Capitulo 17.
Todo era de color blanco, le dolía
todo sobre todo la cabeza. Instintivamente llevó su mano hacia su
barriga y dijo_ Mi bebé, mi bebé_ Axel estaba allí y le cogía con
cariño la otra mano.
-¡ Hola amor mío, no sufras estoy aquí
contigo mi amor!_ La joven solo acertaba a decir _ Mi bebé, mi
bebé_
- Está bien, todo está bien mi vida
.
- ¿Dónde estoy? ¿ Y el
bebé?
- Estás en el hospital, has caído,
pero todo está bien no te preocupes._ La tranquilizaba Axel, aunque
él estaba tiritando del susto_
- ¡Y un cuerno ! _ Renegó furiosa
ella, Axel pensó que desvariaba_
- Tranquila vida
mía.
- Axel, que no me caí, que me
empujaron._ Decía ella mientras se llevaba las manos a la cabeza
pues creía que le iba a estallar del dolor que
sentía_
Axel no la comprendía, pensó que
desvariaba debido a la medicación y la iba dando la razón como a
los tontos para no alterarla mas.
- Axel, ¿Es que no me estás oyendo?
Que me hicieron caer, con la oscuridad no pude ver quien fue, pero
me hago una idea.
_ Dijo ella muy segura de lo que
estaba diciendo_
Eran las dos de la madrugada cuando la
señora Rouse llamó a Axel al hotel de New York, cuando le puso al
corriente de lo sucedido cogió el primer vuelo para regresar a casa
con su esposa. Pero antes dio órdenes precisas a la mujer para que
llamase un helicóptero medico y la trasladasen a Londres
rápidamente, él iba allí directamente.
Después de hacerle toda clase de
pruebas al día siguiente le dieron el alta, estaba bien muy
dolorida y la advirtieron que si en algún momento tenía perdidas,
dolores abdominales o cualquier molestia fuera de lo normal de lo
que eran las magulladuras del cuerpo acudiese rápidamente al centro
médico. Por el momento no se veía ningún peligro ni amenaza de
aborto.
Rebecca está segura de quien la había
empujado, pero en ese momento tenía demasiada rabia para poder
hablar con Axel.
Solo le apetecía ver a Aby y estar con
ella pero no sabía como decírselo a su marido. Rebecca no tenía
ninguna gana de volver a Blumoon intentó crear una estrategia para
salirse con la suya sin molestar a su
marido.
- Axel ¿Como llevas el trabajo, siento
haber interrumpido tu viaje?_ Le dijo muy cariñosamente, mirando de
enfocar lo que le quería decir_
-Ara no te preocupes por eso, puedo
aplazarlo todo lo importante eres tçu y que te
recuperes.
-Axel no sé cómo decirte esto.
Quisiera quedarme unos días con Aby por favor, ya había quedado con
ella para ir de compras para el bebé.
Axel la comprendió pero antes quiso
hablar con el doctor quería que le verificase que no había ningún
problema en que Rebecca siguiese con su vida normal. Así se lo
confirmó el doctor y Axel se quedó mucho mas
tranquilo.
-Pero tenemos que hablar de lo que has
dicho antes._ Le dijo Axel, no comprendía como su mujer acusaba que
la habían empujado ¿ Quien iba a querer hacerle daño? Pero ahora no
vio oportuno presionarla mas creyó mas conveniente dejarla su
espacio y que se tranquilizase_
- Sí, lo se pero hablaremos cuando
regrese a casa._Contestó ella_
- Bien y ¿Cuando tienes pensado
regresar?_ Le preguntó él tranquilamente, intentando así planear
los próximos días_
- Pues como estabas fuera había hecho
planes para dos o tres días, ¿Te parece bien
cariño?
- Si, está bien, yo aprovecharé que
estoy en Londres y volaré a París, tengo varios proyectos que me
gustaría atender desde allí.
Axel tenía pensado hacer ese viaje la
semana próxima y llevarse a su mujer, pero ahora no quiso decirle
nada. Lo importante era que la caída de Rebecca había quedado en un
susto y ella estaba bien, sabía que a veces se sentía muy sola en
Blumoon y no quiso quitarle la ilusión de quedarse en Londres esos
días.
-Gracias por entenderme Axel, ¡ Te
quiero! ¿Lo sabes verdad?_ Le dijo la joven con un cierto
sentimiento de culpa al dejar solo a su marido después que él había
volado rápidamente a su lado_
- Yo también te quiero vida mía. Te
llamaré continuamente, quiero saber que estás bien en todo
momento.
Al salir del hospital Rebecca llamó
rápidamente a Aby.
- Aby ya estoy en Londres, quedamos en
el apartamento
¿Vale?_ Rebecca le dejó el mensaje en
el buzón de voz._
Tan pronto como Aby salió de trabajar
se fue directamente al apartamento de su amiga. Cuando Rebecca la
vio se tiró a sus brazos y estalló a llorar, era lógico llevaba
tiempo aguantando mucha presión por no preocupar a su marido. Pero
ahora Aby estaba allí con ella y ya no tenía que
disimular.
-Pero reina ¿Que te pasa? ¿Cómo has
venido tan pronto, has discutido con Axel?
Rebecca negaba con la cabeza mientras
lloraba con sentimiento y se iba limpiando las
lágrimas.
- Pues si no es Axel,¡No me digas más!
es la bruja Rottetmeyer ¿Verdad?
Aby comenzó a renegar y a decir que si
no le explicaba a Axel todo lo que la bruja hacía, se lo explicaría
ella misma.
- No Aby, cuando vuelva a casa hablaré
con él, pero temo que piense que soy yo que le tango manía y no me
crea. Pero hablaré con él te lo prometo.
Rebecca le relató a su amiga todo lo
sucedido los últimos días con la señora Rouse y le confesó su
sospecha de que fue ella quien la empujó por las
escaleras.
Después las chicas se fueron de
compras. No era nada fácil comprar ropa de bebé, ¡Toda era tan
bonita! Y además aun no sabía si era niño o niña, pero de todos
modos compró las primeras mudas y estuvieron mirando cochecitos,
cunas y toda clase de artilugios. Ya tenía una idea de todo lo que
compraría llegado el momento.
Rebecca llamó a Axel, él había estado
todo el día liado en reuniones y visitas. Estaba cansado y se iba a
dormir cuando le sonó el móvil.
- Hola reina ¿Como te encuentras?. Yo
he estado liado todo el día, estoy muerto ahora te iba a llamar
para desearte buenas noches antes de ponerme a dormir_ En ese
preciso momento el hombre produjo un fuerte
bostezo_
- Cariño, solo decirte que estoy bien
no quiero entretenerse te nota cansado. Mañana ya hablaremos mejor
que descanses, yo estoy bien un poquito dolorida pero no es nada. Y
¿Sabes? He comprado cositas para el bebé, son tan monas_ Rebecca
estaba tan ilusionada, que perdió la consciencia de lo cansado que
estaba su esposo y continuó diciéndole_ Tengo tantas ganas de que
las veas, te van a encantar.
- Pues si tienes tantas ganas ven
mañana a casa, yo voy para allá a la que me despierte._ El hombre
mantenía la esperanza de que ella le dijese que se iba con
él_
- ¿Axel amor, vas con el helicóptero o
en vuelo comercial?
- Con el helicóptero. ¿De verdad
quieres que te venga a buscar? ¿Es eso lo que quieres decir? Me
haría mucha ilusión que volvieses a casa conmigo. ¡Te añoro
tanto!
- ¡Claro que es eso lo que quiero! Nos
vamos a casa.
Las palabras de su mujer fueron el
mejor consuelo para descansar tranquilo. Quedaron a la mañana
siguiente a las once en el helipuerto de Londres.
Capitulo 18.
Rebecca llenó la
cama de ropita pequeña, Axel la miraba embobado parecía una niña
pequeña jugando con jugetes nuevos. ¡ Y él era feliz al verla así!
Se emocionó al pensar que pronto su hijo llenaría aquella ropita,
fue hacia su mujer y la abrazó, le dio un beso y después le
dijo:
- Rebecca cariño, prométeme que te
cuidarás y no harás nada que te ponga en
peligro.
- ¡Escúchame bien se que lo dices por
la caída y ahora vas a oír lo que tengo que decirte. Yo no me caí,
me empujaron ¿Te queda claro?
Axel quería decir algo pero ella le
hizo callar poniéndole suavemente sus dedos en los
labios.
- Sentí ruido y me desperté la ventana
se había abierto, llovia con fuerza y la lluvia me despertó.
Entonces escuché ruido eran como gritos ahogados, salí al pasillo y
cuando estaba justo en la mitad se apagó la luz. Me desorienté y me
paré y entonces noté como alguien me empujaba por la espalda con
tan mala suerte que tenía la escalera justamente delante de mi. ¿ O
quizás no fue tan solo mala suerte? Esto sucedió justo despues que
esa misma tarde me pasee por el ala este y encontré una habitación
cerrada con llave, dentro había alguien se sentía una voz y yo
juraría que era la señora Rouse.
¿Y sabes lo mejor? Le pregunté y me
dijo que no era ella pero que estaba segura que era la señora Domer
April Domer. Que ella continuaba aquí y que no nos dejaría ser
felices.
- ¡ Por Dios Rebecca! Eso es
ridículo.
- ¡Lo sabía ! Sabía que no me
creerías, pero es cierto y esa mujer me odia y….. _ La joven se
alteró y se puso a llorar, él al verla en aquel estado intentó
tranquilizarla, no quería que se alterase y pusiese en peligro al
bebé_
- Está bien cariño cálmate después
hablaré con ella te lo prometo.
- Si, y pídele la llave de la
habitación por favor._ Axel besó a su mujer en la frente y se fue
en busca de la gobernanta_
Rebecca estaba en la biblioteca cuando
su marido fue en su busca. Axel tenía un semblante serio y le pidió
que le acompañase, ella le siguió y enseguida adivino que se
dirigían a la habitación del ala este, la que Rebecca encontró la
tarde anterior cerrada a cal y canto. Al llegar vio que estaba
abierta, dentro solo había cajas viejas, la joven miro a su esposo
y vio la cara de incredulidad en la mirada de
él.
- ¿Que? ¿Piensas que me lo invento?
Está claro que la a abierto ella ._ Le decía Rebecca indignada a su
marido_
Después fueron a su alcoba, Axel sacó
un bote de pastillas de la mesita de noche y le preguntó
directamente a su mujer.
- ¿Por qué tomas tranquilizantes?_ Fue
una acusación mas que una pregunta_
- Yo no tomo nada._ Contestó ella muy
enfadada e indignada por el trato que le estaba dando su
marido_
- Rebecca, estas embarazada ¡ Por el
amor de Dios! No puedes medicarte ¿ No lo entiendes? _ Axel
realmente sufría por ella, por un momento el hombre se sintió
culpable estaba seguro que Rebecca se sentía sola en Blumoon sin
sus amistades ni familia y eso pudo llevarla a tomar
tranquilizantes, de ahí sus desvaríos referentes a la señora
Rouse_
-Ha sido ella, ¿no lo ves? No me
quiere aquí, está loca. Axel por favor no permitas que te separe de
mi _ Gritaba Rebecca a su esposo, llena de rabia e
impotencia_
La joven lloraba sin cesar, estaba tan
dolida por la incredulidad de Axel. Rebecca cogió el coche condujo
sin parar.
Axel estuvo dando vueltas toda la
tarde, llamaba a su esposa sin cesar y ella no le respondía a sus
llamadas- Comenzaba a ponerse nervioso ya hacía horas que Rebecca
se había marchado, llamó a Brenda por si su mujer se le ocurrió ir
a visitarla.
No sabía como hacerlo para no
preocupar a Brenda y su familia a si que aprovechando que faltaban
algunos pequeños detalles por acabar en la casa, la llamó de esta
forma si Rebecca estaba allí de una forma u otra se
enteraría.
A Axel se le estaba complicando todo,
los negocios necesitaban de su atención era un momento critico,
pero estaba claro que Rebecca atravesaba un mal
momento.
El sabía que la señora Rouse podía ser
muy especial, pero de eso... a la malicia que Rebecca veía en
ella……. No se lo podía creer, pero no quería perder a su esposa la
amaba con locura por tanto no le quedaba otra solución que jubilar
a la señora Rouse si era ella quien desestabilizaba a
Rebecca.
