CORAZÓN DE ACERO

 

 

 

Prólogo

 

A veces vemos lo que queremos ver. Y no vemos más allá de lo que está en nuestro

alrededor. Vemos lo que consideramos que es importante para nosotros. Sin interesarnos en lo demás.

    Hasta aquel instante en que algo o alguien hace cambiar nuestra vida y nuestro mundo de un golpe. Y a nosotros mismos en un abrir y cerrar de ojos. Y es duro toparse con esa realidad.

   Y más cuando eres alguien que te has negado a vivir con sueños. Soñar a veces lastima, por lo que es mejor la realidad, aun cuando sea tan cruda. O era lo que solía creer, lo que solía decirme a mi misma. Antes de abrirle el corazón a alguien que no esperaba que llegara. A alguien que me negaba creer que llegaría y  que ahora me hace sentir confundida o seguir como si nada ocurriese en mi vida.
   Pronto he de irme. No le he dicho nada ni las razones que me hacen hacerlo. Mis ojos están llenos de lágrimas. Nunca pensé que me encontraría de esta manera. No… Nunca. Y me siento desvanecerme en cada segundo que pasa. Sé que no puedo verle a la cara. Eso destrozaría mi vida. O todo lo que queda aún de ella. Y necesito fuerza, aunque es lo que menos tengo en este instante.

   Respiro profundamente, las manos me tiemblan, me duele el corazón. Quizás por esta razón me negaba a enamorarme. Pero me enamore de él, fe su carisma. De su sencillez y forma de ver la vida.

   De un soñador que encontró la forma de entrar en mi corazón, en este corazón que se negaba a ser abierto y ahora que lo está no quiere decirle adiós, sin antes poder decirle qué me lleva a marcharme lejos. Sin poder decirle mis razones ni mis motivos secretos.


Mientras escribo esta carta, estoy escuchando Cry de Mandy Moore. Y no puedes imaginar lo duro que ha sido empezar a escribir para mí, algo que deseaba guardar en mi silencio. ¿Por miedo?,¿por cobardía?, no lo sé. Y tal vez tú menos que yo lo entiendas. Nunca imagine que me encontraría en estas circunstancias, si he de serte sincera.
 
 Matthew, estoy enferma, y por tal razón no quería que te acercaras a mí. Vine a Galway este mes, no tan solo porque Emily me había invitado a conocer uno de mis países favoritos. Sino para despejar mi mente de la realidad en que se ha convertido mi vida desde hace tres meses. Tengo cáncer. Estoy en tratamiento. O lo estaba. Ya que no funcionó en mi cuerpo. Por lo que debo operarme. Ha sido la respuesta que acabo de recibir muy dolorosamente del doctor que lleva mi expediente médico, vía telefónica, al haber ya visto los  último exámenes que me he hecho, y le había enviado por mail.

   Se me hace un nudo en la garganta, y en verdad lo siento… Siento haberte mentido. Lo siento… Lo siento. Sólo puedo decirte que si muero en la operación, me iría con la sensación de que al haberte conocido fui bendecida. Y si tus ojos es lo último que recuerdo, entonces sabré que mi camino estuvo bendecido también.
 
    Tú has sido el mejor regalo que me ha dado la vida. Sin ti, pensaba solo en ese camino triste que caminaba sola. Que me obligaba a recorrer por mi misma, y así evitar que alguien llorara por mí, si llegaba ese día que tanto he temido. Pero cuando te cruzaste en mi vida. No sé que hiciste en mí. No sé como lograste derrumbar las barreras que había habido dentro de mí. Y convertiste en mí a una Adrianne que no conocía realmente. A alguien que deseaba volar sin alas cuando estabas cerca de ella y la hacías sonreír como nunca antes había sonreído. Me cambiaste… Me hiciste soñar.  Me hiciste amar.
 
   Ahora cada mañana que despierto, te amo más que nunca, queriendo jamás apartarme de ti. Los momentos que estamos juntos, le oró a Dios para que duren para siempre. Te has convertido en mi fuerza y en todo lo que necesito… tal vez nunca sea valiente en entregarte yo misma esta carta en tus manos. No lo sé. Sin embargo, algo que si sé es que debo decirte mi verdad. Que estoy enferma. Y que no quiero dejar este mundo sin decirte cuanto te amo. Y agradezco a la vida por que estas a mi lado.

Un mes atrás…

Dublín, Otoño 2011…

   Había llegado a aquel lugar. Un sueño inimaginable hacia tanto tiempo atrás, ahora estaba en frente de mí. En frente de mis ojos, bajo aquel viaje que había hecho por mi propia decisión, para alejarme de la tensión que me rodeaba. Necesitaba respirar. Salir de todo lo que me hacía sentirme desvanecida, aunque no sin fuerza para seguir luchando. No había dejado de creer que todo saldría bien. Aun cuando había alejado de mí cualquier deseo de conocer a alguien. Y enamorarme en ese tiempo. Era fotógrafa. Y había elegido la invitación de mi amiga Emily después de pensarlo tanto. Irlanda siempre había sido para mí un lugar realmente mágico. Y de hermosos paisajes…

_ Disculpa, debes ser la amiga de Emily. Hola, soy Matthew McInerny. _ dijo al verme salir, mostrándome el letrero que tenía mi nombre_. Se le hizo tarde y me pidió que viniese por ti. Estaba preocupada que no supieses como llegar.
_ Hola, soy Adrianne Villanueva._ dije a medio sonreír. Mostrándome seria como solía hacerlo siempre. Poniendo mi invisible barrera.
_ Déjame ayudarte._ dijo al ver que me había costado mover de nuevo mi maleta.
_ Gracias… Pero puedo sola._ dije sin ser tan cortante.
_ No es de caballeros aceptar un no referente a eso de una chica Y ya me lo esperaba. Emily me había dicho que tal vez no aceptarías que te ayudara con tu equipaje. Pero como aprecio mi cuello. Te ayudare… Mi automóvil está estacionado cerca._ dijo mientras me daba cuenta que él realmente no aceptaría un no. Además ya Emily lo había puesto sobre aviso. Quizás temiendo a que yo hiciese fuerza. Aunque me había prometido no decirle a nadie sobre mi enfermedad.

  Me di por vencida, sabiendo que nada ganaría con mi negativa. Tenía todo de perder. Además se podía apreciar que realmente él no me dejaría salirme con la mía. Por lo que cedí. Por nada más. Aunque al observarlo, pude detallar que  era un hombre joven. De 32 años. De hermosos ojos verdes avellanas y cabellera castaña. Alto y muy bien parecido. Sin que me sorprendiera realmente.

   Estaba reacia a querer conocer a alguien. Y a enamorarme. Pero a veces el corazón tiene razones que la razón misma no entiende y a veces desconoce. Pero también la misma vida tiene momentos que ni el corazón,  ni la razón, puede entender, llenando al mismo tiempo de sucesos y de incertidumbre que por más intentemos obviarlas o creer que jamás sucederán… sucede para nuestra desgracia o para nuestro bien.

Capitulo 1

  En el trayecto a casa de mi amiga, me mantuve en silencio. Contemplando el hermoso paisaje que se abría delante de mí, haciéndome querer detenerme y fotografiarlo. Pero no me sentía en confianza. Y no quería estarlo con aquel acompañante que tenía en el asiento de piloto. Con él, ni con nadie del genero masculino. Mis razones yo tenía y consideraba validas.

_ ¿Es hermoso?_ dijo al interrumpir mis pensamientos.
_ Ah…_ gire a mirarlo, sin comprender a que se refería.
_ Te preguntaba si te parecía hermoso…_ sonrío con picardía, mirándome a los ojos.
_ Ah… Ok… Sí…_ fingí desinterés.
_ ¿Eres de muy pocas palabra?
_ No sé a que te refieres…
_ Emily me había contado que eras muy conversadora cuando apreciabas un lugar que te encantaba… Y me contó que eres una eterna enamorada de Irlanda. Que estabas ansiosa de venir…
_ Creo que Emily te ha hablado mucho de mí…
_ Quizás…_ sonrió al ver como yo desviaba mi mirada hacia mi ventana con aquella actitud que le causaba extrañeza. Era tan opuesta a como me había descrito Emily_. Galway siempre ha sido mi hogar, desde que era un niño, por lo que siempre he estado acostumbrado a escuchar más de alguien que se queda fascinado por su belleza…
_ Entonces, he de disculparme por no ser una de esas personas… No soy muy conversadora realmente. Posiblemente Emily exagero sobre mí…_ dije afirmando mi distancia. Sin mostrarle mi alegría de estar allí. En Irlanda al fin.

   Cuando llegamos, Emily y su familia me dieron una bienvenida calurosa. Emily me abrazó con tantas fuerzas. Hacia tanto años que no nos veíamos. Pero seguíamos siendo las mejores amigas de siempre.

_ Gracias, Matthew…_ le dijo una vez más Emily antes de que él se marchara_. ¿Vendrás en la noche a cenar con nosotros?
_  Esta noche no creo… Tengo un trabajo pendiente. Y me ocupare de eso esta noche. No fue nada…_ me miró en ese instante_. Las dejare sola. Imagino que tendrán mucho de que charlar…Fue un placer conocerte, Adrianne.
_ Gracias… Igual.

     Había sido una respuesta por cortesía. Nada más… Pero sin querer sentirlo, había visto algo en mí que le causaba intriga. Y era algo que no era normal en él. No era de esos hombres que solían intrigarse por una mujer tan fría y distante como lo era yo en ese instante.

   Pero, ¿qué le hacía mirarme con aquella curiosidad? ¿Qué le hacía desear descubrir a la Adrianne que se ocultaba, sin realmente no le debía interesar en lo más mínimo? ¿Acaso era cierto que a veces era mejor no criticar un libro por su portada sino por su contenido?

   Se rio de si mismo. Empezaba a fallarle la cabeza. Sí, era eso. Nada más eso se le podía ocurrir a él en ese instante.

_ Ves una linda chica de ojos castaños y te sientes de esta manera…_ se burló de si mismo mientras conducía en su automóvil a su casa_. Es mejor que te la quites de la cabeza…

   Lejos de allí…

   Me disponía a subir a la que sería mi habitación. Emily me miraba con cierta curiosidad. Aun cuando en frente de sus padres no había querido comentarlo. Siempre había sido algo discreta. Y era algo que no podía evitar. Pero en ese instante deseaba saber que me había pasado en todo ese tiempo.

_ Esta será tu habitación… Espero que sea de tu agrado.
_ Es preciosa…_ me acerque a la ventana_. Tiene hasta una hermosa vista.
_ Sí… Y más cuando empieza el otoño…
_ Vives en un lugar realmente hermoso… ¿Sucede algo?_ le pregunte al verla algo incómoda.
_ No… Nada.
_ Sigues igualita… No has cambiado para nada. Siempre la discreta Emily a la que se le tiene que sacar las palabras._ sonreí.
_ Realmente te estaba observando desde que Matthew se despidió de ti… Fue como si hubiese visto a otra persona. Te sentí como cambiada…No me hagas caso. Debes estar cansada por el viaje. En verdad estoy apenada contigo. Pensé que saldría más temprano de la última  clase que tenía que dar en la mañana. Pero se me hizo más tarde de lo esperado. Tuve que llamar a Matthew. Siempre me termina auxiliando como cuando estudiábamos juntos en el colegio.  Es una linda persona y un gran amigo.
_ Sí, ya me di cuenta… ¿Cómo de la familia?
_ Sí…
_ ¿Tu novio?-
_ ¡No!… ¿Novio?... Nada que ver. Más bien como mi hermano no de sangre. ¿No te agrado?
_ Es un chico agradable…_ dije mostrando mi desinterés_. Y si a ti te agrada, a mí también.
_ Es un soñador que ama Galway… E Irlanda. ¿Qué tal estuvo el viaje?
_ Algo agotador realmente…_ sonreí agradeciendo en mi silencio que hubiese cambiado de tema_. Pero al fin estoy aquí… Y valió la pena…
_ Y yo encantada a que hayas venido… Aunque de seguro dejaste un corazón roto en New York que se negaba a que vinieras. ¡Y no me digas que me equivoco!
_ ¿Bromeas?, ¿yo? ¿la reina del hielo?-
_ Si que has cambiado_ dijo al mirarme sorprendida y extrañada.
_ No creo en el amor… Ya te lo he dicho. La cuestión es que tú no me has creído. Hace tiempo que deje de creer en el. Me hice amiga de la soledad… Y creo que fue lo mejor en todo este tiempo. Heme aquí… No necesito a nadie para ser feliz.
_ ¿No crees en el amor?_ me había preguntado sin poder creérselo. Tiempo atrás, yo era una soñadora inapta del amor_. Nunca me explicaste el porque… Es que te escucho y te veo en persona, y no lo creo. Es como si viese a dos personas físicamente iguales, y internamente, tan distintas.

   ¿En quién me había convertido todo ese tiempo? ¿Quién había hecho que me volviese en un témpano de hielo? ¿Quién había hecho que me encerrara de esa manera en que ya ni yo misma me reconocía?... Mi enfermedad solo había hecho que se afianzara aún más aquella decisión pasada.

_ No quiero hablar de ese tema… No creo en el amor. Y es así y punto. Para creer en el tendría que encontrar no a un príncipe azul. Sino a un sapo verde que después de besar se convierta en un príncipe…
_ Adrianne, si eres cruel…
_ No, no lo soy… Soy realista. En conclusión… Los  sapos verdes solo se encuentran en los cuentos de hadas…Por lo que no existe ningún peligro de que conozca a alguno.

Capitulo 2

  En frente de Emily había una chica enigmática que realmente ella no conocía. Pronto se marchó, dejándome en aquella habitación, para permitirme descansar. Algo que le agradecí en silencio  también. El trayecto desde Dublín a Galway en automóvil también me había agotado, y aún más, cuando me había prohibido descansar, mientras Matthew conducía. Al mismo instante, en que sin querer, me detenía en frente del espejo de cuerpo completo que se encontraba en aquella habitación.

