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Renglones torcidos
(Arte, cine, televisión, música, teatro y literatura)

La primera disposición relacionada con la censura se promulgó el 17 de junio de 1471. El rey Luis XI de Francia ordenó que todos aquellos que colocaran pasquines, epitafios o libelos difamatorios en las calles de París sufrirían severos castigos. En España, la censura llegó de manos de los Reyes Católicos quienes el 8 de julio de 1502 sellaron una ordenanza por la cual se ordenaba el ejercicio del arte y la industria del libro, aunque unos años antes el cardenal Cisneros quemara por doquier libros considerados heréticos en Granada.

En 1856 el ministerio de la gobernación publicó en España una orden por la que se creaba la figura de un censor que controlaría cuanta novela se publicase en el solar patrio. El cargo recayó en José Antonio Muratori, un abogado madrileño que debía percibir anualmente la nada despreciable suma de 24 000 reales anuales. Además, el letrado contaba con un presupuesto de 6000 reales anuales para gastos extraordinarios. Cuando Muratori inició su trabajo a las pocas semanas envió la primera lista con las obras susceptibles de ser censuradas. Como es lógico, cuando se publicó la orden, los libreros, editores y novelistas pusieron el grito en el cielo solo de pensar que alguna de aquellas les afectaban a ellos. El problema principal, sin embargo, vino de los criterios elegidos por el censor nombrado por el gobierno. Muratori había establecido un triple criterio de valoración: las obras consideradas buenas, las obras dudosas y las irremediablemente malas. El motivo de las criticas era la primera novela que aparecía entre las dudosas, una obra sin relevancia en la historia de la literatura mundial: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, escrito en 1605 por Miguel de Cervantes.

Bette Davis siempre se arrepintió de haber rechazado el papel de Scarlatta O’Hara en Lo que el viento se llevó. Cuando el productor David O’Selznick adquirió los derechos de la novela de Margaret Mitchell, premiada con el premio Pulitzer, tenía claro que el papel de Red Buttler lo encarnaría Gary Cooper. El actor rechazó el papel creyendo que la película sería un fracaso y O’Selznick escogió a Clark Gable. A partir de entonces se inició la búsqueda de la heroína de la película realizando multitudinarios castings en cines de todo el país. Se barajaron los nombres de Katherine Hepburn, Tallulah Bankhead, Joan Fontaine, Joan Crawford, Lana Turner o Bette Davis. Ésta última tenía todas las papeletas para hacerse con el papel, pero lo rechazó porque no quería a Flynn como partenaire. Finalmente se llevó el papel una joven actriz británica desconocida, Vivien Leigh, mujer de Laurence Olivier. En aquellos días Oliver estaba negociando con O’Selznick su papel en Rebeca cuando le visitó su mujer. Al verla, Myron O’Selznick, el hermano del todopoderoso productor de la Warner, le dijo al productor más poderoso de Hollywood: «Te presento a Scarlett O’Hara». Desde entonces la carrera de Vivian Leigh ha quedado unida al personaje creado por Margaret Mitchell.

El Capital (Das Kapital, en alemán) considerada unánimemente como la obra esencial de Karl Marx, donde se asientan las bases del comunismo, es un tratado en tres volúmenes. El primero de ellos se publicó por primera vez en Hamburgo en 1867. A la muerte de Marx, Engels publicó los volúmenes segundo y tercero en 1885 y 1894. Curiosamente, el libro pudo ser publicado en 1872 en Rusia porque la censura zarista dio el visto bueno a la traducción del libro por considerarlo inaccesible al público en general. El veredicto del censor decía que «a pesar de que el autor sea, por sus opiniones, un socialista cien por cien, y que todo el libro tenga un neto cariz socialista, teniendo en cuenta sin embargo el hecho de que la exposición no puede ser calificada de accesible a todo el mundo y que posee, además, la forma de una demostración científica de tono estrictamente matemático, la comisión declara que es imposible perseguir esta obra delante de los tribunales».

El escritor y filósofo Denis Diderot (1713-1714) redactó entre 1751 y 1772 la primera enciclopedia universal editada en Francia. Durante este periodo recibió una suma mensual de unos cinco euros a la semana. En 1772 puso fin a su trabajo titulándolo La enciclopedia, o diccionario razonado de las ciencias, artes y oficios (L’Encyclopédie, ou Dictionnaire raisonné des sciencies, des arts et des métiers, en francés), una magna obra de 28 volúmenes, 71 818 artículos y 2885 grabados. Su situación económica era desesperada y además su hija iba a casarse. Como Diderot no tenía medios para pagar la dote de su hija puso en venta su valiosísima biblioteca. La zarina Catalina II hizo honor a su sobrenombre de «La Grande», le compró la biblioteca por una altísima suma y se la cedió a Diderot para que pudiera disfrutarla en vida.

Aristóteles fue autor de unas 170 obras de las que sólo se han conservado unos treinta volúmenes, que componen unas dos mil páginas impresas. Lamentablemente se han perdido las obras de Aristóteles en forma de diálogos aunque se han conservado los tratados de Liceo, denominados escritos acromáticos. Las obras las encontraron de casualidad unos soldados romanos en el año 80 a. C. escondidos en un pozo. Los legionarios entregaron el hallazgo al general Sulla que ordenó enviarlos a Roma con el fin de expandir el pensamiento aristotélico.

Los miserables (Les Misérables, en francés), una de las obras más importantes del siglo XIX, la terminó de escribir Víctor Hugo en 1862. Concluidas las correcciones, el escritor —hijo de uno de los héroes de la Revolución Francesa—, que se encontraba refugiado en la isla de Guernesey, las envió a su editor francés A. Lacroix. Temiendo que las vidas de los protagonistas de las Guerras Napoleónicas recogidas en los cinco volúmenes de que consta la obra no fueran publicadas por la densidad del texto, Víctor Hugo se propuso enviarla acompañada de una carta minuciosa en la que plantearía los propósitos históricos y literarios de la obra. Después de rehacer varias veces la misiva el escritor se vio incapaz de poner por escrito sus ideas. Finalmente decidió enviar un folio en blanco con un único símbolo: una interrogación.

La carta llegó a París al poco tiempo. Comprendiendo que tenía entre sus manos una de las más importantes novelas románticas de la historia de la literatura, Lacroix envió a Víctor Hugo una carta también muy escueta. En la hoja sólo había escrito un signo: el de admiración.

Desde ese momento Los miserables ha gozado del reconocimiento de los lectores por su defensa de los deprimidos y desheredados y ha conocido numerosas adaptaciones para el teatro y el séptimo arte.

En el año 63 a. C. el liberto Marco Tulio Tiro inventó un sistema llamado Notae Tironianae (Anotaciones de Tiro) que consistía en una derivación de la escritura en cursiva con numerosas abreviaciones. Este método se utilizaba en las escuelas del Imperio y se recurría a él con frecuencia para la reproducción de los discursos de los senadores o para la redacción de los expedientes senatoriales. La Iglesia lo adoptó para incorporarlo a sus textos y resoluciones. Este sistema se aplicó durante más de mil años hasta que se produjo un cambio en la lengua latina y los criptogramas y la escritura secreta fue perseguida por la Iglesia. De todos los signos inventados por Tulio en la actualidad sólo se conserva uno, el «&», utilizado en múltiples lenguas y que equivale a la conjunción «y».

