuando salí del baño, lo miré
sintiendo una repentina oleada de… ¿De qué? ¿Pena, afecto, amor?
No, amor por supuesto que no. Ese era un sentimiento que no quería
volver a sentir por nadie más. Y sin embargo, era algo que empezaba
a sentir, aunque me lo negara a mi misma un millón de veces. O
más…
_ Siéntate en la mesa. Te preparé algo de
desayuno, además de un café…
_ Gracias, pero no te hubieses
molestado…Además, nadie sabe que salí. Estarán preguntándose donde
estoy… Y esta lloviendo.
_ Ya lo hice, por lo que siéntate. Emily
esta en cuenta que estas aquí… Le dije que personalmente te
llevaría._ me dijo con una voz que no aceptaba negativas_. En
verdad siento que hayas venido con este tiempo…
_ No debiste hacerme un regalo, y más cuando
estaba molesta contigo…
_ Bueno… La lluvia lo arruinó._ medio
sonrió_. Por favor, toma el desayuno. No me hagas sentir más
culpable de lo que me siento.
Él se sentó, mientras me
disponía a desayunar junto a él. ¿Qué me sucedía? ¿Por qué ya no me
sentía segura detrás de mis barreras? ¿Dónde se habían
ido?
Y la respuesta era aún más
clara, se habían esfumado Matthew las había
derrumbado.
Cuando mi ropa estuvo seca,
gracias a que él la puso en su secadora. Y pude colocármela de
nuevo. Matthew aún me miraba con esos ojos que me hacían sentirme
desvanecida. Era una nueva Adrianne. Una Adrianne que ciertamente
había olvidado.
_ No me mires así-
_ ¿Por qué no?-
_ Porque no me gusta, me
incomoda-
…
Matthew se acercó a mí al ver
que bajaba la mirada. Colocó sus manos en mi quijada y buscó una
vez más mi mirada. Dejando atrás mi petición de que no se enamorara
de mí…
_ ¿Por qué no debería enamorarme de ti?…_
susurró con ternura_. ¿Por qué?... No es una respuesta clara lo que
me dices. ¿Es por qué sólo debería verte como la amiga de Emily?
¿Por qué solo quieres ser eso para mí? ¿Una simple conocida que
conocí en un otoño que será en mi vida
inolvidable?
Lo miré, sin saber que decirle.
Mi corazón latía más fuerte de lo normal. Traicionándome.
Olvidándose del dolor cuando uno ama.
_ Sí, solo como una simple conocida. Es
absurdo continuar con esta conversación._ expresé algo molesta y
triste_. Es mejor que me lleves ya de regreso…
_ Siento informarte, entonces, que lamento
no darte ese gusto… Pero, me enamore de ti… Sé que me pediste que
no lo hiciera. Pero es lo que siento por ti. No estoy jugando
contigo. Estoy siendo sincero… Te estoy abriendo mi alma… Lo que
nunca había hecho antes…
_ No insistas. No lo hagas, por favor… ¿Es
que acaso no te has percatado de que no vivo aquí en Irlanda?
_expresé al interrumpirle, sintiendo un nudo en mi garganta.
Cerrando los ojos.
_ ¿Y crees que la distancia me importan?...
Mírame Adrianne, mírame a los ojos y dime… ¿A qué le tienes miedo?
¿A enamorarte también de mí? ¿A descubrir que un loco irlandés como
yo, se pudo enamorar realmente de ti?
No dije nada. Pronto sentí el
roce de su respiración, hasta aquel instante en que nuestras
miradas se encontraron. Hasta aquel instante en que sin pensarlo
dos veces, él se acercó más a mí y nuestros labios se unieron en
aquel dulce beso.
_ Lo siento… Perdóname._ expresó cuando me
separé de él. Y le di la espalda.
Mi silencio era como un frío témpano
de hielo, que helaba mis venas, mientras él esperaba una respuesta
de mí. Hasta que rompí aquel silencio al mirarlo de
nuevo.
_ ¿Perdonarte porque te enamoraste de mí?_
sonreí con tristeza, mientras volvía a bajar la mirada_. No debiste
hacerlo. Te pedí que no te enamoraras de mí…_ respiré
profundamente, antes de continuar_ No es fácil Matthew…Por favor
llévame de regreso a casa de Emily…
A veces, sin darnos cuenta,
quienes nos ama es quien queremos lejos. Y quien amamos, es aquel
que a parecer no soportamos.
Capitulo
15
Un silencio nos rodeo en aquel
recorrido a la casa de Emily. Mientras me ocupaba en ver hacia la
ventana, ignorando su presencia. Me dolía el corazón, quería
llorar, pero me contenía, al negarme que él me viese
decaída.
