Capitulo 8

Reconocimiento de patrones

En este capítulo

Saber por qué y cómo planear

Analizar la estructura de peones

Prepararse para el final

Uno de los grandes mitos que rodea al ajedrez es que uno debe ser una calculadora humana para jugar. Si bien es cierto que toda partida —y toda jugada— implica hacer ciertos cálculos, cuando los jugadores de ajedrez toman decisiones, confían principalmente en el reconocimiento de patrones (la capacidad de identificar configuraciones repetidas de piezas y peones) y en la intuición. Rara vez lo dicen, porque la mayor parte del tiempo este proceso es inconsciente. Si les preguntas por qué hicieron una jugada en lugar de otra, con frecuencia responden: «Simplemente, sabía cuál era la jugada correcta» o alguna otra frase similar que tampoco aclara gran cosa.

Si no estás familiarizado con el ajedrez, posiblemente todas las posiciones del tablero te parecerán igual de caóticas. Si, en cambio, has visto decenas y decenas de partidas, podrás comprender de un vistazo el significado de muchas posiciones de las piezas en relación con otras. Algunos estudiosos y psicólogos del ajedrez han comparado esta acumulación de patrones reconocibles con una especie de vocabulario de ajedrez. Las palabras de cualquier idioma extranjero suenan poco familiares la primera vez que se oyen, pero después de construir un vocabulario, uno entiende muchas palabras, términos y conceptos del lenguaje sin pensarlo conscientemente. Esa misma idea funciona, en general, con el ajedrez.

En este capítulo se explicará de qué forma el ajedrez es un continuo reconocimiento de patrones. A medida que vayas asimilando tácticas, como la clavada o el ataque doble (explicados en el capítulo 5), aprenderás a reconocer un patrón. Y cuando estudies los patrones de mate (capítulo 7) construirás un acervo de conocimientos que te ayudará durante las partidas. Poco a poco podrás anticipar posibles maniobras y jugarás mucho mejor. Lo que es más importante: si puedes recordar los detalles de unos cuantos patrones de estructuras de peones, tu juego en la apertura y en el principio del medio juego se hará mucho más coherente e intencional. Si, además, desarrollas una técnica de finales adecuada, conseguirás jugar una buena partida.

Pavlov’s players

Researchers have conducted experiments to demonstrate the notion of chess as language, using a sampling of people of widely different chess strengths. The scientists involved in these experiments exposed players to several different chess setups consisting of both random positions and actual gamelike positions. Each exposure lasted for only a few seconds at a time. The researchers then asked the subjects to reconstruct the various positions as the players remembered them. The stronger players scored much better in reconstructing the actual gamelike positions than did the weaker players, but this advantage on the part of the better players virtually disappeared when they attempted to reconstruct the random positions. The conclusion? If you take away a player’s knowledge base about chess by removing any resemblance to actual game positions, you also take away that player’s apparent superiority in recall.

Analizar las posiciones y hacer planes

Los buenos jugadores pueden evaluar rápidamente muchos tipos de posiciones porque han visto antes posiciones similares. Por supuesto, la mayoría de las posiciones de ajedrez tienen características y sutilezas particulares, pero los ajedrecistas toman como punto de partida una base común de conocimientos acerca del juego y calculan a partir de ahí las variantes posibles. Puedes, por lo tanto, concentrarte solo en algunas jugadas principales y estudiarlas con detenimiento para reducir así el cálculo de variantes.

Procesar y analizar posiciones de ajedrez parece ser una de esas cosas relacionadas con los dos hemisferios cerebrales. Las personas que tienen mejores habilidades en cuanto a las relaciones lógicas y espaciales parecen ser capaces de asimilar los patrones de ajedrez con mayor facilidad que las que no son tan duchas en ese área. Los jugadores con mejor orientación espacial construyen su vocabulario ajedrecístico con más rapidez que quienes no tienen tanta orientación. No obstante, cuando realmente se desarrolla la habilidad del reconocimiento de patrones es cuando se adquiere experiencia. Una vez que hayas aprendido suficientes posiciones, empezarás a saber qué jugadas son dignas de consideración casi sin tener que meditarlas y no te molestarás en examinar todos los movimientos posibles.

The tree of analysis

Alexander Kotov (1913–81), a former Soviet champion, wrote a very famous book called Think Like a Grandmaster. (Well, the book is familiar to most chess players, at least.) In the English translation, Kotov introduces players to the concepts of the tree of analysis and candidate moves.

