Notas

[1] Pese al plan remoto de realizar una crítica más completa de la Filosofía del Derecho (cfr. por ejemplo OME 5, pág. 158), Marx se limitó de hecho a la doctrina del Estado. Las cuatro primeras páginas del manuscrito faltan y con ellas el título así como —según es de suponer— el comentario a los §§ 257-260. D. Rjazanov, al publicar por primera vez el manuscrito en 1927 (en la antigua edición MEGA), lo tituló Crítica de la filosofía del Derecho de Hegel. Nuestra traducción —así como las traducciones castellanas de A. Encinares (Barcelona, 1974) y la «Editora política» (La Habana, 1966)— prefiere un título más concorde con el contenido del manuscrito. Karl-Heinz Ilting publicó todos los textos y apuntes de Hegel que tratan de la filosofía del Derecho (G. W. F. Hegel. Vorlesungen über Rechtsphilosophie, 1818-1831, Stuttgart, Bad Cannstatt, 1973-1976). De esta edición, en la que se ha basado la traducción de C. Díaz Fundamentos de la Filosofía del Derecho (Madrid, Libertarias, 1943), proceden los subtítulos entre corchetes angulares que encabezan en nuestro texto los pasajes de Hegel. <<

[2] Filosofía del Derecho, § 259: «La idea del Estado: a) tiene directamente realidad, que es el Estado individual como organismo referido a sí mismo, Constitución o Derecho político interno; b) pasa a la relación de cada Estado con los otros Estados: Derecho político exterior; c) es la Idea universal como especie y poder absoluto contra los Estados particulares, Espíritu, que se da su realidad en el proceso de la Historia universal.» El comentario de Marx se limita al punto a), desarrollado por Hegel en los §§ 261-320 bajo el título «A. El Derecho Constitucional.» Este punto es también el central de la teoría hegeliana del Estado. <<

[3] A diferencia de las clásicas traducciones italiana (Della Volpe) e inglesa (O’Malley) traduzco «bürgerliche Gesellschaft» no por «sociedad civil» sino por «sociedad burguesa». Para el inglés, «Civil Society» se halla cuasiconsagrado por Engels (MEW XXI, pág. 236) y por la clásica traducción de la Filosofía del Derecho de Knox. El alemán dispone de una sola palabra (bürgerlich) para ambos sentidos (civil y burgués). Éstos se hallaban confundidos en la Antigüedad, cuyo Estado era en principio la polis, la urbe. En Ferguson —citado por Engels— e incluso en Kant (Metafísica de las costumbres, § 45) se identifican aún ambos sentidos. Pero ya en Kant esta identificación comienza a ser anacrónica. La separación formal de Estado y sociedad, de la esfera del interés colectivo como tal frente a los intereses individuales se desarrolla con la ascensión de la burguesía y acompaña la lucha de clases por el Estado. En la Ilustración francesa, mientras que citoyen se refería el hombre como ciudadano al nivel del interés universal del Estado, bourgeois se refería directamente a sus intereses privados, mejor definidos por la libertad del laissez faire que por la responsabilidad del interés común. En este sentido criticaban Diderot y Rousseau —cuyo Contrato Social extractó Marx a la vez que escribía su crítica de Hegel— el que hubiese muchos «burgueses» y pocos «ciudadanos». Desde el principio Marx identifica «burgués» con «privado», en cuanto la burguesía, el «estamento privado», es el núcleo de la «sociedad burguesa». La «sociedad burguesa» incluye más que la burguesía; pero la burguesía es actualmente el núcleo de la sociedad burguesa y a ella se debe el desarrollo y la forma actual de ésta junto con su separación radical del Estado (cfr. MEW III, pág. 36: La ideología alemana, W. Roces [trad.], Barcelona, Grijalbo, 1970, pág. 38. Roces traduce también bürgerlich por «civil»).

La estructura de la Filosofía del Derecho, basada en esta separación, hace preceder a la doctrina del Estado, que comenta Marx (referente al ciudadano o, en alemán, (Staats)bürger: §§ 257-360) la de la sociedad burguesa (el burgués o, en alemán, Bürger: §§ 182-256). Mientras para Hegel es el «ciudadano» la idea fundamental, Marx insistirá en que «burgués» denota una realidad más básica; en ella descubrirá también junto con otros contemporáneos la realidad antagónica del «proletariado» y por tanto la nueva contraposición; «burgués-proletario». En Marx y en Hegel Bürger, bürgerlich debe ser traducido con pocas excepciones (véase infra, nota 77) por «burgués». <<

[4] El comentario de Marx se basará en la idea feuerbachiana (Ludwig Feuerbach, Werke, E. Thies (ed.), 6 tomos, Fráncfort, 1975-77, III, págs. 228-229; Ludwig Feuerbach, Aportes para la crítica de Hegel, A. Llanos (trad.), Buenos Aires, La Pléyade, 1974, pág. 71) de que lo general (aquí el interés del Estado), pese al postulado de Hegel, no coincide con lo particular (los intereses individuales), sino que, incluso según el mismo Hegel, lo subsume y oprime. <<

[5] Según Feuerbach (III, pág. 227; Aportes, pág. 69) «la filosofía de Hegel ha enajenado de sí mismo al hombre; y es que todo su sistema se basa en tales actos de abstracción. Cierto que vuelve a identificar lo que separa; pero sólo de una forma a su vez separable, indirecta. A la filosofía hegeliana le falta unidad directa, certeza directa, verdad directa». <<

[6] «Presupone» (voraussetzt), no en el sentido meramente pasivo de que ellas son sus implicaciones previas, sino en el sentido activo de «pre-sub-pone»; es decir, el Estado, como algo previo, pone, sienta sus concreciones. Ciertamente esta posición se realiza aún inconsciente, irreflexivamente; de ahí su apariencia de mero pre-sub-puesto. Así es para Hegel todo presupuesto. En cambio en los Gmndrisse der Kritik der politischen Ökonomie. Fráncfort/Viena, 1953 (Instituto Marx-Engels-Lenin, Moscú, 1939), (págs. 363-364: OME 21, págs. 414-415) Marx ha distinguido sistemáticamente presupuestos pasivos (por ejemplo los que anteceden al capital) y presupuestos activos (que el mismo capital, por ejemplo, incorpora y sienta como propios). Para Marx no es posible una deducción infinita, cuyos presupuestos serían todos «de suyo» internos. <<

[7] «Una filosofía que deduce lo limitado de lo infinito, lo determinado de lo indeterminado, nunca llega a sentar verdaderamente lo limitado y determinado.» (Feuerbach III, pág. 228; Aportes, pág. 71.) <<

[8] «El Derecho Natural de Hegel es el más puro empirismo especulativo.» (Feuerbach III, pág. 24; Aportes, pág. 33.) <<

[9] Por tanto según Feuerbach (III, pág. 224; Aportes, pág. 66) «el método de la crítica reformadora de toda filosofía especulativa» consiste «simplemente en invertir la filosofía especulativa; de este modo obtendremos la verdad desnuda, pura, limpia». Cfr. MEW II, págs. 61-62; OME 6, pág. 62 y sigs. <<

[10] «Hegel multiplica y astilla la esencia simple e idéntica consigo misma de la Naturaleza y el hombre, para mediar luego forzadamente lo que antes forzadamente había separado.» (Feuerbach III, pág. 226; Aportes, pág. 68.) «La metafísica es la psicología esotérica.» (Ibíd.) <<

