Cómo poner stop-loss utilizando las opciones

 

Un stop-loss es un punto en el que se limitan las pérdidas de una operación de corto o medio plazo.

En el caso de las posiciones alcistas, compramos, por ejemplo, acciones de Acciona a 60 euros porque creemos que va a subir, pero si baja de 57 euros vendemos, limitando las pérdidas de esa operación a esos 3 euros, que son el 5% del precio de entrada. El stop-loss en este caso consiste en que si la cotización cae hasta los 57 euros vendemos las acciones, y con ello cerramos la operación.

Y en el caso de las posiciones bajistas vendemos futuros de Indra a 15 euros, por ejemplo, porque creemos que va a caer, pero si la cotización sube hasta los 16 euros, por ejemplo, compramos los futuros de Indra que previamente habíamos vendido, asumiendo esa pérdida de 1 euro por acción, que es el 6,7% de los 15 euros a los que abrimos la operación.

Los problemas de los stop-loss son principalmente dos:

1)   Los saltos bruscos de la cotización

2)   La suma de pequeñas pérdidas

 

El primero, los saltos bruscos de la cotización, no es muy habitual, pero pasa, y hay que tenerlo en cuenta, porque es lo que ha arruinado a muchos traders.

Consiste, por ejemplo, en que cuando la cotización de Acciona está en 58 euros (o cualquier cifra por encima de nuestro stop-loss en los 57 euros) sale un rumor, o lo que sea, que hace caer la cotización directamente a 30 euros, por ejemplo, sin pasar por los 57,50, 57, 56,75, etc. En este caso el stop-loss de los 57 euros no llega a ejecutarse, es como si no existiera. La venta se produce a 30 euros, que es un 50% de nuestro precio de compra de 60 euros.

En el caso de Indra, un salto brusco podría producirse cuando estando la cotización a 14 euros, por ejemplo, de repente recibe una OPA a 25 euros, y la cotización salta directamente de los 14 a los 25 euros, aproximadamente. En este caso no habría más remedio que comprar los futuros a 25 euros, aproximadamente, y asumir esa pérdida de 10 euros por acción, que son el 66,7% de los 15 euros a los que abrimos la operación.

Ambas cosas se pueden evitar comprando opciones, pero tiene un coste.

En el caso de Acciona podríamos comprar la Put 60 por 4 euros, por ejemplo.

Y en el caso de Indra podríamos comprar la Call 15 por 1 euro, por ejemplo.

Con esto evitamos el problema de los saltos bruscos que hemos comentado.

Si Acciona cae a 30 euros, la Put 60 valdrá 30 euros, que menos los 4 euros que pagamos por ella al comprarla supone un beneficio de 26 euros, que casi compensa la caída de 30 euros de la cotización. Y si aún queda tiempo para el vencimiento, algo de valor temporal tendrá (y muy probablemente una volatilidad implícita más alta), con lo que la pérdida puede ser inferior a esos 4 euros, e incluso podría llegar a ser una ligera ganancia.

En el caso de Indra sucede algo similar. Al llegar la cotización a los 25 euros por la OPA, nuestra Call 15 valdrá 10 euros, lo que supone un beneficio de 9 euros tras restar el euro que pagamos por ella al comprarla.

El problema que surge en ambos casos es que si las cosas van bien perderemos la prima de las opciones compradas, de forma total o parcial, según la fuerza del movimiento y los días que queden hasta el vencimiento de la opción cuando cerremos la operación.

Cuanto más suban las acciones de Acciona, mejor nos irá con las acciones que hemos comprado de Acciona, pero menos valdrá la Put 60 que compramos para protegernos de las caídas.

Y cuanto más caiga la cotización de Indra, más ganaremos con los futuros de Indra que vendimos, pero menos valdrá la Call 15 que compramos.

Evitar el peligro de los saltos bruscos es una gran ventaja, pero asumir una pérdida adicional (por las primas pagadas) en cada operación ganadora es un lastre importante.

El segundo gran problema que le comentaba de los stop-loss es el salto continuo de los mismos.

Imaginemos que en el caso de Acciona compramos a 60 euros y ponemos el stop-loss en 57 euros. A los 10 días cae a 56,90, con lo que vendemos y asumimos esa pérdida de 3,10 euros (-5,2%). Una semana después volvemos a entrar a 58,50 euros, porque nuestro sistema de trading nos ha vuelto a dar señal de entrada, pero pocos días después nos vuelve a saltar el nuevo stop-loss que pusimos en los 56,70 euros. Volvemos a entrar a 57,25, y nos vuelve a saltar el nuevo stop-loss que hemos puesto en los 55 euros. Etc. Cada una de estas pérdidas es pequeña, pero en varios meses pueden llegar a sumar (entre las pérdida por los stop-loss, las comisiones, las horquillas en cada operación de compra y de venta, los deslizamientos, etc) un porcentaje importante.

Las posiciones bajistas, como el ejemplo que hemos visto de Indra, tienen el mismo problema.

Los mismos stop-loss que pusimos antes con opciones (la compra de la Put 60 de Acciona y la compra de la Call 15 de Indra) nos solucionan también el problema del salto continuo de los stop-loss, ya que durante los 6-9 meses (o lo que sea) que tenemos de tiempo hasta el vencimiento de las opciones que hemos comprado, todas estas señales falsas no nos causarán ninguna pérdida. Y lo que es también importantísimo, no tendremos que estar vigilando constantemente la cotización para ver si ejecutamos el stop-loss actual o no, volvemos a entrar o no, etc. Esto supone una reducción enorme del estrés asociado al trading.

