Pedro de Montanchez, bien pudo ser……

Francisco de Aldana, uno de esos tipos que nos forjaron como nación. Uno de esos hombres cuajados en acero, que siempre supo por dónde se ponen los pantalones, o las calzas, por mejor decir. Un español de aquellos del siglo XVI, valientes, titánicos y hercúleos, que derrochando su sangre, su sudor y sus lágrimas levantaron en nombre de Dios y de España aquel Imperio en el que no se ponía el sol.

Francisco de Aldana se ganó la vida repartiendo estopa a manos llenas, espadazo va espadazo viene, jugándose una y otra vez el pellejo ante los herejes, primero, más tarde ante la morisma, que sería la encargada de finiquitarle en Marruecos, en la trágica derrota de los portugueses en Alcazarquivir.

Más de una vez le escabecharon el cuerpo en el combate, más de una vez fue objeto de envidia, más de una vez también le tocó lidiar con los bravos y feroces soldados de los Tercios, cuando a estos las exhaustas arcas de Felipe II no les pudieron abastecer de sus pagas. Pero no solo fue uno de nuestros más brillantísimos comandantes, porque Francisco de Aldana fue también uno de los más grandísimos literatos de su época, un hombre renacentista, políglota, educado en la enjundia, la fineza y la sabiduría de la cultura clásica. Fue poeta de pro, además de combatiente. Como lo había sido el gran Garcilaso, como lo serían después soldados y vates en una misma piel española: Quevedo (más bien espía que militar), Cervantes, Lope de Vega y Calderón. Tipos que empuñaban con el mismo ánimo y envite el arcabuz y la pluma, la daga y el tintero. Cervantes tenía a Aldana por «El Divino», Quevedo lo llamó «doctísimo español, elegantísimo soldado, valiente y famoso soldado en muerte y en vida» y Lope de Vega le dedicó encendidos versos: Tenga lugar el Capitán Aldana / entre tantos científicos señores, / que bien merece aquí tales loores / tal pluma y tal espada castellana».

 

Los “otros” Caballeros del Rey

 

Diego García de Paredes (Trujillo, España, 30 de marzo de 1468 – † Bolonia, Italia, 15 de febrero de 1533), más conocido como El Sansón de Extremadura.

Fajardo el Bravo, (se desconoce su fecha de nacimiento) Alcaide de Lorca, entre sus batallas más conocidas esta la ganada contra los de Granada, conocida por “la batalla de los Alporchones”, donde con muy pocos hombres de guerra, consigue derrotar a los nazaríes haciendo “gran muerte entre los sarracenos”, captura a su rey y 400 caballeros, los persigue desde las tierras murcianas hasta la propia Granada, dejando vivos a apenas unos cuantos… Muere en el sitio de Caravaca. “O rey virtuoso, soy en todo desesperación; soez cosa es un clavo y por él se pierde una herradura, y por una herradura un caballo, y por un caballo un caballero, y por un caballero una hueste, una ciudad y un reino”.

Juan de Saavedra , cavallero fijodalgo , guerreó los moros muchos tiempos , e tan osado era en las batallas , que con menor número de gente siempre osó acometer los enemigos aunque fuesen muchos más que los suyos , e los venció muchas veces e desbarató.

Gonçalo de Saavedra , su hermano , en guerras de moros y de christianos ningún romano pudo tener mayor diligencia , ni mejor conoscimiento para ordenar las batallas , ni en saber los logares , ni en poner las guardas , e todas las otras cosas que para seguridad de las huestes se requiere saber a todo buen capitán , el qual fue tan discreto e considerava las cosas e los casos que podían acaescer en las guerras , e las proveía de tal manera que nunca se falló por defeto de su provisión los de su parte recibiesen incoveniente” .

Pelayo Pérez Correa (1205 Monte de Fralães- 1275), notable conquistador cristiano medieval portugués. alcanzó una fama como caballero de élite casi comparable a la del Cid, Rodrigo Díaz. Si meritoria fue la colaboración de don Pelayo con el rey Fernando en la conquista de los territorios andaluces, no menos valiosa lo fue para el sucesor, Alfonso X, quien otorgó a su Orden de caballería, cartas y privilegios varios.

 

La canción del rey
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