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Estudio comparativo de los mercenarios aragoneses y catalanes a través de la documentación y de las crónicas aragonesas, catalanas, griegas y francesas.Surgidos de entre las boiras de las altas cumbres, los almugávares lograron sobreponerse a la necesidad más extrema en medio de un mundo oscuro que solo les ofrecía dos caminos: sobrevivir o desaparecer. Sobrevivieron. Y lo hicieron convirtiendo las puntas de sus lanzas y espadas en una prolongación de sus brazos. Comprendieron como nadie que el destino no les había dado la oportunidad de desarrollar otra habilidad para subsistir que no fuese matar.De la unión de bandas de desheredados aparecieron compañías organizadas de mercenarios sin otra virtud ni otro fin que lograr, por medio de la sangre, el sustento para ellos y para los suyos.Es cierta su falta absoluta de humanidad y de respeto hacia la vida de sus congéneres, pero no lo es menos que el mundo en el que vivieron estaba a su mismo nivel. Mataron, robaron, secuestraron y violaron. Actos que por sí solos, hoy en día, les sacarían de la clasificación como seres humanos.Pero ocho siglos atrás, siendo los más excluidos entre los excluidos, y siendo manejados por reyes, emperadores y papas que usaban de esos mismo crímenes para ejercer el poder, quizás la perspectiva cambie, al menos en parte.<
Fidel Prado Duque. Nació en Madrid el 14 de marzo de 1891 y falleció el 17 de agosto de 1970. Fue muy conocido también por su seudónimo F. P. Duke con el que firmó su colaboración en la colección Servicio Secreto. Autor de letras de cuplés, una de las cuales alcanzó enorme relevancia: El novio de la muerte, cantada por la célebre Lola Montes, impresionó tanta a los mandos militares que, una vez transformada su música y ritmo fue usada como himno de la legión. Fue periodista y tenía una columna en El Heraldo de Madrid titulada “Calendario de Talia”; biógrafo, guionista de historietas y escritor de novela popular, recaló como novelista a destajo en la 'novela de a duro'.<
La euforia era delirante. El Norte y el Sur habían firmado la paz tan anhelada por todos y la terrible sangría de vidas y de intereses que estaba sufriendo la nación, iba a empezar a cerrarse. Los miles de hombres que gastaban y no producían, abandonarían las armas por los útiles de labor. Donde tronó el cañón vibrarían cantos al trabajo, las tierras volverían a ser atendidas debidamente, los odios y rencores se irían apagando paulatinamente; una era de paz muy necesaria para el resurgimiento de la gran nación, empezaba a alborear. En uno de los campamentos más avanzados, donde la noticia de la paz sorprendió a los enemigos frente a frente a escasa distancia, se celebraba el acontecimiento con risas, bromas, gritos, bailes y bebidas. El whisky, el aguardiente y el ron, habían surgido no se sabía de dónde y aquellos hombres duros, acrisolados en la fatiga, la privación y la lucha, se sentían como chiquillos a quienes se les ofrece el juguete más de su gusto.<
El pecado de gula, como es sabido desde la Edad Media, es un pecado «carnal», en contraposición a los pecados «espirituales», como la envidia y la soberbia. Es carnal porque hunde sus raíces en la corporeidad del hombre y en el placer que siente comiendo y bebiendo y en las sensaciones que acompañan a estas acciones; es carnal porque requiere del necesario soporte de uno o más órganos del cuerpo humano (el vientre, el estómago, la garganta); es carnal, en fin, porque se transfiere directa y visiblemente a la carne, a la grasa de la persona.El carácter de la gula, como por lo demás el de otros pecados, ha sufrido a lo largo del tiempo sensibles metamorfosis, de pecado a enfermedad, de vicio voluntario a disposición hereditaria, de pecado de los ricos a pecado de los pobres, de depravación individual a tendencia social, tantas y tales son las transformaciones sufridas por la gula desde la invención del pecado hasta nuestros días.<
Robert Sheckley est l'un des très grands écrivains de la science-fiction américaine contemporaine. On a dit de lui qu'il était un peu le Mark Twain du XXe siècle et l'incontestable vérité de ce rapprochement rend hommage à son incomparable talent. Né en 1928, il fait ses débuts en 1952. Ses idées fulgurantes, ses sous-entendus ironiques, font de lui l'un des maîtres de la nouvelle. Il est également l'auteur de romans comme Oméga, Echange standard, Le Temps meurtrier, où son humour noir, son goût du sarcasme et son sens de la terreur composent un climat tout à fait personnel.
