HORIZONTES
INCENDIADOS
Y sobre todos estos pensamientos y estas exigencias de mi corazón veo, como un fondo doliente, la guerra. ¿Habrá habido una guerra más triste, monótona y moralmente sorda que ésta? ¡Y todavía en los discursos de los políticos y en los artículos de los periódicos se dice que combaten dos culturas! Las culturas son actitudes del ingenio, y no pueden combatir sino ingeniosamente. Ahora bien: en esta guerra no se ha escuchado todavía una sola palabra espiritual.
Sí: es una guerra triste —no sólo una guerra cruel. Los franceses cumplen tristemente con su obligación, sea dicho en su honor. Pero yo preferiría que el cumplimiento del deber tomase un aire más alegre. ¡Qué le voy a hacer! Desconfío del heroísmo triste.
Los alemanes combaten también tristemente —aunque en ellos tome otro cariz la tristeza. Combaten con saña, con prisa —y perdóneseme la ingenuidad—, con un excesivo afán de vencer.
¿Es tan ingenuo esto que digo como a primera vista parece? Al Estado alemán le acontece en esta lucha lo mismo que a los libros alemanes donde se ensaya la teoría de la guerra: que si la guerra se pierde, no sirve de nada cuanto ha hecho aquél ni cuanto han dicho éstos. Y conviene servir para todo, Un pueblo no sólo ha de saber vencer, sino también ser vencido. Manifiesta cierta pobreza de espíritu no estar dispuesto a ver en la derrota una de las caras que puede tomar la vida.
Ayer, leyendo a Shakespeare, creí que dirigía su voz desde los siglos a esta Alemania excesiva, sin mesura ni ironía. «¡Oh, es admirable! —dice un personaje en “Measure for Measure”—; es admirable tener la fuerza de un gigante; pero es atroz usar de ella como un gigante».
Pensamiento y corazón se mueven entre las cosas, angustiados: en su acción se reflejan las llamas que alzan sus espectrales miembros sobre la línea del horizonte —llamas lívidas de tristeza y de odio. «La historia de la Humanidad me hace a veces la impresión— escribía Hebbel— de que fuera el sueño de un tigre». Sí: de un viejo tigre domesticado, harto de bostezar en las ferias suburbanas.