[11] «Estado político» no es un pleonasmo, pues la familia y la sociedad burguesa, que Marx menciona a continuación, constituyen el «Estado real». Como ya queda indicado (supra, nota 3) esta distinción juega un papel en la evolución de Marx de la problemática política a la social (cfr. infra, págs. 184-185). Aparte de esto llama la atención la tradicional nomenclatura burguesa que designa la familia como realidad «natural», o sea intemporal, y la sociedad burguesa como «artificial», es decir histórica (cfr. infra, nota 80). <<

[12] «Según Hegel la Idea es primero puramente abstracta, se halla en el puro elemento del pensamiento; es el Dios racionalizado antes de la Creación del mundo. Pero, así como Dios se proyecta hacia fuera, se revela, se mundaniza, se realiza, del mismo modo se realiza la Idea… Ahora bien, ¿por qué se hace sensible la Idea? Si la sensibilidad no es nada de por sí, ¿para qué la necesita la Idea?… Ante esta contradicción no hay otra salida que hacer de lo real y sensible el sujeto de sí mismo, dándole un significado absolutamente independiente, divino, primordial, en vez de deducir su significado de la Idea.» (Feuerbach, págs. 296-298; Aportes, págs. 143-144.) El § 31 de los Principios de la filosofía del futuro, del que está tomada la cita, condensa la crítica de Feuerbach a la mediación Idea-realidad y es la base de la crítica de todo el párrafo de Marx a Hegel. <<

[13] «La esencia de la Lógica hegeliana es la esencia de la Naturaleza y del hombre, pero sin esencia, sin naturaleza, sin hombre.» (Feuerbach III, pág. 234; Aportes, pág. 76.) <<

[14] «Dios es un ser pensante; pero tanto los objetos que piensa, que concibe en sí mismo, como su pensamiento, no se diferencian de su ser. Es decir, que cuando piensa las cosas sólo se está pensando a sí mismo y se halla en ininterrumpida unidad consigo. Esta unidad del pensante y lo pensado es precisamente el secreto del pensamiento especulativo.» (Feuerbach III, pág. 259; Aportes, pág. 102.) «La Idea no habla como piensa; habla del ser, habla de la esencia, pero no piensa más que en sí. Sólo al final dice lo que piensa y entonces contradice lo que había dicho al comienzo diciendo: lo que hasta ahora al comienzo y en el transcurso habéis tenido por otra cosa, mirad: eso soy yo. El ser, la esencia es la Idea; pero ella no lo confiesa aún, sino que se queda con el secreto.» (Feuerbach III, págs. 31-32; Aportes, pág. 41.) <<

[15] Para sí («für sich») en Hegel significa abstractamente «reflexionado en sí mismo»; la «individualidad» en cuanto «reflexionada en sí misma» será consciente por tanto sólo de sí y vivirá sólo «para sí», es decir egoístamente. Pero esa «conciencia de sí, que sólo es para sí, que marca directamente su objeto como una nada frente a sí, es por tanto avidez y va a pasar por la experiencia contraria de lo autónomo que es ese objeto.» (Phänomenologie des Geistes, W. Bonsiepen, † R. Heede (eds.) [= Hegel, Gesammelte Werke, tomo 91 Hamburgo, Meiner, 1980, pág. 105; Fenomenología del Espíritu, W. Roces (trad.), México, FCE, 1966, pág. 109.) <<

[16] Hegel ha condensado esta transición, a la vez que la relación entre sociedad burguesa y Estado, en la Nota del § 256. <<

[17] Cfr. la doctrina del amor y la familia en los §§ 158, 163 de la Filosofía del Derecho. <<

[18] «El pensamiento es en Hegel el ser el pensamiento es el sujeto, el ser el predicado.» «Hegel no ha pensado los objetos más que como predicados del pensamiento que se piensa a sí mismo.» (Feuerbach III, págs. 237-238; Aportes, págs. 80-81.) <<

[19] § 268. Nota: <Convicción cívica y patrióticas «Por patriotismo se entiende a menudo nada más que estar dispuesto a sacrificios y acciones extraordinarias. Pero el patriotismo es esencialmente una actitud acostumbrada a reconocer la cosa pública en la vida diaria como base y finalidad sustanciales. En esta conciencia probada en todas las situaciones de la vida diaria se basa la predisposición al esfuerzo extraordinario. Pero como con frecuencia los hombres son antes magnánimos que justos, se creen fácilmente en posesión de ese patriotismo extraordinario, y así se ahorran esa verdadera convicción o bien se justifican de su carencia. Y aparte de esto, una vez tenida la convicción por algo sabido, a base de imágenes y pensamientos subjetivos, se la confunde con la opinión, pues desde este punto de vista la convicción se halla privada de su verdadero fundamento, la realidad objetiva.» <<

[20] Marx escribió aquí «orgánica» en vez de «anorgánica», lo que plausiblemente es una errata. <<

[21] La última frase tiene el sentido: afirmar que son miembros de un «organismo» es un mero predicado filosófico. Hegel hace de este predicado el sujeto real, convirtiendo el hecho real, empírico, en predicado; tal es la inversión, apoyada en el «así», a que ya se refería en abstracto Feuerbach (cfr. supra, nota 18). <<

[22] A continuación la columna 0) reproduce el texto de Hegel, la columna 1) su contenido real, la columna 2) la mistificación de esa realidad. Marx escribe las columnas 1.ª y 2.ª seguidas en una sola columna, al igual que infra, en la pág. 91. <<

[23] «La filosofía especulativa ha incurrido en la misma falta que la teología: convertir las concreciones de la realidad o finitud, por la mera negación de la calidad que las constituye en lo que son, en concreciones, predicados del infinito.» (Feuerbach III, pág. 230; Aportes, pág. 73.) Cfr. las notas anteriores sobre Feuerbach, sobre todo la nota 18. <<

[24] «El infinito de la religión y la filosofía ni es ni fue nunca otra cosa que algo finito, algo preciso; pero mistificados es decir algo finito y preciso con el postulado de no ser ni finito ni preciso.» (Feuerbach III, pág. 230; Aportes, pág. 73.) <<

[25] De hecho el manuscrito de Kreuznach no ha vuelto sobre esta Nota, que más que una Nota es un gran excurso, acompañado de subnotas hasta un total (incluidos los apuntes, que Marx no conoció) de más de 20 páginas. A su tema se halla dedicada en cambio «La cuestión judía» (OME 5, pág. 177); véase, con autoridad, MEGA 1/1, págs. 186-189. La concepción hegeliana de la relación entre religión y Estado es fundamentalmente especulativa: la religión, al tener por contenido la Verdad absoluta, encierra la suprema actitud y convicción subjetivas. Sobre este aspecto especulativo ha vuelto Marx en el III Manuscrito de París (ibíd., pág. 370). Por lo que respecta al comentario, bastante complicado que a continuación da Marx del § 270, consta de 4 partes: <A)> (págs. 81-82) desmembra analíticamente el texto de Hegel; <B)> (pág. 83) traduce el lenguaje especulativo a un lenguaje realista; <C)> (págs. 83-84) realiza una crítica sistemática de las mistificaciones del parágrafo; <D)> (págs. 84-85) analiza el papel de las concreciones que Hegel incluye en su discurso especulativo. <<

