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El príncipe errante es Carlos Estuardo, hijo de Carlos I de Inglaterra, el rey a quien Cromwell hizo decapitar. Desposeído de su trono, Carlos vagó por las cortes europeas, esperando el momento de volver a su país y dedicándose a una labor infinitamente más grata que la política: la seducción.
Sin embargo, Calos tiene un amor firme e invariable: su hermana Enriqueta, a quien él llama Minette, exiliada junto a su madre en la corte de Francia, una corte en la que empieza a aparecer el fulgor del que mas tarde sería conocido como Rey Sol, Luis VIX. Enriqueta ha sido destinada por su madre para ser esposa del rey francés; pero es demasiado delgada, demasiado timida y demasiado pobre para aspirar a ese honor.
Con el tiempo, Enriqueta se convertirá en una esbelta y muy atractiva joven; tambien con el tiempo, su hermano recuperará el trono de Inglaterra; pero entonces ya es tarde para el matrimonio con Luis, el cual -tambien demasiado tarde- ha descubierto el encanto de la joven inglesa. Y Enriqueta debera aprender a vivir rodeada de dos amores regios, el de Luis y el de Carlos, y casada con quien no nubiera debido hacerlo...<
Durante más de dos años Frederic Raphael colaboró estrechamente con Stanley Kubrick en el guión de la que sería la última película del director: Eyes Wide Shut. A pesar de los problemas y tensiones iniciales, Kubrick fue bajando la guardia como nunca antes había hecho con periodistas o biógrafos, revelando detalles preciosos sobre sus inicios en el cine y los reveses y humillaciones que tuvo que sufrir. Raphael habló con él durante horas sobre una gran variedad de temas, desde Julio César hasta el Holocausto, de las opiniones de Kubrick sobre otros directores a los recuerdos de ambos de las numerosas estrellas que conocieron: Kirk Douglas,Audrey Hepburn, James Mason, Peter Sellers, Marisa Berenson, Marlon Brando o Gregory Peck.De todos era sabido: Kubrick era un misántropo. Se negaba a volar y a circular a más de cuarenta kilómetros por hora. Procuraba en lo posible que no se le tomaran fotografías y vivía aterrorizado con la idea de ser asesinado. Ejercía relaciones de poder con todos aquellos que se cruzaban en su camino. Como cineasta estaba obsesionado con la perfección. Insistía en tener el control absoluto de todos y cada uno de los aspectos del proceso. Escenas sencillas requerían más de cien tomas. No es extraño que solo hiciera seis películas en los últimos treinta y cinco años.<
Guillermo el Conquistador es el fruto del amor entre el hijo de un duque y la hija de un tintorero. La bastardía ensombreció sus primeros años hasta el día en que él se sintió orgulloso de su condición. Atrevido y dominante, como sus antepasados los vikingos, Guillermo había nacido para dominar. Su amor por Matilde, princesa de Flandes, nació cuando supo que ella lo rechazaba por ser bastardo. La historia de amor de este hombre implacable y la hermosa y voluble princesa es una de las más notables de todos los tiempos.<
El sol de York crecía y Eduardo IV había tomado la corona con la ayuda de Warwick. El “hacedor de reyes” planeaba una alianza con Francia, pero mientras tanto Eduardo cayó enamorado de Elizabeth Woodville. Tan ardiente era la pasión del rey por la hermosa viuda que ante la negativa de ésta de convertirse en la amante real se consumó el matrimonio. Este acto haría temblar la relación del rey con Warwick. En el centro de todo el acontecer se alzaba la figura de Eduardo, de espléndida belleza y amado por su pueblo. Su insignia favorita era el sol en su esplendor rodeado por la rosa blanca de York. Des mujeres que él amaba por sobre todas jugaron un papel decisivo en la historia: la reina calculadora y Jane Shore, la tierna esposa del herrero. Eduardo vivió intensamente y al morir, surgió un incidente de su pasado que estaba llamado a cambiar el curso de la historia. Así se llegó a la fatal batalla de Bosworth, que marcaría el fin de la larga dinastía de los Plantagenet y el advenimiento al trono de la familia Tudor.<
