PEOR QUE EL INFIERNO

Ramón Gómez de la Serna, humorista español, nacido en Madrid, en 1891; muerto en Buenos Aires, en 1963. Fue uno de los más inventivos escritores de España. De su vastísima obra mencionaremos: El Drama del Palacio Deshabitado (1909); El laberinto (1910); El Teatro en Soledad (1912); Ruskin, el Apasionado (1913), El Rastro (1915); Greguerías (1917); Muestrario (1918); El Novelista (1923); Efigies (1929); Ismos (1931).

¡Oh, la crueldad incomprensible, inadmisible! Le sentenció Dios a muchos miles de siglos de purgatorio porque si los hombres al que no matan, al que absuelven de la última pena lo sentencian casi a lo mismo con sus treinta años, Dios, al que perdona del Infierno, le condena, a veces, a toda la eternidad menos un día, y aunque ese día mata por completo toda la eternidad, ¡cuán vieja y cuan postrada no estará el alma el día en que cumpla la condena! Estará idiota como el alma de la ramera Elisa, de Goncourt, cuando sale del presidio silencioso.

"¡Cuántas hojas de almanaque, cuántos lunes, cuántos domingos, cuántos primeros de año esperando un primero de año separado por tantísimos años!, pensaba el sentenciado, y no pudiendo resistir aquello, le pidió al Dios tan abusivamente cruel, que le desterrase al infierno definitivamente, porque allí no hay ninguna impaciencia.

"¡Matadme la esperanza! ¡Matad a esa esperanza que piensa en la fecha final, en la fecha inmensamente lejana!", gritaba aquel hombre que por fin fue enviado al Infierno, donde se le alivió la desesperación.

Ramón Gómez de la Serna: Muestrario (1918).

LA SANGRE EN EL JARDÍN

El crimen aquel hubiera quedado envuelto en el secreto durante mucho tiempo sí no hubiera sido por la fuente central del jardín, que, después de realizado el asesinato, comenzó a echar agua muerta y sangrienta.

La correspondencia entre el disimulado crimen de dentro del palacio y la veta de agua rojiza sobre la taza repodrida de verdosidades, dio toda la clave de lo sucedido.

Ramón Gómez de la Serna: Los muertos, las muertas y Otras fantasmagorías (1933).