You can’t climb the tree of analysis, but you can understand its roots. You can meet each move that your opponent makes with one of several replies, and your opponent may in turn respond to each reply with any of several other moves. The alternative moves available to you and your opponent branch out and quickly mask the forest for all the trees.

Kotov taught that in order to reduce the bushiness of the tree and to better enable players to see farther ahead in their moves (as well as anticipate an opponent’s moves), you first need to settle on which moves are the candidate moves. Candidate moves are those moves that you intend to examine closely based on your intuition. First you look around and use your intuition to figure out which moves are the important ones, and only then do you begin to calculate concrete variations. You must, according to Kotov, examine each candidate before making your final selection.

Candidate moves are chosen by a combination of intuition and judgment. The choices you make in determining these moves get better with experience. The calculation of concrete variations is more like work, but it, too, gets better with practice. The more you practice these aspects of your game (as well as all others), the better you get as a chess player.

A casi todos los maestros del ajedrez les han hecho la siguiente pregunta: «¿Cuántas jugadas puede prever?». Un gran maestro contestó que solo una, la mejor. Esta declaración tiene su parte de verdad. Cuando me preguntan a mí, siempre respondo que eso depende. Si quieres saber si analizo todas las posibilidades que tengo en cualquier posición dada, la respuesta es un no rotundo. Si lo que deseas es saber cuántas jugadas puedo anticipar en alguna secuencia en especial, la respuesta es que en ciertos casos puedo ver muy lejos y en otros casos puedo prever solo unas cuantas jugadas. Cuando la posición es de naturaleza forzosa, lo que significa que las jugadas son muy predecibles y reconozco el patrón, entonces puedo calcular por anticipada hasta una docena de jugadas, y a veces más. Cuantos más patrones reconozco, más jugadas puedo anticipar.

Aprender formaciones de peones

Los patrones más fáciles de reconocer, además de los de jaque mate (consulta el capítulo 7), son las formaciones de peones, conocidas también como estructuras de peones. Cuando hablamos de formaciones de peones nos referimos a las relaciones existentes entre los peones blancos y los negros. La mayoría de los maestros son capaces de ver la estructura de peones de un tablero a mitad de partida y hacer una suposición bastante acertada de cómo empezó. Pueden hacerlo porque los peones son más lentos que las piezas y tardan más en cambiar sustancialmente de una fase de la partida a la siguiente.

En virtud de su naturaleza relativamente estática, los peones indican cuáles son las mejores casillas para las piezas, tanto para atacar como para defenderse de los ataques. Debido a que los peones no tienen tanta movilidad como las piezas, gran parte de la estrategia del medio juego —en el que ocurre el grueso de la batalla— gira alrededor de las formaciones de peones, y muchos de los finales —aun cuando sean ligeramente diferentes— que surgen de estas formaciones están vinculados entre sí por hilos comunes; por lo tanto, que comprendas las formaciones de peones es muy importante para que mejore tu juego.

Estudiar las formaciones de peones comunes a unos cuantos sistemas de apertura te dará el conocimiento de una estrategia general que te guiará en la selección de jugadas concretas cada vez que te toque mover. Puesto que es imposible aprenderse todas las aperturas del ajedrez, la mayoría de los jugadores se concentran en una o dos aperturas para jugarlas cuando conducen las blancas y un par más para cuando llevan las negras. Si te familiarizas con las formaciones, podrás elegir jugadas buenas, por lo general, aunque no siempre sean las mejores (los aspectos básicos de las formaciones de peones se abordan aquí, pero en el capítulo 9 hay detalles sobre formaciones más avanzadas).

La Defensa Francesa y la cadena de peones

La formación de peones que mejor entiendo surge de una apertura llamada Defensa Francesa. La Defensa Francesa recibió este nombre en 1834, cuando un equipo parisino la empleó para derrotar a un equipo londinense en un encuentro por correspondencia. El diagrama 8-1a reproduce la posición inicial de la Defensa Francesa. Las blancas (los ingleses) abren el juego moviendo el peón de rey dos casillas (1 e4). Las negras (los franceses) responden avanzando una casilla con el peón de rey (1... e6). La idea subyacente en la Defensa Francesa es asediar el peón central de las blancas para disputar el dominio del centro del tablero. La primera jugada negra es el trampolín de la segunda jugada. Cuando las blancas avancen dos casillas el peón de dama (2 d4), las negras harán lo propio, moviendo el peón en 'd7' a 'd5' (2. . . d5; diagrama 8-1b). Las negras han formado ahora una cadena de peones —que es el término que los ajedrecistas usan para referirse a los peones que están vinculados entre sí— en las casillas 'f7', 'e6' y 'd5'.