Fyodor Dostoievski, uno de los más grandes escritores rusos del siglo XIX, podría no haber escrito nunca sus celebradas obras Crimen y castigo, Los hermanos Karamazov o El idiota debido a que el 23 de abril de 1849 fue arrestado y encarcelado por sus actividades revolucionarias contra el zar Nicolás I.

El 16 de noviembre de ese año el gobierno le condenó a muerte por sus actividades antigubernamentales. Dostoievski pertenecía al radical Círculo de Petrashevski, un grupo de discusión literaria integrado por intelectuales de corte progresista fundado en San Petersburgo, que se mostraban contrarios a la autocracia zarista y al sistema de servidumbre que imperaba en Rusia. El grupo lo había fundado Mijail Petrashevski, un intelectual ruso seguidor de Charles Fourier, líder de los socialistas utópicos franceses.

El 22 de diciembre Dostoievski y el resto de los condenados fueron conducidos al patio de la prisión donde debía realizarse la ejecución. A todos les vendaron los ojos y fueron colocados en el pelotón de fusilamiento, colocándose Dostoievski en primera posición. Unos segundos antes de apretar el gatillo, un oficial del ejército ordenó detener la ejecución. La pena de muerte de Dostoievski había sido conmutada por cuatro años de trabajos forzados en un campo de reclusión siberiano. Fue en este tiempo cuando el sufrimiento acrecentó la epilepsia que sufría y que hizo mella en su salud. Cuando fue liberado en 1854 se le obligó a servir en el Regimiento Siberiano, donde permaneció cinco años. Ambos periodos transformaron radicalmente a Dostoievski que abandonó la radicalidad de sus principios hasta convertirse en un hombre muy religioso y conservador.

En 1964 se estrena la película The Best Man dirigida por Franklin J. Schaffner según un guión de Gore Vidal. El protagonista fue Henry Fonda. La película narra la campaña electoral presidencial de dos candidatos antagónicos. El expresidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, fue rechazado como actor protagonista porque el productor consideraba que no daba la talla como presidente.

La serie televisiva de Los Simpson, que ha cautivado a millones de telespectadores en todo el mundo, se creó en 15 minutos, el tiempo que Matt Groening pasó en la sala de espera de las oficinas del poderoso productor James L. Brooks. Groening utilizó los nombres de sus padres para iniciar el guión. La serie se estrenó en 1987 como un mini sketch de dos minutos en El Show de Tracey Ullman. Adquirieron tanto éxito que a partir de 1989 la cadena Fox los convirtió en una serie de media hora.

Las aventuras de Marco Polo fueron publicadas de casualidad porque el explorador veneciano no tenía intención de dejarlas plasmadas en ningún tipo de documento. Al regresar de su largo periplo por Oriente Medio Marco Polo fue detenido y encarcelado por un galeón genovés. En aquel tiempo Venecia y Génova eran dos ciudades muy poderosas y mantenían una intensa rivalidad política, militar, cultural y naval. Marco Polo coincidió en la cárcel con Rustichello de Pisa, un escritor romance que al conocer de primera mano las narraciones del veneciano convenció a Marco Polo para que se las dictara. Así nació Il Milione (El Millón, en castellano), conocido en España como Las aventuras de Marco Polo. Cuando el libro se publicó, antes de la aparición de la imprenta, se convirtió en uno de los grandes best-sellers de la historia.

La mayoría de la gente ha oído hablar de Cyrano de Bergerac por la obra homónima de Egmond Rostand estrenada en 1897 en el Théátre de la Renaissance de París. Pero Cyrano no fue una invención de Rostand sino que vivió realmente en el siglo XVII. Al igual que el protagonista de la obra de Rostand era un escritor francés narigudo, gamberro, seductor y duelista. La particularidad de este personaje aficionado a la ciencia ficción es que en 1650 dejó escrito un texto en el que imaginaba que el hombre podría viajar a la luna. El medio de transporte que utilizaría sería el cohete. Se avanzó tres siglos a la primera aventura lunar del ser humano.

En 1859 falleció en París un eminente bibliófilo, Gustave Mouravit, marqués de Chalabre. Poseía una de las bibliotecas más fastuosas de la capital con miles de libros de diversas materias. Su muerte se produjo a consecuencia de la desesperación por no encontrar un ejemplar de una Biblia, en realidad inexistente. Durante una velada, un amigo suyo, Charles Nodier, le hizo creer que poseía un volumen muy valioso del libro sagrado, tal vez el más preciado de su biblioteca. Tan grande fue el disgusto que el marqués falleció aterrorizado por tan terrible pérdida. Chalabre, además de la pasión por los libros, sentía una gran pasión por la actriz Ana Francisca Mars a quién legó su voluminosa biblioteca. Pero aquella mujer no sentía por los libros lo mismo que había sentido por el marqués y a los pocos días se desprendió de los volúmenes por cuarenta mil francos franceses. El comprador pagó tan elevada suma porque en la biblioteca del marqués se halló un raro ejemplar: una Biblia ilustrada, ejemplar único, que nada había tenido que ver con el que había surgido de la imaginación de Nodier.

La afrodita de Milos, conocida popularmente como la Venus de Milo, está considerada como una de las esculturas griegas más representativas del periodo helenístico. Esculpida en mármol, es la representación griega de Afrodita, diosa del amor y la belleza. Mide 2,05 m., altura considera importante para la época. Aunque se desconoce quien es su autor, todos los indicios señalan que fue esculpida por Praxíteles. Desde 1821 se puede visitar en el museo parisino del Louvre. Cuando el visitante se encuentra ante ella algo llama poderosamente la atención: la ausencia de brazos. ¿Qué llevaba en las manos la Venus de Milo? Cuando fue descubierta en 1820 en la isla griega de Minos sus miembros habían desaparecido pero la historia cuenta que en sus manos portaba una manzana de oro, la fruta dorada que la convertía en la más hermosa de cuantas diosas existían.

En el siglo XVI apareció impreso un libro-abecedario, considerado el primer libro de la historia destinado a los escolares. Se realizaron varias ediciones hasta mediados del siglo XVII. Se trataba de un tablero de madera de roble muy fino, de unos 24 cm. de ancho y 15 cm. de alto con el abecedario impreso. En algunas ediciones se incorporaba el Padrenuestro. En la parte inferior contaba con un mango de madera para que lo pudieran sostener tanto los alumnos como los maestros. El mango estaba recubierto de una fina película de asta transparente para evitar que el mango se manchara.

