VI

No negaba que era escéptico pese a la urgencia de la nota recibida. Firmaba la nota Edmund Norris, el padre de Rob y siempre había tenido al hombre por un caballero. No le molestaría en su hogar si no lo creyera inaplazable y extremadamente urgente. El aviso había llegado con un mensajero y anunciaba la perentoria necesidad de tratar directamente con él, indicando que se acercarían tan pronto les fuera posible.

Se acercarían, en plural. Turbador.

La intriga le carcomía pero imaginaba de qué iban a tratar. Había pasado toda la puñetera tarde y la noche ultimando los detalles de la investigación de los hechos relatados por Rob, y al grupo organizado para ello le había sorprendido y desbordado, a los veinte minutos de iniciada la complejidad de la maldita organización. Constaban registradas decenas de denuncias de desapariciones, de robos, y les iba a costar sudores y lágrimas sacar adelante el caso.

Tenía intención de iniciar por la mañana la investigación de las finanzas del inspector jefe Albridge, y habían logrado la autorización para ello no sin mucho esfuerzo y capacidad de convicción. Era un hombre con numerosos contactos en las altas esferas y difícil de acorralar, pero recabar los datos era vital.

Otra cuestión que le quitaba el sueño era la previsible existencia de filtraciones. Había empleado a aquellos agentes que estimaba limpios a carta cabal, pero únicamente por dos o tres pondría la mano en el fuego.

Sus hombres estarían vigilando el burdel, siguiendo las instrucciones dadas y esperaba haber acertado al enviarlos. Había decidido aprovechar el tiempo leyendo los sempiternos informes, pero al escuchar la campana de la entrada los apartó. Llegaban los invitados.

Su único sirviente acudió a abrir la puerta sin pérdida de tiempo, ya que estaban sobre aviso de la llegada, y de inmediato los pasó a su despejado despacho.

Le pillaron por sorpresa al no esperar que acudieran tantas personas. Tres mujeres y dos hombres. El padre de Rob y otro hombre de complexión fuerte, alto, con llamativos ojos casi transparentes y tres mujeres, totalmente diferentes entre sí. Una de ellas, bajita y redonda, rezumaba vitalidad, otra fragilidad, y la última, la que llamó poderosamente su atención, rebosaba un intenso dolor emanando a raudales por cada uno de los poros de su cuerpo.

No esperó a que se acercaran sino que fue hacia ellos, dándoles la bienvenida a su casa. Estrechó la mano de los hombres y se inclinó cortésmente con respeto frente a las señoras. La más bajita se adelantó un paso y comenzó a hablar atropelladamente.

Hola, encantada. Soy Meredith Evers y le traemos un jaleo monumental a su casa inclinó la expresiva cara hacia un lado y por una extraña razón le recordó a Rob, tierna y aguda a la vez. Le agradó mucho la forma en que se plantó ante él y sin miramientos le anunció que lo que se avecinaba era complejo. Imagino que ya conoce a Norris. Ellos son Doyle Brandon, y a mi derecha, mi amiga Jules Sullivan. La señora que nos acompaña es Selena Saxton.

Si la introducción le sorprendió, lo dicho a continuación le dejó patidifuso, pero por alguna extraña razón su cerebro ajustó de inmediato la información facilitada con los datos avanzados por Rob.

No disponían de tiempo para andarse con bobadas si lo que presentía, iba a cumplirse. Debía saberlo.

La Señora Saxton, ¿la misma que presumían cómplice en la trama de secuestro de muchachos?

Lo acaba de decir. Presumíamos, de forma errónea.

Anduvo un par de pasos para adentrarse en el despacho y con un suave gesto indicó a todos que se acomodaran, haciéndoselo saber asimismo de palabra.

Su mirada, sin poder impedirlo su voluntad, se orientaba una y otra vez hacia la mujer que, pálida e inmóvil, apenas parecía respirar, como si algo le estuviera absorbiendo su energía lentamente. Parecía observar sin mirar y oír sin escuchar, al igual que una muñeca de tela rota y deshilachada. Y ello en cierto modo le hizo sentir congoja, una sensación que hacía mucho que no sentía en sus carnes.

Sé que lo que vamos a hacer se sale de lo correcto y puede que nos estemos extralimitando, pero no se nos ha ocurrido nada mejor. El impacto ha sido brutal y no lo iba a creer, no, si no lo viera con sus propios ojos. Ella misma ha querido venir y mostrárselo.

Se estaba perdiendo. Algo en el contexto de la situación se escapaba a su comprensión.

Fue impactante.

La cascada voz comenzó a hablar, a un ritmo monótono como si la persona que estuviera narrando deseara alejarse de lo que relataba y solo lo consiguiera distanciándose de las sensaciones que ello le provocaba.

La noche de bodas me partió la clavícula y me dijo que yo jamás sería su verdadera mujer. Me costó meses rendirme, tras palizas y humillaciones, hasta que me di cuenta de que era mi resistencia lo que le excitaba. Y ella..., ella era peor, mucho peor. Lo incitaba y él le daba gusto con todo aquello que le pedía.

¡Qué demonios!