Cuando llegamos, me baje siendo
lo más distante que podía haber sido en toda mi vida. Diciéndole
un <<Adiós>>
tan distante.
Pero cuando al fin estuve en mi
habitación, las lágrimas no tardaron en aparecer. Haciéndome sentir
tan vacía. ¿Por qué todo aquello me había tenido que suceder a
mí?
_ Eres una idiota, Adrianne… Una
idiota…
Me tumbe en mi cama a llorar.
Me abrace a la almohada, sintiendo aquel sentimiento que me había
negado a sentir.
Sí, me había enamorado de
Matthew…
Sí, él había logrado derrumbar
aquellas barreras en mí.
Ahora me sentía
indefensa.
Tuve que excusarme ante la
familia de Emily, al haber pedido el apetito ese día. No me sentía
con fuerza de ver a nadie. Me sentía totalmente perdida en mi
misma.
_ Adrianne… ¿Puedo pasar?_ me había
preguntado Emily, algo preocupada, mientras me llevaba algo de
comer.
_ Emily…_dije apenada, porque ella me había
encontrando llorando.
_ Tranquila…_cerró la puerta_. Quien se debe
sentir apenada he de ser yo… Si yo… ¿Qué te hizo ahora el imbécil
de Matthew?
_ No es lo que crees… No ha pasado
nada…
_ No me mientas, mira que estoy molesta con
Matthew… Te juro que no le perdonare jamás el haberte puesto así…
¿Qué te dijo para que estuviese tan desanimada y decaída el resto
del día?_ se sentó a un lado de la cama, mientras me entregaba
aquella pequeña bandeja, en donde me había subido un poco de
comida.
_ Es mi culpa… No de él…
_ Adrianne…
_ Es en serio…Soy una tonta…No debería estar
llorando por nada.
_ No eres buena mintiendo…
_ Créeme… Es sólo culpa mía…_dije al bajar
la mirada y ver mis manos.
_ ¿Por qué dices eso?
_ Debí proteger aún más a mi
corazón…
_ Adrianne…
Emily me miró a los ojos sin comprender. Buscó en mis ojos aquella verdad que expresaba cada una de mis lagrimas.
_ Me besó… Me besó. Y
con ese beso me golpeó en esta verdad que no había querido ver. Lo
siento, Emily… Lo siento. No quería arruinar mi estadía en tu casa.
No quería arruinar el resto del día a tu familia, por mi
culpa.
A veces amar duele. Pero duele más,
haber encontrado a quien amar, y nunca haberlo visto. O haberlo
visto, cuando te has dado con el mismo muro que has puesto en medio
de ti.
_ ¿Matthew te besó?
_ Sí…
_ ¡Voy a matarlo!... Ahora si que cruzó los
limites de mi paciencia.
_ Emily…
_ ¡Deja que lo vea!
_ Me enamore de él… No es su culpa. ¿Acaso
no lo ves?_ dije con sarcasmo_. Quizás por eso no lo toleraba. Mi
corazón estaba poniendo sus ojos en él… Mientras yo me negaba a
sentir esto. Y él no debería sentir algo por mí… Estoy de
vacaciones… Y estoy enferma. No es justo para él haberse enamorado
de alguien como yo.
_ ¿Te…Te enamoraste de Matthew?_ dijo
sintiéndose aún más sorprendida.
_ ¿Por qué crees que estoy llorando como una
tonta? ¡Heme aquí!… Tu amigo logró derrumbar mis barreras. ¿Qué
demonios es esto? ¿Por qué a mí?... ¡Por dios!... Esto no es
más que una tontería… Sí, eso es lo que es… ¡Perfecto!... Cupido se
ha equivocado de victima, no debió elegirme a mí… Debió jugar
a ser Robin Hood con el corazón de otra persona…
_ ¿Quieres que hable con Matthew?... ¿Qué le
diga que no se acerque más mientras te encuentres
aquí?
_ No… Es momento que yo misma me enfrente a
esto. Sólo dame un poco de tiempo. No soy una
niña…
_ ¿Segura?
_ Sí… Prométeme que no le dirás que me has
encontrando llorando.
_ Come algo… Prometo que no le diré
nada.
_ Gracias…
Cuando vi salir a Emily con la
bandeja en sus manos, después de hacerme compañía. Volví a pensar
en Matthew. ¿Cómo decirle al corazón que deje amar a alguien que se
a adherido en cada parte de tu ser?
_ Mañana… Mañana…_ susurré para
mí.
Capitulo
16
Aquella noche comprendí que no
sería fácil recuperarme de haber visto a Matthew, como si fuese la
primera vez. Cerré los ojos, recordando el color de sus ojos, sin
querer. Realmente no había conocido a nadie que pudiese
inquietarme de la forma que lo había hecho su persona. Y lo más
impresionantes era sentir a mi estúpido corazón dando vuelco,
cuando recordaba aquel beso.