Versalles, siglo XVII. Un hombre sin título reina en el jardín del Rey. Jean-Baptiste de La Quintinie, conocido como «el jardinero del Rey», elimina las malas hierbas, labra la tierra, injerta esquejes, batalla contra los insectos y la intemperie. Y no sólo eso: también alimenta a todo el palacio, al reino de las pelucas, de las risas y de las traiciones. Sin embargo, La Quintinie es un misterio para los miembros de la corte. ¿De dónde procede este jardinero al que Luis XIV admira, a quien los científicos veneran y todos envidian? ¿Quién es realmente este hombre exiliado, que vive detrás de las sombras de palacio? Un rey. Pero no un rey cualquiera. Un rey sin gloria cuya vida silenciosa está marcada por el paso de las estaciones.<
Para el final de la sangrienta guerra de las rosas Enrique Tudor se ha hecho con la corona de Inglaterra. Y ha logrado unir a las beligerantes casa de York y Lancaster a través de su matrimonio con Isabel de York. Pero mientras busca reinar sabia y justamente, lo persiguen los hermanos de Isabel; los tristemente célebres Príncipes de la torre. La suerte de Eduardo V y su hermano Ricardo de Shrewsbury en la torre de Londres será para siempre un secreto. Entonces la tragedia golpea el corazón de la familia de Enrique, y es contra su propio hijo que el viudo rey deberá pelear por una novia y el trono.<
Con este libro completa Jean Plaidy el cuarto volumen de su apasionante serie sobre la Guerra de los Cien Años, sangrienta cuna de donde emergerán Francia e Inglaterra tal como se conocen hasta hoy. El ciclo se cerrará con el ocaso de la casa de Lancaster. El derrotado francés pasará a ser el vencedor, en me¬dio de un mundo donde alternan el crimen, el coraje y el martirio. Enrique V, la “estrella de Lancaster” murió dejando de heredero al trono a una criatura de nueve meses. Antes de su muerte se había casado con Catalina de Valois, hija del rey de Francia. Los términos de la paz obligaban a entregar la corona francesa al niño de Lancaster. Hombres ambiciosos rodeaban al rey niño, en parti¬cular sus tíos, los duques de Bedford y de Gloucester. No obstante, tres mujeres iban a marcar profunda¬mente el curso histórico de esta época: Catalina de Valois, quien perseguida por el recuerdo de una in¬fancia desgraciada a manos de un padre loco y una madre lasciva, encontraría romántica felicidad y fun¬daría la dinastía de los Tudor. En completo contraste con la anterior, una joven campesina de la aldea de Domremy escucharía voces que le ordenaban salvar a Francia: santa Juana de Arco, revertiría el curso de la guerra hasta ver consumida su pasión en el mar¬tirio de la plaza de Rouen. Finalmente, Leonor de Gloucester, en un principio la amante del duque, mujer de enorme influencia hasta que se vio envuelta en la trama de un crimen, que pasaría a la historia como una causa célebre.<
Basada en hechos históricos, esta novela narra las vicisitudes de un próspero reinado, donde se yergue la figura de Isabel, una de las mujeres de más férrea voluntad que recuerda la historia. La autora nos muestra la vida privada de una reina al frente del gobierno de España en unos años difíciles.España para sus soberanos es la continuación de la historia de Isabel la Católica, iniciada por Jean Plaidy en Castilla para Isabel, y concluida con Las hijas de España.<
Como cada mañana, después de tomarse su chocolate caliente, Jorge preguntó de dónde soplaba el viento y anunció su intención de salir a pasear. Entró en su vestidor y murió. Jorge III, su nieto, estaba dispuesto a ser un buen monarca y a devolver la respetabilidad a la corte de su abuelo. Grandes figuras rodearon al nuevo rey, entre las que destacan lord North, que contribuyó a la pérdida de las colonias americanas, Wilkes, que luchó por la libertad hasta su muerte y lord Gordon, fanático que dio nombre a ciertos disturbios londinenses. Los escándalos se sucedieron en la familia real, aunque la campanada la dio el príncipe de Gales, quien no sólo bebía, jugaba y vivía con una mujer católica sino que, además, se convirtió en enemigo del rey, su propio padre. Apesadumbrado por las desgracias familiares y por la pérdida de las colonias americanas, Jorge III cayó en la melancolía y la tragedia se abatió sobre él.<
Primer volumen de la saga que la autora dedicó a la Guerra de los Cien Años, el libro se centra en la figura de Eduardo III de Inglaterra, desde su juventud hasta su muerte, e incluyendo un hecho capital de la Historia: la llegada del proscrito francés Roberto de Artois a la Corte inglesa. Roberto exhortará a Eduardo a reclamar el trono de Francia, y al obtener en un principio tibios resultados, lo desafiará obsequiándole una presa obtenida en una partida de caza: una garza, símbolo de la cobardía.<
