Notas
[1] Este poema de Shelley ya había sido publicado, con ligeras variaciones, como un fragmento de Original Poetry by Victor and Cazire. <<
[2] El manuscrito lleva la siguiente nota: «Extraído casi literalmente del poema “Lachin y Gair” de Hour of Idleness de Byron». Fue el primer libro que publicó George Gordon, Lord Byron (1788-1824), en 1807. Byron escribió ese poema a los diecinueve años y describe la cima del monte escocés Loch na Garr. El verso de Shelley («Rise on the night-rolling breath of the blast») es prácticamente idéntico al de Byron: «Rise on the night-rolling breath of the gale». Shelley no sólo debió de encontrar en los versos de Byron una inspiración para la descripción paisajística, sino que en ellos se trata el tema de la inocencia perdida, un motivo presente a lo largo de toda la narración de St. Irvyne. <<
[1] Antiguo nombre de la ciudad de Piacenza, situada al norte de Italia, a unos 50 km al suroeste de Milán. <<
[1] Versos de la obra de John Milton (1608-74) El Paraíso perdido (Paradise Lost, 1667), una de las grandes influencias literarias de Shelley. Corresponden al discurso que Satán dirige a la Muerte, durante su primer encuentro en las Puertas del Infierno (Libro II, vv. 681-3). En su ensayo Defensa de la poesía (1821) Shelley escribe: «El Diablo de Milton es un ser moral superior a su Dios, ya que persevera en su propósito, que él considera excelente, a pesar de las adversidades y las torturas que debe soportar; es a él a quien, cuando vive en la seguridad de un indudable triunfo, se le impone la más terrible venganza de su enemigo, con el designio de conducirlo hasta la exasperación con nuevos tormentos». <<
[1] El manuscrito señala que estos versos están tomados al pie de la letra de Hour of Idleness de Byron. <<
[1] Los versos pertenecen a «El Judío Errante» («The Wandering Jew»), un poema que Shelley había escrito en colaboración con Thomas Medwin. En su libro The Gothic Quest (1938), Montague Summers nos proporciona información sobre esta obra: «Hacia 1810, Shelley y Medwin encontraron en Lincoln’s Inn Fields un fragmento sucio y rasgado del poema de Christian Schubart Der Ewige Jude (1787), que había aparecido en The German Museum, vol III, 1803. Shelley concibió entonces un poema sobre el tema y Medwin se le unió en la empresa de escribir un largo romance en verso a la manera de Walter Scott. Cuando siete de los ocho cantos ya estaban escritos, Shelley probó suerte con varios editores, pero sólo cuatro de ellos se publicaron en The Edinburgh Literary Journal de 1829, con un prefacio de Shelley fechado en 1811. Los cuatro cantos (en una versión diferente aprobada por Shelley) aparecieron también como “poema inédito” en Fraser’s Magazine tres años después. Medwin, cuya colaboración es dudosa, afirmaba haber escrito los tres primeros cantos y reconocía haber tomado de la novela de Matthew Gregory Lewis El monje (The Monk, 1797) la escena de la visión. Es sabido que Shelley era un gran admirador de El monje y muchos especialistas piensan que el poema es en su integridad obra suya. Sin embargo, ha sido excluido de la mayoría de las ediciones de las obras de Shelley. La figura del errante, del maldito que arrastra su culpa por el mundo, era un tema favorito de los románticos, desde este Judío Errante hasta el marinero de La balada del viejo marinero (The Rhyme of the Ancient Mariner, 1798) de Samuel Taylor Coleridge (1772-1834); ocho años después de esta novela, Charles Robert Maturin (1782-1824) escribiría su célebre Melmoth el errabundo (Melmoth the Wanderer), brillante vuelta de tuerca al tema. Su protagonista guarda muchas semejanzas con el Rosacruz de Shelley». <<
[1] Los versos pertenecen a la obra teatral de Edward Young (1683-1765) The Revenge (1721). Young es recordado especialmente por su extenso poema filosófico The Complaint, or Night Thoughts on Life, Death and Immortality (1742-45), que inspiró la obra de José Cadalso Noches lúgubres (1771). Sus ambientes mórbidos y su reflexión sobre la existencia debieron despertar gran interés en el joven Shelley. Su obra como dramaturgo, sin embargo, ha caído en el olvido. <<
[1] En francés en el original: «¿Es una prostituta? Sí, y de virtud transitable». <<
[2] En francés en el original: «alegría del corazón». <<
[1] The Lay of the Last Minstrel (1805), romance en verso de Walter Scott (1771-1832) inspirado en una leyenda escocesa. <<
[1] Shelley tuvo que aclararle a su editor algunas dudas que dejaba en el aire esta apresurada conclusión. En una carta fechada el 14 de noviembre de 1810, explicaba que «Ginotti, como habrá comprobado, no murió a manos de Wolfstein, sino por causa de la magia natural, que lo destruyó en el momento en que su secreto fue transmitido al segundo. Como Mountfort es un personaje secundario, no juzgué necesario relatar su final, cosa, que, por otra parte, habría carecido de interés. Eloise y Fitzeustace se casaron, y supongo que son felices. Megalena muere por la misma causa que acaba con la vida de Wolfstein. No juzgo necesario ulteriores explicaciones». Cinco días más tarde, una segunda carta contradecía sus explicaciones sobre Ginotti: «En una lectura más atenta, se dará cuenta de que Mountfort mató físicamente a Ginotti, tal y como se deduce de la palidez de este último». En realidad, lo único que dejan realmente claro esas líneas es que Shelley parecía tener prisa por desentenderse de su novela. <<
[1] Nota del autor: «Estas palabras son insuficientes y metafóricas. La mayoría lo son. No hay forma de salir de eso». <<
[2] Laurence Sterne (1713-68) es el autor de Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy (The Life of Opinions of Tristram Shandy, Esquire, 1760-7) y de Viaje sentimental por Francia e Italia (A Sentimental Journey Through France and Italy, 1765). <<
[3] Frase atribuida al poeta italiano Torquato Tasso (1545-95). <<
[4] De la obra de William Shakespeare (1564-1616) La tempestad (The Tempest, 1611), acto IV, escena I, vv. 156-7. <<
[5] De la obra de Shakespeare Hamlet (1601), acto IV, escena IV, v. 37. <<
[6] De Milton, El Paraíso perdido, canto II, v. 148. <<
[7] Se refiere al poeta y ensayista escocés William Drummond (1585-1649). <<