Las primeras bibliotecas públicas de la historia fueron creadas por los hititas y los asirio-babilonios. Contaban con miles de tablillas de arcilla que estaban grabadas con caracteres cuneiformes. Esa biblioteca data de 2000 años a. C. Se sabe que la primera biblioteca egipcia fue creada por Ramsés II en el año 1250 a. C. pero no sobrevivió al tiempo debido a que estaba formada por papiros, un material que fue deteriorándose con el paso de los siglos. En Roma fue creada por Asinio Polión en el año 39 a. C. Se erigió en el atrio del Templo de la Libertad en el Aventino romano basándose en una idea de Julio César que falleció sin ver realizado su sueño. La biblioteca contaba con cientos de volúmenes de obras de autores romanos y griegos, en latín y griego. El emperador Augusto creó en el 28 d. C. dos nuevas bibliotecas, en el pórtico de Octavia y en el Palatino, y desde Vespasiano fueron varios los emperadores romanos que fueron creando bibliotecas como la Domus Tiberiana y la Biblioteca Ulpia. En el siglo IV Roma contaba con veintiocho bibliotecas públicas con los más variados temas y en las diversas lenguas del Imperio. En su Reiseskizzen Romische Kulturgeschichte, el aléman Birt, refiriéndose a las bibliotecas del Imperio escribió en 1909: «¡Qué hermosas debían ser las antiguas bibliotecas! Eran como santuarios. En los cuartos de los libros, los rollos estaban cuidadosamente guardados en los «nidos» que cubrían enteramente las paredes. Los lectores tenían a su disposición patios frescos y umbrosos, ocultos por muros altísimos decorados con bustos de las grandes figuras literarias e imágenes de las musas y pavimentados con losas de mármol verde, «el color más conveniente para la vista».

Máximo Gorki, seudónimo de Alekséi Miksímovich Péshkov (1868-1936) está considerado uno de los escritores rusos revolucionarios más importantes de su siglo. Tras la Revolución rusa de 1917 se distanció de Lenín y el Partido Comunista acusándoles de provocar sangrientos experimentos sobre la nación. Antes de la revolución a Gorki se le consideraba el fundador del realismo social ya que había publicado varios libros que desentrañaban el alma rusa. En 1906 publicó La madre, un libro de denuncia que los revolucionarios utilizaron como medio de propaganda. Todos olvidaron mencionar que lo había escrito en un balneario de Elisabethtown, un exclusivo lugar turístico a pocos kilómetros de Nueva York.

El escritor checo Franz Kafka (1883-1924) está considerado como uno de los grandes literatos del siglo XX a pesar de no tener una obra muy extensa, pues se han conservado tan sólo tres novelas, una novela breve y varias parábolas y relatos. Sin embargo, su obra estuvo a punto de perderse tras su muerte. Pese a sus intentos por publicar en vida, Kafka sólo había visto editados algunos relatos que habían pasado desapercibidos para el gran público. Su primera obra, Meditaciones, apareció en 1913 y era una selección de extractos de su diario personal, textos muy profundos espiritualmente con un lenguaje lírico y dramático. El escritor era un hombre aturdido que se dolía por la incomprensión de sus contemporáneos hacia su obra sólo admirada por su círculo más cercano y en su testamento ordenó a su albacea y amigo Max Brod que destruyera todos sus manuscritos inéditos. Así lo hizo en parte su amante Dora Diamant, conservando una parte importante de la obra literaria alienada de Kafka, textos escritos en alemán y no en su lengua materna, el checo. Pero cuando su obra se publicó postumamente convirtió a Kafka en uno de los grandes nombres de la literatura europea.

El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde (Strange Case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde) la novela de terror sobre el desdoblamiento de la personalidad de Robert Louis Stevenson fue escrita bajo los efectos del LSD, una droga psicodélica que el novelista utilizaba en su tratamiento para una enfermedad que le tenía completamente aturdido. Escrito en seis meses, el 1 de noviembre de 1885, el texto fue entregado al editor londinense Longman’s para que fuese publicado por entregas en alguno de sus periódicos. Pero el editor decidió editarlo en forma de libro para venderlo antes de Navidad. No llegó a tiempo y no apareció hasta mediados de enero de 1886. En los primeros meses pasó desapercibido pero una crítica aparecida en The Times disparó inmediatamente las ventas. Las primeras dos semanas se habían vendido 40 000 ejemplares. Cincuenta años más tarde sólo en América se había superado el medio millón de ejemplares vendidos.

Béla Ferenc Dezsó Balskó (1882-1956), conocido en el mundo del cine como Béla Lugosi, era hijo de un banquero que tuvo que exiliarse en Estados Unidos huyendo de la guerra. En 1931, después de haber alcanzado un gran éxito en Broadway interpretando al conde Drácula, el director Tod Browning rodó con él en 1931 la película Drácula. El éxito fue rotundo y desde ese momento a Lugosi se le encasilló en papeles de terror. El actor vivió con tanta intensidad su papel de conde rumano que muchas de sus entrevistas se realizaban con Lugosi metido en un ataúd recubierto con una capa roja y negra. Incluso exigió que sus películas se rodaran de noche porque la luz le ofuscaba.

Vaslav Nijinsky está considerado como uno de los grandes bailarines de la historia, pero en su primera representación además de obtener un gran éxito logró llamar al escándalo. El 29 de mayo de 1912 el bailarín estrenó en el parisino Teatro de Châtelet la adaptación para ballet del poema L’après midi d’un faune de Mallarmé con música de Claude Debussy. Al terminar la representación la mitad del público se puso en pie para aclamar al genial bailarín. La otra mitad estaba escandalizada. Nunca hasta ese momento se había visto a alguien que actuara sobre el escenario dejando al descubierto la mitad de su cuerpo. Para muchos, Nijinsky era un genio. Para otros había sobrepasado los límites de lo permisivo y en algunos diarios se le acusó de provocador.

Gregorio Allegri era un cantante modesto que compaginaba su profesión con la de compositor del coro de la Iglesia del Espíritu Santo, en Roma. Siendo Papa Urbano VIII logró ocupar el puesto de compositor de la capilla Sixtina. Para ello compuso en 1638 el Miserere mei Deius, para doble coro, pieza que el Santo Padre solo autorizó que se interpretara en la capilla pintada por Miguel Ángel y durante los oficios de Semana Santa. La partitura nunca se publicó y sólo la conocían las voces que integraban el coro papal porque Urbano VIII ordenó que el que hiciera una copia de la misma recibiera un castigo ejemplar además de la excomunión. En 1770 Wolfgang Amadeus Mozart y su padre, Leopoldo, realizaron una viaje a Roma. El compositor contaba con 14 años y fue invitado a escuchar de manera exclusiva el célebre Miserere que solo podían escuchar quienes tenían el privilegio de visitar la Capilla Sixtina. Después de asistir a la interpretación de la pieza, los Mozart partieron del Vaticano y por la noche, mientras Leopoldo descansaba, la prodigiosa memoria del joven músico austríaco fue capaz de transcribir nota por nota cada uno de los pasajes de la obra de Allegri. No cometió ni una sola errata.