   Me miré casi inmóvil. Era yo de nuevo en frente de ese yo en quien me había convertido. Que hasta me sorprendía yo misma. ¿Quién era? Me cuestionaba al detallarme. Ese yo que se reflejaba en el espejo era tan opuesto a mí. Por lo que deje de mirar al espejo. Mientras me susurraba a mi misma: <<Es quien ahora eres. >>

   Me senté en la cama, y me dispuse a buscar en mi bolso mi ipod, para recostarme un momento. Los pensamientos seguían llegando a mi mente. Aturdiéndome, golpeándome, queriendo debilitarme. Me encontré en ese instante al prender mi ipod con “Nothing Else Matters” de Lucie Silvas. Recordándome la promesa que me había hecho a mi misma. Si quería seguir adelante. Ser siempre fuerte, nunca, pero nunca jamás, debía permitir desmoronarme.

_ Realmente mil gracias, Matthew-
_ ¿Para eso me llamas?_ le había preguntado Matthew, al sonreírse, mientras contestaba aquella llamada telefónica_. Sabes que puedes contar conmigo siempre. ¿Para que están los amigos?
_ Sólo que pensé que te habías quedado pensando si habías hecho lo correcto… Te vi muy serio al marcharte.
_ Es que tengo mucho trabajo hoy…_ respiró hondo, mirando su reloj de pulsera. Eran las 7:00 P.M, y hacia media hora que había llegado a su propiedad_. Emily, ¿puedo hacerte una pregunta?-
_ Claro que sí, ¿qué pasa?-
_ ¿Realmente Adrianne es la amiga que me habías descrito todo este tiempo, la que conociste hace cinco años atrás, cuando te dio la locura de hacer un curso de fotografía en New York?
_ Matthew… ¡Obvio!... ¿Por qué lo preguntas?
_ Solo es una pregunta…No me hagas caso. ¿Mañana entonces se mantiene el plan de llevarla, después de que llegues del trabajo, a recorrer Galway?
_ ¿Siendo tú el guía turístico?_ sonrió_. Más que encantada. Sé que a ella le encantara escucharte narrar historias y tu forma tan apasionada de hablar de Galway.
_ Bueno, pasare por ustedes al mediodía.

    Respiro profundamente, mientras cierro los ojos y me susurro a mi misma, lo que una vez escuché en una canción, que la vida debería ser como un juego de cartas, en la cual si cometemos un error, podemos volver a empezar de nuevo. O debería ser como conducir un automóvil, si uno se pierde mientras va conduciendo a un lugar desconocido, al menos se puede contar con el sistema de navegación, o con un mapa, o los letreros que se van encontrando en la vía, para así volver a retomar aquel camino que hemos perdido. Irónicamente, aunque duela admitirlo, no hay ningún manual que nos diga cómo vivir la vida para evitar equivocarnos.  Lamentablemente no hay instrucciones cuando se trata de amor, porque una vez que hacemos algo, no lo podemos deshacer. Es así de simple. Y ahora que lo sé, desearía al menos poder tener un control remoto para así poder retroceder el tiempo y viajar para atrás, regresar al aeropuerto de Dublín aquel día en que nuestras vidas se unieron y ser diferente a quien fui, no lo sé…

   Al día siguiente, mientras me disponía a sentarme un momento en el jardín. Antes de salir junto con Emily, quien estaba por llegar.  Aproveche y saque uno de mis libros favoritos. Era “La última canción” de Nicholas Sparks. Por lo que me senté en un lugar en donde pudiera estar sola conmigo misma.

 _ Sabía que te encontraría aquí…_sonrió Matthew al encontrarme sola en aquel lugar, colocándose  detrás de mí, mientras yo me giraba para mirarlo algo asombrada.
_ ¿Tú? ¿Qué haces aquí? ¿Por qué me buscabas a mí?
_ Si, yo… Que recuerde bien no soy un fantasma para que me mires de esa manera… Emily me pidió que me adelantara. Siento interrumpir tu lectura. Creo que he llegado en mal momento.
_ No importa…_ dije secamente, cerrando el libro y poniéndome de pie_. Y sé que no eres un fantasma.
_ ¿Te sientes bien?
_ Sí, me siento bien… ¿Por qué lo preguntas?_ dije poniéndome a la defensiva.
_ Estas algo pálida… Bueno, no creo que sea tan feo para asustarte tanto._ dijo graciosamente_. ¿Por qué esta tan sola?... Emily me hizo creer que te estabas preparando para ir a los acantilados. Y esta haciendo buen tiempo para ir…
_ ¿Cómo pretendes que reaccione una persona que esta concentrada en su lectura, mientras espera a su amiga, y llega alguien de la forma en que llegaste tú?... Aún el corazón me salta. ¡Por dios, me diste un buen susto!... ¿De qué te ríes ahora?
_ ¿Yo?... De nada.
_ ¡Sí, claro!, ¿acaso tengo cara de bufón de circo?
_ Lo siento… En verdad lo siento. No te molestes conmigo. Solo es que aún me pregunto en donde está la amiga amable y agradable que me describió Emily… Siento que se confundió de persona.

   Lo fulmine con la mirada en ese instante. ¿Qué se creía él para hablarme de esa manera, cuando apenas nos conocíamos y ni éramos amigos?

_ Lo lamento,  espera. No te vayas, soy un idiota-
_ Yo no te pedí que vinieses a buscarme. Ni sabía que te ibas a unir a la salida.
_ ¿Por qué tienes que estar siempre a la defensiva?
_ No estoy a la defensiva… Además no es tu problema si lo estará…
_ Bueno, es un buen punto. Pero yo quiero hacer la paz no la guerra contigo. Vamos a hacer una tregua, ¿sí?-
_ ¿Siempre eres así?_ dije tratando de ocultarle lo irritada que estaba por tanta amabilidad de su parte.
_ ¿Cómo así?
_ No importa…

Capitulo 3

   Respiré hondo. Aquello no me podía estar ocurriendo a mí. Y menos con él, el amigo de Emily, a quien debía tratar como si me cayese de mil maravillas. Pero la realidad era que él no ayudaba para nada.

_ Bien…_ sonrió un poco más, al mismo tiempo que miraba su reloj_. Espero que Emily llegue pronto… Si nos da tiempo hasta podemos iniciar primero con los acantilados de Moher. Y hoy amaneció haciendo buen tiempo… Algo poco frecuente por aquí.
_ ¿Los acantilados de Moher?_ dije fingiendo desinterés. Pero no tanto. Ya que había leído sobre ese lugar. Y era uno de los lugares a que quería ir.   
_ Como te dije… Amo Galway. Por lo que conozco cada rincón que se encuentra en cada lugar… Por eso me encuentro aquí. Emily me pidió que fuese como el guía turístico.
_ No te hubieses molestado… Probablemente tienes muchas cosas que hacer. Y yo la verdad no quiero interrumpir  tus actividades diarias.
_ Tranquila… Es algo que también amo hacer. ¿Sabías que Galway es una ciudad que conserva su encanto medieval que a menudo ha destronado la arquitectura georgiana en otras ciudades?... El soplo del pasado aflora en todas las callejuelas.
_ ¿Eres profesor como Emily?_ le pregunte por curiosidad.
_ No… La verdad soy mi propio jefe…_ sonrió un poco al ver que había logrado llamar mi atención_. Soy granjero… Mi granja se encuentra a media hora de aquí, caminando. Quizás un día pueda invitarte junto a Emily… Si eres una verdadera amante de los paisajes irlandeses, quedaras enamorada de las verdes colinas que podrás ver en el camino.
_ Lo tendré en cuenta…_dije manteniendo mi distancia, mientras agradecía la llegada de Emily en ese momento.

   Que irónica puede ser la vida. Ahora que estoy de pie, y puedo ver todo, siento cada aguijonazo de lo que hice y deje de hacer.

_ ¿Qué pasa contigo, Matthew?_ le dijo Emily al verlo mirarme fijamente de forma pensativa, mientras yo me encontraba algo retirada, sacando fotos de aquel paisaje tan maravilloso. A aquel paisaje espectacular y maravilloso, que me brindaba los acantilados de Moher. Mientras el sonido del viento me atrapaba. Alejando mis pensamientos de mi realidad. 
_ ¿Qué pasa conmigo?... No entiendo tu pregunta.
_ ¿No entiendes mi preguntas?... No te hagas. Matthew, no eres de los que  suelen mirar y mirar a alguien por tanto tiempo…_ sonrió con cierta picardía, mientras lo acusaba con la mirada_. Es mi amiga… No lo vayas a olvidar.
_ Y yo también soy tu buen amigo… Y te conozco primero que ella.
_ ¿Y?…
_ Simplemente, tu amiga me intriga… Es como si se ocultara a si misma ante los demás. Y también lo que le interesa. Me pregunto por qué. Aún sigo buscando a la persona que me describiste…
_ Apenas la estas conociendo. Dale tiempo… Es una gran persona. Es un poco reservada. Solo eso…
_ No lo pongo en duda…_ dijo observándome a lo lejos. Como si me estudiara y me analizara en sus pensamientos. Mientras yo ignoraba aquella conversación.
_ ¿Sólo qué?_ cruzó los brazos.
_ Me intriga… Sólo eso.
_ No la presiones…
_ ¿Yo?
_ Sí, tú… A veces cuando te dispones a ayudar a las personas no te pones a ver si realmente quieren ser ayudadas.
_ No hare nada sin consultarte antes…
_ ¿Por qué será que no te creo?
_ ¿No merezco ni un voto de confianza?
_ ¿En qué estas pensando?
_ Le hable de mi granja… Me gustaría que fueran ambas. ¿Qué tal el fin de semana?
_ Matthew…
_ Sera solo una comida entre amigos… Y quizás, también, sí me permite, hacerle un recorrido por  mi granja para mostrarles las bellezas que hay alrededor. 
_ Espero que solo sea eso… No me gustaría encontrarme con otra cosa. Ella vino a conocer Irlanda… Sólo quiero que recuerdes eso.

    Matthew sintió la extraña sensación de reírse, pero se contuvo al ver la mirada de sobre aviso de Emily. Ella le hablaba muy en serio. Y esa repentina actitud de su amigo le preocupaba. Jamás imaginó que él actuaría de esa forma al conocerme. Y nos apreciaba mucho a ambos, por lo que lo menos que quería era que uno de los dos saliera herido. Y temía saber quien de los dos saldría aún más herido, sin seguía empeñándose a aquello que estaba prohibido.

    Matthew. Matthew por querer pisar un terreno que no debía.

_ Tranquila… Lo tendré en cuenta. Como una marca en mi frente…

   Aquel día él había visto una media sonrisa en mí de satisfacción. De que estaba a gusto en aquel lugar. Pero, sentía curiosidad de porque no quería mostrarlo. Porque prefería mantenerme al margen. Ocultar mis emociones, si eso era lo más normal entre los seres humano. Y a pesar de la advertencia de Emily, quería descubrirlo. Sin entender porque motivo o porque razón.


    Más tarde, después de aquel recorrido. Matthew se detuvo un instante en la bahía de Galway, en  “El Burren” y en Kinvara, antes de que el atardecer llegase con sus matices de colores dándole paso al anochecer, había logrado que tanto Emily como yo aceptáramos ir esa misma semana a Loop Head. Otros acantilados, que se encontraba allí en el condado de Clare.

¿Con qué precio a pagar?

Capitulo 4

   Aquel fin de semana había llegado para mi desgracia, encontrándome con aquel plan que Emily intentaba convencerme de que aceptara. Me encontraba fuera de lugar, con una rutina tan distinta a la que me encontraba en Venezuela, después de haber abandonado Estados Unidos. Era cierto que tenía que considerar que había pagado un pasaje nada barato para reflexionar primeramente que actitud tenía que tomar en Irlanda. Y los motivos que me habían llevado… ¿Acaso a eso no se le podría llamar también turismo planificado?

   Entenderán, entonces, cual fue mi decisión final al visualizarlo de esa manera.

_ Tomen asiento…_ dijo Matthew al recibirnos alegremente.

   Algo que había creído imposible por cuatro días, se había hecho real. Me encontraba allí, en su hogar, en aquel almuerzo que él había planeado, con intensiones de conocerme aún más y ver si lograba traspasar aquella barrera que se encontraba en mí, como una armadura protectora.
 
_ Es bellísima tu casa…_ dije admirándola. Sin realmente esperarlo de mi misma. Pero el asombro de ver que su granja era tan opuesta a como me la había imaginado, me había hecho expresarme de esa manera.
_ Gracias…Bueno, como no sabía que les gustaría almorzar, me tome el atrevimiento de preparar dos platos. Hice dos platos que amaba cuando mi madre los preparaba. Uno se podía considerar algo vegetariano… Y otro lo opuesto a él.
_ Si que te esmeraste…_ dijo sorprendida Emily, quien conocía aquella arte culinaria, que había aprendido Matthew de su madre.
_ ¿Quieren algo para beber? ¿Un refresco? ¿Agua? ¿Qué se les antoja?
_ Agua esta bien… Gracias…_ dije mientras tomaba asiento.
_ Yo igual…_ expresó Emily_. ¿Quieres que te ayude a preparar la mesa?
_ ¿Cómo crees? No… Son mis mi invitadas, ¿ok?... No tardare mucho.

    Después de preparan la mesa y servir la comida, sacó una botella de vino tinto de uno de los estantes de bebidas que allí se encontraba. ¿Qué le podía decir? ¿No gracias, no bebo? ¿Estoy tomando medicamentos, y por lo tanto no puedo beber?... Era lo único que se me ocurría en ese instante, sin dar más explicaciones.

_ Espero que les guste… Adrianne, no sé si te guste el vino tinto.
_ Me encanta… Gracias…_ expresé algo comprometida al sentir su mirada sobre mí, y al recordarme que él era amigo de Emily_. Pero no puedo beber en este momento.
_ Ah… Ok, no lo sabía. Perdóname…
_ Tranquilo… Tampoco es para tanto… Beban ustedes por mí.

   Emily sintió la desilusión de Matthew de querer sorprenderme. Por lo que intervino en ese momento. Veía que su amigo estaba empezando a cruzar una línea que ella le había advertido que no cruzara.