[26] En Marx literalmente Sein (ser); lo traduzco aquí por realidad (concreta) en oposición a idea (abstracta), de acuerdo con el sentido en que Feuerbach empleaba constantemente esta palabra y Marx con él. «Sólo el ser concreto es ser.» (Feuerbach III, pág. 27; Aportes, pág. 37.) Cfr. Feuerbach III, págs. 14, 229-230, 237-239; Aportes, págs. 23, 72, 80-82. Véase también en la misma Filosofía del Derecho, § 280. <<

[27] Según la Enciclopedia de Hegel (§ 147) «el concepto de necesidad es muy difícil, porque, aunque es el Concepto mismo, sus momentos siguen existiendo como realidades; realidades, que a la vez hay que entender como meras formas, quebradas en sí mismas y transitorias». <<

[28] Feuerbach había insistido en este carácter dominante de la lógica hegeliana (Feuerbach III, págs. 237-238, 26-36; Aportes, págs. 80-81, 35-46). <<

[29] «El hombre, que es —y lo sabe— la esencia de la Naturaleza, consciente de sí, la esencia de la historia, la esencia de los Estados, la esencia de la religión; el hombre, que es —y lo sabe— la identidad real (no la imaginaria) y absoluta de todas las antítesis y contradicciones, de todas las cualidades activas y pasivas, espirituales y sensibles, políticas y sociales; ese hombre sabe que la esencia panteísta desgajada del hombre por los filósofos —o, mejor dicho, teólogos— especulativos, objetivizada como una esencia abstracta, no es otra cosa que la propia esencia humana, indeterminada, pero capaz de infinitas concreciones.» (Feuerbach, pág. 240; Aportes, pág. 83. Ahí mismo —pág. 242, y 85, respectivamente— Feuerbach lo aplica al § 190 de la Filosofía del Derecho de Hegel.) El recurso a «el hombre» parece asimismo metafísico dada su indeterminación. Pero en Feuerbach —y esto debe ser tenido en cuenta también cuando Marx habla en estos términos— «el hombre» no tiene el sentido de un concepto sino de la «especie humana». Es decir, cada hombre —a diferencia de los animales— es capaz de hallarse a la altura de su especie, de reflexionarla y apropiarla enriqueciéndose con todo su contenido; tal sería el objetivo de la «nueva filosofía» (Feuerbach III págs. 10, 14; Aportes, págs. 19,23). Las formulaciones más contundentes sobre este tema se hallan en los Principios de la filosofía del futuro (Feuerbach III pág. 262; Aportes, pág. 105) y han influido perceptiblemente en los Manuscritos de París. Cfr. asimismo el comienzo de la «Introducción» a La esencia del Cristianismo, OME 5, nota 119. <<

[30] Cfr. OME 5, págs. 380-381. <<

[31] En este párrafo Hegel habla sólo de «emergencia» y no de «guerra». Pero Marx interpreta correctamente el pensamiento de Hegel de acuerdo, por ejemplo, con el § 324 de la misma Filosofía del Derecho. <<

[32] «La filosofía especulativa ha cristalizado teóricamente esta separación del hombre de sus propias cualidades esenciales, divinizando así como esencias autónomas cualidades puramente abstractas…. En realidad, cuando se habla del ciudadano, el sujeto, el miembro de una familia, la persona, no se habla nunca más que de uno y el mismo ser, el hombre, sólo que cada vez en otro sentido, en otra calidad.» (Feuerbach III, pág. 242; Aportes, pág. 85.) Donde están los puntos suspensivos, Feuerbach comenta un texto de la Filosofía del Derecho hegeliana. Pero Feuerbach se enfrenta al Estado prusiano exigiendo su reducción «al hombre»; Marx en cambio enfoca el problema en la forma directamente política de una democracia radical. Cfr. supra, notas 29 y 13. <<

[33] «Lo único que alcanza Hegel es… una existencia y realidad imaginaria….Hegel convierte las cosas en meros pensamientos.» (Feuerbach III, pág. 237; Aportes, pág. 80.) <<

[34] «Todo lo que en el sentido de la especulación y religión hiperfísica, trascendente no significa sino algo secundario, subjetivo, un medio, un órgano, significa en el sentido de la verdad lo primitivo, la esencia, el objeto mismo.» (Feuerbach V, págs. 26-27: La esencia del Cristianismo, Introducción, parte 1.ª) «La nueva filosofía no es una cualidad abstracta más… sino… el hombre que es y se sabe… la esencia de la historia, de los Estados.» (Feuerbach III, pág. 240; Aportes, pág. 83.) <<

[35] «La razón natural no es sino la razón χατ’ ἐξοχήν, la razón general, la razón con verdades y leyes generales. La fe cristiana en cambio o, lo que es lo mismo, la razón cristiana, es un compendio de verdades especiales, privilegios especiales y exenciones, o sea una razón especial.» (Feuerbach V, págs. 10-11: La esencia del Cristianismo, Prólogo.) Dos líneas más abajo Marx sustituye la expresión religiosa, típicamente feuerbachiana, de esta problemática —«ha deificado»— por: «ha socializado». <<

[36] Así las denomina (§ 34) y explica Hegel (§§ 41-80,161-229). Ellas constituyen el «Estado material» por oposición al «Estado político». Marx asume esta terminología. Pero, aplicando un esquema crítico feuerbachiano (cfr. supra, nota 34), ve el mundo de los intereses y las individualidades como lo que genera el Estado político y su Idea. Consecuencia de ello es poco después que la misma idea de Libertad sea vista como producto de una forma «del comercio y la propiedad» (infra, pág. 102). <<

[37] «Escolástica es hacer de la mediación una necesidad divina y propiedad esencial de la verdad.» (Feuerbach III, pág. 303; Aportes, pág. 150.) «La filosofía moderna ha realizado y superado esa esencia divina separada y distinta de los sentidos, el mundo, el hombre; pero sólo en el pensamiento, en la razón, y precisamente en una razón también separada y distante de los sentidos, el mundo, el hombre. O sea que la filosofía moderna sólo ha demostrado la divinidad del entendimiento.» (Feuerbach III, pág. 276; Aportes, pág. 120.) «Sólo en tiempos recientes ha vuelto la Humanidad —como antaño Grecia tras el ensañamiento del mundo oriental— a ver lo sensible, es decir real de un modo sensible, es decir auténtico, objetivo; pero así precisamente es como se ha encontrado por primera vez consigo misma.» (Feuerbach III, pág. 308; Aportes, págs. 155-156.) <<

[38] «Positivo» significa en este párrafo —siguiendo un uso lingüístico de la Ilustración— lo que no es deducible de la razón, sino que pretende justificarse frente a ella por la mera existencia. Es uno de los conceptos fundamentales con que la burguesía desprestigió al Ancien Régime. <<

[39] La estructura de la falacia hegeliana se centra según Marx (siguiendo a Feuerbach, cfr. supra, nota 18) en su inversión de sujeto y predicado; más precisamente, el primer «es» («la soberanía del pueblo es la nacionalidad») es cópula sólo gramatical: el predicado gramatical es el sujeto real. El segundo «es» («la soberanía del monarca es la nacionalidad») es cópula no sólo gramatical sino real. Es decir, que ya en la primera frase el sujeto real («la soberanía del pueblo») es puesto como sujeto gramatical, pero pensado como predicado real. La segunda frase en cambio convierte el sujeto de la frase anterior en predicado gramatical y real, subordinado el sujeto gramatical (y real). También la siguiente frase presenta la misma estructura de la segunda: «el principio de la monarquía» es el sujeto gramatical y real de la «nacionalidad»; la frase de relativo en que termina invierte gramaticalmente y repite realmente la primera frase (la nacionalidad constituye «la soberanía de un pueblo»). «Nacional» equivale en este texto a «estatal». <<

