Capítulo 4: Tabletas y smartphones

«Any news site that adopts a pay scheme now should have very limited expectations for its success—at least on the web. In the case of print publications, requiring digital readers to pay may help to slow circulation losses, but is hardly a long-term solution. A pay merged with an ambitious strategy to improve users’ experience on mobile platforms has a much better chance to succeed.»[6]

Bill Grueskin, Ava Seave y Lucas Graves (Columbia Journalism School),

en The Story So Far: What We Know About the Business of Digital Journalism

Los medios ya están en nuestras manos

Publicado el 10 de enero de 2009 en BlogsUC

El periodismo, tal como lo conocemos, surgió en la segunda mitad del siglo XIX en la ciudad de Nueva York. Entonces, ese periodismo se materializó en la forma de diarios que se vendían a un precio mucho menor que el costo de su edición, impresión y distribución. Esto, gracias a los recursos del «subsidio» publicitario.

La industria se desarrolló pese a las supuestas crisis en las que se originó. «Enfermo con una mala salud de hierro», llamó a los diarios, alguna vez, el periodista Juan Antonio Giner. Ya desde los años 30, se hablaba de que sería inminente su reemplazo por los distintos soportes audiovisuales que complementaron y ampliaron los espacios mediales.

Los medios surgieron con el periodismo aunque siempre fueron un espacio para la entretención: buscaron disputar y llenar los «tiempos libres» de sus audiencias. En los primeros diarios se insertaban folletines, antecedente de muchos de los productos audiovisuales de la televisión contemporánea. De la centralidad informativa pasamos a la creciente importancia de las historias. Hoy, en tanto, lo fundamental es la participación de los usuarios.

En este contexto destaco la aparición del artefacto que podemos tener en la palma de nuestras manos. Más que el teléfono celular, la clave ha estado en entregarnos muchas de las funciones de los computadores en un aparato eminentemente portátil. De ahí la importancia de los llamados smartphones, categoría que se masificó inicialmente y que lideró, por años, la empresa Palm. Posteriormente vino el momento de las toscas pero siempre conectadas BlackBerrys. Recientemente, el producto que realmente se masificó con fuerza fue el iPhone y sus imitadores. Ahora también nos encontramos en medio del surgimiento de la apuesta del imbatible Google, el Android.

Fui usuario de las originales Palm Pilot de US Robotics. Luego me pasé a las Handspring. Quizá por eso empecé a usar tan temprano el Treo, quizás uno de los primeros smartphones; de hecho, desde hace un par de años uso una Treo 680. He experimentado la fuerza que puede tener la participación, las oportunidades que genera estar siempre con un aparato con el cual uno puede twittear, contestar comentarios de Facebook, subir fotografías y videos. Muchísimos post de este blog han sido escritos, algunos subidos y muchos más comentados desde mis varios Treos.

Quizá por eso sentí un gran alivio cuando en la reciente feria tecnológica de Consumer Electronics Show (CES), los ejecutivos de Palm lanzaron Pre, un aparato que según los expertos permitirá el relanzamiento de una empresa que los mismos analistas ya daban por muerta. La empresa vio ayer subir sus acciones un 33 % y se dice que el cantante Bono habría invertido 100 millones en ella.

Por mi parte no me queda más que esperar que Palm comience a vender su producto. Seguiré siendo un «vendedor» de una marca que siempre me ha respondido. La verdad es que sin tener certeza de los nuevos pasos de Palm, ya hace unos meses, al comprar el iPod Touch, había optado por no reemplazar mi eficiente 680 por el glamoroso teléfono de Apple.

En el camino hacia los medios sociales un must para cualquier profesional de las comunicaciones es aprender a sacarle mucho más partido a los teléfonos móviles y analizar cómo los proyectos mediales en los que trabajamos «conversan» con ellos.

