Epílogo
En una simbólica frontera …
Llega uno de esos días en que duermes, luego vas abriendo los ojos y entonces comienzas a despertar. Pero esta vez fue distinto, simplemente sientes la suave presencia entonces reconoces el aspecto como un cálido saludo.
– ¿Me recuerdas?
– ¿Cómo es que estás aquí?
– Esperaba por ti.
– ¿Dónde estamos?
– ¿En dónde crees?
– ¿Es nuestro hogar?
– De hecho, es como la antesala.
– Todo se ha consumado, ¿verdad?
– ¿Ahora recuerdas nuestra esencia e inocencia? ¿te sientes libre de la falacia del temor y la culpa?
Tengo algo por mostrarte pero primero hay algo que querrás escuchar …