-Si, claro señor, lo entiendo
perfectamente, yo solo quiero lo mejor para el señor._ Dijo la
mujer cínicamente aguantando estoicamente lo que su señor le estaba
diciendo_
La mujer aguantaba toda su furia, de
ninguna manera permitiría que Axel se percatase de la rabia que la
invadía.
- Señora Rouse, yo he pensado que una
vez que haya nacido el bebé, mi esposa se encontrará mejor y
necesitará ayuda. Estoy seguro que podremos contar con usted.
Tomeselo como unas merecidas vacaciones, lleva años dedicada a mi
familia. Por supuesto yo mismo le arreglaré todo el papeleo y
documentación necesaria para que usted cobre una buena y merecida
pensión.
Axel intentaba suavizar el golpe, que
de seguro era para la mujer, al sentir que prescindían de
ella.
- Muy bien señor, si le parece bien al
señor mañana mismo me iré y así que esté instalada enviaré a
recoger mis cosas.
La mujer no perdió en ningún momento
el porte arrogante que la caracterizaba.
Axel volvió a llamar a Rebecca, sabía
que aunque no le contestase ella sentiría los mensajes y esta vez
se aseguró de que ella le restase atención.
- Rebecca, la señora Rouse ha sido
despedida, espero que cuando escuches este mensaje vuelvas a casa a
mi lado. Te necesito y te amo.
Rebecca llevaba horas, mirando el mar,
faltaba poco para las ocho de la tarde y comenzaba a tener frío. No
había hablado con nadie hacía horas. Estaba segura que no podría
vencer a la vieja bruja por tanto se iría unos días a Londres hasta
que tomase una decisión. La joven cogió el móvil dispuesta a llamar
a Aby y comunicarle lo que había decidido
hacer.
Cuando conectó el aparato estaba lleno
de llamadas perdidas y mensajes de voz. Habían varias llamadas de
Axel diciéndole que la amaba.
Una llamada de Brenda, que le
preguntaba si pasaba alguna cosa, porque la había llamado Axel y le
había encontrado raro.Y por último miro el mensaje escrito donde
Axel le decía que la señora Rouse estaba
despedida.
Rebecca se quedó de piedra, de ninguna
manera se esperaba que Axel tomase aquella decisión, cerró el
teléfono y se puso a llorar.
Capitulo 19.
Los días pasaban
plácidamente para Rebecca, la panza no paraba de crecer y ahora ya
sabía que era un varón. Axel lógicamente estaba como loco, aun no
había escogido un nombre para el niño, Axel relegó en su mujer ese
cometido.
La veía tan feliz desde que había
desaparecido de sus vidas la señora Rose, no había vuelto a ver
ningún gesto de angustia en su cara y á él eso le hacía feliz. Solo
la veía entristecer cuando él tenía que ausentarse por motivos de
trabajo y de nuevo debía darle una mala noticia negocios mue
importantes requerían de su presencia y no podía relegar en nadie
esas obligaciones.
- Rebecca vida, debo marchar unos
días, pronto será Navidad y después todo se complicará más con las
fiestas por medio._ La chica puso cara de pucheros y a él se le
partía el alma_
Axel estaba abriendo un complejo
turístico en Bali, era lejos y el trabajo complicado, si no se iba
pronto las fiestas navideñas se le echarían encima y después el
bebé vendría enseguida y no quería perderse nada de ese niño.
Intentó dar una idea a su esposa para que no se encontrase tan
sola, pero ella ya tenía pensado lo que iba ha
hacer.
-He pensado que podías decir a Aby y a
Brenda que viniesen.
-No, iré yo a Londres y compraré la
cuna, el cochecito y un montón de ropita y me traeré para aquí a
Aby para el fin de semana.
- Bueno ¿Te encuentras bien para tanto
ajetreo? No hagas esfuerzos, cuídate mucho. Ves en el helicóptero y
lo compras todo de golpe que te lo lleven hasta el helipuerto y lo
carguen aquí ya tienes la ayuda de…….._ Axel, hablaba y hablaba sin
para como si fuese un padre preocupado por niñita, a lo que ella le
respondió con sorna. ¡ Si papi, lo que tu digas
papi!
- Aby no hagas planes este fin de
semana, cuando salgas de trabajar vete al " Faro del mar"._ Le dijo
Rebecca a su amiga sin darle opción a
replicar_
-¿Piensas pagarme una comida en ese
restaurante tan carísimo de tu queridísimo esposo?_ Le dijo Aby con
tono de guasa_
- Bueno de hecho no vamos a pagar
ninguna de las dos, lo pagará él. _ Dijo Rebecca divertida y las
dos amigas se pusieron a reir_
-¿Te quedas en Londres el fin de
semana?_ Preguntó Aby entusiasmada de poder estar con su
amiga_
- No nena no, esta vez tu vendrás a
conocer Blumoon._ Aby dio uno de sus gritos de entusiasmo, Rebecca
que ya la conocía apartó el móvil de su
oído.
- Además veras a Brenda. ¿Cuánto hace
que no os veis?
- ¡Ho Dios mío, ¿Haremos una fiesta
del pijama?_ A Rebecca le gustaba ver a su amiga tan
entusiasmada_
- Aby tengo que colgar, he despedir a
Axel._ Le dijo la joven al ver que su marido estaba dispuesto para
salir de viaje y no quiso hacerle esperar_
- ¿Y donde va ahora el señor? _
Preguntó Aby con recochineo_
- A Bali, ¿Que te parece?_ Le dijo
Rebecca sabiendo que le repateaba la vida de idas i venidas de
Axel_
- ¡Que envidia! Ese tío siempre de un
lado a otro._ Rebecca arrancó una carcajada, pues sabía lo mucho
que a Aby le gustaría hacer todos aquellos
viajes_
- Adiós boba, hasta el viernes._ Se
acabó despidiendo Rebecca_
Brenda tenía a punto el papel pintado
que le había encargado Rebecca para la habitación del bebé, las
lámparas, los muñecos de peluche y demás complementos de
decoración. Conducía su Audi de camino a Portrush, no había vuelto
desde que termino la reforma de la mansión. Disfrutaba del paisaje
que era de una gran belleza.
Cuando llegaba a Blumoon le pareció
ver a alguien escondido en los jardines, por un momento le pareció
la señora Rouse pero no podía ser tenía entendido que hacía un
tiempo que había abandonado la casa. Brenda no le dio mas
importancia y siguió adelante hasta aparcar delante de la casa.
Rebecca y Aby ya habían llegado y el servicio estaba descargando
todo lo que habían comprado para el bebé en Londres. Las chicas
salieron a recibir a Brenda y a ayudarla con lo que traía para la
reforma del dormitorio infantil
Rebecca lo tenía todo organizado, al
día siguiente vendrían a colocar el papel pintado y después podrían
amueblar y decorar el dormitorio. Ya habían entrado todas las
compras y eran casi las ocho de la tarde.
Sonó el teléfono en la casa y Rebecca
lo atendió. Era su esposo, mientras ella hablaaba con él Aby y
Brenda se ponían al día de sus vidas. Aby le explicaba a Brenda lo
bien que veía ahora a Rebecca desde que se había desprendido de la
señora Rouse. Entonces Brenda recordó lo que le parecía haber visto
en los jardines al llegar a Blumoon y se lo explicó a
Aby.
- Pero no puede ser, Axel la despidió,
no creo que tenga narices de volver_ Decía Aby con su forma tan
peculiar de hablar_
Rebecca entraba en la sala y escucho
la última parte de la conversación entre les dos
chicas.
-¿Quien no tendrá narices para no se
que?_ Preguntó Rebecca que pensaba que Aby estaría haciendo alguna
de sus propuestas absurdas e infantiles_
Las chicas que se percataron de que la
joven no se había enterado de toda la conversación, optaron por no
decirle la verdad para no preocuparla.
- Decíamos que Axel no tendrá narices
de entrar en la hora del parto._ Dijo Aby muy
elocuentemente_
- ¡Oh! Aby, mi marido es un hombre muy
valiente, si se entera que piensas eso de él te
espabilará.
Las muchachas rieron con complicidad
al haber conseguido salir airosas de la situación sin que Rebeca se
diese cuenta de lo que realmente estaban hablando. Tuvieron una
cena tranquila recordando viejas aventuras y se fueron a dormir
pasada la media noche.
El día llegó muy rápido, se fueron a
dormir tarde y ahora les costaba levantarse. El timbre de la
mansión sonó.
- ¡Vamos chicas ya está aquí el
pintor!_ Les dijo Rebeccas a las otras dos
jóvenes_
Despues de un breve desayuno, las
muchachas subieron junto con el pintor al piso superior. Todas iban
riendo y comentando lo linda que quederia la estancía cuando
estuviese terminada. Rebecca abrió la puerta del dormitorio y un
buen numero de ratas se paseaban arriba y abajo por toda la
habitación. Las chicas gritaron de tal manera que todo el servicio
se persono allí para ver que les ocurría. El pintor intentaba
tranquilizarlas, entró en el cuarto y cerró la puerta, el hombre
las fue tirando por la ventana y se aseguró que no quedase ni una
antes de volver a ha abrir la puerta.
Aby i Brenda habían bajado a Rebecca a
la biblioteca, Monic le llevaba una taza de tila para que se la
tomase e intentase calmarse. Aby y Brenda se hacían miadas
complices, las dos pensaban lo mismo. La señora Rouse era la
culpable de aquello, mientras Rebecca no paraba de
decir:
-¿Como es posible? ¿Cómo ha podido
pasar?
- Podría ser que hubiese un nido en el
armario y despues de las reformas……._ Brenda intentaba dar una
explicación que tuviese alguna lógica al asunto, pero sabía que su
prima no era boba y que no se lo iba a tragar tan
fácilmente.
Aby subió hasta la habitación del bebé
para decirle al pintor que hiciese su trabajo, cuando el hombre
terminase las chicas del servicio limpiarían y desinfectarían el
dormitorio a consciencia.
Y a Aby le salió todo tal y como había
pensado y al final del día Brenda había dejado todo precioso y con
delicioso olor a colonia de bebé. Nada recordaba a la imagen
grotesca que habían presenciado esa misma mañana. Cuando le dijeron
a Rebecca que fuese a verla la joven subía con recelo, pero al
abrir la puerta y ver el buen trabajo que había hecho su prima se
puso a llorar.
- ¡Ho! Brenda, está precioso. Me
encanta como ha quedado _Pero aun así Rebecca no podía olvidar el
susto de la mañana y cuando estuvieron todas reunidas cenando
Rebecca le dijo a las chicas_
- Chicas quiero que seáis sinceras, lo
de esta mañana ha sido muy extraño ¡ No digáis que no! Tal vez
pensareis que estoy loca pero yo creo que alguien puso aquellos
bichos allí y es más creo que se quien a
sido.
Las chicas se miraron y Brenda decidió
decirle a su prima lo que creía haber visto cuando llegó a
Blumoon.
- ¡Dios mío! ¿Es que no piensa parar?
¿Pero por qué me odia tanto? Pienso irme de Blumoon, no quiero
poner a mi hijo en peligro, espero que Axel lo entienda, pero no lo
puedo permitir.
Aby y Brenda la vieron tan preocupada
que pensaron en como distraerla y se les ocurrió ponerse a buscar
nombre para el bebé.
- Va Aby di cinco nombres._ Alentó
Brenda a Aby para que comenzase a hablar_
- Elvis, como el rey del rock._ Dijo
Aby, sabiendo que sus amigas protestarían_
- ¡No!... Gritaron Brenda y
Rebecca.
-Mikel._Siguió diciendo
Aby_
- ¡Tampoco!_ Volvieron a gritar
alegres, parecía que Rebecca participaba del
juego._
- Pues, Pol, Ringo, John……Seguía
diciendo Aby mientras reía con cada nombre que
pronunciaba.
- Basta Aby, nada de cantantes. ¡Va!
Ahora tu Brenda._ Rebecca paró a Aby que ya llevaba un ratito
haciendo el tonto y dio paso a su prima a ver si al final podían
sacar algún nombre decente para la
criatura_
- Yo soy muy mala para los nombres, a
ver déjame pensar. Armand _ Dijo Brenda después de estar unos
segundos pensando_
Ahora eran Rebecca y Aby quien no
daban el ok a los nombres propuestos por
Brenda.