El último legado de Jobs

Publicado el 6 de octubre de 2011 en El Día

Steve Jobs sabía que su capacidad creativa y empresarial había sido fundamental para, primero, salvar el mundo del cine animado y, luego, la música. Durante el «exilio» de su empresa Apple, creó la empresa Pixar de la mano de Disney. Luego, al volver a Apple, creó iTunes.

Son muchos los analistas que aseguran que solo la capacidad persuasiva de Jobs permitió que los principales actores de la industria de la música aceptaran pagar casi un dólar para cada canción. Un precio altísimo si se asumía que en ese momento todas las canciones se podían encontrar y bajar gratis. Jobs entendió que el precio era solo una parte de la solución. También era necesario entregar a cambio una experiencia de compra, tanto de la bajada como del posterior uso de la canción. Una experiencia distinta a la de bajar la misma canción sin pagar nada.

Jobs nos mostró que el problema de la piratería no era tecnológico sino que tenía que ver con la conducta de la gente. Así, era más fácil entender que la solución de la crisis que vivió la industria musical no pasaba por intentar restringir la tecnología. Era necesario entregarle a la gente una experiencia de compra de música online simple y agradable. En la filosofía holística de Jobs, el producto es la «experiencia de su uso». En el caso del iTunes y el iPod, el foco estuvo en entregar una excelente experiencia al comprar, bajar, oír y relacionarse con la música. Es lo que han entendido algunos medios sobre el último legado de Jobs: el iPad, que promueve un periodismo de calidad que pueda seguir cobrando por sus ejemplares, independiente de que se venda una edición en papel. Al menos, algunas empresas lo han aprovechado para brindar una grata experiencia de lectura en un espacio ideal para las historias largas.

Especulaciones sobre el iPad

Recopilación de «Por qué el iPad llegará a nuestras manos», publicado el 21 de enero de 2010 en El Día; «La duda es cuándo tendremos un iPad», el 8 de abril de 2010 en BlogsUC, y «Yo quiero mi iPad», el 29 de enero de 2010 en BlogsUC.

Steve Jobs es un tipo asertivo. Nunca realiza un focus group para probar sus proyectos y no fabrica prototipos. Se puede dar el gusto de hacer una conferencia de prensa universal con todo el mundo en vilo. No ha tenido que pagar avisos y aquí nos tiene promoviendo sus productos.

Pienso que tendremos que preparar nuestros bolsillos para un nuevo desembolso. El iPad es un libro electrónico con una pantalla más grande (de 10 pulgadas de diámetro frente a las seis del libro) que en vez de funcionar con tinta digital en blanco y negro tiene todos los colores y la tactibilidad que Apple ya nos dio antes en el iPhone.

Rupert Murdoch dijo hace pocos días que sin este producto (el iPad) no se entiende el futuro de los diarios. Hay intereses creados a favor del éxito de Apple. La solución al problema de los diarios y de las revistas pasa por repetir en el mundo digital una experiencia análoga a la que se vive al leer sus páginas.

Siempre se supo que las tabletas serían el futuro. Era lógico entender que el ratón sería reemplazado cuando pudiéramos interactuar con lo digital con nuestras manos. Proyectos como Natal y Surface de Microsoft terminarán siendo la norma en el mundo de los juegos y también en los computadores de oficina.

El iPad se impondrá gracias a ventajas indiscutibles: La velocidad que tiene el procesador, el bajo consumo de energía que requiere, incluso para ver películas, y el brillo y la sensibilidad de su pantalla touchscreen. Para el consumo de medios y la participación en los espacios sociales, iPad no solo es mejor que un PC: los analistas afirman que incluso es mejor que un Mac. Los críticos ironizan que solo es un iPod Touch grande, cuando el tamaño es especialmente importante para un espacio prioritariamente hecho para actividades como la comunicación no telefónica y el consumo de contenidos. No sería tan optimista si no hubiese conocido el éxito de iTunes.

Hace meses quiero mi iPad. Por lo aparecido en los medios está claro que tendremos un excelente aparato que servirá para consolidar un espacio entre el teléfono celular inteligente y los laptops. Creo que la gran ventaja que tendrá Apple respecto a sus potenciales competidores es la existencia de más de 140 mil aplicaciones ya en el mercado.