El diplomático John Cleland (1709-1789) fue el autor de la primera novela erótica de la historia. Cleland estaba destinado en el consulado inglés en Esmirna, actual Izmir (Turquía), y se desempeñaba también como agente de la Compañía Británica de las Indias Orientales. Malgastador, llevó una vida desenfrenada que le llevó a la penuria económica y a pasar por la cárcel por incumplimiento de sus deudas. En una de sus salidas contactó con un editor que le ofreció 20 guineas a cambio de escribir una novela de alto contenido erótico. Al poco tiempo le entregó el manuscrito de Fanny Hill. Memorias de una cortesana (Fanny Hill. The Memoirs of a woman of pleasure, en inglés) que rápidamente se convirtió en un éxito de ventas. La obra narra la historia de una prostituta londinense que a punto estuvo de costarle de nuevo la cárcel. Gracias a que se convirtió en un best-seller, Cleland pudo dedicarse a la literatura y pagar sus numerosas deudas.

La famosa escultura de la Piedad del Vaticano, conocida universalmente como la Pietà, es un grupo escultórico en mármol realizado por Miguel Ángel entre 1498 y 1499. Actualmente se halla expuesta en la Basílica de San Pedro. La encargó el 26 de agosto de 1498 el cardenal benedictino Dionisio Jean Bilhéres de Lagraulas, embajador de Francia ante la Santa Sede. El acuerdo estipulaba que el escultor percibiría 450 ducados de oro con la condición de que entregaría la obra en el plazo de un año. Miguel Ángel la entregó dos días antes de que concluyera el plazo. Y fue la primera y única escultura firmada por el artista de Arezzo. Lo hizo porque en aquellos días recibió la noticia de que se había atribuido su obra a otro escultor famoso. Una noche, Miguel Ángel entró en el templo y para que no hubiese dudas de su autoría esculpió en la banda que cruza el torso de la Virgen: Michael Angelus Bonarotus, Florent. Facienbat.

En la poderosa ciudad estado de Esparta, situada en la península del Peloponeso, una de los poleis más destacadas junto a Tebas y Atenas, el adulterio se entendía de una manera muy liberal. Los espartanos podían elegir libremente a sus mujeres, pero si esta no reunía las condiciones exigidas por el amante, debía pagar una multa. A las mujeres también se les permitía el adulterio siempre que se reuniera una condición: que el amante fuese más alto y fuerte que el marido. La explicación es muy sencilla. A las mujeres se les permita escoger al esposo por su fortaleza y por sus habilidades para la lucha, gracias a ello entre la belleza femenina y la robustez masculina se engendraba una raza superior de hombres y mujeres que sirvieran a la patria.

El Diccionario de la Real Academia define la palabra rebeca como la chaqueta femenina de punto, sin cuello, abrochada por delante y cuyo primer botón está, por lo general, a la altura de la garganta. ¿Qué tiene esto de extraño? Que, aunque este tipo de prenda ya se utilizaba en la antigüedad, quien acuñó el término fue Alfred Hitchcock en su célebre película Rebeca de 1940, interpretada por Joan Fontaine, Laurence Olivier y George Sanders. Fue su primera obra maestra en Hollywood y estaba basada en la adaptación de la novela de Dahpne du Maurier.

Durante el año 1971, cuando el destape comenzó en España, la censura franquista prohibió la exhibición de 106 de películas extranjeras y de las 267 autorizadas, 130 pudieron verse en las salas de cine con cambios en los diálogos o las escenas. De las 70 películas rodadas ese año, más de la mitad sufrieron cambios, supresión de diálogos o escenas o cualquier tipo de sugerencia. Por otro lado el comité prohibió 33 guiones y más de 600 recibieron distintos tipos de sugerencias de cambio.

Rary Irwin y John Rice representaban en 1896 la obra teatral La viuda Jones en un teatro neoyorquino. En uno de los actos se dieron el primer beso de la historia en un escenario. Tuvo tanto éxito que la compañía Edison los contrató para que rodaran un cortometraje en el que repitieron el beso en tres ocasiones. Edison aceptó rodarlo a propuesta de un periódico de la ciudad. Cuando se estrenó, la polémica acompañó a la película. Con La viuda Jones surgió la censura en el cine pero también los éxitos de taquilla que sirven para evaluar la respuesta del público ante un estreno cinematográfico.

Juan Sebastián Bach fue el más grande compositor del Barroco y, probablemente también, el mejor músico que haya conocido la historia. El 3 de diciembre de 1721 contrajo segundas nupcias con la soprano Ana Magdalena Wülken, diecisiete años después de la muerte de su primera esposa, María Bárbara Bach. Un matrimonio por amor que le permitió trabajar estrechamente con su marido compositor. De los cuatro cuadernos de música que compuso dos se los dedicó a ella. Como entendida en música, Ana Magdalena se dedicaba a transcribir la música de su esposo y a copiarla en las partituras de modo que al final de su vida su caligrafía se asemejaba a la del anciano Juan Sebastián. ¿Fue eso realmente así? El profesor de música Martin Javis analizó las anotaciones y la caligrafía de la Primera suite para violonchelo de 1727 y llegó a una conclusión sorprendente. Bach no compuso nunca movimientos tan cortos y simples en un momento de tanta explosión creadora. Sucedía lo mismo con otras obras atribuidas a Bach. El tiempo ha puesto en duda si la autoría de una parte de la obra del más excelso compositor musical de todos los tiempos estaba compartida con su mujer, aunque la gloria se la llevó el maestro.

En 1977 se estrenó la saga Star Wars (La guerra de las galaxias, en español), una trilogía de ciencia ficción creada por el director y productor George Lucas. La idea inicial era filmar una película sobre el héroe de cómic Flash Gordon pero los derechos los había adquirido antes el productor Dino de Laurentis. Cuando Lucas presentó el proyecto a la Twentieth Century-Fox, los directivos de la productora sugirieron cambiar el título de la serie porque nunca antes una película que incluyera en el título las palabras «Star» o «War» había tenido éxito. Lucas se mantuvo inflexible y la película, además de ganar seis Oscar, permitió al productor crear un imperio cinematográfico.

Carlos IV (1788-1808) era un rey indolente, abúlico, apático, despreocupado de las tareas de gobierno y un poco recatado aunque su mujer María Luisa de Parma, fea a rabiar, fuese todo lo contrario y entre sus divertimentos de corte estuviese el gozar con su primer ministro, Manuel Godoy. Parece que al rey no le gustaban demasiado algunos cuadros de desnudos que había en palacio y ordenó que fuesen quemados. Entre otros se encontraban las obras de Rubens Diana y Calixto, Ninfas y sátiros, El Juicio de París o Andrómeda, Adán y Eva, de Durero; o Diana y Endimión de Van Dyck. La mayoría eran figuras mitológicas que hoy se pueden contemplar en el Museo del Prado. La orden debía ser cumplida de inmediato pero el marqués de Santa Cruz, gran amante del arte, decidió por su cuenta indultar aquellas obras maestras. En su lugar decidió recluirlas a perpetuidad «con real orden y expresa prevención de que se tengan en piezas cerradas, no dejándose entrar en ellas sino precisamente, a aquellos sujetos que hayan de hacer su estudio». El rey falleció en 1808 y no sería hasta 1812, cuando siendo rey el felón Fernando VII, que las obras permanecerían en la llamada sala reservada de la pinacoteca más importante del país.