- No por favor que serio_ Dijo
Rebecca_
- ¿Hugh?_ Propuso
Brenda_
- Está muy visto últimamente._ Replicó
Aby_
- ¿Y tu como lo sabes?_ le preguntó
Rebecca a su amiga_
- Porque dos de los cuatro últimos
tíos que he probado se llamaban así._ Dijo Aby
pícaramente_
- Pero ¡ Que pendón estas hecha!_La
amonestó Brenda, que sabía de sobras que Aby llevaba una vida
amorosa intensa_
Las muchachas reían y disfrutaban del
momento que estaban pasando. Rebecca se encontraba realmente
feliz.
- Matías._ Insistió
Brenda_
- Muy carca guapa. Ya está... Elliott.
Bueno mejor que no, no sea que te nazca ya con las mallas de ballet
puestas._ Aby se refería a Billy Elliot la
película.
- No penséis más, mi hijo se llamará
Alastair._ Dijo Rebecca y sus dos amigas pensaron que el nombre que
había escogido Rebecca era realmente bonito y
original.
-Tiene mucha personalidad, me gusta._
Le dijo Brenda_
- Estoy completamente de acuerdo_
Replicó Aby_
El teléfono sonó y Rebecca fue
decidida acontestar a la llamada.
- Hola vida mía, te echo de menos_ Lñe
decía su marido amorosamente_
Y Rebecca que estaba de lo mas
sensible al escuchar la voz ded su marido se puso a
llorar.
- Pero ¿Que tienes?_ Preguntó el
hombre preocupado por su mujer y ella que no pretendía hacerlo le
dijo_
- No es nada, que la habitación de
Alastair está acabada y a quedado preciosa y tengo muchas ganas de
que la veas.
- ¿Alastair? ¡Vaya! ¿Así se va a
llamar mi hijo? Está bien me gusta.
- ¿De verdad te gusta?_ Insistió ella
en preguntarle_
- Si amor mío, es muy bonito y con
mucha personalidad. ¿De donde lo sacaste?
- Lo descubrí en un libro que tienes
en la biblioteca, era un príncipe.
- Pues perfecto entonces para nuestro
príncipe._Respondió él muy orgulloso_
Capitulo 20.
Rebecca que niño
mas lindo hija,_ le decía su madre_ A Axel se le caía la baba cada
vez que alguien alababa a su hijo.
La puerta de la habitación de la
clínica se abrió y entró Beatriz Domer.
- ¡Madre! Te pensaba llamar._ Fue lo
único que acertó a decir Axel cuando vio a su
madre_
Axel no esperaba la visita de la su
madre. Hacía mucho tiempo que no se veían, desde que se casó con
April. La mujer no estaba de acuerdo con aquella boda y le dejó muy
claro que iba ha hacer lo que le viniese en gana. Después cuando
todo empezó a ir mal y cuando murió April, no la llamó pensó que
ella seguiría sin querer saber nada de él. Aunque sabía que no era
así fue él quien se separo de su madre y quien la mantuvo alejada
de su vida. Pero ahora había nacido su nieto y ella estaba lo
suficientemente enterada de quien era Rebecca y sabía que era la
mujer perfecta para su hijo. No pensaba renunciar a ver crecer a su
nieto mientras pudiese hacerlo.
La casa era un entrar y salir de
gente, los regalos llenaban la habitación del bebé. Eran realmente
felices, Axel se había tomado unos días de descanso para disfrutar
de su hijo y su mujer. Tan pronto como volvió la calma a Blumoon, a
las horas de sol se abrigaban bien y daban largos paseos. Durante
el recorrido, Axel le iba hablando a su hijo
diciéndole:
- Mira hijo mío todo esto será tuyo
algún día.
- Pero mira que eres bobo, que cosas
se te ocurre decirle al niño, antes debe saber algunas otras cosas_
Le reprendió Rebecca_
- ¿Por qué?_ Preguntó el hombre_ Así
se va acostumbrando a la voz de su padre.
Ella siguiendo el tono de broma de la
conversación le dijo a su marido:
- ¡Ha! ya se, ¿Lo haces por si
cualquier otro pretende quitarte el sitio?_ Lógicamente Rebecca lo
dijo riendo, pero enseguida pudo observar que a su marido no le
había hecho gracia alguna_
- No vuelvas a decir eso ni en broma
si algun día me dejas por otro sería capaz de……._ Nada más terminar
de hablar Axel se arrepintió de sus palabras, sabía que su mujer
hablaba en broma pero a él se le dispararon las neuronas y el
recuerdo de April y sus engaños fue superior a
él.
Rápidamente te disculpó con su esposa
y ella pacientemente se paró y le miró a los ojos para
decirle:
- Axel, ya es hora que aprendas que yo
no soy April, deja de compararme con ella, comienzo a estar
harta.
La pequeña discusión con su esposo
llevó a Rebecca al desanimo, recordó a Aby y entonces tuvo una idea
que por desgracia para ella no dio el resultado que ella esperaba
obtener.
-Aby, por favor tendrás un buen sueldo
casa gratis y estaremos juntas. ¡Por favor por favor! _ Rebecca le
suplicaba a su amiga que fuese a trabajar a Blumoon en calidad de
canguro del pequeño Alastair_
Rebecca intentaba convencer a su amiga
pero Aby le hizo entender que ella era una muchacha de ciudad y no
tenía una razón tan poderosa como tenía Rebecca al amar a Axel,
como para que ella se fuese a vivir a aquel remoto
lugar.
- ¡Lo siento Aby cariño!, tienes
razón, no me hagas caso ya buscaré una Nanni de por
aquí.
Una vez fracasado el plan de traerse a
Aby a Blumoon, lo que Rebecca tenía claro era que necesitaba ayuda
con Alastair y así se lo hizo saber a su
marido.
- Está bien cariño, yo me ocuparé de
buscar la mejor Nanni para nuestro príncipe _ Le dijo él
amorosamente, todavía le dolía la mala contestación que le había
dado a su esposa en los jardines_
Le dijo a su mujer muy seguro que se
ocuparía del tema de la Nanni pero lo cierto era que no se le
ocurría nadie mas que la señora Rouse, esperaba que la mujer
entendiese su posición en ese asunto y que le ayudase a buscar
alguien de confianza para cuidar del pequeño Alastair. Lógicamente
no le diría nada a Rebecca.
Beatriz Domer,
llegó a Blumoon cargada de regalos para su
nieto.
- ¡Que alegría que estés aquí
Beatriz!_ Le dijo Rebecca al saludarla cariñosamente con dos besos
en las mejillas, la mujer percibió rápidamente la sinceridad con
que su nuera le daba la bienvenida_
- Supongo que debes estar cansada,
¿Verdad hija? Los niños a esta edad te quitan toda la energía,
ellos parece no perderla nunca. Recuerdo cuando Axel nació, no me
dejaba dormir mas de dos horas seguidas, siempre tenía hambre y yo
me pasaba las noches arriba y abajo._ La mujer dibujaba una dulce
sonrisa en su cara al recordar la niñez de su
hijo_
Rebecca la miraba extrañada pensaba
que había sido la señora Rouse quien se había ocupado siempre de
Axel. Beatriz percibió la mirada extraña de la joven y le
preguntó.
- ¿Deseas preguntarme alguna cosa
querida?
- Perdón Beatriz, pero yo pensé que la
señora Rouse….. _ La mujer no la dejo terminar de
hablar_
- Si, si ya se que es lo que crees.
Que fue ella quien cuido de mi hijo. ¡ Eso es lo que hubiese
querido ella! No habría dejado nunca mi hijo en sus manos, no sabes
como te admiro por haberte podido deshacer de ella, yo fui incapaz
de lograrlo con mi marido. Hubo un tiempo que pensé que me había
vuelto paranoica, pero veo que tu también has sabido ver la parte
oscura de esa mujer. ¡Gracias a Dios que ya no está aquí! Y dime
querida ¿Te trata bien mi hijo?
- ¡Ho! Si es un ángel, pero todo lo
que le recuerda a April le saca de sus casillas y eso me da
miedo.
- Aquella mujerzuela sacó lo peor de
mi hijo, yo le intenté avisar e impedir que se uniese a ella pero
no puede evitarlo. Bueno ya basta esa mujer no merece ni un segundo
de nuestro pensamiento. ¿ Donde está ahora mi hijo? Debo hablar con
él.
- Está en la biblioteca, revisando
unos documentos._ Le dijo Rebecca a su
suegra_
- Pues voy a preguntarle si me concede
unos minutos.
Axel estaba sentado tras la gran mesa
de roble, miraba un montón de papeles. Cuando sintió la presencia
de su madre en la puerta levantó la cabeza.
- ¡Hola madre! Ya has llegado_ El
hombre se levantó y fue a saludar a su madre, le dio dos besos y le
dijo lo feliz que le hacía el tenerla allí, Axel la había echado
mucho de menos aunque nunca quiso reconocerlo ni tampoco supo como
volver a recuperarla_ Dame un segundo y estoy con
vosotras.
- Si pudieses dedicarme unos minutos
hijo quisiera hablar contigo. No queda tiempo, ¡ Mira Axel! Siento
mucho el tiempo que hemos estado separados….no, no calla déjame
terminar_ La mujer hizo callar a Axel que intentaba quitar
importancia al asunto ahora que su madre volvía a estar junto a
él_
- Como te decía, lo siento mucho y más
ahora que no me queda tiempo.
- Madre, ¿Que quieres decir?_ El
hombre no comprendía lo que su madre le estaba diciendo, ni se le
pasó por la cabeza que ella pudiese estar a punto de
morir_
- Me estoy muriendo, el cáncer que
tuve hace dos años, se ha reproducido y avanza
rápidamente.
- ¿Como no me has dicho nada en este
tiempo madre? Pero que te han dicho los médicos, se podrá hacer
alguna cosa ¿No?_ Axel no se esperaba aquella noticia, no sabía
como afrontarla_
- No hijo, no pienso volver a pasar
por la quimioterapia y sufrir de nuevo aquel calvario y espero que
respetes mi decisión.
El hombre se abrazó a su madre y se
puso a llorar. Como se reprochaba el tiempo que estuvo separado de
ella y ahora tal vez no estaría a tiempo de demostrar a su madre lo
mucho que la quería.
- No llores hijo, has de ser fuerte
tienes una familia maravillosa y yo quisiera hablar contigo de
Alastair. Pienso dejar mi pequeña fortuna a mi nieto, tu estas muy
bien situado y así cuando a él le llegue su momento podrá hacer su
vida, podrá comenzar y recordará que su abuela Beatriz le facilitó
las cosas. ¿Te parece bien hijo?
- Si madre, pero lo que yo quiero es
que tu….._ Ella no le dejó terminar, le dio un beso en la frente y
salió de la sala_
Axel sintió la necesidad de abrazar a
su hijo fue a su habitación y le vio dormir tan placidamente que no
pudo despertarlo, cogió una silla, se sentó al lado de la cuna y se
quedó mirándolo durante un buen rato pensando en su madre y
reprochándose lo tozudo que había sido con
ella.
Su vida habría sido muy diferente si
la hubiese hecho caso, ahora tenía un hijo y podía comprenderla
mejor y entendió lo que debió sufrir su madre que solo trataba de
protegerlo. Mirando el bebé recordó la promesa que le hizo a
Rebecca de que él se ocuparía de buscar una Nanni para Alastair. Se
levantó sin hacer ruido y fue de nuevo a la
biblioteca.
- ¿Señora Rouse? Soy
Axel.
Después de saludarse mutuamente, Axel
le pidió a la mujer si sabía de alguna chica cualificada para
cuidar al bebé.
- Si señor, ya sabe que yo estaría
encantada de hacerlo pero no se preocupe señor le entiendo
perfectamente y no seré yo quien le busque un problema con la
señora Domer. No me será difícil encontrar una buena chica, yo
misma la enviare a la casa señor.
- Es usted muy amable señora Rouse, si
me permite quisiera pedirle que le diga a la muchacha que en ningún
caso diga que viene de su parte. ¿Lo entiende
verdad?
- ¡Por supuesto señor! No se preocupe
no habrá ningún problema._
Axel se relajó por un momento al
pensar que se había quitado de encima un problema en dos días
llamaría a la señora Rouse para que le comunicase quien y cuando se
presentaría en casa para ocupar el puesto de Nanni de
Alastair.
Unos días después todo estaba a punto para recibir a la nueva Nanni, Rebecca se estaba acabando de arreglar mientras Axel la apremiaba para que terminase de hacerlo.
- Rebecca, Moe
vendrá en poco menos de diez minutos, ¿Está vestido el
niño?