El gran gurú del NYT, David Pogue, dijo que luego del lanzamiento del iPad pasará lo de siempre con Apple. La discusión se centrará en todo lo que no tiene: «no tiene batería removible», «no es multitask», etc., pero en abril, cuando se comience a comercializar, «los críticos sacarán sus “positive reviews” y la gente comenzará a comprarlo».

En The Economist destacaron la capacidad que tendrá el iPad de reinventar tres industrias al mismo tiempo: la de la computación, la de la telefonía y la de los medios. La revista inglesa asume que los medios podrán beneficiarse marginalmente del éxito del nuevo aparato, pero que jamás resucitará empresas muertas. También reflexiona sobre el efecto que puede tener este nuevo dispositivo. La industria de medios en general espera que la universalización de estos soportes permita mejores espacios para vender contenidos.

Es evidente que el iPad será especialmente útil para las revistas, que podrán volcarse al nuevo soporte incluyendo audio y video, pero manteniendo la experiencia de lectura de sus páginas. En el caso de los diarios, lo que ha mostrado el NYT se parece bastante a la experiencia del Reader 2.0 que realizaron con Adobe Air.

La conveniencia del iPad

Publicado el 2 de abril de 2010 en BlogsUC

El próximo 23 de abril realizaremos un seminario en la UC junto a Steve Schaffran para conversar sobre lo que tienen que hacer las empresas de contenidos (editoras de diarios y revistas, empresas de cine y TV, empresas de radio, etc.) para enfrentar Internet móvil. Usaremos como gancho el lanzamiento del iPad.

Con Steve venimos conversando por meses del tema. En noviembre viajé a Nueva York, donde me tocó estar en las oficinas de una de las empresas editoras de revistas más importantes del mundo, Conde Nast. Coincidió con el inesperado cierre de la revista Gourmet: a pesar de que tenía una buena base de suscriptores y lectores, su edición impresa no se financiaba. Eso mismo no hubiera pasado un mes después, cuando apareció el iPad.

Hace unas semanas, Steve realizó un viaje a Nueva York para conversar sobre contenidos y su soporte ideal. Entre otros, ha conversado con Roger Black, que viene desarrollando hace meses una aplicación que funcionará por HTML4; con Gary Cossimini, vicepresidente de Adobe para el proyecto Kiosk, que abarca todos los productos pensados para este mundo de publicaciones, y con Eduardo Danilo, un pionero gracias a FlypMedia.

Soy un convencido de que es la persona más relevante que podemos traer a Chile para participar en un brainstorming libre sobre lo que nos conviene hacer. Si todo resulta bien, este sábado Steve recibirá de parte de Apple dos iPads para usar en nuestro seminario.

Ya hay mil aplicaciones desarrolladas especialmente para el iPad, además de las 150 mil que funcionan en el entorno del iPhone y de iPod Touch.

¿Por qué el iPad es clave para los medios? Nunca he pensado que el iPad llegará a reemplazar a los computadores de escritorio. David Pogue, del NYT, dijo: «el iPad es infinitamente más conveniente para consumir libros, música, videos, fotografías, páginas de internet y correos».

Los críticos dicen que es solo un iPod Touch grande. Para mí, eso ya es suficiente, porque el tamaño es especialmente importante para la creación de un nuevo espacio prioritariamente hecho para la comunicación no telefónica.

Mi experiencia con las Palm me ha servido para entender lo importante que es la simpleza y la lógica de una interfaz digital. No creería en el iPad si no hubiera sido testigo del éxito que tuvo iTunes para conseguir ventas millonarias en el mundo de la música digital.

Tampoco confiaría en lo que viene si no hubiese sido testigo del éxito del Kindle ni experimentado intensivamente con los Reader de Sony, la comodidad de leer libros y diarios en las pantallas digitales, a pesar de que todavía tienen interfaces preApple.