Aunque en todas las películas de romanos aparece el Coliseo o Colosseum, en latín) de Roma como el lugar donde se sacrificaron a los primeros cristianos, no hay ninguna evidencia de que en ese emplazamiento muriera nunca un perseguido por la fe en Cristo. El Coliseo, edificado entre el 70 d. C. y el 72 d. C. bajo el mandato de Domiciano, se conocía como Anfiteatro Flavio y tenía capacidad para 50 000 espectadores. Era un lugar para celebrar luchas de gladiadores y otros espectáculos públicos. A los cristianos se les martirizaba en el Circo Máximo o Circus Maximus, en latín), situado a poca distancia del Coliseo. Pero desde el siglo XVIII el Coliseo se ha convertido en un lugar sagrado ya que el Papa Benedicto XIV ordenó colocar en su interior una cruz que testimoniara la persecución romana de los cristianos. Pero la instalación de aquella cruz significó la salvación del Coliseo en un estado de conservación deplorable. Cuando el Santo Padre instaló la Croce del Colosseo nadie se atrevió a seguir robando piedras y desde ese momento el monumento se ha convertido en uno de los más visitados y admirados de Roma.

El poderoso César Borgia murió ahogado en aguas pantanosas. Corría el siglo XVI y Fernando el Católico ordenó al Gran Capitán, tras la muerte del papa Alejandro VI, que detuviera a su hijo César Borgia, que había caído en desgracia. Lo quería hacer prisionero. Pero Borgia logró escapar del castillo de la Mota y refugiarse en Navarra ya que el rey era su cuñado. Tener a un Borgia era una garantía de valentía y pundonor y el monarca le nombró capitán general de sus ejércitos. En aquel tiempo en Navarra había una gran división interna debido a que dos facciones intentaban controlar el territorio, los agramonteses y los beaumonteses. Con el fin de poner orden en la situación interna se libró la batalla de La Barranca Salada. César ordenó que se tomara el castillo de Viana y las tropas a su mando se dirigieron hacía allí. El lugar era muy pantanoso y en uno de los tramos el caballo de Borgia comenzó a hundirse en el cenagal. Aprovechando la situación las tropas enemigas del caballero se acercaron a él hiriéndole de muerte en la axila.

La desnutrición que padecía Oliver Twist, el famoso huérfano de la novela de Charles Dickens durante la Inglaterra victoriana, no era tal. En su libro, Oliver dice que en su ración diaria «había tres raciones de gachas, con una cebolla dos veces por semana y medio panecilio los domingos». Pediatras y nuticionistas del Hospital General de Northampton e investigadores del Centro de Historia de la Medicina de Birmingham publicaron en noviembre de 2008 un estudio en el British Medical Journal en el que se decía que si esa hubiese sido su alimentación Oliver habría sufrido anemia, escorbuto y otras patologías asociadas a la carencia de vitaminas. El estudio iba más lejos, en 1843 los orfanatos londinenses daban a los niños avena de buena calidad, carne de ternera y cordero y otros productos como legumbres. Dickens falseó la historia pero las penurias de Oliver Twist han llegado al corazón de los lectores.

La visión de un cuadro es siempre subjetiva. Dependiendo de quien mire la obra puede contemplar un universo diferente. Tres ejemplos certifican esta idea. El Museo de Arte Moderno de Nueva York es uno de los más prestigiosos y visitados del mundo. En 1961 expuso la obra El barco (Le batean, en francés) de Henri Matisse que había adquirido recientemente. La obra se expuso durante 47 días al revés por un error del conservador del museo. Había creado tanta expectación que durante este tiempo visitaron el museo más de cien mil personas desde turistas ocasionales a críticos de arte. Nadie cayó en la cuenta de que el cuadro estaba mal colgado hasta que una agente de bolsa neoyorquina puso el grito en el cielo.

Algo similar ocurrió con un cuadro de Georgia O’Keefe, considerada la primera gran artista norteamericana. La obra Amapolas orientales estaba expuesta en el Museo de la Universidad de Minnesota en posición vertical. Permaneció así durante 30 años hasta que un experto en la artista denunció que el cuadro estaba mal colgado. Su posición correcta era la horizontal.

En 1965 sería la National Gallery de Londres la que colgaría al revés el cuadro de Van Gogh Hierbas y mariposas. Permaneció así dos semanas. Ningún crítico de arte denunció el hecho teniendo en cuenta que se realizó una premiére para especialistas del artista holandés.

Isabel I Petrovna de Rusia era conocida en su país como la reina clemente. Falleció a temprana edad en San Petersburgo. Era el año 1762 y la reina dejó a su sobrino Pedro III el trono de Rusia. La emperatriz era una mujer hermosa, de carácter fuerte, involucrada con los problemas de su pueblo y respetuosa con sus soldados. Muchos de ellos fueron sus amantes. Después de su funeral le correspondió a su sobrino ocuparse de la herencia. Su ajuar era fastuoso. En su palacio varias estancias ocupaban el ropero imperial con más de 15 000 vestidos. Su afición por la ropa era legendaria. Hubo días que se cambió de ropa en más de cinco ocasiones.

«A usted le falta talento para…». Estas palabras las han escuchado a lo largo de la historia personajes tan variopintos como Enrique Caruso, el cantante de ópera italiano, al que su profesor recomendó dejar las clases de voz porque «usted no tiene suficiente voz para el canto»; Albert Einstein, incapaz de leer hasta los siete años, sin el nivel para ingresar en la Escuela Politécnica de Zurich. En 1905 su tesis doctoral fue rechazada por el claustro de la Universidad de Berna por considerarla irrelevante; el inventor Thomas Edison de quien los profesores decían que era demasiado tonto para aprender, motivo por el cual su madre le sacó del colegio para enseñarle en casa; el biólogo Charles Darwin, padre de la moderna teoría de la evolución, a quién según su propia biografía: «mis profesores y mi padre me consideraban un chico común, más bien por debajo del nivel común del intelecto»; al cantante Elvis Presley, el manager de Grand Ole Opry, le dijo en 1954: «Hijo, no vas a llegar a ninguna parte. Te recomiendo que vuelvas a conducir un camión»; el escritor ruso León Tolstoi, expulsado de la escuela «por no tener capacidad ni voluntad para el aprendizaje»; el general Douglas MacArthur, rechazado dos veces en su intento por ingresar en la Academia Militar de West Point; el escultor francés Auguste Rodin de quién su padre decía «tengo un hijo idiota» debido a sus tres intentos por ingresar en la Escuela de Bellas Artes de París; Clint Eastwood a quién en 1959 un ejecutivo de Universal Pictures le espetó: «usted no triunfará en el cine, tiene una patata en los dientes, su nuez de Adán sobresale demasiado y habla excesivamente lento»; el escritor, productor, director y actor Woody Allen fue reprobado tanto en la Escuela de Producción Cinematográfica de la Universidad de Nueva York como en el City College de la misma ciudad; a la actriz Marilyn Monroe, por entonces Norma Jean Baker, una gordita aspirante a modelo, le dijo en 1944 Emmeline Snively, directora de la prestigiosa agencia de modelos neoyorquina Blue Book: «No tienes futuro como modelo ni actriz. Te recomiendo que aprendas secretariado o… ¡cásate!»; el creador de Mash, Richard Hooker, la más exitosa serie de televisión, vio rechazada su novela homónima por veintiún editores por «su baja calidad literaria y ausencia total de talento». Hooker decidió publicarla por su cuenta convirtiéndose en un best-seller inmediato; el novelista y poeta británico Rudyard Kipling recibió en 1889 una nota del director del San Francisco Examiner rechazando su obra: «Señor Kipling, lo siento, pero usted no sabe usar el idioma inglés»…