Axel fue hasta la habitación del bebé
para comprobar que todo estaba en orden. Allí le encontró la chica
del servicio cuaando fue a avisarle de la llegada de la
Nanni.
- La señorita Moe señor, _ Dijo
Monic_
- Gracias Monic, la puede hacer pasar
a la salita pequeña y sírvale un té por
favor.
- Si señor, ahora mismo.¿Desea algo
mas el señor?
- No Monic gracias, ahora
bajamos.
Moe siguió a Monic, mirando embobada
de arriba bajo todo. La casa le parecía fantástica, Monic la dejó
en la salita, tal y como li había indicado el señor. Allí la
encontraron Axel y Rebecca, sentada sin mover ni un músculo parecía
asustada.
- Hola Moe, yo soy Axel Domer y ella
es la mi esposa Rebecca.
Se saludaron y fue Axel quien le
explicó a la joven los pormenores de su trabajo, horarios salario y
día de fiestas. Lógicamente todo cambiaba si ellos tenían que
viajar, entonces tendría que quedarse al cuidado del pequeño
durante toda su ausencia. Moe estuvo encantada era un buen sueldo y
buenas condiciones. Aclarados todos los puntos subieron a la
habitación del bebé para presentárselo a
Moe
La chica se quedó embobada con el
niño, era una monada, por un segundo pensó en irse no se vio capaz
de poder hacer ningún daño a aquella maravillosa familia, pero se
veía obligada.
La familia de Moe era una familia
complicada, el padre era un borracho que pegaba a su madre y su
hija casi nunca podía ir al colegio, debía cuidarla noche y día.
Cierta vez, cuando era aun muy jovencita, entró a trabajar en una
casa a servir y debido a su desesperación, robó las joyas de la
dueña de la casa con tan mala suerte que la pillaron, La señora
Rouse se apiadó de ella y le pidió a su hermana que retirase la
denuncia que le había interpuesto a la joven ya que habían
recuperado las joyas.
La señora Rouse y su hermana, supieron
de la mala vida que llevaba la joven en su casa y decidieron
ayudarla, le pagaron los estudios y le dieron una vida digna a ella
y a su madre.
La chica se sentía en deuda con ellas
y cuando la señora Rouse le pidió que la ayudase, no pudo decirle
que no. Aunque no entendía que la señora que tanto la había ayudado
fuese la misma que ahora le pedía que le hiciese aquella maldad a
la pobre Rebecca.
Moe es sentía muy a gusto en casa de
los Domer, pero pronto comenzó a recibir las llamadas al móvil de
la señora Rouse. La mujer le ordenó que fuese al pueblo, tenía algo
que darle.
Moe no sabía que contenía aquel
botecito, ella pensaba que sería algo para mantener a la señora,
más tranquila y controlada. La señora Rouse le dijo que le pudiese
cada noche una gota, en el vaso de leche que Rebecca acostumbraba a
tomar antes de dormir.
Siempre había sido Monic la chica del
servicio, quien le había servido la leche en la alcoba cada noche,
pero poco a poco con diferentes excusas fue Moe quien le llevaba el
vaso de leche a la señora. A Monic no le molestaba, al contrario ya
que la muchacha tenía suficiente trabajo por
hacer.
Moe ponía una gota del liquido que
contenía el botecito que le la señora Rouse la había dado. Rebecca
estaba encantada con Moe ahora podía dedicarse un tiempo para ella,
había podido volver a quedar con Aby y visitar a sus compañeras de
trabajo que estaban encantadas que a pesar del cambio que se había
producido en la vida de Rebecca, ella continuaba siendo la misma
chica sencilla de siempre.
Rebecca volvió de Londres y se metió
en la cama, no se encontraba nada bien, en el helicóptero se mareo
y ahora estaba en la cama con fuertes escalofríos y dolor de
estomago, parecía haber cogido un resfriado. Comenzaba ha hacer
buen tiempo y prescindir de la ropa de abrigo tan pronto quizás no
era muy oportuno.
Axel, en cuanto supo que su mujer
había regresado, fue a verla pero no se esperaba encontrarla en la
cama.
- ¡Amor mío! ¿Que tienes, que te
pasa?
El hombre se preocupó porque vio que
su esposa tenía muy mal aspecto su piel tenía un color
grisáceo.
Axel pensó que lo mejor sería coger el
helicóptero y llevar a Rebecca al hospital, pero ella le pidió que
esperase al día siguiente seguramente te encontraría mejor. Ahora
tan solo deseaba dormir, pidió su baso de leche y que le llevasen
al niño para darle un besito. Rápidamente Moe se ofreció para ir a
buscar el bebé y de paso prepararle el vaso de leche a
Rebecca.
Besó a su hijo, se tomó la leche y le
pidió a Axel que cerrase todo bien quería
dormir.
Cuando Axel se metió en la cama ya era
de madrugada, había estado revisando documentos y estaba agotado,
acercó la mano al cuerpo de su esposa pero no obtuvo respuesta la
creyó bien dormida y entonces él se acomodó y rápidamente cayó
rendido al sueño.
Axel se levantó temprano como de
costumbre, su mujer seguía dormida, bajó a almorzar debía ir a la
ciudad pero no quería irse sin comprobar primero que su mujer se
encontraba mejor.
Rebecca no bajaba, ni había pedido
nada, él se comenzó a inquietar y subió hasta la alcoba. Ella
continuaba en la cama en la misma posición que la había dejado
antes de bajar a almorzar, se acercó a ella y la tocó, ella no
respondió su respiración era lenta casi no se percibía. Axel lanzó
un grito de dolor y todo el servicio subió rápidamente en su
auxilio.
- Rápido llamar a emergencias del
hospital general, decid, que llevo a mi
esposa.
Después llamó al helipuerto con mucha
urgencia.
- Soy Axel Domer, envíen mi
helicóptero urgentemente a mi propiedad, rápido es urgente mi mujer
debe ir al hospital general. Axel sabía que sería mejor un
helicóptero hospitalizado pero no sabía lo que podrían tardar en
enviarlo, de todos modos lo pidió si llegaba antes que el suyo
propio mejor, pero no quería arriesgarse.
Moe no se esperaba
que pasase algo tan grave, su consciencia no la dejaba
vivir.
- Señora Rouse, se han llevado a
Rebecca al Hospital General está muy mal ¿Que he hecho, que he
hecho?_ Se reprochaba la chica angustiada por el daño que había
causado.
- Sal de la casa ahora mismo y ven
aquí, procura que no te vean, llama un taxi cuando ya estés fuera
de los jardines ¿ Has entendido? _ la señora Rouse gritaba sus
ordenes reclamando la atención de la muchacha.
Capitulo 21.
Dios mío, ¿Por qué
le castigaba de aquella forma?
_ Se preguntaba Axel completamente
hundido_
¡Que haría ahora sin Rebecca! Los
médicos le habían dicho que el estado de coma podía ser
irreversible. El veneno había afectado a la parte neuronal, por
otra parte el estomago y los otros órganos se habían podido
estabilizar con el lavado de estomago y la medicación
oportuna.
El no entendía nada, ¿Quien estaba
envenenando a su mujer y por qué? Enseguida le vino a la mente la
señora Rouse y todas las quejas que Rebecca le había hecho ya desde
el principio de su llegada a Blumoon. Rápidamente ató cabos, Moe la
envió ella y era la única que podía haberle hecho eso a su
esposa.
La llamó, necesitaba respuestas y las
obtendría a cualquier precio. La vida de su mujer estaba en peligro
y seguramente era culpa suya.
- ¡Por el amor de Dios señor! ¿Como
puede decir algo así? Que yo tuviese algún desencuentro con la
señora no le da derecho a tratarme de esa forma. _ Dijo la vieja
gobernanta muy ofendida y casi a punto del
lloro_
Ella siempre había tenido aquel poder
de convicción. Después se hizo venir bien la historia de la pobre
Moe. Una chica marginada que los celos la llevaron a cometer aquel
delito. La mujer le explicaba con convencimiento que la chica debió
de sentirse celosa de Rebecca que siendo una chica humilde cómo
ella había llegado a ser la esposa de un hombre de tan buena
posición.
- Señor yo no sabia que era tan
desequilibrada, pensé que al ser tan humilde y estar tan necesitada
apreciaría y agradecería la oportunidad que ustedes le brindaban. ¡
Como lo siento señor!
Axel no sabía por qué pero la creía y
le pidió que ahora que Rebecca no estaba si podía volver a llevar
la casa, porque él entre los negocios y su esposa en el hospital
estaba agobiado y además estaba Alastair, el no podía con todo. ¡
Dios como le dolía pensar en el bebé sin tener a su madre al
lado!
Ahora volvía a ser el ama de la casa,
las chicas del servicio le mostraron una sonrisa de compromiso al
volver a verla, pero no les hacía ninguna gracia volver a tenerla
por allí.
Aby no pasaba ni
un solo día sin ver a Rebecca, se sentaba a su lado en la cama del
hospital, le leía y le cantaba sus canciones favoritas, le
explicaba como iba creciendo Alastair. Y entonces encontró la
clave, se percató que cada vez que nombraba al niño, ella movía los
ojos que mantenía cerrados y movía levemente los dedos. Para Aby
eso quería decir que Rebecca aun estaba entre ellos y que se iba a
recuperar.
Aby consolaba a los padres de Rebecca
y a Axel, y con su carácter optimista, conseguía poner un poco de
esperanza en ellos.
Axel va intentar por todos los medios
encontrar a Moe, para comenzar, no era su nombre verdadero y no
pudo encontrar nada sobre ella nadie le pudo dar pista alguna sobre
la mujer que había intentado matar a su esposa. Poco se podía
imaginar Axel que la propia señora Rouse la tenía encerrada y
amenazada, la pobre chica había cavado su propia
tumba.
Sentada sobre la cama de la habitación
donde estaba recluida, Jane que este era el verdadero nombre de la
joven, pensaba en que tenía que salir de allí como fuese. Era
consciente de que la justicia caería sobre ella pero no podía
permitir que aquella mujer acabase con la familia
Domer.
Axel estaba destrozado. A la
enfermedad de Rebecca, ahora se le unía el estado terminal de su
madre. Una mañana Beatriz Domer le pidió a su
hijo.
-Axel, puedes venir a recogerme hijo,
¡ me gustaría despedirme de Rebecca!_ La mujer se percataba de que
le quedaba poco tiempo, su estado había empeorado mucho en los
últimos días, ella por propia voluntad se ingreso en una residencia
especial para pacientes con enfermedad terminal. Axel no estaba de
acuerdo quería poder hacer algo por ella, pero por una vez Axel
acató los deseos de su madre_
Cuando Axel llegó con Beatriz al
hospital, al lado de Rebecca se encontraba Aby, los padres de
Rebecca se acababan de ir después de pasar toda la noche junto a su
hija.
Aby había dejado su trabajo en la
panadería para poder estar con su amiga, a cambio aceptó un trabajo
de canguro por las tardes su sueldo era algo mas bajo pero no le
importó, para ella lo importante en ese momento era estar el mayor
tiempo posible junto a Rebecca, tal vez era la única que tenía el
convencimiento de que Rebecca saldría
adelante.
Beatriz se acercó a Rebecca y le
susurró al oído:
- Rebecca, tesoro. He venido a
despedirme, pero antes quiero pedirte un favor. Despierta y cuida
de tu familia, Axel te necesita y no puedes dejar a Alastair en
manos de Rouse.
Rebecca movió bruscamente la cabeza y
seguidamente agitó su cuerpo con fuertes
convulsiones.
Aby alarmó rápidamente a las
enfermeras que acudieron seguidas del doctor. Al llegar a la
habitación el doctor hizo salir a todos al
pasillo.
Axel estaba muy asustado, no sabía que
pasaría y se iba hundiendo por momentos. Aby le cogió de la mano y
le dio un beso en la mejilla mientras le decía que todo iba a ir
bien.
Después la chica le preguntó a Beatriz
que le había dicho a Rebecca. La mujer no contestó, porque su hijo
estaba allí, pero Aby pudo intuir en su mirada lo que le pudo decir
a Rebecca para que su amiga reaccionase de aquel
modo.
- Señor Domer._ Llamó el doctor y Axel
se giró. El hombre pudo ver una amplia sonrisa en la cara del
doctor y eso solo podía significar que todo iba
bien_
- Su esposa ha despertado y de momento
parece tener correctamente las constantes vitales. Mas tarde
haremos una exploración mas exhaustiva para descartar posibles
daños.
