Capitulo 17.

 


Todo era de color blanco, le dolía todo sobre todo la cabeza. Instintivamente llevó su mano hacia su barriga y dijo_ Mi bebé, mi bebé_ Axel estaba allí y le cogía con cariño la otra mano.

-¡ Hola amor mío, no sufras estoy aquí contigo mi amor!_ La joven solo acertaba a decir _ Mi bebé, mi bebé_
- Está bien, todo está bien mi vida .
- ¿Dónde estoy? ¿ Y el bebé?
- Estás en el hospital, has caído, pero todo está bien no te preocupes._ La tranquilizaba Axel, aunque él estaba tiritando del susto_

- ¡Y un cuerno ! _ Renegó furiosa ella, Axel pensó que desvariaba_
- Tranquila vida mía.
- Axel, que no me caí, que me empujaron._ Decía ella mientras se llevaba las manos a la cabeza pues creía que le iba a estallar del dolor que sentía_

Axel no la comprendía, pensó que desvariaba debido a la medicación y la iba dando la razón como a los tontos para no alterarla mas.

- Axel, ¿Es que no me estás oyendo? Que me hicieron caer, con la oscuridad no pude ver quien fue, pero me hago una idea.
_ Dijo ella muy segura de lo que estaba diciendo_

Eran las dos de la madrugada cuando la señora Rouse llamó a Axel al hotel de New York, cuando le puso al corriente de lo sucedido cogió el primer vuelo para regresar a casa con su esposa. Pero antes dio órdenes precisas a la mujer para que llamase un helicóptero medico y la trasladasen a Londres rápidamente, él iba allí directamente.
Después de hacerle toda clase de pruebas al día siguiente le dieron el alta, estaba bien muy dolorida y la advirtieron que si en algún momento tenía perdidas, dolores abdominales o cualquier molestia fuera de lo normal de lo que eran las magulladuras del cuerpo acudiese rápidamente al centro médico. Por el momento no se veía ningún peligro ni amenaza de aborto.

Rebecca está segura de quien la había empujado, pero en ese momento tenía demasiada rabia para poder hablar con Axel.
Solo le apetecía ver a Aby y estar con ella pero no sabía como decírselo a su marido. Rebecca no tenía ninguna gana de volver a Blumoon intentó crear una estrategia para salirse con la suya sin molestar a su marido.

- Axel ¿Como llevas el trabajo, siento haber interrumpido tu viaje?_ Le dijo muy cariñosamente, mirando de enfocar lo que le quería decir_
-Ara no te preocupes por eso, puedo aplazarlo todo lo importante eres tçu y que te recuperes.
-Axel no sé cómo decirte esto. Quisiera quedarme unos días con Aby por favor, ya había quedado con ella para ir de compras para el bebé.

Axel la comprendió pero antes quiso hablar con el doctor quería que le verificase que no había ningún problema en que Rebecca siguiese con su vida normal. Así se lo confirmó el doctor y Axel se quedó mucho mas tranquilo.

-Pero tenemos que hablar de lo que has dicho antes._ Le dijo Axel, no comprendía como su mujer acusaba que la habían empujado ¿ Quien iba a querer hacerle daño? Pero ahora no vio oportuno presionarla mas creyó mas conveniente dejarla su espacio y que se tranquilizase_
- Sí, lo se pero hablaremos cuando regrese a casa._Contestó ella_

- Bien y ¿Cuando tienes pensado regresar?_ Le preguntó él tranquilamente, intentando así planear los próximos días_
- Pues como estabas fuera había hecho planes para dos o tres días, ¿Te parece bien cariño?
- Si, está bien, yo aprovecharé que estoy en Londres y volaré a París, tengo varios proyectos que me gustaría atender desde allí.

Axel tenía pensado hacer ese viaje la semana próxima y llevarse a su mujer, pero ahora no quiso decirle nada. Lo importante era que la caída de Rebecca había quedado en un susto y ella estaba bien, sabía que a veces se sentía muy sola en Blumoon y no quiso quitarle la ilusión de quedarse en Londres esos días.

-Gracias por entenderme Axel, ¡ Te quiero! ¿Lo sabes verdad?_ Le dijo la joven con un cierto sentimiento de culpa al dejar solo a su marido después que él había volado rápidamente a su lado_
- Yo también te quiero vida mía. Te llamaré continuamente, quiero saber que estás bien en todo momento.

Al salir del hospital Rebecca llamó rápidamente a Aby.

- Aby ya estoy en Londres, quedamos en el apartamento
¿Vale?_ Rebecca le dejó el mensaje en el buzón de voz._

Tan pronto como Aby salió de trabajar se fue directamente al apartamento de su amiga. Cuando Rebecca la vio se tiró a sus brazos y estalló a llorar, era lógico llevaba tiempo aguantando mucha presión por no preocupar a su marido. Pero ahora Aby estaba allí con ella y ya no tenía que disimular.

-Pero reina ¿Que te pasa? ¿Cómo has venido tan pronto, has discutido con Axel?

Rebecca negaba con la cabeza mientras lloraba con sentimiento y se iba limpiando las lágrimas.

- Pues si no es Axel,¡No me digas más! es la bruja Rottetmeyer ¿Verdad?
Aby comenzó a renegar y a decir que si no le explicaba a Axel todo lo que la bruja hacía, se lo explicaría ella misma.

- No Aby, cuando vuelva a casa hablaré con él, pero temo que piense que soy yo que le tango manía y no me crea. Pero hablaré con él te lo prometo.

Rebecca le relató a su amiga todo lo sucedido los últimos días con la señora Rouse y le confesó su sospecha de que fue ella quien la empujó por las escaleras.
Después las chicas se fueron de compras. No era nada fácil comprar ropa de bebé, ¡Toda era tan bonita! Y además aun no sabía si era niño o niña, pero de todos modos compró las primeras mudas y estuvieron mirando cochecitos, cunas y toda clase de artilugios. Ya tenía una idea de todo lo que compraría llegado el momento.
Rebecca llamó a Axel, él había estado todo el día liado en reuniones y visitas. Estaba cansado y se iba a dormir cuando le sonó el móvil.

- Hola reina ¿Como te encuentras?. Yo he estado liado todo el día, estoy muerto ahora te iba a llamar para desearte buenas noches antes de ponerme a dormir_ En ese preciso momento el hombre produjo un fuerte bostezo_
- Cariño, solo decirte que estoy bien no quiero entretenerse te nota cansado. Mañana ya hablaremos mejor que descanses, yo estoy bien un poquito dolorida pero no es nada. Y ¿Sabes? He comprado cositas para el bebé, son tan monas_ Rebecca estaba tan ilusionada, que perdió la consciencia de lo cansado que estaba su esposo y continuó diciéndole_ Tengo tantas ganas de que las veas, te van a encantar.

- Pues si tienes tantas ganas ven mañana a casa, yo voy para allá a la que me despierte._ El hombre mantenía la esperanza de que ella le dijese que se iba con él_

- ¿Axel amor, vas con el helicóptero o en vuelo comercial?
- Con el helicóptero. ¿De verdad quieres que te venga a buscar? ¿Es eso lo que quieres decir? Me haría mucha ilusión que volvieses a casa conmigo. ¡Te añoro tanto!
- ¡Claro que es eso lo que quiero! Nos vamos a casa.

Las palabras de su mujer fueron el mejor consuelo para descansar tranquilo. Quedaron a la mañana siguiente a las once en el helipuerto de Londres.

 

Capitulo 18.

 

Rebecca llenó la cama de ropita pequeña, Axel la miraba embobado parecía una niña pequeña jugando con jugetes nuevos. ¡ Y él era feliz al verla así! Se emocionó al pensar que pronto su hijo llenaría aquella ropita, fue hacia su mujer y la abrazó, le dio un beso y después le dijo:

- Rebecca cariño, prométeme que te cuidarás y no harás nada que te ponga en peligro.
- ¡Escúchame bien se que lo dices por la caída y ahora vas a oír lo que tengo que decirte. Yo no me caí, me empujaron ¿Te queda claro?

Axel quería decir algo pero ella le hizo callar poniéndole suavemente sus dedos en los labios.

- Sentí ruido y me desperté la ventana se había abierto, llovia con fuerza y la lluvia me despertó. Entonces escuché ruido eran como gritos ahogados, salí al pasillo y cuando estaba justo en la mitad se apagó la luz. Me desorienté y me paré y entonces noté como alguien me empujaba por la espalda con tan mala suerte que tenía la escalera justamente delante de mi. ¿ O quizás no fue tan solo mala suerte? Esto sucedió justo despues que esa misma tarde me pasee por el ala este y encontré una habitación cerrada con llave, dentro había alguien se sentía una voz y yo juraría que era la señora Rouse.
¿Y sabes lo mejor? Le pregunté y me dijo que no era ella pero que estaba segura que era la señora Domer April Domer. Que ella continuaba aquí y que no nos dejaría ser felices.
- ¡ Por Dios Rebecca! Eso es ridículo.
- ¡Lo sabía ! Sabía que no me creerías, pero es cierto y esa mujer me odia y….. _ La joven se alteró y se puso a llorar, él al verla en aquel estado intentó tranquilizarla, no quería que se alterase y pusiese en peligro al bebé_

- Está bien cariño cálmate después hablaré con ella te lo prometo.
- Si, y pídele la llave de la habitación por favor._ Axel besó a su mujer en la frente y se fue en busca de la gobernanta_

Rebecca estaba en la biblioteca cuando su marido fue en su busca. Axel tenía un semblante serio y le pidió que le acompañase, ella le siguió y enseguida adivino que se dirigían a la habitación del ala este, la que Rebecca encontró la tarde anterior cerrada a cal y canto. Al llegar vio que estaba abierta, dentro solo había cajas viejas, la joven miro a su esposo y vio la cara de incredulidad en la mirada de él.

- ¿Que? ¿Piensas que me lo invento? Está claro que la a abierto ella ._ Le decía Rebecca indignada a su marido_

Después fueron a su alcoba, Axel sacó un bote de pastillas de la mesita de noche y le preguntó directamente a su mujer.

- ¿Por qué tomas tranquilizantes?_ Fue una acusación mas que una pregunta_
- Yo no tomo nada._ Contestó ella muy enfadada e indignada por el trato que le estaba dando su marido_

- Rebecca, estas embarazada ¡ Por el amor de Dios! No puedes medicarte ¿ No lo entiendes? _ Axel realmente sufría por ella, por un momento el hombre se sintió culpable estaba seguro que Rebecca se sentía sola en Blumoon sin sus amistades ni familia y eso pudo llevarla a tomar tranquilizantes, de ahí sus desvaríos referentes a la señora Rouse_
-Ha sido ella, ¿no lo ves? No me quiere aquí, está loca. Axel por favor no permitas que te separe de mi _ Gritaba Rebecca a su esposo, llena de rabia e impotencia_

La joven lloraba sin cesar, estaba tan dolida por la incredulidad de Axel. Rebecca cogió el coche condujo sin parar.


Axel estuvo dando vueltas toda la tarde, llamaba a su esposa sin cesar y ella no le respondía a sus llamadas- Comenzaba a ponerse nervioso ya hacía horas que Rebecca se había marchado, llamó a Brenda por si su mujer se le ocurrió ir a visitarla.
No sabía como hacerlo para no preocupar a Brenda y su familia a si que aprovechando que faltaban algunos pequeños detalles por acabar en la casa, la llamó de esta forma si Rebecca estaba allí de una forma u otra se enteraría.

A Axel se le estaba complicando todo, los negocios necesitaban de su atención era un momento critico, pero estaba claro que Rebecca atravesaba un mal momento.
El sabía que la señora Rouse podía ser muy especial, pero de eso... a la malicia que Rebecca veía en ella……. No se lo podía creer, pero no quería perder a su esposa la amaba con locura por tanto no le quedaba otra solución que jubilar a la señora Rouse si era ella quien desestabilizaba a Rebecca.