«¡Elemental, querido Watson!», la frase que más ha caracterizado al personaje de Sherlock Holmes, el personaje creado por Arthur Conan Doyle (1859-1930). Sin embargo, en ninguna de las novelas del célebre detective se pronuncia esta frase. Tan solo en el relato El perverso Holmes responde a Watson con un simple «¡Elemental!» a la apreciación de su socio. El sombrero de cazador de gamos que lleva el detective tampoco aparece en ninguno de los relatos y novelas pues fue un añadido que Sydney Page, ilustrador del The Strand Magazine, añadió para caricaturizar al personaje. Lo mismo sucede con la pipa, introducida sin permiso del autor en una obra de teatro londinense en 1920.

En 1962 cuatro jóvenes de Liverpool prepararon una audición discográfica para Decca Reccording. Cuando los principales ejecutivos de la marca discográfica escucharon la audición rechazaron publicarla. Incluso, uno de los directivos, se atrevió a decirles a los integrantes de Los Beatles, por entonces conocidos como The Quarrymen «Su música no suena bien. Los grupos de guitarra no tienen futuro». Al poco tiempo el grupo integrado por John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Star se convertiría en una de las más exitosas bandas de la historia de la música con más de 40 álbumes, singles y EP y más de mil millones de discos vendidos. Los Beatles han sido el grupo de rock que más discos ha vendido en la historia de la música.

Vida en el Misissipi de Mark Twain, libro publicado en 1874, fue la primera obra literaria escrita con máquina de escribir. Aunque él no la picó directamente, alguien transcribió el texto de papel. Desde entonces Twain abandonó la tinta y la caligrafía y el resto de sus obras se escribieron con el repiqueteo de aquellas pesadas máquinas de escribir.

Ganadora de varios Oscar, Casablanca es una de las películas míticas de la historia del cine. Dirigida por Michel Curtiz en 1942. Basada en la obra teatral Everybody Comes to Rick’s de Murray Burnett y Joan Alison, narra la historia de amor de Rick Blaine (Humphrey Bogart) e Ilsa Lund (Ingrid Bergman). Hedy Lamarr rechazó el papel protagonista interpretado por Bergman porque el guión estaba incompleto. Para la actriz sueca la participación en la película supuso su consagración como una de las mejores actrices. Se calificó su actuación como luminosa y en la página oficial de la actriz se cita su papel como el más famoso y perdurable.

Los guionistas de la Warner cambiaron muchas cosas de la historia original. Jack Warner deseaba rodar un final alternativo más triste que el original pero David O’Selznick no quería cambiarlo porque a Ingrid Bergman le encantaba el final.

Sí, Ministro (Yes, Minister, en su versión original) fue una de las comedias televisivas más aclamadas de los años ochenta. La serie, escrita por Anthony Jay y Jonathan Lynn, fue estrenada en la BBC en 1980 y se mantuvo en antena durante 4 años. Premiada en numerosos festivales, era la serie preferida de Margaret Thatcher, entonces primera ministra del Reino Unido. Lo curioso de la serie, que tuvo una secuela entre 1986 y 1988 con el título Sí, Primer Ministro (Yes, Prime Minister), es que estaba basada en un personaje real, el político sir Frank Soskice, ministro del interior en un gabinete laborista entre 1965 y 1967.

En el año 1837 Edgar Alian Poe publica Las aventuras de Arthur Gordon Pym, un relato que narra el naufragio de un barco en los mares del Atlántico sur del que sólo sobreviven cuatro personas tras viajar varios días a la deriva. Agotados, hambrientos y desesperados, el grumete Richard Parker es escogido para ser devorado por sus compañeros de aventuras. En 1884, la goleta Mignonette naufraga en un punto cercano a las islas Maldivas donde naufragó el barco inventado por Poe. Cuatro tripulantes sobreviven a bordo de una balsa. Y uno de ellos es escogido a suertes para ser devorado por sus agotados, hambrientos y desesperados compañeros: el cocinero de la nave. Un tal Richard Parker.

Cuando en 1967 se estrenó la serie de televisión El Santo, que convirtió a Roger Moore en una de las grandes estrellas de la pequeña pantalla, los productores ofrecieron a la marca inglesa Jaguar que el protagonista condujera su célebre modelo E. El fabricante inglés declinó la invitación y los productores decidieron que El Santo conduciría entonces un Volvo 1800 S de color blanco que, rápidamente, se convirtió en un éxito de ventas en el Reino Unido.

Bernard Shaw está considerado uno de los grandes escritores anglosajones de todos los tiempos. Eso nadie lo duda. Lo que se ha puesto más en duda es su calidad humana. Unos diez años antes de fallecer, una sociedad benéfica recurrió al afamado escritor para que donara una colección completa de sus obras para incluirlas en una subasta. Shaw respondió que sentía mucho no poder contribuir donando ninguno de sus libros porque estaba convencido de que si todos le pedían lo mismo acabaría por ser el quien tuviera que vivir de la beneficencia. Pero, menospreciando a los organizadores del acto caritativo les firmó un autógrafo en un viejo papel a punto de ser arrojado a la papelera. Los organizadores decidieron incorporarlo a la subasta. Obtuvieron veinte veces la cifra inicial.

Uno de los actores más carismáticos de la serie Star Trek, el canadiense James Doohan murió en 2004 a los 77 años. Un año más tarde vio cumplido su sueño de viajar al espacio pero lo hizo de una manera especial: por medio de sus cenizas. Los restos del actor viajaron en julio de 2005 en un cohete espacial lanzado por la compañía Space Services junto a los restos mortales de otros 200 aficionados al espacio. El envío le costó a su familia 495 dólares.