Axel suspiró hondamente y preguntó con
ansia si podía pasar a ver a su esposa, algo mas apartadas Beatriz
y Aby se abrazaban llenas de felicidad.
Axel cogía las manos de su esposa y
las besaba sin parar.
- Vida mía que susto que me has dado,
pensaba que te perdía _ Le decía el hombre con lagrimas en los
ojos_
- Axel ¿Que me ha pasado? No recuerdo
nada, _Le decía Rebecca a su marido_
- Ya hablaremos y te lo explicaré
todo, ahora solo debes pensar en recuperarte para volver a casa lo
antes posible, Alastair te echa de menos.
- ¡Oh! Mi niño, quiero verlo por
favor
- Si, pronto estarás de vuelta en
casa, ya veras amor mío.
- No, quiero que venga ahora, le
quiero ver Axel por favor_ La joven le suplicaba a su marido con
cierta sensación de angustia que no sabía a que
respondía_
- Está bien, ahora mismo envío el
helicóptero y en un par de horas le tienes aquí. ¿ Así te quedas
más tranquila?
Intentando complacer el deseo de su
esposa, Axel hizo una llamada.
- Señora Rouse, arregle a Alastair y
esté preparada la señora ha despertado y desea ver a su
hijo.
-¡Oh señor! que buena noticia, me'
alegro mucho señor ahora mismo lo dispongo todo para el viaje.
¿Supongo que el señor envía el helicóptero?
La dona intentaba ser agradable, se
preguntaba como la recibiría Rebecca, pero para eso debería
esperar. Axel por el contrario no pensó en ningún momento en ese
pequeño detalle y si por un momento le pasó por su mente te
respondió que como iba Rebecca a poner ningún pero a la señora
Rouse con lo que les estaba ayudando desde que ella estaba en el
hospital.
Aby entró a ver a su amiga y aunque la
había reconocido por lo poco que habían hablado tuvo la sensación
de que algo se le escapaba. Tal vez Rebecca tuviese una amnesia
parcial, esperaba que se le pasase pero ese no era el momento para
preocupar la con sus intuiciones.
Capitulo 22.
El helicóptero
aterrizó en la terraza del hospital, no era frecuente normalmente
solo los helicópteros médicos lo hacían pero Axel se había cuidado
de pedir el permiso pertinente y la verdad era que quien se lo iba
a negar. Axel contribuía generosamente en la sección de oncología
infantil del hospital, era una de las muchas causas benéficas en
las que estaba involucrado.
La puerta de la habitación se abrió y
la señora Rouse entró con el niño en brazos, Rebecca se incorporó
en la cama para coger a su hijo, le caían las lagrimas cuando lo
besó y el bebé le dedico una de sus sonrisas. La señora Rouse con
cierto temor a la respuesta de la joven le preguntó como se
encontraba y la chica muy normalmente le respondió que ahora que
tenía a su hijo estaba mucho mejor.
Aby vio una Rebecca completamente
diferente de la que esperaba encontrar al tener delante a la vieja
bruja. Y fue entonces cuando estuvo segura de que su amiga había
borrado de su mente los momentos ingratos que aquella mujer le
había hecho pasar. Aby ahora si que tenía motivos para estar
preocupada.
La silla de ruedas era un impedimento.
Axel ya había dado orden de hacer los cambios necesarios en la casa
para que su mujer se pudiese mover con completa
libertad.
El doctor le había dicho que estaba
seguro que era algo transitorio, no había ningún impedimento físico
para que Rebecca no caminase, era mas bien algo nervioso en
cualquier momento podría volver a conectarse la orden de caminar en
su cerebro y todo volvería a la normalidad. Lo mejor era hacer
ejercicios y no presionarla, cuando ella tuviese seguridad sería
capaz de intentar caminar y estaba seguro de que lo lograría y
pronto. A Axel no le consoló demasiado el optimismo del doctor pero
tampoco estaba en sus manos la solución, solo podía animar a su
mujer y ayudarla en todo lo que él pudiese. De todas formas ella ya
estaba en casa y ahora todo iría bien pensó el
hombre.
La señora Rouse cuidaba de Alastair ya
estaba a punto de hacer seis meses y estaba muy espabilado, conocía
a todos los integrantes de la casa y les sonreía con sus mejillas
redonditas y coloradas.
Rebecca se había hecho bastante bien a
la silla de ruedas, intentaba no pensar en que pasaría si aquella
situación se alargase mucho o aun peor si era
indefinida.
Recibía cada día la visita del
terapeuta que la ayudaba a hacer ejercicios y ella creía que poco a
poco iba haciendo avances, ahora ya no le hacían daño las piernas
cuando se ponía de pie en las barras paralelas y conseguía dar
varios pasos. Estaba segura de que volvería a
caminar.
- Cariño he de marchar, mi madre ha
muerto esta noche.
- ¡Oh Axel! Como lo siento, un momento
me preparo y nos vamos._ Le dijo Rebecca que no quería dejar solo a
su marido en ese duro trance_
-No amor mío, ella quería que la
incinerasen y la dejásemos ir aquí en el mar de Blumoon. Yo vendré
mañana y aquí oficiaremos el sepelio por favor permíteme que vaya
yo solo.
- Está bien, como desees, si te parece
bien yo prepararé el oficio de mañana.
- Gracias amor mío, eso si estaría
bien y seguro que tu lo sabes hacer mejor que yo. Después te
llamaré _ El hombre le dio un beso en la frente y se fue, Rebecca
le notaba distante sabía que no era el momento mas oportuno para el
romanticismo pero le parecía que le estaba perdiendo o quizás era
que ya no le atraía como mujer, ahí sentada en la silla de ruedas
no debía ser muy sexy, la joven sacudió la cabeza como queriendo
apartar aquellos malos pensamientos de su
mente_
Rebecca le pidió a la señora Rouse el
numero de teléfono de la rectoría de
Portrush.
- ¿Traerán aquí a la señora Beatriz?_
Le preguntó la gobernanta_
- Si, se esparcirán en el mar sus
cenizas. ¿ Me da el numero por favor?_ Le pidió nuevamente la
joven_
La mujer iba susurrando alguna cosa
que Rebecca no pudo entender y no sabía el por qué pero había algo
en aquella mujer que e removía todo su interior y le provocaba una
inexplicable aversión hacia ella.
Rebecca pudo hablar con el rector y
quedaron a las ocho de la tarde para oficiar la misa en
Blumoon.
Después iba dispuesta a buscar a
Alastair pero al pasar por el pasillo del ala este, tuvo un flash
una puerta cerrada se le apareció como una extraña visión. Dejó la
habitación del niño atrás y siguió el pasillo hasta llegar a la
habitación. Le pareció escuchar un murmullo y puso el oído en la
puerta. Era la señora Rouse no había duda, estaba hablando
sola.
- April ya ha caído una, yo me ocuparé
que la otra caiga pronto, ahora no es más que una pobre invalida,
seguro que él pronto la repudiará, debe hacer tiempo que no le
trata como a un hombre y él tarde o temprano se
cansará.
Rebecca se quedó helada, dio la vuelta
a la silla y se dirigió a la alcoba de
Alastair.
- Si Aby, lo he sentido
perfectamente._ Rebecca le explicaba a su amiga lo que acababa de
escuchar_
- Está bien, vas
recordando.
- ¿Que quieres decir
Aby?
- Rebecca, la bruja Rottetmeyer te
trató muy mal desde que llegaste a Blumoon, ahora no puedo hablar
pero pronto ire a verte y te explicaré. Mientras intenta recordar y
no te fíes de ella ¿ De acuerdo?
- Está bien Aby, yo no entiendo muchas
cosas, pero se que he de volver a caminar, mi marido y mi hijo me
necesitan.
El funeral fue muy emotivo, Axel
lloraba como un niño. Y a Rebecca le pareció ver una sonrisa en la
cara de la señora Rouse y en aquel momento recordó las palabras de
Beatriz. " No dejes tu hijo en sus manos"
En aquel mismo momento, le pidió a
Axel que en cuanto volviesen a casa tenía que hablar con él. Axel
no entendía que su esposa le dijese aquello cuando acababa de
lanzar las cenizas de su madre al mar.
Una vez en casa, Rebecca le pidió a
Axel que fuesen a la biblioteca, él la siguió con
curiosidad.
- Rebecca, ¿Que es eso tan urgente que
me has de decir?
- Axel, quiero fuera de casa a la
señora Rouse, si no recuerdo mal ya te lo pedí en su día y no se
por qué vuelve a estar aquí.
- Rebecca, eres muy desconsiderada. La
señora Rouse no tuvo ningún problema en volver y ocuparse de todo
al enterarse de que tu ahora estabas ……_ Axel se paró no se atrevió
a decir paralítica_
- Si, puedes decirlo, ahora que no soy
mas que una invalida que no sirve para nada y que no te satisface
como hombre. _ Ella estaba fuera de si, tenía las palabras de la
señora Rouse en la cabeza golpeándola con
fuerza_
- Rebecca ¿Que dices? Yo nunca…_ Axel
no se podía creer lo que su mujer le estaba diciendo, como podía
hablarle así si para él ella y su hijo eran su
vida_
- Si Ya lo se, no me has pedido nada,
tal vez porque ya te ha satisfecho alguna
otra.
Axel no daba crédito a lo que estaba
escuchando. Estaba muy dolido y salió de la sala dando un buen
portazo. No fue a dormir a casa aquella noche, Rebecca le estuvo
dando vueltas a todo lo que le había dicho a su marido. Sabía que
había sido por despecho y por inseguridad en ella misma, pero no
entendía por qué Axel defendía aquella
mujer.
Y en aquel momento le vino a la
memoria la habitación donde había escuchado hablar a la gobernanta
y fue decidida a averiguar que era lo que había allí
dentro.
La puerta estaba cerrada, sacó una
horquilla del pelo que se había metido en el bolsillo y la metió en
el agujero de la cerradura, después de luchar un rato con ella la
puerta se abrió. Rebecca encendió la luz y en dos movimientos entró
con la silla de ruedas al interior de la habitación allí encima de
una estantería había un cuadro, era el retrato de una mujer
enseguida supo que era April.
Sobre un aparador habían velas
encendidas, y colgados en una barra estaban colgados en perchas
unos cuantos vestidos, que dio por hecho que eran de
April.
- ¡Dios mío! Esta mujer está loca._
Pensó Rebecca al ver todo aquello que era como un santuario a la
antigua señora Domer_
En aquel momento llegó la señora
Rouse, entró y cerró la puerta.
- Usted si que está loca si cree que
podrá ser feliz en casa de mi señora. Usted no le llega ni a la
suela de los zapatos, ella volvía loco de deseo al señor._ Le gritó
la mujer con los ojos encendidos de rabia_
- Si, y a los otros hombres también,
tengo entendido. Se dedicó mas a ellos que a su marido_ La provocó
Rebecca_
-El no la entendía, ella necesitaba
volar, tenía mucha vitalidad y él siempre la tenía recluida y al
final la mató._ La mujer ahora hablaba reposadamente con la mirada
perdida_
Rebecca continuaba provocándola
necesitaba que continuase hablando, necesitaba saber mas
cosas
- El no la mató, estoy segura aunque
no le debieron faltar ganas cuando la encontró con su mejor amigo.
¿Qué esperaba que hiciese?
La mujer volvió a gritar encolerizada
y dijo sin pensar.
- El no respetó su estado, podía haber
sido suyo y aun así la mató.
La mujer se percató que había revelado
el secreto de su señora, un secreto que seguramente no sabía ni el
propio Axel. La rabia la invadió y propinó una bofetada a Rebecca,
saliendo rápidamente de la habitación y cerrando la puerta con
llave.
-Señora Rouse ¿Donde cree que va? Abra
ahora mismo la puerta, ¡ Auxilio que alguien me abra!_ Rebecca
sintió pánico al verse allí encerrada y gritó varias veces
esperando ser oída_
La señora Rouse habló con el servicio,
les dijo que tenían que marchar había una plaga de ratas y vendrían
a desratizar la casa. Ella se iría con la señora y el niño cuando
llegase la cuadrilla de trabajadores.
El servicio no protestó ni tampoco
sospecharon nada extraño pues recordaban aun cuando encontraron
todas aquellas ratas en la habitación del
bebé.