Una oportunidad para los medios

Publicado el 9 de abril de 2010 en BlogsUC

«No hay razón para que alguien quiera un computador en su casa», dijo Ken Olsen, presidente y fundador de Digital Equipment Corporation en 1977. Claramente se equivocó. Apuesto a que el iPad es el primer exponente de una nueva necesidad que tendremos cuando se imponga la Internet móvil. De ser un producto «de moda», se convertirá en un bloc de apuntes digital. La idea de las tabletas siempre ha sido entendida como el futuro. Trabajar con lo digital entre nuestras manos y poder interactuar sin la ayuda del ratón tiene su lógica. Por ejemplo, el proyecto Natal, de Microsoft, es el futuro para los juegos; su Surface terminará siendo el computador de escritorio.

El fracaso de las tabletas que hasta ahora habían llegado al mercado radicaba en la complejidad de su sistema operativo. Gates quería que todo tuviera un PC: los refrigeradores, los microondas; la lógica era digitalizar y comunicar los electrodomésticos. Pero había un problema: su complejidad. ¿Por qué tener que esperar para prender un electrodoméstico lo mismo que uno se demora para encender un computador?

Apple entendió la importancia de la simpleza. Se dio cuenta de que el iPhone sería un teléfono inteligente más universal si se olvidaba del sistema Mac y desarrollaba algo ad hoc. De la misma forma, el iPad se impondrá por lo que ya presenta en su versión 1.0. David Pogue, del NYT, dice que la velocidad del procesador del iPad, su bajo consumo de energía, el brillo y la sensibilidad de su pantalla touchscreen, han permitido que los analistas que saben de gadgets hablen de una nueva «categoría» para el consumo de medios. El iPad no solo es mejor que un PC; es, incluso, mejor que un Mac.

Además, la experiencia nos muestra que en sus siguientes versiones incorporará algunas de las mejoras clamadas por la inteligencia colectiva. Otros críticos aseguran que el nuevo aparato no salvará el modelo de negocio de los medios masivos: al mal periodismo no lo salva nadie. Incluso creo que estos nuevos soportes tensionarán más a las redacciones anticuadas. El iPad impulsará espacios donde los medios deberán cobrar por contenidos digitales. Los que apuesten por mantener redacciones considerables terminarán cobrando a un porcentaje de sus lectores, ya sea con estrategias del tipo Freemium (WSJ, The Guardian) o Metered (NYT, FT).

Lo tengo

Publicado el 23 de junio de 2010 en El Día

Ya tengo mi iPad, el aparato con el que Steve Jobs redefinió el consumo de información al liberarnos de lo que un tuitero amigo llamó la tríada «silla, teclado y ratón». Esta semana se anunció que antes de cumplir 80 días en el mercado, las ventas de este gadget ya superaban las tres millones de unidades. Hablamos de ventas superiores a los dos mil millones de dólares. La tendencia es imparable. Analistas independientes dicen que en 2015 existirán casi 60 millones de iPads en el mundo. Sin incluir otros modelos de tabletas que seguro lanzará el resto de la industria en el segundo semestre.

Hablamos del lanzamiento del gadget más exitoso que se ha realizado nunca. El caso del netbook, otro producto que ya tenemos en Chile —que funciona como un intermedio entre los teléfonos inteligentes y los computadores portátiles— no ha podido vender tantas unidades como lo ha hecho Apple con el iPad en estos meses. Esto, a pesar de que las principales empresas de computación apostaron por esa categoría.

Este éxito es relevante para mi trabajo. Llevo un año apostando por tecnologías que tratan de recrear, en lo digital, las experiencias que tenemos frente a un diario o una revista en el mundo real.

Los que entienden el iPad afirman que su éxito radica en su modelo de negocio, ya que a través de él surgen nuevas posibilidades de venta de contenidos. Oportunidades para el periodismo de calidad.