Laapacible estancia de la joven Ana Bolena en la corte francesa terminaabruptamente cuando es convocada por su padre para regresar a Inglaterra.Retorna a su país a una vida colmada de privilegios y riqueza gracias a larelación que su hermana María sostiene con Enrique VIII. Elegante, orgullosa yposeedora de una aguda inteligencia, muy pronto Ana despierta en el monarca unairresistible obsesión que la arrastra hacia las trampas del poder y laambición. Una extraordinaria novela sobre la historia de amor que cimbró loscimientosde la Iglesia católica y cambió la historia de Inglaterra.<
El rey Ricardo II es depuesto y muere de manera misteriosa, todo ello por obra de Bolingbroke, quien ahora reina bajo el nombre de Enrique IV. Pero a Enrique le resultó más fácil conquistar la corona que conservarla. Vivía rodeado de adversarios, los galeses, los escoceses y el poderoso Hótspur. El país se convulsionaba contra un hombre a quien llamaban “el impostor”. La corte estaba dominada por el hijo mayor y heredero, Enrique de Monmouth, quien no ocultaba sus ansias por sustituir al padre. En compañía de su amigo sir John Oldcastle, recorría prostíbulos y tabernas, causando escándalo por doquier. A la muerte del rey lo sucedió Monmouth. Y allí se operó el milagro. El joven licencioso pasó a ser un gran rey y su amigo Oldcastle un mártir de la causa. El rey se cubrió de gloria al vencer a los franceses en la resonante victoria de Agincourt. La “estrella de Lancaster” crecía y crecía. Se casó con la princesa gala. Todo parecía indicar que la guerra se acercaba a su fin. Francia arrodillada a sus pies. No obstante, un enemigo peor que Francia esperaba al rey. La estrella creciente de Lancaster iba a depender de un niño de nueve meses de edad.<
En plena Edad Media, durante la primera mitad del siglo XIII, dos mujeres dominaban sobre Occidente. Ambas eran orgullosas y ambiciosas. Ambas eran hermosas. En cambio, en todo lo demás, eran dos polos opuestos.
Isabella, espléndida y apasionada, una verdadera Helena de Troya medieval, esposa del rey Juan y madre de Enrique III... reinó sobre Inglaterra...
Blanca de Castilla, mujer serena y virtuosa, mujer de Luis VIII y madre de Luis IX... reinó sobre Francia...
Las dos mujeres se odiaron, hasta tal punto que ninguna podía soportar ni la vista de la otra.
Después de la muerte del rey Juan, Isabella se casó con el conde Hugh y, a partir de entonces, en su pasión por destruir a la reina de Francia, nadie ni nada la detuvo, ni siquiera el asesinato...<
En un futuro casi perfecto el apuesto, frío y profesor de matemáticas en la Sorbona y maestro de esgrima Albatros se ve involucrado por Sophie Levallois, la ultrajada hija de un acaudalado empresario, en un mundo de intrigas, violencia, poder y dinero inimaginable en el año 2036 cuando una hermética Coalición gobernante ha conseguido el bienestar en el planeta y ha logrado descartar a la clase política, la pobreza y la inseguridad a cambio de la libertad y la intimidad de una sociedad adormecida por la tecnología. La debilidad sexual de los poderosos e impunes miembros de la Coalición será la punta de un iceberg que llevará a Albatros, Sophie y un pequeño grupo de resistencia a descubrir profundos engaños en un mundo hiperconectado. Este futuro tan parecido a nuestra realidad cautiva por una ficción colmada de drones, redes sociales, ninjas tecnológicos, estrategias de guerrilla y elevadas dosis de venganza.<
Año 1559. El rey Enrique II de Francia ha muerto y su esposa, Catalina de Medici, se ha convertido en la reina regente de Francia. En una corte agitada, llena de intrigas y secretos, Catalina pasa a ser el centro de poder. Su posición es tremendamente difícil, pues por un lado tiene que sufrir el conflicto religioso interno y por otro debe soportar las enormes presiones exteriores que recibe de todas partes, en especial del monarca español Felipe II, obsesionado con evitar que las ideas protestantes penetren en su imperio. Madre de tres reyes, Catalina luchará por ellos y se ofuscará hasta llegar a cometer crímenes que harán de ella un personaje tristemente célebre. La italiana abarca de 1559 a 1572 y es la continuación de Madame Serpiente, primer volumen de la serie de Jean Plaidy sobre Catalina de Medici.<
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