Al crearse la ceremonia de los Oscar, la estatuilla que se entregaba a los premiados carecía de nombre. Para referirse a ella se hablaba de la «estatuilla de la Academia» o «el trofeo dorado». La denominación actual se debe a Margaret Herrick, bibliotecaria de la Academia. Cuando tuvo una estatuilla en las manos dijo: «Me recuerda a mi tío Óscar». En 1933 el periodista Sydney Skolsky utilizó esta expresión para referirse a Katherine Hepburn, ganadora ese año del premio a la mejor actriz, y desde 1939 la Academia acuñó el nombre de manera oficial.

En 1898 Morgan Robertson publica su novela Futilidad en la que se describe la epopeya del Titán un barco de lujo que zarpa de Southhampton con destino a Nueva York. En la imaginación del autor el barco es el más seguro de la historia y en él viajan cientos de millonarios pasajeros. Durante la noche del primer día un iceberg abre un boquete de grandes proporciones en el casco hundiendo la nave. Solo unos cuantos pasajeros sobrevivirán a la catástrofe. El 12 de abril de 1912 en su viaje inaugural el Titanic, el crucero de lujo más caro y seguro de la historia de la navegación hasta ese momento, sufrirá un percance semejante. Unos años más tarde, el marinero del Titanian William Reeves, nacido el mismo año del hundimiento del Titanic, hacía guardia en la cubierta de su barco. Una premonición hizo que detuviera el navío en el que viajaba. Unos metros más adelante se vislumbró la silueta de un iceberg. A la tercera, por lo que parece, la vida se impuso a la muerte.

En 1896 el Museo del Louvre realizó una de las compras más importantes de su historia. Un prestigioso anticuario austriaco logró que el gobierno francés le pagará 200 000 francos oro por un collar y una tiara de oro macizo del siglo III a. C. pertenecientes al rey escita Saitafernes. Consideradas piezas únicas, se trataba de un regalo que el monarca había recibido de los griegos de Dacia. Ambos objetos se habían hallado en un túmulo de Crimea y era la admiración de cuantos visitantes acudían al museo parisino pese a las críticas de algunos expertos que dudaban de su autenticidad. Siete años más tarde, la policia nacional francesa detuvo en el mercado de antigüedades de Montmartre a un tal Ruchomovosky, un judío de nacionalidad lituana, que reconoció haber sido el falsificador de ambas piezas. Nadie le creyó pero Ruchomovosky quiso demostrar sus dotes de falsificador y creó dos piezas idénticas. El ministro de Bellas Artes francés tuvo que reconocer que el desembolso del Estado francés había servido para pagar una estafa. Y desde ese momento las piezas desaparecieron del Louvre.

Gustav Holst (1874-1934), es uno de los compositores más significados de finales del siglo XIX. La mayoría de sus obras fueron compuestas entre 1909 y 1919. Su obra más celebrada, Los planetas (The Planets, en inglés), fue compuesta en 1916 cuando el mundo luchaba durante la Primera Guerra Mundial y él se había retirado el von del apellido por sus reminiscencias alemanas para poder vivir cómodamente en Londres. Esta pieza, la opus 32 de su catálogo, estaba ideada para siete movimientos: Marte, el portador de la guerra; Venus, el portador de la paz; Mercurio, el mensajero alado; Júpiter, el portador del regocijo; Saturno, el portador de la Edad Antigua; Urano, el mágico; y Neptuno, el místico. Holst había anunciado que deseaba utilizar esa pieza con un sentido astrológico de ahí que eliminara la luna, el sol que no son planetas y la tierra que no es un cuerpo celeste para lograr el número mágico (7). Sin embargo, en 1930, unos años antes de morir, se descubrió Plutón, considerado el noveno planeta. Muchos trataron de que Holst escribiera un movimiento para este planeta pero el compositor se negó alegando que rompería la armonía musical de su composición. Sin embargo, en el año 2000 el compositor Colin Matthwes decidió incorporar al último movimiento de Los planetas un apéndice al que denominó Plutón, el renovador. Pero en el año 2006 Plutón perdió su condición de planeta y la pieza recobró su versión original.

En 1947 Agatha Christie escribió para la radio un guión breve basado en un crimen real. Se titulaba The Mousetrap (La ratonera). Una vez emitida convirtió el guión en una obra teatral y cedió los derechos a su nieto, Mathew Prichard. La pieza teatral se estrenó el 25 de noviembre de 1952 en el Teatro Ambassadors. Tuvo tanto éxito que dos productores ingleses le compraron a la escritora inglesa los derechos para hacer una película. Pero pusieron una condición: rodarían la película a los seis meses de haber desaparecido de la cartelera teatral londinense. Para desgracia de los productores La ratonera lleva representándose ininterrumpidamente en Londres desde hace 56 años. En 1974 cambió de teatro pasando a la sala del Saint Martin’s Theatre y es la obra de teatro más longeva de la historia. Una curiosidad: los dos productores han fallecido.

En 1929 Jane Gaynor obtuvo el Oscar a la mejor actriz por las tres películas que había interpretado ese año El séptimo cielo, Amanecer y El ángel de la calle. Lo curioso del tema es que era la primera vez que se otorgaba un oscar a la mejor actriz.

Dirigida por Billy Wilder e intepretada por Marilyn Monroe, Tony Curtís y Jack Lemmon, Con faldas y a lo loco está considerada como una de las comedias más divertidas de la historia del cine, con una Monroe curvilínea en plan estelar. Al menos en la pantalla porque cuando concluyó el rodaje Toni Curtis declaró: «Besar a Marilyn ha sido peor que besar a Hitler». Y no es para menos. Curtis tuvo que repetir la escena del beso con la Monroe 59 veces.

El compositor berlinés de origen judío Irving Berlin (1888-1989) es el autor de más de 3000 canciones, algunas tan célebres como God Bless America o White Christmas. Pero su nombre es fruto de la casualidad porque en realidad se llamaba Israel Isidore Baline pero debido a las prisas firmó el manuscrito de su primera canción Marie from Sunny Italy (1907) como «I. Berlin». Aunque la canción pasó desapercibida desde entonces ese nombre quedó asociado a su vida. Como cosa curiosa Irving no sabía ni leer ni escribir música. Tatareaba las canciones y las dictaba a su secretario personal, que sí era un entendido en pentagramas.

Cowboy de medianoche (1969), dirigida por John Schlesinger e interpretada por John Voight, Dustin Hoffman y Brenda Vaccaro es la única película en la historia de los Oscar que ha ganado el premio a la mejor película a pesar de estar clasificada como X en Estados Unidos. Lógicamente, la clasificación cambió tras la ceremonia donde obtuvo también el Oscar al mejor director y al mejor guión adaptado.

Cuando Jack Nicholson, después de cuatro nominaciones, ganó en 1975 su primer Oscar de Hollywood al mejor actor, al subir al escenario y tomar la estatuilla entre sus manos exclamó:

«Dedico este Oscar a mi agente, quien hace diez años me dijo que no llegaría a ser actor».

Katherine Hepburn es la actriz que más nominaciones ha obtenido en la ceremonia de los Oscar (12) y que más premios ha obtenido (4, todos a la mejor actriz por Gloria de un día, 1933; Adivina quién viene esta noche, 1967; El león en invierno 1968; y En el estanque dorado, 1981) nunca asistió a la ceremonia de entrega para recoger su estatuilla.