Amor entre acertijos
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017.xhtml
sec_0018.xhtml
sec_0019.xhtml
sec_0020.xhtml
sec_0021.xhtml
sec_0022.xhtml
sec_0023.xhtml
sec_0024.xhtml
sec_0025.xhtml
sec_0026.xhtml
sec_0027.xhtml
sec_0028.xhtml
sec_0029.xhtml
sec_0030.xhtml
sec_0031.xhtml
sec_0032.xhtml
sec_0033.xhtml
sec_0034.xhtml
sec_0035.xhtml
sec_0036.xhtml
sec_0037.xhtml
sec_0038.xhtml
sec_0039.xhtml
sec_0040.xhtml
sec_0041.xhtml
sec_0042.xhtml
sec_0043.xhtml
sec_0044.xhtml
sec_0045.xhtml
sec_0046.xhtml
sec_0047.xhtml
sec_0048.xhtml
sec_0049.xhtml
sec_0050.xhtml
sec_0051.xhtml
sec_0052.xhtml
sec_0053.xhtml
sec_0054.xhtml
sec_0055.xhtml
sec_0056.xhtml
sec_0057.xhtml
sec_0058.xhtml
sec_0059.xhtml
sec_0060.xhtml
sec_0061.xhtml
sec_0062.xhtml
sec_0063.xhtml
sec_0064.xhtml
sec_0065.xhtml
sec_0066.xhtml
sec_0067.xhtml
sec_0068.xhtml
sec_0069.xhtml
sec_0070.xhtml
sec_0071.xhtml
sec_0072.xhtml
sec_0073.xhtml
sec_0074.xhtml
sec_0075.xhtml
sec_0076.xhtml
sec_0077.xhtml
sec_0078.xhtml
sec_0079.xhtml
sec_0080.xhtml
sec_0081.xhtml
sec_0082.xhtml
sec_0083.xhtml
sec_0084.xhtml
sec_0085.xhtml
sec_0086.xhtml
sec_0087.xhtml
sec_0088.xhtml
sec_0089.xhtml
sec_0090.xhtml
sec_0091.xhtml
sec_0092.xhtml
sec_0093.xhtml
sec_0094.xhtml
sec_0095.xhtml
sec_0096.xhtml
sec_0097.xhtml
sec_0098.xhtml
sec_0099.xhtml
sec_0100.xhtml
sec_0101.xhtml
sec_0102.xhtml
sec_0103.xhtml
sec_0104.xhtml
sec_0105.xhtml
sec_0106.xhtml
sec_0107.xhtml
sec_0108.xhtml
sec_0109.xhtml
sec_0110.xhtml
sec_0111.xhtml
sec_0112.xhtml
sec_0113.xhtml
sec_0114.xhtml
sec_0115.xhtml
sec_0116.xhtml
sec_0117.xhtml
sec_0118.xhtml
sec_0119.xhtml
sec_0120.xhtml
sec_0121.xhtml
sec_0122.xhtml
sec_0123.xhtml
sec_0124.xhtml
sec_0125.xhtml
sec_0126.xhtml
sec_0127.xhtml
sec_0128.xhtml
sec_0129.xhtml
sec_0130.xhtml
sec_0131.xhtml
sec_0132.xhtml
sec_0133.xhtml
sec_0134.xhtml
sec_0135.xhtml
sec_0136.xhtml
sec_0137.xhtml
sec_0138.xhtml
sec_0139.xhtml
sec_0140.xhtml
sec_0141.xhtml
sec_0142.xhtml
sec_0143.xhtml
sec_0144.xhtml
sec_0145.xhtml
sec_0146.xhtml
sec_0147.xhtml
sec_0148.xhtml
sec_0149.xhtml
sec_0150.xhtml
sec_0151.xhtml
sec_0152.xhtml
sec_0153.xhtml
sec_0154.xhtml
sec_0155.xhtml
sec_0156.xhtml
sec_0157.xhtml
sec_0158.xhtml
sec_0159.xhtml
sec_0160.xhtml
sec_0161.xhtml
sec_0162.xhtml
sec_0163.xhtml
sec_0164.xhtml
sec_0165.xhtml
sec_0166.xhtml
sec_0167.xhtml
sec_0168.xhtml
sec_0169.xhtml
sec_0170.xhtml
sec_0171.xhtml
sec_0172.xhtml
sec_0173.xhtml
sec_0174.xhtml
sec_0175.xhtml
sec_0176.xhtml
sec_0177.xhtml
sec_0178.xhtml
sec_0179.xhtml
sec_0180.xhtml
sec_0181.xhtml
sec_0182.xhtml
sec_0183.xhtml
sec_0184.xhtml
sec_0185.xhtml
sec_0186.xhtml
sec_0187.xhtml
sec_0188.xhtml
sec_0189.xhtml
sec_0190.xhtml
sec_0191.xhtml
sec_0192.xhtml
sec_0193.xhtml
sec_0194.xhtml
sec_0195.xhtml
sec_0196.xhtml
sec_0197.xhtml
sec_0198.xhtml
sec_0199.xhtml
sec_0200.xhtml
sec_0201.xhtml
sec_0202.xhtml
sec_0203.xhtml
sec_0204.xhtml
sec_0205.xhtml
sec_0206.xhtml
sec_0207.xhtml
sec_0208.xhtml
sec_0209.xhtml
sec_0210.xhtml
sec_0211.xhtml
sec_0212.xhtml
sec_0213.xhtml
sec_0214.xhtml
sec_0215.xhtml
sec_0216.xhtml
sec_0217.xhtml
sec_0218.xhtml
sec_0219.xhtml
sec_0220.xhtml
sec_0221.xhtml
sec_0222.xhtml
sec_0223.xhtml
sec_0224.xhtml
sec_0225.xhtml
sec_0226.xhtml
sec_0227.xhtml
sec_0228.xhtml
sec_0229.xhtml