Un diario para el iPad

Publicado el 3 de marzo de 2011 en El Día

Hace un año hablamos por primera vez del iPad en este espacio. Dijimos que pronto llegaría a nuestras manos y dudábamos cuánto demoraría en convertirse en una necesidad. Ayer salió a la venta la segunda generación del iPad y se asegura que otras empresas lanzarán al menos 40 tabletas distintas. Sus valores son la movilidad, la luminosidad, la claridad con la que muestra las fotografías o las películas, y el manejo táctil, similar al que se da en los productos impresos.

Algunos pensamos que lo más importante es permitir una cómoda experiencia de lectura. En la industria, aún no se sabe si la Internet tradicional de páginas web será un lugar donde desarrollar el negocio de las empresas que se dedican a producir contenidos de calidad. La experiencia me muestra que hasta ahora el HTML es un pésimo espacio de lectura, por la baja atención con la que las personas se pasean por sus textos.

En Chile aún no hay productos dirigidos exclusivamente al iPad. Pero en EE. UU. hay un diario producido exclusivamente para este espacio. Se llama The Daily y fue calificado por el blog especializado Gizmodo con una descripción potente: «La mejor experiencia de diario/revista que se ha realizado hasta la fecha». Lo que estamos viendo en The Daily es un medio realizado para sacarle partido a un soporte (aplicación) que permite entregar una experiencia de lectura de contenidos informativos digitales con una calidad similar a la que tenemos en una revista o un diario impreso. En el camino hasta poder cobrar por contenidos digitales hay varios obstáculos para «devolver el genio de la gratuidad a la botella», como resumió el problema del periodismo el director del NYT, Bill Keller.

Leer en tabletas

Publicado el 16 de junio de 2011 en El Día

La experiencia muestra que el HTML es un pésimo espacio de lectura. Mike McCue, fundador de Flipboard, considerada como la mejor aplicación de Apple, dijo lo siguiente: «El problema con los periodistas en Internet de ahora es que se han contaminado por el factor forma de la web. Me refiero a que los periodistas son presionados para hacer cosas como los “slides shows”, que aumentan las visitas por página. Los artículos de texto quedan condenados a presentarse en delgadas columnas que atraviesan 5, 6 y 7 páginas, con avisos que funcionan cuando distraen a los lectores. Al final no se entrega la placentera experiencia del papel».

Después de un análisis de lo que la gente hace con los artículos que graba en aplicaciones o softwares para «leer después», se concluyó que cuando el lector tiene libertad para elegir cuándo leer, lo hace al terminar el día: «En un aparato que funciona mejor para el consumo […], aparentemente para leer la gente prefiere aparatos móviles, en especial el iPad».

Lo relevante es la presentación de la tipografía y del diseño con una calidad equivalente a aquellos buenos diarios, revistas o libros donde leer es un placer. Esto explica el éxito del Kindle de Amazon, un dispositivo diseñado para desaparecer en tus manos, cuando tu atención absorbe una buena historia. Quedó demostrado que hasta los más voraces lectores terminaban prefiriendo un entorno digital que recreara correctamente lo mejor de las versiones impresas.

El futuro de los medios impresos adoptará a las tabletas como su papel. Se permitirá a los lectores compartir la experiencia de lectura en las redes sociales. Hoy puedo leer cómodamente en una tableta como el iPad o la Galaxy, pero pronto podré, además, compartir mis notas al margen y enviar párrafos o imágenes con comentarios a mis amigos de las redes sociales.

El iPad globalizado

Publicado el 8 de marzo de 2012 en El Día

Apple lanzó sus tabletas en abril de 2010. Solo ese año, la empresa vendió 7 millones de unidades. El año pasado, duplicó esa cifra y, según analistas, de aquí a cinco años más, Apple podría llegar a vender otras 175 millones de unidades.

Ayer se lanzó la tercera versión de la tableta, un producto que va camino a su universalización a pesar de que hace solo dos años todavía no estaba en el mercado. Su empresa anunció que la tercera versión —que incluye mejoras reconocidas por los analistas— ha vuelto a poner a Apple muy a la vanguardia respecto de sus seguidores. Mejor pantalla, mejor sistema de fotografía y video, mejor sistema operativo, tarjeta gráfica, etc.