En la única ocasión que estuvo presente fue en 1974 para entregar el Oscar honorario a Lawrence Weingarten.

Durante el rodaje de Lo que el viento se llevó la relación entre Red Buttler (Clark Gable) y Scarlett O’Hara (Vivien Leigh) sufrió permanentes encontronazos debido a la terrible halitosis que padecía el galán. A la actriz le producía tanto rechazo que el rodaje se tenía que parar constantemente para que Gable se pusiera un antiséptico bucal que eliminara el mal olor que desprendía su boca.

Guillermo Tell (Wilhelm Tell, en alemán) es un personaje legendario de la independencia de Suiza que no existió en realidad. Durante los siglos XV y XVI aparece retratado como un ballestero natural de Bürglen, un pequeño pueblecito del cantón de Uri, que se negó a inclinarse ante un sombrero colocado en la plaza del pueblo, representando la figura del emperador de la casa de los Habsburgo, que en el siglo XIV había anexionado aquel territorio para la familia imperial.

Evelyn Waugh, uno de los más célebres escritores satíricos de Inglaterra, intentó suicidarse cuando contaba con 21 años internándose en el mar y dejando escrita una cita de Eurípides, tres años antes de que fuese publicada en 1928 su primera novela Decadencia y caída. Gracias a este intento frustrado Waught pudo desarrollar una fructífera carrera como escritor con títulos tan celebrados como Un puñado de polvo o Retorno a Brideshead, en las que imprime su visión católica de la vida, confesión a la que se convirtió en 1930.

Agatha Christie, la escritora más leída de la historia de la literatura, no tenía intención de dedicarse a la novela de misterio, pero las dificultades económicas de su familia le obligaron a hacerlo. Agatha Mary Clarissa Miller, nació el 15 de septiembre de 1891 en Torquay (Devon), en el seno de una familia de tradición victoriana. Era la menor de las hijas de Fred Miller, corredor de bolsa, y Clara Boehmer, distinguida dama de la sociedad inglesa. Retraída y tímida, la joven Agatha disfrutó de una infancia feliz hasta que la muerte de su padre cuando ella contaba 11 años dejó a la familia en la bancarrota.

Cuando ella contaba 24 años se casó con Archibald Christie, piloto de aviación, del que se separó en 1929. Durante la Primera Guerra Mundial Agatha Christie trabajó de voluntaria en el dispensario de un hospital militar donde conoció algunos casos de personas que habían sido envenenadas, situación que le inspiró su primera novela, El misterioso caso de Styles, con Hércules Poirot como protagonista. Christie envió la novela a la conocida editorial Hodder and Stoughton, que la rechazó como hicieron posteriormente otras tantas editoriales hasta que unos años más tarde tras modificar el capítulo final de libro la obra fue publicada por The Bodley Head. Logró vender unos dos mil ejemplares, considerado un gran éxito para una escritora novel y los derechos los adquirió el periódico The Weekly Times quién publicó la obra por entregas.

Agatha Christie no tenía intención de seguir publicando pero la difícil situación económica de la familia y la mala relación con su marido le llevó a escribir una nueva novela de misterio. Desde ese momento, se convirtió en una de las más celebradas escritoras de su tiempo. Cuando murió en 1976 las ventas de sus 79 libros con sus inmortales Hércules Poirot y Miss Marple solo las superaban la Biblia y Shakespeare. Sus novelas han vendido más de cien millones de copias en inglés y otro tanto en los más de 45 idiomas a las que han sido traducidas.

Sir William Walton (1902-1983), uno de los más célebres compositores británicos, conocido por la Sinfonía concertante para piano, el Concierto para alto y orquesta y sus bandas sonoras para películas ingresó en la Universidad de Oxford, centro universitario del que no obtendría la licenciatura al suspender uno de los exámenes finales de teoría musical.

Dinastía, una de las series de televisión más populares de los años ochenta, fue creada por la pareja de productores norteamericanos Richard y Esther Shapiro que se inspiraron en la serie de la BBC Yo, Claudio, basada en la novela de Robert Graves. Para los Shapiro, la familia del emperador romano tenía muchas semejanzas con los celos, traiciones, odios y venganzas de las poderosas familias de los magnates del petróleo de Denver.

Pablo Picasso, uno de los grandes artistas del siglo XX, pudo no haber sobrevivido al día de su nacimiento —el 25 de octubre de 1881 a las 23.15 horas en el barrio de la Merced de Málaga— por una negligencia de la partera que atendía a su madre, María Picasso López, italiana por línea paterna. Pensando que había fallecido en el momento del alumbramiento, la mujer dejó al recién nacido sobre una mesa pero fue un tío suyo, Salvador, hermano de su padre, médico y jefe del distrito sanitario del puerto, quien se apercibió que el niño respiraba y para reanimarlo le lanzó a la cara una bocanada de humo del puro que se estaba fumando.

El villancico navideño más universal, Noche de Paz (Silent Night), fue interpretado por primera vez el 25 de diciembre de 1818 en la Iglesia de San Nicolás, en la austriaca localidad de Oberndorf, cerca de Salzburgo. Tenía que haberla interpretado al órgano el párroco y organista de la localidad, el padre Joseph Mohr, pero un incendio había destruido el instrumento. El sacerdote encargó entonces al maestro Franz Xavier Gruber que compusiera una canción para ser interpretada por el coro con el acompañamiento de una guitarra. El villancico comenzó a difundirse por el mundo a partir de 1833 gracias a que un organista austríaco lo interpretó en un festival de melodías tirolesas en Leipzig.

El pintor holandés Vicent van Gogh, hijo de un humilde y austero pastor protestante y una de las figuras más destacadas del postimpresionismo, pudo no haberse dedicado a la pintura por su temprana vocación como sacerdote. Aunque desde muy joven mostró un gran interés por la pintura, muchos de sus maestros le advertían que el arte no era el camino de su vida porque no sabía pintar. A los 16 años comenzó a trabajar en la galería Goupil, de La Haya, propiedad de su tío, hasta que en 1873 se trasladó a vivir a Londres para trabajar en la sucursal de Goupil en la ciudad del Támesis. Un fracaso amoroso le hizo volcarse en la religión. Vicent descuidará su aspecto y pasará el tiempo leyendo la Biblia. La obsesión por el libro sagrado le hará rendir menos en el trabajo hasta que en 1875 abandonará la galería para establecerse en una escuela metodista cerca de Londres, donde el director le animará para que imparta clases de ética. La Navidad de ese año Vicent regresa a La Haya y se matriculará en la Facultad de Teología de Ámsterdam sin aparente interés. Su padre logrará que lo acepten como predicador en la región minera de Borinage, en Bélgica, donde Van Gogh renunciará a sus escasas pertenencias para vivir como los mineros. Las duras condiciones de vida de las comunidades mineras le irán haciendo perder el fervor religioso para centrarse en lo que siempre había soñado, la pintura.