Las blancas no disponen de muchas opciones, pero hay una variante que nos brindará la oportunidad de analizar la cadena de peones. Las blancas, si dan otro paso con el peón de rey (3 e5), crearán, a su vez, una cadena de peones en las casillas 'd4' y 'e5 ' , como se observa en el diagrama 8-2a.

Las cadenas de peones se presentan en muchas partidas y la capacidad de manejar correctamente esas cadenas es una de las claves para jugar bien al ajedrez. Aaron Nimzovich, un gran experto en la Defensa Francesa, enseñaba a los ajedrecistas que debían atacar una cadena de peones por su base. Si la base se destruye, toda la cadena se debilita.

Diagrama 8.1 En la Defensa Francesa, las blancas ocupan dos casillas centrales y las negras una.

Armado con las enseñanzas de Nimzovich, uno puede predecir fácilmente la respuesta más usual de las negras: un avance del peón de 'cT7 (3. . . c5) para atacar el peón blanco de 'd4', la base de la cadena (como refleja el diagrama 8-2b).

Diagrama 8.2 Las blancas crean una cadena de peones y un peón negro se mueve para atacar la base.

Atacar de manera agresiva una cadena de peones avanzada, sin demora y con insistencia, es vital. Si no atacas la cadena de esta manera, tu rival obtendrá ventaja de espacio: el peón de 'e5' está avanzado y es preciso deshacer la cadena para evitar que tu rival monte un ataque aprovechando que tú no tienes espacio para maniobrar y hacer frente a dicho ataque.

La siguiente jugada de las blancas es fácil de comprender si sabes donde radica la fuerza de la cadena de peones (diagrama 8-3a). Cuando el peón blanco de 'c2' se mueve a 'c3' (4 c3), las blancas establecen una cadena de peones aún más larga, cuya base está muy adentro del territorio blanco y, por lo tanto, es muy difícil de atacar. Ahora, la estrategia de las negras es mover el caballo de 'b8' a 'c6' (4. . . Cc6) con la intención de continuar atacando el peón central y tratar de romper la cadena, como se muestra en el diagrama 8-3b.

Diagrama 8.3 Las blancas amplían la cadena de peones y un caballo negro intenta romperla.

Las blancas saben exactamente lo que las negras están tratando de lograr y traen refuerzos (5 Cf3) para proteger el peón central amenazado (diagrama 8-4a). La siguiente jugada de las negras puede resultar extraña si no se entiende el juego estratégico negro. Una vez más, la meta es fundir el punto vulnerable de la cadena, el mismo punto que el peón y el caballo negros están atacando, y que el peón y el caballo blancos están defendiendo. La estrategia en la variante del avance de la Defensa Francesa se centra en el ataque y la defensa de ese único punto.

Diagrama 8.4 El caballo blanco responde al ataque de las negras, así que la dama negra se lanza con toda su furia.

Para continuar la agresión, la dama negra de 'd8' se mueve a 'b6' (5. . . Db6); estamos en el diagrama 8-4b. La dama ataca 'd4' al lanzar su peso para apoyar al peón negro.

En este punto, las opciones de las blancas son muy variadas, pero todas se basan en el ataque y la defensa de la cadena de peones. Si las blancas protegen la cadena, entonces obtendrán ventaja espacial ya que la cadena se encuentra muy avanzada (en el capítulo 3 puedes leer algo sobre el tema del espacio). Como consecuencia de esta ventaja espacial, las piezas blancas tendrán más opciones que las negras y —a menos que las negras dispongan de muchos recursos— podrán crear amenazas contra las cuales las negras no tengan defensa.

Las negras, por su parte, seguirán tratando de socavar la cadena de peones. Si la cadena de peones se debilita (por ejemplo, si la base se puede atacar fácilmente), entonces las piezas blancas están obligadas a defenderla. Estas piezas dedicadas a la defensa pueden volverse pasivas (si no hacen gran cosa aparte de estar de guardia). En general, las piezas pasivas son menos poderosas que las activas, y si las negras consiguen que las piezas blancas asuman posiciones pasivas, podrán tomar el mando de la partida, volverse agresivas y lanzar un ataque.