-Si, claro señor, lo entiendo perfectamente, yo solo quiero lo mejor para el señor._ Dijo la mujer cínicamente aguantando estoicamente lo que su señor le estaba diciendo_

La mujer aguantaba toda su furia, de ninguna manera permitiría que Axel se percatase de la rabia que la invadía.

- Señora Rouse, yo he pensado que una vez que haya nacido el bebé, mi esposa se encontrará mejor y necesitará ayuda. Estoy seguro que podremos contar con usted. Tomeselo como unas merecidas vacaciones, lleva años dedicada a mi familia. Por supuesto yo mismo le arreglaré todo el papeleo y documentación necesaria para que usted cobre una buena y merecida pensión.


Axel intentaba suavizar el golpe, que de seguro era para la mujer, al sentir que prescindían de ella.

- Muy bien señor, si le parece bien al señor mañana mismo me iré y así que esté instalada enviaré a recoger mis cosas.

La mujer no perdió en ningún momento el porte arrogante que la caracterizaba.
Axel volvió a llamar a Rebecca, sabía que aunque no le contestase ella sentiría los mensajes y esta vez se aseguró de que ella le restase atención.

- Rebecca, la señora Rouse ha sido despedida, espero que cuando escuches este mensaje vuelvas a casa a mi lado. Te necesito y te amo.

Rebecca llevaba horas, mirando el mar, faltaba poco para las ocho de la tarde y comenzaba a tener frío. No había hablado con nadie hacía horas. Estaba segura que no podría vencer a la vieja bruja por tanto se iría unos días a Londres hasta que tomase una decisión. La joven cogió el móvil dispuesta a llamar a Aby y comunicarle lo que había decidido hacer.
Cuando conectó el aparato estaba lleno de llamadas perdidas y mensajes de voz. Habían varias llamadas de Axel diciéndole que la amaba.
Una llamada de Brenda, que le preguntaba si pasaba alguna cosa, porque la había llamado Axel y le había encontrado raro.Y por último miro el mensaje escrito donde Axel le decía que la señora Rouse estaba despedida.
Rebecca se quedó de piedra, de ninguna manera se esperaba que Axel tomase aquella decisión, cerró el teléfono y se puso a llorar.

 

Capitulo 19.

 

Los días pasaban plácidamente para Rebecca, la panza no paraba de crecer y ahora ya sabía que era un varón. Axel lógicamente estaba como loco, aun no había escogido un nombre para el niño, Axel relegó en su mujer ese cometido.
La veía tan feliz desde que había desaparecido de sus vidas la señora Rose, no había vuelto a ver ningún gesto de angustia en su cara y á él eso le hacía feliz. Solo la veía entristecer cuando él tenía que ausentarse por motivos de trabajo y de nuevo debía darle una mala noticia negocios mue importantes requerían de su presencia y no podía relegar en nadie esas obligaciones.

- Rebecca vida, debo marchar unos días, pronto será Navidad y después todo se complicará más con las fiestas por medio._ La chica puso cara de pucheros y a él se le partía el alma_

Axel estaba abriendo un complejo turístico en Bali, era lejos y el trabajo complicado, si no se iba pronto las fiestas navideñas se le echarían encima y después el bebé vendría enseguida y no quería perderse nada de ese niño. Intentó dar una idea a su esposa para que no se encontrase tan sola, pero ella ya tenía pensado lo que iba ha hacer.

-He pensado que podías decir a Aby y a Brenda que viniesen.
-No, iré yo a Londres y compraré la cuna, el cochecito y un montón de ropita y me traeré para aquí a Aby para el fin de semana.
- Bueno ¿Te encuentras bien para tanto ajetreo? No hagas esfuerzos, cuídate mucho. Ves en el helicóptero y lo compras todo de golpe que te lo lleven hasta el helipuerto y lo carguen aquí ya tienes la ayuda de…….._ Axel, hablaba y hablaba sin para como si fuese un padre preocupado por niñita, a lo que ella le respondió con sorna. ¡ Si papi, lo que tu digas papi!



- Aby no hagas planes este fin de semana, cuando salgas de trabajar vete al " Faro del mar"._ Le dijo Rebecca a su amiga sin darle opción a replicar_
-¿Piensas pagarme una comida en ese restaurante tan carísimo de tu queridísimo esposo?_ Le dijo Aby con tono de guasa_
- Bueno de hecho no vamos a pagar ninguna de las dos, lo pagará él. _ Dijo Rebecca divertida y las dos amigas se pusieron a reir_
-¿Te quedas en Londres el fin de semana?_ Preguntó Aby entusiasmada de poder estar con su amiga_
- No nena no, esta vez tu vendrás a conocer Blumoon._ Aby dio uno de sus gritos de entusiasmo, Rebecca que ya la conocía apartó el móvil de su oído.
- Además veras a Brenda. ¿Cuánto hace que no os veis?
- ¡Ho Dios mío, ¿Haremos una fiesta del pijama?_ A Rebecca le gustaba ver a su amiga tan entusiasmada_
- Aby tengo que colgar, he despedir a Axel._ Le dijo la joven al ver que su marido estaba dispuesto para salir de viaje y no quiso hacerle esperar_
- ¿Y donde va ahora el señor? _ Preguntó Aby con recochineo_
- A Bali, ¿Que te parece?_ Le dijo Rebecca sabiendo que le repateaba la vida de idas i venidas de Axel_
- ¡Que envidia! Ese tío siempre de un lado a otro._ Rebecca arrancó una carcajada, pues sabía lo mucho que a Aby le gustaría hacer todos aquellos viajes_
- Adiós boba, hasta el viernes._ Se acabó despidiendo Rebecca_


Brenda tenía a punto el papel pintado que le había encargado Rebecca para la habitación del bebé, las lámparas, los muñecos de peluche y demás complementos de decoración. Conducía su Audi de camino a Portrush, no había vuelto desde que termino la reforma de la mansión. Disfrutaba del paisaje que era de una gran belleza.


Cuando llegaba a Blumoon le pareció ver a alguien escondido en los jardines, por un momento le pareció la señora Rouse pero no podía ser tenía entendido que hacía un tiempo que había abandonado la casa. Brenda no le dio mas importancia y siguió adelante hasta aparcar delante de la casa. Rebecca y Aby ya habían llegado y el servicio estaba descargando todo lo que habían comprado para el bebé en Londres. Las chicas salieron a recibir a Brenda y a ayudarla con lo que traía para la reforma del dormitorio infantil
Rebecca lo tenía todo organizado, al día siguiente vendrían a colocar el papel pintado y después podrían amueblar y decorar el dormitorio. Ya habían entrado todas las compras y eran casi las ocho de la tarde.
Sonó el teléfono en la casa y Rebecca lo atendió. Era su esposo, mientras ella hablaaba con él Aby y Brenda se ponían al día de sus vidas. Aby le explicaba a Brenda lo bien que veía ahora a Rebecca desde que se había desprendido de la señora Rouse. Entonces Brenda recordó lo que le parecía haber visto en los jardines al llegar a Blumoon y se lo explicó a Aby.

- Pero no puede ser, Axel la despidió, no creo que tenga narices de volver_ Decía Aby con su forma tan peculiar de hablar_


Rebecca entraba en la sala y escucho la última parte de la conversación entre les dos chicas.

-¿Quien no tendrá narices para no se que?_ Preguntó Rebecca que pensaba que Aby estaría haciendo alguna de sus propuestas absurdas e infantiles_

Las chicas que se percataron de que la joven no se había enterado de toda la conversación, optaron por no decirle la verdad para no preocuparla.

- Decíamos que Axel no tendrá narices de entrar en la hora del parto._ Dijo Aby muy elocuentemente_
- ¡Oh! Aby, mi marido es un hombre muy valiente, si se entera que piensas eso de él te espabilará.

Las muchachas rieron con complicidad al haber conseguido salir airosas de la situación sin que Rebeca se diese cuenta de lo que realmente estaban hablando. Tuvieron una cena tranquila recordando viejas aventuras y se fueron a dormir pasada la media noche.


El día llegó muy rápido, se fueron a dormir tarde y ahora les costaba levantarse. El timbre de la mansión sonó.

- ¡Vamos chicas ya está aquí el pintor!_ Les dijo Rebeccas a las otras dos jóvenes_

Despues de un breve desayuno, las muchachas subieron junto con el pintor al piso superior. Todas iban riendo y comentando lo linda que quederia la estancía cuando estuviese terminada. Rebecca abrió la puerta del dormitorio y un buen numero de ratas se paseaban arriba y abajo por toda la habitación. Las chicas gritaron de tal manera que todo el servicio se persono allí para ver que les ocurría. El pintor intentaba tranquilizarlas, entró en el cuarto y cerró la puerta, el hombre las fue tirando por la ventana y se aseguró que no quedase ni una antes de volver a ha abrir la puerta.
Aby i Brenda habían bajado a Rebecca a la biblioteca, Monic le llevaba una taza de tila para que se la tomase e intentase calmarse. Aby y Brenda se hacían miadas complices, las dos pensaban lo mismo. La señora Rouse era la culpable de aquello, mientras Rebecca no paraba de decir:

-¿Como es posible? ¿Cómo ha podido pasar?
- Podría ser que hubiese un nido en el armario y despues de las reformas……._ Brenda intentaba dar una explicación que tuviese alguna lógica al asunto, pero sabía que su prima no era boba y que no se lo iba a tragar tan fácilmente.

Aby subió hasta la habitación del bebé para decirle al pintor que hiciese su trabajo, cuando el hombre terminase las chicas del servicio limpiarían y desinfectarían el dormitorio a consciencia.
Y a Aby le salió todo tal y como había pensado y al final del día Brenda había dejado todo precioso y con delicioso olor a colonia de bebé. Nada recordaba a la imagen grotesca que habían presenciado esa misma mañana. Cuando le dijeron a Rebecca que fuese a verla la joven subía con recelo, pero al abrir la puerta y ver el buen trabajo que había hecho su prima se puso a llorar.

- ¡Ho! Brenda, está precioso. Me encanta como ha quedado _Pero aun así Rebecca no podía olvidar el susto de la mañana y cuando estuvieron todas reunidas cenando Rebecca le dijo a las chicas_
- Chicas quiero que seáis sinceras, lo de esta mañana ha sido muy extraño ¡ No digáis que no! Tal vez pensareis que estoy loca pero yo creo que alguien puso aquellos bichos allí y es más creo que se quien a sido.

Las chicas se miraron y Brenda decidió decirle a su prima lo que creía haber visto cuando llegó a Blumoon.


- ¡Dios mío! ¿Es que no piensa parar? ¿Pero por qué me odia tanto? Pienso irme de Blumoon, no quiero poner a mi hijo en peligro, espero que Axel lo entienda, pero no lo puedo permitir.

Aby y Brenda la vieron tan preocupada que pensaron en como distraerla y se les ocurrió ponerse a buscar nombre para el bebé.

- Va Aby di cinco nombres._ Alentó Brenda a Aby para que comenzase a hablar_
- Elvis, como el rey del rock._ Dijo Aby, sabiendo que sus amigas protestarían_
- ¡No!... Gritaron Brenda y Rebecca.

-Mikel._Siguió diciendo Aby_

- ¡Tampoco!_ Volvieron a gritar alegres, parecía que Rebecca participaba del juego._
- Pues, Pol, Ringo, John……Seguía diciendo Aby mientras reía con cada nombre que pronunciaba.
- Basta Aby, nada de cantantes. ¡Va! Ahora tu Brenda._ Rebecca paró a Aby que ya llevaba un ratito haciendo el tonto y dio paso a su prima a ver si al final podían sacar algún nombre decente para la criatura_
- Yo soy muy mala para los nombres, a ver déjame pensar. Armand _ Dijo Brenda después de estar unos segundos pensando_

Ahora eran Rebecca y Aby quien no daban el ok a los nombres propuestos por Brenda.