1 - Michel DEMUTH, L'"Homo Sheckleyens", son habitat, ses mœurs, sa nourriture principale, ses prédateurs 2 - Le Corps (The Body) 3 - La Foule (The Mob) 4 - Le Mode d'emploi (Operating Instructions) 5 - La Seule chose indispensable (The Necessary Thing) 6 - N'y touchez pas ! (Hands Off) 7 - Une race de guerriers (Warrior Race) 8 - Tels que nous sommes (All the Things You Are) 9 - La Suprême récompense (The Victim from Space) 10 - Fantôme V (Ghost V) 11 - La Fin d'un peuple (The Native Problem) 12 - Le Temps des retrouvailles (Join Now / The Humors) 13 - Les Spécialisés (Specialist / M Molecule) 14 - Tu brûles ! (Warm) 15 - Le Retour du guerrier (Warrior's Return) 16 - Voulez-vous parler avec moi ? (Shall We Have a Little Talk?) 17 - La Foi, l'espérance et l'éternité (What a Man Believes)
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Fidel Prado Duque. Nació en Madrid el 14 de marzo de 1891 y falleció el 17 de agosto de 1970. Fue muy conocido también por su seudónimo F. P. Duke con el que firmó su colaboración en la colección Servicio Secreto. Autor de letras de cuplés, una de las cuales alcanzó enorme relevancia: El novio de la muerte, cantada por la célebre Lola Montes, impresionó tanta a los mandos militares que, una vez transformada su música y ritmo fue usada como himno de la legión. Fue periodista y tenía una columna en El Heraldo de Madrid titulada “Calendario de Talia”; biógrafo, guionista de historietas y escritor de novela popular, recaló como novelista a destajo en la 'novela de a duro'.<
Fidel Prado Duque. Nació en Madrid el 14 de marzo de 1891 y falleció el 17 de agosto de 1970. Fue muy conocido también por su seudónimo F. P. Duke con el que firmó su colaboración en la colección Servicio Secreto. Autor de letras de cuplés, una de las cuales alcanzó enorme relevancia: El novio de la muerte, cantada por la célebre Lola Montes, impresionó tanta a los mandos militares que, una vez transformada su música y ritmo fue usada como himno de la legión. Fue periodista y tenía una columna en El Heraldo de Madrid titulada “Calendario de Talia”; biógrafo, guionista de historietas y escritor de novela popular, recaló como novelista a destajo en la 'novela de a duro'.<
Clara Rojas es secuestrada por las FARC cuando acompañaba a la entonces candidata presidencial Ingrid Betancourt en una gira por el sur del país. Transcurrirían seis años antes de que ambas fueran liberadas. ¿Qué pasó durante ese interminable cautiverio? ¿Cómo se sobrevive en la selva en las condiciones más precarias? ¿Cómo resistir el trato inhumano de la guerrilla? ¿Cómo soportar la indigencia total, el aislamiento, el riesgo permanente de morir? En fin, ¿cómo reaccionar cuando se descubre, en semejante contexto, que se está embarazada?.<