[40] Cfr. supra, nota 24; cfr. MEWII, pág. 204: OME 6, pág. 226. <<

[41] «Lo que es, tal y como es, o sea lo verdadero dicho verdaderamente, parece superficial. Lo que es, tomado como no es, o sea expresado falsa, tergiversadamente, da la impresión de algo profundo.» (Feuerbach III, pág. 231; Aportes, pág. 74.) <<

[42] El «sujeto», por oposición a Hegel, no es la Idea sino —como postulaba Feuerbach— el hombre real. Pero el postulado mismo de Feuerbach, el hombre, es una idea abstracta, como pronto criticará Marx. Ahora, aunque mantiene el lenguaje de Feuerbach, de hecho va diferenciando ya esa referencia general. <<

[43] En países como España «orden público» suena aún directamente a dictadura (así «Tribunal de Orden Público») o, por lo menos, a «fuerzas del orden». En Derecho «orden público» significa en cambio el conjunto de ordenanzas que regulan en general la vida privada, sea prescripciones de solidez en construcción, de seguridad en cines, etc… y también la «policía». El sentido originario de esta última palabra —equivalente en el siglo XIX y parcialmente incluso hoy en día a «orden público»— se ha degradado hoy demasiado como para que esté justificada la anacrónica traducción, incomprensiblemente habitual, de «Polizei» por «policía». En las primeras líneas de su comentario a este parágrafo, Marx emplea como sinónimos «poder de orden público» («polizeiliche Gewalt») y «poder administrativo» («administrative Gewalt»). <<

[44] La teoría hegeliana de la Administración —que va a ser criticada en las siguientes páginas— resultaba desde la experiencia política de Marx más que apologética, auténticamente grotesca. Entre 1842 y 1843 una serie de artículos suyos en la «Gaceta Renana habían denunciado la ignorancia y capricho con que los funcionarios esgrimían la censura contra las inteligencias más competentes del país («Notas acerca de la última circular prusiana sobre la censura»), el desprecio del Código Civil prusiano por los criterios más fundamentales del Derecho y la humanidad («El proyecto de ley sobre el divorcio»), la violación por parte del legislador de derechos ancestrales y universales del pueblo («Debates sobre la ley acerca del robo de leña) y por último la marginación de masas enteras contra la misma idea del Derecho y del Estado («Defensa del †† corresponsal del Mosela»). Este último artículo, por último, dio a Marx mismo la oportunidad de experimentar en propia carne la racionalidad de la administración prusiana defendida por Hegel. El Landrecht prusiano, en vigor desde 1794, reconocía abstractamente el principio de igualdad; pero en concreto sancionaba el orden tradicional. Era un Código a la vez administrativo, civil, penal y eclesiástico. <<

[45] En los Grundrisse (págs. 543-545: OME 22, págs. 34-37) Marx ha explanado la dialéctica histórica con que se comporta el capital frente a sus presupuestos. El presente comentario a Hegel formula una dialéctica semejante para el Estado. Tanto esta semejanza como la gran diferencia en la explanación muestra mejor que largos comentarios lo que une y separa al joven Marx crítico de Hegel con el Marx de El Capital. El texto de los Grundrisse culmina en el agudo dictamen: «Mientras el capital es débil, todavía trata él mismo de apoyarse en las muletas de modos de producción pasados o llamados a desaparecer ante él. En cuanto se siente fuerte, arroja las muletas y se mueve por sus propias leyes. Tan pronto como empieza a sentir, a darse cuenta de que es un estorbo para el desarrollo, busca refugio en formas que parecen completar el dominio del capital disciplinando la libre competencia; pero a la vez anuncian la disolución del capital y del modo de producción basado en él.» <<

[46] De ordinario traduzco por «establecer», «sentar» el término setzen, típico del idealismo alemán. La traducción literal «poner» carece actualmente de las connotaciones que hacen al alemán setzen (Satzung, Satz, etc.) más apto para esta extensión semántica. Ciertamente el «ponere» latino tiene ya en Spinoza el sentido idealista de paso activo de la idea a la realidad, de la definición a la existencia. Pero sólo «presuponer» conserva en castellano un resto de sentido análogo, propiamente referido a la «tesis» aristotélica. Cfr. supra, nota 6. <<

[47] La crítica del uso hegeliano de la categoría «subsunción» repite aquí la referente a la categoría «organismo» (cfr. supra, pág. 77). También las páginas siguientes van a insistir en la antinomia sin resolver, por la que comienza el comentario de Hegel, entre los particulares y el Estado (supra, pág. 93), y es que ahí «se halla expresado todo el misterio de la Filosofía del Derecho y, en general, de la filosofía de Hegel» (supra, pág. 74). <<

[48] Marx vuelve a utilizar (cfr. supra, pág. 111 y nota 41) el término tief (profundo) en un sentido irónicamente distinto del hegeliano y en general del filosófico; como en Feuerbach, tief se refiere ahora a una realidad con trastienda, solapada, no a una cualidad ontológica. <<

[49] «Sitte» significa literalmente «costumbre» colectiva. En Hegel por encima de la moral —privada y a la vez exterior al individuo, aunque sea en la suprema forma abstracta del imperativo categórico (cfr. OME 5, págs. 218, 371)— se halla la Sittlichkeit, que significaría un comportamiento ético colectivo, a la vez espontáneo y racional. A esto alude aquí la palabra Sitte. (Sittlichkeit suele ser traducida por «eticidad»; prefiero la expresión «civilidad» en el sentido de costumbre ética o ética comunitaria. Véase G. W. F. Hegel, Filosofía real, J. M. Ripalda [trad.], Madrid, FCE, 1984, pág. 390 y sig.) <<

[50] En esta observación sobre Hegel se encierra una matriz teórica característica de Marx: Hegel reproduce con lúcida sensibilidad las contradicciones fundamentales de su realidad; pero no puede solucionarlas pese a todo su saber y capacidad; luego esas contradicciones son insolubles en la realidad misma. La crítica de la Economía política se basará en el mismo silogismo, aplicado a los economistas clásicos. Tal silogismo encierra un círculo, que precisamente constituye su fuerza: Marx, como Hegel, ha sido muy sensible a su realidad histórica y de ella ha aprendido lo insoluble de sus contradicciones antes (o a la vez) de criticar a Hegel (cfr. supra, nota 44). Gracias a eso ha podido criticarle tan radicalmente. La diferencia entre Marx y Feuerbach es aquí perceptible, aunque no absoluta. La matriz de la crítica de Feuerbach a Hegel es: «La filosofía hegeliana es el cumplimiento de la filosofía moderna. Por tanto, la necesidad y justificación histórica de la nueva filosofía enlaza sobre todo con la crítica de Hegel.» (Feuerbach III, pág. 277; Aportes, pág. 121.) La crítica de Hegel se mueve así fundamentalmente dentro de la historia de la filosofía. Ciertamente en principio la posición de Feuerbach iba más allá y así podía ser entendida por quienes estuviesen también más allá: «La filosofía es el conocimiento de lo que es. Pensar, conocer las cosas como son, tal es la suprema ley y tarea de la filosofía.» (Feuerbach III, pág. 231; Aportes, pág. 74.) Ahora bien, Feuerbach mismo se refería aquí ante todo el problema del conocimiento inmediato, cuya legitimidad defendía frente al idealismo absoluto; lo mismo vale de otros textos ambiguos, que han influido perceptiblemente en Marx (cfr. infra, nota 78). <<

