El matrimonio Graf recorría el mundo de ciudad en ciudad luciendo su aire de distinción y señorío casi decimonónico. En todos los lugares que visitaban, aparecían personas muertas sin una sola gota de sangre en sus venas.Era un viejo ritual que les había permitido seguir viviendo desde hacía siglos y perpetuar su estirpe.
La soledad del corredor de muerte
Ya no tuvo tiempo de nada más.El golpe le envió por los aires.Dio una vuelta de campana, se estrelló de cabeza contra un árbol y quedó espantosamente quieto, con un hilo de sangre en la sien izquierda. Mientras tanto el motorista hizo una finta sin perder el equilibrio —lo que le acreditaba de excepcional conductor— y se perdió entre el silencio de las colinas.Los ojos del muerto estaban desencajados.Pero ocurría en ellos algo muy extraño, algo que sólo un experto hubiera podido notar.El miedo había sido sustituido por el asombro. Eso era lo que reflejaba la última expresión del muerto.Asombro y horror a la vez, porque él había visto, en algún sitio, la cara de aquel motorista. La había visto justamente en un retrato al esmalte, en una de las lápidas del viejo cementerio.
El hombre comenzó a acercarse lentamente. Sus manos se dirigieron hacia la muchacha.Nada haría retroceder a un tipo como Lugan. Nada, ni una bala entre las cejas le haría cambiar de propósito en aquellos trágicos momentos. Coral no gimió. ¿De qué iba a servirle? No trató de huir tampoco. Tenía la pared a su espalda, mediante un ágil movimiento, podría tal vez llegar hasta el tabique de su izquierda. Pero allí aguardaba el escorpión, con la cola erguida, furiosa y atento. El hombre la atraparía igualmente, estrujándola entre sus manazas duras como piedras, y, sin embargo, viscosas y ágiles como el cuello de un reptil. La única salida de la casa era la que precisamente Lugan guardaba con su cuerpo.
El primer forastero se rascó la barba de cuatro días que «adornaba» su cara y exclamó: —¡Qué ciudad tan hospitalaria! El segundo forastero se alisó un bigote que no había sido arreglado desde la Declaración de la Independencia y masculló: —Sí. Ya hemos visto anuncios poniendo precio a nuestras cabezas en cuatro esquinas distintas. Los dos forasteros, después de decir esto, se ocultaron en una zona de sombra para que no les vieran dos comisarios del sheriff que paseaban a caballo por el centro de la calle, y luego se sentaron cansados en los escalones de un porche.
Pero… ¿Quién mató a Susan Miller?
Poco a poco, lascarcajadas cesaron. Elsilencio pesado, expectante, también pareció volverse del color de las lucesamarillas. NatTemple intentó huir, pero ya no pudo. Quedó tenso, jadeante, al darse cuenta deque alguien acababa de cerrar la puerta.
UZTICĪBA
DŽEKS LONDONS
KOPOTI RAKSTI 5.SĒJUMS
APKAUNOTAIS
sastādījusi Tamara Zālīte
NO ANGĻU VALODAS TULKOJUSI ANNA BAUGA, ILGA MELNBARDE un OJĀRS SARMA MĀKSLINIEKS ĀDOLFS LIELAIS
Tulkojums latviešu valodā, «Liesma», 1975
Y entonces Chris ya no pudo más.Lanzó un grito aterrador que pareció llenar el silencio de la tarde.Y cayó de bruces hasta el fondo de un vacío lejano, insondable, mientras su cerebro parecía romperse en mil pedazos.
Zādzība
DŽEKS LONDONS
KOPOTI RAKSTI 5.SĒJUMS
sastādījusi Tamara Zālīte
NO ANGĻU VALODAS TULKOJUSI ANNA BAUGA, ILGA MELNBARDE un OJĀRS SARMA MĀKSLINIEKS ĀDOLFS LIELAIS
Tulkojums latviešu valodā, «Liesma», 1975
Para Nancy el hecho de ver y hablar con la abuelita Fanny, era algo normal, desde que la vio cuando tenía diez años. Lo extraño e insólito era que sólo ella era capaz de verla. Nadie más que ella…Toda su familia pensaba que padecía un trastorno psicológico ya que la abuelita Fanny… había muerto en un incendio hacía muchos años.
—Fíjate —susurró uno de los policías—. Cualquiera diría que esos ojos tienen hasta expresión. Parece como si ella viviera…—Sí —susurró el otro policía con un leve estremecimiento de miedo inconfesable—. Más vale que mires hacia otro sitio,Ese fue el primer estremecimiento que se produjo en aquel siniestro caso. Y ése fue solamente el principio.
Harper, además de tener cincuenta años, una barriga descomunal, una bella hija muy tímida y una montaña de dolares, tenía también una manía, era coleccionista de cosas siniestras. Fue esta manía lo que le llevó a vivir la más extraña y fantasmal aventura de su vida. La extraña e inquietante aventura de «Rancho Drácula».Todo comenzó cuando Harper decidió hacer un largo viaje hasta San Francisco para conocer a un anticuario a quien, muy apropiadamente, llamaban «Mortuorio Ferguson». Su establecimiento estaba situado en una calleja sin salida llamada Ghost Street (calle del Fantasma). Tenía un ambiente siniestro y estaba formada por varios almacenes, una funeraria y la tienda de antigüedades de Ferguson.Tras unas cortinas al fondo del establecimiento, en una pequeña y oscura estancia de paredes desnudas se encontraba un siniestro ataúd. Los ojos de Harper se dilataron con asombro fijándose en la placa de oro que había a los pies del mismo. En aquella placa y escrito con caracteres góticos se leía sencillamente un nombre: DRÁCULA.
«EK JŪS! EK JŪS! EK JŪS!»
Džeks Londons, VII sēj.
Dienvidjūras stāsti
IZDEVNIECĪBA LIESMA 1977
SASTĀDĪJUSI TAMĀRA ZĀLĪTE NO ANGĻU VALODAS TULKOJUSI VALIJA BRUTĀNE, ROTA EZERIŅA UN OJĀRS SARMA MĀKSLINIEKS ĀDOLFS LIELAIS
Recuérdame al morir.Yo, el asesino.Millones de lucecitas.El asesino de las doce en punto.Silver Kane el escritor protagoniza la primera aventura está en las últimas. Las deudas le asfixian y sus editores no fían nada. Cuando salve del suicidio a una hermosa desconocida encontrará la historia de su vida, con la que se hará millonario…Dan Glenfer se gana la vida matando. Y ahora está acabando con todos los hampones de Nueva York de la forma más cruel. A punta de pistola, va a dejarles bien claro que el crimen no compensa.La astróloga Madame Denise trata de advertir a Anna de que se acercan noches peligrosas, noches en las que todo cambia. Su marido es un hombre ejemplar, se puede sentir a salvo, pero ¿de dónde salen esos aullidos? ¿Acaso hay lobos en París? Stirling fue un gran policía, pero acabará sus días en un psiquiátrico. Vivió demasiado de cerca los bajos fondos. Y es ahora, entre paredes acolchadas, cuando le asaltan sueños extraños, cuando escucha esa voz de mujer que le llama desde Nueva Orleans…
STĀSTS PAR KIŠU
Džeks Londons
KOPOTI RAKSTI-3
Tulkojums latviešu valodā.
«Liesma», 1974
SASTĀDĪJUSI TAMĀRA ZĀLĪTE
NO ANGĻU VALODAS TULKOJUSI VALIJA BRUTĀNE, ALBERTS DZENITIS, ROTA EZERIŅA UN HELMA LAPIŅA MĀKSLINIEKS ĀDOLFS LIELAIS