EL AUMENTO INCESANTE DE LA POBLACIÓN

A principios de 1987, tal vez un poco antes o un poco después, la población de la Tierra alcanzó los 5000 millones de personas. La imprecisión se debe a que en muchas regiones de nuestro planeta no se lleva un censo minucioso, por lo que hay que recurrir a cifras aproximadas de población.

La cifra de 5000 millones es grande, aunque tal vez a ustedes no les parezca catastrófica. Pero consideren lo siguiente. El hombre moderno apareció sobre la Tierra hace unos 50 000 años, y la población de la Tierra no alcanzó los 1000 millones de individuos hasta 1810. La marca de 2000 millones se alcanzo hacia 1925. Esto quiere decir que se necesitaron 50 000 años para que la población llegase a los 1000 millones, 115 años más para otros 1000 millones, y sólo 30 años más para añadir otros 1000 millones, en 1955. Después bastaron 21 años para que la población se incrementara en otros 1000 millones, y sólo 10 años más para otros 1000 millones, por quinta vez. Eso quiere decir que probablemente dentro de 9 años alcanzaremos los 6000 millones.

Es evidente que la población aumenta cada vez más deprisa. Esto no es de extrañar porque cuanta más gente hay, más niños nacen. Además, como la civilización se ha desarrollado, la vida se ha ido haciendo más segura y el índice de mortalidad ha descendido. Esto ha sido particularmente cierto en el último siglo y medio, gracias a la ciencia y a la medicina modernas. (Lo que importa ahora no es cuántos niños nacen sino en cuánto supera el número de nacimientos al de defunciones.)

Esto es peligroso. El aumento incesante de la población significa que cada vez se necesita más espacio para los seres humanos y que se está agotando el terreno no habitado. Para mantener el creciente ritmo de población hay que extraer cada vez más recursos de la Tierra, lo cual produce todo tipo de contaminación. Estamos destruyendo nuestro planeta.

¿Cuánto puede durar esto? No mucho. No es probable que la Tierra pueda mantener a mucha más gente. He oído decir a algunos locos optimistas que con los avances de la ciencia y poniendo fin a los despilfarros que suponen las guerras y su preparación, la Tierra podrá mantener una población de 50 000 millones. Dudo mucho de que esto pueda ser verdad, pero aunque lo fuese, al ritmo actual de crecimiento la Tierra alcanzaría una población de 50 000 millones en sólo un siglo, es decir, en el año 2100. Y después, ¿qué?

¿No podríamos enviar el sobrante de población a la Luna o a Marte, o hacer que viva en mundos artificiales en órbita alrededor de la Tierra? En tal caso esto significaría que en el próximo siglo tendríamos que trasladar a 45 000 millones de personas al espacio para mantener la población de la Tierra en los actuales 5000 millones. ¿Cree realmente alguien que podemos hacerlo?

Pero llevemos el asunto al extremo absoluto. Se cree que el total de la materia del universo pesa unos 200 millones de millones de millones de millones de millones de millones de toneladas. Supongamos que podemos superar todos los obstáculos y enviar seres humanos a todos los rincones del universo y convertir todas las estrellas y planetas en fuentes de nutrición y de oxígeno respirable. Entonces podríamos comerlo todo y la población aumentaría hasta 4000 millones de millones de millones de millones de millones de millones de personas. ¿Cuánto tiempo llevaría esto? ¿1000 millones de años? ¿Un billón de años?

Pues no. A nuestro ritmo actual de crecimiento, y en el caso de que éste continuase indefinidamente, sólo se requerirían 3500 años.

Habríamos poblado de seres humanos todo el universo en el año 6500 d. de C. Es evidente que no vamos a hacer esto, y que por tanto el crecimiento de la población tendrá que interrumpirse…, ¡y pronto! Pero ¿cómo? En realidad sólo hay dos maneras de frenar el aumento incesante de la población: o elevar el índice de mortalidad hasta que el número de personas que mueren sea superior al de las que nacen, o reducir el índice de natalidad hasta que el número de personas que nacen sea menor que el de personas que mueren.

La manera que tiene la naturaleza de reducir la población es elevando el índice de mortalidad. Al aumentar el número de todas las especies se llega a un punto en que predomina el hambre, las enfermedades y los depredadores. En una palabra, si no hacemos nada, el índice de mortalidad aumentará sin nuestra ayuda. La humanidad sufrirá hambre, epidemias y guerras, y la población se verá reducida de un modo catastrófico. Y en este proceso la civilización podría quedar totalmente destruida. No creo que ninguna persona sensata pueda considerar esto como una solución adecuada del problema.