Patrik Miller llenó las grandes copas de whisky por sexta vez y ofreciéndoselas a sus comensales, exclamó: —Beban, señores, podemos y no podemos entendernos en este asunto, pero no quiero que se diga que Patrik Miller, agota la garganta de la gente para vencerlas por cansancio, sin ofrecerle todas las garantías para que desarrollen su elocuencia. Patrik Miller era un ranchero gordo, colorado, fuerte como un toro, de cejas pobladísimas, crespo bigote un tanto canoso y ojos grises de mirar duro. Poseía un rancho a dos millas de El Paso y aunque su hacienda era valiosa y hacía pingües negocios con el ganado, gozando de una gran influencia en la región, se murmuraba que la base de su fortuna no era muy limpia y que en su blasón de ranchero había algunos cuarteles tan oscuros de descifrar, que si alguien hubiese podido limpiarlos quizá encontrase debajo ciertas escenas de abigeo y cuatrería, que deshonrarían su escudo de armas. Pero estos cuarteles los había enmohecido el tiempo cubriéndoles de una pátina piadosa de olvido, y la gente, atenta al momento, no se detenía a volver la vista atrás para exhumar recuerdos tristes y agrios, que acaso el ranchero podía impedir contando con su influencia y un equipo duro y pendenciero.<
1 - Philippe R. HUPP, Un météore solitaire, pages 7 à 27, Préface 2 - Absolument inflexible (Absolutely inflexible), pages 29 à 47, trad. Didier PEMERLE 3 - Le Circuit Macauley (The Macauley circuit), pages 49 à 64, trad. Didier PEMERLE 4 - Eve et les vingt-trois Adams (Eve and the twenty-three Adams), pages 65 à 91, trad. Paul ALPÉRINE 5 - Le Coup du téléphone (MUgwump four), pages 93 à 122, trad. Michel DEMUTH 6 - Je vous 1000110 (Going down smooth), pages 123 à 136, trad. Frank STRASCHITZ 7 - Quand les arbres ont des dents (The fangs of the trees), pages 137 à 172, trad. Bruno MARTIN 8 - La Danse au soleil (Sundance), pages 173 à 198, trad. Bruno MARTIN 9 - Monade urbaine 158 (In the beginning), pages 199 à 228, trad. Philippe R. HUPP & Didier PEMERLE 10 - Pousser ou grandir (Push no more), pages 229 à 261, trad. Luc MALBERNARD 11 - Bon pour le service des organes (Caught in the Organ Draft), pages 263 à 280, trad. Didier PEMERLE 12 - Voir l'homme invisible (To see the invisible man), pages 281 à 300, trad. Michel DEMUTH 13 - Des mondes en cascades (Many Mansions), pages 301 à 344, trad. Didier PEMERLE 14 - Le Dybbuk de Mazel Tov IV (The Dybbuk of Mazel Tov IV), pages 345 à 372, trad. Didier PEMERLE 15 - Schwartz et les galaxies (Schwartz Between the Galaxies), pages 373 à 404, trad. Philippe R. HUPP & Didier PEMERLE 16 - ANONYME, Bibliographie de Robert Silverberg, pages 405 à 440, Bibliographie
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Era una tierra dura, para hombres duros.
