Escena XIII

ANTONIA (Llorando).— ¡Dios mío, qué desgracia…! ¡Qué día más desdichado!

ANGÉLICA.— ¿Qué tienes, Antonia? ¿Qué te pasa?

ANTONIA.— ¡Tengo que daros una noticia muy amarga!

ANGÉLICA.— ¿Qué?

ANTONIA.— ¡Vuestro padre ha muerto!

ANGÉLICA.— ¡Muerto mi padre, Antonia!

ANTONIA.— ¡Sí…! ¡Vedlo…! Le dio un desvanecimiento, y ahora mismo acaba de morir.

ANGÉLICA.— ¡Qué terrible infortunio. Dios mío…! ¡Quién me iba de decir que iba a perder a mi padre, que era lo único que me quedaba en el mundo, y que lo iba a perder en un momento en que se hallaba irritado conmigo…! ¡Qué será ahora de mí, ni qué consuelo podré hallar en esta pérdida tan grande!