El éxito que las tabletas le han dado a Apple ya se está extendiendo a otras marcas. Una serie de empresas han apostado por el sistema operativo clon del iOS, el Android de Google, que ya domina en el mundo de los celulares. Este sistema fue incluso elegido por otro gigante de este sector, Amazon, para apostar por las tabletas. Muchos analistas adelantan que en pocos años se venderán más tabletas que computadores.

En el caso de EE. UU., los números son increíbles. Según un estudio de Pew Research, un 10 % de los norteamericanos usa tabletas, y ese porcentaje podría llegar a un 33 % en solo dos años. Entonces, habría 90 millones de usuarios.

Flipboard en la mira

Publicado el 28 de junio de 2012 en BlogsUC

Hace una semana, estuve un par de horas con Marcos Weskamp, diseñador argentino que estudió en Japón, conocido en el mundo geek por desarrollar el proyecto Newsmap de visualización de información. Lo visité porque en estos últimos años se convirtió en el padre del diseño con un proyecto que me parece el mejor resumen de lo que viene: la premiada aplicación de aparatos móviles Flipboard, de la que todos hablan esta semana.

Se trata de una aplicación que nació en el entorno del iPad, pero que desde hace unos meses también funciona en los celulares de Apple y, más recientemente, en los de Android. Está relacionada con el mundo de lo móvil y sus contenidos se construyen por y para las redes sociales. Flipboard permite leer las noticias de nuestros medios favoritos y feeds de las redes sociales. Todo lo anterior está hecho de forma que podemos aprovechar de compartir lo que queramos, usando nuestras mismas redes.

La principal fortaleza de la aplicación es la calidad del «paginado» en que podemos leer estos contenidos. Flipboard está enfocado en mantener el buen diseño, en la presentación de información «bien paginada». De hecho, la idea es aprovechar la tecnología de las tabletas para entregar en forma digital una experiencia tan buena como la que vivimos con las mejores revistas y diarios. Sus creadores entendieron, como pocos, que hasta ahora Internet sigue siendo un espacio desagradable para consumir textos, en especial cuando se trata de textos largos.

En la conversación que tuve con Marcos Weskamp, me comentó que el proyecto surgió al pensar cómo diseñarían un navegador si pudieran hacer Internet de nuevo. Entonces, Flipboard resulta un ejemplo más del pensar desde cero, partiendo del problema de la gente y olvidando las soluciones vigentes, algo tan característico de los grandes avances de estos últimos años.

Weskamp comentó que la discusión inicial surge de constatar una realidad: que es tan agradable leer la revista Time y tan poco agradable leer el mismo artículo en el sitio web Time.com. Lo anterior, insistió, teniendo en cuenta que este desarrollo en Internet se ha realizado de forma cada vez menos compatible con la rentabilidad: «Llevamos 10 años fragmentando el contenido y haciendo productos que no dan dinero. Con Mike y Evan queríamos arrancar de nuevo. Para comenzar a pensar el navegador desde cero, repensamos qué es lo fundamental en el proceso de búsqueda de información, en cómo conseguimos la información y luego la consumimos».

Según él, los periodistas olvidamos que la gente no paga por leer palabras o simple información. Se compran historias que, además de estar bien escritas, están bien presentadas en su diseño. Al final volvemos a la importancia de la experiencia. «Entonces me encontré con lo que pensaban Mike McCue y Evan Doll. Me pareció un proyecto irresistible. En las primeras ideas existía el consenso de hacer un presentador del contenido de los mails que se reciben; desde que me mostraron eso quedé muy prendido». La conversación creativa que se dio entre los gestores del proyecto ocurrió mientras se rumoreaba el inminente lanzamiento de la tableta de Steve Jobs. Marcos Weskamp, entonces, trabajaba en visualización de información en Adobe, cuando comenzaba la pelea de Jobs con Adobe: «Yo tenía claro que ese conflicto al final sería en perjuicio de Adobe. El HTML estaba evolucionando hacia lo que llamamos el HTML5 y estaba claro que pronto ningún “flash” tendría sentido».

