UNA CUESTIÓN DE PRIORIDADES

Dos esperados adelantos llevan camino de chocar, y los científicos se enfrentan con un dilema de difícil solución y que puede poner en peligro miles de millones de dólares o retrasar durante decenios la investigación.

Primero, la superconductividad. En este campo se han realizado nuevos descubrimientos, apasionantes e inesperados.

Corrientes eléctricas que han podido circular sin pérdidas y sin desarrollar calor a temperaturas sumamente bajas de helio liquido, parece de pronto que son capaces de hacer lo mismo a las temperaturas considerablemente más altas del nitrógeno líquido, con lo que todo el proceso resulta más barato y práctico.

Segundo, el «supercolisionador». Se ha proyectado construir un nuevo y enorme acelerador de partículas, de treinta kilómetros de diámetro y casi cien de circunferencia a un costo de miles de millones de dólares. Los científicos confían que con él se podrán conocer nuevos hechos sobre los constituyentes fundamentales de la estructura de la materia y sobre el origen del universo.

Pero aquí reside la dificultad.

Para construir el nuevo acelerador de partículas hay que emplear una gran cantidad de electricidad con la que producir imanes sumamente potentes alrededor de los cien kilómetros de circunferencia del aparato. Estos imanes sirven para producir un campo electromagnético lo bastante poderoso para acelerar partículas hasta casi la velocidad de la luz, obligando a algunas a chocar con otras, de manera que se produzcan colisiones de enorme energía.

Para conseguir esto, los imanes tienen que ser enfriados a bajísimas temperaturas y convertidos en superconductor es. De esta manera, sin pérdida de corriente ni desarrollo de calor, pueden producirse imanes mucho más poderosos de lo que sería posible con cualquier otro método. Esto significa que el nuevo supercolisionador debe emplear una gran cantidad de costoso helio líquido y mucha maquinaria cara para mantener el helio en forma líquida el mayor tiempo posible.

Algunos científicos han discutido la conveniencia de semejante ingenio, habida cuenta del elevado costo. Y no es que la maquinaria no pueda producir nuevos e importantes conocimientos imposibles de obtener de otra manera, sino que consumiría mucho dinero que puede dedicarse a la ciencia. Si el supercolisionador se lleva miles de millones de dólares, quedaría poco dinero disponible para otros tipos de investigación.

En suma, la pérdida de nuevos conocimientos en otros campos puede ser mayor que los beneficios conseguidos en física subatómica. Esto es difícil de valorar porque no sabemos lo que se ganaría en nuevos conocimientos, en un caso, y lo que se perdería en otro.

No obstante, los nuevos progresos en superconductividad ofrecen un poderoso argumento a los que se oponen a la construcción del nuevo y costoso supercolisionador. Sugieren que los físicos esperen, porque pronto será posible emplear nuevos materiales que permitirán aprovechar la superconductividad a temperaturas del nitrógeno líquido. El nitrógeno líquido es mucho más barato que el helio líquido y mucho más fácil de mantener en este estado. De esta manera, el costo de la nueva máquina se reduciría de un 10 a un 15 por ciento.

En realidad incluso sería posible conseguir en no demasiado tiempo algunos materiales superconductor es a temperaturas todavía más altas y construir imanes mucho más potentes que los que ahora podemos esperar. Unos imanes más potentes crearán campos más intensos que curvarán más el curso de las veloces partículas subatómicas. En vez de curvarlas sólo ligeramente, de manera que tengan que recorrer un círculo de treinta kilómetros de diámetro en un trayecto de cien kilómetros, podrían ser curvadas en un círculo de menos de tres kilómetros de diámetro, con un curso de sólo nueve kilómetros.

En este caso, el terreno requerido por la máquina quedaría reducido a sólo el uno por ciento del área que ahora es necesaria, y los materiales requeridos se reducirían de manera parecida. Se necesitaría menos dinero para la instalación y podrían ahorrarse varios miles de millones de dólares, para ser destinados a otros campos de investigación sin mengua de la física subatómica.

Esto suena bien, pero hay físicos subatómicos que se oponen a ello. Hasta ahora los nuevos materiales superconductor es sólo se han producido como muestras de laboratorio.

¿Cuánto tiempo pasará antes de que puedan producirse en la cantidad y con las propiedades necesarias para la fabricación de imanes superconductor es suficientemente potentes? Pueden surgir toda clase de dificultades y de problemas de ingeniería que habrá que resolver. Incluso podría tardarse años en solucionar los pequeños problemas que aparecen inesperadamente.