_  Los irlandeses solemos ser muy amables con nuestros invitados. Es por eso Adrianne… Pero tranquila, Matthew y yo nos beberemos toda esta botella como si también tú estuvieses bebiendo.
_ Gracias a ambos… Así me hacen sentir menos culpable…_ dije y medio sonreí.
_ Este que les voy a mostrar primero, se llama Colcannon. Esta elaborada con   puré de patatas,   col,   mantequilla, sal, y   pimienta. Espero que les guste…
_ Se ve bien…_ sonrió Emily, mientras yo no veía más allá de lo que ella veía en ese instante_. Se ve delicioso…
_ Eso espero…_ me miró, pero de parte mía no encontró ninguna respuesta_. Este es Irish Stew. Es una especie de  estofado elaborado con   carne de cordero,   patatas,   cebollas y   perejil. Aunque aquí le decimos, en  irlandés stobhach gaelach.
_ Hmmm… ¿En verdad cocinaste tú?_ pregunté sorprendida, mientras el tomaba asiento.

   Había logrado un comentario. Al menos algo para iniciar una conversación amena y no distante esa tarde.

_ Sí… ¿Es difícil creer que un hombre como yo cocine?
_ Sí, un poco… Aunque me acabas de hacer recordar a mi abuela. Aprendí a cocinar los platos típicos de mi país gracias a ella.
_ Sería interesante probarlos algún día…

 
    ¿Qué pretendía? ¿Lograr una confianza que no estaba en mí dar? ¿Borrar por completo aquella barrera que le impedía realmente conocerme? ¿Y por qué no se dignaba a hacerle caso a Emily? ¿Por qué seguía insistiendo en caminar aquel camino espinoso? ¿Acaso no le quedaba claro que si estaba allí era porque Emily me había insistido tanto, hasta lograr un <<Sí>> lleno de resignación, de parte mía?

   Mientras tomábamos nuestro almuerzo, comenzamos a hablar de cosas triviales. Sin embargo, algo que Emily podía ver era que yo siempre me encontraba distante. Como si me protegiese a mi misma. Y aunque éramos amigas, las razones de mi nueva actitud, era algo de lo que no le quería hablar. Preguntándose, al mismo tiempo, si  Matthew no veía aquello como señal. Él nunca lograría borrar esa distancia ni esa barrera en mí.

_ Eres un buen cocinero…_ dije con una sonrisa, sin dejar de ser distante. Simplemente había sido un cumplido por cortesía.
_ Gracias…_ dijo, mientras recogía los platos de la mesa y los llevaba a fregadero.

   Emily y yo nos levantamos en ese instante y nos colocamos detrás de él.

_ Déjanos hacerlo a nosotras, no nos hagas sentir incómoda…_ expresó Emily.
_ Es que no es…
_ Por favor…_ le dije en un tono de suplica. La verdad había sido suficiente su amabilidad para nosotras no cumplir con algo de cortesía
_ Perdónenme, no quería hacerlas sentir incómoda.

    Era un almuerzo de amigos. Que más daba que aceptara nuestro ofrecimiento.

Capitulo 5

   Aquella tarde, descubrí que Matthew era huérfano. Que había perdido a sus padres desde muy joven y que por lo tanto había tenido que madurar desde muy temprana edad, y a su vez, tomar las riendas de los negocios que había heredado de su padre. El tiempo que pasaba en su tierra, trabajando, era algo que le enorgullecía. A pesar que había día buenos, y días malos, siempre sacaba algo positivo esos días que le hacían amar aún más sus tierras. A su vez, el tiempo que les dedicaba a sus caballos era algo que le apasionaba. Solo escucharle hablar de ellos y cuanto amaba cabalgar, como buen irlandés, le hacía a uno vivir su propio amor. Además de ocuparse de aquella hermosa granja. Realmente estaba rodeada de paisajes hermosos.

_ ¿Tú te encargas de todo esto, todos los días?_ expresé sorprendida al ver lo inmensa que eran sus tierras.
_ Suelo a veces tener un poco de ayuda…
_ Mi padre a veces viene a darle una mano…_ expresó Emily, mientras yo miraba aquel caballo marrón a cual Matthew se acercaba.
_ Este es mi caballo favorito… Macbeth. Es un cruce de caballo de tiro y purasangre._ dijo al acariciar a su caballo y a hablarle.
_ ¿Verdad que es hermoso?_ Emily me sonrió, mientras ella hacía lo mismo que Matthew. Era la primera vez que veía a un caballo tan de cerca.
_ Realmente…
_ ¿Sabes montar a caballo?_ me preguntó Matthew con cierta curiosidad.
_ No… Nunca me he montado en ninguno…_sonreí algo asombrada_. Aunque de pequeña me subía a los del carrusel…
_ Eso no es montar…_dijo al reírse por mi comentario ocurrente_. Si quieres Emily y yo te podemos enseñar… No es difícil.
_ ¿Yo subirme a uno?_ sonreí pasmada por la idea_. No, gracias… ya me veo tirada en el suelo. Y no por ustedes. Sino por mí… No creo que sería buena alumna al subirme con un manojo de nervios.
_ No te dejaremos sola…
_ Matthew es un excelente jinete… Pero si no quieres, no te obligaremos.
_ Tendría que pensarlo… Pero sé que por los momentos es un no.
_ La primera vez que me subí a uno, me aterraba la idea de caerme… Mi padre me enseño a tener confianza… Quizá por eso te digo que es fácil. Después que aprendí, todas las mañanas salía a cabalgar. Amaba sentir el viento en mi cara. Sentir la adrenalina… La velocidad…
_ Matthew, hasta estuvo en concursos de equitación. Era muy bueno… Tiene varios premios.
_ Sí… Y fue gracias a mi padre…_ en ese instante vi una sonrisa triste al recordarlo. Haciéndome ver así cuanto extrañaba a sus padres_. Vengan, sigamos recorriendo. Aún hay lugares muy hermosos.

    Ahora entendía con mayor razón su amor por cada rincón de aquel lugar. No tenía nada que envidiarle a ningún otro sitio. Sin embargo, no sería yo quien le dijera aquello. No… No estaba en mis planes hacerlo. Sin ni siquiera imaginar en ese instante  aquello que se proponía la vida con nosotros.

    Cuando llego el momentos de despedirnos, sentí su mirada de nuevo sobre mí. Como si me estuviese estudiando en su silencio.

   ¿Alguna vez han sentido que les miran sin cesar?.... ¿Han sentido que si su propia alma pudiese ser desnudada ante una mirada, ya las de ustedes lo hubiesen sido ante alguien que jamás pensaron que podría hacerles sentir de dicha manera?

     Juro que aunque fingí aparentar que no me percataba de aquello. Y que era fría como un témpano de hielo. Su consistencia me inquietaba. Haciéndome rogar a Dios que dejara de mirarme o ya Emily y yo nos marcháramos de allí.

   Sin saberlo él había llegado a una conclusión. Se decía que a pesar de que en ocasiones mi silencio se hacía tan frío e impenetrable. Y pudiese tener o fingir en ocasiones un mal humorado temperamento, había en mi silenciosa actitud una verdad que trataba de ocultar, para no delatar mi realidad. Y era también lo que le ocultaba al resto del mundo, que no me conocía, mi ser interior. Mientras cada día me colocaba una armadura que me hacía ver tan enigmática y misteriosa para los demás.

    Aquello había hecho que en ocasiones mis ojos castaños se viesen como apagados, cuando me encontraba sola y algo pensativa. ¿Qué lo había causado? Él deseaba saberlo, mientras me miraba, sin imaginar que aquello también había ocasionado que alejara de mis pensamientos toda posibilidad de querer volverme a enamorar… Como la soñadora que había sido antes.


_ Entonces, ¿hasta mañana?_ nos preguntó, antes de que Emily y yo nos dispusiéramos a marcharse de aquel lugar. Ya que le había pedido ir caminando, para así contemplar mejor aquel paisaje.
_ Sí… Después de desayunar. Sé que Adrianne se muere por conocer Los acantilados de Loop Head, desde que lo mencionaste, cuando estuvimos en Los acantilados de Moher.

   Él sonrió al descubrir aquello, por lo que sabía cuan impaciente me encontraba por ir a aquel hermoso lugar. Sacar mi cámara y fotografía cada rincón de allí. Aun cuando mi actitud distante pudiese contradecir o desmentir todo aquello.

_ Te va a encantar…

   No obstante, solo consiguió mi acostumbrada actitud indiferente. Mientras lo miraba y sonreía con una sonrisa de simple compromiso. No porque deseara sonreír.

   Agradecí en mi silencio a Dios cuando Emily y yo  nos despedimos y partimos de allí.

_ Voy a derrumbar tus barreras… Voy a conocer quien eres realmente._ se dijo Matthew al vernos alejarnos de allí_. Aunque sé que estoy jugando con fuego. No puedo sacarte de mi cabeza… No lo he logrado desde que te conocí en Dublín, aunque ciertamente me propuse hacerlo.

   Mientras caminábamos, me hundí en mis pensamientos, recordándome sin querer, y sin entender el porque en ese instante llegaban a mi mente, las tantas veces que había caminado por la tierra de los sueños rotos. Tiempo atrás había tenido muchas visiones de cómo sería mi vida, pero dolorosamente había terminado comprendiendo que la felicidad era solo una ilusión llena de tristeza y confusión. Y lo que me había ocurrido tiempo atrás, me había convertido en un ser tan descorazonado. Mientras sentía como las heridas de mi corazón dolían un poco más.

_ ¿Sucede algo?_ me preguntó Emily algo preocupada al verme tan pensativa.
_ No… No…_ dije al reaccionar, mostrando mi mejor sonrisa.
_ ¿No quieres ir mañana a Loop Head? ¿Te disgustó la idea de que Matthew se ofreciera de nuevo a hacer de nuestro guía?
_ No…
_ Entonces, ¿por qué estas tan callada?
_ Simplemente estaba contemplando el paisaje…_ mentí para no hacerla sentir mal_. Perdona si te hice pensar algo más. Aún se me hace increíble estar en este hermoso lugar. Cuando me hiciste conocerlo por fotos, se convirtió en uno de esos países que me prometí conocer algún día. Y heme aquí… Creo que aún estoy soñando.
_ Y eso que aún no has visto nada… Durante este mes te haremos conocer cada rincón, que desearas no marcharte después.
_ Suena tentador…Pero sabes que no puedo quedarme.
_ ¿Por tu enfermedad?
_ El médico me indicó que debo seguir haciéndome exámenes. Sigo en tratamiento. Y se debe seguir evaluando como voy evolucionando.
_ ¿Tienes miedo?
_ ¿Miedo?_ medio sonreí_. Un poco… No puedo negarlo. Pero no puedo mostrarles eso a mis padres. Tengo que seguir siendo fuerte…
_ Todo saldrá bien…
_ Eso espero… Eso espero…
_ Irlanda te ayudara a despejar esos miedos… Veras como Matthew con sus historias y relatos te hace olvidar un momento de eso.
_ No me imaginaba que había quedado huérfano tan joven… Imagino que si no hubiese adquirido el compromiso que obtuvo de joven, hubiese sido un gran profesor de historia. O un excelente guía turístico.

   Emily sonrió un poco triste en ese momento.

_ La vida no fue justa con él… Cuando era un joven de quince años su madre murió de Leucemia. Fue muy duro para él perderla tan joven. Lo hubieses visto de niño… Era un niño que amaba estar con su madre. Y de joven… De joven amaba hacerla sentirse orgulloso de él. Siempre fue el mejor de su clase. Mientras otros les daban dolores de cabeza a sus padres. Y desde entonces, siempre ha sido un buen hombre. Aunque en ocasiones es un cabeza dura referente al amor.
_ ¿Por qué lo dices?_ la mire con un poquito de curiosidad.
_ Es un soñador que cuando se enamora, no entiende como respuesta un “NO”.
_ Imagino que debe tener entonces muchas admiradoras. O alguna novia.
_ Novia, no… Admiradoras, quizás…Pero, hace años atrás una chica le rompió el corazón… Fue duro para él verla como lo cambiaba por otro que deseaba un mejor futuro que ser un granjero en Galway. Y verla vestida de blanco, el día que debió ser su día de boda…
_ Wow… No me imaginaba que a alguien como a él le hubiese pasado semejante cosa.
_ Nunca digas que te lo dije… Pero pensé que nunca saldría adelante y se encerraría junto a su despecho. Él la amaba… Realmente la amaba. Pero ella no valoró eso. Prefiero un estatus social alto en Dublín.
_ Soy una completa tumba… No diré jamás nada. Mucho menos a él…
_ De niños siempre le he admirado por su forma de ser. Y aquello me hizo admirarlo aún más. Después de decirse que ella no valía la pena. Siguió con su vida, como si nada le hubiese pasado… Es un gran amigo.
_ Cualquiera al escucharte pensaría que estas enamorada de él…_ dije con cierta picardía.
_ No… Nada que ver. Sólo te lo estoy diciendo para que entiendas porque lo aprecio mucho. No es como los hombres que uno suele conocer a veces. Él es diferente. Es una persona en quien se puede confiar.
_ ¿Y su padre? ¿Qué paso con su padre?
_ Murió hace diez años atrás… En un accidente automovilístico mientras venía de Limerick. Parece que un conductor extranjero se equivoco de carril, mientras venía distraído. El padre de Matthew intentó evitar el choque frontal, pero había sido muy tarde…
_ Imagino que ha sido muy duro para él todo esto…
_ Ni te imaginas… Mis padres desde entonces se convirtieron en unos padres para él. Por eso es que somos tan unidos… No tiene más familia que nosotros.
_ Es admirable…

   Aquella visión de Matthew me hizo querer ser menos distante con él. Pero mis barreras eran más fuertes de lo que yo pudiese desear. Aunque aquello que había descubierto de él, había empezado hacer una pequeña brecha en mí, tan pequeña, pero se estaba formando allí, en lo profundo de mi corazón.

Capitulo 6

    A la mañana siguiente, después de que Emily y yo habíamos tomado el desayuno con su familia, Matthew llego como había prometido. Subimos a su automóvil, minutos después, mientras yo como de costumbre me sentaba en los asientos de atrás.