Aunque Marcos me había hablado de la carrera de Mike McCue —a quien sigo en las redes— al volver a Santiago me encargué de revisar en detalle su carrera. Todo partió con la creación de su primera empresa, Paper Software, como signo de una permanente preocupación en torno a los navegadores. Se la terminó vendiendo a Netscape en 20 millones de dólares. De ahí surgió su segundo proyecto, TellMe, que consiguió más de 230 millones en capitales venture en 1999, y se consolidó en 2004 para finalmente ser vendido a Microsoft en una cifra que Wikileaks estima en torno a los 800 millones. Según Marcos, «si hoy llamas a una empresa norteamericana por teléfono y recibes una respuesta automática, lo más probable es que estés interactuando con el proyecto TellMe, una especie de navegador por voz, como el Siri para el teléfono tradicional».

Jeff Bezos, de Amazon, mostró que se podía hacer un excelente libro, el mejor libro del mundo, sin papel, con todo lo que eso significa en ahorro. En esa misma línea, Jobs presentó el iPad como un espacio para el consumo de los mejores textos periodísticos.

Marcos Weskamp me contó que las primeras ideas en torno a lo que sería Flipboard se hicieron pensando en usarlo en computadores de escritorio. No estaba claro lo que sería el iPad, aunque entonces ya se asumía que sería lo que vendría. «Cuando se lanzó el iPad ya teníamos los bosquejos muy bien armados. Luego estuvimos trabajando otros seis meses antes de lanzarlo. Cuando se anunció el iPad, no sabíamos la resolución que tendría esa pantalla», dijo Weskamp.

Paralelamente surgió Pulse, otra aplicación para navegar sobre información de feeds digitales. Esta se hizo conocida por un artículo del NYT y, luego, cuando fue demandada por el mismo diario.

Le pregunté a Marcos Weskamp por Zite, la tercera aplicación de origen canadiense, que hace pocos meses fue comprada por la CNN. Hablamos del valor de la aplicación, un sistema de recomendaciones que sorprende con fuentes informativas no definidas previamente. Marcos me dijo que cuando arrancaron se dieron cuenta de que el concepto tenía una cara de diseño y otra de algoritmos de datos para entregar información basada en relevancia. «Pero nos dimos cuenta de que los dos problemas eran muy grandes para abarcarlos al mismo tiempo, y decidimos hacerlo en dos etapas», dijo.

En la primera apostaron por el diseño, para conseguir una experiencia memorable para el usuario, que la transformara en una aplicación necesaria. «Ahora estamos trabajando en el tema del algoritmo y la filtración en favor de recomendaciones, eso está por mejorarse… Seguimos pensando que es irremplazable el rol de los editores profesionales en este paso».

En la conversación apareció el libro The Filter Bubble de Eli Pariser. «Sería genial que te sacaran de la burbuja de Pariser, eso es lo que buscamos con la curaduría, para que el producto funcione perfectamente. Hay una parte que viene de tus feeds de redes sociales, pero hay otra parte informativa donde tiene que haber profesionales: lo lindo de un diario es la voz personal que resulta de la calidad de las noticias y para eso creo que no basta un algoritmo».

El aporte de Marcos se deja percibir en la centralidad del diseño, que está pensado como visualizador de información. Weskamp creó el proyecto Newsmap, que les recomiendo a todos visitar, que surgió como una respuesta a una necesidad personal relacionada con el consumo informativo: «Llegué a esto para poder ver en una pantalla lo que estaba apareciendo en los diarios japoneses, argentinos y norteamericanos. También pensé que era importante agregarle “lo social”, que, entonces, no era más que los correos y las fotos en Flickr. En algún momento volveré a ese proyecto y le incorporaré lo social, tengo claro que no bastan las noticias de los diarios, también me interesa que en esa pantalla estén las cosas claves de mis cercanos», dijo.