Rebecca se desesperaba por momentos,
sufria por su hijo, revolvió toda la habitación y entre unas mantas
habían unos papeles y al estirarlos cayó una carpeta pequeñita, por
suerte cayó sobre sus pies y Rebecca se doblo sobre su cuerpo
sentado y la recogió. En su interior encontró unas notas que se
habían enviado April y Dennis Grant su
amante.
"April ves a la biblioteca, lo he
pensado mejor y quiero tener el niño, ves después de la fiesta, que
no te vean entrar yo bajaré y te esperaré
allí."
Dennis.
La nota era de la noche que murió
April. Rebecca ato cabos enseguida, Dennis no quería tener el hijo
y la llevó engañada a la biblioteca, una vez allí brindaron por su
futura paternidad, pero Dennis le tenía preparada la última copa a
April, en ella puso el veneno.
Rebecca sabía que el que certificó la
muerte, era conocido de la señora Rouse, ella le debió hacer callar
para que el nombre de su señora no quedase en evidencia y le
escondió el embarazo a Axel. Estaba segura porque su marido no le
había dicho nada de eso.
Rebecca sabía que tenía que hacer un
esfuerzo e intentar levantarse y salir de allí con sus hijo. Cuando
intentó ponerse en pie sintió olor a humo.
- ¡Dios mío esta loca ha metido fuego
a la casa!
Gritó el nombre de Alastair, se
arrastró hasta la puerta y volvió a sacar la horquilla para
intentar abrir la puerta, se incorporó un poco pero volvió a caer y
con ella cayó el móvil que le saltó del bolsillo del
pantalón
- ¡Ho Dios mío! Gracias señor._
Rebecca no se podía creer la suerte que tenía, ni se acordaba que
había metido su móvil en el bolsillo del pantalón. Rebecca llamó a
Axel pero el teléfono de él no contestaba, rápidamente pensó en
Aby_
- Hola nena ¿Como estás?_ Le preguntó
Aby alegremente al oír la voz de su amiga_
- Aby escúchame bien que pierdo la
cobertura, ves a Martin's seguro que Axel está allí bebiendo, hemos
discutido. Aby la señora Rouse……._ La cobertura se iba y Rebecca se
desesperaba al ver que no podría decirle a Aby en la difícil
situación en que se encontraba_
- Rebecca porque os habéis……_ Rebecca
no la dejo terminar la hizo callar
gritando_
- ¡ Aby, Aby calla escúchame la señora
Rouse me ha encerrado en una habitación y a …….fuego._ La cobertura
se iba y Rebecca no podía explicarle bien lo que le estaba
sucediendo. Pero Aby supo rápidamente que algo iba mal y con los
cuatro datos que había podido recoger de la conversación se hizo
una idea de lo que le estaba pasando a su amiga_
- Rebecca cariño,
cuelga y llama a emergencias voy a buscara a Axel jo también…….._
La llamada se interrumpió y Aby no pudo decirle que ella también
llamaba a emergencias para que fuesen hasta
allí_
Rebecca llamaba a emergencias pero con
los lloros no lograban entenderla.
- Por favor en Blumoon hay fuego y mi
bebé está solo
¡ Ayúdenme!_ Cayó desmayada, mientras
la señora Rouse cogía a Alastair y salió de la
casa_
Axel, Axel, Aby gritaba des de la
entrada de la puerta de Martin's, Axel levantó su pesada cabeza y
vio a Aby, no estaba borracho pero si había bebido mas de la
cuenta, con algo de dificultad se levantó del taburete y fue hacia
la joven. Ella como pudo entre nervios y lloros le explicó lo que
estaba sucediendo en su casa. El hombre no podía dar crédito a lo
que Aby le estaba diciendo, sacudió la cabeza como si de esa forma
se despejase e hizo varias llamadas. Le pusieron al corriente de
que los bomberos ya se dirigían a la mansión Axel cogió a Aby de la
mano y salieron del local paró el primer taxi que pasó ante ellos y
se dirigieron al aeropuerto. Por el camino llamó al piloto del
helicóptero y le ordenó que estuviese preparado para salir
inmediatamente hacia Blumoon.
Aby intentaba comunicarse con Rebecca
pero no contestaba a la llamada.
Capitulo 23
El helicóptero
aterrizó en Blumoon, en el lugar que tenían habituado para dicho
menester. Desde allí Axel podía percibir el calor de las llamaradas
que desprendía la casa, aun así Axel corrió hacia la mansión pero
se encontró con la barrera de bomberos que no le dejaban pasar.
Axel gritaba con todas sus fuerzas.
- Mi hijo y mi mujer están ahí dentro
¡Déjenme pasar, déjenme pasar!
- Señor hágame caso y apártese de
aquí_ Le decía uno de los bomberos mientras le sujetaba por el
brazo para impedirle avanzar hacia la
casa._
Aby bajaba del helicóptero, las llamas
eran cada vez mas grandes, todo el mundo corría de un lado a otro,
dos ambulancias esperaban por si sacaban algún herido y en el medio
de todo aquel jaleo, ella corría con el niño en brazos intentando
huir por la parte trasera. Aby que se mantenía mas alejada de la
casa la vio y la joven arrancó a correr tras la vieja gobernanta.
La mujer caminaba rápido y sin mirar atrás, Aby llegó fácilmente
hasta ella y de un empujón le arrebató el bebé y la hizo caer al
suelo.
- Bruja loca, como Rebecca salga
herida iré a por ti._ Le gritaba Aby a la señora Rouse que se
mantenía estirada en el suelo sin poder
levantarse_
La chica llamaba a Axel gritando, pero
tuvo que acercarse unos metros porque el hombre no la podía sentir.
No quería que se le escapase la vieja bruja pero lo primero era que
Axel supiese que su hijo estaba bien y a salvo. Axel vio por fin a
Aby que le hacía señas y pudo distinguir a la señora Rouse caída en
el suelo, el hombre avisó a dos policías que estaban junto a la
dotación de bomberos e inmediatamente fueron a detener a la
mujer.
Rebecca intentaba abrir la puerta y de
un golpe lo hizo, sin saber de donde sacó las fuerzas. Se puso en
pie y con paso muy indeciso fue caminando por el pasadizo, a cada
paso que daba el humo era cada vez mas y mas espeso hasta que al
final Rebecca cayó al suelo.
Al bombero que recorría el pasillo le
pareció que había alguien en mitad del pasillo estirado en el
suelo, el hombre fue rápidamente hacia allí y encontró a Rebecca
desmayada. Le colocó unos instantes la mascara de oxigeno que él
llevaba puesta y la cogió en brazos para dirigirse con ella a la
puerta de salida.
- ¡Oh Dios mío, Rebecca mi vida !_
Exclamó Axel al ver a su mujer en brazos del bombero, él le cogía
las manos y se las besaba. Cuando el bombero la dejó en la camilla
de la ambulancia, Rebecca comenzó a volver en si y apenas se la
entendía pero preguntaba por su hijo_
- ¡Alastair! ¿Donde está mi
hijo?
- Cálmate cariño, que el niño está
bien. No sufras amor mío el bebé está perfectamente. Pronto le
verás, ahora has de recuperarte tu.
Axel subió a la ambulancia, pero
primero le dijo a Aby que el helicóptero la llevaría de vuelta a
Londres que se llevase el bebé y lo dejase en casa de los padres de
Rebecca. Pero Aby se negó en redondo le dijo que ella se instalaría
en un hotel próximo al hospital el la ciudad, estaba segura que en
cuanto Rebecca se recuperase un poco querría ver a su hijo y ella
estaría allí para llevárselo. No fueron mas que unas horas en el
hospital después de una exhaustiva revisión Rebecca fue dada de
alta y junto con Aby y el bebé volaron a
Londres.
El gran piso de Axel en Londres se
convirtió en su nuevo hogar. El tenía pensado comprar una casa en
el campo, no muy lejos de la ciudad. Lo tenía decidido aunque
Blumoon solo había perdido unas cuantas habitaciones, cerraría la
casa para siempre, lo había decidido a pesar del dolor que le
causaba tener que hacerlo.
Alastair ya caminaba, Rebecca era
feliz, tenía un hijo precioso, un marido que la adoraba y al que
ella amaba, tenía a sus padres cerca y a Aby la veía día si y día
también porque la joven quería al pequeño Alastair con locura lo
estaba malcriando le decía Rebecca a su amiga. Pero toda esa
felicidad la truncaba el hecho de que Rebecca continuaba sin
caminar, nunca le dijo a nadie que el día del incendio logro
caminar unos pasos, pero ahora no conseguía hacerlo estaba segura
que se debía al shock del miedo que paso en el incendio, pero tenía
la esperanza de lo iba a conseguir.
Su invalidez no le preocupaba tanto
como el ver que su marido no era tan feliz como ella, estaba segura
que añoraba muchísimo Blumoon.
El Nadal en Londres parecía haber
animado un poco a Axel, tal vez al tener el niño le devolvió la
ilusión. Siempre se ha dicho que una Navidad con niños es mas
Navidad y Alastair comenzaba a disfrutar de todo lo que le rodeaba.
Pronto iba a hacer un año.
- Brenda, escúchame bien, coge las
llaves que te dejé y ves a Blumoon, mírate bien que has de hacer
para poner al día la casa._ Rebecca daba ordenes precisas a su
prima, quería restaurar la mansión y nadie mejor que Brenda para
hacerlo ya lo hizo una vez y estaba segura de que volvería a
hacerlo.
- ¿Rebecca estas segura? Tengo
entendido que Axel no la quiere abrir.
- Si, ya lo sé lo hace por mi, pero se
que el no estar allí le está matando y yo quiero que sea feliz. Por
tanto mira bien todo lo que tienes que hacer y dime para cuando
estará lista para entrar a vivir. ¿ De
acuerdo?
- ¡Si claro si es eso lo que deseas,
está bien! Tengo entendido que lo mas perjudicado fueron algunos
muebles y cortinas, las paredes no sufrieron daños.¡La verdad es
que fue un milagro!_Brenda le dio explicaciones a su prima del
informe que tenía de los bomberos Brenda se ocupo de todo, Axel no
quiso saber nada en aquel momento. Brenda le prometió decirle
alguna cosa en pocos días_
Rebecca intentaba cada día aguantar de
pie el mayor tiempo posible, la perseverancia dio resultados y día
a día podía comprobar cómo iba ganando la batalla. Y entonces lo
pensó sería en Blumoon cuando le diese la sorpresa a Axel, sería
una doble sorpresa y estaba segura que tanto el verla caminar como
el volver a Blumoon le haría mucha ilusión.
Habían transcurrido tres meses desde
que Brenda le comunicó que la casa estaba casi a
punto.
- Rebecca, tendrías que venir a ver,
si quieres hacer algún cambio de última hora._ Le dijo su prima
cuando la llamó para decirle que todo estaba a
punto_
- Brenda ¿Está tal y como quedamos?_
Le preguntó Rebecca_
- Si claro como tu
pediste.
-Pues entonces no hay nada que ver
sabes que confío plenamente en ti
Todo estaba a punto y la primavera
comenzaba a brotar, rebecca pensó que era una temporada ideal para
el traslado. Estaba ansiosa por ver la cara de su marido al ver de
nuevo la casa y sobre todo cuando la viese caminar de nuevo. Porque
ahora ya podía hacerlo bastante bien, lo llevaba escondido como su
mayor secreto del que no hizo participe a nadie a parte de su
terapeuta.
Axel estaba
suficientemente liado con los negocios, el complejo turístico que
había abierto en Bali iba muy bien y pensaba hacer algunos cambios
para agrandarlo.
- Rebecca cariño, he de viajar a Bali,
intentaré que no sea por muchos días máximo dos semanas te lo
prometo ¿Crees que estarás bien?_ Axel sufría cuando dejaba sola a
Rebecca, sabía que en la ciudad ella estaba bien con sus padres y
Aby pero no le gustaba separarse de ella ni del
niño_
Rebecca vio la oportunidad perfecta
para organizar el traslado, así cuando Axel volviese no debería
ocuparse de nada.
Rebecca dejó la silla de ruedas en el
trastero del loof, salió a la calle empujando el cochecito del bebé
y paró un taxi. Se presentó en casa de Aby.
- ¡Oh Dios mío! ¡Oh Dios mío!_ Repetía
Aby al ver caminar a su amiga_ ¿ Pero cuando ha sido, como no me lo
has dicho?
