GLAUCO

De los seis epigramas atribuidos a autores de tal nombre por la Antología, sólo tres parecen helenísticos. El lema del 465 habla de un Glauco natural de Nicópolis, posiblemente el suburbio de Alejandría así llamado (cf. intr. a Dioscórides): es dudoso que los tres poemas sean del mismo escritor.

464 (XII 44)

El autor añora la antigua simplicidad, en época en que cualquier pequeño obsequio, unas tabas (cf. el 332 de Calimaco) o algo parecido (cf. el 444 de Teodoro), agradaba a los mozos requeridos.

Antaño a los mozos que gustan de ser obsequiados

persuadían las tabas, codorniz o pelota.

Ahora, buen plato o dinero; de nada ya sirven

los juguetes. Buscad otra cosa, amantes.

465 (VII 285)

Sobre el naufragio y las gaviotas, cf. el 442 de Teodóridas y 401 de Mnasalces.

Ni la tierra ni el peso sutil de una piedra, mas todo

este mar que contemplas es tumba de Erasipo;

pues murió con su nave y tan sólo podrán las gaviotas

indicar el lugar que pudre sus huesos.

466 (IX 341)

Diálogo bucólico entre Pan, amante de Dafnis (cf. el 385 de Teócrito y, sobre la siringa del dios, también el 406 de Mnasalces), y las ninfas. Es extraño que se hable de cabras, como en el 386 de Teócrito, pues en éste el pastor (cf. el 310 de Calimaco y 355 de Diotimo) es siempre boyero. Dafnis ha dejado para Pan un mensaje, que éste lee en voz alta, como era costumbre griega. Málea es topónimo frecuente, que se aplica, por ejemplo, al cabo con que termina Laconia por el SE., y Pan es llamado maleata en Calimaco (fr. 689 Pf.); pero aquí la ley del género exige que se trate de Arcadia y, en efecto, Psófide es una ciudad de aquel país vecina al río Erimanto (cf. el 296 de Calimaco).

—Ninfas, decid sin rebozo si acaso hizo Dafnis

al pasar que aquí reposaran sus cabras.

—Sí, sí, Pan, tocador de siringa, y grabó, en la corteza

del álamo aquel, algo para que lo leyeses.

—«Pan, Pan, vete a Málea, al monte Psofidio camina,

que yo iré». Salud, ninfas, pues allí me dirijo.