[51] Desde 1789 Francia cambió casi constantemente de régimen sin recurrir para ello a las instancias previstas cada vez por la Constitución vigente. Marx estudiaba por entonces este tema. (MEGA IV. 2.) <<

[52] «Sustancial» tiene aquí el sentido hegeliano de suprema y necesaria realidad: «A mi modo de ver —que sólo la exposición del mismo sistema debe justificar— lo decisivo es concebir y expresar lo verdadero no como sustancia sino asimismo como sujeto.» (Phänomenologie, pág. 18: Fenomenología, pág. 15.) <<

[53] La «transición paulatina» tampoco encaja bien ni siquiera en la concepción hegeliana de la transición, cuya figura fundamental es la «línea de nudos» (Ciencia de la Lógica, 2Prólogo), el capullo o «yema» que expulsa las hojas muertas (Ciencia de la Lógica, 1Prólogo), las transiciones cualitativas. Esta distorsión de la teoría al llegar a la política es típica de la Filosofía del Derecho (aparte de lo que esta obra revela constitutivamente sobre ella). Pero no significa tanto una «acomodación» de Hegel como una discordancia constitucional de su pensamiento. <<

[54] Aquí, en los Anuarios y en los Manuscritos de París (cfr. también supra, nota 11 para otros conceptos semejantes) Marx invoca aún la instancia «Razón» en una forma que recuerda a la Ilustración, por más que vaya desmenuzando cada vez más cerradamente sus dependencias y servidumbres históricas. De todos modos no hay que olvidar: 1.º) que Marx se enfrentaba a una reacción romántica, que invocaba contra la Ilustración lo irracional como la base del ordenamiento político (véase «El manifiesto filosófico de la Escuela histórica del Derecho»); 2.º) que «razón» no es aquí tanto la razón indeterminada de la Ilustración como la razón colectiva —ciertamente también imprecisa— de Feuerbach: a nivel de la especie humana. <<

[55] Este principio fundamental de la gran figura de la Escuela histórica del Derecho y profesor de Marx en Berlín (1836-1837) Friedrich K. von Savigny (1779-1861) aparece ya en el artículo de Marx sobre «El proyecto de ley sobre el divorcio». También es de Savigny la idea del crecimiento progresivo, imperceptible del Derecho, presente en el «Apéndice» al § 298 de la Filosofía del Derecho. Savigny, uno de los primeros nobles que enseñaron en la Universidad alemana, daba a estas teorías de corte populista un claro sentido reaccionario, que le granjeó el puesto de ministro para la reforma del Código. Marx le había criticado a él y a su escuela sobre todo en el artículo «El Manifiesto filosófico de la Escuela histórica del Derecho». También en el texto citado sobre «El proyecto de ley sobre el divorcio» Marx pone como condición que «la ley sea expresión consciente de la voluntad popular» (cfr. infra, pág. 207). La «Introducción» a la «Crítica de la Filosofía del Derecho» (OME 5, pág. 212) dirá de la escuela histórica del Derecho que para ella sólo existe el trasero de la historia. De todas formas no se debe subestimar lo que Marx ha aprendido de ella. <<

[56] Sieyès formuló en 1789 esta distinción, que ha permanecido en la teoría constitucional: las Constituciones «rígidas» son las que sólo pueden ser modificadas por una Asamblea Constituyente; por tanto, hacen precisa una distinción entre poder constituyente y poder constituido, mientras que las Constituciones «flexibles» son modificables por la legislación ordinaria (cfr. la cita implícita de Sieyès en OME 5, pág. 221). <<

[57] El factor estamentario (das ständische Moment) o elemento estamentario (das ständische Element) del poder legislativo sirve en el texto de Hegel y en el comentario de Marx para designar las Cortes. Aquí la traducción castellana conserva el giro estilístico del original. El término «Cortes» será empleado para traducir «Estados» (Stände) cuando equivalen al «factor estamentario» del poder legislativo. En el § 304 de Hegel (infra, pág. 161) aparece además otro sinónimo más preciso: «el elemento político-estamentario» (das politisch-ständische Element). Marx habla también de las Cortes bajo el nombre «sociedad estamentaria» (ständische Gesellschaft) como mediación entre el monarca y la «sociedad burguesa». <<

[58] Alusión a dos versos famosos hacia el final del Prólogo de la Filosofía del Derecho:

«lo que es racional es real;

y lo que es real, eso es lo racional».

Marx vuelve a aludir a este texto infra (págs. 173 y sig.). Engels lo ha comentado externamente al comienzo de Ludwig Feuerbach y el desenlace de la filosofía alemana clásica. Hegel mismo había explicado detenidamente su sentido en el § 6 de la Enciclopedia. <<

[59] Véase supra, hablando del Ejecutivo, sobre todo pág. 122 y nota 47. <<

[60] Hegel había dicho literalmente «organización», palabra que también Marx emplea dos veces al volver a citar este texto. «Organización» y «organismo» son empleados así como sinónimos. Según Hegel, «el concepto abstracto de organismo consiste en una existencia de las particularidades adecuada a la unidad del concepto, dado que son asentadas como factores transitorios de un sujeto». (System der Philosophie, en Sämtliche Werke, Glockner [ed.], Stuttgart, 1927-1929, tomo IX, pág. 452.) <<

[61] «Imagen» (Vorstellung) tiene aquí el sentido psicológico-gnoseológico de algo espontáneo por contraposición al rigor del concepto (Begriff) decantado por la reflexión. Hegel calificaba con frecuencia a otras posiciones con el nombre de Vorstellung, indicando así que no habían llegado a ser conscientes de su propio contenido. Marx vuelve contra Hegel su propia terminología, cargándola además de la crítica feuerbachiana a la especulación: la «imagen» espontánea es además «imaginaria». <<

[62] En la sociedad aristocrática sólo los nobles eran personas a la vez privadas y públicas y, por consiguiente, las únicas personas en sentido propio. Así lo había explicado claramente entre los contemporáneos de Hegel el Wilhelm Meister de Goethe; en el suicidio de Werther había tenido parte esencial el haber sido despachado de una fiesta exclusiva de la nobleza. La burguesía europea, que sentía dolorosamente —también en su bolsillo— esta carencia de «personalidad», fue alcanzándola poco a poco, comenzando por el reconocimiento «formal», al que aquí se refiere Hegel. <<

[63] El manuscrito dice en la última línea en vez de «estamentos privados» y «estamentos políticos», «sociedad burguesa y política». Sigo la corrección propuesta por MEW, que supone aquí un lapsus. Sobre el contenido histórico central del pasaje, cfr. breve y pregnantemente los Grundrisse (pág. 6: OME 21, pág. 6): «El siglo XVIII, la sociedad burguesa, es el momento preciso en que al individuo las diversas formas del todo social se le presentan como mero fin para sus fines privados, como una imposición desde fuera.» <<

[64] «Reflexión», en el sentido hegeliano de «pura reflexión»: conocimiento extrínseco, suprema operación de un entendimiento que aún no ha llegado a la Razón, forma típica del mundo moderno con su abstracción, sequedad y ceguera específica. A la vez que forma gnoseológica es un estadio real, camino de la Identidad absoluta, en la que también sigue presente, pero ya sólo como un «factor» suyo. Cfr. sobre todo la Introducción a Fe y Saber de Hegel, y supra, pág. 143 donde ha aparecido ya la categoría «reflexión» en este sentido y contexto. <<