- No por favor que serio_ Dijo Rebecca_
- ¿Hugh?_ Propuso Brenda_
- Está muy visto últimamente._ Replicó Aby_
- ¿Y tu como lo sabes?_ le preguntó Rebecca a su amiga_
- Porque dos de los cuatro últimos tíos que he probado se llamaban así._ Dijo Aby pícaramente_
- Pero ¡ Que pendón estas hecha!_La amonestó Brenda, que sabía de sobras que Aby llevaba una vida amorosa intensa_

Las muchachas reían y disfrutaban del momento que estaban pasando. Rebecca se encontraba realmente feliz.


- Matías._ Insistió Brenda_
- Muy carca guapa. Ya está... Elliott. Bueno mejor que no, no sea que te nazca ya con las mallas de ballet puestas._ Aby se refería a Billy Elliot la película.
- No penséis más, mi hijo se llamará Alastair._ Dijo Rebecca y sus dos amigas pensaron que el nombre que había escogido Rebecca era realmente bonito y original.
-Tiene mucha personalidad, me gusta._ Le dijo Brenda_
- Estoy completamente de acuerdo_ Replicó Aby_

El teléfono sonó y Rebecca fue decidida acontestar a la llamada.

- Hola vida mía, te echo de menos_ Lñe decía su marido amorosamente_

Y Rebecca que estaba de lo mas sensible al escuchar la voz ded su marido se puso a llorar.

- Pero ¿Que tienes?_ Preguntó el hombre preocupado por su mujer y ella que no pretendía hacerlo le dijo_
- No es nada, que la habitación de Alastair está acabada y a quedado preciosa y tengo muchas ganas de que la veas.
- ¿Alastair? ¡Vaya! ¿Así se va a llamar mi hijo? Está bien me gusta.
- ¿De verdad te gusta?_ Insistió ella en preguntarle_
- Si amor mío, es muy bonito y con mucha personalidad. ¿De donde lo sacaste?
- Lo descubrí en un libro que tienes en la biblioteca, era un príncipe.
- Pues perfecto entonces para nuestro príncipe._Respondió él muy orgulloso_

 

Capitulo 20.

 

 

Rebecca que niño mas lindo hija,_ le decía su madre_ A Axel se le caía la baba cada vez que alguien alababa a su hijo.
La puerta de la habitación de la clínica se abrió y entró Beatriz Domer.

- ¡Madre! Te pensaba llamar._ Fue lo único que acertó a decir Axel cuando vio a su madre_

Axel no esperaba la visita de la su madre. Hacía mucho tiempo que no se veían, desde que se casó con April. La mujer no estaba de acuerdo con aquella boda y le dejó muy claro que iba ha hacer lo que le viniese en gana. Después cuando todo empezó a ir mal y cuando murió April, no la llamó pensó que ella seguiría sin querer saber nada de él. Aunque sabía que no era así fue él quien se separo de su madre y quien la mantuvo alejada de su vida. Pero ahora había nacido su nieto y ella estaba lo suficientemente enterada de quien era Rebecca y sabía que era la mujer perfecta para su hijo. No pensaba renunciar a ver crecer a su nieto mientras pudiese hacerlo.

La casa era un entrar y salir de gente, los regalos llenaban la habitación del bebé. Eran realmente felices, Axel se había tomado unos días de descanso para disfrutar de su hijo y su mujer. Tan pronto como volvió la calma a Blumoon, a las horas de sol se abrigaban bien y daban largos paseos. Durante el recorrido, Axel le iba hablando a su hijo diciéndole:
- Mira hijo mío todo esto será tuyo algún día.
- Pero mira que eres bobo, que cosas se te ocurre decirle al niño, antes debe saber algunas otras cosas_ Le reprendió Rebecca_
- ¿Por qué?_ Preguntó el hombre_ Así se va acostumbrando a la voz de su padre.
Ella siguiendo el tono de broma de la conversación le dijo a su marido:
- ¡Ha! ya se, ¿Lo haces por si cualquier otro pretende quitarte el sitio?_ Lógicamente Rebecca lo dijo riendo, pero enseguida pudo observar que a su marido no le había hecho gracia alguna_
- No vuelvas a decir eso ni en broma si algun día me dejas por otro sería capaz de……._ Nada más terminar de hablar Axel se arrepintió de sus palabras, sabía que su mujer hablaba en broma pero a él se le dispararon las neuronas y el recuerdo de April y sus engaños fue superior a él.
Rápidamente te disculpó con su esposa y ella pacientemente se paró y le miró a los ojos para decirle:

- Axel, ya es hora que aprendas que yo no soy April, deja de compararme con ella, comienzo a estar harta.

La pequeña discusión con su esposo llevó a Rebecca al desanimo, recordó a Aby y entonces tuvo una idea que por desgracia para ella no dio el resultado que ella esperaba obtener.

-Aby, por favor tendrás un buen sueldo casa gratis y estaremos juntas. ¡Por favor por favor! _ Rebecca le suplicaba a su amiga que fuese a trabajar a Blumoon en calidad de canguro del pequeño Alastair_

Rebecca intentaba convencer a su amiga pero Aby le hizo entender que ella era una muchacha de ciudad y no tenía una razón tan poderosa como tenía Rebecca al amar a Axel, como para que ella se fuese a vivir a aquel remoto lugar.

- ¡Lo siento Aby cariño!, tienes razón, no me hagas caso ya buscaré una Nanni de por aquí.

 


Una vez fracasado el plan de traerse a Aby a Blumoon, lo que Rebecca tenía claro era que necesitaba ayuda con Alastair y así se lo hizo saber a su marido.

- Está bien cariño, yo me ocuparé de buscar la mejor Nanni para nuestro príncipe _ Le dijo él amorosamente, todavía le dolía la mala contestación que le había dado a su esposa en los jardines_

Le dijo a su mujer muy seguro que se ocuparía del tema de la Nanni pero lo cierto era que no se le ocurría nadie mas que la señora Rouse, esperaba que la mujer entendiese su posición en ese asunto y que le ayudase a buscar alguien de confianza para cuidar del pequeño Alastair. Lógicamente no le diría nada a Rebecca.

 

Beatriz Domer, llegó a Blumoon cargada de regalos para su nieto.

- ¡Que alegría que estés aquí Beatriz!_ Le dijo Rebecca al saludarla cariñosamente con dos besos en las mejillas, la mujer percibió rápidamente la sinceridad con que su nuera le daba la bienvenida_
- Supongo que debes estar cansada, ¿Verdad hija? Los niños a esta edad te quitan toda la energía, ellos parece no perderla nunca. Recuerdo cuando Axel nació, no me dejaba dormir mas de dos horas seguidas, siempre tenía hambre y yo me pasaba las noches arriba y abajo._ La mujer dibujaba una dulce sonrisa en su cara al recordar la niñez de su hijo_

Rebecca la miraba extrañada pensaba que había sido la señora Rouse quien se había ocupado siempre de Axel. Beatriz percibió la mirada extraña de la joven y le preguntó.

- ¿Deseas preguntarme alguna cosa querida?
- Perdón Beatriz, pero yo pensé que la señora Rouse….. _ La mujer no la dejo terminar de hablar_

- Si, si ya se que es lo que crees. Que fue ella quien cuido de mi hijo. ¡ Eso es lo que hubiese querido ella! No habría dejado nunca mi hijo en sus manos, no sabes como te admiro por haberte podido deshacer de ella, yo fui incapaz de lograrlo con mi marido. Hubo un tiempo que pensé que me había vuelto paranoica, pero veo que tu también has sabido ver la parte oscura de esa mujer. ¡Gracias a Dios que ya no está aquí! Y dime querida ¿Te trata bien mi hijo?
- ¡Ho! Si es un ángel, pero todo lo que le recuerda a April le saca de sus casillas y eso me da miedo.
- Aquella mujerzuela sacó lo peor de mi hijo, yo le intenté avisar e impedir que se uniese a ella pero no puede evitarlo. Bueno ya basta esa mujer no merece ni un segundo de nuestro pensamiento. ¿ Donde está ahora mi hijo? Debo hablar con él.
- Está en la biblioteca, revisando unos documentos._ Le dijo Rebecca a su suegra_
- Pues voy a preguntarle si me concede unos minutos.

Axel estaba sentado tras la gran mesa de roble, miraba un montón de papeles. Cuando sintió la presencia de su madre en la puerta levantó la cabeza.

- ¡Hola madre! Ya has llegado_ El hombre se levantó y fue a saludar a su madre, le dio dos besos y le dijo lo feliz que le hacía el tenerla allí, Axel la había echado mucho de menos aunque nunca quiso reconocerlo ni tampoco supo como volver a recuperarla_ Dame un segundo y estoy con vosotras.
- Si pudieses dedicarme unos minutos hijo quisiera hablar contigo. No queda tiempo, ¡ Mira Axel! Siento mucho el tiempo que hemos estado separados….no, no calla déjame terminar_ La mujer hizo callar a Axel que intentaba quitar importancia al asunto ahora que su madre volvía a estar junto a él_
- Como te decía, lo siento mucho y más ahora que no me queda tiempo.
- Madre, ¿Que quieres decir?_ El hombre no comprendía lo que su madre le estaba diciendo, ni se le pasó por la cabeza que ella pudiese estar a punto de morir_
- Me estoy muriendo, el cáncer que tuve hace dos años, se ha reproducido y avanza rápidamente.
- ¿Como no me has dicho nada en este tiempo madre? Pero que te han dicho los médicos, se podrá hacer alguna cosa ¿No?_ Axel no se esperaba aquella noticia, no sabía como afrontarla_
- No hijo, no pienso volver a pasar por la quimioterapia y sufrir de nuevo aquel calvario y espero que respetes mi decisión.

El hombre se abrazó a su madre y se puso a llorar. Como se reprochaba el tiempo que estuvo separado de ella y ahora tal vez no estaría a tiempo de demostrar a su madre lo mucho que la quería.

- No llores hijo, has de ser fuerte tienes una familia maravillosa y yo quisiera hablar contigo de Alastair. Pienso dejar mi pequeña fortuna a mi nieto, tu estas muy bien situado y así cuando a él le llegue su momento podrá hacer su vida, podrá comenzar y recordará que su abuela Beatriz le facilitó las cosas. ¿Te parece bien hijo?

- Si madre, pero lo que yo quiero es que tu….._ Ella no le dejó terminar, le dio un beso en la frente y salió de la sala_


Axel sintió la necesidad de abrazar a su hijo fue a su habitación y le vio dormir tan placidamente que no pudo despertarlo, cogió una silla, se sentó al lado de la cuna y se quedó mirándolo durante un buen rato pensando en su madre y reprochándose lo tozudo que había sido con ella.

Su vida habría sido muy diferente si la hubiese hecho caso, ahora tenía un hijo y podía comprenderla mejor y entendió lo que debió sufrir su madre que solo trataba de protegerlo. Mirando el bebé recordó la promesa que le hizo a Rebecca de que él se ocuparía de buscar una Nanni para Alastair. Se levantó sin hacer ruido y fue de nuevo a la biblioteca.
- ¿Señora Rouse? Soy Axel.

Después de saludarse mutuamente, Axel le pidió a la mujer si sabía de alguna chica cualificada para cuidar al bebé.

- Si señor, ya sabe que yo estaría encantada de hacerlo pero no se preocupe señor le entiendo perfectamente y no seré yo quien le busque un problema con la señora Domer. No me será difícil encontrar una buena chica, yo misma la enviare a la casa señor.
- Es usted muy amable señora Rouse, si me permite quisiera pedirle que le diga a la muchacha que en ningún caso diga que viene de su parte. ¿Lo entiende verdad?
- ¡Por supuesto señor! No se preocupe no habrá ningún problema._

Axel se relajó por un momento al pensar que se había quitado de encima un problema en dos días llamaría a la señora Rouse para que le comunicase quien y cuando se presentaría en casa para ocupar el puesto de Nanni de Alastair.

 

Unos días después todo estaba a punto para recibir a la nueva Nanni, Rebecca se estaba acabando de arreglar mientras Axel la apremiaba para que terminase de hacerlo.

 

- Rebecca, Moe vendrá en poco menos de diez minutos, ¿Está vestido el niño?