En otras palabras, los físicos tendrían que esperar diez o quince años para conseguir los nuevos materiales, y entonces las circunstancias políticas o económicas podrían hacer inalcanzables los miles de millones de dólares necesarios para la construcción del supercolisionador. Los físicos dudan en correr semejante riesgo. Tienen el dinero y son reacios a soltarlo.

Entonces, ¿esperar o no esperar? Ésta es la cuestión.

Fronteras
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
dedicatoria.xhtml
Introduccion.xhtml
I.xhtml
Capitulo1.xhtml
Capitulo2.xhtml
Capitulo3.xhtml
Capitulo4.xhtml
Capitulo5.xhtml
Capitulo6.xhtml
Capitulo7.xhtml
Capitulo8.xhtml
Capitulo9.xhtml
Capitulo10.xhtml
II.xhtml
Capitulo11.xhtml
Capitulo12.xhtml
Capitulo13.xhtml
Capitulo14.xhtml
Capitulo15.xhtml
Capitulo16.xhtml
Capitulo17.xhtml
Capitulo18.xhtml
Capitulo19.xhtml
Capitulo20.xhtml
Capitulo21.xhtml
Capitulo22.xhtml
Capitulo23.xhtml
Capitulo24.xhtml
Capitulo25.xhtml
Capitulo26.xhtml
Capitulo27.xhtml
Capitulo28.xhtml
Capitulo29.xhtml
Capitulo30.xhtml
Capitulo31.xhtml
Capitulo32.xhtml
Capitulo33.xhtml
Capitulo34.xhtml
Capitulo35.xhtml
Capitulo36.xhtml
III.xhtml
Capitulo37.xhtml
Capitulo38.xhtml
Capitulo39.xhtml
Capitulo40.xhtml
Capitulo41.xhtml
Capitulo42.xhtml
Capitulo43.xhtml
Capitulo44.xhtml
Capitulo45.xhtml
Capitulo46.xhtml
Capitulo47.xhtml
Capitulo48.xhtml
Capitulo49.xhtml
Capitulo50.xhtml
Capitulo51.xhtml
Capitulo52.xhtml
Capitulo53.xhtml
Capitulo54.xhtml
Capitulo55.xhtml
Capitulo56.xhtml
Capitulo57.xhtml
Capitulo58.xhtml
Capitulo59.xhtml
Capitulo60.xhtml
Capitulo61.xhtml
Capitulo62.xhtml
Capitulo63.xhtml
Capitulo64.xhtml
Capitulo65.xhtml
Capitulo66.xhtml
IV.xhtml
Capitulo67.xhtml
Capitulo68.xhtml
Capitulo69.xhtml
Capitulo70.xhtml
Capitulo71.xhtml
Capitulo72.xhtml
Capitulo73.xhtml
Capitulo74.xhtml
Capitulo75.xhtml
Capitulo76.xhtml
Capitulo77.xhtml
Capitulo78.xhtml
Capitulo79.xhtml
Capitulo80.xhtml
Capitulo81.xhtml
Capitulo82.xhtml
Capitulo83.xhtml
Capitulo84.xhtml
Capitulo85.xhtml
Capitulo86.xhtml
Capitulo87.xhtml
Capitulo88.xhtml
Capitulo89.xhtml
Capitulo90.xhtml
Capitulo91.xhtml
Capitulo92.xhtml
Capitulo93.xhtml
Capitulo94.xhtml
Capitulo95.xhtml
Capitulo96.xhtml
Capitulo97.xhtml
V.xhtml
Capitulo98.xhtml
Capitulo99.xhtml
Capitulo100.xhtml
Capitulo101.xhtml
Capitulo102.xhtml
Capitulo103.xhtml
Capitulo104.xhtml
Capitulo105.xhtml
Capitulo106.xhtml
Capitulo107.xhtml
Capitulo108.xhtml
Capitulo109.xhtml
Capitulo110.xhtml
Capitulo111.xhtml
Capitulo112.xhtml
Capitulo113.xhtml
Capitulo114.xhtml
Capitulo115.xhtml
Capitulo116.xhtml
Capitulo117.xhtml
Capitulo118.xhtml
Capitulo119.xhtml
Capitulo120.xhtml
Capitulo121.xhtml
Capitulo122.xhtml
autor.xhtml