[65] Marx se intercala a sí mismo las dos interrogaciones. En efecto, a primera vista parece que la «concepción atomística carece de aplicación» en la sociedad burguesa, ya que la sociedad burguesa se halla múltiplemente estructurada a nivel comercial, gremial, industrial, profesional municipal, de asociaciones de derecho privado (así lo afirma también Hegel, §§ 303, 308); pero a pesar de todo la «organización» de la sociedad burguesa ¿lo es realmente o es una organización caótica, también ella al nivel del bellum omnium? Marx se deja la respuesta en suspenso y resuelve que de todos modos el Estado sí es atomístico por ser la abstracción de la sociedad burguesa, su existencia en el cielo político, como decía Feuerbach sin adjetivo de la religión. Sin embargo, pocas páginas después (infra pág. 182) Marx mismo explanará detenidamente que la abstracción del Estado es la de la sociedad burguesa, pues recibe de ella el principio de la propiedad privada (aún no especificada como propiedad capitalista). Esto rompe también la simetría indicada por la frase siguiente en el texto: «Lo mismo vale a la inversa.» La sociedad burguesa no recibe su abstracción del Estado en la misma forma que el Estado de ella; la abstracción fundamental, determinante, es la de la sociedad burguesa. Por más que a un nivel inmediato a ambos se les vea abstraer recíprocamente por el hecho de hallarse separados, esta separación no ha sido la obra del Estado en el mismo grado que de la sociedad burguesa. <<

[66] Cfr. OME 5, pág. 220. En ambos textos paralelos, tras la crítica implícita de la revolución burguesa —meramente política—, Marx prosigue hablando del proletariado. Pese a la leyenda, el concepto de proletario no proviene de Marx, ni siquiera en su sentido moderno. Fue Saint-Simon quien lo reacuñó (basándose en los «proletarios» romanos) y la revuelta de los tejedores lyoneses (1830) quien lo difundió. Entre los socialistas franceses que Marx conocía en París era de uso corriente, como protagonista de la «cuestión social». <<

[67] El alemán carece de una palabra para la abstracción «consumo», que ha tenido que importar tal cual («Konsum»). La palabra tradicional más semejante es «Genuss», aquí empleado por Marx; su significado abarca tanto «consumo» como «disfrute» y tiene un carácter más personal. Por tanto su traducción oscila según el contexto entre «consumo» y «placer» y no puede ser totalmente precisa. <<

[68] «Gewerbe», traducido aquí por «comercio», se refiere además a la industria y a los oficios encuadrados en los gremios tradicionales, es decir: a la forma burguesa de ganarse la vida, por oposición a la del estamento de la tierra (cfr. § 256, Nota). La indiferenciación del término corresponde a la situación relativamente atrasada de la Alemania del primer tercio del siglo XIX. La producción burguesa es vista desde el punto de vista de la distribución. Marx mismo ha traducido después la palabra «commerce» por «Verkehr», pero advirtiendo que tomaba «commerce» en el sentido general de relaciones de producción (carta a Annenkov, 28 de diciembre de 1846). <<

[69] Marx no habla propiamente de «senadores», como es hoy uso normal en castellano, sino de los «pares», los senadores de la Cámara alta de la monarquía constitucional francesa de Luis Felipe. Y es que, a la vez que escribía este manuscrito extractaba el libro de Leopold Ranke sobre la Restauración en Francia y el de C. G. Jouffroy sobre el principio hereditario y los pares de Francia e Inglaterra. La fundamentación concreta que Hegel da en el § 306 de los privilegios políticos de la nobleza por el mayorazgo era también objeto del libro de Jouffroy. Marx se detendrá especialmente en este tema y trazará con este motivo una teoría crítica de la propiedad privada. <<

[70] Esta precisión histórica del tema se hallaba también en Leopold Ranke. <<

[71] El silogismo carece aquí del dinamismo lógico que enlaza extremos claramente distintos; por el contrario, éstos son identificados estéticamente, mezclados en la equivocidad y ambigüedad del término medio: a éste se reduce por tanto todo el silogismo. Sobre el «silogismo de la Razón» en Hegel, cfr. Lógica, Libro III, Secc. 1.ª, Cap. 3: «El silogismo», Introducción. Desde 1839 Marx estudiaba la Ciencia de la Lógica de Hegel (cfr. MEGA 1/2, págs. 641 y sigs.). <<

[72] Al final del Sueño de una noche de verano de Shakespeare (Acto V, esc. 1.ª) unos artesanos atenienses representan desastrosamente la fábula de Píramo y Tisbe: Tisbe, huyendo de un león, pierde su manto, que el león mancha con su hocico sangriento; su amante Píramo se suicida al ver el manto, y Usbe a su vez se suicida ante el cadáver de su amante. El león, al entrar en escena, tranquiliza ridículamente a las señoras del público:

«Señoras, cuyos gentiles corazones se asustan

ante el más mínimo ratón que aparezca como un monstruo en vuestro suelo

tal vez os vais a asustar y temblar

cuando un fiero león ruja con la más salvaje furia.

Mas sabed que soy yo, una piel de león,

pero ni león ni señora del león sino Snug el ebanista.» <<

[73] «Todo se hedía mediado, dice la filosofía de Hegel. Pero verdad es sólo lo que ya no está mediado, sino que es inmediato.» (Feuerbach III, pág 303; Aportes, pág. 150.) También Marx declara ridículo en la página siguiente «este sistema de la mediación» y habla del «absurdo de la mediación». Construir la mediación es «disimular la oposición» (infra, pág. 173). Marx se ha mantenido siempre contra la mediación conceptual (véase «Glosas a Wagner», MEW XIX, págs. 361-362. Grundrisse, págs. 945-946: OME 22, págs. 479-480). <<

[74] «Las llamadas formas lógicas del juicio y del silogismo no son formas activas del pensamiento, relaciones causales (ut ita dicam) de la razón….son formas de pensamiento establecidas, derivadas, no originarias….por tanto no pertenecen a la díptica del espíritu sino a su Dióptrica.» (Feuerbach III, pág. 21, Nota, cfr. págs. 24-33;Aportes, pág. 30, Nota, cfr. págs. 33-43.) <<

[75] Aquí acaba el excurso sobre la dialéctica —uno de los más importantes y menos conocidos que Marx le ha dedicado— y reempalma la crítica del tema anterior: la necesidad de una Cámara alta, como nueva mediación dentro de las Cortes mismas entre ellas y el interés general. <<

[76] a) En las Cortes la sociedad burguesa participa de la res publica. En este sentido no hay por qué oponerlas sil ejecutivo. Ciertamente la sociedad burguesa se niega y destruye de este modo a sí misma, b) Pero de todos modos la sociedad burguesa, al participar en la res publica, la contamina y convierte en su contrario, como le acaba de pasar a ella misma en a). Las Cortes son la sociedad burguesa del estado político. De ahí el «también» con que acaba el párrafo. La dialéctica real de ese «también» y su disimulo en la dialéctica especulativa de Hegel son el tema del siguiente párrafo. <<

[77] «Burgués» (bourgeois) tiene aquí excepcionalmente en Marx, el sentido etimológico de habitante del burgo, interpretado como civitas, ciudad: ciudadano, civil. Infra (pág. 178) Marx distingue expresamente dentro de la sociedad burguesa un estamento burgués en sentido estricto. <<

