Notas

[1] En su sentido de «coloreado». (N. de Ana Pérez Vega [APV]) <<

[2] Vana ciencia, vano conocimiento. (N. de APV) <<

[3] No se pueden suscribir a día de hoy estas palabras porque, como sabemos ya, para Sócrates era central el hallazgo de la Sabiduría en sí. (N. de APV) <<

[4] Χαρμίδης, nom. vir. frequens apud Graecos: a χάρμα sive χάρμη, laetitia, «nombre de varón frecuente entre los griegos, de chárma o chárme, alegría.» Cf. Forcellini. (N. del T.) <<

[5] Sobre las palestras, véanse los Viajes del joven Anacarsis, cap. VIII. (N. del T.)

Se trata de la novela de Jean-Jacques Barthelemy, Viaje del Joven Anacarsis a la Grecia a mediados del siglo cuarto antes de la era vulgar, de 1790. (N. de APV) <<

[6] Fue esclavo de Pitágoras, recobró su libertad, vivió tres años en un subterráneo, de donde salió para hacerse legislador dando leyes, y filósofo enseñando la inmortalidad del alma. Herodoto, 4, 95. (N. del T.)

Tal vez discípulo, no esclavo de Pitágoras. Su nombre tiene diferentes variantes, según las fuentes. Zálmoxis (Ζάλμοξις, también conocido como Sálmoxis, Σάλμοξις, Zámolxis, Ζάμοξλις, o Sámolxis Σάμοξλις) fue un legendario reformador social y religioso, considerado Dios por los tracios de Dacia y los getas. Cf. Heródoto (4, 95 ss), los getas pensaban que tras morir se reunían con Zálmoxis. (N. de APV) <<

[7] Cotéjese este pasaje con las preciosas páginas del final del Timeo. (N. del T.) <<

[8] Escita, hijo de Seutes, encantador curandero que navegaba por los aires. Heródoto, 4. (N. del T.)

Ἄβαρις legendario sacerdote hiperbóreo de Apolo, que tenía el don de la profecía y por esto, además de por sus ropas escitas y su simplicidad y honestidad, llegó a ser famoso en Grecia, donde gozó de gran estima. Viajó por toda Grecia haciendo oráculos y llevando con él una flecha (sobre la que volaba, según algunas tradiciones) como símbolo de Apolo. (N. de APV) <<

[9] Homero, Odisea, 18, 347. (N. del T.) <<

[10] Hesíodo, Las obras y los días, v. 311. (N. del T.) <<

[11] Véanse el Crátilo, el Eutidemo y el Protágoras. (N. del T.) <<

[12] La sutil discusión que sigue comprende dos partes distintas: primera, ¿es posible la ciencia de la ciencia y de la ignorancia?; segunda, ¿es útil? (N. del T.) <<

[13] Entiéndase que Platón distingue sutil, pero exactamente, entre saber que se sabe y saber lo que se sabe. (N. del T.) <<

[14] Otra distinción que debe tenerse presente. Platón distingue entre la medicina, en tanto que ciencia, y el objeto de la medicina, es decir, lo sano y lo enfermo. El médico no conoce la medicina, sino solo el objeto de la medicina; el sabio conoce la medicina y no su Objeto; y he aquí porque éste no puede juzgar a aquél. (N. del T.) <<

[15] Es decir, la ciencia de la ciencia, menos el objeto sabido, y de la ignorancia, menos el objeto ignorado. Esta última definición es la que Sócrates ha hecho prevalecer sobre la primera. (N. del T.) <<

[16] Homero, Odisea, 19, 563. (N. del T.) <<