MICROONDAS PERFORADORAS DE NUBES

Estamos acostumbrados a pensar que si queremos ver detalladamente un objeto astronómico lejano debemos enviar una sonda. Pero esto no es necesariamente así. Podemos ver muchos detalles desde aquí mismo, desde la Tierra, y descubrir de esta manera más de lo que podríamos conocer con una sonda. Podemos alargar la mano y tocar otro mundo desde la Tierra, como hemos hecho en el caso de Titán, el satélite más grande de Saturno.

Pudimos ver de cerca a Titán cuando el Voyager 2 pasó junto a Saturno hace unos años. Es un satélite grande, de unos 5200 kilómetros de diámetro, o sea considerablemente mayor que nuestra Luna. También tiene atmósfera, cosa de la que carece nuestro satélite.

La atmósfera de Titán es espesa y está constituida en su mayor parte por nitrógeno y metano. El nitrógeno no es afectado por la luz del Sol. En cambio el metano es una molécula pequeña compuesta de un átomo de carbono y cuatro de hidrógeno, y la energía solar junta estas moléculas para formar unidades más grandes. Son moléculas de hidrocarburo, como las de la gasolina.

Aunque Titán está casi diez veces más lejos del Sol que la Tierra, la luz solar que llega hasta él es suficiente para formar estas moléculas más grandes. Resultado de ello es que la atmósfera de Titán parece estar llena de vapores de gasolina que forman una niebla espesa. Los instrumentos del Voyager 2 no consiguieron penetrar aquella niebla; lo único que pudieron enviar fueron fotografías de un círculo nebuloso de luz pálida.

Naturalmente, los científicos sienten curiosidad por conocer la superficie de Titán. ¿Es sólida? ¿Está cubierta de un océano de hidrocarburos líquidos, de nitrógeno líquido o de una mezcla de ambas cosas?

La respuesta a estas preguntas puede parecer imposible hasta que enviemos una sonda a la atmósfera y a la superficie de Titán.

Sin embargo, los científicos tenían un problema similar con un objeto más próximo a nosotros de lo que está Titán; el planeta Venus. Venus está siempre cubierto por una espesa capa de nubes que nuestros telescopios no pueden penetrar.

Parecía que no hubiera manera de saber cómo era su superficie sólida. Ni siquiera podíamos saber si giraba alrededor de su eje, y si era así en qué dirección y a qué velocidad.

Pero un haz de microondas, como las producidas por instrumentos radar, puede penetrar las nubes. El haz puede alcanzar la superficie de Venus, rebotar, atravesar de nuevo las nubes y volver hasta nosotros. Así pues, los científicos pueden detectar este «eco de microonda s».

Si la superficie de Venus fuese lisa y estuviese inmóvil, el eco sería igual que el haz enviado a aquélla. Si la superficie estuviese girando, el eco volvería con una longitud de onda diferente. Por el cambio en la longitud de onda, los científicos podrían saber a qué velocidad y en qué dirección está girando Venus.

Si la superficie de Venus es desigual, el eco de las microondas se difumina un poco y de ello puede deducirse cómo es aquella desigualdad. De hecho, ahora tenemos mapas de la superficie de Venus tal como ha sido revelada por las microondas.

La cuestión es si podemos hacer lo mismo con otros mundos. Está claro que sí pues hemos enviado haces de microondas que han rebotado en Marte, Júpiter, Mercurio e incluso en el Sol, y hemos detectado los ecos.

¿Podemos hacer rebotar microondas en Titán? Sí, pero incluso cuando se halla más cerca, Titán está unas treinta y cinco veces más lejos de la Tierra que Venus. Esto significa que un haz de microondas sólo producirá un eco de Titán de aproximadamente doce centésimas de intensidad del producido en Venus. Para empezar, se necesitaba un haz más potente e instrumentos capaces de detectar ecos más débiles. Y se han inventado. Los nuevos instrumentos de detección se han empleado para Titán. En junio de 1989 se enviaron haces de microondas a Titán y se detectaron ecos, los ecos más débiles con que jamás han trabajado los científicos.

El haz fue enviado en tres días diferentes, 3, 4 y 5 de junio.

Como Titán gira en revoluciones de dieciséis días, los haces de microondas chocaron cada uno de los días señalados en una parte diferente de la superficie. (Fue como si al escrutar la Tierra en tres días sucesivos rebotasen los haces en Pennsylvania, después en Kansas y luego en California.)

Los ecos de las microondas correspondientes al 3 y al 5 de junio fueron débiles, como habría cabido esperar si hubiesen chocado con una masa líquida. En cambio el eco correspondiente al 4 de junio fue mucho más fuerte, parecido al que habríamos podido esperar de Venus. Esto induce a pensar que el haz del 4 de junio chocó con una superficie sólida.