   Era un domingo realmente hermoso. Y como el día anterior, prometía que haría un buen tiempo. Algo extraño en esa época de año. Y más cuando Irlanda se caracterizaba por tener un clima suave y húmedo debido a los vientos del suroeste, así como a la influencia de la corriente oceánica del atlántico norte. Y el movimiento constante de masas de aire hiciera que el tiempo cambie rápidamente y se observen infinitas variaciones entre la lluvia y el sol radiante. En esos días había escuchado de Matthew un dicho que ilustraba el carácter bruscamente cambiante del clima irlandés: << ¡Si no le gusta el tiempo, espere unos minutos!>>


_ ¿Cómo es tu país?_ me preguntó Matthew al ver que no participaba en la conversación que él tenía con Emily. Sacándome así de mis propios pensamientos.
_ ¿Venezuela?
_ Sí…
_ Es realmente hermoso… Tiene lugares realmente bellísimos como: La gran sabana. El Santo Ángel. Los Roque…_ y empecé a describirle cada uno de esos lugares. Con la perspectiva que tenia una fotógrafa como yo.
_ ¿Tienes fotos?
_ En mi laptop… Estuve en un concurso hace tiempo. Y tenía que mostrar lo mejor de mi país por medio de mis fotos…
_ Imagino que lo ganaste…_ dijo Emily al girarse y verme_. No me habías dicho nada…
_ Realmente… No es algo de lo que me guste hablar._ dije queriendo no seguir hablando más del tema, algo que ellos vieron en mi mirada, al mismo tiempo que me disponía a desviar mi miraba hacia mi ventana_. Pero si quieren puedo mostrarles las fotos cuando regresemos.
_ Me encantaría…_dijo Matthew al verme por el retrovisor.

  Cuando llegamos a los acantilados de Loop Head, el corazón se me puso tan pequeñito. Era realmente un lugar hermoso, que nada tenía que envidiarle a los famosos acantilados de Moher. Lugar del cual también había quedado enamorada. Me subí el cierre de mi chaqueta, mientras me bajaba del automóvil de Matthew, al mismo tiempo que me acomodaba mi bufanda.

_ ¿Preparada?_ me preguntó Emily.
_ Creo que jamás había estado tan preparada…_le sonreí, mientras ella me tomaba por el brazo derecho y Matthew nos veía que empezábamos a caminar.
_ No es justo que se me adelante siendo yo el guía turístico…

  Éramos los únicos que habíamos decidido acudir esa mañana a aquel lugar. Algo que agradecía en mi silencio. Mientras escuchaba el aullido del viento y el sonido de las olas que golpeaban constantemente las rocas.

_ Ves hacia el norte… Son los acantilados de Moher y las brumosas islas de Aran._ me expresó Matthew al señalármelos.
_ Es hermoso… Realmente hermoso…
_ Sí…_dijo, mientras sus ojos se quedaban mirándome, buscando algo más. Como si quisiese ver a la verdadera Adrianne, la que amaba estar en ese lugar_. Se dice que más allá del atlántico, esta New York…
_ ¿New York?_ pregunté sorprendida.
_ Sí…
_ Interesante…_ prendí mi cámara, ignorando su mirada, y me dispuse a sacar fotos de allí. Y ser fotografiada también.

   Siempre había escuchado que cuando una puerta se cierra, miles se abren a nuestro alrededor, que a veces por miedo nos negamos a ver. O porque simplemente estamos enfocados en esa puerta que se ha cerrado… Sin entender porque. Quizás por que nos gusta torturarnos.

    Siempre había escuchado que a veces las cosas suceden por una buena razón. Razón que el tiempo después nos muestra. No obstante, a veces nos negamos a verlo de esa manera, mientras nos hacemos daño a nosotros mismo también. Y ese quizá había sido mi caso, al encerrarme en mi misma y volverme alguien tan distante y frío, aunque aquel día, aprendería algo que me había negado.

   No somos amos de lo que llaman futuro.

_ ¿En qué piensas?_ me preguntó Matthew al acercarse a mí, al verme quedarme pensativa, mirando el horizonte, algo retirada de ellos.
_ ¡Me asustaste!…
_ ¿No te sientes a gusto en Loop Head?... Pensé que te gustaría estar aquí.
_ Amo este paisaje… Solo que estoy impactada por lo encantadores y mágicos que son tanto los acantilados de Moher como los acantilados de Loop Head. Nunca pensé que podía sentir tanta magia en Irlanda. Ni como se podía escuchar el viento soplar con fuerza desde el Atlántico. Y como chocan las olas con las rocas de ambos acantilados… La sensación es realmente indescriptible. Hay que estar aquí para vivirlo…
_ ¿Segura?_ se sonrió, mientras miraba con el rabillo del ojo a Emily, quien lo miraba con cara de querer matarlo. ¿Acaso no había comprendido su buen consejo?
_ Segura…_ medio sonreí.
_ ¿No me mientes?
_ ¿Por qué habría de mentirte?
_ Tal vez porque te has quedado pensativa de repente…
_ Simplemente estoy contemplando el paisaje… Nada más._ dije y busque a Emily para unirme con ella.

   Su forma de querer acercarse a mí me hacían sentirme incómoda, algo extraño en esos momentos en mí. Por lo que procuraba mantenerlo a la raya. Distante de mí.

Capitulo 7

 El lunes y el martes, el día amaneció nublado y lloviendo. Por lo que tuve que quedarme en casa de Emily terminando de leer mi libro o ayudando a la madre de Emily en la cocina. Me había llamado la atención la gastronomía irlandesa y quería aprender un poco de ella.

_ Es una lástima que ayer y hoy haya amanecido el día lloviendo…_ me había expresado la madre de Emily. Mientras la ayudaba a picar unas cebollas.
_ Por lo visto es algo normal en Irlanda…
_  Sí, realmente, por lo que uno se acostumbra al ver el cambio de clima…_ me miró con una sonrisa_. Ojala Matthew llegue pronto. Le invite a almorzar con nosotros. Él mejor que nadie puede hablarte sobre la forma como un granjero puede ver el cambio climático.
_ ¿Matthew vendrá a almorzar?_ exprese sorprendida, aunque no quise mostrar mi descontento.
_ Sí…Espero que Emily también llegue pronto.
_ Yo también lo espero…

   << ¿Acaso todo se habían confabulado en contra de mí?>>. Me dije y luego me quite esa idea de la cabeza. ¿Por qué no acababa por acostumbrarme a su presencia? Quizás conocía las razones. Durante una semana su mirada me había inquietado por completo. Odiaba sentirme observada por él.

   Ahora que me detengo, en este instante, recordándome ese ayer. Me digo a mi misma que si me hubiesen dicho tiempo atrás, antes de abordar aquel avión que me llevo a Dublín, que me encontraría ahora en esta circunstancias. Juro que me hubiese reído. No por orgullosa o por engreída. Sino simplemente que siendo en quien me había convertido, siendo tan fría como un témpano de hielo, jamás se me hubiese cruzado en la cabeza  que mi vida  cambiaría de esta manera tan drástica. Juro que me hubiese reído a carcajada. Lo hubiese negado como visión futura. Pero no somos dueños del futuro, aunque elijamos nuestro propio destino.

     Realmente no hay manera como expresar el dolor que uno puede experimentar en un momento como este. Es como si algo o alguien te desgarrara todo tu ser. Y te transformara de repente en un ser invisible ante los demás. Un títere. Un  arlequín. Un muñeco de trapo.

   Me he repetido tanto tiempo: “Las cosas siempre suceden por una razón”…Sin embargo, lo admito, a veces refuto o me opongo a ese dicho. ¿Quién puede entender a mi corazón?

   El tiempo pasa lentamente, mientras las lágrimas bañan mis ojos. El hielo que había estado en mi corazón se ha descongelado. Y ahora lo inunda de dolor… Tengo miedo. Mucho miedo. Miedo a que me odie por haberle ocultado esta verdad en secreto.

     Mientras yo trataba alejarme. Mantenerlo en la distancia. No era la dueña del futuro que empezaba a escribir nuestras vidas. Aunque el destino lo escriba uno mismo. Pero hay cosas en la vida con la que es imposible luchar. El amor. El amor puede derrumbar cualquier barrera y derretir cualquier témpano de hielo. Y eso era lo que Irlanda me habría de enseñar a aprender.

_ ¿Te gusta la lluvia?_ me había dicho Matthew al detenerse detrás de mí, mientras yo me encontraba en la cocina, mirando aquella lluvia en la ventana.

   Me gire algo disgustada, antes de hablar.

_ Voy a empezar a creer que te gusta asustarme.
_ Siento mucho si lo hice…
_ No importa… Creo que tendré que acostumbrarme a eso…
_ En verdad disculpa si te asuste… Te juro que no era mi intención. Vine a buscar un vaso de agua…Y te encontré aquí. Pensaba que habías subido a tu habitación.
_ Había subido. Pero vine a tomar un poco de agua también.

   No le había dicho que había subido a buscar aquel medicamento que me tomaba. No quería darle más explicaciones que esa.

_ Pronto dejara de llover… Veras…
_ La verdad no me importa si deja de llover. Me encanta la lluvia.
_ Pensé que no. Pensé que te había entristecido que amaneciera lloviendo hoy también.
_ Todavía tengo suficiente tiempo para seguir viendo las bellezas de Irlanda.
_ ¿Te llegue a contar el origen del nombre de Galway?

   Lo miré con cierta curiosidad.

_ No, que recuerde…
_ Los cursos de agua de Galway reflejan todavía el eco de la historia y de los mitos de esta antigua ciudad. Se dice que su nombre se debe a Galvia, una princesa de la tribu Fir Bolg arrastrada por las olas.
_ Ok…_ fingí desinterés_. No lo sabía.
_ Irlanda suele ser un país de muchas historias y mitos… Y este es un buen ejemplo.
_ Interesante…
_ Estaba pensando invitarte a Limerick…_soltó sin anestesia, cuando vio mis intenciones de marcharme.
_ ¿A Limerick?_ me gire a verlo asombrada.
_ Mañana tengo que ir a Limerick por cuestión de negocios… Pensé que te agradaría ir conmigo. Y así llevarte al castillo del Rey John. Es un castillo normados construido en 1200. Llego a ser la mayor ciudadela anglonormanda del oeste del país.

   Lo mire a los ojos, intentado descubrir que se traía tras aquella invitación a la cual no se encontraba incluida Emily.

_ No quiero incomodarte…Además, por lo que me estas diciendo, tienes que ir a Limerick por cuestión de negocios.
_ Espera…_ dijo al detenerme, al cruzarse en mi camino. Impidiéndome que saliera de la cocina_. No será ningún inconveniente que me acompañes… Además, solo será algo que no me quitara menos de una hora.
_ No lo sé…
_ Me encantaría que me acompañaras… Te dije que Irlanda tiene muchos lugares hermosos. Y quiero mostrártelos…
_ ¿Por qué si no he sido tan agradable contigo?
_ ¿Por qué?_ me miró con una mirada que podía decir más que las palabras mismas_. Porque me agradas… Y he visto, aunque no lo admitas, que te gusta Irlanda más de lo que puedan decir tus palabras…
_ Me agrada que ames tu país… Pero yo no te contrate para que fuese mi guía turístico. Apenas te conozco…Y es absurdo que te sientas comprometido con mostrarme las bellezas de tu país. Gracias… Pero no creo que sea buena idea.
_ ¿Por qué no? ¿Por qué no sería buena idea intentar al menos ser conocidos? ¿Por qué te ocultas en esa actitud tan fría y distante?
_ Matthew, no quiero ser grosera contigo… Pero, no gracias. No esta en mis planes dejar de ser quien soy.
_ Un buen punto para permitirme conocerte y hacer que me conozcas. Quizás me muestres así que me equivoco. Creo que dentro de quien finges ser. Hay alguien maravilloso…

   Sin embargo, mi negativa fue más fuerte que mi deseo de aceptar esa invitación.

   Me aleje de allí. Subí a mi habitación, excusándome con Emily, cuando me cruce con ella. Deseaba descansar un momento.

Capitulo 8

  Cuando la noche llego, y después de haber cenado con la familia de Emily y mi amiga. Subí a mi habitación como de costumbre. Emily me había visto el resto del día algo acongojada, aunque lo ocultara, por lo que espero para hablar conmigo. El momento indicado era en ese instante, por lo que subió pocos minutos también en dirección a mi habitación. Necesitaba que habláramos de amiga a amiga. Y quería ser discreta, sabiendo que en mi interior había algo que me hacia ser así.

_ ¿Puedo pasar?_ dijo al tocar a la puerta y a asomarse, sin cruzar el umbral.
_ ¡Por dios, claro que sí! Estas es tu casa… ¿Cómo se te ocurre preguntarme eso?
_ Sólo por si estas ocupada…_ dijo al cerrar la puerta_. ¿Hablaste con tus padres esta tarde? ¿Cómo están?
_ Extrañándome… Han pasado ya una semana sin mí…Y a veces se preocupan exageradamente por mi salud. He tenido que repetirles que me he sentido bien y que me estoy tomando mi medicamento al pie de la letra… ¿Sucede algo?
_ Quería hablar contigo…_dijo al sentarse en una silla que estaba en mi habitación.
_ ¿No me digas que será referente a Matthew?…
_ No…
_ ¿Por qué será que no te creo? ¿Sabes que me invitó a Limerick?
_ Sí, lo sé… Y le dijiste que no. Es una lastima… Limerick es una ciudad hermosa.
_ Puedo ir contigo… O por mi propia cuenta. No he querido molestarlo.
_ Para él no es ninguna molestia… Pero entiendo tus razones. No lo conoces lo suficiente para tener tal confianza con él. Por eso rechazaste su invitación…
_ Exacto…

   Me miró algo pensativa. Como si quisiese preguntarme algo más.

_ ¿Qué quieres preguntarme, Emily?
_ ¿Soy tan obvia?
_ Realmente sí…
_ Adrianne, ¿alguna vez piensas en el futuro?
_ Pues claro… ¿Acaso no lo hace todo el mundo?
_ ¿Y cómo crees que será?
_ Creo que cuando consigas a esa persona especial que toda mujer sueña, serás muy feliz. Yo seré la madrina de honor… O te demandare por daño moral a tu buena amiga sino me eliges. Seguiremos siendo también las mejores amigas…
_ ¿Y tú? ¿Cuál será tu futuro? ¿En verdad te niegas a que esa persona especial entre a tu vida?
_ No creo que exista…
_ Adrianne…
_ Emily…_ dije secamente. Dándole la espalda. Mientras hacia que buscaba algo, en una de las gavetas que estaba en la mesita de noche, a la derecha de la cama.
_ ¿Quién rompió tu corazón? ¿Cuándo sucedió? ¿Por qué no quieres hablar de eso?

   Respire hondo.

