Los equipos de bomberos moscovitas abandonaron la búsqueda de supervivientes quince días más tarde. Los soldados del ejército ruso desescombraron las ruinas durante dos meses, una decena de países había enviado tropas y material para auxiliarlos, los «French Doctors» y varias células psicológicas de urgencia ayudaron a atender y a reconfortar a los numerosos heridos hallados por los pastores alemanes y rescatados después del derrumbamiento. Se contaron quinientos veintiséis muertos y desaparecidos y trescientos sesenta y dos heridos. El cuerpo de Octave Parango nunca fue identificado oficialmente.
Un rumor circuló por la ciudad durante mucho tiempo, según el cual varios testigos habrían visto a un individuo, cuyas señas correspondían a las de Octave (un tipo alto y flaco, de pelo largo), que se había levantado solo de entre los escombros, milagrosamente indemne tres días después de la catástrofe, se había desempolvado el chaquetón en jirones y saltado los cascotes antes de desaparecer al volante de un camión robado a la Cruz Roja Internacional. Las pesquisas realizadas por la policía y el FSB para encontrar el vehículo no han dado resultado hasta la fecha. Tampoco han proporcionado pistas las escuchas telefónicas de la línea de su hija natural, Lena Doicheva, la modelo supuestamente chechena contratada por Ideal. El mismo rumor afirma, sin embargo, que después del escándalo el terrorista se habría reunido con la joven en Tashkent, donde ella se refugió con su novio, el famoso snowboarder Vitali Rostov. Cuentan que la familia se hallaría bajo la protección de los servicios secretos rusos, pues el atentado habría favorecido el acceso al poder del gobierno actual. Varios periodistas que investigaban sobre los vínculos entre Oilneft y el atentado murieron en los meses siguientes. Estas elucubraciones carecen de fundamento, puesto que la versión oficial fue que el demente había desaparecido bajo los escombros. La investigación sobre las responsabilidades en la destrucción de la catedral de Cristo Salvador de Moscú quedó cerrada a partir del 20 de abril pasado, fecha de la elección de Serguéi Orlov, el antiguo presidente de Oilneft, para la presidencia de Rusia, tras una breve campaña fuertemente centrada en la defensa de los valores de seguridad, los nacionales y los cristianos.
Otras personas —¡las pobres!— sostienen que esta historia es inventada de cabo a rabo.
Moscú-París,
2005-2007