Parece por tanto que Titán es el único cuerpo del sistema solar, conocido hasta ahora, semejante a la Tierra en el sentido de tener una superficie en parte líquida y en parte sólida.

Titán puede tener continentes y mares, como la Tierra, aunque los de Titán serían muy diferentes de los nuestros en su composición química.

Tal vez en el futuro las microondas nos proporcionarán información suficiente para poder confeccionar un mapa de la superficie de Titán e identificar los materiales que la componen. ¿Son de hidrocarburo o de nitrógeno los mares? ¿Son de hielo, de roca o de dióxido de carbono sólido los continentes?

Los científicos quisieran saberlo, y puede que un día lo descubran.

Fronteras
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
dedicatoria.xhtml
Introduccion.xhtml
I.xhtml
Capitulo1.xhtml
Capitulo2.xhtml
Capitulo3.xhtml
Capitulo4.xhtml
Capitulo5.xhtml
Capitulo6.xhtml
Capitulo7.xhtml
Capitulo8.xhtml
Capitulo9.xhtml
Capitulo10.xhtml
II.xhtml
Capitulo11.xhtml
Capitulo12.xhtml
Capitulo13.xhtml
Capitulo14.xhtml
Capitulo15.xhtml
Capitulo16.xhtml
Capitulo17.xhtml
Capitulo18.xhtml
Capitulo19.xhtml
Capitulo20.xhtml
Capitulo21.xhtml
Capitulo22.xhtml
Capitulo23.xhtml
Capitulo24.xhtml
Capitulo25.xhtml
Capitulo26.xhtml
Capitulo27.xhtml
Capitulo28.xhtml
Capitulo29.xhtml
Capitulo30.xhtml
Capitulo31.xhtml
Capitulo32.xhtml
Capitulo33.xhtml
Capitulo34.xhtml
Capitulo35.xhtml
Capitulo36.xhtml
III.xhtml
Capitulo37.xhtml
Capitulo38.xhtml
Capitulo39.xhtml
Capitulo40.xhtml
Capitulo41.xhtml
Capitulo42.xhtml
Capitulo43.xhtml
Capitulo44.xhtml
Capitulo45.xhtml
Capitulo46.xhtml
Capitulo47.xhtml
Capitulo48.xhtml
Capitulo49.xhtml
Capitulo50.xhtml
Capitulo51.xhtml
Capitulo52.xhtml
Capitulo53.xhtml
Capitulo54.xhtml
Capitulo55.xhtml
Capitulo56.xhtml
Capitulo57.xhtml
Capitulo58.xhtml
Capitulo59.xhtml
Capitulo60.xhtml
Capitulo61.xhtml
Capitulo62.xhtml
Capitulo63.xhtml
Capitulo64.xhtml
Capitulo65.xhtml
Capitulo66.xhtml
IV.xhtml
Capitulo67.xhtml
Capitulo68.xhtml
Capitulo69.xhtml
Capitulo70.xhtml
Capitulo71.xhtml
Capitulo72.xhtml
Capitulo73.xhtml
Capitulo74.xhtml
Capitulo75.xhtml
Capitulo76.xhtml
Capitulo77.xhtml
Capitulo78.xhtml
Capitulo79.xhtml
Capitulo80.xhtml
Capitulo81.xhtml
Capitulo82.xhtml
Capitulo83.xhtml
Capitulo84.xhtml
Capitulo85.xhtml
Capitulo86.xhtml
Capitulo87.xhtml
Capitulo88.xhtml
Capitulo89.xhtml
Capitulo90.xhtml
Capitulo91.xhtml
Capitulo92.xhtml
Capitulo93.xhtml
Capitulo94.xhtml
Capitulo95.xhtml
Capitulo96.xhtml
Capitulo97.xhtml
V.xhtml
Capitulo98.xhtml
Capitulo99.xhtml
Capitulo100.xhtml
Capitulo101.xhtml
Capitulo102.xhtml
Capitulo103.xhtml
Capitulo104.xhtml
Capitulo105.xhtml
Capitulo106.xhtml
Capitulo107.xhtml
Capitulo108.xhtml
Capitulo109.xhtml
Capitulo110.xhtml
Capitulo111.xhtml
Capitulo112.xhtml
Capitulo113.xhtml
Capitulo114.xhtml
Capitulo115.xhtml
Capitulo116.xhtml
Capitulo117.xhtml
Capitulo118.xhtml
Capitulo119.xhtml
Capitulo120.xhtml
Capitulo121.xhtml
Capitulo122.xhtml
autor.xhtml