Hasta Elena, la entrenadora rival, se levanta para aplaudir. Y, cuando su pequeño número 11 marca el gol del honor, ¡se pone a saltar como un canguro!
Un gol a los fabulosos Cebolletas es casi tan importante como ganar una liga…
Rafa entra a diez minutos del final, después de un gol de Nico, que ha puesto el marcador en 4-1.
Tomi lo sigue desde la tribuna, algo preocupado.
En su primera jugada, el italiano echa a correr y se deshace de cinco contrarios como si fueran los palos de un eslalon, hasta que dispara a portería: ¡5-1!
El segundo gol lo marca de tacón a pase raso de Julio.
En el último segundo, justo cuando el árbitro se dispone a pitar el final del encuentro, Rafa dispara un cañonazo desde veinte metros, por lo menos. El balón vuela por el aire como una flecha de Adriana y acaba también al fondo de la red.
Pero el colegiado anula el gol, declarando que ya había silbado el final.
Tomi suelta un pequeño suspiro de alivio.
Cebolletas 6 – Estrellas 1.
De modo que la liga se decidirá en la última jornada.
En el vestuario, Gaston Champignon hace un anuncio inesperado.
—He organizado un partido amistoso para que nos preparemos para el encuentro contra los Balones de Oro.
—¿Contra quién? —pregunta João, curioso.
—Os lo diré el jueves, cuando juguemos —responde en tono de misterio el cocinero-entrenador.