Preguntaba entusiasmada, la abrazó y
acto seguido toda su atención se fijó en Alastair. El bebé la
conocía a la perfección y le dedicaba sonrisas que a Aby le hacían
caer la baba. Las amigas estuvieron hablando de como Rebecca había
llegado a aquel punto sin que nadie se percatase de ello y entonces
cambiando el semblante Rebecca le dijo:
- Aby, me traslado a Blumoon._ Aby la
miraba desconcertada, pues aunque a Rebecca le costo guardárselo
tampoco le dijo nada de la reforma, sabía que decírselo sería tener
a Aby todo el tiempo que la reforma durase de mal humor y no quería
hacerla sufrir mas de lo necesario_
- ¡Caramba chica! Eres una caja de
sorpresas ¿Alguna cosa más?_ Aby no evitó el mostrarle a su amiga
el disgusto de que no le hubiese dicho nada de la reforma, aunque
lo que realmente le molestaba a Aby era el hecho de saber que su
amigo se volvía a ir dejándola de nuevo
sola_
- Pues si mira hay algo más. Axel no
sabe nada, a si que no metas la pata. ¡ Ha si! Y a la boutique de
Elsa tienen para ti unos vestidos muy elegantes pruébate los y
escoge el que prefieras._ Rebecca no le dio opción a que dijese
nada _
- Pero Rebecca por…_ Aby intento
hablar pero su amiga la corto de nuevo_
- Calla y
escucha.
-El fin de semana que viene no, el
siguiente coge un vuelo a Belfas que yo o Brenda iremos a
recogerte. Se re inaugura Blumoon y esta vez todo será
perfecto._Aby abrazó a Rebecca y le dijo
sonriendo_
- ¡Nena, tu vales
mucho!
Rebecca soltó una carcajada, Aby
siempre la sorprendía, siempre tenía la palabra que ella necesitaba
sentir.
- Llámame en cuanto sepas en que vuelo
llegas ¿ok?
- ¡Ok ! _Contestó la joven muy
emocionada_
Capitulo 24.
Rebecca se había
levantado muy temprano tenía mucho trabajo por hacer. Aby había
llegado el día anterior y tenía muchas ganas de ayudar, estaba
realmente entusiasmada.
-Vamos Rebecca, ¿Que puedo hacer?_ Le
decía Aby impaciente_
- Mira yo con saber que tu cuidas de
Alastair y vigilas que no toque nada, ya tengo bastante._ El niño
comenzaba a caminar y se agarraba a todo lo que veía y le llamaba
la atención_
La casa estaba perfecta, Brenda había
hecho un buen trabajo no había nada que recordase el antiguo
Blumoon, y eso le gustaba a Rebecca.
El salón principal estaba adornado con
ramos de flores y velas, Brenda había creado un ambiente cálido,
los convidados fueron prácticamente los de la primera ocasión, pero
esta vez Rebecca tuvo con ella a los suyos. Sus padres, Brenda y
sus padres, Aby, Elsa y las chicas, Rebecca llevó a Blumoon su
mundo y por parte de Axel Rebecca tuvo la buena idea de encargar un
retrato de Beatriz, la madre de su marido y lo colgó en un lugar
privilegiado del salón.
Hacía días que durante la noche cuando
la casa se quedaba en calma, Rebecca practicaba bajando las
escaleras que llevaban al salón, tenía pensado bajarlas como lo
hizo la primera vez pero en esta ocasión no habría ningún obstáculo
que empañase su felicidad. Cuando su marido la viese quedaría
fascinado.
Axel regresaba aquel sábado de New
York, había ido allí desde Bali para atender uno de sus negocios.
Desde un hotel de la ciudad llamó a su
esposa.
- Hola amor mío, mañana a las siete de
la tarde llego a casa espero que el avión no lleve retraso,
¿Estarás en casa o pensabas ir a algún lugar? Si habías quedado con
Aby o tus padres por mi no lo dejes, yo te espero en casa ¡Te
quiero! ¿Lo sabes verdad?_ Axel sabía que últimamente se habían
distanciado, sus negocios le ocupaban demasiado tiempo y Rebecca
tampoco estaba muy cariñosa que digamos él la entendía y en ningún
momento quiso presionarla_ Me muero de ganas de abrazarte y
besarte, te he extrañado mucho y al pequeño
Alastair.
Axel siempre que hablaba con ella la
trataba con todo el cariño del mundo y siempre intentaba no decir
nada que aludiese a sus limitaciones después del accidente. Pero
para sorpresa del hombre encontró a su mujer mucho más feliz que
los últimos meses y entonces ella mas que pedirle le
ordenó.
- Mira vas ha
hacer una cosa, cuando llegues a Londres no salgas del aeropuerto
vete hasta el helipuerto y allí encontrarás a Aby que te traerá
hasta mi. Déjate llevar y confía en mi.
- ¿Pero que pasa Rebecca? ¿Que...? _
Ella le cortó_
- ¿Me amas?_ Le preguntó
inesperadamente ella_
- Si, eres mi vida_ Le dijo
él_
- Pues calla y haz lo que te digo_ A
Rebecca casi se le escapaba la risa, sabía que su marido debería
estar súper intrigado_
- Está bien, está bien, lo que tu
digas, me gusta eso, me gusta que me sorprendas, hasta mañana mi
vida te amo._ Se despidió el hombre muy divertido al pensar en el
jueguecito que se traia entre manos su
esposa_
- Hasta mañana, amor mío_ Le dijo
ella_
El avión fue extrañamente puntual para lo que estaba acostumbrado Axel, siempre que tomaba aviones comerciales tenía algún percance o perdida de maletas o retrasos en las salidas….. Por eso esa tarde le extrañó tantísimo la puntualidad del vuelo. Pasaban tan solo cinco minutos de las siete de la tarde cuando aterrizaba en Londres, Aby le esperaba con un taxi para llegar hasta el helipuerto, no había mas de tres kilómetros. Axel intentó de todas maneras sonsacar a Aby para que le explicase que estaba planeando su esposa. Pero Aby supo mantenerse firme y cuando llegaron hasta el helicóptero y el taxi paró Aby pagó al taxista y recogió los paquetes que había dejado en el maletero.
- Muy bien, ves al
servicio de la cafetería y te cambias_ Le dijo muy escuetamente
Aby
a Axel mientras le daba una percha con
el esmoquin y una pequeña bolsa con los zapatos, Rebecca lo tenía
todo pensado_
Axel estaba alucinando, pero también
estaba encantado, hacía tiempo que no sentía aquellas mariposas en
el estomago. Recordó a la primera vez que vio a Rebecca en aquella
fuente apartándose el pelo de la cara. Ahora volvía a sentirlo y
pensaba disfrutarlo.
Mientras en la cas .Rebecca ultimaba
detalles y se ponía cada vez mas nerviosa e impaciente por ver la
reacción de su marido al encontrarse en Blumoon y de volver a verla
caminar.
- Brenda ¿Como
estoy? Quiero que todo sea perfecto_ Le decía Rebecca a su
prima_
Brenda se percató de lo que había
avanzado su prima en su dura tarea de volver a caminar, vio lo bien
que se aguantaba de pie mientras se vestía. Rebecca al ver la cara
de sorpresa de su prima comenzó a caminar.
- ¡Oh Rebecca! ¿Pero como no me has
dicho nada? Y Axel ¿Lo sabe?
- No, no lo sabe y seguirá hasta que
no me vea bajando las escaleras.
- Pero las escaleras son peligrosas ¿Y
si te caes ?_ Brenda estaba preocupada, no se podía ni imaginar que
Rebecca llevaba noches y noches ensayando la bajada por las
escaleras_
- No sufras hace días que subo y bajo
las escaleras ya no tengo problemas_ Las primas se abrazaron y se
besaron, la felicidad volvía a sus vidas_
Los invitados
hacía mas de un cuarto de hora que habían llegado, estaban todos y
tomaban un coctel mientras disfrutaban de la
velada.
Rebecca estaba en su alcoba, cuando
escuchó el helicóptero le afloraron los nervios pero se dijo a si
misma; _Rebecca todo irá bien _ Brenda llevó a Alastair con su
madre para que le diese un beso de buenas
noches_
- Pórtate bien con la tía Brenda ahora
vendrá papá a darte un besito_ La joven besó a su hijo con amor y
el niño se enganchó a su cuello para que no le separasen de su
mamá, Pero Brenda le enseñó un juguete y el niño reaccionó
rápidamente queriéndolo coger, de esa forma se lo llevó hasta su
dormitorio dejando a Rebecca hecha un manojo de
nervios_
Rebecca prepárate,Axel está apunto de entrar._ Le dijo Brenda desde la puerta y Rebecca dio un suspiro y se perfumó_
Axel necesitaba la
ayuda de Aby para bajar del helicóptero ya que al salir de Londres
ella le había puesto un antifaz en los ojos. Axel estaba como un
niño en la noche de reyes, no sabía donde estaba en ningún momento
se le pasó por la cabeza que podía volver a Blumoon, por un momento
creyó que Rebecca había encontrado alguna casa a las afueras de
Londres que era lo que él tenía pensado pero por otra parte no
hubiesen volado en helicóptero, con el coche sería suficiente para
desplazarse. Por eso estaba tan confundido, tal vez ella quiso
hacer como hizo él en sus comienzos y obsequiarle con una romántica
noche en París. El hombre no sabía que pensar estaba hecho un lío
pero le daba igual estaba ilusionado y
feliz.
Aby le cogió la mano y le llevó hasta
la puerta de entrada de la mansión, la chica del servicio abrió la
puerta y Aby adelantándose un poquito a él hizo un gesto con su
mano para que todos estuviesen callados y él no pudiese adivinar
donde se encontraba. Monic no abrió la boca y los convidados ya
habían sido alertados anteriormente por
Brenda.
Axel ya estaba situado delante de las
escaleras y Aby le puso una copa de cava en la
mano
- Bebe, que te va ha hacer falta_ Le
dijo riendo solo de pensar la cara que pondría él al ver aparecer a
Rebecca_
Brenda le dio
orden a la orquesta que comenzasen a tocar y de nuevo sonó " Fly me
to the moon" Rebecca ya estaba a pie de escalera y bajó el primer
escalón, sentía como le temblaban las piernas y el corazón le latía
a mil por hora pero sabía que todo aquello valía la pena por ver la
cara de su marido. Aby se puso detrás de Axel dispuesta a quitarle
el antifaz.
- ¡Bueno chico, ha llegado el momento!
¿Preparado? -
- Si, por supuesto cuando abra los
ojos veré a la mujer de mi vida.
- Verás algo más que la mujer de tu
vida_ Le anticipó Aby_
Y sus ojos quedaron libres y vio a
Rebecca bajar las escaleras sonriendo como el día que la conoció.
Axel no podía retener su emoción y le cayeron las lagrimas al mismo
tiempo que su cara se llenaba con una sonrisa que hacía tiempo que
sus labios no reproducían.
Esperó que ella llegase al último
escalón y le estiró la mano para que ella se la cogiese, ella
correspondió y él la acercó a su cuerpo y la rodeó la cintura con
sus brazos, la besó suave y dulcemente como si tuviese miedo que
todo aquello fuese un sueño y algo brusco le pudiese hacer
despertar y salir de él. Segundos después los invitados
participaron del reencuentro y estallaron a aplaudir eso le hizo
salir de la nube donde se encontraba y volver a la dulce realidad.
Llevó a su esposa al centro de la sala y bailó con ella mientras le
decía suavemente al oído.
- ¿Cuánto tiempo
hace que me tienes engañado?
- ¡Pues hace algún tiempo si!, no
podía permitir que te fueses consumiendo lejos de Blumoon, ahora si
es nuestro hogar, te amo.
- ¡ No te hagas la boba! Te hablo de
que caminas_ Le dijo él a modo de reprimenda_¿ Desde
cuándo?
- Bueno en realidad no tanto, pero es
que quería sorprenderte y hacerlo bien._ Le dijo ella a modo de
excusa_
- Me lo tenías que haber dicho _ Le
dijo Axel y le mordió suavemente el lóbulo de la
oreja_
- ¿No ha valido la pena este pequeño
engaño? Di la verdad_ Le dijo ella devolviendo el mordisco en la
oreja de él_
- Baila y calla que voy a pensar como
cobrarme esta deuda._ El acercó su cara a la de ella y la apretó
bien fuerte, necesitaba sentirla suya_
- Yo sé como saldar la deuda_ Dijo
ella pícara mente_
- A sí, pues pienso cobrarme
intereses.
