Hoja IV
Importante también el tema de la comedia. Lo que nos salva de nuestros peores males es sentirnos abandonados y solos, pero no lo bastante solos como para que «los demás» no tengan «consideración» de nuestra desventura. En ese sentido nuestros minutos de felicidad son a veces aquellos en los que el sentimiento de estar abandonados nos colma y los eleva a una tristeza sin fin. También en ese sentido la felicidad no es a menudo sino el enternecimiento ante nuestra desdicha. Al llamar a la puerta de los pobres — Dios puso la complacencia junto a la desesperación como el remedio junto al mal.{183}
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De joven, yo pedía a las personas más de lo que podían dar: una amistad continua, una emoción permanente. Hoy sé pedirles menos de lo que pueden dar: una compañía sin frases. Y sus emociones, su amistad, sus gestos nobles conservan para mí su valor cabal de milagro: un efecto cabal de la gracia.
Marie Viton: avión