Axel fue hasta la habitación del bebé para comprobar que todo estaba en orden. Allí le encontró la chica del servicio cuaando fue a avisarle de la llegada de la Nanni.

- La señorita Moe señor, _ Dijo Monic_

- Gracias Monic, la puede hacer pasar a la salita pequeña y sírvale un té por favor.
- Si señor, ahora mismo.¿Desea algo mas el señor?
- No Monic gracias, ahora bajamos.

Moe siguió a Monic, mirando embobada de arriba bajo todo. La casa le parecía fantástica, Monic la dejó en la salita, tal y como li había indicado el señor. Allí la encontraron Axel y Rebecca, sentada sin mover ni un músculo parecía asustada.

- Hola Moe, yo soy Axel Domer y ella es la mi esposa Rebecca.

Se saludaron y fue Axel quien le explicó a la joven los pormenores de su trabajo, horarios salario y día de fiestas. Lógicamente todo cambiaba si ellos tenían que viajar, entonces tendría que quedarse al cuidado del pequeño durante toda su ausencia. Moe estuvo encantada era un buen sueldo y buenas condiciones. Aclarados todos los puntos subieron a la habitación del bebé para presentárselo a Moe

La chica se quedó embobada con el niño, era una monada, por un segundo pensó en irse no se vio capaz de poder hacer ningún daño a aquella maravillosa familia, pero se veía obligada.

La familia de Moe era una familia complicada, el padre era un borracho que pegaba a su madre y su hija casi nunca podía ir al colegio, debía cuidarla noche y día. Cierta vez, cuando era aun muy jovencita, entró a trabajar en una casa a servir y debido a su desesperación, robó las joyas de la dueña de la casa con tan mala suerte que la pillaron, La señora Rouse se apiadó de ella y le pidió a su hermana que retirase la denuncia que le había interpuesto a la joven ya que habían recuperado las joyas.
La señora Rouse y su hermana, supieron de la mala vida que llevaba la joven en su casa y decidieron ayudarla, le pagaron los estudios y le dieron una vida digna a ella y a su madre.
La chica se sentía en deuda con ellas y cuando la señora Rouse le pidió que la ayudase, no pudo decirle que no. Aunque no entendía que la señora que tanto la había ayudado fuese la misma que ahora le pedía que le hiciese aquella maldad a la pobre Rebecca.


Moe es sentía muy a gusto en casa de los Domer, pero pronto comenzó a recibir las llamadas al móvil de la señora Rouse. La mujer le ordenó que fuese al pueblo, tenía algo que darle.
Moe no sabía que contenía aquel botecito, ella pensaba que sería algo para mantener a la señora, más tranquila y controlada. La señora Rouse le dijo que le pudiese cada noche una gota, en el vaso de leche que Rebecca acostumbraba a tomar antes de dormir.

Siempre había sido Monic la chica del servicio, quien le había servido la leche en la alcoba cada noche, pero poco a poco con diferentes excusas fue Moe quien le llevaba el vaso de leche a la señora. A Monic no le molestaba, al contrario ya que la muchacha tenía suficiente trabajo por hacer.
Moe ponía una gota del liquido que contenía el botecito que le la señora Rouse la había dado. Rebecca estaba encantada con Moe ahora podía dedicarse un tiempo para ella, había podido volver a quedar con Aby y visitar a sus compañeras de trabajo que estaban encantadas que a pesar del cambio que se había producido en la vida de Rebecca, ella continuaba siendo la misma chica sencilla de siempre.

Rebecca volvió de Londres y se metió en la cama, no se encontraba nada bien, en el helicóptero se mareo y ahora estaba en la cama con fuertes escalofríos y dolor de estomago, parecía haber cogido un resfriado. Comenzaba ha hacer buen tiempo y prescindir de la ropa de abrigo tan pronto quizás no era muy oportuno.

Axel, en cuanto supo que su mujer había regresado, fue a verla pero no se esperaba encontrarla en la cama.

- ¡Amor mío! ¿Que tienes, que te pasa?

El hombre se preocupó porque vio que su esposa tenía muy mal aspecto su piel tenía un color grisáceo.

Axel pensó que lo mejor sería coger el helicóptero y llevar a Rebecca al hospital, pero ella le pidió que esperase al día siguiente seguramente te encontraría mejor. Ahora tan solo deseaba dormir, pidió su baso de leche y que le llevasen al niño para darle un besito. Rápidamente Moe se ofreció para ir a buscar el bebé y de paso prepararle el vaso de leche a Rebecca.
Besó a su hijo, se tomó la leche y le pidió a Axel que cerrase todo bien quería dormir.

Cuando Axel se metió en la cama ya era de madrugada, había estado revisando documentos y estaba agotado, acercó la mano al cuerpo de su esposa pero no obtuvo respuesta la creyó bien dormida y entonces él se acomodó y rápidamente cayó rendido al sueño.

Axel se levantó temprano como de costumbre, su mujer seguía dormida, bajó a almorzar debía ir a la ciudad pero no quería irse sin comprobar primero que su mujer se encontraba mejor.

Rebecca no bajaba, ni había pedido nada, él se comenzó a inquietar y subió hasta la alcoba. Ella continuaba en la cama en la misma posición que la había dejado antes de bajar a almorzar, se acercó a ella y la tocó, ella no respondió su respiración era lenta casi no se percibía. Axel lanzó un grito de dolor y todo el servicio subió rápidamente en su auxilio.

- Rápido llamar a emergencias del hospital general, decid, que llevo a mi esposa.

Después llamó al helipuerto con mucha urgencia.
- Soy Axel Domer, envíen mi helicóptero urgentemente a mi propiedad, rápido es urgente mi mujer debe ir al hospital general. Axel sabía que sería mejor un helicóptero hospitalizado pero no sabía lo que podrían tardar en enviarlo, de todos modos lo pidió si llegaba antes que el suyo propio mejor, pero no quería arriesgarse.

 

Moe no se esperaba que pasase algo tan grave, su consciencia no la dejaba vivir.

- Señora Rouse, se han llevado a Rebecca al Hospital General está muy mal ¿Que he hecho, que he hecho?_ Se reprochaba la chica angustiada por el daño que había causado.
- Sal de la casa ahora mismo y ven aquí, procura que no te vean, llama un taxi cuando ya estés fuera de los jardines ¿ Has entendido? _ la señora Rouse gritaba sus ordenes reclamando la atención de la muchacha.

 

 

 

Capitulo 21.

 

Dios mío, ¿Por qué le castigaba de aquella forma?
_ Se preguntaba Axel completamente hundido_
¡Que haría ahora sin Rebecca! Los médicos le habían dicho que el estado de coma podía ser irreversible. El veneno había afectado a la parte neuronal, por otra parte el estomago y los otros órganos se habían podido estabilizar con el lavado de estomago y la medicación oportuna.
El no entendía nada, ¿Quien estaba envenenando a su mujer y por qué? Enseguida le vino a la mente la señora Rouse y todas las quejas que Rebecca le había hecho ya desde el principio de su llegada a Blumoon. Rápidamente ató cabos, Moe la envió ella y era la única que podía haberle hecho eso a su esposa.

La llamó, necesitaba respuestas y las obtendría a cualquier precio. La vida de su mujer estaba en peligro y seguramente era culpa suya.

- ¡Por el amor de Dios señor! ¿Como puede decir algo así? Que yo tuviese algún desencuentro con la señora no le da derecho a tratarme de esa forma. _ Dijo la vieja gobernanta muy ofendida y casi a punto del lloro_

Ella siempre había tenido aquel poder de convicción. Después se hizo venir bien la historia de la pobre Moe. Una chica marginada que los celos la llevaron a cometer aquel delito. La mujer le explicaba con convencimiento que la chica debió de sentirse celosa de Rebecca que siendo una chica humilde cómo ella había llegado a ser la esposa de un hombre de tan buena posición.

- Señor yo no sabia que era tan desequilibrada, pensé que al ser tan humilde y estar tan necesitada apreciaría y agradecería la oportunidad que ustedes le brindaban. ¡ Como lo siento señor!

Axel no sabía por qué pero la creía y le pidió que ahora que Rebecca no estaba si podía volver a llevar la casa, porque él entre los negocios y su esposa en el hospital estaba agobiado y además estaba Alastair, el no podía con todo. ¡ Dios como le dolía pensar en el bebé sin tener a su madre al lado!

Ahora volvía a ser el ama de la casa, las chicas del servicio le mostraron una sonrisa de compromiso al volver a verla, pero no les hacía ninguna gracia volver a tenerla por allí.

 

 

Aby no pasaba ni un solo día sin ver a Rebecca, se sentaba a su lado en la cama del hospital, le leía y le cantaba sus canciones favoritas, le explicaba como iba creciendo Alastair. Y entonces encontró la clave, se percató que cada vez que nombraba al niño, ella movía los ojos que mantenía cerrados y movía levemente los dedos. Para Aby eso quería decir que Rebecca aun estaba entre ellos y que se iba a recuperar.
Aby consolaba a los padres de Rebecca y a Axel, y con su carácter optimista, conseguía poner un poco de esperanza en ellos.

Axel va intentar por todos los medios encontrar a Moe, para comenzar, no era su nombre verdadero y no pudo encontrar nada sobre ella nadie le pudo dar pista alguna sobre la mujer que había intentado matar a su esposa. Poco se podía imaginar Axel que la propia señora Rouse la tenía encerrada y amenazada, la pobre chica había cavado su propia tumba.

Sentada sobre la cama de la habitación donde estaba recluida, Jane que este era el verdadero nombre de la joven, pensaba en que tenía que salir de allí como fuese. Era consciente de que la justicia caería sobre ella pero no podía permitir que aquella mujer acabase con la familia Domer.

Axel estaba destrozado. A la enfermedad de Rebecca, ahora se le unía el estado terminal de su madre. Una mañana Beatriz Domer le pidió a su hijo.

-Axel, puedes venir a recogerme hijo, ¡ me gustaría despedirme de Rebecca!_ La mujer se percataba de que le quedaba poco tiempo, su estado había empeorado mucho en los últimos días, ella por propia voluntad se ingreso en una residencia especial para pacientes con enfermedad terminal. Axel no estaba de acuerdo quería poder hacer algo por ella, pero por una vez Axel acató los deseos de su madre_

Cuando Axel llegó con Beatriz al hospital, al lado de Rebecca se encontraba Aby, los padres de Rebecca se acababan de ir después de pasar toda la noche junto a su hija.
Aby había dejado su trabajo en la panadería para poder estar con su amiga, a cambio aceptó un trabajo de canguro por las tardes su sueldo era algo mas bajo pero no le importó, para ella lo importante en ese momento era estar el mayor tiempo posible junto a Rebecca, tal vez era la única que tenía el convencimiento de que Rebecca saldría adelante.
Beatriz se acercó a Rebecca y le susurró al oído:

- Rebecca, tesoro. He venido a despedirme, pero antes quiero pedirte un favor. Despierta y cuida de tu familia, Axel te necesita y no puedes dejar a Alastair en manos de Rouse.

Rebecca movió bruscamente la cabeza y seguidamente agitó su cuerpo con fuertes convulsiones.
Aby alarmó rápidamente a las enfermeras que acudieron seguidas del doctor. Al llegar a la habitación el doctor hizo salir a todos al pasillo.
Axel estaba muy asustado, no sabía que pasaría y se iba hundiendo por momentos. Aby le cogió de la mano y le dio un beso en la mejilla mientras le decía que todo iba a ir bien.
Después la chica le preguntó a Beatriz que le había dicho a Rebecca. La mujer no contestó, porque su hijo estaba allí, pero Aby pudo intuir en su mirada lo que le pudo decir a Rebecca para que su amiga reaccionase de aquel modo.

- Señor Domer._ Llamó el doctor y Axel se giró. El hombre pudo ver una amplia sonrisa en la cara del doctor y eso solo podía significar que todo iba bien_

- Su esposa ha despertado y de momento parece tener correctamente las constantes vitales. Mas tarde haremos una exploración mas exhaustiva para descartar posibles daños.