- Sería una noche muy larga y debes
estar cansado._ Reía ella con picardía sabiendo que estaba poniendo
a cien a su marido_
- Pues ya descansaré
mañana.
Axel preguntó por Alastair y Rebecca
le dijo que estaba en su habitación esperando a que su papá le
diese un besito de buenas noches.
El se disculpó con los invitados y
cogió a su mujer de la mano para ir a dar las buenas noches a su
hijo. Alastair jugaba con Monic, ya tenía puesto el pijama y había
cenado. El niño se lanzó a los brazos de su padre con una amplia
sonrisa.
- Carai, mi niño si camina tan bien
como su madre_ Dijo Axel irónicamente mirando a
Rebecca_
Estuvieron un ratito con su hijo hasta
que el bebé comenzó a dar muestras de tener sueño, se rascaba sus
ojitos con sus pequeñas manitas y abría una y otra vez la boca. Sus
padres le dieron un beso y lo dejaron el su cuna, el niño se
acomodó rápidamente y adoptó su postura preferida. Monic ya había
abandonado la habitación y ahora Axel y Rebecca se disponían ha
hacer lo mismo apagaron la luz y ajustaron la puerta para que el
pequeño Alastair pudiese descansar.
Una vez en el
pasillo Axel abrazó a su mujer por la cintura y la apretó contra su
cuerpo. La deseaba tanto que no creía poder esperar a que la casa
quedase vacía.
- ¿Tú crees que nos podríamos perder
un ratito tu y yo? _ Le dijo Axel a su
mujer_
- Yo creo lo que tu creas_ Dijo ella
muy zalamera_
- ¿Crees que se enfadaran con
nosotros? _ Le volvió a preguntar él y ella le contestó con una
frase de una de sus películas favoritas_
- No sé si se enfadaran. Ya lo pensaré
mañana.
Entonces Axel la cogió en volandas y
la llevo a su alcoba, estaba nervioso como si fuese la primera vez,
deseaba con locura a su mujer y hacía demasiado tiempo que no la
sentía. La dejó al lado de la cama y se quedó tras ella, con
delicadeza bajó la cremallera del vestido mientras le susurraba al
oído lo mucho que la deseaba, cuando cayó la parte superior del
vestido Axel rodeó el cuerpo de la joven y le cogió los pechos con
suavidad pero con decisión los acarició provocando en ella un deseo
absoluto su estomago se movía espasmódica mente deseando que él
bajase sus manos hasta aquel lugar donde él sabía hacerla alcanzar
el cielo. El vestido terminó por caer al suelo dejando todo el
cuerpo de Rebecca al descubierto. Seguía siendo tan preciosa como
la recordaba, le quitó el sujetador y se puso delante de ella la
siguió acariciando y besando se arrodilló ante ella y le fue
mordisqueando los pechos, el estomago, el vientre, un muslo, el
otro y con sus dientes presionó la braguita y estiró de ella hasta
hacerla caer. Rebecca jadeaba de deseo creía que no podría aguantar
más, necesitaba sentirlo y entonces estiró de él y le levantó, le
beso con fuerza con rabia con deseo y le fue desvistiendo.
Enseguida sintió el torso de su marido contra sus pechos, y después
el miembro que pedía entrada en ella. Axel la alzó y ella se
enganchó a horcajadas al cuerpo de él. Y se convirtieron en uno.Sus
movimientos acordes les llevó al éxtasis y cayeron rendidos sobre
la cama.
- ¡Cielos santo!
Amor mío como te necesitaba_ Le dijo él todavía jadeante por el
esfuerzo.
- ¿De verdad señor Domer? - Ahora fue
él quien sonreía por la ocurrente contestación que le había dado a
su esposa_
- ¡A Dios pongo por testigo que jamás
volverás a pasar hambre!-
Incredulidad del destino
De pronto el
vestido dejó de tener importancia, su corazón se aceleró y su
sangre parecía haberse parado como si no le llegase al cerebro y
esa fuese la razón por la que no podía
reaccionar.
Arlet se quedó paralizada no era el
espejo, el espejo lo tenia a su espalda pero su reflejo estaba
delante de ella, un vestido
diferente, otro color, diferente
peinado, pero era ella.
Cuando quiso reaccionar su reflejo se
había ido, ya no estaba pero ella estaba segura que lo había visto
y tenía que volver a ver aquel reflejo de si misma. No era posible
que alguien se pareciese tanto a uno mismo sin tener
consanguinidad. Ahora entendía muchas cosas que habían pasado en su
vida y a las que nunca encontraba
explicación.
Arlet tenía seis años y había ido con
sus padres a la playa, corría el año mil novecientos cuarenta y
ocho, hacía un día fantástico estaban en pleno verano y como cada
año en época estival fueron a pasar un día de playa. A Arlet le
encantaba el mar, entraba en la orilla siempre bajo la atenta
mirada de Elvira su madre, su padre las acompañaba y cuando estaban
instaladas se retiraba al primer chiringuito que encontrase, a
Arlet le daba igual que su padre no se quedase a jugar con ella, ya
se había acostumbrado a sus ausencias. Con su madre tenía más que
suficiente, lo cierto era que prefería no tener a su padre cerca.
Artur era un hombre con un carácter duro, era parco en palabras y
en muestras de cariño. El quería a su mujer y a su hija pero
posiblemente no sabía querer. Era incapaz de decir una palabra
amable ó cariñosa. Cuando se le reprochaba su despegue afectivo, él
siempre decía que el amor y el cariño se demostraba con hechos no
con ñoñerias.
La niña se acostumbro a esa falta de
caricias paternas tal vez por que su madre le daba suficientes por
los dos.
Elvira era una mujer dulce y
comprensiva, como casi todas las de la época, sumisa y servicial.
Ella sabía del difícil carácter de su marido, pero también como
muchas mujeres, siempre decía: " Es muy seco, pero no me pega ni se
emborracha y no me falta de nada"
Ella se conformaba de esa manera pero
la realidad era que si que le faltaba algo, le faltaba un hombre
que hablase con ella que la amase con pasión no como un robot
programado, un hombre que le dijese lo bonita que estaba con el
vestido nuevo y que le dijese te amo, le faltaba todo eso pero
Elvira ya no lo echaba en falta ya se había acostumbrado y cuando
llegó Arlet su mundo cambió, se llenó de luz y encontró una razón
para vivir.
Arlet era una niña muy buena y dócil,
pero a veces tenía unos comportamientos difíciles de
entender.
Un día de playa Arlet estaba en la
orilla y vino una ola, la niña se desplomó en la arena y respiraba
entrecortadamente como si le faltase el aire, sus labios se
tornaron azules y tuvo una serie de convulsiones. Elvira se
encontraba sola con ella como siempre, pidió auxilio y un muchacho
que había sido sanitario durante la guerra se acercó y le realizó
un masaje cardiaco a la pequeña. Poco a poco Arlet fue recuperando
el color y su respiración se fue volviendo normal. Cuando llegó
Artur ya había pasado todo, Elvira estaba recogiendo las cosas para
volver a casa.
La mujer le reprochó que no estuviese
allí y él le dijo que era una exagerada que tenía a la niña muy
consentida y ella lo único que hacía era llamar su
atención.
Elvira lloraba desconsoladamente
mientras recogía la bolsa y cogía la manita de su hija, dispuestas
a marcharse de allí.
Tiempo después el
siguiente episodio fue igual de extraño.
Elvira había acostumbrado a Arlet a
dormir sin luz desde muy pequeña, más que nada para no oír a su
marido que siempre se quejaba del consumo de luz y que dejándole la
luz abierta a la niña, solo conseguía hacer de ella una mujer débil
y cobarde.
Elvira sentía un gran dolor en el
corazón, cuando su hija le pedía dejar la luz abierta, pero en poco
tiempo la niña se acostumbró y nunca más volvió a reclamar la luz.
Hasta esa noche que Elvira puso a dormir a Arlet, rezaron juntas el
jesusito y le explicó un cuento, la madre le dio un beso en la
frente a su hija como cada noche y se disponía a salir de la
habitación, apagó la luz y aun no había salido del dormitorio
cuando la niña se puso a chillar como una posesa
gritando
"mamá la luz, mamá la luz, enciende la
luz mamá". Elvira se asustó encendió la luz y vio a su hijita
incorporada en la cama, con lagrimas en los ojos y con la cara
morada como si le faltase el aire para
respirar.
Esta vez Elvira, si que discutió
fuertemente con su marido, no estaba dispuesta a admitir que su
hija era una consentida. A la niña le pasaba algo y ella quería
saberlo. Lo tenía decidido al día siguiente iría a visitar al
doctor Ginferrer.
El doctor Ginferrer había visitado a
Arlet desde que nació, él la vacunaba, él le ponía las inyecciones
de penicilina cada vez que la niña tenía anginas, él lo sabía todo
de Arlet.
Elvira llegó a la consulta muy
asustada, no sabía que podía tener su niñita, pero algo le pasaba
de eso estaba segura.
El doctor la examinó exhaustivamente
pero no encontró nada relevante para que la niña hubiese tenido
aquellos episodios de ahogo. Elvira no sabía como afrontar aquel
diagnostico, por una parte ella confiaba ciegamente en el doctor,
pero ella había visto a su hija en aquellas situaciones y no sabía
que hacer si volviese a vivir otro episodio
así.
Se fue a casa con una sensación de
angustia que le oprimía el pecho y entonces lo pensó. ¿Y si la niña
tenía algún problema y no se lo querían decir? Cuando nació Arlet
sucedió algo extraño no supo exactamente que fue lo que sucedió
porque ella estaba bastante mal y la durmieron, Arlet nació por
cesárea. Lo cierto es que la niña se había criado bien hasta
ahora.
Nunca le había dado ninguna clase de
problemas, solo los típicos de la infancia, sarampión, anginas,
pero nada serio la niña siempre se recuperaba
bien.
Pero el instinto de madre le decía que
algo no iba bien, no sabía lo que era, pero había algo que la
inquietaba.
Arlet crecía siendo la niña de los
ojos de mamá además de su carácter dulce, toda ella era
un
cielo como el azul de sus ojos que
combinaban a la perfección con los rasgos de su rostro y el color
trigo de sus cabellos. Todo eso parecía no ser suficiente para
dulcificar el carácter de su padre, hombre severo donde los haya,
nunca jugaba con ella, ni la llevaba al parque ó a pasear. Sin
embargo, por otra parte la consentía en todo lo material que la
niña pudiese pedir, no le faltaban los últimos juguetes que había
en el mercado, ó toda clase de ropita con la que Elvira la vestía
haciéndola parecer una muñequita. Quizás era la forma de callar su
mala conciencia.
Arlet salió de la
tienda aun con el vestido puesto, la dependienta la seguía
gritándole.
_Señorita, por favor vuelva, ¿Donde va
con el vestido?
Arlet, sacó la cabeza por la puerta y
miró en ambas direcciones, ni rastro de la mujer ¿Quien demonios
era y de donde había salido?
Por fin Arlet hizo caso a la
dependienta, que la llamaba sin cesar. Entró de nuevo en la tienda
y se dirigió a los vestidores.
Adquirió el vestido que llevaba puesto
y que le quedaba como un guante. Era negro pero con unas flores
pequeñitas de colores blanco, azul y violetas muy primaveral, un
par de faldas una gris y otra marrón, dos camisas y un par de
rebecas a juego.
Necesitaba ropa, desde que murió su
madre hacía dos años no había dejado de llevar luto, ya era hora de
volver a lucir ropa de color, tenía solo veintitrés años y seguía
sin novio, Pep ya era historia. Cuando tenía diecisiete años estuvo
tonteando con Toni el hijo del panadero, pero el muchacho no tardó
mucho en dejarla. El decía que era un poco extraña, pero ella
siempre pensó que en realidad lo que le pasaba era que le asustaba
enfrentarse a su padre. Ella reconocía que había algo en ella que
no entendía, pero no podía explicarlo. Ni nadie la podía entender,
ni tan siquiera su madre.
Un día en casa, cuando estaban
comiendo, su madre le preguntó que tal le iba en el taller de
costura de doña Rosa.
La chica había empezado a trabajar en
el taller esa misma semana y aun no se había habituado. Ella sabía
coser, Elvira la había enseñado desde muy jovencita, pero en el
taller cosían para las señoras de los oficiales y no todas eran de
buen complacer.