Notas
EL TRASFONDO HISTÓRICO de esta novela es fiable en parte pero, desde luego, no por completo; he utilizado algunos anacronismos y en ocasiones me he apartado por completo de lo poco que se conoce sobre Britania entre la retirada de los romanos y la conquista sajona. Mi peor ofensa ha sido en las islas de Orkney, donde he adelantado la conquista irlandesa, inventado lugares además de personas y descrito una situación totalmente distinta a cualquier cosa que existiera allí en realidad. Pero es posible, aunque improbable, que algunos britanos, a los que el emperador Honorio ordenó organizar sus propias defensas, consideraran tal organización como una continuación del «imperio britano» de fines del siglo tercero y principios del cuarto, y que pudieran haber mantenido un imperio romano cada vez más céltico hasta el siglo sexto.
Respecto al trasfondo legendario, me he basado principalmente en varias fuentes célticas, y en todo lo que se ha escrito sobre Arturo hasta el momento. Algunos poemas se basan, de modo aproximado y anacrónico, en originales célticos: el de la página 69 en un poema sobre Deirdre; el de la página 85 en un poema irlandés anterior; el de la página 92 en el «Viaje de Bran», del siglo octavo. La canción de la página 232 es, de hecho, un himno del siglo sexto (o tal vez anterior) conocido como «La coraza de Patrick» o «El grito del ciervo». Una versión de ese cántico, que empieza diciendo «Hoy me comprometo…», todavía se canta hoy en día, al menos en la iglesia anglicana, y tiene una hermosa melodía. El poema de la página 290 también es irlandés, pero posterior. Los demás son míos, pero representan el tipo de poesía habitual en gales antiguo e irlandés, a excepción, por supuesto, del pasaje de la Eneida, que corresponde al libro VI, 125-9.
Respecto a la pronunciación, el galés parece más difícil de lo que es (mejor no hablar del irlandés). La «w» es normalmente una «u» larga, excepto en unos pocos casos, como después de «g» y antes de vocal, cuando suena como la consonante habitual. La «y» es normalmente una «u» corta: «Bedwy» tiene por lo tanto tres sílabas, y en la leyenda posterior se convirtió en «Bedivere». El grupo «ff» suena como la «f» española, pero «f» suena como «v». La combinación «dd» suena como una «z» española, y «ll» como algo parecido a «tl», el sonido de la palabra inglesa «Little». El grupo «si» suena como «sh» en inglés; «Sion» es el equivalente del irlandés «Sean» o el inglés «John», y no tiene nada que ver con las montañas. Las demás letras no son demasiado distintas a sus valores tradicionales. La «ch» suena como en escocés, alemán o griego (o la «j» española); la «r» es vibrante, y la vocales en general son puras, como en latín. El acento suele recaer sobre la penúltima sílaba.
He usado las formas del galés moderno, en general, pues no estaba segura de las antiguas. Los topónimos resultan totalmente confusos, pero supongo que también lo eran en su tiempo; he empleado las formas célticas cuando éstas existen en los registros. Sorviodunum/Searisbyrig es la moderna Salisbury (o, mejor dicho, Old Sarum); Ynis Witrin es Glastonbury; y Camlann corresponde a South Cadbury, donde se encuentran las excavaciones. Caer Segeint es Carnarvon; Ebrauc es York; Din Eidyn, Edimburgo; y Yrechwydd un nombre sacado de los poemas que podría corresponder a diversos lugares, pero que he resituado según mi conveniencia. Esto debería bastar para proporcionar al lector cierta orientación pero, dado que la novela sólo es histórica en parte, la geografía no tiene demasiada importancia.
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15-01-2015