Axel suspiró hondamente y preguntó con ansia si podía pasar a ver a su esposa, algo mas apartadas Beatriz y Aby se abrazaban llenas de felicidad.

Axel cogía las manos de su esposa y las besaba sin parar.

- Vida mía que susto que me has dado, pensaba que te perdía _ Le decía el hombre con lagrimas en los ojos_
- Axel ¿Que me ha pasado? No recuerdo nada, _Le decía Rebecca a su marido_
- Ya hablaremos y te lo explicaré todo, ahora solo debes pensar en recuperarte para volver a casa lo antes posible, Alastair te echa de menos.
- ¡Oh! Mi niño, quiero verlo por favor
- Si, pronto estarás de vuelta en casa, ya veras amor mío.
- No, quiero que venga ahora, le quiero ver Axel por favor_ La joven le suplicaba a su marido con cierta sensación de angustia que no sabía a que respondía_
- Está bien, ahora mismo envío el helicóptero y en un par de horas le tienes aquí. ¿ Así te quedas más tranquila?

Intentando complacer el deseo de su esposa, Axel hizo una llamada.

- Señora Rouse, arregle a Alastair y esté preparada la señora ha despertado y desea ver a su hijo.
-¡Oh señor! que buena noticia, me' alegro mucho señor ahora mismo lo dispongo todo para el viaje. ¿Supongo que el señor envía el helicóptero?

La dona intentaba ser agradable, se preguntaba como la recibiría Rebecca, pero para eso debería esperar. Axel por el contrario no pensó en ningún momento en ese pequeño detalle y si por un momento le pasó por su mente te respondió que como iba Rebecca a poner ningún pero a la señora Rouse con lo que les estaba ayudando desde que ella estaba en el hospital.


Aby entró a ver a su amiga y aunque la había reconocido por lo poco que habían hablado tuvo la sensación de que algo se le escapaba. Tal vez Rebecca tuviese una amnesia parcial, esperaba que se le pasase pero ese no era el momento para preocupar la con sus intuiciones.

 

Capitulo 22.

 

El helicóptero aterrizó en la terraza del hospital, no era frecuente normalmente solo los helicópteros médicos lo hacían pero Axel se había cuidado de pedir el permiso pertinente y la verdad era que quien se lo iba a negar. Axel contribuía generosamente en la sección de oncología infantil del hospital, era una de las muchas causas benéficas en las que estaba involucrado.

La puerta de la habitación se abrió y la señora Rouse entró con el niño en brazos, Rebecca se incorporó en la cama para coger a su hijo, le caían las lagrimas cuando lo besó y el bebé le dedico una de sus sonrisas. La señora Rouse con cierto temor a la respuesta de la joven le preguntó como se encontraba y la chica muy normalmente le respondió que ahora que tenía a su hijo estaba mucho mejor.
Aby vio una Rebecca completamente diferente de la que esperaba encontrar al tener delante a la vieja bruja. Y fue entonces cuando estuvo segura de que su amiga había borrado de su mente los momentos ingratos que aquella mujer le había hecho pasar. Aby ahora si que tenía motivos para estar preocupada.

La silla de ruedas era un impedimento. Axel ya había dado orden de hacer los cambios necesarios en la casa para que su mujer se pudiese mover con completa libertad.
El doctor le había dicho que estaba seguro que era algo transitorio, no había ningún impedimento físico para que Rebecca no caminase, era mas bien algo nervioso en cualquier momento podría volver a conectarse la orden de caminar en su cerebro y todo volvería a la normalidad. Lo mejor era hacer ejercicios y no presionarla, cuando ella tuviese seguridad sería capaz de intentar caminar y estaba seguro de que lo lograría y pronto. A Axel no le consoló demasiado el optimismo del doctor pero tampoco estaba en sus manos la solución, solo podía animar a su mujer y ayudarla en todo lo que él pudiese. De todas formas ella ya estaba en casa y ahora todo iría bien pensó el hombre.

La señora Rouse cuidaba de Alastair ya estaba a punto de hacer seis meses y estaba muy espabilado, conocía a todos los integrantes de la casa y les sonreía con sus mejillas redonditas y coloradas.
Rebecca se había hecho bastante bien a la silla de ruedas, intentaba no pensar en que pasaría si aquella situación se alargase mucho o aun peor si era indefinida.
Recibía cada día la visita del terapeuta que la ayudaba a hacer ejercicios y ella creía que poco a poco iba haciendo avances, ahora ya no le hacían daño las piernas cuando se ponía de pie en las barras paralelas y conseguía dar varios pasos. Estaba segura de que volvería a caminar.

- Cariño he de marchar, mi madre ha muerto esta noche.
- ¡Oh Axel! Como lo siento, un momento me preparo y nos vamos._ Le dijo Rebecca que no quería dejar solo a su marido en ese duro trance_
-No amor mío, ella quería que la incinerasen y la dejásemos ir aquí en el mar de Blumoon. Yo vendré mañana y aquí oficiaremos el sepelio por favor permíteme que vaya yo solo.
- Está bien, como desees, si te parece bien yo prepararé el oficio de mañana.
- Gracias amor mío, eso si estaría bien y seguro que tu lo sabes hacer mejor que yo. Después te llamaré _ El hombre le dio un beso en la frente y se fue, Rebecca le notaba distante sabía que no era el momento mas oportuno para el romanticismo pero le parecía que le estaba perdiendo o quizás era que ya no le atraía como mujer, ahí sentada en la silla de ruedas no debía ser muy sexy, la joven sacudió la cabeza como queriendo apartar aquellos malos pensamientos de su mente_


Rebecca le pidió a la señora Rouse el numero de teléfono de la rectoría de Portrush.
- ¿Traerán aquí a la señora Beatriz?_ Le preguntó la gobernanta_
- Si, se esparcirán en el mar sus cenizas. ¿ Me da el numero por favor?_ Le pidió nuevamente la joven_

La mujer iba susurrando alguna cosa que Rebecca no pudo entender y no sabía el por qué pero había algo en aquella mujer que e removía todo su interior y le provocaba una inexplicable aversión hacia ella.
Rebecca pudo hablar con el rector y quedaron a las ocho de la tarde para oficiar la misa en Blumoon.
Después iba dispuesta a buscar a Alastair pero al pasar por el pasillo del ala este, tuvo un flash una puerta cerrada se le apareció como una extraña visión. Dejó la habitación del niño atrás y siguió el pasillo hasta llegar a la habitación. Le pareció escuchar un murmullo y puso el oído en la puerta. Era la señora Rouse no había duda, estaba hablando sola.

- April ya ha caído una, yo me ocuparé que la otra caiga pronto, ahora no es más que una pobre invalida, seguro que él pronto la repudiará, debe hacer tiempo que no le trata como a un hombre y él tarde o temprano se cansará.
Rebecca se quedó helada, dio la vuelta a la silla y se dirigió a la alcoba de Alastair.

- Si Aby, lo he sentido perfectamente._ Rebecca le explicaba a su amiga lo que acababa de escuchar_
- Está bien, vas recordando.
- ¿Que quieres decir Aby?
- Rebecca, la bruja Rottetmeyer te trató muy mal desde que llegaste a Blumoon, ahora no puedo hablar pero pronto ire a verte y te explicaré. Mientras intenta recordar y no te fíes de ella ¿ De acuerdo?
- Está bien Aby, yo no entiendo muchas cosas, pero se que he de volver a caminar, mi marido y mi hijo me necesitan.

El funeral fue muy emotivo, Axel lloraba como un niño. Y a Rebecca le pareció ver una sonrisa en la cara de la señora Rouse y en aquel momento recordó las palabras de Beatriz. " No dejes tu hijo en sus manos"
En aquel mismo momento, le pidió a Axel que en cuanto volviesen a casa tenía que hablar con él. Axel no entendía que su esposa le dijese aquello cuando acababa de lanzar las cenizas de su madre al mar.

Una vez en casa, Rebecca le pidió a Axel que fuesen a la biblioteca, él la siguió con curiosidad.

- Rebecca, ¿Que es eso tan urgente que me has de decir?
- Axel, quiero fuera de casa a la señora Rouse, si no recuerdo mal ya te lo pedí en su día y no se por qué vuelve a estar aquí.
- Rebecca, eres muy desconsiderada. La señora Rouse no tuvo ningún problema en volver y ocuparse de todo al enterarse de que tu ahora estabas ……_ Axel se paró no se atrevió a decir paralítica_
- Si, puedes decirlo, ahora que no soy mas que una invalida que no sirve para nada y que no te satisface como hombre. _ Ella estaba fuera de si, tenía las palabras de la señora Rouse en la cabeza golpeándola con fuerza_
- Rebecca ¿Que dices? Yo nunca…_ Axel no se podía creer lo que su mujer le estaba diciendo, como podía hablarle así si para él ella y su hijo eran su vida_
- Si Ya lo se, no me has pedido nada, tal vez porque ya te ha satisfecho alguna otra.

Axel no daba crédito a lo que estaba escuchando. Estaba muy dolido y salió de la sala dando un buen portazo. No fue a dormir a casa aquella noche, Rebecca le estuvo dando vueltas a todo lo que le había dicho a su marido. Sabía que había sido por despecho y por inseguridad en ella misma, pero no entendía por qué Axel defendía aquella mujer.

Y en aquel momento le vino a la memoria la habitación donde había escuchado hablar a la gobernanta y fue decidida a averiguar que era lo que había allí dentro.
La puerta estaba cerrada, sacó una horquilla del pelo que se había metido en el bolsillo y la metió en el agujero de la cerradura, después de luchar un rato con ella la puerta se abrió. Rebecca encendió la luz y en dos movimientos entró con la silla de ruedas al interior de la habitación allí encima de una estantería había un cuadro, era el retrato de una mujer enseguida supo que era April.

Sobre un aparador habían velas encendidas, y colgados en una barra estaban colgados en perchas unos cuantos vestidos, que dio por hecho que eran de April.

- ¡Dios mío! Esta mujer está loca._ Pensó Rebecca al ver todo aquello que era como un santuario a la antigua señora Domer_

En aquel momento llegó la señora Rouse, entró y cerró la puerta.

- Usted si que está loca si cree que podrá ser feliz en casa de mi señora. Usted no le llega ni a la suela de los zapatos, ella volvía loco de deseo al señor._ Le gritó la mujer con los ojos encendidos de rabia_
- Si, y a los otros hombres también, tengo entendido. Se dedicó mas a ellos que a su marido_ La provocó Rebecca_
-El no la entendía, ella necesitaba volar, tenía mucha vitalidad y él siempre la tenía recluida y al final la mató._ La mujer ahora hablaba reposadamente con la mirada perdida_

Rebecca continuaba provocándola necesitaba que continuase hablando, necesitaba saber mas cosas

- El no la mató, estoy segura aunque no le debieron faltar ganas cuando la encontró con su mejor amigo. ¿Qué esperaba que hiciese?

La mujer volvió a gritar encolerizada y dijo sin pensar.

- El no respetó su estado, podía haber sido suyo y aun así la mató.

La mujer se percató que había revelado el secreto de su señora, un secreto que seguramente no sabía ni el propio Axel. La rabia la invadió y propinó una bofetada a Rebecca, saliendo rápidamente de la habitación y cerrando la puerta con llave.

-Señora Rouse ¿Donde cree que va? Abra ahora mismo la puerta, ¡ Auxilio que alguien me abra!_ Rebecca sintió pánico al verse allí encerrada y gritó varias veces esperando ser oída_

La señora Rouse habló con el servicio, les dijo que tenían que marchar había una plaga de ratas y vendrían a desratizar la casa. Ella se iría con la señora y el niño cuando llegase la cuadrilla de trabajadores.
El servicio no protestó ni tampoco sospecharon nada extraño pues recordaban aun cuando encontraron todas aquellas ratas en la habitación del bebé.
Rebecca se desesperaba por momentos, sufria por su hijo, revolvió toda la habitación y entre unas mantas habían unos papeles y al estirarlos cayó una carpeta pequeñita, por suerte cayó sobre sus pies y Rebecca se doblo sobre su cuerpo sentado y la recogió. En su interior encontró unas notas que se habían enviado April y Dennis Grant su amante.