Matthew definitivamente era
diferente a los hombres que había conocido antes. Abrí los ojos,
sin lograr identificar qué era lo que tanto me empezaba a atraer de
él. ¿Su manera obstinada de no darse por vencido? ¿Su forma de
mirarme? ¿Aquellas palabras que me había dicho? ¿Su actitud hacia
mí? ¿El hombre que él era?
_ Perfecto…_dije aún más molesta conmigo
misma.
Una oleada de pensamientos siguió
llegando a mi mente. Aquella oleada de sentimientos se
apoderaba de mí, mientras mi lucha de negarme lo que sentía por él,
se desvanecía cada vez más, cediendo a ese sentimiento que se
encontraba en mi corazón.
<< Matthew… ¿Qué sucede en mi cabeza cada vez que
pienso en ti?... ¿Acaso me he vuelto loca? ¿Acaso es que he
olvidado que no vine a Irlanda a enamorarme?
¿Por qué siento que me estoy
rindiendo ante este sentimiento y deseo que pudieras estar aquí?...
¡Estoy loca! ¡Sí, estoy completamente loca!… ¡Me enamoré de ti!...
¡De ti Matthew! Pero es mejor que lo siga guardando en mi silencio
y lo seguiré haciendo por el bien de ambos. Pero, ¿Por cuánto
tiempo? No lo sé… Y eso me asusta. Temo que tú también te des
cuenta que me he enamorado de ti. >>
Me sentía tan extraña
aún más, sin entender porque aquello me había tenido que ocurrir a
ella. A veces, recordaba cuando nuestras miradas se encontraban
haciéndome sentir algo incómoda, algo que me hacia preguntarme
porque me sentía de aquella forma. Me enojaba tenerlo en
frente de mí. Cuando la razón principal al haber ido a Irlanda era
opuesta a la que había encontrado a conocerle.
A la maña siguiente, decidí
ponerme de pie. Aunque me tuve que obligar, realmente me sentía
fatal. Algo que le acreditaba al hecho de no haber comido bien, el
día anterior, por causa de mi depresión. Por lo que ese día decidí
no salir, sino quedarme en la casa de Emily. Sorprendiéndome a mi
misma, por que Matthew no había ido ese día, ni al siguiente… Ni al
siguiente.
_ ¿Estás segura?-
_ Nunca he estado tan segura de algo, Emily…
Y creo que no es justo que las cosas continúen de esta manera. Tus
padres le dijeron que me he sentido mal estos días. No quiero que
piense que es por su culpa.
_ ¿Y qué piensas decirle?-
_ La verdad, no la sabrá al menos de mi
boca-
_ ¿No quieres que te
acompañe?-
_ Quiero ir sola, necesito hablar como dos
personas civilizadas y dejarle claro que pronto me iré de Galway y
no regresare.
_ En pocas palabras: que
busque a alguien más-
_ Exactamente-
_ No creo que lo entienda. Has visto lo
cabeza dura que ha sido durante este tiempo.
_ ¡Que más da intentarlo una vez
más!
_ ¿No quieres que se haga falsa ilusiones
contigo?
_ Por primera vez en mi vida, he de admitir
que sí… Aunque me duela admitirlo.
_ Lo amas, Adrianne. ¿Por qué no le das una
oportunidad a lo que sientes?
_ Porque si lo hago, me sentiré que le hecho
que se enamore de una mentira… Quizá… Quizá con el
tiempo…
_ ¿Crees que podrás
olvidarlo?
_ Lo sé… También me engaño…
Entramos a la cocina de su
casa, lugar en donde se encontraba su madre. Nos miró a las dos, y
nos invitó a sentarnos un momento.
_ ¿Adrianne? ¿Te sientes
bien?
_ Sí…Perfectamente. ¿Por qué lo
pregunta?
_ Estas algo pálida...
_ Es normal… Estoy perdiendo el
broceado…_dije graciosamente.
Sabía que mi cáncer aún era
benigno. Si embargo, debía guardar un rígido cuidado de mi misma,
tomar aquel medicamento que me habían recetado al pie de la letra y
ser optimista. Pero sabía, que por mi enfermedad, llegaría un día
en que me viera demacrada y pálida.
Y había llegado ese
día…
Pronto me despedí de Emily y de
su madre, y decidí irme caminando hasta la casa de Matthew.
Necesitaba verlo, por más que me lo negara a mí
misma.
