21 La Reforma
Hasta finales de la Edad Media, la Iglesia católica había tenido la supremacía espiritual en Europa occidental. Es cierto que se habían producido estallidos de herejía —como el catarismo en el sur de Francia a principios del siglo XIII— pero habían sido aplastados de forma eficiente y violenta. También habían existido enfrentamientos con los gobernantes seculares cuando los intereses de la Iglesia y el estado habían entrado en conflicto, como sobre quién tenía el poder de nombrar a los obispos, o si el rey tenía derecho a exigir impuestos a los clérigos.
La Iglesia había sufrido períodos de laxitud y de abusos en sus filas, pero en líneas generales había conseguido reformarse, por ejemplo con la creación de nuevas órdenes monásticas más estrictas, a medida que las antiguas se volvía más ricas e indulgentes.
Pero la riqueza y la mundanidad crecientes de la Iglesia condujo en el siglo XIV a un nuevo ambiente de anticlericalismo, y la pretensión de la Iglesia de que sólo los sacerdotes podían mediar entre Dios y los hombres y mujeres laicos tenía cada vez más opositores. Uno de estos retos contra su poder lo planteó el teólogo inglés John Wycliffe (¿1300?-1384), que criticó la doctrina de la transubstanciación (la creencia en que el pan y el vino de la eucaristía se convierten literalmente en el cuerpo y la sangre de Cristo) e hizo hincapié en el papel de las acciones individuales frente a la mediación sacerdotal. Wycliffe también supervisó la primera traducción de la Biblia al inglés. Hasta entonces, la Biblia sólo había estado disponible en latín, de manera que sus enseñanzas quedaban ocultas para la mayor parte del pueblo, que estaba obligado a confiar en lo que les enseñaban los clérigos. Las ideas de Wycliffe influyeron en el reformador bohemio (checo) Jan Hus, que fue quemado en la hoguera en 1415 al negarse a retractarse de sus ideas. Sin embargo, sus seguidores en Bohemia lo consideraron un héroe nacional y rechazaron con éxito una cruzada enviada para aplastarlos.
Llamamientos a la Reforma. A finales del siglo XV, los papas en Roma se comportaban con toda la ostentación, crueldad y materialismo de los príncipes del Renacimiento, despilfarrando dinero en grandes proyectos artísticos, teniendo amantes y nombrando a sus hijos ilegítimos para posiciones de poder dentro de la Iglesia. Para financiar estas extravagancias vendían los altos oficios eclesiásticos y animaban la práctica de la venta de indulgencias, garantizando la remisión de los pecados para aquellos que se confesasen, a condición de pagar por el privilegio. Esta práctica causaba un rechazo especial en Alemania, donde uno de sus principales defensores era Johann Tetzel que, según un contemporáneo, decía que se perdonaría a un hombre aunque hubiese dormido con su propia madre.
¿Por qué «protestantismo»?
La palabra «protestantismo» deriva de la «protesta» presentada por una minoría de delegados en la dieta de Espira, una asamblea convocada por el emperador Carlos V en abril de 1529. La «protesta» era contra una resolución que llamaba a terminar con las «innovaciones en religión», en otras palabras, las enseñanzas de los reformadores como Lutero. Los «protestantes» declararon que la conciencia individual era decisiva en este tema.
Estos abusos fueron criticados por los eruditos humanistas como Erasmo. En 1516 Erasmo tradujo al latín el Nuevo Testamento a partir del original griego, y demostró los errores en la Vulgata, la versión latina oficial de la Iglesia. Este regreso al texto original de la Biblia también mostró la disparidad entre la austeridad de la Iglesia primitiva y el lujo y la corrupción de la institución en la época de Erasmo. Erasmo, en contra de la práctica de la Iglesia, también quería la Biblia traducida a las lenguas vernáculas, de manera que cualquiera pudiera comprender la Palabra de Dios.