Como ya he dicho, la alternativa es reducir el índice de natalidad. La abstención voluntaria de la actividad sexual podría dar resultado, pero no es lógico esperar que esto se produzca a gran escala. Por tanto, la gente debería aprender a usar anticonceptivos. Su uso se está fomentando intensamente en diversas partes del mundo. En China, por ejemplo, el índice de natalidad ha descendido drásticamente. Este índice ha descendido también en todo el mundo desde su punto más álgido en 1970, lo cual es una señal prometedora, aunque no suficiente.

Hay quienes consideran inmoral el uso de los anticonceptivos, pero en tal caso cabe preguntarse: ¿es moral la muerte masiva y la destrucción de la civilización?

Fronteras
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
dedicatoria.xhtml
Introduccion.xhtml
I.xhtml
Capitulo1.xhtml
Capitulo2.xhtml
Capitulo3.xhtml
Capitulo4.xhtml
Capitulo5.xhtml
Capitulo6.xhtml
Capitulo7.xhtml
Capitulo8.xhtml
Capitulo9.xhtml
Capitulo10.xhtml
II.xhtml
Capitulo11.xhtml
Capitulo12.xhtml
Capitulo13.xhtml
Capitulo14.xhtml
Capitulo15.xhtml
Capitulo16.xhtml
Capitulo17.xhtml
Capitulo18.xhtml
Capitulo19.xhtml
Capitulo20.xhtml
Capitulo21.xhtml
Capitulo22.xhtml
Capitulo23.xhtml
Capitulo24.xhtml
Capitulo25.xhtml
Capitulo26.xhtml
Capitulo27.xhtml
Capitulo28.xhtml
Capitulo29.xhtml
Capitulo30.xhtml
Capitulo31.xhtml
Capitulo32.xhtml
Capitulo33.xhtml
Capitulo34.xhtml
Capitulo35.xhtml
Capitulo36.xhtml
III.xhtml
Capitulo37.xhtml
Capitulo38.xhtml
Capitulo39.xhtml
Capitulo40.xhtml
Capitulo41.xhtml
Capitulo42.xhtml
Capitulo43.xhtml
Capitulo44.xhtml
Capitulo45.xhtml
Capitulo46.xhtml
Capitulo47.xhtml
Capitulo48.xhtml
Capitulo49.xhtml
Capitulo50.xhtml
Capitulo51.xhtml
Capitulo52.xhtml
Capitulo53.xhtml
Capitulo54.xhtml
Capitulo55.xhtml
Capitulo56.xhtml
Capitulo57.xhtml
Capitulo58.xhtml
Capitulo59.xhtml
Capitulo60.xhtml
Capitulo61.xhtml
Capitulo62.xhtml
Capitulo63.xhtml
Capitulo64.xhtml
Capitulo65.xhtml
Capitulo66.xhtml
IV.xhtml
Capitulo67.xhtml
Capitulo68.xhtml
Capitulo69.xhtml
Capitulo70.xhtml
Capitulo71.xhtml
Capitulo72.xhtml
Capitulo73.xhtml
Capitulo74.xhtml
Capitulo75.xhtml
Capitulo76.xhtml
Capitulo77.xhtml
Capitulo78.xhtml
Capitulo79.xhtml
Capitulo80.xhtml
Capitulo81.xhtml
Capitulo82.xhtml
Capitulo83.xhtml
Capitulo84.xhtml
Capitulo85.xhtml
Capitulo86.xhtml
Capitulo87.xhtml
Capitulo88.xhtml
Capitulo89.xhtml
Capitulo90.xhtml
Capitulo91.xhtml
Capitulo92.xhtml
Capitulo93.xhtml
Capitulo94.xhtml
Capitulo95.xhtml
Capitulo96.xhtml
Capitulo97.xhtml
V.xhtml
Capitulo98.xhtml
Capitulo99.xhtml
Capitulo100.xhtml
Capitulo101.xhtml
Capitulo102.xhtml
Capitulo103.xhtml
Capitulo104.xhtml
Capitulo105.xhtml
Capitulo106.xhtml
Capitulo107.xhtml
Capitulo108.xhtml
Capitulo109.xhtml
Capitulo110.xhtml
Capitulo111.xhtml
Capitulo112.xhtml
Capitulo113.xhtml
Capitulo114.xhtml
Capitulo115.xhtml
Capitulo116.xhtml
Capitulo117.xhtml
Capitulo118.xhtml
Capitulo119.xhtml
Capitulo120.xhtml
Capitulo121.xhtml
Capitulo122.xhtml
autor.xhtml