[78] «En Hegel la filosofía tiene ciertamente un significado crítico, pero no genético-crítico. La filosofía genético-crítica es la que… en vez de demostrar o concebir dogmáticamente un objeto, examina su origen, duda de si el objeto es un objeto real o meramente una imagen, nada más que un fenómeno psicológico; la filosofía genético-crítica distingue por tanto con extremado rigor entre lo subjetivo y lo objetivo.» (Feuerbach III, pág. 43; Aportes, págs. 53-54.) La «crítica verdaderamente filosófica» (a lo Feuerbach) se opone por tanto a la «crítica dogmática» (por ejemplo, los comunistas franceses de entonces) y al «Idealismo» (por ejemplo, la crítica de Edgar Bauer a la teoría de la división de poderes según Montesquieu en el largo artículo de 1842 «Das juste-Milieu»). Ciertamente, y pese al acuerdo de principio, Marx no coincide totalmente con Feuerbach. La «génesis» de que habla Feuerbach es abstracta, reducción al «hombre»; la de Marx es específica, se refiere ya a formaciones históricas. <<

[79] El uso alemán filosófico de «diferencia» (singular) para designar un conjunto de «diferencias» (plural) indica una comprensión categorial de las diferencias reales, subsumidas bajo un concepto. En este sentido Marx sigue aquí el uso de Hegel, que por lo demás no se ha perdido en el lenguaje filosófico contemporáneo. En castellano este matiz semántico ha alcanzado menos penetración; pero señalaré con una «<s>» la presencia del término singular Differenz en el original alemán. <<

[80] La familia es la sociedad «natural» en un sentido que en parte va más allá de la abstracta contraposición ilustrada «natural-artificial». En los §§ 34-36 de los Principios de la filosofía del futuro Feuerbach sustituye el «pienso, luego existo» por el «soy amado, amo, luego existo, existimos». Sólo en la relación del amor se puede decir verdaderamente que el hombre es. Ahora bien, según critica Marx, en la tradicional forma social familiar-patrimonial no es el amor el principio de la familia sino la propiedad privada. La familia, que debería representar el principio «natural» (o sea, constitutivo de la naturaleza humana), el amor, representa de hecho el principio innatural de la propiedad privada. «Natural» indica así la realidad humana (concebida abstractamente con Feuerbach como algo ontológico supratemporal) a la que mata la propiedad privada (concebida como algo histórico y antinatural, o sea artificial y antihumano). Sobre todo en los apuntes etnológicos de sus últimos años, Marx ha vuelto a tratar expresamente de la familia, pero como una realidad histórica en su dialéctica con el sistema de consanguinidad, la gens primitiva. En una segunda línea teórica ha estudiado las unidades humanas de producción desde los tiempos primitivos (por ejemplo la comuna india). Estos estudios no se hallan elaborados hasta el punto de establecer una síntesis teórica. De todos modos el amor no es ahí algo ontológico, supratemporal, sino que toma formas y deformaciones igualmente históricas y humanas en diversos modos de producción. (Véase The Ethnological Notebooks of Karl Marx. Ed. Lawrence Krader, Assen, 1972. Trad. española: Los apuntes etnológicos de Karl Marx, Madrid, Siglo XX, 1988.) Así también Marx ha superado una aporía en que aún se halla inmerso el texto comentado: la familia, para que pueda ser un lugar de humanidad, es decir de amor, debe hallarse separada formalmente del ámbito de la propiedad privada. Pero la familia, como lugar de intereses privados —y no sólo del amor— es el lugar por excelencia de la propiedad privada, que precisamente le da su forma autónoma, menos «bárbara» (como dice el párrafo siguiente), pero igualmente fría con los demás y como egoísta, en realidad, consigo misma. <<

[81] En el Prólogo de la Contribución a la Crítica de la Economía política Marx hablará expresamente de las diversas formas de propiedad como mera expresión jurídica de las respectivas relaciones de producción. Aquí en cambio el concepto de «propiedad» está aún incuestionado. De todos modos en las páginas siguientes Marx va a precisar decisivamente con él la afirmación de Feuerbach sobre la inversión hegeliana de sujeto y predicado; por ejemplo: «la propiedad privada se ha convertido en el sujeto de la voluntad, la voluntad ya no es más que el predicado de la propiedad privada» (infra, pág. 185; cfr. pág. 192, punto 1.º). <<

[82] Dentro de los límites indicados en la nota anterior, Marx formula aquí y en el siguiente párrafo un hallazgo que el tomo 3.º de El Capital formulará clásicamente: «En cada caso es en la directa relación de los dueños de las condiciones de la producción con los productores directos… donde encontramos el secreto último, el fundamento oculto de toda la estructura social y asimismo, por consiguiente, de la forma política de la relación de soberanía y dependencia, en una palabra: de cada forma específica de Estado.»

Marx añade aquí ciertamente una advertencia para marxistas apresurados: «Esto no impide que la fisonomía de una misma base económica —si se atiende a las condiciones principales— pueda mostrar infinitas variaciones y grados según una infinidad de diversas circunstancias empíricas, condiciones naturales, razas, influjos históricos del exterior, etc. Sólo el análisis permite comprender esas variaciones simplemente empíricas» (MEW XXV, págs. 799-800: El Capital. P. Scaron/L. Mames (trads.), México, Siglo XXI, 1981. T. 9, pág. 1007). <<

[83] Literalmente: «Das Privateigentum (der Grundbesitz)». Marx sigue el uso corriente del lenguaje, sin distinguir entre propiedad (Eigentum) y posesión (Besitz), pese a que su profesor Savigny había insistido en ella y se encontraba definida en la Filosofía del Derecho (§ 45) por Hegel. (Véase en años posteriores Grundrisse, págs. 22-23: OME 21, pág. 26, así como MEW XXV, pág. 798: El Capital, tomo 9, pág. 1006.) La distinción de Savigny y Hegel —este último había diferenciado mucho el tema (ob. cit., §§ 54-58)— se encuentra en cambio unas páginas más abajo (infra, pág. 196). <<

[84] Marx detalla aquí la inversión de sujeto y predicado denunciada por Feuerbach, no sólo como referida al par sociedad burguesa-Estado, sino incluso al par libertad-propiedad privada. Como dice unas páginas después (infra, pág. 192), «el mayorazgo, el propietario, propiamente es sólo un accidente. La propiedad del suelo se antropomorfiza». La dialéctica que en el idealismo lo reducía todo a la actividad del Espíritu, recibe así una variante decisiva: esa misma actividad espiritual es sólo un reflejo desfigurado de la verdadera actividad, incapaz de reconocerse a sí misma. Como Feuerbach había formulado aún en la abstracción de un postulado programático, la filosofía debe ser «genético-crítica» (cfr. supra, nota 78). El Capital formulará con más precisión que el mundo de necesidades objetivas que nos rodea es en realidad el mundo de nuestras voluntades olvidadas de su origen: «Lo enigmático de la forma mercancía consiste, pues, simplemente en que devuelve a los hombres la imagen de los caracteres sociales de su propio trabajo deformados como caracteres materiales de los productos mismos del trabajo, como propiedades naturales sociales de esas cosas, y, por lo tanto, refleja también deformadamente la relación social de los productores con el trabajo total en forma de una relación social entre objetos que existiera fuera de ellos…. Por eso, si se quiere encontrar una analogía adecuada, hay que recurrir a la región nebulosa del mundo religioso.» (OME 40, 82-83.) <<