Este tira y afloja de los puntos clave es justamente lo que llena de tensión una partida de ajedrez. Quien logre a corto plazo asegurar (o socavar) la cadena de peones podrá concentrarse en una meta a largo plazo, como ganar material.

Después de la Defensa Francesa: formaciones de peones típicas

Desde el principio de la apertura, ambos jugadores tienen a su disposición una gran variedad de opciones por lo que al juego de peones se refiere. Los jugadores pueden elegir entre cambiar peones, atacar los contrarios con piezas o con otros peones, o proteger peones asimismo con piezas o con otros peones. A pesar de ello, el número de formaciones de peones resultantes siempre se reduce a una cantidad manejable. Cuando te hayas familiarizado con ellas, lo mejor que puedes hacer es examinar partidas magistrales. Es posible que empieces a comprender algunas jugadas que antes te desconcertaban. Pronto tendrás una idea de cómo hay que jugar esas formaciones y, entonces, ninguna jugada de tu rival te desconcertará.

La primera de las formaciones típicas de peones que surgen de la Defensa Francesa, y que quiero que analices en esta sección, es la más básica. Ahora usaremos los diagramas para mostrar solo el juego de peones y para que puedas ver claramente las formaciones de peones sin interferencias (observa el diagrama 8-5), aunque, por supuesto, las piezas siguen formando una parte importante de la estrategia.

En la posición básica del diagrama 8-5, la partida se centra en el ataque y la defensa del punto 'd4'. A veces, las blancas renuncian a él cuando capturan en 'c5' con el peón de 'd4' (1 dxc5) para lanzarse a un ataque rápido. Las negras capturan el peón blanco de 'c5' con una pieza (que sigue siendo invisible porque estamos mostrando solo los peones). La formación de peones resultante aparece en el diagrama 8-6. Las negras podrían comenzar un ataque contra el peón avanzado de 'e5', que, momentáneamente, ha quedado sin protector, lo que obliga a las blancas a encontrar una nueva manera de defenderlo.

Diagrama 8.5 La estructura de peones típica de la Defensa Francesa.

Las blancas deberán usar una pieza para defender el peón avanzado (recuerda que a las piezas no les gusta montar guardia, prefieren estar atacando algo) o traer otro peón, el de 'f2' a 'f4', que haga las veces de defensor. Si las blancas optan por el segundo curso de acción, la formación resultante puede parecerse a la del diagrama 8-7a. Las negras pueden golpear entonces la cabeza de la cadena de peones con el peón de f (. . . f6) y crear una estructura similar a la del diagrama 8-7b.

Diagrama 8.6 La cadena blanca de peones está rota.

Diagrama 8.7 Las blancas establecen una nueva cadena.

Los peones cuentan con la posibilidad de comerse entre sí, pero podría haber dos tipos diferentes de formaciones si lo hicieran. Si el peón blanco captura el peón negro (exf6) y una pieza negra hace lo propio con el peón blanco de 'f6', la estructura se verá tal como aparece en el diagrama 8-8 (con la salvedad, recuérdalo, de que no estamos mostrando las piezas sino solo los peones).

Diagrama 8.8 El peón blanco ha capturado el peón negro y luego sucumbe.

Si, por otra parte, las blancas deciden no capturar el peón negro y hacen alguna otra jugada (que no se muestra para mantener la atención en la formación de peones), la partida tomará otro cariz. El peón negro puede comerse el peón blanco (fxe5) y las blancas pueden volver a capturar. La estructura se vería como la del diagrama 8-9.

Diagrama 8.9 El peón blanco de f captura y las blancas mantienen «e5».

Evidentemente, las blancas, a partir del diagrama 8-5, pueden emplear una estrategia completamente diferente. Las blancas no tienen por qué abandonar la cadena de peones. Si las blancas juegan de esta manera, las negras pueden cambiar peones: las negras capturan el peón de 'd4' con el peón de 'c5' (. . . cxd4), y las blancas hacen lo propio con su peón de c (cxd4). La base de la cadena estaría entonces en 'd4'. La formación sería la del diagrama 8-10.

Diagrama 8.10 Las negras juegan ( . . . cxd4) y las blancas hacen lo mismo.