Cronología
Luteranismo. Erasmo quería reformar la Iglesia desde dentro, pero otros llegaron a la conclusión que eso iba a ser imposible. En Alemania, un monje agustino y sacerdote llamado Martín Lutero (1483-1546) también quería que el texto de la Biblia estuviera a disposición de todo el mundo, no sólo de los que leían latín, y por eso tradujo el Nuevo Testamento al alemán. Lutero creía que la verdad religiosa se encontraba sólo en las Escrituras, y que la salvación sólo se podía conseguir mediante la fe. Esto lo llevó a rechazar la venta de indulgencias y a enfrentarse a Johann Tetzel con sus famosas noventa y cinco tesis, que clavó a la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg el 31 de octubre de 1517. Lutero también negaba el papel especial de los sacerdotes, afirmando que todo hombre y mujer era igual ante Dios.
«Mi conciencia está cautiva de la Palabra de Dios… Aquí estoy. No puedo hacer otra cosa. Que Dios me ayude. Amén».
Martín Lutero desafía la autoridad papal en la dieta de Worms, 18 de abril de 1521.
Los ataques de Lutero contra el clero y el papa condujeron a su excomunión en 1521, seguida por una convocatoria ante la dieta (asamblea) imperial en la ciudad de Worms. Lutero era súbdito de Carlos V, que como sacro emperador romano germánico apoyaba al papado, pero en la dieta Lutero se negó a retractarse, y en consecuencia fue proscrito por el emperador.
El nuevo medio de la imprenta ayudó a difundir con rapidez las ideas de Lutero a una audiencia amplia, y encontró mucho apoyo en Alemania, tanto entre los príncipes (Alemania estaba compuesta por numerosos estados pequeños, todos ellos bajo el emperador) como entre el pueblo llano. Este último tomó el rechazo de Lutero al papa y al emperador como la señal para liberarse de la opresión, provocando la guerra de los campesinos de 1524-1525. Pero Lutero quedó sorprendido por esta revuelta contra la autoridad temporal y se dio cuenta de que necesitaba el apoyo de los príncipes contra los intentos de Carlos V de aplastar la Reforma que había iniciado. Por eso animó «a todo el mundo que pueda, que evite a los campesinos como si fueran el mismo Diablo» y apoyó la brutal represión de la revuelta.
«Un hombre con Dios siempre tiene la mayoría».
John Knox, c 1505-1572, reformador escocés, inscripción en el monumento de la Reforma en Ginebra.
La extensión del protestantismo. Con la confesión de Augsburgo de 1530, que resumía el credo básico del luteranismo, la ruptura con Roma resultó definitiva. Se desencadenaron una serie de guerras de religión en Alemania, que terminaron con la paz de Augsburgo en 1555, mediante la cual se acordó que cada príncipe tendría el derecho a determinar la fe de sus súbditos. Para entonces Suecia y Dinamarca también habían adoptado el luteranismo, y la cismática Iglesia de Inglaterra, cuya cabeza era el monarca, también asumía elementos luteranos. En todas partes el estado se aprovechó de la confiscación de las propiedades de la Iglesia y se fortaleció con el control de los nombramientos eclesiásticos.
El luteranismo no era la única opción de la religión reformada. La alternativa más significativa, el calvinismo, derivaba de las enseñanzas del teólogo francés Juan Calvino (1509-1564). Calvino enseñaba que la salvación estaba predestinada: no importaba lo que uno hiciese en su vida, sólo los elegidos por Dios se salvarían. Al mismo tiempo, Calvino exigió a las autoridades que supervisasen estrechamente la moralidad de los miembros de la Iglesia, dando a sus enseñanzas un giro austero y teocrático. Se establecieron iglesias calvinistas en Ginebra, Francia, los Países Bajos y Escocia, y más tarde en Nueva Inglaterra. Como en Alemania, los reformadores se encontraron a menudo con una oposición violenta, en especial cuando la Iglesia católica empezó el proceso conocido como Contrarreforma.
La idea en
síntesis:
el monopolio espiritual de la iglesia
católica se rompió para siempre
Cronología