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La historia que yo tenía la pretensión de contar (pretensión que resultó no ser desmedida, como lo demuestra la tangible realidad de los treinta y siete capítulos que preceden a este), en rigor, termina con el punto que sigue a la última palabra del capítulo precedente. (Por última palabra entiendo la palabra «torniquete», ya que «dromedario», si bien está unas líneas más abajo, se halla en el contexto de una llamada al pie que debe leerse cuando aparece el «[7]» que está junto a la palabra «camello», Cuando digo, entonces, «última palabra» estoy hablando de un orden temporal, no de uno espacial. Además, esta no es una novela de ciencia ficción, sino el sagrado testimonio de una vida humana real. Y si ese testimonio resulta ser perfectible y adolece de ciertas inexactitudes, ello se debe a que quien a usted lo entrega, lectora o lector, también es un ser humano que como tal no está dotado de la facultad de no equivocarse).

Solo me queda establecer ciertos pequeños ajustes (los que había prometido) en algunos hechos que en el calor de la narración pude haber presentado de forma a veces un tanto superficial, o unilateral, o directamente falsa.

Usted podrá indignarse frente a esta confesión, y decir «¿pero qué credibilidad puedo dar a este tipo, que cada pocas páginas se desdice de la mitad de cuanto antes dijo?». Y usted tendrá razón en preguntarse esto. Pero si su sentido crítico se detiene en ese punto, corre usted el riesgo de que un día algún librero le venda, en lugar de un libro, un buzón. Porque yo, al menos, le advierto que ciertas cosas que conté no son estrictamente verdaderas, o que son pura paparrucha. Pero otros autores callan, y siguen adelante con sus historias sin encender siquiera una pequeña luz de alerta sobre la posibilidad de que algo de lo que dicen haya sido falseado en alguno de los recovecos de la torcida mente que, en lugar de dedicarse a calcular intereses compuestos o a meditar sobre el número que saldrá a la quiniela, eligió dedicarse a la literatura.

Avanti, pues, con los ajustes.

1984-1992