Fidel Prado Duque. Nació en Madrid el 14 de marzo de 1891 y falleció el 17 de agosto de 1970. Fue muy conocido también por su seudónimo F. P. Duke con el que firmó su colaboración en la colección Servicio Secreto. Autor de letras de cuplés, una de las cuales alcanzó enorme relevancia: El novio de la muerte, cantada por la célebre Lola Montes, impresionó tanta a los mandos militares que, una vez transformada su música y ritmo fue usada como himno de la legión. Fue periodista y tenía una columna en El Heraldo de Madrid titulada “Calendario de Talia”; biógrafo, guionista de historietas y escritor de novela popular, recaló como novelista a destajo en la 'novela de a duro'.<
Sín disputa alguna, aquel forastero que tomaba el sol plácidamente a la puerta del llamado Hotel Cimarrón era el ser más estrafalario que los habitantes de Búffalo, el pequeño pueblo situado en la cuenca que encerraba los ríos Cimarrón y Beaver Creeck, habían contemplado en toda su vida. Largo como un abeto, delgado en demasía, de rostro a tono con su estatura, se destacaba más de una cuarta sobre el más alto de los vecinos del poblado. Recostado sobre los soportes del sombrajo que daba penumbra a la puerta del hotel, parecía una carátula allí plantada para llamar la atención, por el dueño del hotel, un texano de aire socarrón y palabra cáustica, que siempre estaba inventando cosas para que los forasteros —muy escasos por cierto— fijasen su atención en el hotel y le hiciesen objeto de su preferencia, en lucha despiadada con el dueño del Atlantic City, otro albergue instalado en la misma calle principal, varias barracas más abajo y que si no era mejor que el Cimarrón Hotel tampoco tenía nada que envidiarle a no ser la cazurrería y carácter jocoso de su propietario. El forastero, no queriendo desentonar con los habitantes del poblado, se había procurado un atuendo a tono con el vestir general, pero un tuerto hubiese adivinado desde el primer momento que aquel atuendo era un disfraz para ocultar su cédula personal, extendida a muchas millas de aquella parte del Oeste. Se componía su vestuario de una camisa azul con cuadros rojizos, dotada de cuatro bolsillos, dos a los lados y otros dos a la altura de los pectorales, que debían constituir su suplemento de maleta porque abultaban en fuerza de introducir en ellos objetos adecuados a la cabida, unos pantalones grises muy ajustados de rodilla para abajo, con refuerzos en la entrepierna, construidos con cueros, lo que parecía denunciarle como un apasionado caballista (el caballo del forastero no le había visto nadie en el pueblo), unas botas de altos leguis muy lustradas, con espuelas de Chihuahua, un cinto mexicano con la funda del revólver flácida y vacía por falta de arma y un precioso sombrero gris-perla, muy alto de copa, sabiamente abollado en su parte delantera y atado a la barbilla por una cinta negra que oficiaba de barboquejo; pero en la forma de calarse aquel genérico adminículo se adivinaba que era la primera vez que se lo había puesto. Como signo destacado de elegancia y más que de elegancia de pedantería, calzaba sus manos con dos guantes de manopla que casi le llegaban a los codos, y era de ver los ridículos esfuerzos que tenía que realizar cada vez que pretendía cargar la negra pipa, o encender un fósforo, o acaso sonarse la nariz sin despojarse de aquellos punteados guantes, que de vez en vez contemplaba con cariño, como si ellos le convirtiesen en el árbitro de la elegancia de Búffalo.<
Ils sont parmi nous ! Venus de planètes lointaines, ils constituent une des figures privilégiées de notre paranoïa. Quelles formes peuvent prendre les « aliens » ? Que nous veulent-ils ? Quelles transformations inattendues font-ils subir à notre histoire, à notre mentalité ? Quelles étranges fascinations exercent-ils sur nous ? Quelles nouvelles perversions risquent-ils de nous inspirer ? Quels mythes sont-ils en mesure de créer ? Quel message s'élève de leur profonde altérité ?
Réponses à travers huit nouvelles sur un des thèmes les plus classiques de la S.-F. Huit brillantes variations qui, sur un terrain où l'on croyait tout dit, réussissent à surprendre, amuser, inquiéter, enchanter…
La ciudad de Virginia se encaramaba fieramente por la pina y violenta cuesta del monte Davison, a siete mil doscientos pies sobre el nivel del mar y a causa de la atmósfera límpida y transparente de Nevada, podía ser distinguida sin esfuerzo a una distancia de cincuenta millas. Fue algo absurdo, como absurdo el ambiente de la ciudad y su erección en aquel lugar tan exótico. La pendiente de la ladera era tan inclinada, que el poblado entero parecía querer despeñarse hacia abajo, molesto por la posición geográfica que se le había asignado, pues cada calle formaba como una terraza separada cincuenta pies de la superior y por igual distancia de la inferior. Por ello, estando las fachadas de las casas al nivel de una calle, la parte posterior apenas si sobresalía del nivel de la calzada trasera y por esta causa, prácticamente, cada calle sólo poseía un lado habitable, ya que el contrario correspondía a tejados y chimeneas de la vía inferior.<
Ancien administrateur colonial de Belzagor,
Gundersen revient sur cette planète après qu'elle ait obtenu son
indépendance. Il voudrait renouer avec son passé et trouver la paix en
expiant ses fautes et toutes celles commises sur ce monde par les
terriens.
