XVIII

El principito atravesó el desierto y no encontró más que una flor. Una flor de tres pétalos, una flor de nada…

—Buenos días —dijo el principito.

—Buenos días —dijo la flor.

—¿Dónde están los hombres? —preguntó cortésmente el principito.

Un día la flor había visto pasar una caravana.

—¿Los hombres? Creo que existen seis o siete. Los he visto hace años. Pero no se sabe nunca dónde encontrarlos. El viento los lleva. No tienen raíces. Les molesta mucho no tenerlas.

—Adiós —dijo el principito.

—Adiós —dijo la flor.