[85] Marx explícita aquí (cfr. supra, pág. 185) una teoría de la doble subjetividad falsa (cfr. Phänomenologie, pág. 398: Fenomenología, pág. 432): la subjetividad por la que se tiene el hombre bajo el dominio de la «propiedad privada» (sublime y falsa) y la que es realmente (falsa y mezquina). Poco después (pág. 192) dice: «La profundidad de la subjetividad germánica se presenta a cada paso como la brutalidad de una objetividad sin alma.» Ya Hegel había declarado en Fe y Saber la «subjetividad germánica» («protestante», «del Norte») como correlato y, más aún, productora de una objetividad desalmada. Donde Hegel veía factores cuya verdad se media dialécticamente en ellos, Marx ve una mentira que se articula tapándose en esos factores y así desenmascarándose en ellos. Feuerbach había dicho de «nuestro tiempo» que en él, «cuando se trata de los intereses más esenciales, la apariencia pasa por esencia, la ilusión por realidad, el nombre por la cosa» (Feuerbach III, pág. 240; Aportes, pág. 84). La crítica que hacía Feuerbach de la mediación hegeliana (cfr. supra, nota 73) ha sido asimilada por Marx; pero sólo la dialéctica real —a la que Feuerbach no fue suficientemente sensible— de los factores en el movimiento que le daba Hegel, es capaz de reconstruir la mentira y la verdad simples que esa dialéctica es la encargada de encubrir. En Marx no se trata de factores de la Idea sino de una realidad histórica que envía por delante sus encubridores y emisarios en uno. El hombre crea un mundo desalmado y glorifica y se adapta a él como modelo de toda humanidad. En el comentario al parágrafo § 71 Marx sigue a continuación explicando esta humanidad real y colectiva de la propiedad privada. <<

[86] «El ser no es deducido del pensamiento más que cuando se halla rota la verdadera unidad de pensamiento y ser, cuando se comienza mediante la abstracción por quitarle al ser su alma, su esencia, para reencontrar luego en su esencia aislada el sentido y fundamento de este ser de por sí vacío; del mismo modo que el mundo es y tiene que ser deducido de Dios sólo cuando la esencia del mundo es separada arbitrariamente del mundo.» (Feuerbach III, pág. 239; Aportes, pág. 82.) «La filosofía especulativa ha fijado teóricamente esta separación del hombre de sus cualidades esenciales, divinizando así como esencias autónomas a cualidades puramente abstractas.» (Feuerbach III, pág. 242; Aportes, pág. 85.) <<

[87] Aquí la propiedad privada (Privateigentum) es distinguida de la mera posesión (Besitz), puesto que es la posesión jurídica (rechtlicher Besitz). Cfr. supra, nota 83. <<

[88] La crítica de Marx a Hegel ha insistido en que su misma intención restauradora le hace ser infiel al propósito de derivar una forma de propiedad privada (el mayorazgo) del Estado. Al contrario, es el Estado (moderno) lo que así resulta acomodado a una forma de propiedad anticuada. Ciertamente de esta distinción Marx ha sacado en claro que realmente las formas estatales corresponden a formas de propiedad. Por ej., en la Roma clásica eran legítimamente idénticas las categorías de «propiedad privada» y «ciudadanía» (Grundrisse, págs. 379-380, 383: OME 21, págs. 431-433, 436). Y en el manuscrito de Kreuznach el excurso comparativo sobre las formas de propiedad romana y medieval que acabamos de ver, es a este respecto más que una ilustración. En los Grundrisse (págs. 375 y sigs.: OME 21, págs. 428 y sigs.) Marx ha vuelto sobre tres «formas» (como aún dice abstractamente en vez de «modos») de «producción» (como ya dice más precisamente en vez de «propiedad») anteriores al capitalismo (asiática, antigua, germana) para desarrollar la correspondencia entre las formas de propiedad y de Estado de que habla en su crítica juvenil de Hegel. De paso es importante notar que lo que interesa a Marx —tanto en los Grundrisse como aún más claramente, si cabe, en el manuscrito de Kreuznach— no es una periodización de las etapas de producción o de sociedad, sino de discernir la actividad de las relaciones humanas que las constituye y las disuelve, les imprime su sello a esas fases y realiza las transiciones entre ellas. De este modo el pasado permite situar concretamente el verdadero núcleo de las presentes relaciones de producción. Como acaba en los Grundrisse, pág. 396: OME 21, pág. 450, el excurso sobre las formas históricas de producción, «la relación del trabajo con el capital o con las condiciones objetivas del trabajo como capital presupone un proceso histórico». Como lo indican sus cuadernos de estudio histórico-etnológicos, Marx se ha dedicado intensamente —toda su vida, pero especialmente en los últimos años— a este tema. <<

[89] Marx dice «sociedad política». Supongo un lapsus. Otra traducción posible de acuerdo con la idea del texto, aunque algo forzada, sería: «Se trata de la sociedad política en la forma de un acto sensacional, de un éxtasis en el que cae», etcétera. <<

[90] Cfr. en este sentido supra (pág. 163) la valoración de la constitución política medieval. Al identificar la conciencia ética y política (y no la posición social ni siquiera el cumplimiento de los preceptos morales y políticos) como clave de la dignidad humana. Marx se mantiene en la tradición ilustrada, especialmente en la formulación hegeliana. Además de los párrafos que hemos visto de la Filosofía del Derecho (por ejemplo, § 268), Hegel ha expresado clásicamente esta posición en su interpretación de la Antígona clásica (Fenomenología, VI, A, b) en su conflicto con la moralidad y legalidad de la ciudad de Tebas, que su oposición convierte en externas. <<

[91] Cfr. supra, nota 55. <<

[92] Dice textualmente «mandantes». Supongo un lapsus de Marx o una mala interpretación del texto de Hegel, ambiguo gramaticalmente. <<

[93] El «índice», apenas comenzado, pudiera indicar que el manuscrito iba a ser reelaborado temáticamente, abandonando el orden de los parágrafos de Hegel. (Tal fue también la forma en que Marx compuso años más tarde los índices de los Grundrisse, a pesar de que a grandes líneas ese borrador tenía su sistemática.) Además Marx no ha terminado de comentar «La Constitución interna», pues falta entera la parte sobre la «Opinión pública» (§§ 314-320). <<

[94] Marx se refiere aquí al primer folio del manuscrito en sus páginas 3 y 4, que se han perdido y contenían el comentario al § 260. Véase supra, pág. 68, 2.º párrafo («El parágrafo anterior… ámbitos.»). <<

[95] Desde la llamada a la nota 20 en la página 77 hasta el final del 2.º párrafo en la pág. 79. <<

[96] Hasta el final del 2.º párrafo en la pág. 105. <<

[97] Hasta el final del 1.er párrafo en la pág. 138. <<

[98] Hasta el final del 2.º párrafo en la pág. 141. <<

[99] Desde el último párrafo de la pág. 178 hasta el 1.er párrafo de la pág. 180. <<

[100] Desde la 2.ª mitad del último párrafo en la pág. 183. <<

[101] Todo este pasaje, que comienza en el 3.er párrafo de la pág. 110 y acaba en el 3.er párrafo de la pág. 112, ha sido interpolado por Marx en el folio XII desde el folio XXXIV del manuscrito. <<