_ Porque realmente duele recordar un pasado que no vale la pena recordar…
_ Cuéntame que te paso… Quizás es lo que necesites…No es bueno guardar tanto dolor en el corazón…

   Me negaba a llorar, pero en ese instante mis ojos se humedecieron y las lágrimas  empezaron a bañar mi rostro. Mientras mi mente volaba a aquel pasado que tanto me dolía recordar.

_ ¿Recuerdas las fotos que te mostré a ti y a Matthew?
_ Sí…
_ Fueron un segundo juego que saque cuando regrese a Venezuela, antes de volver a Estados Unidos. Unas semanas antes había conocido a alguien que había visto mi trabajo. Me había propuesto sacar más fotos para un concurso que se llevaría en New York. En una importante revista… Y le creí… Le creí como una verdadera tonta. Fue después de que te marchaste y regresaste a tu casa. Yo me quede unos meses más… Estaba tan ilusionada por esa propuesta… Tenía tan solo 21 años. ¿Puedes imaginar lo emocionada que me encontraba? Empezaba a creer que alguien valoraba mi trabajo y que se me abría un camino en mi vida. Un camino a una profesión que me encantaba… Pero… No todo lo que brilla es oro.
_ No entiendo… ¿Qué paso?
_ Le di las fotos que tenía en mi laptop prometiéndole que sacaría unas mejores. El dichoso concurso se basaba en tener que mostrar lo mejor de mi país por medio de mis fotos…
_ ¿El concurso era una mentira?
_ No… Era verdadero. La mentira, era él. Hizo que también me enamorara de él…Me enamore de esa persona como no tienes idea… Y me deje engañar como una tonta. Una verdadera tonta… No todo lo que me dijo del concurso fue cierto. Era una vil mentira… Yo solo me convertir en su títere. Su anzuelo para conseguir lo que más deseaba. Un puesto en aquella revista como editor de fotografía. Hizo pasar mi trabajo como suyo, mientras me hacia promesas de amor para que no me percatara de lo que estaba haciendo. Me estaba robando todo mi trabajo. Me utilizó hasta que fue demasiado tarde para detenerlo y desenmascararlo ante esa revista… ¡Por dios! ¿Quién iba a creerle a una novata como yo? ¿Quién me iba a creer si él cambio mi nombre por el suyo y ese trabajo fotográfico no llevaba mi nombre ya?
_ Adrianne _ mencionó, pero no le escuché. Estaba tan sumergida en aquellos recuerdos dolorosos.
_ Jugo con mi corazón como quiso. Lo uso como un trapo que se utiliza y luego se tira a la basura. ¿Y sabes lo peor de todo?... Lo peor de todo es que estaba comprometido para casarse con otra. Jamás me amó… Sólo me utilizó. Pude escucharle lo que pensaba de mí cuando fui a su trabajo. Como se reía en mi ausencia. Como se enaltecía por su forma de manipularme, sin que él se percatara que le estaba escuchando. Yo acababa de llegar de Venezuela para llevarle esas fotos que vistes. Fueron las únicas que no pudo utilizar… Mi corazón se rompió en mil pedacitos ese día, mientras desaparecía de su vida. Jamás regrese a New York… Tome un vuelo de regreso a Caracas. Y he estado allí desde entonces.
_ ¿Por qué nunca me lo contaste?
_ ¿Por qué? Porque me sentía como una completa tonta. Porque me había dejado engañar de esa manera… Porque me avergonzaba de mi misma. Porque me sentía tan vacía. Porque lo que quería era que se abriera la tierra y me tragara por completo. Porque quería enterrar ese pasado. Porque no quería recordar el daño que me había hecho a mi misma por ser una soñadora.

   En ese instante, Emily se acercó a mí y le permití que me abrazara. Necesitaba llorar. Llorar como antes no había llorado junto a una amiga. Alguien quien en verdad pudiese escucharme.

_ ¿Por eso no crees en el amor?
_ Sí, por eso… Y no creo  que pueda volver a creer en el… No quiero volver a creer en el. No quiero volver a enamorarme… No quiero sentir ese dolor de nuevo. No quiero… No quiero…_ dije mientras lloraba sin consuelo alguno. Realmente había sido duro recordar todo aquello.

Capitulo 9

   Emily ahora comprendía mi actual actitud, y porque me protegía con aquella barrera que me hacia ocultarme. ¿Qué podía decirme para quitármela, cuando yo misma me prohibía hacerlo?

   A la mañana siguiente, al no poder dormir bien, me levante temprano. Busque una guía turística que me había comprado antes de ir a Irlanda, y busque en ella Limerick. Y me puse a leer y ver las fotos que se encontraban allí.
_ Es realmente hermoso el castillo del rey John. Debería animarme ir sola, al menos… ¿Qué difícil puede ser?

   Apague mi laptop, mientras guardaba de nuevo aquella guía en mi bolso. Me levante y me dispuse a caminar hacia la ventana. Se veía aún oscuro el cielo hacia el occidente. Al mismo tiempo en que un gallo empezaba a cantar. Me encontraba en la parte más famosa de Irlanda, por lo que debía aprovechar en conocerla aún más, mientras descubría como llegar a Limerick por mi propia cuenta.

_ Debo empezar a aprovechar el día -

   Fui al baño, tomé una ducha y luego me vestí. Había empezado a escuchar sonidos en la cocina, y me supuse que podía ser la madre de Emily. Me hice una cola de caballo, mientras me miraba al espejo. Mis ojos castaños me miraban como siempre, mientras me arreglaba mi cabello, que era del mismo color de mis ojos, y algo liso ondulado.

   Esa mañana me había puesto unos jean con un suéter de cuello alto color verde oscuro. Tomé mi bolso, verificando que no me faltara nada. Además de mi chaqueta. Sabía que pronto amanecería y era mejor aprovechar la mañana.

_ Buenos días, señora O´Hara -
_ Adrianne, ¿qué haces tan temprano despierta?
_ Amanecí con muchas energías para seguir conociendo la provincia de Connacht…O me anime a ir a la provincia de Munster, específicamente al condado de Clare.
_ Y aún te faltan muchos lugares a cuales ir… ¿Te apetece una taza de café?
_ Sí, gracias… La verdad ya tengo en mi mapa lo lugares a los cuales debo ir… Quizás me anime a ir a la playa de Ballybunion. O a Bunratty para ver el inmenso castillo que se encuentra allí. Toparme en el camino con esos lugares tan fascinante que se encuentran cuando uno menos espera cruzarse con ellos.
_ Ciertamente…_ sonrió.

   Tome mi desayuno con gusto. Mientras ignoraba aquel automóvil que se detenía en la entrada, hasta el instante en que alguien tocó la puerta. Y la señora Shannon O´Hara, se acercó a abrir la puerta.

_ Si que has madrugado… No te esperaba tan temprano._ dijo al abrazar a Matthew.
_ Dios siempre ayuda al que madruga…_ dijo sonrientemente_. Sólo pasaba un instante. Estaba por marcharme a una reunión de trabajo en Limerick…
_ Pasa, toma una taza de café, Emily aún está durmiendo. Ya debe estar por levantarse, si estabas por reunirte con ella. Adrianne esta desayunando en la cocina. Estábamos hablando sobre su intención de salir sola esta mañana.
_ ¿Esta despierta?_ preguntó asombrado. Casi feliz de conocer esa noticia.
_ Sí, pasa a saludarla antes de que te marches.

   Caminó hacia la cocina. Ya yo lo había escuchado y sentía tantas ganas de desaparecer en ese instante. ¿A qué había ido él a la casa de aquella familia? ¿Y tan temprano?

  Rogaba en mí silencio que no fuese a insistir en aquel viaje a Limerick al cual me había negado. ¿Acaso no podía entender un no?

_ Hola…_ dijo sonriente al verme.
_ Hola…_ le respondí por cortesía, mientras se sentaba en la mesa.
_ Shannon me ha dicho que piensas ir por tu cuenta a ciertos lugares del condado de Clare.
_ Sí… Realmente…
_ Toma Matthew…_dijo la señora O´Hara mientras le daba su taza de café_. ¿Por qué no la invitas a Limerick?... Y así también la llevas a los lugares que ella quiere ver en Clare, a su regreso. No tienes que desviarte de tu camino. Esta en la vía que debes tomar a Limerick.

Sus ojos me miraron. Era lo que me faltaba a mí, para sentirme aún más comprometida.

_ Yo no tendría ningún problema… Más bien, me encantaría… ¿Y a ti, Adrianne?

   Si las miradas mataran. Yo lo habría matado en ese instante.

_ Acompaña a Matthew… Te va encantar el viaje a Limerick y dejas así para otro día tu intención de recorrer Irlanda sola.
_ Hmmm… No quisiera ser una molestia. La verdad…_ expresé incómoda, ya que no quería verme como una grosera, y menos en frente de la madre de Emily.
_ No lo serías… Te lo aseguro…_ se adelantó Matthew al interrumpirme, mientras me miraba fijamente a los ojos. Con un brillo que odie en ese momento.
_ Ya esta dicho… ¿Y que mejor compañía que Matthew?_ sonrió la madre de Emily_. Tranquila que estarás en buenas manos. Cuando Emily despierte le diré que te has ido con él a recorrer Limerick. Estará más que contenta…
_ Yo… Bueno… Será… Está bien…_ dije, esperando que Matthew se tomara su café y así marcharnos. Algo de lo que estaba completamente segura, era que a solas le haría saber lo molesta que estaba.

¿Quién me había mandado a despertarme tan temprano? ¿Quién me había mandado a abrir mi gran bocota y decir que quería irme sola a recorrer más lugares de Irlanda? Allí tenía el resultado. Darle en bandeja de plata a Matthew la oportunidad de salir juntos. Aunque ni fuese una cita.

   Subí en su automóvil. Sentándome en el asiento de copiloto. Mientras me colocaba el cinturón de seguridad y notaba aquella sonrisa que Matthew trataba de ocultarme.

_ ¡Eres realmente insoportable!_ dije al romper así el silencio. Mientras él se alejaba de aquel lugar.
_ Perdóname… No fui quien se despertó tan temprano para recorrer Irlanda por si sola. Además no podía ser descortés cuando la madre de Emily propuso que me acompañaras. ¿Cómo crees que me vería?
_ Pudiste decir algo…
_ Y tú negarte por completo… Pero tampoco dijiste nada. Por lo que no soy el único culpable.
_ ¿Por qué viniste, entonces, tan temprano?

   Su silencio fue mi respuesta. Por lo que hice un soplido de disgusto.

_ Lo siento… No esperaba que estuvieses despierta, realmente. Aunque no quería abandonar aún la idea de lograr convencerte. Quería en verdad que vinieras conmigo y así mostrarte Limerick.
_ ¿Nunca entiendes un “no”, verdad? ¿Qué tal difícil resulta en tu diccionario entender su significado?
_ Cuando me interesa algo… Realmente, su significado llega ser para mí: <<No te detengas. Insiste…>>
_ ¡Perfecto!...
_ Disfruta el viaje… Si a la final del día sientes que no valió la pena. Entonces, en verdad, moléstate conmigo… ¿Te parece?
_ ¿Y arrancarte la cabeza?_ dije en un tono irónico al mirarlo fijamente a los ojos.
_ ¿Por qué no?_ sonrió, sabiendo que muy difícilmente sucedería eso.

Capitulo 10

   No puedo ignorar que aquel recorrido rumbo a Limerick me hizo sentirme realmente encantada de haber ido con Matthew. Él mientras tanto conducía, sabiendo que me encontraba encantada de estar allí, por lo que puso un poco de música irlandesa. Sabía, también, que no era momento de buscarme conversación. Por lo que me observaba con el rabillo del ojo mirar aquel paisaje, como un niño pequeño cuando se encuentra en un lugar soñado.

   Cuando llegamos a Limerick, lo acompañe a donde se reuniría con otro granjero, que vivía en aquel lugar. Hasta dejarlo solo, y quedarme en un rincón, mirando aquel paisaje que se abría ante mis ojos.

_ Es más hermoso que en la guía… ¿Y yo pretendía perderme esto?…_ me dije a mi misma, sin percatarme que Matthew había regresado por mí.
_ Te dije que te encantaría…
_ Definitivamente te encanta asustarme…_ dije al mirarlo con cara de pocos amigos_. Pensé que estabas reunido.
_ La reunión era breve… Quiere comprar uno de mis caballos de raza Irish Hunter.
_ ¿Y por qué no fue a Galway a hacer el negocio?
_ Porque le dije que iba a pasar casualmente por aquí… Ira el fin de semana a verlos. Y decidir cual le gusta…
_ ¿Puedo hacerte una pregunta?_ medio encerré los ojos. Tratando de contenerme. Sabía la respuesta que iba a encontrar.
_ Por supuesto…
_ ¿Habías planeado que aceptara con la excusa de que tenías que hacer un negocio, y así lograr que no me sintiera como en un compromiso?
_ Posiblemente…
_ Eres… Eres increíble… ¡¿Me engañaste?!
_ Técnicamente, no… ¿Acaso no me reuní con Paul Connolly?
_ Pero pudiste llevarla en tu granja… No aquí. Y él ya te hubiese comprado lo que te iba a comprar.
_ ¿Y acaso si te invitaba, solo con la intención de hacerte querer mostrarte Limerick, hubiese venido? ¿Verdad que no?
_ No…_ dije resignada. Ya estaba allí.
_ Vamos hacer una tregua… Déjame mostrarte los lugares que quiero y luego eliges que hacer conmigo…
_ Muy graciosito…_ sonreí disgustada. Pero acepte su propuesta de hacer un recorrido por aquel lugar. Algo que a él le encantó.

   << Sé que estas disgustada. Pero me has dado algo en que pensar el resto del día… Intentare transformar ese disgusto en alegría… Aunque también te ves hermosa así disgustada, Adrianne. >>

   ¿Tengo que ser sincera?... Realmente, no sabría decir como, pero él transformó aquel disgusto en admiración. Escucharlo hablar con ese acento irlandés, realmente era encantador.