"April ves a la biblioteca, lo he pensado mejor y quiero tener el niño, ves después de la fiesta, que no te vean entrar yo bajaré y te esperaré allí."
Dennis.

La nota era de la noche que murió April. Rebecca ato cabos enseguida, Dennis no quería tener el hijo y la llevó engañada a la biblioteca, una vez allí brindaron por su futura paternidad, pero Dennis le tenía preparada la última copa a April, en ella puso el veneno.
Rebecca sabía que el que certificó la muerte, era conocido de la señora Rouse, ella le debió hacer callar para que el nombre de su señora no quedase en evidencia y le escondió el embarazo a Axel. Estaba segura porque su marido no le había dicho nada de eso.
Rebecca sabía que tenía que hacer un esfuerzo e intentar levantarse y salir de allí con sus hijo. Cuando intentó ponerse en pie sintió olor a humo.

- ¡Dios mío esta loca ha metido fuego a la casa!

Gritó el nombre de Alastair, se arrastró hasta la puerta y volvió a sacar la horquilla para intentar abrir la puerta, se incorporó un poco pero volvió a caer y con ella cayó el móvil que le saltó del bolsillo del pantalón

- ¡Ho Dios mío! Gracias señor._ Rebecca no se podía creer la suerte que tenía, ni se acordaba que había metido su móvil en el bolsillo del pantalón. Rebecca llamó a Axel pero el teléfono de él no contestaba, rápidamente pensó en Aby_
- Hola nena ¿Como estás?_ Le preguntó Aby alegremente al oír la voz de su amiga_
- Aby escúchame bien que pierdo la cobertura, ves a Martin's seguro que Axel está allí bebiendo, hemos discutido. Aby la señora Rouse……._ La cobertura se iba y Rebecca se desesperaba al ver que no podría decirle a Aby en la difícil situación en que se encontraba_
- Rebecca porque os habéis……_ Rebecca no la dejo terminar la hizo callar gritando_
- ¡ Aby, Aby calla escúchame la señora Rouse me ha encerrado en una habitación y a …….fuego._ La cobertura se iba y Rebecca no podía explicarle bien lo que le estaba sucediendo. Pero Aby supo rápidamente que algo iba mal y con los cuatro datos que había podido recoger de la conversación se hizo una idea de lo que le estaba pasando a su amiga_

 

- Rebecca cariño, cuelga y llama a emergencias voy a buscara a Axel jo también…….._ La llamada se interrumpió y Aby no pudo decirle que ella también llamaba a emergencias para que fuesen hasta allí_

Rebecca llamaba a emergencias pero con los lloros no lograban entenderla.

- Por favor en Blumoon hay fuego y mi bebé está solo
¡ Ayúdenme!_ Cayó desmayada, mientras la señora Rouse cogía a Alastair y salió de la casa_

Axel, Axel, Aby gritaba des de la entrada de la puerta de Martin's, Axel levantó su pesada cabeza y vio a Aby, no estaba borracho pero si había bebido mas de la cuenta, con algo de dificultad se levantó del taburete y fue hacia la joven. Ella como pudo entre nervios y lloros le explicó lo que estaba sucediendo en su casa. El hombre no podía dar crédito a lo que Aby le estaba diciendo, sacudió la cabeza como si de esa forma se despejase e hizo varias llamadas. Le pusieron al corriente de que los bomberos ya se dirigían a la mansión Axel cogió a Aby de la mano y salieron del local paró el primer taxi que pasó ante ellos y se dirigieron al aeropuerto. Por el camino llamó al piloto del helicóptero y le ordenó que estuviese preparado para salir inmediatamente hacia Blumoon.
Aby intentaba comunicarse con Rebecca pero no contestaba a la llamada.

 

Capitulo 23

 

 

 

El helicóptero aterrizó en Blumoon, en el lugar que tenían habituado para dicho menester. Desde allí Axel podía percibir el calor de las llamaradas que desprendía la casa, aun así Axel corrió hacia la mansión pero se encontró con la barrera de bomberos que no le dejaban pasar. Axel gritaba con todas sus fuerzas.

- Mi hijo y mi mujer están ahí dentro ¡Déjenme pasar, déjenme pasar!
- Señor hágame caso y apártese de aquí_ Le decía uno de los bomberos mientras le sujetaba por el brazo para impedirle avanzar hacia la casa._

Aby bajaba del helicóptero, las llamas eran cada vez mas grandes, todo el mundo corría de un lado a otro, dos ambulancias esperaban por si sacaban algún herido y en el medio de todo aquel jaleo, ella corría con el niño en brazos intentando huir por la parte trasera. Aby que se mantenía mas alejada de la casa la vio y la joven arrancó a correr tras la vieja gobernanta. La mujer caminaba rápido y sin mirar atrás, Aby llegó fácilmente hasta ella y de un empujón le arrebató el bebé y la hizo caer al suelo.

- Bruja loca, como Rebecca salga herida iré a por ti._ Le gritaba Aby a la señora Rouse que se mantenía estirada en el suelo sin poder levantarse_

La chica llamaba a Axel gritando, pero tuvo que acercarse unos metros porque el hombre no la podía sentir. No quería que se le escapase la vieja bruja pero lo primero era que Axel supiese que su hijo estaba bien y a salvo. Axel vio por fin a Aby que le hacía señas y pudo distinguir a la señora Rouse caída en el suelo, el hombre avisó a dos policías que estaban junto a la dotación de bomberos e inmediatamente fueron a detener a la mujer.

Rebecca intentaba abrir la puerta y de un golpe lo hizo, sin saber de donde sacó las fuerzas. Se puso en pie y con paso muy indeciso fue caminando por el pasadizo, a cada paso que daba el humo era cada vez mas y mas espeso hasta que al final Rebecca cayó al suelo.
Al bombero que recorría el pasillo le pareció que había alguien en mitad del pasillo estirado en el suelo, el hombre fue rápidamente hacia allí y encontró a Rebecca desmayada. Le colocó unos instantes la mascara de oxigeno que él llevaba puesta y la cogió en brazos para dirigirse con ella a la puerta de salida.

- ¡Oh Dios mío, Rebecca mi vida !_ Exclamó Axel al ver a su mujer en brazos del bombero, él le cogía las manos y se las besaba. Cuando el bombero la dejó en la camilla de la ambulancia, Rebecca comenzó a volver en si y apenas se la entendía pero preguntaba por su hijo_
- ¡Alastair! ¿Donde está mi hijo?
- Cálmate cariño, que el niño está bien. No sufras amor mío el bebé está perfectamente. Pronto le verás, ahora has de recuperarte tu.

Axel subió a la ambulancia, pero primero le dijo a Aby que el helicóptero la llevaría de vuelta a Londres que se llevase el bebé y lo dejase en casa de los padres de Rebecca. Pero Aby se negó en redondo le dijo que ella se instalaría en un hotel próximo al hospital el la ciudad, estaba segura que en cuanto Rebecca se recuperase un poco querría ver a su hijo y ella estaría allí para llevárselo. No fueron mas que unas horas en el hospital después de una exhaustiva revisión Rebecca fue dada de alta y junto con Aby y el bebé volaron a Londres.

El gran piso de Axel en Londres se convirtió en su nuevo hogar. El tenía pensado comprar una casa en el campo, no muy lejos de la ciudad. Lo tenía decidido aunque Blumoon solo había perdido unas cuantas habitaciones, cerraría la casa para siempre, lo había decidido a pesar del dolor que le causaba tener que hacerlo.

 


Alastair ya caminaba, Rebecca era feliz, tenía un hijo precioso, un marido que la adoraba y al que ella amaba, tenía a sus padres cerca y a Aby la veía día si y día también porque la joven quería al pequeño Alastair con locura lo estaba malcriando le decía Rebecca a su amiga. Pero toda esa felicidad la truncaba el hecho de que Rebecca continuaba sin caminar, nunca le dijo a nadie que el día del incendio logro caminar unos pasos, pero ahora no conseguía hacerlo estaba segura que se debía al shock del miedo que paso en el incendio, pero tenía la esperanza de lo iba a conseguir.
Su invalidez no le preocupaba tanto como el ver que su marido no era tan feliz como ella, estaba segura que añoraba muchísimo Blumoon.

El Nadal en Londres parecía haber animado un poco a Axel, tal vez al tener el niño le devolvió la ilusión. Siempre se ha dicho que una Navidad con niños es mas Navidad y Alastair comenzaba a disfrutar de todo lo que le rodeaba. Pronto iba a hacer un año.

- Brenda, escúchame bien, coge las llaves que te dejé y ves a Blumoon, mírate bien que has de hacer para poner al día la casa._ Rebecca daba ordenes precisas a su prima, quería restaurar la mansión y nadie mejor que Brenda para hacerlo ya lo hizo una vez y estaba segura de que volvería a hacerlo.
- ¿Rebecca estas segura? Tengo entendido que Axel no la quiere abrir.
- Si, ya lo sé lo hace por mi, pero se que el no estar allí le está matando y yo quiero que sea feliz. Por tanto mira bien todo lo que tienes que hacer y dime para cuando estará lista para entrar a vivir. ¿ De acuerdo?
- ¡Si claro si es eso lo que deseas, está bien! Tengo entendido que lo mas perjudicado fueron algunos muebles y cortinas, las paredes no sufrieron daños.¡La verdad es que fue un milagro!_Brenda le dio explicaciones a su prima del informe que tenía de los bomberos Brenda se ocupo de todo, Axel no quiso saber nada en aquel momento. Brenda le prometió decirle alguna cosa en pocos días_

Rebecca intentaba cada día aguantar de pie el mayor tiempo posible, la perseverancia dio resultados y día a día podía comprobar cómo iba ganando la batalla. Y entonces lo pensó sería en Blumoon cuando le diese la sorpresa a Axel, sería una doble sorpresa y estaba segura que tanto el verla caminar como el volver a Blumoon le haría mucha ilusión.

Habían transcurrido tres meses desde que Brenda le comunicó que la casa estaba casi a punto.

- Rebecca, tendrías que venir a ver, si quieres hacer algún cambio de última hora._ Le dijo su prima cuando la llamó para decirle que todo estaba a punto_
- Brenda ¿Está tal y como quedamos?_ Le preguntó Rebecca_
- Si claro como tu pediste.
-Pues entonces no hay nada que ver sabes que confío plenamente en ti

Todo estaba a punto y la primavera comenzaba a brotar, rebecca pensó que era una temporada ideal para el traslado. Estaba ansiosa por ver la cara de su marido al ver de nuevo la casa y sobre todo cuando la viese caminar de nuevo. Porque ahora ya podía hacerlo bastante bien, lo llevaba escondido como su mayor secreto del que no hizo participe a nadie a parte de su terapeuta.

 

Axel estaba suficientemente liado con los negocios, el complejo turístico que había abierto en Bali iba muy bien y pensaba hacer algunos cambios para agrandarlo.

- Rebecca cariño, he de viajar a Bali, intentaré que no sea por muchos días máximo dos semanas te lo prometo ¿Crees que estarás bien?_ Axel sufría cuando dejaba sola a Rebecca, sabía que en la ciudad ella estaba bien con sus padres y Aby pero no le gustaba separarse de ella ni del niño_

Rebecca vio la oportunidad perfecta para organizar el traslado, así cuando Axel volviese no debería ocuparse de nada.

Rebecca dejó la silla de ruedas en el trastero del loof, salió a la calle empujando el cochecito del bebé y paró un taxi. Se presentó en casa de Aby.

- ¡Oh Dios mío! ¡Oh Dios mío!_ Repetía Aby al ver caminar a su amiga_ ¿ Pero cuando ha sido, como no me lo has dicho?