Los patrones de los finales

Algunos finales son teóricos y sabemos que se ganan, se pierden o quedan en tablas, pero dependiendo de tu habilidad para reconocer ciertos patrones de final serás capaz o incapaz de lograr el resultado deseado. Puedes ir imaginándote qué patrones de final funcionan y cuáles no mientras juegas, o puedes aprenderlos previamente en casa (se recomienda lo segundo). Una vez que hayas incorporado a tu repertorio algunos de estos patrones, notarás un gran avance en tu fuerza de juego.

Los patrones de final de partida son una parte importante del ajedrez y todos los jugadores deben comprenderlos. Los jugadores novatos, no obstante, pueden pensar que se podrán preocupar del final de la partida cuando lleguen a él, si es que llegan. Esa manera de pensar es errónea, principalmente debido a la enorme dificultad que implica inventar (o, más exactamente, reinventar) la línea de juego correcta cuando se llega a esa parte de la partida (lo que probablemente tendrás que hacer si has sido perezoso y no has estudiado finales). Por supuesto, la mayoría de los jugadores encuentra muy útil la capacidad de determinar si cierto patrón de final conduce a la victoria, a las tablas o a la derrota, antes de ponerlo en práctica. Es probable que muchas de las decisiones que tomes en el medio juego dependan del conocimiento de esos patrones (por ejemplo, ¿debo cambiar damas e ir al final, o mantener la dama en el tablero e ir al ataque?).

Lo bueno del asunto es que no tienes que estudiar todos los finales que existen, sobre todo si lo único que pretendes es echar algunas partidas. Sin embargo, si tu meta es convertirte en un maestro de ajedrez, tendrás que dominar la última fase del juego.

Hay que precisar que los patrones de final no deben confundirse con los patrones de mate, que tanto pueden presentarse en el medio juego como en el final.

Note

An outstanding introduction to endgame patterns in Chess Endings: Essential Knowledge by Yuri Averbakh, published by Everyman Chess.

El patrón de final conocido como la posición de Lucena fue registrado por primera vez en el libro más antiguo de ajedrez conocido, escrito en 1497 por Luis Lucena. Este patrón, con sus dos métodos de juego, es solo uno de los muchos patrones de final que puedes usar para fortalecer tu juego. No obstante, enriquecer tu vocabulario ajedrecístico con este y otros patrones de final exige mucho estudio, y, como el verdadero estudio en cualquier otro campo, el dominio requiere trabajo.

El diagrama 8-11 muestra la disposición inicial de la posición de Lucena.

Diagrama 8.11 La posición de Lucena

En este patrón de final, las blancas están tratando de coronar el peón de 'd7' (avanzarlo hasta la última fila y convertirlo en dama; en el capítulo 10 se trata esta jugada especial conocida como promoción de peón), y las negras quieren impedirlo. Si las negras evitan que el peón corone, la partida terminará en tablas porque ha desaparecido la única ventaja de que disponían las blancas. Si las blancas consiguen que las negras sacrifiquen la torre por el péon de 'd7' para que este no corone, las blancas darán mate usando el mismo patrón que hemos descrito en el capítulo 7.

Lucena demostró que existen dos métodos que conducen a la victoria blanca. El primer método es probablemente el más sencillo, pero hay que conocerlos ambos porque cualquier leve desplazamiento de las piezas —respecto a la posición que estamos estudiando— puede obligarte a usar un método en detrimento del otro.

Transferir la torre

La primera idea es que las blancas transfieran —en dos tiempos— la torre de 'f1' a la octava fila, específicamente a 'c8', para apoyar el avance del peón. El primer paso en la transferencia se muestra en el diagrama 8-12a: la torre blanca se desliza a 'a1' (1 Ta1). Las negras contestan llevando al rey a 'f7' para acercarse al peón (1. . . Rf7), como se ve en el diagrama 8-12b.

Diagrama 8.12 La torre blanca se dirige a la octava fila y el rey negro se acerca al peón.

Las blancas transfieren la torre a la octava fila (2 Ta8; diagrama 8-13a). Las negras hacen una jugada de espera con la torre porque no tienen nada mejor que hacer (2. . . Tc1; diagrama 8-13b). Observa que si las negras intentan atacar el peón con el rey, en realidad estarían sirviendo de escudo para el rey blanco, que podría moverse a 'e8', lo que permitiría que el peón se coronara a la siguiente jugada (fíjate en que el rey negro impediría que la torre negra diera jaque al rey blanco).

Diagrama 8.13 Las blancas aseguran una posición en la octava fila y las negras pierden un tiempo.