_ ¿Y ahora?_ me preguntó cuando salíamos del castillo del rey John.
_ ¿Ahora? ¿Ahora, a que te refieres?
_ ¿Sigo estando condenado? ¿O el veredicto ha cambiado?
_ Sigues siendo culpable…_ dije y mire a sus ojos. A esos ojos verdes avellanas que seguía mirándome de esa forma en que me inquietaban_. Pero tenías razón… Es un lugar bellísimo. Por lo que te perdono, brevemente.
_ Al menos es algo…_ se río a carcajadas_. Si que eres difícil de convencer.
_ Sabes que estoy  aquí, no por mí, sino por ti…
_ Ok… Ok… No vayamos a discutir por eso. Ya te he dicho que quiero hacer la paz, no la guerra contigo. Sacare mi bandera blanca.
_ Tendré que considerarlo…
_ Es algo, al menos… Vamos a seguir caminando…

   Cuando llego el mediodía, Matthew me invitó a almorzar con él. Realmente era difícil negarse, por lo que acepte. Y fuimos a un Pub Irlandés que se encontraba allí.

_ ¿Bailas?_ me preguntó mientras mirábamos el menú, y decidíamos que plato elegir.
_ Disculpa…
_ Te pregunte si bailas…
_ No… La verdad nací con dos pies izquierdos y dos oídos sordos.
_ Eso tiene solución…_ sonrió.
_ Ustedes los irlandeses si que aman la música.
_ Realmente esta en nuestro ADN. Además nuestra música habla de nuestra cultura. Es música hecha del corazón… ¿Has escuchado algún músico irlandés?
_ Realmente… He escuchado a U2, a Sineád O´Connor, a The Cramberries, a Boyzone… Y a Westlife.
_ ¿Y te gustan?
_ Sí, porque no…
_ ¿Quién de todo te gusta más?
_ Westlife.
_ ¿Westlife?_ dijo mirándome sorprendido, encontrando otra respuesta que le mostraba que no era tan fría como me hacia ver.
_ ¿Qué pasa?
_ Son buenos… Su música es muy romántica.
_ Sí… ¿Por qué me preguntaste eso?
_ Simplemente por curiosidad…
_ Pensé que pretendías invitarme a bailar. Pedir alguna canción de ellos…

   Sonrió con picardía.

_ No sería mala idea. Pero sería colocarme una soga en el cuello en estos momentos… Además, cuando te invite a bailar, quiero que esté Emily. Así aceptarías… No te sentirías tan comprometida.
_ ¿Y quién te dijo que aceptaría salir a bailar?
_ ¿Y perder la oportunidad de bailar con un excelente bailarín irlandés?... Eso no tiene precio._ se hizo el sorprendido, mientras me sonreía con cierta picardía.
_ Es muy amable de tu parte que te preocupes por dicho privilegio… Pero no me interesa aprender a bailar.
_ Ya veremos…
_ Creo que acabas de decir que aprecias tu cuello-
_ Ciertamente, pero hay sacrificios que valen la pena-

   Al ver la certeza y  la seguridad con que lo decía. Y la mirada con la que me miraba a los ojos, preferí guardar silencio. Aquello en vez de molestarme me causaba gracia. Realmente jamás había conocido a alguien como Matthew.

   Pedimos y almorzamos, mientras el silencio volvía a hacernos compañía. En parte porque yo no quería hablar.

  ¿Westlife?, ¿Con que te gusta ese grupo irlandés?, interesante… Muy interesante…Muestra que dentro de ti hay alguien romántico que ocultas en tu fría jaula de cristal… Poco a poco iré conociéndote. Hasta derrumbar esas barreras… Un buen irlandés nunca se da por vencido cuando encuentra algo que vale la pena

Capitulo 11

_ Mi madre me contó esta mañana… Te juro que estaba que mataba a Matthew. No sabía que vendría, te lo juro…
_ Valió la pena… Limerick me encantó… Además de los lugares que se detuvo en el condado de Clare. Me encanto la playa de Ballybunion. Y el castillo de Bunratty Y creo que le quedo claro a Matthew que si lo vuelve a hacer. Lo matare…
_ Seremos dos…

   Nos sonreímos, mientras le mostraba las fotos que había tomado ese día.

_ ¿Suele ser así con todas tus amistades?_ le pregunté por curiosidad.
_ Realmente… No. Eres la primera. Creo que le agradas demasiado. O le intrigas…
_ ¿Le intrigo?... Wow…_ estaba completamente atónita al saberlo.
_ Recuerda que todo este tiempo le describí a alguien distinto a quien eres ahora…
_ Comprendo….
_ No te preocupes. Mañana hablare con él…
_ Tranquila… Creo poder sobrevivir con todo esto…_ me sonreí_. Jamás creí conocer a alguien como él. Sólo intenta ser amable… Nada más.
_ ¿Segura?
_ Segura…
_ Bueno, te dejare descansar… Hasta mañana.
_ Hasta mañana.

   Después que ella salió, me metí en la cama y me cubrí con el edredón hasta la barbilla. Afuera empezaba a llover, mientras yo sonreía recordando como había caído inocentemente en la excusa de Matthew.

   Y sin poder creerlo, aunque me causara gracia en ese momento. El rostro de Matthew llegó a mi mente. No podía comprender como le podía agradar alguien que había sido todo ese tiempo distante y fría con él.

_ Sigo pensando en ti, Adrianne… Si que te me has metido en la cabeza. Y en los tuétanos. Y no comprendo cómo ni por qué… Pero me esta gustando…_ decía Matthew mirando el techo de su habitación,  mientras estaba acostado y escuchaba el sonido de la lluvia_. Realmente quiero conocerte… Conocer seriamente a quien ocultas dentro de ti.

   A la mañana siguiente, como de costumbre, me desperté temprano. Pero el viaje del día anterior me había agotado, por lo que después de desayunar. Me dispuse a tomar otro libro de Nicholas Sparks. Este era: “Querido John”. Y salí al jardín, sentándome en un banquito cerca de la sombra. Ese día, Matthew no apareció durante todo el día, algo que agradecí. Aunque en el fondo extrañaba discutir con él. Me ocupe de ayudar a la mamá de Emily a preparar el almuerzo, mientras mi amiga llegaba. Y después la cena.

      Un día más había pasado en Irlanda. Disfrutando de la vida en aquel lugar, mientras seguía distrayéndome, ignorando un poco que estaba enferma. Quería estar feliz y contenta. Y por eso había ido a Galway.

   Pronto llego el viernes.

_ Hola…_ dijo Matthew, al encontrarme al mediodía en el jardín.
_ Hola…
_ ¿No te asuste esta vez, o sí?
_ Realmente… Ya me sorprendía que no lo hicieras…_ dije mientras cerraba el libro y le hacía ver el titulo de aquel libro_. ¿A qué debo tu asombrosa visita?
_ Primero, para hacer formal la propuesta que le hice a Emily.
_ ¿Cuál propuesta?
_ La de enseñarte a bailar… Te lo prometí cuando estuvimos en Limerick.
_ ¿Bailar? ¿Te has vuelto loco de remate?
_ Un buen irlandés no puede resistirse a enseñarle a una bella chica a bailar.
_ Pues esta chica si que se resiste… No me gusta hacer el ridículo.
_ No lo harás…
_ ¡Por dios! ¿Qué parte de que no sé bailar y no quiero hacer el ridículo no entiendes?
_ Adrianne… No te niegues a aprender. Aún no es tarde…
_ ¿Emily no está de acuerdo, verdad?-
_ Le dije que era un asunto que habíamos hablado… Y ella me dijo que si era así. Ella vendría esta noche al Pub que solemos ir. Y aún no te hemos llevado…
_ Matthew… Si aprecias tu cuello. En verdad, desistirás, ¿Ok?...
_ ¿Y si no?
_ Sencillamente no pienso ir a ninguna parte…
_ ¿Vienes a Irlanda, y piensas marcharte sin haber tenido la oportunidad de bailar con un irlandés?_ cruzó los brazos, fingiendo hacerse el sorprendido.
_ Puedo vivir con eso… Te lo juro._ exprese secamente.
_ Pues yo no…
_ No insistas… No iré…

   Su sonrisa me decía más de lo que él pudiera decirme.

_ No te quitaré más tiempo… Nos vemos en la noche.
_ Pues, te quedaras esperándome sentado. Pues de pie te cansaras.
_ Lo veremos…

   Y él tenía razón. Se había salido con la suya, pues alguien que apreciara ir a Irlanda. Tenía que ir de noche a un pub irlandés. Por lo que aunque no quería ir. Me encontraba con mi amiga y su familia en aquel lugar.

_ Buenas noches…_ nos dijo al acercarse a nuestra mesa. Habíamos llegado antes que él.
_ Hola Matthew… ¿Qué tal tu día?_ le preguntó el padre de Emily.
_ Bien… Con los contratiempo de siempre. Pero en general bien, pudo haber sido peor.
_ El domingo iré a ayudarte…
_ Gracias Peter…_ en ese instante posó sus ojos en mí_. ¿Cómo estas, Adrianne? ¿Qué te parece el lugar? ¿Ideal para bailar?
_ Perfecto…_ dije en un tono sarcástico. Mientras veía en sus ojos esa sonrisa de triunfador.

   Como era ya habitual en mí, aquella noche no bebí. Sólo me limite a verlos beber. Mientras escuchábamos la música en vivo. Emily se lo había advertido. Yo realmente no me sentía a gusto en aquel lugar, en donde me veía obligada a bailar con él.

_ Ven… Vamos a bailar…_ dijo al tomarme de las manos, asombrándome a mi misma y a los padres de Emily.
_ Yo…
_ No es difícil… Vamos. Te prometí un baile irlandés.
_ Esta bien… Sólo uno.

   ¿Qué  sucede en uno, cuando todas las emociones vividas, están atrapadas y todas esas palabras que se han hablado nos atan a la vida que tememos mirar?

    Sin quererlo, con Matthew cada día aprendía una lección de vida. Aprendía que con cada nuevo paso que tomaba, habría de encontrar respuestas que ni me esperaba.

   Había otro mundo dentro de mí, que aunque me negaba a mostrarle, él estaba descubriendo. Sabía que tras de esa apariencia había alguien. Alguien que necesitaba ser descubierta. Sin ver que también había un secreto que callaba, que  no podía ocultar por mucho tiempo, aunque quisiera. Era la causa de que me distanciara también de él. Porque también eran la causa de que tuviese miedo de enamorarme.

_ ¿Te gusto?_ dijo al sonreír, mientras yo intentaba no estrangularlo. Aunque la verdad la experiencia siempre sería para mí inolvidable.
_ ¿Tengo que responderle a alguien como tú?
_ ¿Es un cumplido o un insulto?
_ Deberías tomar el que este más acorde contigo… Por lo que tú sabrás.
_ ¿No me perdonaras jamás?
_ ¿Pensar perdonarte?... Alégrate que no te mate en frente de esta multitud.
_ Buen punto… Pero, ¿me vas a negar que no ha sido divertido?
_ Si aprecias tu vida… Es mejor que te quedes calladito el resto de la noche.

   Él sonrió al ver mi enojo. Me podía comparar como una niña, que había sido llevada a algún lugar sin querer y a regañadientes.

_ Entonces, estaremos así el resto de la noche…_ hizo un gesto gracioso al mirarme.
_ ¿Qué más esperabas?... Resígnate a esta idea. Como lo estoy haciendo yo

Capitulo 12

  Sábado. Cuanto agradecí que llegara el sábado. Mientras al despertar recordaba lo que había tenido que vivir gracias a Matthew.

_ ¿Tienes una cara de pocos amigos esta mañana?_ me dijo Emily al entrar en mi habitación, después de desayunar en el comedor juntas_. ¿He dicho algo que te disgustara?
_ ¿Acabas de nombrar al responsable?
_ Pensé que estaban llevándose bien…
_ Realmente… Hasta que se le ocurrió la gran idea de enseñarme a bailar…Allí excavó su propia tumba.
_ Lo siento mucho… Yo…
_ No eres culpable de nada. ¿Somos todos adultos, no?
_ Pero es que yo hable con él…
_ Siéndote sincera… Esta mañana no lo quiero ver ni en pintura. Al menos en lo que perdure el día… Excúsame, pero no quiero hacer nada donde él esté. No me apetece hacerlo. Y más cuando lo que quiero hacer es ahorcarlo en este momento.
_ ¿Qué te pareces si vamos, entonces, a Kylemore Abbey? Esta en esta misma provincia. Es un castillo victoriano de estilo neogótico. Y luego pasamos por Cong, para que veas el castillo Asfhord, que antiguamente era la residencia de la familia Guinness. Ahora es un hotel…
_ Está bien-
_ Déjame buscar mis cosas y nos vamos.

   La vi salir de mi habitación, por lo que me dispuse a arreglar mi bolso y a buscar mi chaqueta. Aquel recorrido me parecía increíble. Además de que no tenía que verle la cara a Matthew. Emily se encerró en su habitación un momento, cuando recibió la llamada de Matthew. Él  sabía que había metido la pata al fondo y que se había arriesgado mucho al sacarme a bailar. Cuando la realidad era lo menos que quería.

_  Entonces, sigue molesta.
_ ¿Qué crees?... Te lo advertí… Pero no me quisiste escuchar. Ahora no quiere verte ni en pintura. Por lo que solo saldremos nosotras dos sin ti…Ya te dije que la dejes tranquila. Ibas a hacer de guía… No su sombra.
_ Emily…
_ ¿Has perdido la razón?… No sé si molestarme contigo también. Te dije que era mi amiga…
_ No puedo… No esta en mí. Por lo que no me pidas que la deje tranquila. No puedo…
_ Te aprecio demasiado, Matthew… Pero recupera la cordura. Ella ni le importas tú. ¿Qué pretendes? ¿Hacerte daño por alguien quien ni te mira? Va a ser dura la caída. Estas volando muy alto…
_ Es muy amable que te preocupes por mí, pero será mi caída…
_ Matthew, ella pronto regresara a Venezuela. Ni siquiera la conoces lo suficiente para saber si ella con el tiempo te mire…O si te quiera abrir su corazón.
_ Eso tampoco lo sabes tú…
_ Que coste que te lo advertí… No seguiré insistiendo. Me tengo que ir. Adrianne me espera.
_ Ok… Hasta luego.

  Emily estaba molesta con Matthew por lo cabeza dura. Se reunió conmigo en la sala y juntas nos subimos a su automóvil. Sin hacerme saber sobre aquella conversación. Si Matthew quería darse un buen golpe, él sería el único responsable. Ya ella no le diría nada más. Ya él estaba muy grandecito para las gracias. Que aprendiera al darse un buen golpe con la caída.