Preguntaba entusiasmada, la abrazó y acto seguido toda su atención se fijó en Alastair. El bebé la conocía a la perfección y le dedicaba sonrisas que a Aby le hacían caer la baba. Las amigas estuvieron hablando de como Rebecca había llegado a aquel punto sin que nadie se percatase de ello y entonces cambiando el semblante Rebecca le dijo:

- Aby, me traslado a Blumoon._ Aby la miraba desconcertada, pues aunque a Rebecca le costo guardárselo tampoco le dijo nada de la reforma, sabía que decírselo sería tener a Aby todo el tiempo que la reforma durase de mal humor y no quería hacerla sufrir mas de lo necesario_
- ¡Caramba chica! Eres una caja de sorpresas ¿Alguna cosa más?_ Aby no evitó el mostrarle a su amiga el disgusto de que no le hubiese dicho nada de la reforma, aunque lo que realmente le molestaba a Aby era el hecho de saber que su amigo se volvía a ir dejándola de nuevo sola_
- Pues si mira hay algo más. Axel no sabe nada, a si que no metas la pata. ¡ Ha si! Y a la boutique de Elsa tienen para ti unos vestidos muy elegantes pruébate los y escoge el que prefieras._ Rebecca no le dio opción a que dijese nada _
- Pero Rebecca por…_ Aby intento hablar pero su amiga la corto de nuevo_
- Calla y escucha.
-El fin de semana que viene no, el siguiente coge un vuelo a Belfas que yo o Brenda iremos a recogerte. Se re inaugura Blumoon y esta vez todo será perfecto._Aby abrazó a Rebecca y le dijo sonriendo_
- ¡Nena, tu vales mucho!

Rebecca soltó una carcajada, Aby siempre la sorprendía, siempre tenía la palabra que ella necesitaba sentir.

- Llámame en cuanto sepas en que vuelo llegas ¿ok?
- ¡Ok ! _Contestó la joven muy emocionada_

 

Capitulo 24.

 

Rebecca se había levantado muy temprano tenía mucho trabajo por hacer. Aby había llegado el día anterior y tenía muchas ganas de ayudar, estaba realmente entusiasmada.

-Vamos Rebecca, ¿Que puedo hacer?_ Le decía Aby impaciente_
- Mira yo con saber que tu cuidas de Alastair y vigilas que no toque nada, ya tengo bastante._ El niño comenzaba a caminar y se agarraba a todo lo que veía y le llamaba la atención_

La casa estaba perfecta, Brenda había hecho un buen trabajo no había nada que recordase el antiguo Blumoon, y eso le gustaba a Rebecca.
El salón principal estaba adornado con ramos de flores y velas, Brenda había creado un ambiente cálido, los convidados fueron prácticamente los de la primera ocasión, pero esta vez Rebecca tuvo con ella a los suyos. Sus padres, Brenda y sus padres, Aby, Elsa y las chicas, Rebecca llevó a Blumoon su mundo y por parte de Axel Rebecca tuvo la buena idea de encargar un retrato de Beatriz, la madre de su marido y lo colgó en un lugar privilegiado del salón.
Hacía días que durante la noche cuando la casa se quedaba en calma, Rebecca practicaba bajando las escaleras que llevaban al salón, tenía pensado bajarlas como lo hizo la primera vez pero en esta ocasión no habría ningún obstáculo que empañase su felicidad. Cuando su marido la viese quedaría fascinado.


Axel regresaba aquel sábado de New York, había ido allí desde Bali para atender uno de sus negocios. Desde un hotel de la ciudad llamó a su esposa.


- Hola amor mío, mañana a las siete de la tarde llego a casa espero que el avión no lleve retraso, ¿Estarás en casa o pensabas ir a algún lugar? Si habías quedado con Aby o tus padres por mi no lo dejes, yo te espero en casa ¡Te quiero! ¿Lo sabes verdad?_ Axel sabía que últimamente se habían distanciado, sus negocios le ocupaban demasiado tiempo y Rebecca tampoco estaba muy cariñosa que digamos él la entendía y en ningún momento quiso presionarla_ Me muero de ganas de abrazarte y besarte, te he extrañado mucho y al pequeño Alastair.

Axel siempre que hablaba con ella la trataba con todo el cariño del mundo y siempre intentaba no decir nada que aludiese a sus limitaciones después del accidente. Pero para sorpresa del hombre encontró a su mujer mucho más feliz que los últimos meses y entonces ella mas que pedirle le ordenó.

 

- Mira vas ha hacer una cosa, cuando llegues a Londres no salgas del aeropuerto vete hasta el helipuerto y allí encontrarás a Aby que te traerá hasta mi. Déjate llevar y confía en mi.
- ¿Pero que pasa Rebecca? ¿Que...? _ Ella le cortó_
- ¿Me amas?_ Le preguntó inesperadamente ella_
- Si, eres mi vida_ Le dijo él_
- Pues calla y haz lo que te digo_ A Rebecca casi se le escapaba la risa, sabía que su marido debería estar súper intrigado_
- Está bien, está bien, lo que tu digas, me gusta eso, me gusta que me sorprendas, hasta mañana mi vida te amo._ Se despidió el hombre muy divertido al pensar en el jueguecito que se traia entre manos su esposa_
- Hasta mañana, amor mío_ Le dijo ella_

 

El avión fue extrañamente puntual para lo que estaba acostumbrado Axel, siempre que tomaba aviones comerciales tenía algún percance o perdida de maletas o retrasos en las salidas….. Por eso esa tarde le extrañó tantísimo la puntualidad del vuelo. Pasaban tan solo cinco minutos de las siete de la tarde cuando aterrizaba en Londres, Aby le esperaba con un taxi para llegar hasta el helipuerto, no había mas de tres kilómetros. Axel intentó de todas maneras sonsacar a Aby para que le explicase que estaba planeando su esposa. Pero Aby supo mantenerse firme y cuando llegaron hasta el helicóptero y el taxi paró Aby pagó al taxista y recogió los paquetes que había dejado en el maletero.

 

- Muy bien, ves al servicio de la cafetería y te cambias_ Le dijo muy escuetamente Aby
a Axel mientras le daba una percha con el esmoquin y una pequeña bolsa con los zapatos, Rebecca lo tenía todo pensado_

Axel estaba alucinando, pero también estaba encantado, hacía tiempo que no sentía aquellas mariposas en el estomago. Recordó a la primera vez que vio a Rebecca en aquella fuente apartándose el pelo de la cara. Ahora volvía a sentirlo y pensaba disfrutarlo.

Mientras en la cas .Rebecca ultimaba detalles y se ponía cada vez mas nerviosa e impaciente por ver la reacción de su marido al encontrarse en Blumoon y de volver a verla caminar.

 

- Brenda ¿Como estoy? Quiero que todo sea perfecto_ Le decía Rebecca a su prima_

Brenda se percató de lo que había avanzado su prima en su dura tarea de volver a caminar, vio lo bien que se aguantaba de pie mientras se vestía. Rebecca al ver la cara de sorpresa de su prima comenzó a caminar.

- ¡Oh Rebecca! ¿Pero como no me has dicho nada? Y Axel ¿Lo sabe?
- No, no lo sabe y seguirá hasta que no me vea bajando las escaleras.
- Pero las escaleras son peligrosas ¿Y si te caes ?_ Brenda estaba preocupada, no se podía ni imaginar que Rebecca llevaba noches y noches ensayando la bajada por las escaleras_
- No sufras hace días que subo y bajo las escaleras ya no tengo problemas_ Las primas se abrazaron y se besaron, la felicidad volvía a sus vidas_

 

Los invitados hacía mas de un cuarto de hora que habían llegado, estaban todos y tomaban un coctel mientras disfrutaban de la velada.
Rebecca estaba en su alcoba, cuando escuchó el helicóptero le afloraron los nervios pero se dijo a si misma; _Rebecca todo irá bien _ Brenda llevó a Alastair con su madre para que le diese un beso de buenas noches_

- Pórtate bien con la tía Brenda ahora vendrá papá a darte un besito_ La joven besó a su hijo con amor y el niño se enganchó a su cuello para que no le separasen de su mamá, Pero Brenda le enseñó un juguete y el niño reaccionó rápidamente queriéndolo coger, de esa forma se lo llevó hasta su dormitorio dejando a Rebecca hecha un manojo de nervios_

 

Rebecca prepárate,Axel está apunto de entrar._ Le dijo Brenda desde la puerta y Rebecca dio un suspiro y se perfumó_

 

Axel necesitaba la ayuda de Aby para bajar del helicóptero ya que al salir de Londres ella le había puesto un antifaz en los ojos. Axel estaba como un niño en la noche de reyes, no sabía donde estaba en ningún momento se le pasó por la cabeza que podía volver a Blumoon, por un momento creyó que Rebecca había encontrado alguna casa a las afueras de Londres que era lo que él tenía pensado pero por otra parte no hubiesen volado en helicóptero, con el coche sería suficiente para desplazarse. Por eso estaba tan confundido, tal vez ella quiso hacer como hizo él en sus comienzos y obsequiarle con una romántica noche en París. El hombre no sabía que pensar estaba hecho un lío pero le daba igual estaba ilusionado y feliz.

Aby le cogió la mano y le llevó hasta la puerta de entrada de la mansión, la chica del servicio abrió la puerta y Aby adelantándose un poquito a él hizo un gesto con su mano para que todos estuviesen callados y él no pudiese adivinar donde se encontraba. Monic no abrió la boca y los convidados ya habían sido alertados anteriormente por Brenda.
Axel ya estaba situado delante de las escaleras y Aby le puso una copa de cava en la mano
- Bebe, que te va ha hacer falta_ Le dijo riendo solo de pensar la cara que pondría él al ver aparecer a Rebecca_

 

Brenda le dio orden a la orquesta que comenzasen a tocar y de nuevo sonó " Fly me to the moon" Rebecca ya estaba a pie de escalera y bajó el primer escalón, sentía como le temblaban las piernas y el corazón le latía a mil por hora pero sabía que todo aquello valía la pena por ver la cara de su marido. Aby se puso detrás de Axel dispuesta a quitarle el antifaz.

- ¡Bueno chico, ha llegado el momento! ¿Preparado? -
- Si, por supuesto cuando abra los ojos veré a la mujer de mi vida.
- Verás algo más que la mujer de tu vida_ Le anticipó Aby_

Y sus ojos quedaron libres y vio a Rebecca bajar las escaleras sonriendo como el día que la conoció. Axel no podía retener su emoción y le cayeron las lagrimas al mismo tiempo que su cara se llenaba con una sonrisa que hacía tiempo que sus labios no reproducían.
Esperó que ella llegase al último escalón y le estiró la mano para que ella se la cogiese, ella correspondió y él la acercó a su cuerpo y la rodeó la cintura con sus brazos, la besó suave y dulcemente como si tuviese miedo que todo aquello fuese un sueño y algo brusco le pudiese hacer despertar y salir de él. Segundos después los invitados participaron del reencuentro y estallaron a aplaudir eso le hizo salir de la nube donde se encontraba y volver a la dulce realidad. Llevó a su esposa al centro de la sala y bailó con ella mientras le decía suavemente al oído.

 

- ¿Cuánto tiempo hace que me tienes engañado?
- ¡Pues hace algún tiempo si!, no podía permitir que te fueses consumiendo lejos de Blumoon, ahora si es nuestro hogar, te amo.
- ¡ No te hagas la boba! Te hablo de que caminas_ Le dijo él a modo de reprimenda_¿ Desde cuándo?
- Bueno en realidad no tanto, pero es que quería sorprenderte y hacerlo bien._ Le dijo ella a modo de excusa_
- Me lo tenías que haber dicho _ Le dijo Axel y le mordió suavemente el lóbulo de la oreja_
- ¿No ha valido la pena este pequeño engaño? Di la verdad_ Le dijo ella devolviendo el mordisco en la oreja de él_
- Baila y calla que voy a pensar como cobrarme esta deuda._ El acercó su cara a la de ella y la apretó bien fuerte, necesitaba sentirla suya_
- Yo sé como saldar la deuda_ Dijo ella pícara mente_
- A sí, pues pienso cobrarme intereses.
- Sería una noche muy larga y debes estar cansado._ Reía ella con picardía sabiendo que estaba poniendo a cien a su marido_
- Pues ya descansaré mañana.

