NOTA
Ésta es una obra de ficción. Sin embargo, media docena de personajes son reales. Son los casos, por mencionar unos ejemplos, de Walter Czollek, de Calame, el responsable de la Cruz Roja en Shanghai, del doctor George Hatem o de la señorita Emily Hahn, quien llegó a convertirse en una afamada escritora en los Estados Unidos de Norteamérica. Incluso existió Mr. Mills, un gibón con el que acudía a las fiestas que se celebraban en Shanghai. También existió una mujer llamada Nube Perfumada, aunque nada tuvo que ver con el Partido Comunista chino. Al parecer, se trataba de una alcahueta que vendía perlas en un local de la calle Nanjing, en la década de los treinta del siglo pasado. He procurado ser lo más fiel posible a las trayectorias vitales de todos ellos, aunque en muchos casos haya modificado los escenarios. Las biografías de hombres como Walter Czollek o el doctor George Hatem están repletas de actos altruistas y, en muchos casos, heroicos. A ellos mi admiración. Sacrificar la vida por un pueblo al que uno no pertenece, en aras de unos ideales, no está al alcance de todo el mundo. También quiero hacer una mención especial a las miles de mujeres de consuelo o esclavas sexuales que el ejército japonés violó y masacró, y en especial a la joven Jiaodi (su nombre verdadero es otro), cuyo caso también es real. A todas ellas una muestra de cariño y de reconocimiento que llega con más de sesenta años de retraso.