Las blancas atacan la torre negra (3 Tc8), como se muestra en el diagrama 8-14a, y la obligan a abandonar la columna c. La torre negra, por lo tanto, no tiene nada mejor que hacer que atacar el peón blanco, así que se mueve a 'd1' (3. . . Td1); mira el diagrama 8-14b. La primera parte de la estrategia blanca ha concluido; ahora el rey blanco dispone de una vía de escape.

El rey blanco se mueve a 'c7' (4 Rc7), porque la torre negra ya no está atacando la columna c, para despejar el camino del peón, como se muestra en el diagrama 8-15a.

Diagrama 8.14 La torre blanca obliga a la torre negra a moverse.

Ahora las negras deben dar jaque al rey para impedir que el peón corone, de modo que la torre de 'd1' jaquea en 'e1' (4. . . Tc1+), como en el diagrama 8-15b. Diagrama 8-15: Si en lugar de eso el rey negro se aproxima otra vez al peón (4. . . Re6), las blancas podrían ganar con un jaque de torre (5 Te8+). Esto obligaría al rey a retirarse y permitiría que el peón se coronara (6 d8=D). Las negras, pues, tendrían que ceder la torre por la dama (6. . . Txd8) y dejarían a las blancas con rey y torre contra rey (un mate que se estudió en el capítulo 4).

El rey blanco sale del jaque (5 Rb6), como se muestra en el diagrama 8-16. Las negras pueden continuar dando jaques al rey con la torre, pero solo hasta que el rey se acerque a la torre para atacarla. Llegados a ese punto, las negras deberán entregar la torre por el peón y posteriormente recibirán mate.

Diagrama 8.15 El rey blanco no se interpone en el camino del peón y las negras dan jaque al rey blanco.

Diagrama 8.16 El rey blanco marcha hacia la torre negra, pero la derrota de las negras es inevitable.

Construir un puente

El segundo método para ganar se llama construir el puente. En este método, las blancas emplean la torre para evitar que el rey sea objeto de jaques.

El patrón inicial para la construcción de un puente es la posición de Lucena (diagrama 8-11). A partir de ahí, el primer paso para las blancas es mover la torre a la cuarta fila (1 Tf4), como se muestra en el diagrama 8-17a (el sentido de esta jugada quedará claro al final de este ejemplo). Debido a que la torre negra no tiene nada mejor que hacer, solo puede perder tiempos de diversos modos (En este caso 1. . . Tc1), nada de lo cual afectará el resultado final (diagrama 8-17b).

Diagrama 8.17 La torre blanca se hace fuerte en la cuarta fila y las negras marcan un compás de espera.

El rey blanco sale de debajo de la cobertura del peón (2 Re7), como ilustra el diagrama 8-18a. La mejor defensa con que cuentan las negras es acosar constantemente al rey blanco, así que las negras dan jaque al rey adversario (2. . . Te1+); mira el diagrama 8-18b.

Diagrama 8.18 El rey blanco se asoma y las negras le vuelven a dar jaque.

El rey se mueve a la misma columna que el peón (3 Rd6; como se muestra en el diagrama 8-19a). Las negras dan jaque al rey (3. . . Td1+); mira el diagrama 8-19b.

Diagrama 8.19 El rey blanco y la torre negra siguen jugando al ratón y al gato.

Las blancas alejan al rey (4 Re6) y siguen protegiendo el peón (diagrama 8-20a). Las negras dan jaque al rey una vez más (4. . . Tel+), como comprobarás en el diagrama 8-20b.

Diagrama 8.20 El rey blanco protege el peón, pero las negras lo mantienen en el punto de mira.

Las blancas avanzan al rey hacia la torre negra (5 Rd5) y, una vez más, salen del jaque; mira el diagrama 8-21a. Las negras dan jaque de nuevo (5. . . Td1+); mira el diagrama 8-21b.

Diagrama 8.21 Como habrás previsto, el rey escapa del jaque y la torre continúa acosándolo.

Entonces las blancas construyen el puente, que es un término acuñado por Aaron Nimzovich, al cubrir al rey con la torre (6 Td4), como en el diagrama 8-22. Ahora la razón por la cual las blancas movieron la torre a la cuarta fila en el diagrama 8-17 es clara: la torre protege de los jaques al rey.

Diagrama 8.22 La torre blanca completa el puente y deja el peón libre.