Axel preguntó por Alastair y Rebecca le dijo que estaba en su habitación esperando a que su papá le diese un besito de buenas noches.
El se disculpó con los invitados y cogió a su mujer de la mano para ir a dar las buenas noches a su hijo. Alastair jugaba con Monic, ya tenía puesto el pijama y había cenado. El niño se lanzó a los brazos de su padre con una amplia sonrisa.

- Carai, mi niño si camina tan bien como su madre_ Dijo Axel irónicamente mirando a Rebecca_

Estuvieron un ratito con su hijo hasta que el bebé comenzó a dar muestras de tener sueño, se rascaba sus ojitos con sus pequeñas manitas y abría una y otra vez la boca. Sus padres le dieron un beso y lo dejaron el su cuna, el niño se acomodó rápidamente y adoptó su postura preferida. Monic ya había abandonado la habitación y ahora Axel y Rebecca se disponían ha hacer lo mismo apagaron la luz y ajustaron la puerta para que el pequeño Alastair pudiese descansar.

 

Una vez en el pasillo Axel abrazó a su mujer por la cintura y la apretó contra su cuerpo. La deseaba tanto que no creía poder esperar a que la casa quedase vacía.

- ¿Tú crees que nos podríamos perder un ratito tu y yo? _ Le dijo Axel a su mujer_
- Yo creo lo que tu creas_ Dijo ella muy zalamera_
- ¿Crees que se enfadaran con nosotros? _ Le volvió a preguntar él y ella le contestó con una frase de una de sus películas favoritas_
- No sé si se enfadaran. Ya lo pensaré mañana.

Entonces Axel la cogió en volandas y la llevo a su alcoba, estaba nervioso como si fuese la primera vez, deseaba con locura a su mujer y hacía demasiado tiempo que no la sentía. La dejó al lado de la cama y se quedó tras ella, con delicadeza bajó la cremallera del vestido mientras le susurraba al oído lo mucho que la deseaba, cuando cayó la parte superior del vestido Axel rodeó el cuerpo de la joven y le cogió los pechos con suavidad pero con decisión los acarició provocando en ella un deseo absoluto su estomago se movía espasmódica mente deseando que él bajase sus manos hasta aquel lugar donde él sabía hacerla alcanzar el cielo. El vestido terminó por caer al suelo dejando todo el cuerpo de Rebecca al descubierto. Seguía siendo tan preciosa como la recordaba, le quitó el sujetador y se puso delante de ella la siguió acariciando y besando se arrodilló ante ella y le fue mordisqueando los pechos, el estomago, el vientre, un muslo, el otro y con sus dientes presionó la braguita y estiró de ella hasta hacerla caer. Rebecca jadeaba de deseo creía que no podría aguantar más, necesitaba sentirlo y entonces estiró de él y le levantó, le beso con fuerza con rabia con deseo y le fue desvistiendo. Enseguida sintió el torso de su marido contra sus pechos, y después el miembro que pedía entrada en ella. Axel la alzó y ella se enganchó a horcajadas al cuerpo de él. Y se convirtieron en uno.Sus movimientos acordes les llevó al éxtasis y cayeron rendidos sobre la cama.

 

- ¡Cielos santo! Amor mío como te necesitaba_ Le dijo él todavía jadeante por el esfuerzo.
- ¿De verdad señor Domer? - Ahora fue él quien sonreía por la ocurrente contestación que le había dado a su esposa_
- ¡A Dios pongo por testigo que jamás volverás a pasar hambre!-

 

 

 

Incredulidad del destino

 

 

 

De pronto el vestido dejó de tener importancia, su corazón se aceleró y su sangre parecía haberse parado como si no le llegase al cerebro y esa fuese la razón por la que no podía reaccionar.
Arlet se quedó paralizada no era el espejo, el espejo lo tenia a su espalda pero su reflejo estaba delante de ella, un vestido
diferente, otro color, diferente peinado, pero era ella.
Cuando quiso reaccionar su reflejo se había ido, ya no estaba pero ella estaba segura que lo había visto y tenía que volver a ver aquel reflejo de si misma. No era posible que alguien se pareciese tanto a uno mismo sin tener consanguinidad. Ahora entendía muchas cosas que habían pasado en su vida y a las que nunca encontraba explicación.
Arlet tenía seis años y había ido con sus padres a la playa, corría el año mil novecientos cuarenta y ocho, hacía un día fantástico estaban en pleno verano y como cada año en época estival fueron a pasar un día de playa. A Arlet le encantaba el mar, entraba en la orilla siempre bajo la atenta mirada de Elvira su madre, su padre las acompañaba y cuando estaban instaladas se retiraba al primer chiringuito que encontrase, a Arlet le daba igual que su padre no se quedase a jugar con ella, ya se había acostumbrado a sus ausencias. Con su madre tenía más que suficiente, lo cierto era que prefería no tener a su padre cerca. Artur era un hombre con un carácter duro, era parco en palabras y en muestras de cariño. El quería a su mujer y a su hija pero posiblemente no sabía querer. Era incapaz de decir una palabra amable ó cariñosa. Cuando se le reprochaba su despegue afectivo, él siempre decía que el amor y el cariño se demostraba con hechos no con ñoñerias.

La niña se acostumbro a esa falta de caricias paternas tal vez por que su madre le daba suficientes por los dos.
Elvira era una mujer dulce y comprensiva, como casi todas las de la época, sumisa y servicial. Ella sabía del difícil carácter de su marido, pero también como muchas mujeres, siempre decía: " Es muy seco, pero no me pega ni se emborracha y no me falta de nada"

Ella se conformaba de esa manera pero la realidad era que si que le faltaba algo, le faltaba un hombre que hablase con ella que la amase con pasión no como un robot programado, un hombre que le dijese lo bonita que estaba con el vestido nuevo y que le dijese te amo, le faltaba todo eso pero Elvira ya no lo echaba en falta ya se había acostumbrado y cuando llegó Arlet su mundo cambió, se llenó de luz y encontró una razón para vivir.
Arlet era una niña muy buena y dócil, pero a veces tenía unos comportamientos difíciles de entender.
Un día de playa Arlet estaba en la orilla y vino una ola, la niña se desplomó en la arena y respiraba entrecortadamente como si le faltase el aire, sus labios se tornaron azules y tuvo una serie de convulsiones. Elvira se encontraba sola con ella como siempre, pidió auxilio y un muchacho que había sido sanitario durante la guerra se acercó y le realizó un masaje cardiaco a la pequeña. Poco a poco Arlet fue recuperando el color y su respiración se fue volviendo normal. Cuando llegó Artur ya había pasado todo, Elvira estaba recogiendo las cosas para volver a casa.
La mujer le reprochó que no estuviese allí y él le dijo que era una exagerada que tenía a la niña muy consentida y ella lo único que hacía era llamar su atención.
Elvira lloraba desconsoladamente mientras recogía la bolsa y cogía la manita de su hija, dispuestas a marcharse de allí.

 

Tiempo después el siguiente episodio fue igual de extraño.
Elvira había acostumbrado a Arlet a dormir sin luz desde muy pequeña, más que nada para no oír a su marido que siempre se quejaba del consumo de luz y que dejándole la luz abierta a la niña, solo conseguía hacer de ella una mujer débil y cobarde.

Elvira sentía un gran dolor en el corazón, cuando su hija le pedía dejar la luz abierta, pero en poco tiempo la niña se acostumbró y nunca más volvió a reclamar la luz. Hasta esa noche que Elvira puso a dormir a Arlet, rezaron juntas el jesusito y le explicó un cuento, la madre le dio un beso en la frente a su hija como cada noche y se disponía a salir de la habitación, apagó la luz y aun no había salido del dormitorio cuando la niña se puso a chillar como una posesa gritando
"mamá la luz, mamá la luz, enciende la luz mamá". Elvira se asustó encendió la luz y vio a su hijita incorporada en la cama, con lagrimas en los ojos y con la cara morada como si le faltase el aire para respirar.
Esta vez Elvira, si que discutió fuertemente con su marido, no estaba dispuesta a admitir que su hija era una consentida. A la niña le pasaba algo y ella quería saberlo. Lo tenía decidido al día siguiente iría a visitar al doctor Ginferrer.
El doctor Ginferrer había visitado a Arlet desde que nació, él la vacunaba, él le ponía las inyecciones de penicilina cada vez que la niña tenía anginas, él lo sabía todo de Arlet.

Elvira llegó a la consulta muy asustada, no sabía que podía tener su niñita, pero algo le pasaba de eso estaba segura.
El doctor la examinó exhaustivamente pero no encontró nada relevante para que la niña hubiese tenido aquellos episodios de ahogo. Elvira no sabía como afrontar aquel diagnostico, por una parte ella confiaba ciegamente en el doctor, pero ella había visto a su hija en aquellas situaciones y no sabía que hacer si volviese a vivir otro episodio así.
Se fue a casa con una sensación de angustia que le oprimía el pecho y entonces lo pensó. ¿Y si la niña tenía algún problema y no se lo querían decir? Cuando nació Arlet sucedió algo extraño no supo exactamente que fue lo que sucedió porque ella estaba bastante mal y la durmieron, Arlet nació por cesárea. Lo cierto es que la niña se había criado bien hasta ahora.
Nunca le había dado ninguna clase de problemas, solo los típicos de la infancia, sarampión, anginas, pero nada serio la niña siempre se recuperaba bien.
Pero el instinto de madre le decía que algo no iba bien, no sabía lo que era, pero había algo que la inquietaba.
Arlet crecía siendo la niña de los ojos de mamá además de su carácter dulce, toda ella era un
cielo como el azul de sus ojos que combinaban a la perfección con los rasgos de su rostro y el color trigo de sus cabellos. Todo eso parecía no ser suficiente para dulcificar el carácter de su padre, hombre severo donde los haya, nunca jugaba con ella, ni la llevaba al parque ó a pasear. Sin embargo, por otra parte la consentía en todo lo material que la niña pudiese pedir, no le faltaban los últimos juguetes que había en el mercado, ó toda clase de ropita con la que Elvira la vestía haciéndola parecer una muñequita. Quizás era la forma de callar su mala conciencia.

 

Arlet salió de la tienda aun con el vestido puesto, la dependienta la seguía gritándole.
_Señorita, por favor vuelva, ¿Donde va con el vestido?

Arlet, sacó la cabeza por la puerta y miró en ambas direcciones, ni rastro de la mujer ¿Quien demonios era y de donde había salido?
Por fin Arlet hizo caso a la dependienta, que la llamaba sin cesar. Entró de nuevo en la tienda y se dirigió a los vestidores.
Adquirió el vestido que llevaba puesto y que le quedaba como un guante. Era negro pero con unas flores pequeñitas de colores blanco, azul y violetas muy primaveral, un par de faldas una gris y otra marrón, dos camisas y un par de rebecas a juego.
Necesitaba ropa, desde que murió su madre hacía dos años no había dejado de llevar luto, ya era hora de volver a lucir ropa de color, tenía solo veintitrés años y seguía sin novio, Pep ya era historia. Cuando tenía diecisiete años estuvo tonteando con Toni el hijo del panadero, pero el muchacho no tardó mucho en dejarla. El decía que era un poco extraña, pero ella siempre pensó que en realidad lo que le pasaba era que le asustaba enfrentarse a su padre. Ella reconocía que había algo en ella que no entendía, pero no podía explicarlo. Ni nadie la podía entender, ni tan siquiera su madre.
Un día en casa, cuando estaban comiendo, su madre le preguntó que tal le iba en el taller de costura de doña Rosa.
La chica había empezado a trabajar en el taller esa misma semana y aun no se había habituado. Ella sabía coser, Elvira la había enseñado desde muy jovencita, pero en el taller cosían para las señoras de los oficiales y no todas eran de buen complacer.