   Aquel día disfrute aquella salida entre amigas. Y se había convertido en una de mis favoritas.

   Pero cuando llegue de nuevo junto a Emily a Galway, me encontré con algo que no esperaba encontrar en mi habitación.

_ Te lo trajo Matthew… Me pidió que lo dejara en tu habitación._ me había expresado la madre de Emily. Antes de dejarnos sola a Emily y a mí.
_ ¿Matthew?_ dije mirando a mi amiga sin poderme creer eso.
_ Si quieres se lo devuelvo…_ dijo Emily apenada.
_ Esta bien… Yo misma se lo llevare mañana. Gracias…_ dije y me despedí de ella, excusándome de que estaba agotada, mientras cerraba la puerta_. ¿Qué te traes, Matthew, que no entiendes un no?... Sinceramente esto no me puede estar pasando a mí._ abrí aquel obsequio, encontrándome con un libro de cuentos de Oscar Wilde.

   << Es un pequeño detalle, para pedirte disculpa… Son cuentos de Oscar Wilde, un escritor irlandés. Espero que te guste. Sé que te gusta la lectura… Siento haberme comportado como un tonto. Matthew… >>

_ ¿Un tonto?... Si que te quedaste cortó. Mañana te tendré que entregar tu regalito. Aunque sea un lindo detalle…

     Ahora que me detengo a pensar en ese ayer. Y siento a mi corazón latir tan triste. Comprendo muchas de las cosas que no quise ver antes. Mientras me preguntó: ¿Por qué cuando quería huirle al amor, Matthew se encontraba allí, entrando en mi vida?

  Sencillamente porque aunque llevábamos dos vidas diferentes, al igual que dos líneas que nunca se cruzan, la  vida se estaba encargando de que nuestros caminos se cruzaran. Aunque no estuviese en mi mente, ni en mis planes enamorarme.

Capitulo 13

   Me desperté antes de que aclarase el cielo. Me bañé y me arregle, sabiendo que  Matthew estaría ya despierto. Preparándose para la jornada diaria en su granja. Me coloque un gorro, dejándome así el cabello suelto. A su vez de colocarme un suéter de color mostaza con una chaqueta verde oliva. No quería que Emily se despertara antes de que estuviese ya en camino a casa de su buen amigo. Sabiendo que era un asunto de dos. No de tres. Por lo que no quería involucrarla en algo en lo que me podía ocupar yo solita.

   No me detuve ni siquiera a ver el amanecer. Ni como las nubes se estaban concentrando en el oeste, desde el mar. Sólo me dispuse a caminar y a caminar. Mientras colocaba mis manos aguantadas, en los bolsillos de mi chaqueta. Pronto tendría a Matthew frente a frente y eso realmente lo que me importaba.

   ¡Que dios se apiadara de él!, pues realmente me encontraba de mal genio. Con los apellidos bien revuelto.

Matthew me vio a lo lejos caminar hacia su propiedad. Estaba realmente enojada. Se podía ver con cada paso que daba. Y la forma en que caminaba hacia él. Como un tren que se ha ido a la deriva, al no tener el control de los frenos.

_ Hola…_ dijo quitándose su gorro, mirándome sin saber que más decir. Sabía que había cruzado una raya peligrosa. Y la consecuencia de sus actos la tenía en frente de él.
_ Hola… No te preocupes. No vine a matarte. Solo vine a entregarte esto… _dije secamente al sacar aquel libro de mi bolso_. Muchas gracias. Pero no lo quiero…
_ Es evidente que sigues molesta conmigo.
_ No hay motivos más claros que los que ambos conocemos.
_ ¿Siempre eres así tan delicada?
_ No me busques la lengua… Que por ser el amigo de Emily, estoy controlándome realmente.
_ Espera…_ dijo cuando me di la vuelta para retomar mi camino de regreso_. ¿A qué le tienes miedo?
_ ¿Miedo?...
_ Sí, ¿a qué le tienes miedo?
_ A nada… Absolutamente a nada.
_ Entonces, ¿por qué ese témpano que tienes como barrera? Sé que la verdadera Adrianne se oculta tras esa imagen impenetrable.

   No dije nada. Sólo me limite a continuar con mi camino. Odiándome por haber ido sola a aquel lugar. ¿Qué había ganado? Absolutamente nada… Nada. Sólo encontrarme con esas preguntas que yo misma me negaba a responderme.

_ ¿A qué le tienes miedo?_ dijo al colocarse en medio de mi camino. Mirándome fijamente a los ojos.
_ ¿Qué te pasa? ¿Has perdido un tornillo?
_ No… Sólo quiero saber la verdad. Por lo que sácame de mi error…Pues  una parte de mi se niega a creer que quien finges ser, seas realmente tú.
_ ¡Quítate del medio, Matthew!... O te juro que no respondo.
_ No lo haré hasta que respondas mi preguntas…_ dijo firmemente.
_ No tengo nada que responderte…_ dije molesta. Tratando de zafarme de su camino. Evitando ver sus ojos ya que trataba de controlarme.

Logre avanzar un poco más, al pesar que él me seguía los pasos. Se negaba a que todo quedara hasta allí. Sin embargo, yo seguía caminando. Ignorándolo. Odiándome por haber sido tan orgullosa y haber deseado restregarle en su cara aquel obsequio que me había dado, para que así me dejara en paz.

_ Por favor…
_ ¡Matthew, déjame en paz!... No te debo ninguna respuesta a ti ni a nadie, ¿me entiendes bien?
_ No… No te entiendo… ¿Y sabes por qué no te entiendo? Porque tu actitud de siempre estar a la defensiva me hace suponer solo una cosa… Estas huyendo porque sientes lo mismo que yo siento por ti. Y te niegas a verlo con tus propios ojos.
_ ¡¿Qué?!..._ expresé atónita, al detenerme. Aquello no me podía estar pasando a mí_. ¿Te estas escuchando? ¿De qué diablos estas hablando?_ lo miré seriamente.
_ No puedo sacarte de mi cabeza… Y juro que lo he intentado, diciéndome que no debería sentir esto. Pero  te has convertido en alguien tan enigmático para mí. Y cuando yo miró a tus ojos… En el fondo veo lo mismo.
_ ¡No seas absurdo!…
_ Entonces, se sincera conmigo… ¿Por qué te escondes en ese témpano de hielo que te hace distante y fría?
_ Es irracional continuar con esta conversación…
_ Para ti…No para mí…

Se acercó más a mí y colocó sus manos en mis brazos. Necesitaba retenerme por más tiempo…

_ Mírame Adrianne, mírame a los ojos y dime… ¿A qué le tienes miedo?
_ ¡Suéltame!... Ya te respondí que a nada… Por lo que lo siento por ti si no me crees y te has hecho ilusiones…
 _ Entonces ¿Por qué huyes como si fueses una niña? ¿Por qué esta actitud tan fría?

   No dije nada. ¿Qué más podía hacer o decir? Si todo lo que me rodeaba me traicionaba. Cuando él rozo mi rostro, sin apartar su mirada. Haciéndome sentir el roce de su respiración, también.

_ ¿En verdad no comprendes un “no”?_ dije al mirarlo de nuevo a los ojos.
_ Cuando algo me interesa… No.
_Pierdes tu tiempo conmigo. Déjame ir…
_ ¿Alguien rompió tu corazón, verdad? ¿Por eso eres así?...

   No le respondí. No entendía que me pasaba al mirar su mirada llena de súplica. Como pidiéndome que le mirara.

_ ¿Cómo puedo hacerte ver que no te miento cuando te digo que no quiero romper a tu corazón?... No soy de esa clase de hombres.
_ Matthew…
_ Si lo hiciese, es como si hiriese al mío. Y sé lo que se siente que le hieran el corazón a uno… Yo también pase por eso.
_ Déjame ir… Por favor… No insistas…
_ Mírame a los ojos… ¿Te gusto un poco, verdad? ¿Por eso tu armadura y tu barrera de hielo?
_ ¡NO!…_ dije al mirarlo como si lo estuviese desafiando. Algo que realmente para mi sorpresa me había costado hacer. ¿Acaso él podía ver más de lo que yo podía ver?
_ Adrianne, en todo lo que pienso ahora, es en ti… En la maravillosa mujer que ocultas y deseo conocer._ sonrió, sin imaginar la tensión que producía dentro de mí, como si dos personas lucharan dentro de mí_.  Cada día que pasa, solo pienso en como descubrirla. Porque sé que es algo que vale la pena. Un buen irlandés sabe cuando vale la pena luchar. Y como buen irlandés, sé que no me equivoco cuando te miro y sé que no importa cuantos no me digas. Cuanto más grande es el desafío que me pone, más es mi deseo de conseguir el resultado que espero. Para que te ame más, dime que no… Y veras como consigo esa llave a tu corazón.
_ ¡Basta, Matthew!..._ mis ojos se habían llenado de lágrimas, en aquel instante me solté de él y corrí no muy lejos. Hasta detenerme.

   No entendía que le ocurría a mi propio corazón. Me estaba traicionando aún más, cuando las primeras gotas de lluvia empezaron a caer del cielo. Y Matthew se acercaba de nuevo a mí. Preocupado. Nunca se había imaginado que sus palabras llegarían al fondo de mi ser y me harían llorar. Derritiendo aquel témpano de hielo que me hacía tan impenetrable e insensible.

_ Lo lamento… Lo lamento. No debí hacerte llorar…
_ No deberías enamorarte de mí…_ dije en un susurro a mirarlo a la cara. Sintiéndome tan indefensa. Y como una niña pequeña llena de tanto miedo.
_ ¿Por qué?..._ dijo al rozar mi mejilla derecha_. ¿Por qué no? ¿Qué fuerza mayor me impediría eso que siento por ti?
_ Matthew…_dije en un tono de suplica.
_ Ven… Hablaremos de eso en otro momento. Esta lloviendo. Y puedes resfriarte… Ven. No te dejare que te marches con este tiempo.

Capitulo 14

   Entramos en su granja. Mientras él me miraba preocupado. Me dejo en la sala, mientras iba en busca de ropa seca y una toalla.

_ Cámbiate en el baño, no te vaya a dar algo…
_ Gracias Matthew, pero no quiero causarte molestia. Estoy bien así…
_ Hazme caso, por favor… ¿Acaso no ves lo empapada que estas? ¿O es que quieres enfermarte?_ dijo mirándome preocupado.

   Lo miré con resignación, mientras tomaba la ropa y la toalla, y me dirigía al baño, a su vez que él se acercaba a la cocina a hacer  café y algo para desayunar.

   Cuando salí del baño, lo miré sintiendo una repentina oleada de… ¿De qué? ¿Pena, afecto, amor? No, amor por supuesto que no. Ese era un sentimiento que no quería volver a sentir por nadie más. Y sin embargo, era algo que empezaba a sentir, aunque me lo negara a mi misma un millón de veces. O más…

_ Siéntate en la mesa. Te preparé algo de desayuno, además de un café…
_ Gracias, pero no te hubieses molestado…Además, nadie sabe que salí. Estarán preguntándose donde estoy… Y esta lloviendo.
_ Ya lo hice, por lo que siéntate. Emily esta en cuenta que estas aquí… Le dije que personalmente te llevaría._ me dijo con una voz que no aceptaba negativas_. En verdad siento que hayas venido con este tiempo…
_ No debiste hacerme un regalo, y más cuando estaba molesta contigo…
_ Bueno… La lluvia lo arruinó._ medio sonrió_. Por favor, toma el desayuno. No me hagas sentir más culpable de lo que me siento.

   Él se sentó, mientras me disponía a desayunar junto a él. ¿Qué me sucedía? ¿Por qué ya no me sentía segura detrás de mis barreras? ¿Dónde se habían ido?

   Y la respuesta era aún más clara, se habían esfumado Matthew las había derrumbado.
    Cuando mi ropa estuvo seca, gracias a que él la puso en su secadora. Y pude colocármela de nuevo. Matthew aún me miraba con esos ojos que me hacían sentirme desvanecida. Era una nueva Adrianne. Una Adrianne que ciertamente había olvidado.
_ No me mires así-
_ ¿Por qué no?-
_ Porque no me gusta, me incomoda-


   Matthew se acercó a mí al ver que bajaba la mirada. Colocó sus manos en mi quijada y buscó una vez más mi mirada. Dejando atrás mi petición de que no se enamorara de mí…

_ ¿Por qué no debería enamorarme de ti?…_ susurró con ternura_. ¿Por qué?... No es una respuesta clara lo que me dices. ¿Es por qué sólo debería verte como la amiga de Emily? ¿Por qué solo quieres ser eso para mí? ¿Una simple conocida que conocí en un otoño que será en mi vida inolvidable?

   Lo miré, sin saber que decirle. Mi corazón latía más fuerte de lo normal. Traicionándome. Olvidándose del dolor cuando uno ama.
 
_ Sí, solo como una simple conocida. Es absurdo continuar con esta conversación._ expresé algo molesta y triste_. Es mejor que me lleves ya de regreso…
_ Siento informarte, entonces, que lamento no darte ese gusto… Pero, me enamore de ti… Sé que me pediste que no lo hiciera. Pero es lo que siento por ti.  No estoy jugando contigo. Estoy siendo sincero… Te estoy abriendo mi alma… Lo que nunca había hecho antes…
_ No insistas. No lo hagas, por favor… ¿Es que acaso no te has percatado de que no vivo aquí en Irlanda? _expresé al interrumpirle, sintiendo un nudo en mi garganta. Cerrando los ojos.
_ ¿Y crees que la distancia me importan?... Mírame Adrianne, mírame a los ojos y dime… ¿A qué le tienes miedo? ¿A enamorarte también de mí? ¿A descubrir que un loco irlandés como yo, se pudo enamorar realmente de ti?

   No dije nada. Pronto sentí el roce de su respiración, hasta aquel instante en que nuestras miradas se encontraron. Hasta aquel instante en que sin pensarlo dos veces, él se acercó más a mí y nuestros labios se unieron en aquel dulce beso.

_ Lo siento… Perdóname._ expresó cuando me separé de él. Y le di la espalda.
 
  Mi silencio era como un frío témpano de hielo, que helaba mis venas, mientras él esperaba una respuesta de mí. Hasta que rompí aquel silencio al mirarlo de nuevo.