Camino al café donde tuvimos la conversación, me fue mostrando algunos hitos del barrio: el garage de HP, el huevo, las oficinas de la empresa de diseño Ideo, la heladería que le gustaba a Steve. «La gracia de Jobs era que además aquí era un tipo más, de los que te topas en la fila del supermercado. Pasaba casi todos los días por delante de la oficina, bajaba la velocidad del auto y miraba hacia adentro mientras todos comentábamos “miren qué está pasando”».

Para que se hagan una idea, Flipboard ocupa el primer piso de lo que podría ser un local comercial. De hecho, todo el equipo técnico trabaja en una especie de garaje abierto a la calle. Hay otros tres espacios más en las dependencias de la Startup: el espacio de recepción de público (donde lucen todos sus premios, incluyendo el que les concedió Apple como «la mejor aplicación del primer año del lanzamiento»), el espacio donde se trabaja el diseño y se hacen los tests de usuarios, y una cafetería.

Me quedé pegado en Flipboard

Publicado el 29 de junio de 2012 en El Día

Decía que Flipboard resumía lo mejor del Internet que viene: un producto que vive en torno a las redes, que es propio del entorno móvil, que se diferencia por la calidad del diseño de su información. Me parecía que con eso bastaba para destacarlo. La semana pasada les comenté mi paso por la sede de Flipboard en Palo Alto y la conversación que tuve con Marcos Weskamp. Días después se lanzó la versión en español de la aplicación. Ese mismo día, también, se informó de un acuerdo de Flipboard con el prestigioso New York Times.

Según el acuerdo, los suscriptores del NYT —gracias a un nuevo sistema validador de las suscripciones de Flipboard— podrán leer su diario en forma digital. En la misma aplicación hoy pueden revisar en forma paginada sus feeds de redes sociales y medios. Algo similar se dio a conocer con otra aplicación: Pulse, otro proyecto nacido en Palo Alto, que permite a los suscriptores del Wall Street Journal leer sus contenidos favoritos.

Creo que el acuerdo ilustra el fracaso relativo que han significado hasta ahora los variados caminos propios con los que cada diario está haciendo aplicaciones para navegar desde las tabletas. A diferencia de las revistas, que ya tienen modelos afinados con Adobe, los diarios no parecen encontrar un modelo de aplicación que entregue a sus lectores una experiencia similar a la del papel.

Es tiempo de «flipear»

Publicado el 30 de marzo de 2013 en El Día

Al menos dos veces hemos hablado de un proyecto que me entusiasmó desde su surgimiento: Flipboard. Ahora menciono nuevamente el proyecto porque el miércoles pasado la empresa de Palo Alto anunció su versión 2.0, con una herramienta que permite que cualquiera de nosotros publiquemos nuestras propias revistas.

Se trata de un avance en una línea similar a los exitosos «pineos», que se hacen en Pinboard, o «reblogueos», que caracterizan la herramienta de blogs #Tumblr. Este cambio también comparte mucho de Storify, otra herramienta que hemos mencionado aquí.

Este anuncio se inserta en la tendencia actual de las redes sociales: las anteriores audiencias de los medios masivos se han incorporado con un dispositivo móvil en sus manos y comentan, comparten, critican, favoritean lo que dicen las autoridades, las instituciones o la misma forma como transmiten todo aquello los medios. Las mudas audiencias mutan en usuarios que indistintamente adoptan una relación mucho más activa en esta conversación social grabada y masiva.

Ya hace un par de semanas, cuando Google comunicó que dejaría de actualizar su herramienta Google Reader (que enormes minorías usan para suscribirse a páginas web), Flipboard anunció que ofrecería su propio espacio. Lo que se activó para los suscriptores de Flipboard fue la posibilidad de importar la misma lista que se había construido en Google Reader desde esta herramienta.