A mi hermano, hombre o mujer, que hoy sufre prisión en donde prevalezcan situaciones de tortura similares a que describe este libro. En cualquier parte del mundo en donde no tengas libertad, sé que sueñas, sufres, callas, esperas y tienes corazón. Y también que no te puedes defender.
Por eso dedico este libro a los hermanos que se pudren en las cárceles del mundo donde no existe esperanza.
José León Sánchez,
presidiario costarricense