_ ¿Perdonarte porque te enamoraste de mí?_ sonreí con tristeza, mientras volvía a bajar la mirada_. No debiste hacerlo. Te pedí que no te enamoraras de mí…_ respiré profundamente, antes de continuar_ No es fácil Matthew…Por favor llévame de regreso a casa de Emily…

   A veces, sin darnos cuenta, quienes nos ama es quien queremos lejos. Y quien amamos, es aquel que a parecer no soportamos.

Capitulo 15

   Un silencio nos rodeo en aquel recorrido a la casa de Emily. Mientras me ocupaba en ver hacia la ventana, ignorando su presencia. Me dolía el corazón, quería llorar, pero me contenía, al negarme que él me viese decaída.

   Cuando llegamos, me baje siendo lo más distante que podía haber sido en toda mi vida. Diciéndole un <<Adiós>> tan distante.

  Pero cuando al fin  estuve en mi habitación, las lágrimas no tardaron en aparecer. Haciéndome sentir tan vacía. ¿Por qué todo aquello me había tenido que suceder a mí?

_ Eres una idiota, Adrianne… Una idiota…

   Me tumbe en mi cama a llorar. Me abrace a la almohada, sintiendo aquel sentimiento que me había negado a sentir.

   Sí, me había enamorado de Matthew…

   Sí, él había logrado derrumbar aquellas barreras en mí.

   Ahora me sentía indefensa.

   Tuve que excusarme ante la familia de Emily, al haber pedido el apetito ese día. No me sentía con fuerza de ver a nadie. Me sentía totalmente perdida en mi misma.

_ Adrianne… ¿Puedo pasar?_ me había preguntado Emily, algo preocupada, mientras me llevaba algo de comer.
_ Emily…_dije apenada, porque ella me había encontrando llorando.
_ Tranquila…_cerró la puerta_. Quien se debe sentir apenada he de ser yo… Si yo… ¿Qué te hizo ahora el imbécil de Matthew?
_ No es lo que crees… No ha pasado nada…
_ No me mientas, mira que estoy molesta con Matthew… Te juro que no le perdonare jamás el haberte puesto así… ¿Qué te dijo para que estuviese tan desanimada y decaída el resto del día?_ se sentó a un lado de la cama, mientras me entregaba aquella pequeña bandeja, en donde me había subido un poco de comida.
_ Es mi culpa… No de él…
_ Adrianne…
_ Es en serio…Soy una tonta…No debería estar llorando por nada.
_ No eres buena mintiendo…
_ Créeme… Es sólo culpa mía…_dije al bajar la mirada y ver mis manos.
_ ¿Por qué dices eso?
_ Debí proteger aún más a  mi corazón…
_ Adrianne…

 Emily me miró a los ojos sin comprender. Buscó en mis ojos aquella verdad que expresaba cada una de mis lagrimas.

_ Me besó… Me besó. Y con ese beso me golpeó en esta verdad que no había querido ver. Lo siento, Emily… Lo siento. No quería arruinar mi estadía en tu casa. No quería arruinar el resto del día a tu familia, por mi culpa.

  A veces amar duele. Pero duele más, haber encontrado a quien amar, y nunca haberlo visto. O haberlo visto, cuando te has dado con el mismo muro que has puesto en medio de ti.

_ ¿Matthew te besó?
_ Sí…
_ ¡Voy a matarlo!... Ahora si que cruzó los limites de mi paciencia.
_ Emily…
_ ¡Deja que lo vea!
_ Me enamore de él… No es su culpa. ¿Acaso no lo ves?_ dije con sarcasmo_. Quizás por eso no lo toleraba. Mi corazón estaba poniendo sus ojos en él… Mientras yo me negaba a sentir esto. Y él no debería sentir algo por mí… Estoy de vacaciones… Y estoy enferma. No es justo para él haberse enamorado de alguien como yo.
_ ¿Te…Te enamoraste de Matthew?_ dijo sintiéndose aún más sorprendida.
_ ¿Por qué crees que estoy llorando como una tonta? ¡Heme aquí!… Tu amigo logró derrumbar mis barreras. ¿Qué demonios es esto? ¿Por qué a mí?...  ¡Por dios!... Esto no es más que una tontería… Sí, eso es lo que es… ¡Perfecto!... Cupido se ha equivocado de victima, no debió elegirme a mí…  Debió jugar a ser Robin Hood con el corazón de otra persona…
_ ¿Quieres que hable con Matthew?... ¿Qué le diga que no se acerque más mientras te encuentres aquí?
_ No… Es momento que yo misma me enfrente a esto. Sólo dame un poco de tiempo. No soy una niña…
_ ¿Segura?
_ Sí… Prométeme que no le dirás que me has encontrando llorando.
_ Come algo… Prometo que no le diré nada.
_ Gracias…

   Cuando vi salir a Emily con la bandeja en sus manos, después de hacerme compañía. Volví a pensar en Matthew. ¿Cómo decirle al corazón que deje amar a alguien que se a adherido en cada parte de tu ser?

_ Mañana… Mañana…_ susurré para mí.

Capitulo 16

   Aquella noche comprendí que no sería fácil recuperarme de haber visto a Matthew, como si fuese la primera vez. Cerré los ojos, recordando el color de sus ojos, sin querer. Realmente  no había conocido a nadie que pudiese inquietarme de la forma que lo había hecho su persona. Y lo más impresionantes era sentir a mi estúpido corazón dando vuelco, cuando recordaba aquel beso.

    Matthew definitivamente era diferente a los hombres que había conocido antes. Abrí los ojos, sin lograr identificar qué era lo que tanto me empezaba a atraer de él. ¿Su manera obstinada de no darse por vencido? ¿Su forma de mirarme? ¿Aquellas palabras que me había dicho? ¿Su actitud hacia mí? ¿El hombre que él era?

_ Perfecto…_dije aún más molesta conmigo misma.

  Una oleada de pensamientos siguió llegando a mi mente. Aquella  oleada de sentimientos se apoderaba de mí, mientras mi lucha de negarme lo que sentía por él, se desvanecía cada vez más, cediendo a ese sentimiento que se encontraba en mi corazón.

   << Matthew… ¿Qué sucede en mi cabeza cada vez que pienso en ti?... ¿Acaso me he vuelto loca? ¿Acaso es que he olvidado que no vine a Irlanda a enamorarme? 

   ¿Por qué siento que me estoy rindiendo ante este sentimiento y deseo que pudieras estar aquí?... ¡Estoy loca! ¡Sí, estoy completamente loca!… ¡Me enamoré de ti!... ¡De ti Matthew! Pero es mejor que lo siga guardando en mi silencio y lo seguiré haciendo por el bien de ambos. Pero, ¿Por cuánto tiempo? No lo sé… Y eso me asusta. Temo que tú también te des cuenta que me he enamorado de ti. >>

    Me  sentía tan extraña aún más, sin entender porque aquello me había tenido que ocurrir a ella. A veces, recordaba cuando nuestras miradas se encontraban haciéndome sentir algo incómoda, algo que me hacia preguntarme porque me sentía de aquella forma.  Me enojaba tenerlo en frente de mí. Cuando la razón principal al haber ido a Irlanda era opuesta a la que había encontrado a conocerle.

   A la maña siguiente, decidí ponerme de pie. Aunque me tuve que obligar, realmente me sentía fatal. Algo que le acreditaba al hecho de no haber comido bien, el día anterior, por causa de mi depresión. Por lo que ese día decidí no salir, sino quedarme en la casa de Emily. Sorprendiéndome a mi misma, por que Matthew no había ido ese día, ni al siguiente… Ni al siguiente.

_ ¿Estás segura?-
_ Nunca he estado tan segura de algo, Emily… Y creo que no es justo que las cosas continúen de esta manera. Tus padres le dijeron que me he sentido mal estos días. No quiero que piense que es por su culpa.
_ ¿Y qué piensas decirle?-
_ La verdad, no la sabrá al menos de mi boca-

_ ¿No quieres que te acompañe?-
_ Quiero ir sola, necesito hablar como dos personas civilizadas y dejarle claro que pronto me iré de Galway y no regresare.

_ En pocas palabras: que busque a alguien más-
_ Exactamente-
_ No creo que lo entienda. Has visto lo cabeza dura que ha sido durante este tiempo.
_ ¡Que más da intentarlo una vez más!
_ ¿No quieres que se haga falsa ilusiones contigo?
_ Por primera vez en mi vida, he de admitir que sí… Aunque me duela admitirlo.
_ Lo amas, Adrianne. ¿Por qué no le das una oportunidad a lo que sientes?
_ Porque si lo hago, me sentiré que le hecho que se enamore de una mentira… Quizá… Quizá con el tiempo…
_ ¿Crees que podrás olvidarlo?
_ Lo sé… También me engaño…

    Entramos a la cocina de su casa, lugar en donde se encontraba su madre. Nos miró a las dos, y nos invitó a sentarnos un momento.

_ ¿Adrianne? ¿Te sientes bien?
_ Sí…Perfectamente. ¿Por qué lo pregunta?
_ Estas algo pálida...
_ Es normal… Estoy perdiendo el broceado…_dije graciosamente.

   Sabía que mi cáncer aún era benigno. Si embargo, debía guardar un rígido cuidado de mi misma, tomar aquel medicamento que me habían recetado al pie de la letra y ser optimista. Pero sabía, que por mi enfermedad, llegaría un día en que me viera demacrada y pálida.

   Y había llegado ese día…

   Pronto me despedí de Emily y de su madre, y decidí irme caminando hasta la casa de Matthew. Necesitaba verlo, por más que me lo negara a mí misma.

_ Estoy empezando a cansarme de fingir que no me importas cuando estoy cerca de ti. Y seguir viviendo todo este tiempo una mentira._ pensé al verlo junto a su caballo, antes de que él se diera cuenta de mi presencia_. Por lo menos esto es una cosa sobre la cual tengo algo de control, sin importar qué tan duro vaya a  ser para mí, después que me marche y te diga adiós. Sabiendo que has dejado una marca dentro de mí. ¿Qué más puedo pedir? Sabiendo que una parte de mí, la más racional le pide a tu corazón que no te enamores de mí… Y mi otra parte, le pide que no le escuches.

Capitulo 17

 Cuando sus ojos se encontraron conmigo, se sintió sorprendido. Había decidido darme un espacio de tiempo. Se sentía completamente molesto consigo mismo, por haberme aturdido tanto.

_ Hola…_ dijo al acercarse a mí.
_ Hola…_ dije algo incómoda. ¿Qué hacía yo allí?
_ No sabía que… ¿Cómo estas?
_ Bien… Mejor.
_ Supe que…
_ No fue nada… Los padres de Emily exageraron un poco. Y si vas a decir que fue tu culpa… No he venido a eso.
_ Yo… ¿Quieres pasar?
_ Estoy bien aquí, gracias…

   Mire sus ojos verdes avellanas y me perdí en ellos. ¿Cómo era posible que todo aquello me estuviese pasando justamente en ese momento? ¿Dónde se había ido la fuerza que debía de sentir? ¿Acaso se me había olvidado que debía mostrarme fuerte de carácter?

_ Matthew… He venido para finiquitar todo esto de una vez por toda. Y a pedirte que… Que olvides lo que sientes por mí.
_ Me imaginaba…
_ Yo… Yo no quiero que tú… Que tú… Que yo…
   ¿Qué demonios me pasaba? ¿Por qué no coordinaba todo lo que pensaba decirle?

_ El punto es que… Te aprecio, aunque no lo parezca. Me iré en pocos días y quiero llevarme un lindo recuerdo de ti… De Irlanda y…
_ ¿Y?_ dijo al acercarse más a mí. Ante él había una Adrianne que no esperaba ver. Y aquello le hacia sentir un poco de esperanza. Pero esperaba que fuese yo la que me diera cuenta que todo lo que decía, no tenía sentido.
_ Matthew…

   Él colocó su mano derecha en mi barbilla y buscó aquella mirada que deseaba ocultarle.

_ No has venido realmente a eso, ¿verdad?
_ Sí… No… Ya no sé. Es mejor que me vaya…
_ Te quiero, Adrianne… No tienes que tener miedo.
_ No deberías…_dije en voz baja, dándome por vencida, cuando sus ojos me miraron con ternura.
_ Tú también sientes lo mismo… Y verte aquí, me lo confirma. Pensé que me habías enviado a la basura.
_ Yo…Tú… No deberías…
_ Dame estos días que te quedan en Irlanda. Dame con ellos una oportunidad, por favor… Si a la final resulta que me he equivocado en todo esto. Seremos simplemente amigos… Por favor…Adrianne.

   Al escucharlo, mi todo yo, decidió ceder y confiar en él. Además de permitirme disfrutar aquel sentimiento por primera vez en mi vida. No es que fuera a confesarle abiertamente que me había enamorado de él.

_ Esta bien…

   Y aquel día, mi vida, dio aquel giro que jamás había esperado dar.

_ ¿Puedo invitarte a almorzar?
_ ¿Invitarme a almorzar? ¿No te interrumpo?... Debes estar muy ocupado.
_ Por favor… Di que sí…
_ Esta bien…Con una condición.
_ ¿Cuál?
_ Que yo te ayude a cocinar… No me gusta quedarme sin hacer nada. Y me permitas llamar a Emily. No quiero que se preocupe si tardo tanto.
_ Me parece bien…   
_ ¿Sí?…_mis mejillas se sonrojaron un poco_. ¿No temes que te queme la comida al propósito?
_ No…_sonrió un poco.

   Cuando entramos a su cocina, Matthew prendió la radio un momento, mientras yo me decidía a ayudarle un poco.

_ Me encanta esta canción._ le exprese, sin percatarme que le regresaba de nuevo a la realidad. Él aún estaba sorprendido de que yo estuviese allí, y sin esa armadura que había existido en mí.
_ Ah…Si… ¿Quiénes son?
_ Nickelback…
_ Mmm… ¿Cómo se llama la canción?
_ Se llama “Far Away”…

    Se detuvo para escuchar la letra. Hizo un gesto afirmativo de que le gustaba la canción y me miró con un poco de picardía.

_ Podría decirse que resume  lo que siento por ti…

   Aquello hizo que mi corazón latiera un poco más. Sonreí como una tonta, mientras él sonreía también e iba a buscar algo en uno de los  cajones de las estanterías de su cocina.