_ Estoy empezando a cansarme de fingir que
no me importas cuando estoy cerca de ti. Y seguir viviendo todo
este tiempo una mentira._ pensé al verlo junto a su caballo, antes
de que él se diera cuenta de mi presencia_. Por lo menos esto es
una cosa sobre la cual tengo algo de control, sin importar qué tan
duro vaya a ser para mí, después que me marche y te diga
adiós. Sabiendo que has dejado una marca dentro de mí. ¿Qué más
puedo pedir? Sabiendo que una parte de mí, la más racional le pide
a tu corazón que no te enamores de mí… Y mi otra parte, le pide que
no le escuches.
Capitulo 17
Cuando sus ojos se
encontraron conmigo, se sintió sorprendido. Había decidido darme un
espacio de tiempo. Se sentía completamente molesto consigo mismo,
por haberme aturdido tanto.
_ Hola…_ dijo al acercarse a
mí.
_ Hola…_ dije algo incómoda. ¿Qué hacía yo
allí?
_ No sabía que… ¿Cómo
estas?
_ Bien… Mejor.
_ Supe que…
_ No fue nada… Los padres de Emily
exageraron un poco. Y si vas a decir que fue tu culpa… No he venido
a eso.
_ Yo… ¿Quieres pasar?
_ Estoy bien aquí, gracias…
Mire sus ojos verdes avellanas
y me perdí en ellos. ¿Cómo era posible que todo aquello me
estuviese pasando justamente en ese momento? ¿Dónde se había ido la
fuerza que debía de sentir? ¿Acaso se me había olvidado que debía
mostrarme fuerte de carácter?
_ Matthew… He venido para finiquitar todo
esto de una vez por toda. Y a pedirte que… Que olvides lo que
sientes por mí.
_ Me imaginaba…
_ Yo… Yo no quiero que tú… Que tú… Que
yo…
¿Qué demonios me pasaba? ¿Por
qué no coordinaba todo lo que pensaba decirle?
_ El punto es que… Te aprecio, aunque no lo
parezca. Me iré en pocos días y quiero llevarme un lindo recuerdo
de ti… De Irlanda y…
_ ¿Y?_ dijo al acercarse más a mí. Ante él
había una Adrianne que no esperaba ver. Y aquello le hacia sentir
un poco de esperanza. Pero esperaba que fuese yo la que me diera
cuenta que todo lo que decía, no tenía sentido.
_ Matthew…
Él colocó su mano derecha en mi
barbilla y buscó aquella mirada que deseaba
ocultarle.
_ No has venido realmente a eso,
¿verdad?
_ Sí… No… Ya no sé. Es mejor que me
vaya…
_ Te quiero, Adrianne… No tienes que tener
miedo.
_ No deberías…_dije en voz baja, dándome por
vencida, cuando sus ojos me miraron con ternura.
_ Tú también sientes lo mismo… Y verte aquí,
me lo confirma. Pensé que me habías enviado a la
basura.
_ Yo…Tú… No deberías…
_ Dame estos días que te quedan en Irlanda.
Dame con ellos una oportunidad, por favor… Si a la final resulta
que me he equivocado en todo esto. Seremos simplemente amigos… Por
favor…Adrianne.
Al escucharlo, mi todo yo,
decidió ceder y confiar en él. Además de permitirme disfrutar aquel
sentimiento por primera vez en mi vida. No es que fuera a
confesarle abiertamente que
me había enamorado de él.
_ Esta bien…
Y aquel día, mi vida, dio aquel
giro que jamás había esperado dar.
_ ¿Puedo invitarte a
almorzar?
_ ¿Invitarme a almorzar? ¿No te
interrumpo?... Debes estar muy ocupado.
_ Por favor… Di que sí…
_ Esta bien…Con una
condición.
_ ¿Cuál?
_ Que yo te ayude a cocinar… No me gusta
quedarme sin hacer nada. Y me permitas llamar a Emily. No quiero
que se preocupe si tardo tanto.
_ Me parece bien…
_ ¿Sí?…_mis mejillas se sonrojaron un poco_.
¿No temes que te queme la comida al propósito?
_ No…_sonrió un poco.
Cuando entramos a su cocina,
Matthew prendió la radio un momento, mientras yo me decidía a
ayudarle un poco.
_ Me encanta esta canción._ le exprese, sin
percatarme que le regresaba de nuevo a la realidad. Él aún estaba
sorprendido de que yo estuviese allí, y sin esa armadura que había
existido en mí.
_ Ah…Si… ¿Quiénes son?
_ Nickelback…
_ Mmm… ¿Cómo se llama la
canción?
_ Se llama “Far Away”…
Se detuvo para escuchar la
letra. Hizo un gesto afirmativo de que le gustaba la canción y me
miró con un poco de picardía.
_ Podría decirse que resume lo que
siento por ti…
Aquello hizo que mi corazón
latiera un poco más. Sonreí como una tonta, mientras él sonreía
también e iba a buscar algo en uno de los cajones de las
estanterías de su cocina.