¡Pues a mí, sí! dijo Alan, y la empujó hacia el interior del cuarto, cerrando la puerta con el pie. Carrol también utilizó uno de los suyos.

El derecho, concretamente.

Y no para cerrar la puerta, sino para patear la espinilla zurda de Alan. El joven dio un grito.

Carrol le atizó otro doloroso puntapié, en la espinilla derecha, para que le dolieran las dos.

Alan gritó de nuevo.

¡Me vas a dejar cojo, Carrol!

¡Eso es lo que pretendo, reptil!

Con el fin de evitarse nuevos puntapiés, Alan empujó a la muchacha y la hizo caer de espaldas sobre la cama, quedando él encima de ella, aplastándola con su cuerpo.

Carrol forcejeó, pero nada pudo hacer para librarse de Alan.

¡Apártate de mí, buitre!

Lo haré si me prometes calmarte y no golpearme más.

¡Te sacudiré hasta que me canse!

Entonces, tendrás que escucharme así, sujeta y con mi cuerpo sobre el tuyo.

¡Si no me sueltas, te escupo en la cara!

¿Tengo cara de eso, de escupidera? sonrió Alan.

¡Sí!

Vamos, Carrol, te ruego que aplaques tu furia. Sé que tienes motivos para estar furiosa, porque me viste besando a Dorothy y piensas que te mentí cuando te confesé que estaba enamorado de ti.

¡Naturalmente que me mentiste!

Te equivocas. Fui sincero, Carrol. Estoy enamorado de ti.

¡Serás cínico!

Te explicaré lo de Dorothy. Antes de llegar tú a la base, Dorothy y yo hacíamos el amor con regularidad. Yo no estaba enamorado de ella, pero necesitaba estar con una mujer de vez en cuando. Un hombre no puede pasarse meses y meses aquí, en la Antártida, sin tener una mujer en sus brazos de cuando en cuando. Lo comprendes, ¿verdad?

¡No!

Sí, claro que lo comprendes. Por eso seguiré con mis explicaciones. Dorothy es una mujer muy atractiva. Cuando llegó a la base, me dio facilidades y yo no desaproveché la ocasión de acostarme con ella. Sin embargo, no existe nada serio entre nosotros. Lo yo y lo sabe Dorothy. Por eso, cuando llegaste tú, dejé de verme con ella.

Te apetecía cambiar de chica, ¿eh?

No, por ti sentí desde el primer momento algo muy distinto, Carrol.

¡Ja!

Te juro que es verdad.

¡Has intentado hacer el amor conmigo!

Sí, es cierto.

¡Y como no accedí, volviste de nuevo a Dorothy!

No, estás equivocada. Desde que tú estás en la base, no he vuelto a hacer el amor con Dorothy. Ni siquiera la he besado.