La desventaja es la misma que antes, que si la operación va bien tendremos una pérdida por la prima pagada por la opción que hemos utilizado como stop-loss, que nos reducirá la rentabilidad de la operación.

Las formas de minimizar la pérdida de la prima de la opción cuando la operación va bien son:

1)   Vender la opción antes del vencimiento (pero si aún mantenemos las acciones a partir de ese momento nos quedamos sin su protección).

2)   Comprar opciones de precios de ejercicio algo más alejados, con lo que la pérdida si nos equivocamos es mayor, pero el coste si acertamos es menor. Lógicamente aquí se trata de buscar la solución de compromiso que mejor se adapte al sistema de trading de cada uno.

 

Otro inconveniente de poner stop-loss con opciones es que si la operación va bien es caro moverlos para convertirlos en stop de beneficios.

Un stop de beneficios mental se puede subir (en el caso de las posiciones alcistas, bajar en el caso de las posiciones bajistas) incluso todos los días si hace falta. Pero para mover un stop-loss de sitio habría que vender la opción comprada y comprar otra con un precio de ejercicio superior (en el caso de las posiciones alcistas, de precio de ejercicio inferior en las posiciones bajistas). Lógicamente, esto no debe hacerse, porque es demasiado caro. La mejor combinación, en el caso de utilizar opciones, sería utilizar las opciones para el primer stop-loss, al abrir la operación, y si la operación entra en beneficios utilizar stop de beneficios mentales.

La utilización de opciones como stop-loss no es siempre y claramente mejor que los stop-loss clásicos. Es una buena técnica, que en algunos casos, situaciones, sistemas de trading, etc, puede funcionar mejor que los stop-loss clásicos, por las ventajas y desventajas que acabamos de ver.

 

Caso real de stop-loss con opciones en una posición alcista:

Recordemos la compra de futuros de Isabel.

El 7-10-2015, estando la cotización de la acción del Banco Santander a 5,33 euros, Isabel compra 10 futuros sobre el Banco Santander con vencimiento 18-12-2015 a 5,25 euros. El riesgo real de la operación de Isabel es de 5.250 euros (5,25 x 100 x 10).

La comisión por abrir la operación es de 20 euros (20 x 10), y le piden unas garantías de 787,5 euros (el 15% de 5.250).

Joaquín también cree que el Banco Santander va a subir, pero quiere poner un stop-loss con opciones.

Compra 10 futuros sobre el Santander a 5,33 euros, igual que Isabel, pero además compra 10 Puts 4,70 vencimiento también 18-12-2015 por 0,16 euros, que en total le cuestan 180 euros (0,16 x 100 x 10 + 20).

Joaquín tendrá que poner bastantes menos garantías que Isabel, ya que la compra de esas Puts le limita el riesgo de pérdida, y eso se tiene siempre en cuenta al calcular las garantías de un cliente. Cuando se tienen varias posiciones abiertas las garantías que hay que poner no son la suma de todas esas posiciones, sino las correspondientes al riesgo conjunto que se corre por el efecto combinado de todas esas operaciones abiertas.

En este caso Joaquín ha tenido mala suerte, ya que el 18-12-2015 el Banco Santander cierra a 4,70 euros, con lo que pierde lo mismo que Isabel (la caída del futuro de 5,33 a 4,70) con los futuros, y además los 180 euros que pagó por la Put 4,70.

 

Caso real de stop-loss con opciones en una posición bajista:

Recordemos la venta de futuros que ha hecho Ramón.

El 7-10-2015 Ramón cree que el BBVA va a bajar, así que vende 12 futuros sobre el BBVA. La acción del BBVA cotiza a 7,96 euros, y Ramón vende los futuros sobre el BBVA a 7,88 euros. El valor nominal es de 9.456 euros (7,88 x 100 x 12), le cobran una comisión de 24 euros (12 x 2), y le piden unas garantías de 1.418,40 euros (el 15% de 9.456).

Araceli también cree que el BBVA va a bajar, pero le pasa lo mismo que a Joaquín, que si no limita las pérdidas no duerme tranquila.

Por eso Araceli vende los mismos 12 futuros sobre el BBVA que Ramón, por 7,88 euros, con vencimiento 18-12-2015.

Pero además, compra 12 Call 8,50 con vencimiento 18-12-2015 por 0,20 euros, por las que paga un total de 264 euros (0,20 x 100 x 12 + 24).

El 18-12-2015 el BBVA cierra a 7,04 euros, por lo que Araceli compra los futuros que vendió a 7,88 euros por 7,04 euros, ganando 0,84 euros por acción, lo que hace un total de 984 euros (0,84 x 12 x 100 – 24).

La Call 8,50 lógicamente vence sin valor, por lo que pierde los 264 euros pagados por esa prima, que son el coste del stop-loss de Araceli, cuyo beneficio total es de 720 euros (984 – 264). Este es el problema de los stop-loss con opciones que ya hemos visto, que cuando la operación va bien perdemos la prima pagada por las opciones, y eso reduce nuestra rentabilidad.

 

Opciones y futuros partiendo de cero
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