C'est pourquoi il s'enfonce
dans la jungle épaisse, profonde, à la recherche d'un mystérieux Pays de
la Transformation. Il espère y découvrir aussi le secret de l'entente
des deux espèces intelligentes de Belzagor, les Nildoror herbivores qui
ressemblent un peu à des éléphants et les Sulidoror carnivores, bipèdes
humanoïdes.
Car tout se tient dans la vie sur ce monde. Et bien plus qu'il ne le croit.
Dans ce roman, l'un des plus éblouissants de son auteur, Robert Silverberg rend hommage au chef d'oeuvre de Joseph Conrad, Au coeur des ténèbres, qu'il n'est pas loin d'égaler.
Un des classiques de la science-fiction contemporaine.
Fidel Prado Duque. Nació en Madrid el 14 de marzo de 1891 y falleció el 17 de agosto de 1970. Fue muy conocido también por su seudónimo F. P. Duke con el que firmó su colaboración en la colección Servicio Secreto. Autor de letras de cuplés, una de las cuales alcanzó enorme relevancia: El novio de la muerte, cantada por la célebre Lola Montes, impresionó tanta a los mandos militares que, una vez transformada su música y ritmo fue usada como himno de la legión. Fue periodista y tenía una columna en El Heraldo de Madrid titulada “Calendario de Talia”; biógrafo, guionista de historietas y escritor de novela popular, recaló como novelista a destajo en la 'novela de a duro'.<
Vous n'avez plus de boulot depuis des lustres ?
Vous ne supportez plus la promiscuité de ce XXVe siècle surpeuplé et
pollué ? Marre de votre condition de minable citoyen de Quatorzième
Classe ? N'hésitez plus : avec Lanoy et sa fabuleuse invention, émigrez
vers le passé !
Visiter la Rome des
Césars, le Golgotha le jour de la crucifixion du Christ, les rues de
Constantinpple lors du siège des Croisés ? Voilà ce que vous propose le
Service Temporel ! Et qui sait, avec un peu de chance, peut-être
pourrez-vous partager la couche d'une impératrice ? À moins que vous ne
préfériez le frisson de l'inceste transtemporel ? Gare toutefois à ne
pas devenir votre propre aïeul...
Habíase corrido algunas millas arriba de Carson City el campamento minero. Dayton era casi el lugar intermedio entre Carson y Virginia City, donde el mineral de oro parecía afluir con prodigalidad y los buscadores cortaban la ruta entre ambos poblados interponiendo sus excavaciones que se llevaban a cabo con celeridad de locura. Y el poblado de Dayton había nacido como brotado de la tierra apenas las pepitas de oro se manifestaron en las callosas manos de los rudos mineros, un poblado de chozas mal trabadas para resguardarse del frío y de la lluvia, sin alineación, estética ni aspecto urbano. Algo tan anárquico como anárquico era el ambiente. Pero a prestarle fisonomía de algo específico, habían acudido los agiotistas de las minas. Tahúres y comerciantes, una plaga y una necesidad inherente a todo campamento, sin los cuales los mineros habrían sucumbido envueltos en oro.<
El comisario del sheriff de Mandan, uno de los poblados más importantes de Dakota del Norte, próximo al curso del Missouri, se asomó al despacho y avisó: —Jefe, aquí hay un individuo que desea verle. El sheriff, que estaba muy ocupado en aquellos momentos a causa de ciertos sucesos que se desarrollaban a lo largo del rio y de los que no podía verse libre, repuso: —Entérese qué desea y vea si se lo puede resolver. Yo tengo mucho que hacer ahora. —Le he preguntado, pero me ha dicho que no es nada que pueda interesarme a mí. Quiere hablar personalmente con usted. —Que dé su nombre y veré de darle hora para que venga.<
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